SciELO - Scientific Electronic Library Online

 
vol.22 número2Poesía reunidaManuel Eduardo de Gorostiza en su contexto dramatúrgico índice de autoresíndice de materiabúsqueda de artículos
Home Pagelista alfabética de revistas  

Servicios Personalizados

Revista

Articulo

Indicadores

Links relacionados

  • No hay artículos similaresSimilares en SciELO

Compartir


Literatura mexicana

versión On-line ISSN 2448-8216versión impresa ISSN 0188-2546

Lit. mex vol.22 no.2 Ciudad de México dic. 2011

 

Reseñas

 

Alfonso Reyes. Más epistolarios rioplatenses de Alfonso Reyes. Edición de Serge I. Zaïftzeff

 

Más epistolarios rioplatenses de Alfonso Reyes, by Serge I. Zaïtzeff (comp.)

 

Pilar Mandujano Jacobo

 

México: Universidad Autónoma Metropolitana, 2009, 192 pp.

 

Instituto de Investigaciones Filológicas Universidad Nacional Autónoma de México pilarjacobo@hotmail.com

 

Con esta nueva entrega del doctor Zaftzeff se van enriqueciendo las investigaciones en torno a la nutrida correspondencia que Alfonso Reyes sostuvo con numerosas figuras intelectuales del siglo XX y que está siendo sujeta a revisiones, compilaciones y estudios. Más epistolarios rioplatenses... complementa el intercambio epistolar del escritor regiomontano con personalidades sudamericanas que el mismo Zaftzeff ha estado trabajando desde hace años: Una amistadporteña. Correspondencia entre Alfonso Reyes y Roberto F. Giusti, 2000; 20 epistolarios rioplatenses de Alfonso Reyes, 2008 y, en el mismo año en que aparece el libro que estamos reseñando, 2009, se publica Correspondencia 1923-1957. Alfonso Reyes-Arnaldo Orfila Reynal, cuando se cumplen precisamente el ciento veinte aniversario del nacimiento de Reyes y el cincuentenario de su fallecimiento.

En esta ocasión, Más epistolarios rioplatenses recoge las cartas entre Reyes y ocho punteros del ámbito cultural argentino desde finales de los agitados años veinte del país sudamericano, hasta casi al final de la vida del escritor mexicano, últimos años de los cincuenta. El editor los incluye en el texto por orden alfabético, ya que el intercambio epistolar con varios de los colegas rioplatenses corresponde a los mismos años: 1929-1956. Se reproducen las cartas de Reyes con José Bianco, Francisco A. Colombo, Eduardo González Lanuza, Arturo Marasso, Ezequiel Martínez Estrada, María Rosa Oliver, Ulyses Petit de Murat y Ricardo Rojas.

Como apunta Zaftzeff en el prólogo:

Los años que pasó Alfonso Reyes en Buenos Aires —entre la excitación y la desesperación— resultaron en numerosas amistades literarias: Allí se vinculó con escritores consagrados y con los nuevos a quienes supo animar en sus proyectos. Se impuso con su presencia de tal manera que cuando se fue para Brasil [en 1930] dejó un enorme vacío en la capital argentina.

El interés que muestra Reyes en la correspondencia con los escritores argentinos de considerable renombre como Jorge Luis Borges,1 Silvina Ocampo,2 Leopoldo Lugones, Macedonio Fernández, entre otros, fue el mismo que sostuvo con otros creadores con quienes compartía las mismas inquietudes intelectuales y profesionales. El intercambio que mantuvo con José Bianco, Eduardo Mallea (este en 20 epistolarios rioplatenses) o María Rosa Oliver lo vincula en determinados momentos con la participación tan activa que él tuvo con la revista Sur, durante largos periodos, pues además de la amistad que lo unía con la promotora de la publicación, Victoria Ocampo, acogió con entusiasmo el proyecto hasta su salida definitiva al mercado en 1931.

Apunta Zaftzeff también que "lejos de Argentina, Reyes no se olvida de sus amigos porteños". Y efectivamente, si las estancias que lo mantuvieron en el país sudamericano estuvieron determinadas por sus misiones diplomáticas como embajador de México en Argentina, de 1927 a 1930, y posteriormente de 1936 a 1937, la correspondencia con sus amigos argentinos abarca mucho más tiempo. Con casi todos la inicia hacia finales de los años veinte, a excepción de Bianco, con quien la sostuvo, de acuerdo a este epistolario, a partir de 1937, hasta mediados de la década del cincuenta. En algunos casos el intercambio se dio hasta el final del mismo decenio, como en el caso de Ricardo Rojas.

De acuerdo a las misivas recogidas en el texto que nos ocupa, Más epistolarios rioplatenses, las múltiples actividades en las que Alfonso Reyes se involucraba con los sudamericanos dan cuenta de los compromisos contraídos como director de la colección Cuadernos del Plata, fundada en 1929, y la revista Libra, la cual financió en el mismo año. El entrecruzamiento de cartas para el primer proyecto se dio con Eduardo González Lanuza, a quien conmina a la vez para que publique en Cuadernos Americanos, dirigida por su amigo Jesús Silva Herzog, en México. Arturo Marasso contestó a su solicitud con material para el segundo proyecto y le agradeció sus envíos de Monterrey. Correo literario de Alfonso Reyes (publicación que Reyes dirigía en Río de Janeiro) y el artículo "Influencia del ciclo artúrico en la literatura castellana", que aparecía en el Boletín de la Academia Argentina (núms. 21-22, 1938).

Resultan muy reveladoras las consideraciones de Eduardo Robledo Rincón, embajador de México en Argentina hacia los últimos años del siglo XX, en la presentación a Alfonso Reyes en Argentina, para una mejor comprensión del trabajo de Reyes durante sus estadías en Sudamérica, en los dos periodos en la Embajada de Argentina e incluida su misión como Embajador de México en Brasil, entre 1930 y 1935.3 Escribió el funcionario:

A través del vínculo México-Argentina, Alfonso Reyes tiende un puente que comunica a todos los países de la región en la que él definía como "la investigación y descubrimiento de nuestro ser". [...]
Don Alfonso llegó a la Argentina confiando en su fuerza como nación y lo que representaba en el plano continental.
[...]
Su estadía en Brasil refuerza muchas de las ideas que sobre nuestro continente se había ido formando Reyes. Ideas en las que prevalecía la comprensión de nuestras tierras como un todo que merece alcanzar unidad, un futuro común a la altura de los sueños de los libertadores y en concordancia con la identidad espiritual de los pueblos.4

La correspondencia de Alfonso Reyes con el grupo de escritores argentinos advierte de alguna manera la compenetración latinoamericanista con la que el escritor mexicano fue empapando su pensamiento. No obstante que Más epistolarios rioplatenses. solo recoge una carta de Ezequiel Martínez Estrada a Reyes, donde aquel le agradece sus atenciones por la tarjeta que le envió y le hace reiterativa su estimación, deja entrever las iniciativas culturales e ideológicas que pudieron unir a ambos intelectuales, si se toman en cuenta algunos de los rasgos que caracterizaban la trayectoria y postura del argentino: además de poeta, estudioso y crítico de la literatura latinoamericana, con sus ensayos Radiografía de la Pampa (1933) y Muerte y transfiguración de Martín Fierro (1948), entre otras importantes obras, marcó los lineamientos para el análisis crítico de la literatura y la sociedad argentina de la primera mitad del siglo XX.5

El intercambio epistolar entre Reyes y Ricardo Rojas guardaba afinidades culturales semejantes a las que lo pudieron unir con Martínez Estrada. De su amigo Rojas, Zaftzeff interpreta fehacientemente parte del contenido de las cartas:

Aunque se veían poco, los dos escritores lograron mantener una sólida relación basada en la admiración y en numerosas simpatías literarias. Del rector de la Universidad de Buenos Aires, Reyes elogia "su obra generosa, varia, tan humana y profunda". Comparten parecidos ideales americanistas y una incesante búsqueda de identidad nacional. Rojas se deleita con la lectura, por ejemplo, del "admirable" Discurso por Virgilio o de la "lección magistral" de Atenea política. A su vez Reyes saca provecho de los estudios de su "maestro y amigo" que encuentra sumamente estimulantes. Con su habitual generosidad Reyes siempre le brinda su ayuda e incluso respalda en 1951 su candidatura al Premio Nobel. Durante casi tres décadas estos dos escritores prolíficos e influyentes siguieron intercambiando libros y prestándose servicios.

El epistolario rioplatense deja constancia del continuo involucramiento y atención que Reyes pone en las actividades de que le hacen partícipe sus amigos sudamericanos y no solamente durante sus estancias diplomáticas. El caso de Ulyses Petit de Murat es una muestra de ese proceder permanente. Este intelectual polifacético (poeta, traductor, ensayista, director del suplemento Crítica, colaborador de la revista Martín Fierro) y asistente de Jorge Luis Borges le envió su poemario Rostros, en 1931. En otra carta, fechada en 1959, el argentino le notifica a Reyes que la Sociedad Argentina de Escritores lo designó miembro del comité y pensaba organizar una jornada de escritores americanos en la que él y Octavio Paz serían especialmente invitados.

El trabajo de edición e investigación de Serge I. Zaftzeff en este epistolario de Reyes con ocho escritores rioplatenses resulta muy revelador del compromiso asumido por el regiomontano para el desarrollo y fortificación de todas las actividades culturales que demandaba el engranaje literario continental. Muchos rasgos de Reyes lo develaban continuamente y Zaftzeff, en su labor de estudioso y editor de las misivas, se encarga de remarcarlo permanentemente. Por ejemplo, en la única carta que se publica de Francisco A. Colombo a Reyes, aquel le agradece su envío (mayo, 1931) de uno de los ejemplares de Monterrey, correo literario de Alfonso Reyes, desde Brasil. En nota al pie Zaftzeff acota que Colombo es uno de los impresores de Reyes en Argentina y que este reconoció su trabajo en un ensayo, "La imprenta medieval", publicado también en Monterrey (número 4, abril de 1939).

El prólogo, junto con el aparato crítico y las notas al pie, enmarcan y le dan movilidad a un epistolario diverso por las décadas que atraviesa, finales de la etapa vanguardista de algunos de los remitentes como el poeta González Lanuza, a los ya entrados años cincuenta, en los que Argentina vive momentos de fuerte agitación política.6 El editor no toca este último tema porque las cartas no se ocupan de esos asuntos. Solo en alguna misiva María Rosa Oliver le pide apoyo a Reyes para lograr la liberación del doctor y escritor Norberto A. Frontini (mediante firmas en desplegados en varios países del continente), ya que había sido detenido por su militancia por la paz (15 de octubre de 1954). De lo que sí se ocupa Zaftzeff en el prólogo es de dar los pormenores fundamentales de cada uno de los ocho amigos de Reyes para que el lector tenga una información más completa de quiénes son los personajes con los que mantenía tan nutrida correspondencia y se aprecien mejor los vínculos que los unían.

El epígrafe que encabeza el prólogo de este epistolario apuntala el anhelo fraternal de María Rosa Oliver, cuando le expresa al escritor mexicano: "Alfonso, usted siempre va a estar entre nosotros". Y efectivamente, en el caso de Oliver, figura fundamental de la vida cultural bonaerense de la primera mitad del siglo XX, la predicción se cumplió. Con ella Reyes sostuvo una extendida correspondencia entre 1930 y 1956, es la más nutrida del presente epistolario; cuarenta cartas de ida y vuelta, curiosamente veinte de cada uno de los remitentes, más la misiva de Manuela Reyes, quien le escribió a la escritora argentina poco después de la muerte de su esposo. Zaftzeff interpreta sagazmente, también en el prólogo, las distintas motivaciones que compartían:

A través de sus cartas se puede ver algo del ambiente artístico de la capital bonaerense en los años treinta y de los proyectos de María Rosa Oliver. Pero sobre todo se aprecia una relación realmente especial entre el comprensivo Reyes y la simpática argentina. Basada en la confianza mutua se establece un tono confidencial e íntimo. Oliver le habla de sí misma y comparte con él ciertos chismes acerca del mundo literario. Su "inolvidable Mari-Rosa" lo conmueve y lo divierte.

Indudablemente, el rasgo que vinculaba a Reyes con sus amigos sudamericanos, según se aprecia en Más epistolarios rioplatenses, tenía como punto de partida la producción y promoción de los libros y revistas de unos y otros escritores. El regiomontano se esmeraba en alentar y promover los proyectos de edición de sus colegas. De tal manera que cuando parte para cumplir su misión diplomática en Brasil los argentinos resentirán el vacío que dejó.

En otro espacio ya mencionado, Correspondencia 1923-1957. Alfonso Reyes-Arnaldo Orfila Reynal,7 Zaftzeff da cuenta ampliamente de la interesante y prolongada amistad que unió a ambos escritores, de la cual se advierte como núcleo rector sus labores editoriales. La revisión de este otro epistolario reafirma la pasión y la entrega con la que el mexicano y el argentino asumieron sus compromisos editoriales al estar cada uno al frente, en su faceta de editores, de las grandes empresas culturales que les fueron encomendadas: Reyes en El Colegio de México y Orfila en el Fondo de Cultura Económica. Tal fue la trascendencia de su participación, que de acuerdo con Zaftzeff: "En los últimos años de Reyes, los dos amigos casi dominaron la actividad editorial del país y fijaron los rumbos para la cultura nacional".

Los diversos epistolarios de Reyes con escritores del cono sur, tanto los trabajados por Zaftzeff, como los de otros investigadores, muestran la incansable labor cultural del escritor mexicano, quien cumplió con creces las tareas encomendadas por él mismo y que, según Robledo Rincón, "el México posrevolucionario demandaba a la inteligencia nacional: educar, ayudar a la reconstrucción económica, crear instituciones, ganar un lugar respetable en el concierto internacional y sembrar vínculos efectivos con otros pueblos". Muestra de la misión de Reyes en todos los frentes antes descritos son las múltiples cartas a sus amigos de todas las épocas y en distintos países.

 

Notas

1 La correspondencia sostenida entre ambos escritores puede apreciarse en: Carlos García. Discreta efusión. Jorge Luis Borges y Alfonso Reyes: epistolario 1923-1959y crónica de una amistad. México: El Colegio de México-Bonilla Artigas Editores. 2010.         [ Links ]

2 Alfonso Reyes/Victoria Ocampo. Cartas echadas. Correspondencia 1927-1959. Edición y presentación de Héctor Perea, México: Universidad Autónoma Metropolitana. 1983.         [ Links ]

3 Alfonso Reyes, siendo embajador de Argentina, es trasladado con el mismo cargo a Brasil, de abril de 1930 a diciembre de 1935; a partir de junio de 1936 regresa a Buenos Aires y permanecerá hasta diciembre de 1937, cuando decide terminar sus misiones diplomáticas y regresa a México.

4 Alfonso Reyes en Argentina. Eduardo Robledo Rincón, Coordinador. Prólogo de Félix Luna, Buenos Aires, Argentina: Ed. Eudeba-Embajada de México. 1998.         [ Links ] Esta edición, que recoge mucho del material que apareció en la prensa argentina en los periodos en los que permaneció Reyes en las inmediaciones del Río de la Plata, es un testimonio fundamental para formarse una idea amplia y precisa de lo que fue su trabajo como intelectual e impulsor de la cultura latinoamericana, lo muestran un sinfín de artículos y opiniones de sus amigos argentinos.

5 Cuando Reyes falleció, Martínez Estrada manifestó la enorme pena que le embargaba la pérdida de su amigo y le hizo una composición:

Adiós a Alfonso Reyes
Impoluto e incólume has cruzado
la opaca atmósfera del mundo
y al partir has dejado
—fiel testimonio de que aquí has estado—
un fulgor palpitante en un profundo
silencio de tinieblas circundado.

Tomado de La Gaceta del Fondo de Cultura Económica, núm. 220, México, abril, 1989,         [ Links ] y reproducido en Alfonso Reyes en Argentina, ed.cit., p. 349. También se insertan algunas opiniones del escritor argentino sobre la obra de Reyes, en las que se percibe la admiración y respeto de aquel por el legado cultural del mexicano.

6 Félix Luna, en el Prólogo a Alfonso Reyes en Argentina, ubica los años pacíficos que le tocaron a Reyes en su primera estadía diplomática, durante la presidencia de Marcelo T. de Alvear, y el golpe de estado que vivió la Argentina en 1930, por Hipólito Yrigoyen.

7 Correspondencia 1923-1957. Alfonso Reyes-Arnaldo Orfila Reynal, op.cit. Reyes y Orfila se conocieron en Madrid, en 1922. Su amistad crecería con las estancias diplomáticas del primero en Buenos Aires y con el traslado del segundo para dirigir en México el Fondo de Cultura Económica.

 

Información sobre la autora

María del Pilar Mandujano Jacobo. Es licenciada en Ciencias de la Comunicación por la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la Universidad Nacional Autónoma de México. Cuenta con la Maestría en Letras Iberoamericanas y los estudios de doctorado en la Facultad de Filosofía y Letras por la misma universidad. Investigadora de tiempo completo en el Instituto de Investigaciones Filológicas en los proyectos: Diccionario de escritores mexicanos. Siglo XX (en sus nueve volúmenes) y Literatura Mexicana en Multimedia CD-ROM del Diccionario de Escritores Mexicanos. Profesora en la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales. Entre otras publicaciones: México de día y de noche. Crónicas mexicanas de José Juan Tablada (2003), "La literatura iberoamericana vista por Aurora M. Ocampo", en Homenaje a Aurora M. Ocampo. Venero de la literatura mexicana (2009), "El periodismo colonial. Rescate de las formas y los medios", en Repaso histórico del periodismo en México (2011).

Creative Commons License Todo el contenido de esta revista, excepto dónde está identificado, está bajo una Licencia Creative Commons