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Literatura mexicana

versão On-line ISSN 2448-8216versão impressa ISSN 0188-2546

Lit. mex vol.21 no.2 Ciudad de México  2010

 

Estudios y notas

 

Una revisión documental de la traducción al francés de Mala yerba: la intervención del Abate González de Mendoza

 

A documentary revision of the translation of Mala yerba into French: the intervention by Abate González de Mendoza

 

Jesús Gómez Morán

 

Universidad Nacional Autónoma de México

 

Fecha de recepción: 6 de noviembre de 2009
Fecha de aceptación: 19 de enero de 2010

 

Resumen

Los gobiernos emanados del movimiento revolucionario de 1910 procuraron promover una imagen nacional que contrastara con el México bárbaro. Desde la legación de México en Francia, el Abate José María González de Mendoza contribuiría con este propósito (labor hecha a la sombra, dado que no recibió el crédito respectivo), al efectuar la revisión, corrección y reelaboración de la traducción de Mala yerba, de Mariano Azuela, al francés. Localizado en el archivo del Abate de Mendoza el mecanuscrito al que se refieren estos dos personajes en su correspondencia, ha sido posible constatar los preceptos que sobre esta obra en particular se debían respetar al trasladarse al idioma francés: la rapidez de la descripción, lo agreste de los diálogos de los personajes, el apego textual y el respeto al sentido de los localismos que inundan a esta novela, misma que prefigura las causas que desatarían el movimiento armado de 1910.

Palabras clave: Mariano Azuela, Mala Yerba, Abate González de Mendoza, novela de la Revolución mexicana, problemas de traducción, análisis lingüístico, folklore y literatura, política cultural.

 

Abstract

The governments arising from the revolutionary movement of 1910 attempted to promote a national image in contrast with that of barbarous Mexico. From the Mexican legation in France, the Abate José María González de Mendoza would contribute to this proposal (work performed in shadow, given that he did not receive any respective credit), by revising, correcting and re-elaborating the translation into French of Mala yerba, by Mariano Azuela. Finding, in the archives of Abate de Mendoza, the typescript referred to by these two persons in their correspondence, has made it possible to verify the precepts which in this particular work must be respected while transposing the language: the rapid descriptions, the back-country dialogue of the characters, the textual attachment and respect for the meanings of localisms which flood this novel, much of which prefigured the causes which would unleash the armed movement of 1910.

Keywords : Mariano Azuela, Mala Yerba, Abate González de Mendoza, Novel of the Mexican revolution, problems of translation, linguistic analysis, folklore and literature, cultural politics.

 

1. Una imagen de la revolución mexicana para lectores franceses

En général il me semble que le style extrèment nerveux et pittoresque d'Azuela
perd beaucoup à étre traduit, en raison de son incorrection même, qu'on neretrouve
plus en français. Cela fait que la "température" du roman s'abaisse,
que sa couleur locale s'atténue. Il risque fort de paraître un peu terne et quelconque
aux lecteurs français, ayant perdu avec sa primitive rudesse la plus
grande partie de sa saveur. Il ne faudrait pas trop "civiliser" les personnages
ni faire d'un écrivain si personnel quun Azuela un pâle a-kâ-dhé-mi-cien...
Je préfererais un plus de nerf et de couleur et beaucoup moins de correction.
Le pas écheant on pourrait sauvegarder votre crédit de bon écrivain français
par quelques mots d'avant-propós.

Mecanuscrito de las correcciones del Abate de Mendoza
a Mathilde Pomès sobre su traducción para Mauvaise graine.1

 

En 1969 la investigadora Beatrice Berler publicó Epistolario y archivo de Mariano Azuela, obra que, como lo indica su título, está compuesta de una serie de documentos que dan fe de las actividades literarias del insigne novelista. Entre estos documentos figura una sección entera compuesta de epístolas intercambiadas con el Abate González de Mendoza, quien auxilió a Beatrice Berler con documentos de su archivo personal para completar dicha sección, gracias a la cual tenemos, entre otras cosas, una noticia más amplia de las peripecias que tuvieron que experimentar tanto Los de abajo como Mala yerba para traducirse al francés. Posteriormente Víctor Díaz Arciniega publicaría Correspondencia y otros documentos (2000) que de manera similar, dentro de una sección dedicada al intercambio epistolar entre Azuela y el Abate, incluye una serie de cartas que complementan y amplían la información revelada en Epistolario y archivo.

Dentro del contenido de cuatro cartas que se escribieron Mariano Azuela y José María González de Mendoza durante el segundo semestre de 1931 se hace mención a un documento que éste le envía a aquél para su aprobación, en cuanto a una serie de observaciones hechas para el perfeccionamiento de lo que será la traducción al francés de Mala yerba. El susodicho documento es mencionado en términos un tanto ambiguos; el primero en referirse a él es el Abate de Mendoza en carta fechada en París el 30 de junio de 1931: "Las hojas que le envío le darán una idea de la labor que vengo desempeñando. Son el trabajo hecho durante la primera quincena siguiente a la entrega de Mlle. Pomés de su manuscrito. Desde entonces, es decir, desde hace más de tres meses la labor está en suspenso por falta material de tiempo por mi parte para realizarla, pues domingos y veladas he tenido que ocuparlos con otras atenciones ineludibles o apremiantes" (Azuela 2000: 304).

Con fecha del 31 de julio del mismo año Azuela, en su respuesta al Abate, alude también al fajo de "hojas" enviadas desde París:

La copia de las correcciones que está usted preparando para la traducción de Mlle. Pomés, que tan bondadosamente se ha servido enviarme, me da una idea del trabajo y del tiempo que gasta usted en mis libros. Enorme, superior seguramente del que hubiera empleado en hacer las traducciones completas. Y sin compensación de ninguna especie. Esto me mortifica terriblemente, porque todo lo que diga no podrá darle una idea precisa del agradecimiento y de la estimación cada vez más alta que me obligan con usted. Labor silenciosa, desinteresada y magnánima (Azuela 1969: 83).

Estas menciones aportan una noción sobre la naturaleza de tal documento, pero los alcances de la misma no pude precisarlos sino hasta el momento en que logré consultar en el Archivo González de Mendoza, donado por su viuda al Centro de Estudios Literarios de la Universidad Nacional Autónoma de México, la copia de un mecanuscrito de 27 folios que ostenta el título de Mauvaise Graine, de donde se desprende el fragmento con que inicia el presente artículo. Este expediente constituye la clave de todo un proceso cultural echado a andar desde la esfera gubernamental por las administraciones de los presidentes Álvaro Obregón y Plutarco Elías Calles, y en la que de manera conjunta participan dos de los más ilustres miembros del Ateneo de la Juventud.

Por una parte, José Vasconcelos desde la Secretaría de Educación promueve la necesidad de establecer ciertos patrones oficiales de identidad nacionalista, tal como lo reflejará, por ejemplo, la aportación plástica de Diego Rivera y otros muralistas mexicanos. En el caso de la literatura, luego de la polémica de 1925 que obligó a volver los ojos hacia la narrativa de Azuela, se estimó que dicha concepción tenía consonancias con la obra de este novelista de un modo que rebasó totalmente la búsqueda de reconocimiento que pretendiera el mismo Azuela, dado que el propio escritor confiesa que esa respuesta (la de un impulso a su obra y de un impacto dentro de un amplio público lector) la esperó desde mucho antes y, al no recibirla, creyó que ya nunca le llegaría. La tesis vasconceliana, resumida en una frase, sería algo así como que a pesar de tanta barbarie generada por el levantamiento armado de 1910, de ella misma fue posible extraer consumadas muestras de un arte y una escritura capaces de elevar el espíritu.

Por otra parte, no muy lejos del postulado anterior y desde un forzado exilio dentro del servicio exterior, Alfonso Reyes se decidió a contribuir al progreso y al engrandecimiento nacionales dando a conocer las mencionadas muestras artísticas y literarias más allá de las fronteras de México. Aunque en primera instancia estas dos determinaciones parecen tener un carácter personal, lo cierto es que por la función pública que tanto Vasconcelos como Reyes ocuparon, así como por la enseñanza moral que llegaron a sus colaboradores, tales determinaciones conformaron a fin de cuentas un programa colectivo de acción cultural y política. En consecuencia el Abate González de Mendoza, habiendo entrado a la Legación de México en Francia (y en general al aparato diplomático mexicano) por mediación precisamente de Reyes, vio como necesaria la contribución al engrandecimiento de la imagen nacional en esas horas dedicadas después del trabajo en la oficina diplomática procurando presentar la novelística de tema revolucionario, no tanto de manera correcta, elegante o cordial, sino esencialmente de manera auténtica, con un irrestricto respeto al texto original y con una idea clara del mensaje que esperaba transmitir al lector francés.

Por eso en su momento, lo mismo dentro de un espíritu de gratitud que dentro de la consonancia enfocada en un mismo propósito, se hizo necesario que para su trabajo de corrección a la primera versión de Mala yerba al francés, a cargo de Mathilde Pomés, González de Mendoza tuviera que apoyarse en el autor y de esta forma ser fiel al referido propósito de autenticidad y pertinencia literarias. Dicha gratitud que le guarda Azuela al Abate se hace patente cuando el novelista reconoce en éste su "labor silenciosa, desinteresada y magnánima", sin embargo eso no quiere decir que respaldó todas las correcciones del mecanuscrito que le envió González de Mendoza. En la precitada misiva del 31 de julio, después de los agradecimientos, Azuela expone lo que sería la única observación al trabajo del Abate: "He recorrido una a una las notas de su corrección y sólo quiero detenerme en una por ser de cierta importancia para el mejor sentido del diálogo. Se refiere a la página 4, línea 5— pa ponerle las chivarras. El equivalente es para hacerlo chivo o para hacerlo cabrón'. Siguiendo el orden del mecanuscrito la corrección comentada por el novelista se encuentra en el folio número 3:

4, lig. 5 - ...Pa ponerle las chivarras...
Expression très peyorative, qu'on peut remplacer par un energique Je m'en fiche (Ça c'est peu énergique) ou quelque autre expression analogue, de préference imagée: Qu'il aille se faire— Que le diable l'emporte! etc. Mais il faut choisir une expression méprisante p.e.: "Je l'emm..."2

En la parte final del mecanuscrito, en el folio número 27, figura una "Addenda", en la que el Abate incluye la observación realizada por Azuela, que a la letra dice: "Pag. 4, lig. 5 - '[...] Pa ponerle las chivarras:' - M. Azuela m'écrit que cette phrase veut dire exactement: 'pour faire un bouc' (Para hacerlo chivo) soit: 'Pour le faire cocu' ". Dicha precisión me ayuda a sostener, en consecuencia, que el documento que llegó a nuestras manos no es copia de la enviada al novelista, sino una copia de la que González de Mendoza le hizo llegar directamente a la traductora Pomès antes de abandonar París, cuando tuvo que separarse de la Legación de México en Francia en 1932 y no sería sino hasta el año siguiente cuando esta traducción saldría publicada, y constituye una suma de las observaciones hechas tanto por Azuela como por el Abate, lo cual quiere decir que posee la autoridad suficiente como para que el libro no se entregara a la imprenta parisina sin que dichas correcciones fueran tomadas en cuenta.

Siendo las secciones que comprenden la correspondencia Azuela-González de Mendoza el lugar en que encontré las referencias a este mecanuscrito, considero que parte de la mayor riqueza de su contenido se obtiene a través del contraste: si cotejamos el fragmento que utilizo como epígrafe para este estudio con lo mencionado por el Abate en sus cartas de manera explícita, la correlación entre ambos documentos resulta natural. La del 31 de julio de 1931 es una contestación a la misiva del Abate a Mariano Azuela con fecha del 30 de junio. En ella se aboca a narrarle las vicisitudes que tuvo al revisar la traducción de Pomés, quien la realizó en "un francés muy puro y refinado y [al] amoldar en ese cartabón las licencias sintácticas del castellano, y más del castellano-mexicano de Mala yerba, tiene que quitar rebabas, tornear aristas, redondear ángulos, etc. Pero todo lo que gana en corrección el estilo lo pierde en fuerza (las cursivas son mías)", y más adelante: "Es curioso considerar que Ceuxden bas, traducido por un catalán que hablaba mal el francés, habrá quedado más exacto, más nervioso y vivo (cursivas mías), más fiel que Mauvaisegraine, traducido por una profesora de castellano, excelente escritora francesa y de vasta y firme cultura. Es una paradoja, explicable por varias razones conjugadas, como todas las paradojas"
(Azuela 2000: 302-304).

Y por último, en un tenor más optimista, dentro de una carta posterior (del 12 de octubre) le hace saber que "la traducción de Mlle. Pomés [...] la hubiera preferido más tosca, pero más llena de color, más cercana al texto como salió Los de abajo [...]. Con todo, Mlle. Pomés ha dado a su trabajo un acento de ligereza, de rapidez, que vuelve fácil la lectura [...] Sólo que el color local se atenúa [curs. mías], a cambio de ganar el libro en claridad" (307), términos que evocan de cerca aquello que le comenta en sus correcciones a la traductora francesa en el sentido de que "je préfererais un peu plus de nerf et de couleur et beaucoup moins de correction"3 Dicha línea de continuidad quedaría expuesta de forma intencional, a partir de la publicación de Epistolario y archivo, al reiterar que fue el mismo Abate quien fungió como revisor de las cartas que seleccionara Beatrice Berler con tal propósito. Un guiño, una pista para reconstruir este rompecabezas.

 

2. Preceptos ideológicos de una lectura: el brío y el color local

Las correcciones que González de Mendoza dio a conocer a Azuela fueron, sin duda, elaboradas en dos tiempos, de lo cual da constancia la ya citada misiva del 30 de junio de 1931. Después este asunto habrá de mantenerse presente en la epístola del 12 de octubre, enviada por el Abate de Mendoza a Azuela, y en la respuesta de éste a aquél del 10 de noviembre del mismo año. En el primer párrafo de la primera de estas cartas el Abate retoma lo de la aclaración sobre "Pa' ponerle las chivarras" y le hace saber que en dicho documento "adjuntas encontrará usted las hojas finales" (Azuela 2000: 306-307) de sus correcciones a Pomés. En la segunda carta mencionada, Azuela acusa haber recibido "el resto de las correcciones que tuvo la gentileza de hacer a la traducción de mi Mala yerba" (Azuela 1969: 84).

En la carta del 10 de noviembre de 1931 el novelista externa su primera muestra de gratitud: "Tanto con usted como con Mlle. Pomés estoy obligadísimo. Ya desde que se inició la traducción de esta novela le dije a usted que el éxito literario que alcanzara mi libro se debería a la excelencia de la traducción y al acento nacional de la obra que usted seguramente sabría conservarle" (cursivas mías). Y una vez editado el libro, dicho agradecimiento será de nuevo explícito por parte no sólo del narrador mexicano, sino también de la traductora francesa. La dedicatoria de Azuela expresa: "A mi gran amigo el señor J.M. González de Mendoza, quien me ha colmado de favores y a los que tengo que agregar el de su valiosísima ayuda, tanto en la edición de esta obra como el de su inteligentísima colaboración con la Srita. Pomés en la traducción de la misma. Su amigo siempre agradecido, Mariano Azuela, abril 1934", en tanto que la dedicatoria de la traductora reza así: "A José María González de Mendoza este libro que, sin él, no existiría. Matilde Pomés".4

El peso de las recomendaciones emitidas por Azuela como por González de Mendoza redundó seguramente en el seguimiento atento verificado por parte de Mlle. Pomés de las mismas. Haciendo una estimación global de la totalidad (que arroja el número de 305) de dichas indicaciones, podría asegurar que la traductora aceptó entre el 85 y el 90% de ellas, además de un cinco por ciento, digamos, de correcciones tomadas en cuenta a medias (básicamente se trata de correcciones en que se acepta la idea propuesta por el Abate, pero no implica que lo haga respetando los mismos términos sugeridos). Del mecanuscrito para Mauvaise graine se pueden extraer un par de ejemplos. En el fol. 5 recomienda el Abate "hameaux, 'poblacho' equivale más exactamente a un pequeño villorrio": en la edición de Mauvaise graine (1933) se respeta "villages" (villorrios), pero no así "petit". Y en el fol. 6 se sugiere: " — un buen golpe de sable— Un 'cintarazo', es un golpe dado con el plano de la hoja. Creo que en francés debe decir —un buen golpe del sable por el borde plano — ": Pomès hizo una inversión de términos y presenta " — un buen golpe con la parte plana del sable [plat de sabre]".

Es en este sentido que quisiera destacar algunas líneas generales dentro de las cuales se pueden insertar las observaciones de González de Mendoza; por ejemplo su preocupación por la fidelidad con que intenta apegar la traducción a su original, efectuando ciertas precisiones de la vida en el campo mexicano de principios del siglo XX que tan fidedignamente retrata Azuela en Mala yerba, ya que muchas de ellas, si bien en español pueden resultar hasta sobreentendidas, al verterse en otra lengua se transforman en factor propicio para malentendidos o incomprensiones. Por todo ello llama la atención el modo tan reiterado como en estas notas aparece, a manera de fórmula, la frase "Le texte veut dire à peu près — " [El texto quiere decir poco más o menos]". Conjuntamente con esta intención tiene lugar también en la perspectiva de González de Mendoza la atención que le presta al hecho de que los vocablos en francés empleados por Pomès posean una mayor exactitud dentro del código específico de este idioma, ya que en gran medida, con estas observaciones, se nos revela ante nuestros ojos un conocedor profundo del lector francés promedio, sobre todo dentro del ámbito urbano, y justamente lo que el Abate busca hacer con tales precisiones es ampliarle la información sobre la vida rural mexicana. Así, figuran en varias ocasiones aclaraciones de orden semántico con términos propios del campo como son "jacal", "huarache" o "cuitlacoche".

Pero quizás la más importante de todas estas aclaraciones consiste en ese prurito del Abate porque se respete el estilo característico de este ciclo de novelas de Azuela (que fue lo mismo que procuró hacer con la traducción de Los de abajo). Una de sus notas se aboca a describir las cualidades plásticas de que echa mano Azuela para recrear toda una escenografía de la provincia mexicana: "Le style d'Azuela est très imagé, ce qui d'ailleurs, depuis les textes conservés par Sahagun, est et a toujours été un caracteristique des mexicains".5 Y complementario a ello percibe la necesidad de que se respeten las aparentes incorrecciones lingüísticas con que hablan los personajes de Azuela, dado que dichos giros expresivos denotan precisamente el estrato social y la región a la que pertenecen, con lo que la naturalidad de la novela podría transmitirse también dentro de su versión francesa.

En este punto de nuevo se presenta la oportunidad de echar mano de la correspondencia Azuela-Abate para verificar cómo se produce una continuidad con respecto a los conceptos vertidos por el segundo dentro del citado mecanuscrito. En el fragmento que encabeza el presente análisis le expone a la traductora Pomés que parte de sus reservas con la versión de Mala yerba al francés, trabajada hasta ese momento, se debían a que le parecía no "tan necesario 'civilizar' a los personajes ni hacer de un escritor tan particular como Azuela un pálido a-ka-dé-mi-co... Yo preferiría un poco más de brío y de color y mucho menos de corrección" [Archivo Abate, exp. 65: 3], términos que se corresponden en intención a los contenidos en la referida misiva del 30 de junio de 1931, en que da cuenta al novelista de cómo la traductora no llenó sus expectativas por ser

profesora de castellano, que habla a la perfección, con acento, construcción, etc. El estilo personalísimo de usted, la abundancia de modismos, de elipsis, la transcripción fonética de los defectos prosódicos de sus personajes, etc., la han atarantado y en numerosas ocasiones no ha sabido cómo salir del paso. Añada usted a eso que escribe un francés muy puro y refinado, y que amoldar en ese cartabón las licencias sintácticas del castellano, y más del castellano-mexicano de Mala yerba, tiene que quitar rebabas, tornear aristas, redondear ángulos, etc. Pero todo lo que gana en corrección el estilo lo pierde en fuerza (Azuela 2000: 302).

El fragmento aquí citado da constancia de la mencionada continuidad de conceptos con que el Abate juzga la tarea de Pomés, en la que quizás la única variación sería el tono, modulado por el hecho de que en el mecanuscrito se dirige directamente a ella, mientras que en la correspondencia sus juicios están puestos a consideración de una tercera persona (es decir, el propio Azuela).

 

3. Entre los andamios de una traducción

No considero sea aventurado asegurar el carácter filológico que guardan las tareas realizadas por el Abate, en este caso, para desbastar las imperfecciones que descubrió en el borrador de la traducción a Mauvaise graine. En esta revisión lo que deseo plantear es la diversidad de campos en los que se insertan las observaciones del Abate contenidas en el mecanuscrito al que me refiero, de acuerdo con las siguientes categorías:

1. Sustitución de términos. Es uno de los procedimientos más frecuentes. La primera observación aparecida en el mecanuscrito es de este tipo: por ejemplo, en el primer folio del mecanuscrito aparece el cambio de "bastón" por "bordón" (en francés "bourdon") al cual Moliner, en su Diccionario de uso del español, define como: "«bastón» más alto que un hombre; por ejemplo el que llevan los peregrinos". En el folio dos hay otro caso (la traducción es mía): "p. 3, lín. 8 — (de abajo hacia arriba) ...sus pantalones... 'Calzón' es el calzoncillo ancho y largo de algodón blanco que constituye, con una camisa del mismo tejido tosco, la única vestimenta de los indios. La palabra 'pantalón' evoca la idea de una vestimenta inusual, de tejido de lana. Haría falta poner: [...] sus largos calzoncillos [...] (o 'sus largos pantalones') de tosco algodón (o tela) blanco [...]". Esta precisión, de índole histórico cultural, es de suma importancia, porque al Abate le preocupaba que dejar el texto como lo tenía Pomés haría imaginar al lector francés que los indios visten como la gente de la ciudad.

2. Explicación de términos intraducibies. Este tipo de casos igualmente se da con mucha frecuencia dentro del mecanuscrito, dado que hacen referencias a objetos, lugares y situaciones presentes sólo en el ambiente que retrata la novela, por lo que recurrir a algún equivalente en la cultura europea sería alterar su esencia. Es el caso de "jacal", "huarache", "tepetate" y de los nombres de los pueblitos mencionados en Mala yerba. En el folio 4 incluso remite a la traductora a las definiciones contenidas en diccionarios: "p. 9, lín. 12 — El 'tule' es la anea (véase el Pequeño Larousse), vulgarmente llamada espadaña". Moliner por su parte define "anea" como una planta "de forma de caña que crece en los lugares pantanosos, cuyas hojas, largas y estrechas, a las que se aplica colectivamente el mismo nombre, se emplean para hacer asientos de silla". Y en la "addenda" hay una muestra más:

40, 22 — No me acuerdo muy bien del texto, sin embargo creo que las palabras dejadas en blanco dentro de las anotaciones corresponden a chirina y huitlacoche o cuitlacoche. Chirina, es un tipo de tórtola. Las tórtolas son llamadas en México 'torcaces' o también reciben el nombre de pichón de rama. En cuanto a 'Cuitlacoche' es un 'pájaro cantor de México, más pequeño que el tordo, con las plumas amarillas en el pecho y el vientre, y el resto grises o negras. Ésta es la definición de la Academia Española de la Lengua. Se puede reemplazar por un pájaro francés cuyo canto se parezca un poco a la risa, sin importar que un pajarero —salvo un conocedor como M. Jean Cocteau— pueda darnos mejores datos sobre este punto.

De "chirina" no encontré ninguna definición. En cambio de "cuitlacoche", por tener la idea de que hacía referencia a un hongo producido en las mazorcas, revisé la definición de Francisco J. Santamaría en su Diccionario de mejicanismos: "(Del azt., cuitlatl, caca y cochtli, dormido. /Ustilagomaidis) Tizón de maíz, hongo parásito que se desarrolla en la mazorca degenerada, es comestible y se le atribuyen propiedades abortivas entre la gente del campo. [...] 3. Por error se designa así a veces al ave llamada cuicacoche con promiscuidad de vocablos". En este sentido es digno de comentarse cómo los criterios del Abate no eran tan rígidos después de todo, ya que en este caso sí admite la posibilidad de sustituir al "cuitlacoche" por otro pajarillo similar que le resulte familiar a los lectores franceses.

3. Aclaraciones de contexto. También aparecen de manera frecuente porque esta obra, en razón precisamente de su naturaleza "pintoresca", confronta la realidad del campo mexicano en que se ubica la novela con los referentes de que disponen los refinados lectores parisinos. Así, tenemos puntualizaciones como esta, que también aparece en el primer folio del mecanuscrito (de nuevo la traducción es mía): "p. 1, última línea. — [...] (El vaquero grita o silba con frecuencia para dirigir al rebaño hacia su encierro) // .de la ordeña. (es el rebaño, con frecuencia así llamado por metonimia) (Más bien se trata de la parte del rebaño formada por vacas que dan leche)". No hay duda pues de que el Abate dirige estas precisiones a un lector que no está familiarizado con la vida campirana; por eso es necesario aclarar que el grito o silbido no es lanzado de puro gusto, sino para guiar al ganado. Pomés en la versión definitiva optó por la expresión: "vaches laitiers". Otro caso se verifica en el folio 2, cuando en el capítulo 1 de la novela aparece el patrón Julián Andrade y uno de los vaqueros lo saluda con la frase "Buenas tardes le dé Dios":

Sería preferible traducir literalmente las pintorescas expresiones mexicanas. Esto asombrará incluso al lector bien informado, pero en compensación le proporcionará una idea del lenguaje tan imaginativo de los indios. Así, p.e., podría reemplazarse el seco 'Bonsoir!' del vaquero — nunca un peón mexicano será autorizado ni aun temerariamente a saludar así secamente al 'patrón' o a otra 'gente de razón'; debido a la expresión misma del texto, se aconseja por muy inusual y extraña que pueda parecer: —¡Que Dios le dé buenas tardes! (o algo así por el estilo).

Como se ve esta aclaración está marcada por un contexto cultural.

4. Correcciones de orden geográfico. Sería el caso de algunas precisiones contextuales que marcan una diferencia a partir de una ubicación geográfica, como se presenta también en el folio 1: "p. 2, lín. 1 - El crepúsculo nublado. (No se trata del transcurrir del crepúsculo propiamente dicho en México, pues tan pronto el sol se pone la noche cae con gran rapidez. Por lo tanto sería mejor .la tarde nublada.)". Esta corrección sería más que de orden geográfico, meteorológico, ya que en comparación con Europa, como lo consigna atinadamente el Abate, en México el crepúsculo es prácticamente instantáneo.

5. Correcciones de orden lingüístico. En el mismo folio 1 hallamos el siguiente ejemplo: "p. 2, lín. 9 etpassimÁija es una onomatopeya, mal transcrita por algunos, del grito de los paisanos: ái-ja. Por lo tanto sería preferible: Ai-ha!..." Se trata de una corrección de orden fonético ya que el grito "ái-ja", de acuerdo con la fonética francesa, sonaría como "é-ya", así que la diéresis y la "h" solucionan satisfactoriamente este problema. En el folio 9 aparece otro caso de estirpe semántica: "36, 4 - .seguro y cierto, Refugio... = 'Señá Refugia': 'M'ame Refuge sería mejor como parte del color local. Si usted prefiere no traducir los nombres propios podría dejar 'Refugia', porque 'Refugio' es un nombre masculino". Esta aclaración, por lo demás, sirve para puntualizar el hecho relevante de que se presenta dentro de un diálogo establecido exclusivamente entre mujeres.

6. Precisiones apoyadas en otro tipo de referentes. Este tipo de ejemplos son más escasos. En el folio 3 tenemos uno: "p. 6, lín. 6 - .du bien. 'hacienda' ha sido popularizado por el cine; se podría dejar la palabra tal cual. Inclusive quienes no las han conocido adivinan que se trata de una vasta propiedad de terrenos". El comentario del Abate haría suponer que, para entonces, ya llegaban a Francia algunos de las producciones cinematográficas hispanoamericanas. Hay otro ejemplo más adelante, en el folio 7: "18 — 1 = [...] ruraux [...] ¿No hará falta poner 'guardias rurales'? Más que los gendarmes de las campiñas francesas, aquéllos se parecen a los terribles 'guardias civiles' españoles". Esta acotación resulta muy interesante, ya que conecta de modo natural con los guardianes del "orden" del México prerrevolucionario con los que había en España antes de la guerra civil y que literariamente hiciera famosos García Lorca.

7. Hipercorrecciones. Entre estas aclaraciones resulta significativa la inclusión de un par de ellas en las que pareciera que el propósito de González de Mendoza era perfeccionar la versión francesa de Mala yerba hasta el grado de "mejorar" la versión original de Azuela. La primera de ellas sale a colación en el folio 6, del cual cito: "23 — penúltima = [...] no reconoce siquiera a las gentes en pleno día [...] El personaje [que en este caso es el viejo Pablo, padre de Marcela] apenas distingue las masas ('bultos'), las siluetas. Se podría ceñir un poco más la precisión del texto (Por otra parte M. Azuela se contradice: aquí el viejo no ve más que 'bultos'; sin embargo en el capítulo anterior se jacta de ver la estrella del alba". En principio la observación del Abate parece pertinente, pero al realizar con un poco de atención el cotejo con la versión en español habría que tomar en cuenta que el viejo no afirma que ve, sino que tiene la impresión de distinguir "la estrella del alba": "Pronto esta gota serena me quitará la poca vista que Dios me ha dejado: pero todavía se me afigura que destingo el lucero de la mañana" (subrayado mío). Esto en realidad no es más que la inferencia de alguien que por costumbre ubica el punto de salida y el recorrido de un astro, pero en la versión francesa se transforma en una afirmación (traduzco directamente de Mauvaise graine): "por el momento, todavía distingo la estrella de la mañana". Tal situación me hace pensar que, al momento de sus revisiones, el Abate contaba a la mano sólo con el borrador de la versión francesa, y no con el original en español, el cual era de su propiedad pero que todavía no le había regresado la traductora.6 El otro caso viene también al final del folio 6: "25 — 19 = [—] una pañoleta [—] El 'rebozo' es una gran manta alargada por los dos extremos. Raramente está hecha de más de dos colores. [Hay un segmento faltante] 'rebozo' de gala para los domingos, como aquél que porta la muchacha, de seda, enteramente sobrio de color con tintes cambiantes ('tornasolado') a la luz". Esta corrección fue tomada en cuenta por la traductora y presentada con la expresión "un châle de soie a couleurs changeantes", es decir, un chal de seda como lo apunta el Abate, y aunque en efecto es proverbial la fabricación de dicho aditamento con telares de seda, llama la atención que lo portara una campesina perteneciente a una familia de peones, si bien la situación era posible debido a que, al ser la "querida" del amo don Julián, bien la hubiera podido recompensar con una prenda costosa a cambio de sus favores. Para salir de dudas cito el original de la novela: "El rebozo tornasoleado envolvía sus redondos hombros y su ancha espalda". En conclusión, aunque el efecto del "tornasoleado", de colores cambiantes que se producen al contacto con la luz, es una propiedad de las prendas fabricadas con seda, Azuela no menciona explicítamente este material en su narración, ni tampoco estaba considerada inicialmente por Pomès, de modo que su aparición en la versión francesa definitiva constituye un aporte del cual González de Mendoza es el principal responsable (sin pasar por alto que contó con la anuencia del novelista quien, repito, autorizó las correcciones del Abate, y de la traductora, quien las acató).

Como resumen de todo este muestreo, creo estar en condiciones para afirmar, categóricamente, que el Abate estuvo al tanto de que la traducción francesa de Mala yerba respetara, en la medida de lo posible, los elementos folclóricos originales marcando, en primer lugar y de forma nítida, una línea divisoria entre la vida en el campo retratada por la novela y la urbana, que es la que experimentan de manera cotidiana los franceses letrados (a quienes estará dirigida esta traducción), en especial los parisinos. Paralelamente a ello, González de Mendoza atendió, en el campo lingüístico las adaptaciones onomatopéyicas, para que también se mantuviera en esta área el mayor apego posible al relato original de Azuela. Otro elemento auxiliar que empleó el Abate para este trabajo lo encontró en el emparentamiento de referentes, con la idea de facilitarle así la tarea a Mlle. Pomés (quien conoce a fondo el idioma español, pero que al mismo tiempo muestra la deficiencia de no conocer México ni el ambiente del campesinado mexicano), en los casos en que no resulta factible hallar los términos precisos en francés para aquello que está expresando la novela.

De este modo, es patente la preocupación que exhibe González de Mendoza para el cumplimiento de toda esta tarea, sobre todo en los casos citados cuando esta búsqueda de precisión rebasa incluso lo que quedó por escrito dentro de la versión original del libro. De esta forma puedo dar fe de que sus puntualizaciones, en cuanto al cúmulo de trabajo que le representó revisar la traducción de Pomés (y confiadas al novelista), distan mucho de ser hiperbólicas. Congruentemente con ello, mi reflexión sobre tan ingente labor de ninguna manera caería en el terreno de la censura, puesto que tal intento por completar lo que el texto no refiere de forma explícita no es más que el procedimiento natural que opera en todo lector cuando se enfrenta a cualquier tipo de escritura, particularmente la literaria. Dicho fenómeno ha sido tratado por distintas vertientes de la crítica y de la teoría literaria, sobre todo por la de la recepción. Por consiguiente, me limito a señalar cómo al contar con una copia de este material me fue posible presenciar la frenética búsqueda que experimentó nuestro personaje en busca de una versión ceñida a su original al instante de verter Mala yerba a otra lengua.

La correspondencia de Mariano Azuela recogida hasta el momento puso de relieve la intervención que tuvo el Abate a fin de que se tradujeran Mala yerba y Los de abajo al francés. En el caso de Mauvaise graine (1933), el mecanuscrito que se localiza en el Archivo del Abate de Mendoza es prueba fidedigna de tal participación y documento a partir del cual se puede dimensionar dicha intervención. Faltaría localizar el expediente que corresponda a las correcciones que también el Abate realizó a la versión de Joaquin Maurin Louragan (1928-1929), y que desembocarían en la publicación de Ceux den bas (1930). Su ubicación ayudaría a establecer de forma más definida aún la imagen de González de Mendoza como activo promotor de la literatura y cultura mexicanas durante un periodo crítico de nuestra historia, imagen que durante muchos años permaneció oculta entre las sombras.

 

Bibliografía

Archivo Abate González de Mendoza, expediente 65, mecanuscrito Mauvaise graine.

Azuela, Mariano. Correspondencia y otros documentos. Compilación de Beatrice Berler; introducción, edición y notas de Víctor Díaz Arciniega, México: Universidad Nacional Autónoma de México/Fondo de Cultura Económica, 2000 (Letras Mexicanas).         [ Links ]

----------. Epistolario y archivo. Recopilación, notas y apéndice de Beatrice Berler, México: Universidad Nacional Autónoma de México, 1969 (Nueva Biblioteca Mexicana, 11).         [ Links ]

 

Notas

1 "En general me parece que el estilo extremadamente nervioso y pintoresco de Azuela se pierde un poco al ser traducido en razón de su propia incorrección, la cual no se encuentra ya bien en francés. Esto hace que la 'temperatura' de la novela disminuya, que el color local se atenúe. Existe el gran riesgo de parecer un poco apagado para cualquier lector francés, de que se pierda con su original rudeza la mayor parte de su sabor. No hace falta 'civilizar' a los personajes ni hacer de un escritor tan particular como Azuela un pálido a-ka-dé-mi-co... Yo preferiría un poco más de brío y de color y mucho menos de corrección. Llegado el caso, se podría salvaguardar su prestigio de buena escritora francesa con algunas palabras aclaratorias dentro del prefacio" [la traducción y las cursivas son mías] [Archivo Abate, exp. 65, mecanuscrito Mauvaisegraine, fol. 3].

2 Fragmento para el que propongo la siguiente versión en español: "Expresión muy peyorativa que se puede sustituir por un enérgico yo me río (que es poco enérgico) o cualquier otra expresión análoga, de preferencia imaginativa: ¡Que lo haga como le dé la gana! ¡Que el diablo se lo lleve! Pero hay que escoger una expresión de desprecio, por ejemplo: ¡Que se vaya a la m...!" (Archivo Abate, exp. 65: 3).

3 "Yo preferiría un poco más de nervio y de color y mucho menos de corrección" (Archivo Abate, exp. 65: 3).

4 Ambos ejemplares, que formaron parte del acervo bibliográfico del Abate, también donado al Centro de Estudios Literarios, se localizan en la Biblioteca Rubén Bonifaz Nuño del Instituto de Investigaciones Filológicas de la Universidad Nacional Autónoma de México.

5 "El estilo de Azuela es bastante imaginado, lo cual, por otra parte, desde los textos conservados por Sahagún, es y ha sido siempre una característica de los mexicanos" [Archivo Abate, exp. 65: 1].

6 Información que se confirma cotejándola con la correspondencia Azuela-González de Mendoza. En carta fechada en París el 15 de mayo de 1930, del Abate a Azuela, le hace saber a éste que ha enviado a la casa editorial Gallimard cinco de sus novelas: "La malhora, [...] Mala yerba, Sin amor, El desquite y su magnífica novela, para mi manera de ver la más intensa y profunda de todas las suyas, La luciérnaga, cuya copia manuscrita me facilitó Ortega" [Azuela 2000: 282]. De tales obras, el Abate le comunica, en carta del 30 de mayo del mismo año, que Gallimard eliminó "El desquite y La malhora por ser demasiado pequeñas, separadamente, para formar un libro" [283]. No queda muy claro qué pasó con Sin amor, pues en carta del 19 de junio el Abate le informa al novelista mexicano, transcribiéndole la misiva que de ellos recibió, que a los editores de Gallimard sólo les interesó publicar Mala yerba y La luciérnaga: "Nosotros estamos en disposición de publicar una traducción en lengua francesa de Mala yerba. [...] Deseamos también obtener una opción sobre La luciérnaga a fin de poder publicarla, eventualmente, después de Mala yerba" [traducción mía] [286]. Cuando el Abate responde a este ofrecimiento en sentido afirmativo, fungiendo como representante de Azuela en Francia (labor encomendada por el propio novelista), en carta fechada en París el 3 de julio de 1930 y dirigida a Gaston Gallimard, le informa que será Mathilde Pomés la traductora elegida y le solicita le envíe el ejemplar de Mala yerba, para la realización de su trabajo, hecho que me permite inferir que tanto el Abate como la traductora y el editor Gallimard tuvieron que compartir el único ejemplar disponible de esta novela (de nuevo la traducción es mía): "En lo concerniente a la traducción francesa de Mala yerba, tengo el placer de informarle que será realizada por Mlle. Mathilde Pomés. Su solo nombre es una garantía de la calidad de la traducción. [...] Por consiguiente, si a usted le parece bien poner a su disposición el ejemplar de Mala yerba se lo agradeceré de antemano" [289].

 

INFORMACIÓN SOBRE EL AUTOR

Jesús Gómez Moran: Licenciatura y Maestría en Letras por la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad Nacional Autónoma de México, actualmente estudiante del doctorado. Fue colaborador del Diccionario de Filosofía Latinoamericana (2000) y del Diccionario crítico de las letras mexicanas en el siglo XIX (2001). Investigador asociado "C" del proyecto Diccionario de Escritores Mexicanos siglo XX, en el Instituto de Investigaciones Filológicas, y profesor de asignatura en la Facultad de Filosofía y Letras de la UNAM. En 1992 obtuvo el premio de ensayo en el XXV Concurso de Punto de Partida y en 2002 el primer lugar en el V concurso de poesía Universidad de Monterrey.

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