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Literatura mexicana

versión On-line ISSN 2448-8216versión impresa ISSN 0188-2546

Lit. mex vol.33 no.1 Ciudad de México ene./jun. 2022  Epub 25-Abr-2022

https://doi.org/10.19130/iifl.litmex.2022.33.1.7122x18 

Reseñas

Helena. La soledad en el laberinto. Epistolario de Helena Laura Paz Garro y Ernst Jünger, por: Elsa Margarita Schwarz Gasque y María del Carmen Vázquez Martínez, ISBN: 9786078706433, Ediciones del Lirio, 2020.

Elisa Kriza*1 

1Universidad de Bamberg, elisa.kriza@uni-bamberg.de

Helena. La soledad en el laberinto. Epistolario de Helena Laura Paz Garro y Ernst Jünger. Schwarz Gasque, Elsa Margarita. ISBN: 9786078706433. Ediciones del Lirio, 2020.


La poeta mexicana Helena Paz Garro (1939-2014), fallecida en Cuernavaca, pasó gran parte de su vida en Francia. En 1961 la hija de Octavio Paz y Elena Garro le escribe una larga carta desde París a uno de sus héroes literarios, el escritor alemán Ernst Jünger (1895-1998). Esta correspondencia continuó durante décadas y su contacto con el autor terminó con la muerte de éste a finales del siglo XX, curiosamente, en el mismo año del fallecimiento de los padres de Helena. Las cartas de Helena Paz se encuentran en el vasto archivo de la correspondencia de Jünger conservado en el Archivo de Literatura Alemán (Deutsches Literaturarchiv) en la ciudad de Marbach, Alemania. Helena Paz le escribió en francés, idioma que ambos dominaban, y a través de los años llegaron a encontrarse en París, una vez que Helena había entablado contacto con su círculo de amigos en esa ciudad. Ernst Jünger había sido oficial de la Wehrmacht, el ejército de la Alemania nazi, durante la brutal ocupación de Francia. Durante ese tiempo forjó lazos con la derecha y los colaboradores franceses y francoparlantes que persistieron en la posguerra. Ernst Jünger fue un escritor polémico y prolífico de novelas, ensayos y diarios, muchos de los cuales están vinculados con su experiencia militar en las guerras mundiales. En Alemania se le recuerda por el papel que jugó su obra en el surgimiento del nacionalismo alemán que condujo al nazismo y por inspirar una nueva generación de ultraderechismo, tanto en Alemania como en Francia, a partir de los años sesenta.

Estas cartas han sido traducidas del francés al castellano por Sybille Ingeborg Raab, que lamentablemente no parece dominar estos idiomas. Por ejemplo, traduce literalmente “caja de cartas” en lugar de “buzón” (carta del 17 de noviembre de 1972, p. 160), y en general su traducción suena inadecuada, como cuando escribe: “Hitler estaba en el glorioso glamur de su poder” (carta del 24 de enero de 1985, p. 234). La frase francesa “dans toute la splendeur de sa puissance” se podría traducir fácilmente y de manera más fluida como “en todo el esplendor de su poder”. La edición y el análisis de esta correspondencia fue realizada por dos investigadoras, Elsa Margarita Schwarz Gasque y María del Carmen Vázquez Martínez. No queda claro el papel de Vázquez Martínez en esta obra, siendo Schwarz Gasque la autora principal. La psicóloga y bióloga Schwarz Gasque tiene un doctorado en Psicoanálisis y Arte, según su ficha de autora de Ediciones del Lirio, y daba clases de español en escuelas vespertinas recreativas, que en Alemania se llaman universidades populares, y ofrecen clases de idiomas, de cocina, o de yoga, entre otros pasatiempos, sin otorgar grados académicos. Fue entonces, cuando enseñaba en el sur de Alemania, que se enteró de la existencia de esta correspondencia en el archivo alemán. Esta incursión en la interpretación de epistolarios no parece estar al tanto de las teorías en torno a la escritura epistolar ni de la historia cultural de Europa y México. Por un lado, toma el contenido de estas cartas como irrebatibles e ignora aspectos importantes de la relación intelectual entre ella y Jünger.

En su balance general de las 55 cartas que Helena Paz dirigió al autor alemán, Schwarz Gasque presenta a la poeta como una niña que necesita ser mantenida y cuidada por su padre, por ser ella misma incapaz de actuar sin la guía masculina. Schwarz Gasque repite la excusa de Helena Paz de que su padre está detrás de todos sus fracasos y problemas, al grado de que escribe: “el poeta laureado afligió e hirió a su primogénita con la amarga existencia que le impuso, como se verá a través de este estudio” (12). Eso le da un toque paternalista y patriarcal a sus conclusiones sobre una mujer adulta que tenía más de veinte años cuando inició esta correspondencia y casi sesenta años cuando falleció Jünger.

Ciertamente, como en sus memorias publicadas en 2003, Helena Paz se presenta en algunas ocasiones como una niña genio cuyos talentos hubiesen sido descubiertos si no fuese por sus padres. A su vez, las cartas revelan la falta de iniciativa de Helena Paz, que puede verse, por ejemplo, en su repetida promesa de aprender alemán para traducir a Jünger diciendo que ella podría hacerlo mejor que cualquiera; sin embargo, jamás aprende alemán a pesar de carecer de obstáculos para hacerlo. Tampoco fue a visitar a Jünger en Alemania, como lo prometía con frecuencia. Las cartas mismas revelan estas contradicciones, aunque su análisis las omite.

Schwarz Gasque coloca a Jünger dentro de la disputa familiar Paz-Garro. Una de las conclusiones más significativas y menos convincentes es que Jünger reemplazó a Octavio Paz en el papel de padre: “El poeta alemán, a diferencia de Octavio, sí respondió a su llamado, llegando a ocupar para ella el lugar de una figura paterna que mantuvo hasta el final, otorgando ese reconocimiento tan anhelado por Helena […] escribiéndole una carta donde le expresaba su opinión acerca de [sus poemas]” (297). Schwarz Gasque sobreinterpreta las frías palabras de Jünger, a pesar de que los momentos de mayor desesperación de Helena Paz son cuando menos le escribe. Además, la mencionada carta que redactó Jünger sobre sus poemas fue utilizada por Helena Paz como prólogo de su libro de poesía Onyx sin el permiso del autor. Sería injusto proyectar alguna intención paternal o generosa cuando el mismo escritor reclamó a la editorial por publicar sin autorización su carta. La psicóloga también pasa por alto el enorme contraste entre el trato que Jünger dedicó a Helena Paz y el que dio a sus otras amistades, incluidas las que Helena Paz conoció en París. Es sorprendente que habiendo tenido acceso al archivo de Jünger, y a pesar de que grandes partes de los epistolarios del autor con otras personas hayan sido publicados previamente, Schwarz Gasque no parece haber revisado los documentos epistolares que muestran el trato que Jünger daba a quienes apreciaba. Esto hubiera matizado su análisis y hubiera librado su atención para otros aspectos más sobresalientes.

Es extraño, por ejemplo, que Schwarz Gasque se despreocupe por la aparente fe supersticiosa con la que Helena Paz y Elena Garro atribuían a Jünger poderes sobrenaturales. Ellas mismas le pedían que les enviara listones, cartas, tarjetas postales o fotos que consideraban mágicas ―véanse como ejemplos las cartas del 17 de noviembre de 1972 (161) y del 29 de mayo de 1978 (190)―. Para Jünger, quien tenía tendencias místicas y narcisistas y era mucho mayor que las dos mujeres, esa adulación tenía un precio muy bajo: bastaba con mandar una postal y le llegaban decenas de cartas llenas de admiración y cariño. Helena Paz le escribe en 1978 (casi cumplidos los cuarenta años) en un tono que se repite a través de las décadas: “Querido Ernst Jünger, siga escribiendo libros que me salvan física y espiritualmente. Yo le quiero mucho, mucho. Su Helenita Paz” (192). Schwarz Gasque no mira más allá de estas declaraciones por parte de la poeta mexicana. Queda sin responder la cuestión más importante: ¿Qué le interesaba a Helena Paz? ¿Por qué le escribía a Jünger?

El epistolario entre Helena Paz y Ernst Jünger es sumamente interesante como testimonio de las preocupaciones intelectuales de dos personas con pasados muy distintos que, sin embargo, coincidían ideológicamente. Este epistolario, como muchos otros entre autores, nos ayuda a entender cómo se presentan los escritores entre sí, qué prioridades tienen, qué imagen quieren proyectar, cuáles son sus preocupaciones políticas y culturales, etc. Ofrece también un nuevo terreno para el estudio de los vínculos transnacionales entre una poeta mexicana y un escritor que alentó el nazismo, a pesar de las muchas fallas en la traducción y en la edición de estas cartas. Las personas que poco o nada conocen de Jünger y su significado en la historia y la cultura alemanas, poco podrán servirse de la tendenciosa semblanza biográfica que se ofrece en esta edición (57-62). Schwarz Gasque omite que Jünger fue uno de los precursores intelectuales del nazismo y que sus libros se publicaban en ediciones especiales para los soldados de la Wehrmacht durante la Segunda Guerra Mundial. En contra de toda la evidencia, Schwarz Gasque afirma que “se le prohibió publicar sus libros” durante esa época (59). El militarismo de las novelas de Jünger y sus ensayos nacionalistas demuestran la afinidad ideológica que lo popularizó tras la Primera Guerra Mundial hasta el final de la Segunda, en 1945, a pesar de que Jünger no fue miembro del partido nazi. Ocultar que Jünger es una figura importante en el corpus literario del ultraderechismo es ocultar el aspecto más significativo de su recepción literaria. Aún más revelador: ese aspecto de Jünger es lo que más comenta Helena Paz en sus cartas y lo que más influye en su relación intelectual. La derecha de la Alemania Occidental de la posguerra estaba íntimamente vinculada con la nouvelle droite, la nueva derecha francesa, a la cual pertenecían amistades de Jünger como Lucienne Didier, Dominique Venner y Jacques Benoist-Méchin. El antisemitismo, la hostilidad hacia las personas musulmanas e inmigrantes, así como una posición revisionista del nazismo caracterizan a la nueva derecha en Francia y Alemania. A través de Jünger, Helena Paz entabló amistad con Didier, una antigua editora de publicaciones nazis durante la ocupación alemana de Bélgica. Con frecuencia visitaba sus reuniones con otros miembros de la derecha francesa en París, como lo revela su correspondencia.

En la historia de la literatura mexicana el anticomunismo de Elena Garro y Helena Paz ha causado mucha confusión. En estas cartas Helena Paz saca a relucir un anticomunismo ideológicamente vacío. Ese vacío lo llenan una serie de prejuicios ultraderechistas que vinculan al revisionismo alemán con su interpretación de México. En sus muchas cartas destacan su admiración por el militarismo alemán, el antisemitismo y el racismo en contra de las mexicanas y los mexicanos. Asimismo, expresa una desconcertante admiración por los soldados de la Wehrmacht, a pesar de que fueron responsables de ocupar grandes partes de Europa y de causar la muerte de decenas de millones de personas. En una carta sin fecha de 1962, Helena los imagina: “caminando por las calles de París en 1942, restableciendo su sentido mágico en las calles, en las plazas. ¡Qué milagro! Y devolviéndonos a nosotros, los jóvenes, las nuevas reglas de la caballería y del honor” (114). Como contraste, cuando cae el muro de Berlín en 1989, en vez de presentarse eufórica no menciona este evento en sus cartas. Es rara esta falta de interés para una mujer que afirmaba ser víctima de una persecución comunista.

“Nuestro único crimen es no ser comunista [sic]” (6 de junio de 1974, p. 173), escribió en una carta desde la España franquista tras salir de México (durante la presidencia del anticomunista Luis Echeverría, cabe mencionar). Si bien Helena Paz reitera con frecuencia ser víctima de complots comunistas, su anticomunismo no es convincente. Madre e hija abandonan su casa en México como reacción a los sucesos de 1968. Tras la masacre de Tlatelolco, Elena Garro denuncia a intelectuales por supuestamente haber incitado a los jóvenes activistas que, a su vez, sufren bajo persecución estatal. Garro y su hija se sienten amenazadas y Helena le ruega a Jünger que las ayude. Helena Paz implica a varias decenas de supuestos “judíos”, “agentes soviéticos”, que afirma están tras la famosa ―y enteramente falsa― conjura comunista para derribar al gobierno mexicano (carta del 28 de octubre de 1968, p. 148). El prejuicio del judío bolchevique fue parte de la propaganda nazi para justificar la Segunda Guerra Mundial y el Holocausto. Helena Paz parece intentar reactivar este prejuicio para movilizar al antiguo oficial de la Wehrmacht, Jünger, y a uno de sus antiguos camaradas de aquel ejército, quienes por suerte la ignoran. No obstante, no deja de ser un caso paradigmático de la manera en la que los prejuicios son utilizados para intentar manipular a otros creando miedos fantasmas, en este caso mediante la idea descabellada de que judíos bolcheviques querían tomar el poder en México el 2 de octubre de 1968. Las afirmaciones de Helena Paz sobre el 68 mexicano son un obvio ejemplo de una autorrepresentación artificial y forzada que Schwarz Gasque pasa por alto.

Los prejuicios surgen repetidamente en esta correspondencia. Si una persona no le simpatiza, la acusa de ser “puta judía”, como es el caso de Marie José Tramini, la esposa de su padre (carta del 4 de agosto de 1996, p. 273). Schwarz Gasque tampoco analiza el evidente racismo de Helena contra sus compatriotas. Helena Paz se queja de la supuesta ineptitud de los indígenas en el consulado mexicano, y acusa a todos los mexicanos de ser narcotraficantes: “todos los mexicanos están en el tráfico de drogas” (cartas del 17 de noviembre de 1972, p. 161, y del 6 de julio de 1993, p. 263).

La poeta Helena Paz Garro es una figura polémica y extravagante en las letras mexicanas, y esta correspondencia es una interesante fuente para estudiar sus inquietudes intelectuales y la complejidad de su autorrepresentación. Será tarea para un futuro estudio revelar los mecanismos psicológicos tras su propagación de teorías de conspiración y de prejuicios en sus misivas.

Investigadora postdoctoral en la Universidad de Bamberg, Alemania. En el verano de 2019 y a principios de 2020 fuefellowen el Archivo Alemán de Literatura en Marbach gracias a las becas de la Fundación Volkswagen. Su monografía sobre el ícono anticomunista ruso Alexander Solzhenitsyn fue publicada en 2014. Sus investigaciones sobre vínculos transnacionales anticomunistas aparecieron enGerman Life and Letters(vol. 73, núm. 2, 2020) yJahrbuch für Antisemitismusforschung(vol. 25, 2016). Ha publicado acerca del movimiento estudiantil de 1968 y su literatura en México en las revistasBulletin of Latin American Research(vol. 38, núm. 1, 2019) yLiteratura Mexicana(vol. 29, núm. 2, 2018), y en el libroPalgrave Handbook of Anti-Communist Persecutions(2020). Su publicación más reciente trata la metáfora del carnaval sangriento en la literatura mexicana y soviética (Comparative Literature Studies, vol. 58, núm. 2, 2021).

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