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Literatura mexicana

versión On-line ISSN 2448-8216versión impresa ISSN 0188-2546

Lit. mex vol.22 no.2 Ciudad de México dic. 2011

 

Estudios y notas

 

Radiografía de poder mexicano dentro de El gesticulador de Rodolfo Usigli

 

X-ray of Mexican power within El Gesticulador by Rodolfo Usigli

 

Raúl Carrillo Arciniega

 

College of Charleston, South Carolina, USA carrilloarciniegar@cofc.edu

 

Fecha de recepción: 11 de enero de 2011.
Fecha de aceptación: 28 de abril de 2011.

 

Resumen

En este ensayo se estudia la obra teatral El gesticulador de Rodolfo Usigli desde los niveles semánticos del discurso postulados por Greimas, recogidos por Joseph Courtés y desde la perspectiva de la idea sobre el poder de Elías Canetti. Los niveles semánticos de Greimas están categorizados por los planos figurativos, temáticos y axiológicos. Asimismo, en este trabajo se verán las posiciones del discurso del ejercicio del poder y sus matizaciones en la obra dramática de Usigli.

Palabras Clave: Rodolfo Usigli, discurso del poder, teatro mexicano siglo XX.

 

Abstract

This essay examines the play El gesticulador by Rodolfo Usigli from the semantic levels of discourse postulated by Greimas, collected by Joseph Courtés, and from the perspective of the ideas about power of Elias Canetti. The Greimas semantic levels are categorized by figurative, thematic and axiological planes. Also, the positions in the discourse on the exercise of power and its nuances in the dramatic work of Usigli will be identified in this work.

Key words: Rodolfo Usigli, discourse of power, 20th century Mexican theater.

 

Rodolfo Usigli con El gesticulador (1937), desde los años treinta, nos reveló lo que sería el discurso del poder mexicano a lo largo de nuestra historia post-revolucionaria moderna. En él se verán expuestos los temas recurrentes de un discurso del poder mexicano y su manipulación discursiva para crear niveles de verosimilitud con los que se construya una idea de legalidad y de legitimización sin atender a la construcción de lo verdadero como atributo axiológico positivo.

El estudio del discurso del poder que pretendo mostrar se realizará en los niveles semánticos del discurso atendiendo a los postulados de Greimas recogidos por Joseph Courtés y al estudio que Elías Canetti elabora de la manifestación del poder. Estos niveles semánticos en Greimas están categorizados por los planos figurativos, temáticos y axiológicos. En lo que respecta a este análisis se verán las posiciones del discurso del ejercicio del poder y sus matizaciones en su especificidad temática.

El gesticulador presenta, desde esta perspectiva semiótica, dos programas narrativos fundamentales para su articulación como discurso del poder: la transformación de César Rubio inicial en César Rubio como héroe mítico revolucionario. Para ello habremos primero de establecer los programas narrativos que harán posible las secuencias discursivas no solo del eje sintáctico de El gesticulador sino de su nivel paradigmático con el que se construirá el discurso del poder bajo el cual el protagonista tendrá que abismarse para caer dentro de su propio discurso.

En ese sentido, nuestra primera secuencia narrativa semiótica será generada desde la transformación del actante de estado Cesar Rubio (R1) de maestro universitario de Historia de la Revolución mexicana desempleado a actante transformado en candidato a gobernador por el Partido Revolucionario Nacional asesinado en algún estado del norte de México. Este será nuestro primer programa narrativo (PN1). Este enunciado narrativo supone un enunciado de hacer:

Se considera que ese tipo de enunciado refleja el paso de un estado a otro; de ahí que el objeto (= O) no designe, en este caso una entidad, como era el caso en el enunciado de estado, sino una relación que es conjuntiva o disyuntiva. En otras palabras, el sujeto (= S) transforma (= H) un estado dado (= O) en otro estado. Ello quiere decir también que todo enunciado de hacer presupone dos enunciados de estado, uno digamos en ascenso y otro en descenso (Courtés: 114; énfasis del autor).

Rubio, dentro del esquema o programa narrativo (PN1) elemental, es elaborado mediante un procedimiento de adquisición. Este procedimiento responde al siguiente esquema:

PN1= H {S1→(S2 ∩ O)},

que corresponde "a la transformación, que en lenguaje proppeano, nos hace pasar de la 'carencia' a la 'supresión de la carencia' (= S2 ∩ O)" (115).

En él se opera una transformación en donde adquiere otra dimensión actancial. Esto es, se convierte en otro que no era gracias a una situación providencial eufórica que posibilitará este PN1 de Rubio a través del segundo programa narrativo (PN2) cuyo actante principal es Bolton. Este, que es un profesor harvariano en busca de una verdad exótica, se encontrará con César Rubio de estado (R1). Mediante un "hallazgo" se cumplirá el PN2 de los principales planos que hemos identificado.

El PN2 de Bolton será completado en el Primer Acto al descubrir, o mejor dicho, forzar la revelación de una caracterización matizada por modalidades veridictorias "según el juego que se establece entre el ser y el parecer" con las que Bolton presiona a R1 para que le dé un relato lógico sobre la verdad de un personaje histórico que R1 conoce y que acaba por suplantar (118). En el PN2 tenemos una relación de equivalencia entre O1 y O2, donde O1 es el objeto inicial Rubio maestro (R1) y O2 Rubio héroe (R2), en el que se establece un "contrato fiduciario" que vincula a los dos bajo un intercambio que conlleva el signo de lo "ilusorio", es decir, lo que parece pero no es (118-119). El esquema sintáctico propuesto para este caso es:

PN2= H1{S1→ (S2∩ O1)}↔ H2 {S2→(S1∩ S2)}

R1 no es R2 pero parece serlo. Rubio le otorga a Bolton completar su PN2 con un intercambio fiduciario en el que el personaje histórico se descubra por medio de documentos, discursos, que validen la identidad de ese personaje ilusorio para Rubio pero real para Bolton. Este profesor es impulsado por su deseo de descubrimiento en el que R1 se verá transformado en R2 simplemente mediante el juego de ser vs. parecer. Esta conversión de R1 es motivada por un deseo de beneficio económico que no pretende tener incidencias en otro terreno narrativo. Así se completa el PN2 de Bolton. La acción fiduciaria se verá establecida por detalles y documentos que suplantan una verdad en el terrero esencial que Rubio le presenta a Bolton y la necesidad de Bolton de completar su hallazgo motivado por la euforia del descubrimiento trascendental y la gloria académica del profesor harvariano.

Rubio, efectivamente, toma el lugar de otro motivado por la compensación pecuniaria. Dentro del PN1 el sujeto de hacer Bolton es el que posibilita la transformación de estado de Rubio de simple maestro universitario desempleado que regresa a su ciudad natal a candidato gubernamental. Gracias a un desperfecto en su auto Bolton se detiene cerca de la casa de los Rubio en busca de ayuda. De ese modo el S2, que es R1 tendrá que conjuntarse con O, que son las acciones pasadas de R2 para que se genere la transformación de R1 en R2. Esta transformación no se presenta en el terreno del "ser" sino del "parecer", que recae, como mencionamos anteriormente, en el terreno de lo "ilusorio". Así lo ilusorio en este intercambio fiduciario está protegido por un secreto que llevará una presuposición simple o unilateral. Dice Courtés a propósito de esta relación: "la presuposición simple es aquella que se encuentra, por ejemplo, entre leer y escribir, o entre recibir o entregar; si se lee lo que está escrito, lo escrito no implica, un lector efectivo" (120). En ese sentido, la verdad está solo impostada dentro del R1 dado que comparte con R2 dos cosas fundamentales: el nombre César Rubio y el recuerdo de los detalles históricos; es decir una memoria, aunque lo que quiera Bolton sea una construcción lógica del personaje histórico. Lo que en realidad demanda Bolton es la construcción de un discurso narrativo. Courtés expone al hablar de la memoria que "a diferencia de la lógica, el discurso 'recuerda', guarda en la memoria todos los hitos del recorrido efectuado: esto nos incita a evitar cualquier 'lógica' del relato que, evidentemente, no se tendrá en cuenta" (131). De ahí que la suplantación de R1 por R2 dependa más de una elaboración y reelaboración del discurso histórico más allá de una fisonomía porque ya han pasado más de 20 años desde que se había dado por muerto a R2.

Bolton: ¡No me diga usted ahora que [César Rubio] murió de enfermedad, en su cama, como... como un profesor!/ César: (mirándolo extrañamente): ¿Qué quiere usted que le diga, entonces?/ Bolton: La verdad... si es que usted la sabe. Una verdad que corresponde al carácter de César Rubio, a la lógica de las cosas. La verdad siempre es lógica (Usigli: 745).

Bajo este esquema la verdad no está contradicha, solo manipulada bajo un proceso lógico que Bolton le va a ir demandando a R1 para acomodar la verdad a la persona de R1 de forma que R1 nunca miente.

R1 le cuenta los detalles del personaje pero al no quedar satisfecho con lo que le ha dicho —Bolton esperaba algo más romántico y lógico—, Rubio re-inventa la historia en la que él mismo actúa como el personaje histórico desaparecido. Rubio pide al profesor que su identidad ficticia permanezca en secreto.

El PN2 de Bolton al completarse va a posibilitar el PN1 de Rubio. Así PN2 servirá como programa narrativo de uso (que concierne al objetivo final del PN1 que será el asesinato de R2 por segunda vez y de R1 por primera vez) y PN1 como el programa narrativo de base. El esquema que tendremos entonces será el siguiente:

PN2← PN1

La existencia de este secreto será la que posibilite una elaboración discursiva del poder a varios niveles y será el hilo temático que sostenga la interacción entre los dos programas narrativos en un nivel metanarrativo. Es decir, el secreto posibilita la negación del ser R1 para generar el parecer de R2. La identidad de R2 no existe en un nivel esencial sino en un plano narrativo dado que su reconstrucción debe efectuarse como personaje histórico y reconstruir su recorrido. En ese sentido no existe la esencia de R2 sino solo su construcción como entidad narrativa. El secreto devendrá en un estado permanente que cobrará un valor esencial de ser hasta que se haya construido todo su "relato".

Canetti define al secreto como "la misma médula del poder" y continúa diciendo que "[e]l acto de acechar, por su naturaleza, es secreto. Uno se esconde o se mimetiza y no se da a conocer por movimiento alguno. Toda criatura en acecho desaparece, se emboza en el secreto como en otra piel y permanece largo tiempo a su abrigo" (286). El no ser el verdadero César Rubio lo convierte en portador de un secreto que en apariencia y en un principio no tendrá repercusiones: "Bolton.- (cayendo casi de espaldas) ¿Usted?/ César.- (Después de una pausa) ¿Lo he afirmado así?" (Usigli: 747). Sin embargo, esta revelación no es propiamente verdadera, aunque sí reúne todos los elementos para corroborarse como verosímil. Es un engaño que recibirá, en un primer momento, un don en términos semióticos. Esto supone asimismo que R1 está en condiciones para operar la transformación necesaria y convertirse en un impostor. Este intercambio ilusorio se manifiesta unívocamente desde el lado de R1 quien le da a Bolton la información que buscaba en la que prueba ser el que dice, o finge ser, César Rubio Revolucionario (R2). El secreto será parte del programa narrativo de base, identificado también como la "performance". Es decir, el programa de base es en el que opera la transformación narrativa frente al programa narrativo de uso completado por Bolton identificado como "competencia", que constituirían los valores modales para llevar a cabo el programa narrativo de base (Courtés: 121).1

En R1 se empieza a operar la transformación en el segundo acto. Este se va despojando poco a poco de lo que es, o de lo que se consideraba su estado inicial: "César.- (Sentándose bruscamente) Acabemos... habla claro./ Elena.-No podría yo hablar más claro que tu conciencia, César. Estás así desde que se fue Bolton...desde que cerraste el trato con él" (Usigli: 751). La conciencia como valor ideológico será puesta en escena para tratar de retardar la transformación que ya se ha generado dentro del PN2 de Bolton. La conciencia solo se manifiesta en Elena dado que se expresa en términos absolutos de verdad, en relación al estado inicial de R1. Es decir, si la verdad de la conciencia se operara la transformación no existiría; por tanto el PN1 se vería interrumpido; sin embargo ya se ha completado el PN2 por lo que la conciencia solo aparece como mecanismo de regulación moral que será obviado por los actantes principales. El marco de regulación moral no afectará en nada la construcción del discurso del poder por ser completamente ajena al poder mismo.

Al dejar de ser R1, Rubio abandona el estado inicial de hombre fracasado al final de su vida sin ningún proyecto para convertirse en un hombre inculpado por sí mismo (R1') que busca una justificación de su impostura:

Elena.- Me acusas de espiarte, de odiarte... huyes de nosotros diariamente...y en el fondo eres tú el que te espías despierto a todas horas; eres tú el que empiezas a odiarnos... es como cuando alguien se vuelve loco ¿no ves? [...]/ César.- -Todo el mundo aquí vive de apariencias, de gestos. Yo he dicho que soy el otro César Rubio... ¿a quién perjudica eso?... (756-757).

Hasta este momento la transformación que se va operando en el R1' no ha llegado a tener repercusiones en otros ámbitos. El secreto que pactaron y compartían Bolton y R1 es roto por el primero al revelar el paradero de un supuesto héroe nacional reencontrado. La noticia se publica en los diarios y se suscita la rápida corroboración de identidad de R1' como R2. Así el secreto se ha revelado dejando a R2 al descubierto. Este descubrimiento tiene un valor de verdad por parte de Bolton al ser profesor de una universidad afamada que regula la verdad del conocimiento. La corroboración de la identidad de R2 ha ganado su primer valor positivo por venir de una institución extranjera que expondrá el descubrimiento. Sin embargo, dentro del esquema ser vs. parecer encontramos que la simulación se ha generado por la identificación entre el ser, esencial, y el parecer, presencial y en construcción. R2 no existía hasta que hubo un hallazgo de Bolton y el no ser se construyó por el parecer. El secreto pues es doble para los dos PN. En el PN1 el secreto es no ser sino parecer y el para el PN2 el secreto es ser y no difundirlo. Los motivos de PN2 para la difusión tienen que ver con los propios logros de Bolton como revelador de verdad. El problema que se explora es el valor de la verdad frente a la verosimilitud, pretendiendo que el primer concepto pueda ser absoluto; es decir, dentro del esquema del ser vs. parecer, la verdad tendría que identificarse con un estado esencialista del ser frente a un estado de competencia temporal narrativa, que es el parecer. R1 tiene toda la competencia para construir un R2 y Bolton tiene la competencia para validar a R2.

En el discurso teatral se va a incorporar la transformación de R2 con toda la carga semántica para ser revalorado como R2. Al ser confirmado como un héroe nacional es usado con fines políticos de un cierto grupo federal. Le es ofrecida la candidatura del gobierno estatal por ser la persona adecuada para acabar con la hegemonía estatal que encarna la figura de Navarro. El problema del poder entonces pretende confrontar un poder estatal frente a un poder federal y los mecanismos que deben presentarse para que la idea de poder se ejerza legítimamente a favor del grupo federal. De esa forma se adecuan a las necesidades de quienes buscan la postulación de R2:

Estrella.- Buscamos algo más que lo meramente político inmediato, mi general. La reaparición de usted es providen... [...] Y extraordinariamente oportuna. Este Estado como sin duda lo sabe, se prepara a llevar a cabo la elección de su nuevo gobernador (764).

R1, ya transformado en R2, debe, por tanto, establecer un código de conducta que llene el horizonte de expectativas de quienes buscan corroborar su identidad. Al ser R2 un héroe mitológico de la Revolución mexicana se plantea, dentro del discurso literario, que sus destinos y sus decisiones deben estar supeditadas a las exigencias que la patria tiene de él y no lo que él desee. Se presenta lo que parece ser una anulación de la voluntad, o del libre albedrío, para incorporarse al modo actancial de aquel por el que se ha hecho pasar.

César.- Voy a decírselo señor Estrella. (involuntariamente en papel, viviendo ya el mito de César Rubio.) Me alejé para siempre de la política.

Prefiero continuar mi vida humilde y oscura de hasta ahora./ Estrella.- No tiene usted derecho, mi general, permítame, a privar a la patria de su valiosa colaboración (765).

Esa anulación de la voluntad de R2 se pone de manifiesto por estar sometido a una fuerza que lo supera. Al ser transformado en una figura histórica revolucionaria, R2 debería ser parte del engranaje del "Sistema". Cabe mencionar también que este sistema gubernamental es mostrado como una farsa, como una impostura tan falaz como la identidad de R2, de César Rubio que se llama como César Rubio.

Ya instalado en su transformación presencial en el Tercer Acto, R2 sentencia y enjuicia el quehacer de la Revolución y de sus secuelas. El juicio y la sentencia son vistos por Canetti como un componente del poder: "Es una alegría dura y cruel que por nada se deja turbar. La sentencia es sentencia solo si se emite con atemorizante seguridad" (292). El placer de juzgar, elabora Canetti, viene dado por la creencia de que aquel que emite el juicio pertenece a un grupo mejor: "Uno se eleva rebajando al otro" (292). R2 reflexiona como R1 acerca de los componentes del poder y de sus elaboraciones, atribuyendo al poder una valoración negativa disfórica: "César.- ... El poder mata siempre el valor personal del hombre. O se es hombre, o se tiene poder. Yo soy hombre" (766). R1 está consciente, o cuando menos así lo manifiesta, de la anulación que significará su humanidad al suplantar absolutamente a R2. Al tener poder, el hombre es un instrumento de ese poder y se convierte en una especie de depositario de una fuerza discursiva que está más arriba que él. El relato del poder se puede identificar en términos de Courtés como una "sucesión de degradaciones" (142). Esta degradación incide en términos de la humanidad de R1. Su ascenso o "mejora" dentro de un esquema político repercutirá en su "degradación" como entidad esencial de estado, como R1 con voluntad de decisión frente a R2 como mero agente. Nos dice Courtés a propósito de los cambios de acuerdo a la estructura narrativa en general:

el relato puede ser interpretado como una sucesión de degradaciones o de mejoras: se toma en consideración, entonces, no tanto la actividad de los sujetos como la circulación de los objetos; desde este punto de vista se concebirá, por ejemplo, a los sujetos de hacer como simples agentes operadores cuya función es ejecutar programas de transferencia de objetos; igualmente, los sujetos de estado, vistos como simples pacientes, serán casi sólo puntos de referencia, lugares de partida y de llegada de los objetos circulantes (142; el énfasis es de Courtés).

El objeto transferido por el poder será la candidatura y dentro de esta la transferencia se materializará en el discurso del poder que degrada al sujeto en aras de una idea. Aquí entonces se introduce un sistema axiológico2 que será el responsable de acabar con la figura de R2 dentro del esquema narrativo de la sanción. El sujeto sancionado es R2 en manos de Navarro, candidato estatal que representa el continuismo de un grupo particular en el Estado norteño. Así, la degradación será total y participará de un sistema axiológico dentro del esquema narrativo de R2. Es decir, R1 al titubear sobre su identidad simulada abre la posibilidad de una sanción por haber usurpado la identidad de R2. Esta suplantación es atribuida negativamente por los actantes pacientes de la obra: Elena, su esposa, y Miguel, su hijo, quienes al descubrir la suplantación la condenan.

Dentro de esta concepción, el poder anula la parte humana y relega al sujeto a ya no ser él mismo sino un objeto con voluntad dirigida, es decir, a ser sancionado por el propio discurso: "Estrella.- Mi general, yo estimo que usted no está en libertad de tomar ninguna decisión hasta que haya hablado con el señor Presidente [...]/ Estrella.- Señora, los escrúpulos del general lo honran; pero la revolución pasa en primer lugar" (Usigli: 767). En este caso el que dirige las acciones dentro del discurso político del poder es encarnado por la figura del Presidente, quien motiva las acciones dentro de un poder político mexicano. Asimismo, la Revolución resulta ser la gran causa; es decir, un sistema ideológico bajo el cual se supeditan todas las relaciones de poder en el caso particular mexicano, reafirmadas mediante un sistema axiológico determinado por categorías tímicas positivas. Estas están relacionadas con la euforia de pertenecer al discurso del poder. Por tanto, se presenta una estructuración de lo que es un poder político mexicano: una causa intangible que es preciso ser perpetuada y sobre la cual se da una nulificación de las voluntades personales de quienes se entregan a ella. Esta caracterización de perpetuación del poder Canetti la manifiesta como un componente decisivo en su formulación que se vincula con su ordenación misma: "Un poder recién aparecido, que quiere imponerse, debe proceder a una ordenación del tiempo. Es como si en él comenzara el tiempo; más importante le es a todo poder nuevo el que el tiempo no transcurra" (395; el énfasis es nuestro).

En el decurso de la obra se ratifica esta anulación de la voluntad para brindar un espacio diferente dentro del cual R2 deberá moverse o adecuarse. Al aceptar una candidatura se entra en un juego discursivo en donde las relaciones familiares pasan a ser vistas desde otra perspectiva ideológica del poder:3 "Estrella.- Señor general, el conflicto entre la vida pública y la vida privada de un hombre es eterno. Pero un hombre como usted no puede tener vida privada. Ese es el precio de su grandeza, de su heroísmo" (Usigli: 769). La situación de comportamiento se establece a partir de una relación de posicionamiento social. El detentador al poder, o su aspirante, está condicionado a ejercer una conducta que le es impuesta por orden convencional. Estas prácticas han de servir para caracterizar y reconstruir un sector social, en este caso, desde el cual emana el poder político y por ende heroico. Desde esta perspectiva, el héroe es rescatado y la figura trasciende los límites del espacio cerrado del hogar y la vida en familia para ser un símbolo4 que sea interpretado por sus receptores y que "magnifique" la idea de la Revolución.

Rubio presenta una dualidad irreconciliable, acepta la candidatura después de oponerse en varias ocasiones y ceder ante la seducción del poder. Rubio acepta desde R1 pero impostando, o difiriendo su personalidad en otra: R2. Al ser convencido acepta como R1, no como R2.

Dentro del acto de convencimiento para aceptar el poder emergen impedimentos legales, revelados estos por R1; tal vez como última defensa para abdicar y no continuar con la impostura R2 y con ello se establece la valencia axiológica negativa del acto. En este sentido la sentencia con lo que se expresa R1 pretende detener el desarrollo de su carácter ilusorio en aras de validar el discurso legal como regular del comportamiento. Así sentencia R1: "César.- El impedimento de que hablo es de carácter constitucional" (768). Dentro del esquema de un poder democrático la Constitución es el gran discurso que rige y evita los abusos del poder irracional. El discurso que plantea R2 delimita la acción de los hombres a lo que ya fue previamente establecido dentro de un libro al que se le considera inviolable. Y en efecto, dentro de todo este sistema de apariencias sobre las que se basa el sistema de poder político propuesto en la obra, se busca, por parte de los legisladores que hacen las leyes en un proceso de representatividad de una mayoría, tomar en cuenta este principio rector de la vida democrática aparente de un país. El siguiente parlamento dice:

Guzmán.- No sé a qué se refiere usted, señor general. Nosotros procedemos siempre con apego a la Constitución./ César.- (Sonriendo para sí.) Con apego a ella todo candidato, debe de haber residido cuando menos un año en el Estado. Yo no volví a mi tierra sino hasta hace cuatro semanas. (Esto lo dice con un tono definitivo, casi triunfal. Sin embargo, sería difícil precisar qué objeto es el que persigue ahora.) (768).

La figura que se mencionará para operar las debidas enmiendas a la Constitución será la del partido. Este, como figura abstracta constituida por hombres, está al mismo nivel que el gobierno y es el que "legitimiza" y fundamentalmente "sanciona" por vías aparentemente legales, los abusos y las situaciones que se resuelven mejor dentro de los intereses particulares de los que detentan el poder. El personaje Estrella, que finalmente funge como representante del discurso del poder político central en la obra, dice: "Estrella.- Mi general, deje usted al partido encargarse de legalizar la situación. Ha resuelto problemas más difíciles, de modo que, si quiere usted saldremos esta misma noche para México" (769).

El partido se sitúa como un órgano omnipotente que manipula los discursos regulatorios del poder (una Constitución) para acomodarlos a los intereses particulares de quienes están dentro de un sistema. Así, se percibe una identificación plena entre el órgano partido y el concepto de gobierno en el que descansa toda la fuerza. A través de la fuerza se mantiene el ejercicio del poder obnubilado y, en cierta medida, dictatorial.5 Esta cualidad presenta finalmente a la escritura como componente que transforma lo falso en lo ilusorio, para ser considerado entonces como verdadero. La ilusión de lo verdadero está regulado por sistemas axiológicos externos de aquellos que no están dentro del discurso del poder. Dentro de esta tradición la escritura entonces representa la fundación del poder legal y legítimo.6

En la obra, el personaje Salinas había sido el más renuente a aceptar a R1 como R2; una vez convencido por una suerte de chantaje, Salinas y Estrella tienen los siguientes parlamentos: "Salinas.- Bueno, pues, en todo caso me regiré por la opinión de la mayoría./ Estrella.- Es usted un buen revolucionario, compañero. Las mayorías apreciarán su actitud. (Le tiende la mano con la más artificial sencillez.)" (769). El parlamento alude a dos situaciones fundamentales para esta estructura: una es la negación de la voluntad mediante la orden, demandada por la voluntad, en palabras de Canetti: "Se obedece porque no se podría combatir con perspectivas de éxito; quien vencería manda" (301); la otra es el reconocimiento de una fuerza a la que llaman mayoría, con este concepto de "mayoría" se vence la imposición irracional del poder que se traslada al uso del sentido común, si la mayoría opina eso no hay manera de disentir puesto que se está sometido por la fuerza que hace que el poder se ejerza. Además, la mayoría dentro del discurso del poder mexicano está representada por una sola persona: el señor Presidente. El Presidente está presente como un personaje incorpóreo que actúa como censor de las acciones que se desarrollan: "Estrella: Un telegrama del señor Presidente" (773).

Al mismo tiempo en que R2 se consolida para los otros, en R1 se genera una aceptación de su destino y realiza una apología del detentador del poder. Según la lógica del propio R1, al aceptar su "carrera política" ha dejado de ser hombre con albedrío, con valor (766), y se ha sometido al discurso ideológico que rige su nueva posición social. Al inicio a R1 se le veía con albedrío y valores pero miserable; al sufrirse la transformación de estado R2 cambia su apariencia y suponemos que no pasa más problemas para alimentar a la familia. Es de hecho en el tercer acto cuando tenemos completa la transformación de R1 en R2 a un nivel explícitamente figurativo, en las acotaciones se lee: "... En estas cuantas semanas se ha operado en él una transfiguración impresionante..." (775). Las acotaciones dicen que en R2 hay un flujo de figura, una especie de intercambio y de simulación de una figura a otra. Dentro del estudio del poder de Canetti, el papel de la simulación es de singular complejidad y repercusión: "Una forma de transición de la imitación a la metamorfosis, que consistentemente se detiene en el camino, es la simulación" (367).7 Esta simulación se expresa abiertamente dentro del texto dramático, no opera en R2 una metamorfosis sino solo una simulación en la que R1 finge ser R2. R1 está detenido entre esa ambivalencia que hace que sus acciones cambien, que sea consistente con su figura, la figura de R2.

Según el cuadrado semiótico planteado por la noción del ser vs. el parecer desde el programa narrativo de R1 podemos esbozar este esquema, resultante del punto de intersección de los dos PN que referíamos al principio:

Bajo este esquema podemos notar que la conversión que realiza R1 estará compartiendo el atributo de verdadero y de ilusorio bajo la categoría del parecer, que no estará opuesta a la del No parecer dado que hay una distancia temporal de veinte años. De hecho la corroboración de la identidad se da por un reloj y no por su apariencia física. Se lleva a cabo como programa de construcción de un personaje.

Guzmán.- (hablando por primera vez desde que empezó esto): Un momento. (Todos se vuelven hacia él, que continúa sentado.) Dicen que César Rubio era un gran fisonomista... yo no lo soy: pero recuerdo sus facciones. Era yo muy joven y no lo vi más que una vez: pero para mí, es él. Lo he estado observando todo el tiempo. (Sensación.) Tal vez se acuerde de mi padre, que sirvió a sus órdenes. (Saca un reloj grueso de tipo ferrocarrilero, cuya tapa posterior alza; se levanta él mismo, y tiende el reloj a César Rubio.) ¿Lo conoce usted? (762).

De acuerdo con el parlamento, R2 era un gran fisonomista pero la identificación de Guzmán no es fidedigna porque se efectúa por una experiencia extrasensorial e intuitiva. Esto nos sitúa del lado de la consolidación del terrero de lo ilusorio como verdadero porque hemos perdido el terreno de la identificación física del R2.

Una vez que ya está efectuada la simulación se realizan las reflexiones sobre la detentación del poder. El concepto que más se destaca en el monólogo reflexivo de R2 es el del político como "eje de una rueda" (776). Esta visión del poder como movimiento, o mejor aún, como el generador del movimiento, establece las disposiciones espaciales que se vierten dentro del esquema particular de la realidad mexicana: el político está en el centro de los acontecimientos que crean y destruyen: "el político puede ser, es, en México, el mayor creador o destructor más grande" (776). Así, dentro de esta cosmovisión el detentador de este poder lo recibe como un don absoluto para crear y destruir; su voluntad será tomada como una orden, sin cuestionamientos, siempre y cuando no lesione los intereses grupales de aquellos que lo han encumbrado: la verdadera mayoría.

Como planteábamos anteriormente, el ejercicio indiscriminado de la fuerza es aquello que finalmente logra manipular los discursos y las voluntades. Es bajo el esquema de la violencia que se da la obtención real de poder por el otro candidato: Navarro. Este busca la negociación, la abdicación del otro. Navarro lo que persigue es el poder, esa obnubilación del ejercicio de la voluntad. Este busca tener para sí el poder a toda costa mediante la rapidez y la contundencia; en ese sentido se plantea la anulación de su posible contrincante a partir de la desaparición del personaje de la escena mediante dos estrategias posibles: la revelación del secreto o el asesinato. En la primera opción la revelación del secreto implicaría borrar lo ilusorio para presentar lo verdadero. El primer problema en este caso estribaría en que el no parecer es muy débil para tomar un carácter de verdad y el segundo inconveniente de este programa de acción estriba en el problema del secreto y su recepción. Según Courtés "la persona con la cual hay /secreto/, debe por lo menos presentir que se le esconde algo [...]. Ello quiere decir que el /secreto/, a la vez que esconde, debe contener algunos indicios que incitarán eventualmente al interesado para informarse, para saber un poco más" (167). En este caso el valor de lo verdadero ya ha sido asumido por todos los personajes actantes. Los únicos que cuestionan lo ilusorio como verdadero son los personajes pacientes, familiares de R1 que están al margen del discurso del poder.

Así, la segunda opción se resolvería con un asesinato, con la muerte de R1 y la segunda muerte de R2, mediante un arma de fuego, que será la solución que prevalecerá en la obra. Es significativo que se use un arma de fuego ya que en sí misma el arma posee la rapidez que es necesaria para ejercer el poder: "agarrar" al contrincante, frenarle todos sus movimientos a través de un tronar del disparo. El disparo es ordenado por Navarro.

En el texto se da una lucha entre R2 y Navarro. Navarro primero amenaza con desenmascarar a R2 y "agarrar" a su oponente. Canetti señala que este proceso de desenmascaramiento pertenece a la esfera del "agarrar" que presenta rasgos importantes con la velocidad en que se ejecute dicha actividad. Este enfrentamiento tiene por objeto conseguir la detentación oficial del poder. Navarro al visitar a R2 trae en mente todo un método en el que se ponga de manifiesto el éxito de su poder. Canetti dice: "El detentador del poder, bien consciente de su constante simulación, solo puede esperar siempre lo mismo del otro. Toda prontitud con la que a él se le adelanta le parece permitida e indicada" (280).

Navarro se postula como enemigo de R2; entre ellos se manifiesta una lucha en la que R2 cree haber ganado por medios verbales, a propósito de lo inútil de corroborar su identidad ilusoria; sin embargo, en la persecución del poder y dentro de la lucha por este, como bien lo apunta Canetti, la prontitud es la clave para la obtención del poder. En México el término es conocido como "madruguete". Ante la imposibilidad de ganar mediante un desenmascaramiento, Navarro manda una celada en donde R2 sea muerto por un fanático católico.

Al ser asesinado R2 por Navarro reafirma a R2 como la figura heroica y es mediante la inmolación del héroe, que Navarro logra la obtención final del poder. Dentro de este esquema la identidad de R2 ya no es cuestionada por nadie y acaba siendo el eje de la rueda que genera el movimiento armonioso del discurso político del poder.

En El gesticulador de Usigli se concentran los elementos discursivos de un poder político en donde una de las principales características es la simulación, el uso de máscaras y las imposturas. Estas máscaras, simulaciones e imposturas están en función siempre de la conquista del poder y se determinan en aras de la obtención de sus atributos. Al ser un detentador dentro del sistema político mexicano, se persigue la omnipotencia y se adquieren modos operativos que manifiesten el realce y lucimiento de la personalidad. En otras palabras: el poder político mexicano en Usigli está planteado como el culto a la personalidad, que ejerce la fuerza para alcanzar la seducción que emana del poder y poseer larga vida mediante un tiempo que no transcurra: "(Se oye un clamor confuso afuera. Luego voces que gritan): ¡Viva Navarro! (La voz de Navarro): ¡No, no muchachos! ¡Viva César Rubio!" (Usigli: 798).

 

Bibliografía

Beristáin, Helena. Diccionario de retórica y poética. México: Porrúa, 1992.         [ Links ]

Canetti, Elías. Masa y poder, 2. Madrid: Alianza Editorial, 1983.         [ Links ]

Courtés, Joseph. Análisis semiótico del discurso. Madrid: Gredos, 1997.         [ Links ]

González Echevarría, Roberto. Myth and Archive. A Theory of Latin American Narrative. Cambridge: Cambridge University Press, 1990.         [ Links ]

González Echevarría, Roberto. The Voice of the Master: Writing and Authority in Modern Latin American Literature. Austin: University of Texas Press, 1985.         [ Links ]

Greimas, A. J. y J. Courtés. Semiótica. Diccionario razonado de la teoría del lenguaje. Madrid: Gredos, 1982.         [ Links ]

Usigli, Rodolfo. Teatro completo, 1. México: Fondo de Cultura Económica, 1963.         [ Links ]

 

 

Notas

1 Helena Beristáin nos dice que "para Greimas, en el análisis narrativo, toda operación del hacer que realiza una transformación de estado, es una 'performance'. La 'performance' presupone la competencia, es decir, la existencia de las condiciones para que se produzca la 'performance' " (388).

2 Greimas y Courtés en Semiótica. Diccionario razonado de la teoría del lenguaje apuntan: "En semiótica, se designa con el nombre de axiología al modo de existencia paradigmático de los valores, por oposición a la ideología que aparece como su ordenamiento sintagmático y actancial" (44).

3 La definición que da Helena Beristáin es que la ideología es un "sistema de ideas y de representaciones (mitos e imágenes), determinado por la sociedad, que los individuos producen en su discurso y que sustentan acerca de su propia ubicación en el mundo y de su propia ubicación con él" (255).

4 Entendemos símbolo según la definición de Beristáin: "Es aquel signo que, en la relación signo objeto, se refiere al objeto que denota en virtud de una ley o convención que es su condición constitutiva y que suele consistir en una asociación de ideas generales que determina la interpretación del símbolo por referencia al objeto" (458).

5 Es dictatorial al ser la voluntad de uno el que genera la voluntad de una mayoría, sin embargo, esta unidad está dada por la figura del partido y de su Caudillo en turno.Para un estudio más profundo sobre el papel de la autoridad discursiva de la letra impresa y de la intelligentsia en un contexto de poder remitirse al excelente trabajo de Roberto González Echevarría 1985.

6 Cabe aclarar que, como apunta González Echevarría en Myth and Archive, el sistema legal "redefined the relationship between the individual and the body politic and held a tigh rein on writing" (45).

7 Sólo para ampliar la información sobre imitación y metamorfosis según Canetti: "La imitación es algo externo", mientras que la metamorfosis es interna dentro del cuerpo.

 

Información sobre el autor

Raúl Carrillo Arciniega. Es doctor en Letras Modernas por la Universidad de Tennessee, Knoxville de los Estados Unidos. Se licenció en Letras Hispánicas en la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad Nacional Autónoma de México. Ha publicado numerosos artículos sobre literatura mexicana en revistas especializadas de México, Estados Unidos y Sudamérica. Asimismo ha publicado el estudio sobre poesía Huellas y oquedades: Teoría de la poesía de Jorge Cuesta y José Gorostiza (2007), la novela En la tierra de Op (2009) y la colección de poemas Nauta herido (2009). Actualmente es profesor asociado de literatura latinoamericana en el College of Charleston, Carolina del Sur, Estados Unidos.

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