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Literatura mexicana

versión On-line ISSN 2448-8216versión impresa ISSN 0188-2546

Lit. mex vol.34 no.2 Ciudad de México jul./dic. 2023  Epub 05-Abr-2024

https://doi.org/10.19130/iifl.litmex.2023.34.2/0023s01x7922 

Artículos

La red mexicana de Rosa Chacel: su correspondencia con Tomás Segovia, Inés Arredondo y Concha de Albornoz, 1954-1972

Rosa Chacel’s Mexican Network captured in her correspondence with Tomás Segovia, Inés Arredondo, and Concha de Albornoz, 1954-1972

Eugenia Helena Houvenaghel* 

*Universiteit Utrecht, Netherlands helena.houvenaghel@gmail.com


Resumen:

Después de haber recorrido las posibilidades y los límites del epistolario privado para analizar las redes intelectuales del exilio, este estudio reconstruye la red mexicana de Rosa Chacel sobre la base de las cartas que intercambió entre 1954 y 1972 con Tomás Segovia e Inés Arredondo. Nuestro análisis se sitúa en la intersección interdisciplinaria entre análisis de redes, estudios literarios e investigación histórica. En cuanto al análisis de redes, identificamos los diferentes actores en la red, aclaramos cuál es la evolución de la red y situamos los contactos mexicanos en el conjunto más amplio de la red transnacional construida por la escritora en el exilio. Por lo que es del contenido y significado literario de las relaciones establecidas, destacamos que la red mexicana asocia trabajo y amistad ofreciendo a Chacel gran número de oportunidades de colaboración profesional en un ambiente familiar cálido y privado.

Palabras clave: Rosa Chacel; Epistolario privado; Tomás Segovia; Inés Arredondo; Concha de Albornoz; Cartas

Abastract:

After having explored the possibilities and limits of private correspondence to analyze the intellectual networks of exiles, this study reconstructs Rosa Chacel’s Mexican network on the basis of a set of letters exchanged in the period of 1954 to 1972 between Tomás Segovia, Inés Arredondo and Rosa Chacel. Our analysis is situated at the interdisciplinary intersection between network analysis, literary studies, and historical inquiry. From the point of view of network analysis, we identify the different actors in Chacel’s Mexican network, clarify its evolution, and we situate the Mexican contacts in the broader context of the transnational network built by Chacel during exile. With respect to the content and literary significance of these relationships, we delve into the functioning of Chacel’s Mexican network and highlight that it associates work and friendship by offering a large number of opportunities for professional collaboration in a warm and friendly family environment.

Keywords: Rosa Chacel; Private correspondence; Tomás Segovia; Inés Arredondo; Concha de Albornoz; Letters

0. La correspondencia epistolar privada: posibilidades y límites

Este estudio se sitúa entre el análisis de redes, estudios literarios e investigación histórica y se enfoca en la red intelectual de Rosa Chacel (1898-1994),1 escritora española que vivió durante un largo período en el exilio americano (1940-1972) antes de regresar a España. Su exilio se suele asociar más con Argentina, país en el que trabajó durante casi dos décadas (1940-1959) o con Brasil, el país oficial de acogida en el que residió, con breves interrupciones, en la década de 1963-1973. Es por ello que nos proponemos estudiar aquí su red mexicana, un componente menos conocido del conjunto de sus redes intelectuales. El presente artículo forma parte del estudio más amplio de la totalidad de las redes intelectuales de Rosa Chacel que incluye contactos con, entre otros, argentinos, brasileños, españoles y griegos (Houvenaghel 2023b).

Para aproximarnos al contenido y significado de sus relaciones con actores mexicanos y, por tanto, al lugar que su red mexicana ocupa en el marco más amplio del conjunto de sus contactos, nos centramos, principalmente, en la correspondencia epistolar privada2 de Rosa Chacel con intelectuales mexicanos, entre quienes destacan los escritores mexicanos Tomás Segovia3 (1927-2011) e Inés Arredondo4 (1928-1989).5 Por razones de espacio, nos limitamos en este trabajo al estudio de la red mexicana de Chacel durante el exilio (1940-1973); estudiaremos en otro posterior la transformación de la red mexicana de Chacel después del retorno a España (1973-1994).

Las cartas privadas se estudian aquí en su vertiente comunicativa, como fuentes documentales que revelan la índole y el significado de las interacciones entre actores. También aportan información tanto para reconstruir la red de una persona y la evolución de las relaciones en el tiempo como para profundizar en el contenido de las interacciones entre los actores. Lo anterior, nos informa acerca de las funciones de sus relaciones, de lo que se comparte a través de los contactos; refiere los valores e ideas con los que los individuos se relacionan entre sí, y acerca de los resultados de los contactos entre actores.

La correspondencia epistolar es particularmente útil para conocer las relaciones que las redes articulan en el contexto de distancia y alejamiento entre personas, creado por los flujos del exilio. En los últimos años, el uso intensivo de la correspondencia como fuente documental ha proliferado en los trabajos de investigación sobre intelectuales y artistas españoles (descendientes) del exilio (Aznar Soler 2015; 2019; Houvenaghel 2018; 2020; 2022a; 2023a; Montiel Rayo 2020). El epistolario privado nos ofrece, efectivamente, una percepción muy rica de la red de relaciones a distancia que los intelectuales españoles establecieron. En este contexto de lo transnacional, hay que tener en cuenta que la mayor parte de las relaciones de Rosa Chacel con mexicanos se solía llevar a cabo por vía epistolar debido a la lejanía que separaba a Chacel (ubicada, en el período del exilio, sucesivamente en Buenos Aires, Nueva York, Madrid, París y Río de Janeiro) de sus contactos mexicanos.

En el caso de la comunicación con actores por medio de encuentros en vivo o tertulias presenciales, en cambio, el epistolario privado no puede servir como fuente documental. Así, el epistolario de Rosa Chacel no refleja los contactos que la autora tuvo en el exilio con intelectuales mexicanos durante su estancia en México D.F. (1960) o durante el encuentro presencial con Tomás Segovia en Río de Janeiro (1964). Por la proximidad geográfica, la correspondencia privada no recoge sus contactos con mexicanos y presenta, por lo tanto, una carencia importante. Como consecuencia, hay que cruzar fuentes y complementar la lectura de las cartas intercambiadas con Tomás Segovia e Inés Arredondo por medio de otros archivos, tales como textos autobiográficos (los diarios de Rosa Chacel), cartas enviadas de/a contactos de otras redes de Chacel (tales como la cineasta argentina Esmeralda Almonacid (1922-2011) (Houvenaghel 2022b)6 o la intelectual Concha de Albornoz (1900-1972)7 o textos ensayísticos (algunos ensayos, reseñas y prólogos de Tomás Segovia).

Desde esta perspectiva de lectura cruzada con otras fuentes, la correspondencia ofrece además otras posibilidades, ya que añade información sobre los textos literarios publicados por el emisor o el destinatario de las misivas durante el período de la correspondencia. Las cartas se producen, generalmente, a medida que se desarrolla un intercambio o una colaboración en la cual diferentes actores de la red se implican, por medio del intercambio de ideas o por medio de la movilización de otros contactos para que actúen. Estas interacciones, a su vez, generan otros textos literarios sobre cuyo proceso de realización y posibilidades de interpretación las cartas arrojan una nueva luz.

Una limitante del epistolario privado es que suele contener únicamente las misivas que recibe el destinatario de las cartas, pero no de quien las escribe. El trabajo se enriquece cuando se conservan cartas de ambos participantes en el diálogo epistolar. En el caso de Rosa Chacel, no disponemos de las misivas enviadas a Tomás Segovia ni a Concha de Albornoz. En cambio, sí se han conservado las cartas enviadas por Chacel a la escritora exiliada Esmeralda Almonacid y algunas epístolas enviadas por Chacel a Inés Arredondo.

Asimismo, la secuencia cronológica de la correspondencia permite observar la duración y evolución de los contactos, los cuales son elementos centrales para la comprensión de las redes transnacionales que, a través del tiempo, “se establecen, se negocian, se acaban, y se reformulan” (Besserer 1999: 220). Una correspondencia sostenida durante varias décadas revela la evolución de las relaciones en el tiempo, su iniciación, su desarrollo, sus cambios y sus regularidades, su renovación. Así, la observación de las interacciones con actores mexicanos en la red epistolar de Rosa Chacel, durante el período de su largo exilio, muestra la evolución de las relaciones personales de la autora con intelectuales mexicanos a través del tiempo y el significado de esta evolución para el desarrollo y la profundización de los contactos, para la disolución y ruptura de los vínculos y para el establecimiento de nuevos contactos.

1.Inicios de la red intelectual mexicana, 1954-mayo de 1960

Dos figuras, ambas vinculadas con el exilio español en México, son instrumentales en la iniciación de la red mexicana de Rosa Chacel: Tomás Segovia y Concha de Albornoz. Una carta de Segovia, enviada en 1954, y una selección de las cartas de Albornoz enviadas en 1960, muestran cómo se sientan, en el período de 1954 a 1960, las bases para la red mexicana de Rosa Chacel.

Tomás Segovia, hijo del exilio español, se considera en este estudio sobre todo desde el punto de vista de su rol como director de la Revista Mexicana de Literatura,8 revista de orientación cosmopolita que es la expresión de un tránsito renovador en la cultura mexicana. La revista no sólo publicó obra creativa, sino que también hizo una labor crítica y de divulgación en distintos campos artísticos (teatro, cine, pintura, música, literatura) y jugó un importante papel dentro del ámbito de la traducción. La intelectual española exiliada Concha de Albornoz, a su vez, había establecido una profunda amistad con Rosa Chacel en la ciudad de Madrid de los años veinte y posteriormente, en los años de la Guerra de España. La familia de Concha de Albornoz se estableció en el exilio mexicano y nuestra intelectual -quien trabajaba en Mount Holyoke College, en Massachusetts y solía pasar los veranos en México-, había establecido una relación epistolar con su amiga Rosa Chacel desde el inicio del exilio (Bande 2022).

1.1. “Soneto invernal” en clave: Tomás Segovia

La primera carta de Tomás Segovia a Rosa Chacel (sd.12.1954)9 de la que disponemos, nos indica que fue Ramón Gaya (1910-2005),10 amigo de Segovia, la persona que hizo posible el inicio de la relación epistolar. El escritor hispanomexicano se pone en contacto con Chacel con base en la admiración que le profesaba por la primera recopilación de sus cuentos, Sobre el piélago (1952, Buenos Aires). Se trata de un libro poco estudiado, igual que los demás cuentos de Rosa Chacel, que recibieron poca atención de la crítica. Se refiere en términos de elogio al cuento “Piélago”, tan “rico y profundo” y al cuento “Secreto Manifiesto”, “milagroso” (sd.12.1952). La calidad de la narrativa breve de Chacel es, pues, el catalizador de sus relaciones con intelectuales mexicanos. Para expresar su admiración por la narrativa breve de Chacel, Segovia le escribe un soneto, “Que sirva este soneto como un pequeño homenaje”:

Soneto invernal

La noche cóncava, glacial el viento.

El frío que es ausencia más que frío,

en el desierto espacio tan vacío

reina mudo, difícil, avariento.

Mi soledad sin desfallecimiento,

invierno insomne, desdeñoso brío,

ni una brecha de olvido, desvarío

turba tu perfección sin movimiento.

Bastaría un instante obedecerte

para entrar fascinados en la muerte

sin ruptura ni horror, lúcidamente.

-Y húmeda al sol, mañana, impuramente,

la esperanza de un tajo hará mentira

este mundo que en ti concluso expira.11

En el soneto de Segovia se reconocen rasgos estilísticos, léxicos e imaginativos del mundo onírico que sor Juana propone a lo largo de los 975 versos de su Sueño. El soneto de Segovia describe el mismo ciclo -que va de la caída de la noche al despertar bajo la luminosidad del sol- que se evoca en el Primero Sueño. Segovia rinde pues homenaje a la figura de Chacel a través de un soneto que establece relaciones intertextuales con el Sueño de sor Juana, la décima musa, una poetisa e intelectual con ideas adelantadas para su época.

Rosa Chacel se vincula con la poesía de sor Juana a través de conferencias y un prefacio. La autora exiliada dará en 1958 una conferencia titulada “Poesía de circunstancia” (Chacel 2014: 30-49) sobre la poesía de circunstancia de sor Juana en la Universidad Nacional del Sur Bahía Blanca en Argentina. Durante su estancia en Nueva York (1959-1961), en 1960, dará otra conferencia dedicada a sor Juana.12 Posteriormente, en 1980, escribirá el prefacio a la edición de Sonetos y endechas de la autora de “La carta atenagórica”.

La forma del soneto en homenaje a una persona recuerda el primer libro de poesía de Chacel, A la orilla de un pozo (1936), que contiene treinta sonetos, cada uno dedicado a uno o una de sus amigos. Así, la recopilación contiene, por ejemplo, un soneto para su amiga española Concha de Albornoz y otra para su amiga argentina Esmeralda Almonacid. Cada uno de estos sonetos “se dirige a su dedicatorio en una clave individual, en cifra” (Olmos 2021: 105) y parece que Segovia también eligió, para su elogio a Rosa Chacel, una “clave individual”, la del mundo onírico entre vida y muerte, del Primero Sueño de sor Juana.

1.2. Concha de Albornoz: “¡Vamos hacia la serpiente emplumada!”

Después de 20 años de exilio en Buenos Aires, Rosa Chacel obtuvo una beca Guggenheim gracias a la ayuda de Albornoz y por la intermediación de Severo Ochoa y su esposa Carmen (10.02.1959). Durante el goce de la beca en Nueva York, las amigas de Chacel pudieron verse por primera vez después de veinte años y Albornoz aprovechó la estancia de su amiga para organizar un viaje a México, país que Albornoz conocía bien como país de acogida de su familia en el exilio y como “una patria de repuesto” veraniego (30.09.1947). Concha de Albornoz se establecería en México después de su jubilación en 1965 (28.08.1964 y 27.08.1965).

En cuanto al significado que México tenía en aquel entonces para Chacel, le escribió a su amiga argentina Esmeralda Almonacid que el viaje a México, que tuvo lugar en los meses de julio a septiembre del 1960, le permitiría ver a su hermana Blanca Chacel (1914-2002) por primera vez después de veinte años.13 Durante su estancia en Nueva York, Chacel también se aproxima al quehacer cultural de México tal como se plasmaba en las revistas de la época. Pocos meses antes de hacer el viaje a México con Albornoz, Chacel había podido conocer, gracias a Manuel Durán,14 algunas revistas mexicanas que despertaron su interés.15

Por medio de varias cartas, enviadas por Albornoz a Rosa Chacel, se organiza y se prepara el viaje de Nueva York a México. Concha de Albornoz le da instrucciones a Chacel para la reserva y confirmación del billete. Mientras que ella, a su vez, comenta en una carta a su amiga argentina Esmeralda Almonacid que fueron dólares americanos, ganados en las conferencias brindadas en los EE.UU., que le permitieron comprar el pasaje a México.16

Cuando se aproxima la fecha de la salida, Albornoz se centra en las preparaciones prácticas del viaje y le explica a Chacel a través de cartas cómo puede resolver las dificultades relativas a la obtención de permisos para entrar y salir de Estados Unidos. Albornoz se presenta en estas cartas como una gestora eficaz que está pendiente en todo momento de las necesidades de los trámites. Está dispuesta a hacer todo lo posible para que el viaje pueda realizarse. Así, sobre la base de su experiencia con viajes a México, Albornoz le da instrucciones precisas (05.06.1960) acerca del modo de conseguir el visado y le ofrece ayuda financiera. Las instrucciones de Albornoz son claras y precisas y se inspiran en la experiencia que tiene con los mexicanos y con el viaje de Estados Unidos a México. Las cartas se convierten en listas de “tareas” que Rosa Chacel tendrá que realizar (05.06.1960):

Tienes que averiguar los siguientes datos […]:

  1. cantidad exacta de dólares que hay que poner.

  2. Dos, dónde hay que ponerlos. Si puede ponerlos a un amigo por el viajero. En esto creo por lo que me dice una amiga aquí, sería mejor que yo mandara el dinero a mi hermano para que él lo ponga en México a tu llegada, pues parece que aún es más fácil recobrar la fianza que si la pone el viajero, al que le pueden poner dificultades para recuperar el dinero en el momento de la salida del país, tú no conoces a los mexicanos todavía.

  3. Cuándo devuelven la fianza.

  4. Si poniendo la fianza lo de conseguir el visado es rápido, o si los trámites son largos también (claro que el tiempo para los mexicanos a pesar de tantos calendarios aztecas es algo vaguísimo (tal vez por la falta de estaciones).

  5. ¿El re-entry permit para regresar a los Estados Unidos es o no necesario en tu caso? ¿Es necesario si te renuevan la beca [Guggenheim]? ¿Y si no te la renueva? El re-entry permit hay que pedirlo al State Department de Washington y tardan de dos a tres semanas en darlo. Creo que debes enterarte de todo ello en la emigración de Nueva York, que no sé dónde está, pues yo todos estos trámites, cuando tenía que hacerlos, los hacía en mi condado (05.06.1960).

También le estimula a Chacel a no perder coraje cuando el viaje se aproxima y algunos problemas no se han resuelto todavía: “No hay que desanimarse por estas pequeñas dificultades”, le explica Albornoz en una de sus cartas, “pero hay que hacerles frente sin pérdida de tiempo, pues los días están contados” (05.06.1960). Así es que, aunque las cartas enviadas por Albornoz a Chacel en este período preparatorio del viaje a México tienen una importante dimensión pragmática y se conciben sobre todo como instrucciones para realizar los trámites necesarios, también ofrecen apoyo afectivo, estímulo moral y un gran compromiso personal para que las amigas consigan hacer el viaje tan anhelado. Como resultado de estas preparaciones bajo el liderazgo de Concha de Albornoz, todo se arregla y el día de su salida a México en junio de 1960, Chacel apunta en su diario: “Bueno, ¡vamos hacia la serpiente emplumada!” (Chacel 2004: 195).

2.Desarrollo de la red intelectual mexicana, junio de 1960-1965

En septiembre de 1960, ya de regreso en Nueva York, Chacel retoma el diario escribiendo: “La verdad es que la serpiente se portó de un modo encantador. […] Bueno, aquello resultó bien, muy bien” (22.09.1960; Chacel 2004: 196). Efectivamente, el verano en México (junio 1960-septiembre 1960) se convirtió en uno de los períodos más estimulantes y productivos de su estancia en Nueva York. A su amiga argentina Esmeralda Almonacid, Chacel escribe en términos muy positivos sobre la estancia en México:

Te habrán dicho que fui a Méjico […]. Di en Méjico unas conferencias, que gustaron mucho, y me llevaron a tal número de lugares, tuve tal cantidad de invitaciones que no descansé ni un día. No es este el sistema de vida que a mí me entusiasma, pero allí me fue simpático porque había un grupo de escritores jóvenes que realmente se enteraban de las cosas y todo ello transcurría en un ambiente de gran cordialidad. En resumen, el viaje a Méjico fue enteramente positivo, pero yo pasé por allí como un ciclón y cuando me encontré aquí de vuelta, me dije; vaya, parece ser que estuve en Méjico (12.12.1960).

Su evaluación tan positiva de la acogida en México ofrece también una síntesis descriptiva de la doble particularidad de sus relaciones con intelectuales mexicanos, que combina lo profesional de un ambiente intelectual eficaz y estimulante con lo amistoso de una atmósfera privada calurosa. Dicha característica combinada de lo intelectual y lo afectivo se refleja también en las cartas intercambiadas con Inés Arredondo, figura que sirve de catalizador de las actividades en la próxima fase del desarrollo de la red mexicana de Chacel.

2.1. “Querida, muy querida Rosa: te abrazamos con el cariño de siempre”

Inés Arredondo crea, en sus cartas, un ambiente de afectividad, en el que predomina el gran cariño que ella y Segovia17 le tienen a Rosa. Chacel a menudo se refiere a la medida en que la extraña tanto Segovia como Arredondo, además cómo toman iniciativas para poder reunirse los tres, ya sea en México, París (01.12.1962) o en Río de Janeiro (05.12.[1964]). Las cartas, dirigidas significativamente a “querida, muy querida Rosa”, se cierran por medio de expresiones del afecto que la emisora y su pareja sienten por la autora. Aunque el inicio y el final de las cartas son lugares estratégicos para la evocación del cariño, también la parte central de las misivas construye el mismo ambiente afectuoso por medio de la evocación del contexto privado de la familia y del círculo de amigos, tanto de Arredondo como de Chacel.

Así, la autora de “Río subterráneo” escribe, en sus misivas, sobre el cuidado de sus hijos en casa y sobre las dificultades que le plantea la combinación de su vida familiar con la carrera profesional (26.05.1961), sobre su preocupación por el trabajo duro de su marido Tomás Segovia como director de la Casa del Lago (16.02.1961), sobre la situación económica preocupante de la pareja (26.05.1961), sobre la preparación de la estancia de su familia en Europa y en Montevideo (01.12.1962) o sobre su divorcio de Tomás Segovia y su salida a París (09.05.1965).

En el mismo marco del cuidado y esmero por la familia y los seres más queridos de los corresponsales, Arredondo dedica atención al bienestar del hijo de Rosa Chacel, Carlos.18 Durante su estancia en Nueva York, Chacel se preocupa mucho por su hijo quien se ha quedado en Buenos Aires (Chacel 2004: 2012-2020; sd.02.1961). El viaje del joven Carlos -quien tuvo que viajar de Buenos Aires, donde había estudiado en compañía de su madre, a Río de Janeiro, donde se encontraba su padre, Timoteo Pérez Rubio (1896-1977) y después de Río a Nueva York para visitar su madre- genera mucha ansiedad en Chacel e impacta negativamente su productividad. Durante el período tenso de espera de noticias del hijo, Arredondo le escribe una carta que transmite a Chacel la calidez de la comprensión: “Ojalá tu hijo se te reúna pronto, para que estés completa y contenta a tiempo” (16.02.1961). Cuando el joven Carlos Pérez Chacel finalmente realiza el viaje y la estancia en Nueva York, en la primavera de 1961, Rosa Chacel está muy aliviada (Chacel 2004: 204; 09.04.1961) y Arredondo demuestra un alto grado de empatía y entendimiento:

Me alegró muchísimo tu carta, […] porque vi que ya ¡por fin! los entretelones del destino han cambiado y todo empieza a marchar bien para ti. Lo de Carlos me pareció algo así como un milagro; para mí, Carlos es un ser casi mitológico y ha contribuido grandemente en estos últimos tiempos para confirmarlo ese larguísimo viaje, verdadera odisea, del que parecía que no iba a llegar, no a regresar, nunca. Como a ti de Penélope no te veía nada, me alegro muy de veras de que ese suplicio haya terminado (26.05.1961).

El efecto de inclusión de Chacel en el ambiente privado familiar de Arredondo se construye también a través de referencias en las cartas a la casa de Arredondo, que está abierta para acoger tanto a Chacel como a su hijo (sd.[10].1960, 08.12.1960, 16.02.1961). Inés invita Chacel a que pase otro verano en México en su casa (sd.[10].1960), que, como escribe Inés Arredondo a Rosa Chacel, “siempre será la casa de usted”. La invitación también le incluye al hijo de Chacel: “Nosotros”, escribe Arredondo, “le seguimos esperando con las guitarras empuñadas” (16.02.1961).

Entre los seres queridos que ocupan un lugar central en las cartas de Arredondo destaca también Concha de Albornoz, una de las mejores amigas de Rosa Chacel y la madrina de su hijo Carlos. Concha de Albornoz es un punto de unión importante entre Chacel y Arredondo. Así, Arredondo se refiere a conversaciones veraniegas con Concha en México o al período de Navidad que pasa con su marido en los Estados Unidos con Concha (01.12.1962). El bienestar y la salud de Concha de Albornoz se convierten en una preocupación común que estrecha los lazos entre Inés Arredondo y Rosa Chacel. En 1960, Albornoz sufre de las consecuencias de una caída grave y Chacel expresa su profunda inquietud en su diario (25.09.1960; Chacel 2004: 196-198). También Tomás Segovia, Inés Arredondo y Blanca Chacel, la hermana de Rosa, se preocupan por la recuperación de Albornoz19 (s.d., [10] 1960).

Aunque los valores del cuidado responsable de la familia y de las relaciones de afecto en el círculo de amigos ocupan un lugar central en las cartas de Arredondo, el patrón característico de las misivas no se limita a ello, sino que consiste en el entrelazamiento de lo profesional y lo privado, una exitosa combinación en la correspondencia privada (Houvenaghel 2023c), como veremos en los apartados siguientes.

2.2. Las revistas mexicanas y su potencial en la red

La cohesión de un grupo o una generación de escritores en múltiples casos se puede comprobar por medio de una revista literaria en la cual todos colaboraron. Entre 1959 y 1965, varios miembros de la Generación de la Casa del Lago o la Generación del Medio Siglo,20 a la que pertenecían Tomás Segovia e Inés Arredondo, asumieron la redacción de la Revista Mexicana de Literatura (RML) (1955-1965), revista que se convertirá en la empresa estelar de la generación.21 El perfil de la generación se fortalece a través de la revista en la que la nueva élite intelectual define su posición frente a la dicotomía nacionalismo/cosmopolitismo y promueve la apertura al quehacer cultural y literario de otros países. El grupo manifestó su opinión crítica no sólo en la RML sino en diversas revistas del país22 y recibió el apoyo de varias editoriales23 e instituciones.

En varias de sus cartas, Inés Arredondo subraya la importancia que tienen las revistas -tales como la RML, la Revista de la Universidad de México o los suplementos México en la Cultura, del periódico Novedades-, en el quehacer cultural de México y en su carrera. Así, Arredondo pone de manifiesto en una carta a Rosa Chacel (26.05.1961) cómo la publicación de su cuento “Estar vivo” (junio 1961) en la Revista de la Universidad es un logro profesional que le ayuda a pedir una beca al Centro Mexicano de Escritores. También informa acerca de un cuento suyo, “La Sunamita” que, después su publicación en 1961 en la RML, tiene una trayectoria exitosa y se convierte en cortometraje (21.12.1964).24

Las cartas también indican la importancia que Arredondo concede al envío de las revistas como manera de hacerle participar a Chacel en el ámbito cultural que se está creando en esta fase de transición cultural en México. Arredondo usa el envío de revistas para completar su diálogo epistolar con Chacel y para hacerla participar -a distancia- en el contexto mexicano: “espero que la Revista te llegue regularmente”, escribe Arredondo, “aunque sea por barco” (09.04.1965). En otra misiva, Inés envía cuentos publicados en RML (7-8, julio-agosto 1964): “Como te prometí, te mando el relato de [Robert] Musil25 […] (¿recibiste los ejemplares de la Revista que te mandé?) y pronto se publicará otro de [Hermann] Broch26 que espero también leerás […]” (09.04.1965). Arredondo escribe: “Te hablo de ellos porque estoy segura de que no solamente te interesará, sino que te servirán en el sentido de que veas la importancia de los autores de minorías, de los escritores para escritores. Son ellos los que fundamentan realmente la cultura de esta época” (21.12.1964).

Una vez llegada a la Ciudad de México, Rosa Chacel no tarda en hacer su aparición en las revistas mexicanas, entendidas como el centro del quehacer cultural de México. En julio de 1960, Tomás Segovia publica en la Revista de la Universidad de México una semblanza de la autora titulada “Rosa Chacel o el misterio radiante” (11.07.1960, 22-23). Así la autora española entra por la puerta grande en México. El artículo le da la bienvenida a Chacel en México y se abre de la manera siguiente:

En los días en que aparezca esta nota, se encontrará probablemente entre nosotros, o estará a punto de llegar, la gran escritora Rosa Chacel, procedente de los Estados Unidos donde goza de una beca Guggenheim. Las presentes líneas sólo pretenden ser un saludo a uno de los talentos más indiscutibles de la prosa española, y una modesta presentación, a través de uno de sus libros [la recopilación de cuentos Sobre el piélago], para los lectores que no la conozcan (Revista de la Universidad de México, firmado como Tomás S. de los Reyes, 11.07.1960).

Segovia llama la atención sobre la narrativa breve de Chacel y de este modo crea, en México, una imagen diferente en comparación con la que se proyectó de Chacel en Buenos Aires como traductora o ensayista: “Magnífica traductora y ensayista original, Rosa Chacel fue quizás más apreciada por estas virtudes que por el primer libro de cuentos que publicó en Buenos Aires, Sobre el piélago, verdadera obra maestra del género en nuestra lengua” (Segovia [1962] 2007: 81). Así, hace pública su admiración por la ficción breve de Chacel, admiración ya expresada en 1954 de manera privada, por medio de la carta-soneto.

De acuerdo con la línea propuesta por Tomás Segovia, será sobre todo la cuentística de Chacel la que se difundirá a través de las revistas mexicanas. Así, la RML publicará el cuento “Tertulia en el bar Himeto” [12-15, julio-septiembre 1960), un relato que Chacel proyectaba convertir en novela y que junto con otros trabajos inconclusos se publicaría en sus Novelas antes de tiempo (1980). Inés Arredondo, por carta, le comunica a Chacel cómo se recibe el cuento en México: “La RML donde está el fragmento de tu novela ya apareció […]. Ayer estuvimos hablando con Esteban [Marco]27 de este fragmento. Nos debes la novela, pues nos quedamos muy picados” (16.02.1961).

En la misma línea del aprecio mexicano por la narrativa breve de Chacel, se publica, un par de años después, en la RML su cuento “La gerencia” (núms. 1-2, febrero 1964). Inés Arredondo esboza, por vía epistolar, la lectura que se hace del relato en el marco abierto y cosmopolita que caracteriza el contexto cultural de la Generación de la Casa del Lago: “El cuento les fascinó a los de la Revista, Juan García Ponce28 me dijo que era muy curioso y extraño el parecido que tiene con un relato de Musil que van a publicar pronto (te lo mandaré). Aquí están enloquecidas con Musil y Broch” (21.12.1964).

El hecho de que los autores mexicanos establezcan un vínculo entre Musil y Chacel es señal de la gran admiración que tienen por la autora exiliada, ya que Robert Musil es uno de los escritores más apreciados por el grupo de la RML. Arredondo hace, en sus cartas, alusiones a la “admiracioncita” y “pasioncita” que los autores mexicanos tienen a Chacel (26.05.1961) y también se refiere a la fama y al prestigio que Chacel tiene entre ellos: “He adquirido un cierto prestigio gracias a las ocasiones en que los muchachos me preguntan en público si tengo noticias tuyas” (26.05.1961).

Finalmente, en las cartas de Inés Arredondo, las revistas adquieren presencia cuando la autora mexicana invita a Chacel a enviar un texto para publicarlo en la revista. Su petición se realiza en la atmósfera cordial que caracteriza sus cartas desde el inicio de la correspondencia y que combina de manera exitosa la colaboración profesional y el afecto: “No lo olvides, no olvides esta petición y mi cara terca diciéndote: dámelo Rosa, ahora mismo. Al menos podrías intentar decirnos cosas a los cuatro hambrientos que te leemos siempre, escribirlas sabiendo que trataremos de escucharte con toda la atención de que somos capaces. No lo olvides” (09.04. 1965).

2.3. El camino hacia Ofrenda a una virgen loca (1961)

En 1961, la segunda colección de cuentos de Chacel, Ofrenda a una virgen loca, que incluye los relatos “Transfiguración”, “Lazo indisoluble”, “Secreto manifiesto”, “Ofrenda a una virgen loca” y “Balaam”, se publica en México bajo el sello de la Universidad Veracruzana. El proceso de publicación es guiado por Inés Arredondo, y, como leemos en sus cartas, varios miembros del grupo de la RML, especialmente Juan Vicente Melo,29 también participan. Inés Arredondo se convierte en una gestora eficaz del proceso de la edición del libro y las cartas son el medio de comunicación que utiliza para darle instrucciones a Chacel para sacar adelante la publicación.

Así, en su primera carta, Arredondo habla del envío de la corrección de los cuentos incluidos en el volumen de la Universidad Veracruzana, donde Sergio Galindo30 se encargará de la edición. La autora de “La señal” le estimula a enviar la corrección de los cuentos lo antes posible ya que “en Veracruz ya están esperándolos” (sd.[10].1961). Reitera la misma petición en sus próximas cartas y le explica a Chacel la razón de la urgencia: “En Veracruz siguen impacientes. No hay que desaprovechar esa impaciencia, procura regresar pronto los textos, si los recibiste, porque ya ves que un cambio de rector o cosa parecida puede ser fatal” (08.12.1960).

Cuando resulta que Chacel envió los relatos a una dirección errónea, Arredondo le comunica la dirección correcta e insiste: “Hazlo lo más pronto que puedas, Sergio Galindo está impaciente, entre otras cosas porque parece que habrá cambios también en la Universidad de Jalapa y cuando cambia de manos el departamento editorial nunca se sabe qué puede suceder con el material seleccionado por los editores anteriores” (16.02.1961). Cuando recibe los cuentos, Inés Arredondo expresa su alegría: “¡Al fin! ¡Ya tenemos, vemos y tocamos los cuentos!” y le da instrucciones a Chacel para el próximo paso: “Ahora necesitamos que rápidamente nos mandes el índice para que Sergio [Galindo] sepa el orden” (22.03.1961).

La narración del proceso de publicación indica que es un verdadero trabajo de equipo y que la ayuda de otros miembros del grupo de la RML ha sido imprescindible en su realización:

Yo también tengo buenas noticias que darte: el libro está ya en Jalapa, en manos de Sergio Galindo. Hubo momentos en que creí verdaderamente que nunca se lograría, por ejemplo, cuando me di cuenta de que el original de Ofrenda para una virgen loca estaba en [el periódico] Novedades,31 que nunca lo publicó, pero que tuvo buen cuidado de traspapelarlo y perderlo. Juan Vicente Melo fue el héroe que subrepticiamente se coló en la dirección y como un ratero cualquiera registró todos los cajones del director hasta que lo encontró (26.05.1961).

Además de darle instrucciones prácticas para guiar el proceso de la publicación, Inés Arredondo desempeña también el rol de crítica literaria de los cuentos incluidos, en un período en el que Tomás Segovia está tan cargado de trabajo como coordinador de la Casa del Lago, que no le queda tiempo para evaluar las nuevas versiones de los cuentos que se incluirán en la recopilación. Así, el cuento “Lazo indisoluble” ha sido retrabajado por Chacel y la nueva versión del cuento es recibida por Inés Arredondo de la manera siguiente:

[…] Tomás no pudo leer la nueva versión de “Lazo indisoluble”. Yo sí. […] me pareció magnífica. Me dejó epatada tu maestría. No es que yo no supiera la mano que tienes, si no que no veía por dónde ni cómo harías para mejorar la versión que conocíamos, y resulta que agarras el cuento, te lo metes en la manga, uno, dos, tres soplas y sale un cuento diferente […] Ahora es un cuento menos triste y mucho más cruel (26.05. 1961).

En consonancia con el contexto cosmopolita en el que trabaja la Generación de la Casa del Lago, Arredondo lee el cuento de Chacel en un marco literario internacional: “como yo creo que la crueldad es una condición suprema de las cuentistas cumbres (hablo de las porque en los hombres la lucidez tiene formas menos carnales y entrañables que la crueldad), ya verás que te estoy diciendo mi epíteto máximo. Lo de la crueldad lo descubrí por la [Katherine] Mansfield y por ti” (26.05.1961).32

Poco después de la publicación de Ofrenda a una virgen loca, aparece una reseña de Tomás Segovia que completa el proceso de la publicación. Segovia subraya su admiración por la cuentística de Chacel (marzo de 1962, Revista de la Universidad de México) y, aunque también se expresa de manera crítica sobre un par de cuentos, especialmente sobre el cuento que da título al volumen, considera que la mayoría de los relatos le parecen “impecables”, “de primera calidad” y escritos con “maestría”. Chacel, quien se encuentra en París cuando sale la reseña de su volumen de cuentos, apunta acerca de la reseña en su diario: “La [carta] de los Segovia tiene que ser larga porque […] la nota de Tomás sobre la Virgen loca es magnífica” (15.11.1962; Chacel, 2004: 290).

2.4. La recepción de La sinrazón en Buenos Aires (1960)

Durante la estancia de Rosa Chacel en Nueva York, en 1960, apareció en Buenos Aires La sinrazón, su última novela. La novela es un trabajo del que la autora está muy orgullosa: “Lo único serio que he hecho en mi vida”, escribe en su diario, “es La sinrazón” (17.02.1984; 2004: 846). Sin embargo, la publicación de esta novela en Argentina fue un proceso lento y problemático que mantuvo angustiada a la escritora durante los primeros meses de su estancia en Nueva York. Una vez publicada la novela, la frialdad con que se recibió en Buenos Aires causó gran inquietud a la autora.

Con el fin de saber más de la situación en Buenos Aires y de la posibilidad de que salga una reseña de su novela, se pone en contacto a través de cartas con Esmeralda Almonacid, miembro de la élite bonaerense (Houvenaghel 2022b; Bande 2023) y figura clave de la red argentina de Chacel. Almonacid le escribe, por un lado, sobre la acogida entusiasta que el libro “magnífico” ha conocido en el círculo privado de las relaciones argentinas de Chacel, pero subraya, por el otro, el “silencio total con el que ha sido recibido” (01.02.1961) en el escenario público. Almonacid se dedica a averiguar cuáles fueron las circunstancias que causaron que la reseña del libro, que se había planificado para aparecer en la revista argentina Sur, no pudo salir.33 Esmeralda Almonacid concluye: “Bueno, como tú dices, superar el episodio y a seguir en otro” (01.02.1961). Sin embargo, Almonacid le señala que existe la posibilidad de que en mayo de 1961, en un número posterior de la revista, cuando ya varios meses habrán pasado después de la salida de su libro, salga la reseña. Dicha posibilidad no se realiza. Con todo, en una carta posterior, Almonacid evalúa la situación y llega a la siguiente conclusión: “Después de más de seis meses de faltar de Buenos Aires [Almonacid hizo un gran viaje a Europa], me encontré con que nada ha salido sobre tu libro. Te aseguro que no entiendo nada. Todos parecen lamentar lo sucedido, pero no se puede explicar ni entender por qué sucedió” (sd.09.1961).

En México, país que apreció la narrativa de Chacel, parece que su novela no se distribuyó: “Tu novela no llegó aquí a las librerías”, le escribe Inés Arredondo, “y los ejemplares, […] no sé si llegaron […] pero en todo caso han circulado por lugares ocultos a nuestra mirada”. La escritora mexicana concluye, en línea con el interés que existe en México por su ficción, que “es una verdadera lástima, hubo quienes se quedaron con deseos de leerla” (26.05.1961). Aunque no disponemos de una carta en la que Chacel explica a Segovia y Arredondo la fría acogida de su novela en Buenos Aires, podemos suponer que, en sus encuentros presenciales en México, Chacel les informó. El siguiente fragmento de la reseña de Ofrenda a una virgen loca que Segovia publica originalmente en 1962 en la Revista de la Universidad de México, demuestra que estaba al tanto y que sentía la necesidad de reaccionar ante lo ocurrido:

Recientemente se publicó también en Buenos Aires una novela de Rosa Chacel, La sinrazón, que ha pasado prácticamente inadvertida; es sin duda una novela “difícil”, no porque sea oscura o abstrusa, sino porque no recurre a ninguno de los tópicos o de las recetas estilísticas de moda; aunque no deja de ser sorprendente que el mismo público que es capaz de buscar la aguja de un tenue hallazgo en el descomunal pajar de las llamadas antinovelas (fr. anti-romans), se siente de pronto debilitado para internarse en este libro, selvático sin duda, pero con hallazgos más sustanciosos (Segovia [1962] 2007: 82).

El hecho de que Segovia tome la palabra en defensa de la escritora es, más allá de su discurso basado en argumentos literarios, una muestra de su amistad por Chacel.

3. Transformación de la red, 1971-1972

Como ya anunciamos, por falta de espacio, no elaboramos aquí el desarrollo de la red mexicana en el período postexílico de Chacel. No obstante, en la última fase del período en el exilio tienen lugar dos acontecimientos que tienen un gran impacto en la red mexicana y que anuncian ya su transformación. Se trata de la disolución de las relaciones con Inés Arredondo y del establecimiento de un nuevo contacto mexicano, la pintora Carmen Parra.

3.1. “No voy a tener nunca respuesta”: Concha de Albornoz y La confesión

Es Chacel, en Río de Janeiro, quien se preocupa porque no consigue recibir una carta de Albornoz, ya jubilada y establecida de manera permanente en México: “¿Frecuentas a Concha [Albornoz]?... Yo no consigo tener carta de ella; la he escrito innumerables veces, la he anunciado una cosa que le mandaba y no sé si la ha recibido, la he dicho que el libro que va a salir en Madrid [La confesión] está dedicado a ella y no me ha contestado. Me asusta mucho pensar que su silencio pueda obedecer a su salud” (25.01.1971). Inés Arredondo se informa y le contesta a finales de 1971 (22.12.1971), y en la carta de respuesta le da noticias tristes acerca de la situación de Concha de Albornoz:

[…] quiero comunicarme con Concha [Albornoz] para darte noticias suyas y […] Ya no puedo escribir palabras jubilosas. Desde hace aproximadamente dos meses, Concha [Albornoz] está en el Sanatorio Español, inconsciente, sin más que una vida vegetativa que puede prolongarse indefinidamente. No me atreví a preguntar detalles sobre el origen o nombre de su enfermedad. La última vez que la vi estaba mal: distraída, despistada, quejándose de soledad y abandono y sin poner casi ninguna atención a quien la hablaba: todo lo contrario a lo que ella era. Es todo lo que sé. Quizá ya lo sepas, pero me consideré dolorosamente obligada a decírtelo (22.12.1971).

En el diario, la reacción de Chacel es inmediata y de gran tristeza: “Llega una carta de Inés Arredondo, dándome la noticia de que Concha está hace dos meses en el hospital completamente inconsciente. No es probable que pueda reponerse. Hace poco más de un mes que salió La confesión, dedicada a ella. A esto no se puede añadir nada” (Chacel 2004: 598; 04.01.1972).

Inés Arredondo le escribe también el día del funeral de Concha de Albornoz, en febrero de 1972, para expresar su desesperanza y tristeza. Rosa Chacel, quien hace en este mismo período una estancia en Madrid, confiesa cómo sufre estos días en la ciudad en que vivió con Concha de Albornoz y hasta qué punto la ciudad está llena de sus recuerdos:

¿Te imaginas lo que es estar yo ahora en Madrid? Todos los días paso por delante de la casa de Concha, por los cafés y las tiendas que ella frecuentaba; vivo en el barrio que era nuestro barrio. Te mando en este mismo correo el libro que acaba de salir, dedicado a Concha, pero no es un libro que una vez terminado se dedica: es un libro escrito para ella. Cada idea, cada frase es como un diálogo con Concha. No puedo convencerme de que no voy a tener nunca respuesta. […] ¿Cómo puedo describirte mi depresión, mi destrucción moral? Ha llegado la hora de reincorporarnos a la vida de España, aunque seamos sólo fragmentos de algo que no se puede componer (8.03.1972 de Rosa Chacel a Inés Arredondo).

Al mismo tiempo, no sólo recuerda el período feliz vivido con Concha de Albornoz en Madrid sino también la estancia en México realizada en su compañía. Además, agradece el poder compartir con Inés estos días difíciles, intensamente tristes, de la despedida de Concha: “Te agradezco enormemente que me hayas recordado en estos días. ¡Cuando pienso en tu casa, en aquel verano de 1960…! ¿Cómo es posible que la vida se deshaga con tanta facilidad? No tengo fuerzas para seguir” (8.03.1972).

3.2. “Hablamos largamente de esas tierras”: nuevos actores en la red mexicana

En los mismos años de 1971-1972, Chacel le escribe a Arredondo desde Río de Janeiro, ciudad en la cual establece un nuevo lazo de amistad con una mexicana, la pintora Carmen Parra (1944-): “En ese último tiempo me he acordado mucho de México porque hizo aquí una exposición una pintora mexicana, Carmen Parra, chica encantadora, de gran talento y enorme personalidad, una mejicanaza, en español suena más fuerte, hice mucha amistad con ella y hablamos largamente de esas tierras. Salió para Europa por una larga temporada, pero creo que ya está de vuelta ahí: tal vez la conozcas […]” (25.01.1971).

Los recuerdos que Chacel tiene de su estancia en México en 1960 y las interacciones y colaboración posteriores con el grupo de la RML se convierten en el punto de partida que le permite a Chacel relacionarse con la pintora Carmen Parra que será un nuevo actor en la red mexicana. Así es que, poco tiempo antes del regreso de Chacel a España, en 1973, la red mexicana de Chacel se transforma: se disuelve la relación con el contacto clave de su red mexicana del exilio, Inés Arredondo, y al mismo tiempo, se inicia otro contacto que transformará la red mexicana de Chacel y que desempeña un papel protagonista en sus relaciones con mexicanos en el período postexílico.

4.Conclusiones

Las cartas intercambiadas entre Segovia, Arredondo y Chacel nos han permitido reconstruir la red mexicana de Chacel en sus fases sucesivas. En la fase inicial, cuando Chacel todavía es ajena a la cultura mexicana, son figuras exiliadas o descendientes del exilio español -Ramón Gaya, Concha de Albornoz, Tomás Segovia, Manuel Durán- quienes preparan el camino para un acercamiento a México. Así es que, aunque durante su largo exilio, Chacel nunca se incorporó a las redes de los exiliados españoles, los integrantes de esta red son de gran ayuda para abrir a la escritora una ventana a la cultura mexicana y a sentar las bases de su posterior red mexicana.

Sin embargo, tan decisivo como la intervención de (descendientes de) exiliados españoles es el impacto de la narrativa de Chacel, que tiene la capacidad de construir puentes y el potencial de iniciar nuevas relaciones. La lectura de Sobre el piélago y la impresión que la recopilación de cuentos dejó en él, fueron los motivos por los cuales Tomás Segovia se puso en contacto con Chacel. Una cosa similar ocurrirá también en los años sesenta (Houvenaghel 2021), cuando Chacel construya una nueva red española articulada por los jóvenes autores del grupo de los Novísimos -Ana María Moix, Pere Gimferrer y Guillermo Carnero-. En el caso de esta red, fue Ana María Moix quien, después de haber leído Teresa, se puso en contacto con la autora por medio de una carta y después activó al grupo de los Novísimos a participar en la correspondencia y en la colaboración con Chacel (Houvenaghel 2021). La lectura previa de la narrativa de Chacel es, por lo tanto, un patrón que desencadena la configuración de dos de sus redes exílicas más relevantes, la mexicana -iniciada por Tomás Segovia- y la de los Novísimos -iniciada por Ana María Moix.

En la fase de desarrollo de la red mexicana, Tomás Segovia es la figura que da acceso a la red mexicana del grupo de la RML y le permite, así, a Chacel ampliar considerablemente su red mexicana al establecer contacto no sólo con los miembros del grupo -como Inés Arredondo, Juan Vicente Melo y Juan García Ponce-, sino también con las revistas y las editoriales que apoyaban este grupo literario en su afán de difundir una visión cosmopolita sobre la literatura.

Arredondo será la figura clave que coordina la interacción profesional y que sirve de nexo entre Chacel y sus contactos mexicanos. A través de la intermediación de Arredondo, se intensifica la conexión entre los actores en la red mexicana de Chacel. Arredondo les implica a los escritores mexicanos en las necesidades de la colaboración, moviliza a todos -también a la propia Chacel- y promueve así, de modo eficaz, la cooperación. De este modo, contribuye a generar en la red mexicana un núcleo denso con especial capacidad de obtener resultados, a pesar de la separación geográfica de Rosa Chacel. Las cartas de Arredondo permiten, además, descubrir el secreto del éxito de la interacción profesional entre Chacel y sus relaciones mexicanas. El discurso epistolar de Chacel muestra cómo la red mexicana asocia trabajo y amistad, ofreciendo a Chacel gran número de oportunidades de colaboración profesional en un ambiente cálido y familiar en el que predomina el gran cariño que se le tiene a la figura central de la red, Rosa Chacel.

En cuanto al actor Tomás Segovia, su papel se reduce progresivamente en el día a día de las actividades de la red en la fase más intensa de su desarrollo. No obstante, su peso en el discurso público gana en importancia. En los momentos cumbre de la colaboración de la red -tales como el inicio de la estancia de Chacel en México o la publicación de su volumen de cuentos en México-, Segovia toma la palabra y llama la atención del público sobre la relación fructífera que se ha establecido entre la autora exiliada y México. Se convierte, así, en el portavoz de la colaboración profesional entre Chacel y el grupo de la RML; su aporte a la red mexicana es, en este sentido, imprescindible.

La fase de transformación de la red, en la cual la relación con la figura clave, Inés Arredondo, se disuelve, y en la cual otro contacto se inicia, ilustra cómo la red mexicana de Chacel dispone de la fuerza y de la dinámica para renovarse y renegociarse, adaptándose a las necesidades de los cambios de circunstancias. El conocimiento que Chacel ha adquirido de las tierras mexicanas y de su cultura se ha convertido en un punto de partida sólido para el establecimiento de relaciones con nuevos actores mexicanos en la red. La misma fase de transformación nos ilumina también sobre el rol fundamental que Concha de Albornoz, una figura que se ha quedado aparentemente en un segundo nivel de la red, desempeña en la relación entre Rosa Chacel e Inés Arredondo. Incluso si Albornoz no parece intervenir activamente en la red, su presencia es fundamental. La preocupación compartida por una persona tan querida estrecha el vínculo afectivo entre las amigas. El período de la enfermedad y del fallecimiento de Albornoz es un factor tan impactante emocionalmente, que genera dolor y entristecimiento, los cuales se traducen en el silencio significativo en la relación epistolar entre Arredondo y Chacel.

La lectura de las cartas ofrece, además, claves de lectura para entender mejor los textos publicados por los tres corresponsales durante el período de la interacción. Aprendemos, así, que Tomás Segovia escribió el “Soneto invernal” originalmente como un homenaje a Chacel, lo que abre nuevas perspectivas sobre el significado del poema. En cuanto a la obra de Chacel, las cartas nos enseñan más acerca del proceso de recopilación de Ofrenda a una virgen loca, llevado a cabo por un equipo mexicano muy comprometido con el proyecto. Gracias a la correspondencia privada, sabemos de las dolorosas circunstancias que en México rodeaban la publicación de La confesión. La interpretación propuesta por miembros de la red mexicana de los cuentos “Lazo indisoluble” y “La regencia” ofrecen pistas para un estudio comparativo de los relatos. Por lo que se refiere a la obra de Arredondo, las cartas dan acceso a información privilegiada sobre el proceso de realización del cortometraje de uno de los cuentos más conocidos de la autora, “La sunamita” y sobre las razones que llevan la autora a la publicación de su cuento “Estar vivo”.

El significado de la red mexicana para la carrera de Chacel, finalmente, se entiende mejor cuando comparamos sus relaciones con intelectuales mexicanos, por un lado, y con sus contactos con intelectuales argentinos o griegos, por el otro. En primer lugar, hay una constante: tanto la red mexicana, asociada a la RML como la red argentina, vinculada con la revista Sur, sitúan la obra de Chacel en un contexto de una revista con vocación cosmopolita y modernizadora. Ambas revistas tienen un proyecto que se relaciona con la disputa entre nacionalismo y cosmopolitismo y con la expansión de horizontes culturales. Ambos grupos alcanzaron, además, una posición de liderazgo en la época en la que Chacel colaboró con ellos; Sur en las décadas de los cuarenta y cincuenta, y el grupo de la RML en los años sesenta.

Al mismo tiempo, hay también diferencias entre la posición en las redes intelectuales de ambas revistas. En Argentina, los escritores y artistas con quienes Chacel estableció un vínculo afectivo e intelectual, forman el grupo que se reunía en torno a su amiga de la élite argentina Esmeralda Almonacid. Se trata de un círculo alternativo, que pone en entredicho la hegemonía del grupo cultural argentino dominante y que, aunque se conecta con la revista Sur, adopta una actitud crítica. En México, sin embargo, Chacel se relaciona, tanto en el nivel profesional como en el nivel afectivo, con las figuras centrales de la RML. Otra diferencia, como señaló Tomás Segovia, consiste en que el contexto cultural argentino le permitió proyectarse como traductora y ensayista. En efecto, las redacciones de las revistas y editoriales argentinas le dieron la oportunidad de realizar y publicar traducciones de obras maestras -como las tragedias de Racine o La peste de Camus-. También le permitieron redactar numerosos ensayos sobre las principales corrientes literarias y filosóficas en boga en los años cuarenta y cincuenta -como las ideas de Sartre, Camus, De Beauvoir o la nueva novelística de Butor-, y publicarlas en Sur, la revista argentina de mayor impacto. Aunque también se manifestó como narradora en Buenos Aires, al publicar un volumen de cuentos y dos novelas, su obra narrativa no tuvo un impacto decisivo en la imagen pública de Chacel en Argentina. Su red mexicana, en cambio, valoró mucho más su obra de ficción, especialmente su narrativa breve, y le permitió a Rosa Chacel redescubrirse como narradora y disfrutar de la atención que le dieron jóvenes lectores y experimentar hasta qué punto la nueva generación de escritores mexicanos apreciaban y promovían su narrativa breve. El ejemplo del grupo de la RML de los años sesenta puede servir como invitación a los investigadores de hoy para explorar el imaginario cuentístico de Rosa Chacel, un mundo descuidado por la crítica de su obra.

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Almonacid, Esmeralda, Carta a Rosa Chacel, 01.02.1961, RR.EA7(RCH), FJG RCH04/122. [ Links ]

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Arredondo, Inés, Carta a Rosa Chacel, 08.01.1965, RR.IA8(RCH), FJG RCH08 029. [ Links ]

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Segovia, Tomás, Carta a Rosa Chacel, [01.12.1964], RR.TS2(RCH), FJG RCH08/022. [ Links ]

1Rosa Chacel (1898-1994) es una escritora española de la generación del 27, exiliada entre 1940 y 1973 en América Latina y Estados Unidos. Sus reconocimientos incluyen el doctorado Honoris Causa por la Universidad de Valladolid y el Premio Nacional de las Letras Españolas. Entre sus obras destacan las novelas Estación. Ida y Vuelta, Teresa, Memorias de Leticia Valle, La sinrazón, Barrio de Maravillas, Acrópolis, Ciencias naturales. También es ensayista (citemos por ejemplo Saturnal, el proyecto ensayístico por medio del cual se ganó la beca Guggenheim para irse a Nueva York) y traductora de, por ejemplo, La Peste de Albert Camus o las tragedias de Racine.

2El corpus se compone, así, de cartas privadas que se podrían considerar como “cartas traicionadas” (Salinas: 49), es decir, cartas privadas que, a pesar de haber nacido en el contexto de una comunicación íntima que se dirige exclusivamente al lector interno, terminan por tener una difusión pública entre lectores intrusos, externos a esta comunicación íntima.

3Tomás Segovia (1927-2011) es poeta, ensayista y traductor hispanomexicano. Aunque como hijo del exilio pertenece también a la Generación de Nepantla (Houvenaghel 2014), en este estudio subrayamos sus actividades en el marco del grupo de la Revista Mexicana de Literatura (RML). Acerca de su posición entre Mexico, España y Francia, véase Houvenaghel 2017. Entre sus galardones destacan el Premio Xavier Villaurrutia, el Premio Juan Rulfo y el Premio García Lorca. Entre sus obras se incluyen poemarios (La luz provisional, El sol y su eco, Anagnórisis, Figura y secuencias) y recopilaciones de ensayos (Contracorrientes, Poética y profética, Alegatorio, Digo yo).

4Inés Arredondo (1928-1989) es cuentista mexicana, autora de las recopilaciones de cuentos La señal, Río subterráneo —Premio Villaurrutia—, y Los espejos. Se considera un hito importante en la literatura mexicana escrita por mujeres por el cuestionamiento de los roles tradicionales en la familia y en la moral y porque introdujo en su literatura temas que hasta entonces eran censurados. Perteneció a la generación del grupo de la RML, en cuyo marco participa en una labor de crítica y dinamización cultural.

5En la Fundación Jorge Guillén se conservan 13 cartas inéditas clasificadas a nombre de Tomás Segovia, sin embargo de puño y letra del autor sólo hay 2 cartas y 11 son de la mano de Inés Arredondo. Además, utilizo dos cartas inéditas escritas por Chacel a Arredondo que se conservan en el Archivo Personal de Inés Arredondo.

6Esmeralda Almonacid (1922-2011), fue una escenógrafa argentina. Gran amiga de Rosa Chacel en los años del exilio de la escritora española en Buenos Aires (1940-1959). En su casa, organizó tertulias literarias en las que participaron Rosa Chacel, José Bianco, Enrique Pezzoni, Juan José Hernández, María Rosa Oliver, Alejandra Pizarnik y Vera Macarow, entre otros. Por su condición de miembro de la élite bonaerense y amiga de Victoria Ocampo, estuvo muy relacionada con el círculo hegemónico de intelectuales de Buenos Aires. Era sobrina de Ricardo Güiraldes, el autor de Don Segundo Sombra, y entró en contacto con el mundo del cine al facilitar el rodaje de la película homónima de Manuel Antín en 1969 en los terrenos de su propiedad. Colaboró con la directora de cine María Luisa Bemberg. Se responsabilizó de la ambientación de tres de las mejores películas de la realizadora argentina, por las que recibió numerosos premios: Camila (1984), Miss Mary (1986) y Yo, la peor de todas (1990). Almonacid trabajó también con otros directores, como André Melançon en El verano del potro (1989) y Antonio Larreta en Nunca estuve en Viena (1989).

7Concha de Albornoz (1900-1972) es una intelectual española, catedrática de literatura y filosofía. Hija de Álvaro de Albornoz, presidente del gobierno republicano en el exilio entre 1945 y 1946. Entre otras cosas organizó una tertulia literaria en su casa de Madrid en los años veinte y treinta y fue amiga de Luis Cernuda y Rosa Chacel. Permaneció exiliada toda su vida; primero en Cuba, luego en México y ya desde principios de los años cuarenta en Mount Holyoke, el prestigioso College norteamericano pionero en la enseñanza universitaria de mujeres. Mantuvo correspondencia con Rosa Chacel, Ramón Gaya, Juan Gil-Albert y Luis Cernuda y se plasmó en el personaje de Magda, en las obras Tobeyo o del Amor y Viscontiniana de Gil-Albert.

8En adelante: RML. Véase el apartado 2.2. Revistas mexicanas y la mirada femenina.

9Señalamos en este trabajo la fecha de las cartas a las que referimos de la manera siguiente: día, mes, año. Si falta el día, ponemos “sd.” Cuando hemos agregado una fecha faltante, sobre la base del contenido de la carta, ponemos el dato agregado por nosotros entre corchetes. La procedencia de las cartas se encuentra en la lista Documentación, debajo de la Bibliografía.

10Ramón Gaya (1910-2005). Pintor y escritor español. Se exilió en México entre 1939 y 1952. Su exilio en México fue una etapa de considerable trabajo. Su obra, en esa época, se caracteriza por paisajes de Chapultepec y Cuernavaca, así como homenajes a los Grandes Pintores. Colaboró también con las revistas Taller e Hijo Pródigo. Estuvo en contacto con Octavio Paz a quien conoció durante la guerra, Tomás Segovia y al músico Salvador Moreno. En 1952 viajó a Francia e Italia. Recibió, entre otras, la Medalla de Oro a las Bellas Artes concedida por el Ministerio de Cultura, el Premio Nacional de Artes plásticas, fue investido como Doctor Honoris Causa por la Universidad de Murcia.

11El “Soneto invernal” se publica en Luz de aquí, 1952-1954 (Segovia 1958: 69). En la edición no se menciona que se ha escrito como homenaje a Rosa Chacel.

12La conferencia fue, de acuerdo con el diario de Chacel, “un verdadero éxito”: “La conferencia [sobre sor Juana] bien. Buen público y todo perfecto” (Chacel 2004: 174).

13En el mismo mes, Rosa Chacel escribe a su buena amiga bonaerense Esmeralda Almonacid acerca de la preparación del viaje y de la planificación de su estancia en México: “Yo pienso irme a Méjico a mediados de junio y no volver a estas tierras […] hasta septiembre. Dime bien cuál es tu plan, yo no puedo modificar el mío porque voy con Concha y porque me espera mi hermana a quien no veo desde veinte años” (Chacel a Esmeralda Almonacid, 15.04.1960).

14Manuel Durán (1925-2020) abandonó España al final de la guerra y se refugió en Francia con su familia. Llegó a México en 1942, donde cursó estudios de Derecho y de Filosofía y Letras en la UNAM. Más tarde, tras la Segunda Guerra Mundial, hizo sus estudios de posgrado en la Sorbona. En 1960 llegó a la Universidad de Yale y trabajó como jefe del Departamento de Español y Portugués. Sus libros incluyen estudios sobre Cervantes, Quevedo, Calderón, Luis de León, Neruda, Lorca y la relación entre poesía y filosofía.

15En el diario de Rosa Chacel leemos: “[…] no cabe duda, allí hay algo. Sobre todo, los españoles que han ido a parar allí, han hecho más que los que han ido a otros sitios y me parece —sería demasiado arriesgado afirmarlo— que existe entre ellos un mínimo de cohesión. Tengo cierto miedo de que México acabe interesándome” (Chacel 2004: 180).

16Rosa Chacel apunta en su diario: “He dado conferencias a destajo, a diestra y siniestra, como una verdadera cotorra. He dado una en la Columbia University, otra en el Spanish Institute, otra en Mount Holyoke College, otra en Barnard College y el cuatro de mayo daré otra en otro college de Cambridge…Todo muy exitoso […]” (Carta de Rosa Chacel a Esmeralda Almonacid, 15.04.1960). “Yo he dado esas conferencias, que me han pagado a cincuenta dollares cada una porque sin eso no hubiera tenido para el pasaje a Méjico” (15.04.1960).

17En las cartas de Inés Arredondo enviadas entre 1960 y 1964, las expresiones de afección se escriben en la forma de “nosotros” que se refiere a la pareja: “Escríbenos alguna vez y no dejes de venir. Ya sabes que te queremos mucho” (sd. [10.]1960); “Te abrazamos y enviamos todo nuestro cariño” (8.12.1960); “No dudes de nuestro amor” (26.05.1961); “Te queremos mucho, Rosa, ya lo sabes. Te abrazamos” (01.12.1962). A partir de 1964 Inés Arredondo empieza a despedirse en primera persona o usa el “nosotros” en otro sentido, ya no como referencia a su pareja sino como referencia al grupo de la Revista de Literatura Mexicana (09.04.1965). A partir de la carta en la que anuncia el divorcio de Tomás (09.04.1965), ya pasa a usar predominantemente la primera persona para la expresión de su afecto: “espero tu carta y te abrazo con todo mi cariño” (09.05.1965).

18Carlos Pérez Chacel (1930- ). Hijo de Rosa Chacel y Timoteo Pérez quien es el editor de varios textos de las Obras completas de Rosa Chacel.

19Blanca le escribe a Rosa que se preocupa mucho por Concha de Albornoz, que habló de su caída con Tomás Segovia cuando lo encontró: “lo que sé es que la necesito, que necesito que exista”. Cuenta que cuando Concha viene a México, Blanca y Concha establecen una relación por medio de “conversaciones breves por teléfono, un paseo por Chapultepec o un té en compañía de alguien” (23.10.1960).

20La generación estuvo activa entre 1940 y 1968 y realizó una importante labor de desarrollo intelectual y cultural en México. La generación estuvo integrada por escritores entre quienes destacan —además de Inés Arredondo y Tomás Segovia—, Juan García Ponce, Juan Vicente Melo, José de la Colina, Huberto Batis, Julieta Campos, Fernando del Paso, Salvador Elizondo, Sergio Pitol, Emmanuel Carballo, Carlos Monsiváis y José Emilio Pacheco.

21La revista, de la cual aparecieron 47 números entre 1955 y 1965, fue fundada por Emmanuel Carballo y Carlos Fuentes en 1955. Para más información sobre el significado de la revista en el contexto de la época, véase Pozas Horcasitas (2008). La revista fue dirigida, después de la primera época (Carballo-Fuentes), por Tomás Segovia, Juan García Ponce y Antonio Alatorre en diferentes combinaciones (Alatorre-Segovia; Segovia-García Ponce; Segovia; García Ponce).

22Universidad de México, RML, Cuadernos del Viento, S. Nob, La palabra y el hombre, entre otras y en los suplementos México en la Cultura (del periódico Novedades) y La Cultura en México (de la revista Siempre).

23El grupo se vinculó con la Imprenta Universitaria de la UNAM, Era, Empresas Editoriales, Joaquín Mortiz, el Fondo de Cultura Económica (FCE) y la editorial de la Universidad Veracruzana.

24En torno a la participación de Inés Arredondo en la RML, véase Arenas (1990). En el contexto de la difusión de literatura escrita por mujeres, Pozas Horcasitas (2022) destaca que la RML ofreció la oportunidad a autoras mexicanas de publicar y señala que muchas de las importantes escritoras mexicanas iniciaron sus carreras en esta revista.

25Robert Musil (Austria, 1880-Suiza, 1943). El autor austríaco exiliado es uno de los escritores más admirados por el grupo de la Revista Mexicana de Literatura. La influencia del novelista se encuentra en Juan García Ponce, pero también en la obra de Inés Arredondo. Estudió matemáticas y fue profesor de ingeniería. Tras la anexión de Austria a la Alemania nazi, Musil se exilió en Suiza. En este último periodo de su vida redactó El hombre sin atributos (1930-1943), su novela más conocida.

26Hermann Broch (Austria, 1886-Estados Unidos, 1951), matemático, psicologo y filósofo en la Universidad de Viena. Tras la anexión de Austria a la Alemania nazi fue detenido debido a su origen judío. Gracias a la mediación de James Joyce, entre otros, fue liberado. Se mudó a Inglaterra, Escocia y, posteriormente, a Estados Unidos. En Estados Unidos publicó La muerte de Virgilio (1945) gracias a la subvención de la beca Guggenheim. Es una novela que Arredondo está leyendo cuando se cartea con Chacel y sobre la que le informa a su amiga; la novela sucede en las últimas horas del poeta latino cuando dialoga con el emperador Augusto.

27Esteban Marco Cortina (Reus 1909-México ca. 1965), arquitecto español exiliado en México. En su círculo de amigos se incluyen el pintor Ramón Gaya, los poetas Luis Cernuda y Juan Gil-Albert y el músico, crítico de arte y pintor mexicano Salvador Moreno (véase Cueto Ruiz-Funes 2019: 126, 236). En Cuernavaca, el arquitecto construyó su propia casa, que sería frecuentada por su círculo de amigos cada fin de semana; entre ellos estaba Tomás Segovia, quien escribió un poema inspirado en esta casa de Cuernavaca de su amigo Esteban en el que evoca el ambiente de las tertulias que Esteban Marco organizó (Cueto Ruiz-Funes 2019: 305; Segovia 1988: 59).

28Juan García Ponce (México, 1932-2003). Escritor y crítico de arte mexicano, miembro del grupo de la RML. Hijo de padre español, estudió Letras Alemanas en la Universidad Nacional Autónoma de México. Fue secretario de redacción de la Revista de la Universidad de México (1957-1967). Colaboró con la revista Plural (1973-1976) y Vuelta (1973-1976). Fue fundador y director de la revista Diagonales. Recibió la beca del Centro Mexicano de Escritores (1957-1958) y la otorgada por la Fundación Rockefeller (1960-1961). Entre sus obras se destaca en teatro: El canto de los grillos (1958); en narrativa: Imagen primera y La noche (1963); en novela: Figura de paja (1964) y La casa en la playa (1966). Su obra ensayística se enfocó en la obra de autores como Robert Musil, Herbert Marcuse y Jorge Luis Borges y artistas como Paul Klee. Fue reconocido con galardones como el Premio Teatral Ciudad de México (1956), el Premio Anagrama de Ensayo (1980) y el Premio Juan Rulfo (2001).

29Juan Vicente Melo (México, 1932-1996). Escritor, médico y crítico musical. Estudió medicina en la UNAM y Literatura francesa contemporánea en La Sorbona. Colaboró en gran número de revistas mexicanas. En el mismo año en que se graduó de medicina publicó su primera colección de cuentos, La noche alucinada (1956). En 1960 fue nombrado Secretario de Redacción de la Revista de la Universidad de México y en 1963, Jefe de la Sección de Conferencias de la UNAM. Fue director de la Casa del Lago de la misma universidad. En 1969 asumió la dirección del Instituto Francés para América Latina. Entre 1977 y 1979 fue el director de la revista La palabra y el hombre. En 1990 recibió la beca del Fondo para la Cultura y las Artes. Entre sus colecciones de cuentos se encuentra: La noche alucinada (1956), Los muros enemigos (1962), Fin de semana (1964) y El agua cae en otra fuente (1985).

30Sergio Galindo Márquez (México, 1926-1993). Galardonado escritor y miembro de la Academia Mexicana de la Lengua y de la Real Academia Española. Fue uno de los fundadores y directores de la Editorial de la Universidad Veracruzana. Fue fundador de la revista La palabra y el hombre. Trabajó y dirigió el Instituto Nacional de Bellas Artes. Entre sus novelas se encuentran: Polvos de arroz (1958), El hombre de los hongos (1976), Otilia Rauda (1986); fue reconocido con varios premios, como el Mariano Azuela, Bellas Artes de Literatura, Xavier Villaurrutia, Oficial Honorario de la Orden del Imperio Británico, Premio Polaco al Mérito Cultural y la Orden de la Estrella de Yugoslavia.

31Periódico con el suplemento La Cultura en México.

32Katherine Mansfield es una escritora neozelandesa cuya influencia en cuentos de Arredondo, como el cuento ya mencionado “La sunamita”, ha sido señalado por la crítica. Ángel Rama escribe sobre los mundos narrativos de Mansfield y Arredondo, y especialmente por “La sunamita” (cuento que se publicó en 1961 en RML). La estudiosa Rose Corral sitúa la lectura de Mansfield por Arredondo entre 1962 y 1964, por una edición argentina de 1956 que “probablemente consiguió durante su estancia en Montevideo” con su esposo e hijos (Corral s.p. 2019). Por las cartas enviadas a Chacel podemos situar la lectura de Mansfield antes de la estancia en Montevideo.

33De acuerdo con la carta de Almonacid, tiene que ver con el hecho de que Enrique Pezzoni, el encargado de hacer la crítica, buen amigo tanto de Esmeralda Almonacid como de Rosa Chacel, estaba ausente y se había preparado ya de antemano el número siguiente de Sur.

34Las abreviaciones que usamos son las siguientes: Redes y Rutas, RR; Fundación Jorge Guillén, FJG; Archivo Personal Inés Arredondo, APIA; Biblioteca Nacional España, BNE.

Eugenia Helena Houvenaghel (Universiteit Utrecht, Fenix): Catedrática de literatura hispánica de la Universidad de Utrecht (Países Bajos). Campos de investigación: 1) Exilio y migración y 2) Reescritura de mito e historia. Fundadora y coordinadora actual de la Fenix: Network for Research on Female Exiles, Refugees, and Migrants (<https://fenix.sites.uu.nl/>). Coordinadora y editora de los números monográficos de la red, entre los cuales los más recientes son: Women, Letters, Alliances: epistolary networks of the Spanish Exile (Special Issue in Romance Quarterly, vol. 70.2, Spring 2023); Redes y rutas de intelectuales españolas exiliadas en Argentina (1939-1975) (Special Issue in: Anales de Literatura Hispanoamericana, 2022); Angelina Muñiz-Huberman, una voz inconformista (Special Issue in: INTI, Revista de Literatura Hispánica y Transatlántica, 2021, 93-94).

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