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Comunicación y sociedad

versión impresa ISSN 0188-252X

Comun. soc  no.32 Guadalajara may./ago. 2018

https://doi.org/10.32870/cys.v0i32.6924 

Temática general

Las órbitas de contactos en Facebook. Intimidad, sociabilidad y amistad en adolescentes de sectores populares en Buenos Aires

Joaquín Walter Linne1 
http://orcid.org/0000-0002-4297-3914

1 Instituto Gino Germani, Universidad de Buenos Aires-CONICET, Argentina. Correo electrónico: joaquinlinne@gmail.com


Resumen:

Este artículo aborda los tipos de amistad que establecen adolescentes de sectores populares de Buenos Aires en Facebook. A nivel metodológico, se realizó una etnografía virtual y entrevistas en profundidad. Entre los resultados, se observa que sus amistades se diferencian según componentes que aquí denominamos “espacios compartidos”, “historias en común”, “afectividad” y “aguante”.

Palabras clave: Adolescentes; sectores populares; Facebook; sociabilidad; amistad

Abstract:

This article addresses the types of friendship established by teenagers from popular sectors of Buenos Aires on Facebook. At the methodological level, a virtual ethnography and in-depth interviews were carried out. Among the results, it is observed that their friendships differ according to components that we call here “shared spaces”, “common histories”, “affectivity” and “endurance”.

Keywords: Adolescents; popular sectors; Facebook; sociability; friendship

Introducción

Los adolescentes contemporáneos, que acumulan miles de horas utilizando tecnologías de información y comunicación (TIC), encuentran en estos dispositivos un lugar de encuentro con amigos y pares (Urresti, Linne & Basile, 2016). La introducción de las TIC en su vida cotidiana conlleva nuevas formas de sociabilidad, que es preciso continuar indagando desde las ciencias sociales (Morduchowicz, 2012; Rosa, Santos & Faleiros, 2016). Este artículo explora las redes de contactos en Facebook (FB) de adolescentes de sectores populares (sp) del Área Metropolitana de Buenos Aires (AMBA), a partir de una metodología cualitativa basada en entrevistas y en una etnografía virtual que retoma elementos del análisis de redes (Rodríguez Treviño, 2013).

Siguiendo la clásica conceptualización de Simmel (2002), la sociabilidad es la forma lúdica de la socialización. Ahora bien, ¿qué significa sociabilizar en FB? Aquí se comprende a las interacciones entre amistades y desconocidos -en apariencia, indiferenciados bajo la categoría de “amigos” por la propia red- que implican algún sentido lúdico: chatear, jugar, seducir, comentar imágenes, videos o textos, dar e intercambiar “me gusta” (like). Tales interacciones pueden incluir publicaciones con un compromiso mayor: realizar comentarios o posteos afectuosos. En este sentido, son un canal privilegiado para comprender los diferentes tipos de contactos que esta población despliega en la red social.

Según Boyd (2014), la sociabilidad adolescente se enmarca en torno a la plataforma FB. Para Assunção y Matos (2014), las amistades en esta red son básicamente extensiones de las amistades copresenciales, mientras que Morduchowicz (2012) sostiene que la sociabilidad adolescente se despliega en un continuum offline-online. Del mismo modo, puede pensarse que la amistad se desenvuelve en un contexto análogo. Así se entrelazan salidas, declaraciones de afecto y juegos con fenómenos surgidos a partir de la masificación de las TIC. Si bien el estado de la cuestión ha explorado distintas formas de sociabilidad en SP (Auyero & Berti, 2013; Capriati, 2014; Kessler & Dimarco, 2013; Merklen, 2005; Silba, 2009, entre otros), la masificación de las TIC a nivel global y, en particular, en la población estudiada en este artículo, requiere ampliar el análisis. Así, la intención es indagar fenómenos emergentes. ¿Cómo se despliegan específicamente la amistad y la sociabilidad en adolescentes de SP, que han tomado esta plataforma como espacio central de su vida online? En este artículo se postula que sus recurrentes expresiones en FB, que tienen un tono diferente al de otras publicaciones de la red, permiten acercarnos de un modo singular a sus prácticas y conocer más acerca de ellos.

La adolescencia es una etapa central de configuración identitaria en la que resultan claves las prácticas exploratorias, la contención afectiva, la identificación intensa con el grupo de pares, la búsqueda de una mayor autonomía frente a los padres, y la necesidad de conformar y consolidar los grupos de amistades (Krauskopf, 2000; Margulis & Urresti, 1996). Con la masificación y adopción de las TIC en las vidas cotidianas de una vasta mayoría de adolescentes, esta configuración identitaria y estas prácticas exploratorias suelen estar asociadas al perfil que los jóvenes construyen en FB (Urresti, Linne & Basile, 2016). En este sentido, se lo elige como plataforma de análisis porque se ha convertido en el mayor sitio web de redes sociales a nivel mundial y en uno de los espacios centrales de comunicación y entretenimiento de los adolescentes contemporáneos (Boyd, 2014; Morduchowicz, 2012; Urresti, 2012; Van Dijck, 2016). Para la población estudiada, FB funciona en cierto modo como sinónimo de Internet, dado que allí despliegan la mayor parte de sus acciones online.

Ahora bien, la propia denominación de “amigos” propuesta por FB no debe obturar las diferencias de los vínculos observados en la plataforma. Si bien las TIC permiten nuevas formas de sociabilidad y amistad, numerosas investigaciones recientes concluyen que todavía sigue siendo fundamental la dimensión copresencial para la conformación de vínculos amicales (Linne, 2016; Morduchowicz, 2012; Rosa, Santos & Faleiros, 2016; Van Dijck, 2016).

Este artículo se propone explorar y describir los distintos tipos de vínculos de sociabilidad y amistad que esta población desarrolla en la plataforma. Para esto, se postula la categoría “órbita de contactos”2 con el fin de dar cuenta de los vínculos con características y dinámicas específicas, descritos en función de una serie de componentes observados en sus publicaciones de modo recurrente.

Metodología

Esta investigación, surgida a partir de una tesis doctoral, es exploratoria y cualitativa: se sustenta sobre la base de una muestra no intencional de 20 entrevistas en profundidad a adolescentes de sectores populares del AMBA. Además, se fundamenta en observaciones virtuales realizadas en la plataforma FB entre 2012 y 2016. El sujeto de investigación se construye en la intersección de dos variables: la edad y el sector social.

Con relación a la primera variable, dentro de la categoría “juventud”, que ha sido definida por distintos autores como una construcción sociocultural (Krauskopf, 2000; Margulis & Urresti, 1996), este artículo se concentra en adolescentes, a quienes se define como aquellos que tienen entre 13 y 18 años de edad. Aquí se toma el límite inferior de los 13 años como comienzo de la adolescencia, dado que es la edad promedio en la que suelen empezar el colegio secundario, lo que conlleva una sociabilidad más activa. Esta elección no desconoce que la juventud -y también la adolescencia- es una noción compleja que no puede esencializarse ni ser definida solo por su situación etaria, dado que se encuentra atravesada por cuestiones culturales, socioeconómicas y de género (García Canclini, Cruces & Urteaga, 2012; Valenzuela, 1997). Los límites etarios resultan útiles con fines analíticos, pero la adolescencia y la juventud no pueden definirse solo a partir de la edad, tal como también advierten Margulis y Urresti (1996).

En cuanto a la segunda variable, aquí se propone estudiar a los adolescentes de SP, quienes fueron definidos según tipo de trabajo y nivel educativo de sus padres, y a partir de la carencia o posesión de servicios sociales básicos en el barrio y la vivienda. En efecto, los barrios de SP -especialmente en los asentamientos marginales- en numerosas ocasiones carecen de pavimentación, desagüe cloacal, alumbrado, barrido y limpieza; así como de hospitales, escuelas o comisarías. Por su parte, sobre la base de datos del Instituto Nacional de Estadística y Censo [INDEC] (2012), se define a los padres de adolescentes de SP como quienes poseen menos de diez años de estudios y suelen ser asalariados de media o baja calificación.

El carácter exploratorio de este trabajo se relaciona con que esta herramienta digital (FB), rápidamente apropiada por los adolescentes de SP del AMBA, se encontró disponible para esta población desde 2008, cuando se creó su versión en español, dos años después de su difusión internacional en inglés. Como modo de contacto para generar la muestra intencional, se utilizó en numerosas ocasiones la estrategia de “bola de nieve”, que facilita y a su vez utiliza FB, al sugerir constantemente agregar a la red contactos en común.

Para llevar a cabo la investigación, entre 2012 y 2016 se mantuvo un perfil creado ad hoc en FB: el perfil tenía una foto de un varón con sobrepeso disfrazado de Batman y una caricatura de Homero Simpson, ambas obtenidas a través de las imágenes de Google. La edad del usuario del perfil no se especificó. A quienes preguntaban por mensaje o chat por la identidad del perfil, se les informaba la profesión y edad del autor. Solo se explicitó los fines de la investigación a quienes lo solicitaban por chat o mensaje privado. En esos casos, se comentaban los objetivos de la investigación: indagar los modos en que las generaciones jóvenes se presentan en redes sociales. Se aclara que la observación virtual fue no participante, en el sentido de que no se interactuó con los contactos de la red social, fuera de dar algunos contados likes. Desde el perfil solo me limité a observar la interacción, el armado de perfiles y los posteos de los usuarios de la muestra intencional.

La idea de crear este perfil surgió durante el trabajo docente ad honorem en un centro de inclusión social de la Zona Sur del AMBA. Allí un colega y referente barrial comentó que utilizaba FB para “monitorear” a adolescentes de la zona; esto resultó un recurso valioso para avanzar con la investigación, por lo que se procedió con la creación de este perfil con fines analíticos, a partir del cual se agregaron contactos en común que fuesen adolescentes de SP. Tener al menos un contacto en común (el referente barrial) facilitó la ampliación de la muestra. Antes de cerrarse, el perfil llegó a contar con alrededor de 3 000 contactos.

Esta línea de observación fue construida a partir de recomendaciones de distintos estudios que realizan etnografía digital para comprender a una población que considera central estos dispositivos (Boyd, 2014; Hine, 2012). La instancia experimental a través de FB resultó una de las aristas más significativas del trabajo de campo, dado el profuso material que día a día era recogido, catalogado y analizado. Esta herramienta permitió analizar aspectos de la acción significativa de los adolescentes que no solían encontrarse in situ. De este modo, fueron indagados los modos en que ellos diseñan sus perfiles, actualizan sus estados e interactúan con otros.

La etnografía virtual tuvo dos etapas principales. En primer lugar, se gestionó un perfil en FB y se exploraron componentes en común a las amistades que gestiona este grupo de adolescentes. En segundo lugar, las publicaciones fueron clasificadas en cuatro grupos según los componentes que compartían: “espacios compartidos”, “historias en común”, “afectividad” y “aguante”.3

Por cuestiones éticas, se pidió autorización a los entrevistados y no se guardó registro de datos personales. Se aclara que FB es un sitio de redes sociales público que posee las condiciones de uso de la mayoría de estos sitios: no exige restricciones para mayores de 13 años, dado que cualquiera mayor a esta edad puede utilizarlo, y todos los usuarios firman un contrato con FB en el que aceptan que sus publicaciones estén online. De cualquier modo, para preservar la identidad de los sujetos de la muestra, se difuminaron nombres y rostros de las imágenes y se colocaron etiquetas genéricas en cada extracto de entrevista citada. En los fragmentos de entrevistas solo se señala la edad y si el usuario es varón o mujer.

Órbitas de contactos en torno al perfil personal

Tras cuatro años de observaciones, se clasificaron cientos de imágenes y textos recolectados en una serie de componentes relacionales, con el fin de indagar los distintos grados de sociabilidad adolescente en FB. Estos componentes quedaron configurados en cuatro categorías: “espacios compartidos”, “historias en común”, “afectividad” y “aguante”. Los espacios compartidos refieren a los copresenciales del colegio, el barrio, la discoteca, el bar, el centro comercial y la cancha de fútbol. Las historias en común aluden al hecho de transcurrir una parte de sus vidas en los mismos espacios. La afectividad está connotada por expresiones de afecto que se intercambian en la red.

En este punto, es necesario retomar el concepto de cultura del “aguante” (Alabarces & Rodríguez, 2008), central en los universos de sentido de esta población. Esta categoría nativa refiere originalmente a ciertas asociaciones de sentido y prácticas vinculadas a la capacidad de soportar los momentos adversos del club de fut bol, como por ejemplo descensos de división y enfrentamientos con otras “barras”. Esta cultura del “aguante” luego fue adquiriendo otras modulaciones, asociadas a la “cultura del reviente” y a distintos modos de exteriorización de la masculinidad y del ser “legítimo”. Como señala Urresti (2007, p. 283), para los jóvenes de SP del AMBA “aguante implica fidelidad, sostén, permanencia”.

A partir de observar las interacciones atravesadas por esta serie de elementos en común, se propone el siguiente esquema en el que se ilustran los tipos de contactos en FB según el distinto grado de intensidad. Estos giran en torno al perfil personal, entendido como nodo propio: 1) con “íntimo” se refiere a los contactos con los que se comparten espacios, historias, afectividad y “aguante”; 2) con “cotidiano” se alude a los contactos con quienes se comparten todos los elementos citados en la categoría 1, excepto “aguante”; 3) con “extendido”4 se pretende dar cuenta de aquellos contactos intermedios entre “cotidiano” y “desconocido”, con quienes se comparten solo ciertos espacios e historias en común; 4) con “desconocidos” se refiere a aquellos aceptados dentro de la red, cuyo único requisito es poseer contactos en común. Cabe aclarar que las categorías propuestas se encuentran interrelacionadas y aluden a relaciones cambiantes que varían según la dinámica de las interacciones y el transcurso del tiempo.

De los cientos o miles de contactos que suele tener cada adolescente, la gran mayoría tiende a interactuar en FB solo con algunas decenas. En primer lugar, con sus íntimos, que no suelen ser más de diez. En segundo lugar, con sus grupos cotidianos (compañeros de colegio y pares del barrio), que no suelen superar los 100. Los conocidos copresenciales del grupo extendido suelen ascender a 100 o, a lo sumo, 200. El resto de contactos son parte del grupo extendido que no son conocidos copresenciales (es decir, son amigos de amigos, familiares de amigos, conocidos de conocidos), o directamente desconocidos con quienes se comparten contactos. Esto evidencia que, si en promedio los adolescentes de la muestra poseen alrededor de 1 000 contactos, la mayoría son desconocidos. El grueso de las interacciones se despliega con los íntimos y con el grupo cotidiano. Para analizar estas interacciones, se presenta en la siguiente figura una categorización de los distintos tipos de sociabilidad y “amistad” entre contactos.

Fuente: Elaboración propia en base en trabajo de campo.

Figura 1 Órbitas de contactos en torno al perfil personal 

Como se ha señalado, en un extremo, los íntimos son quienes comparten en mayor grado los elementos observados de espacios compartidos, historia en común, afectividad y aguante. En el otro extremo de la categorización propuesta, los desconocidos representan el punto cero de estos elementos en común. Dado que en FB todos los contactos son denominados “amigos”, aquí se traza una tipología que discrimina los distintos tipos de “amistad”.

Íntimos

Los contactos íntimos representan la órbita de sociabilidad más cercana al perfil propio, con quienes se comparte más tiempo, tanto online como offline. Suelen pertenecer al mismo segmento etario y, en numerosas ocasiones, hasta tienen la misma edad. Las principales actividades que realizan entre sí son chatear, postear publicaciones en común, hacer comentarios, dar “me gusta” y jugar. En numerosas publicaciones observadas, los adolescentes presentan al grupo de íntimos con el que comparten su cotidianidad y, a su vez, se presentan a ellos mismos como parte de ese grupo que los define e identifica. De este modo, homenajean a sus mejores amigos, les dicen que los quieren y son fundamentales en sus vidas. Tales publicaciones suelen tener un alto grado de aceptación y retroalimentación entre su red de contactos.

En numerosas publicaciones, se observa a adolescentes expresarle a sus amistades íntimas que les tienen mucho afecto (“las amo”, “son todo para mí”). También suelen publicar fotos personales junto a su grupo de íntimos. Aunque sus palabras no presenten una marcada afectividad, la cercanía de los cuerpos abrazados sugiere que se trata de íntimos. Del mismo modo, en otro posteo, una adolescente (14 años) presenta una imagen junto a una íntima y agrega “con la piba más piola que conocí en mi vida te amo, sos lo más”. En otro, una adolescente (15 años) le expresa su afecto a su grupo de íntimos varones, al publicar que “son todo, son mi vida …, son divertidos, buenos, amistosos, tarados más que nada pero los amo y no puedo estar sin ustedes”.

En otra imagen, un adolescente (16 años) resalta que su grupo de íntimos (presentes en la foto) son su “ranchada”,5 que los “ama” y “son todo”. Esta expresividad afectiva con referencias “hogareñas” da cuenta de la centralidad que poseen los íntimos para ellos. En otro ejemplo se observan varias fotos personales de una adolescente junto a su grupo de íntimas. Además de exhibir su corporalidad en grupo, ella presenta a sus amigas, entre quienes se escuchan, se consultan a través del chat y el inbox, y los fines de semana realizan “previas” y salen a bailar. Como comenta una adolescente entrevistada (17 años), “los fines de semana nos vamos re solteras con mi hermana y mis amigas a buscar chicos lindos que valgan la pena. Y después en la semana, si conocimos a alguien, los seguimos en Facebook”.

Como fue relevado en cientos de imágenes, es frecuente que los adolescentes combinen una foto con su mejor amigo o con su grupo de íntimos, que en ocasiones es mixto. En SP, ante los numerosos casos de conflictivas relaciones familiares y escasez de recursos, los íntimos suelen cumplir funciones de hermanos. Esto se evidencia en el modo en que los denominan: “rancho” y “ranchada”.

Por otra parte, entre íntimos también puede existir -a modo de pruebas de confianza- el intercambio de contraseñas o la intromisión en el perfil ajeno, como se observa en el siguiente ejemplo: “Te Usurpé El FB Solo Paaraa Deeciirtee q tii amoo muuchoo amiigaa & paaraa agraadeeceertee todo lo q haces x mi & x q estás siempre cuando Tee Neeceesitoo” (Mujer, 16 años). Estas interacciones funcionan como prueba de que son íntimos, de que se protegen uno a otro y se cuidan el “territorio virtual” (su perfil e imagen en la red).

A su vez, representan el grado de entrega mutua, en el sentido de confiar plenamente en el otro y no tener nada que ocultar. El intercambio de contraseñas o la intromisión en el perfil ajeno implican una netiquette6 específica: solo mirar los espacios virtuales del otro pero no interactuar, salvo para realizar una publicación afectiva. Este tipo de experiencias profundizan el vínculo y aumentan el compromiso mutuo de aguante. En ocasiones un exceso de confianza y acciones por parte de uno de los involucrados en el intercambio de contraseña desencadena un conflicto en torno a la intimidad del perfil.

En las publicaciones entre íntimos también son frecuentes las declaraciones de amor y agradecimiento que, en ocasiones, aluden a “la mejor” amistad íntima, categoría nativa que permite comprender este tipo de contacto. Tener un/a “mejor” implica una amistad favorita que funciona como hermano/a, cuya función es la de confidente: “sos todo en mi vida”, “te amo”, “estoy celosa”. Este vínculo combina elementos de las relaciones entre hermanos, parejas y amigos de la infancia. Si bien a priori no implica vínculo sanguíneo, en SP es frecuente que dos hermanas sean “mejores”.

Además de obligaciones y privilegios similares a los de otros íntimos, también suele exigir cierta exclusividad y demandar una significativa cantidad de tiempo: “el” o “la mejor” se supone que deben estar siempre disponibles para “bancar” al otro, así como para apoyar con un like y un comentario elogioso. Si ambos están online, es esperable que se defiendan mutuamente ante publicaciones conflictivas. Asimismo, esta relación puede ser cambiante y móvil según los momentos sexo-afectivos de cada uno y los conflictos surgidos. Si uno de los dos “mejores” se pone en pareja, suele devenir en conflictos de celos entre la pareja y “los mejores”.

En otra publicación de FB, una adolescente (16 años) le agradece la amistad a su “mejor”. Le expresa que la ama, que su amistad es más que ser amigas, que siempre confía en ella para contarle secretos, agradece que siempre la escuche y acepte como es; le recuerda que nunca dude en llamarla y que siempre estará con ella para cualquier cosa, sin importar los otros. Esta dinámica de comunicación se alimenta de la sociabilidad cotidiana virtual y copresencial.

Se observaron diversos ejemplos que dan cuenta de esta frecuente relación social entre adolescentes de SP: la de “mejores” varón-mujer. En numerosas publicaciones, el adolescente le agradece ser su “mejor” a su íntima, o viceversa y además publican algunas fotos en las que se muestran felices.

En un caso particular, un adolescente (17 años), para justificar su condición viril y su relación íntima (pero no sexo-afectiva) con una mujer, le dice “te re amo banda7 aunque seas torta”, 8 si bien aclara que es una broma y que ella sabe que “siempre la jode con eso”. Estas publicaciones comunes entre adolescentes de SP señalan una tensión entre el tradicional modelo heteronormativo y ciertas configuraciones socioafectivas emergentes entre esta generación de mujeres y varones (Del Valle, 2002; Gil & Vall-llovera, 2009). A su vez, el mencionado comentario puede leerse como una aclaración en respuesta a la “masculinidad hegemónica” (Connell & Messerschmidt, 2005) de sus amigos, en el sentido de que el varón heterosexual suele asociar intimidad a sexualidad. Esto, en numerosas ocasiones, es reforzado por el grupo de pares, que comentan la “sospechosa” relación que mantienen los “mejores” mixtos. En efecto, tales relaciones generan incomodidad entre diversos grupos de adolescentes y adultos, que no logran decodificarlas y por eso a veces las cuestionan.

En otro ejemplo observado, una joven (17 años) comenta una idílica salida con su novio (“fuimos al Shopping Abasto, comimos en McDonald’s y compramos ropa”), aunque en realidad se refiere a su “mejor” amiga. Estas actualizaciones de estado son habituales entre las adolescentes de la muestra, quienes despliegan un discurso irónico hacia el modelo heteronormativo. Aunque se trate en principio de un vínculo que no suele incluir sexoafectividad, diversas adolescentes actualizan sus estados expresando el deseo de tener un novio que también sea su “mejor”, o agradeciéndole a su pareja ser su “mejor”.

En suma, “el mejor” y “la mejor” representan un fenómeno específico entre adolescentes de SP, estrechamente ligado al componente “aguante” en términos afectivos. En esta órbita de contactos se visibiliza también una mayor expresividad afectiva de los varones, en particular en las publicaciones de afecto de “el mejor” hacia “la mejor”, o de un varón hacia su pareja. En la mayoría de los casos, los íntimos tienen una fundamental dimensión copresencial, que se fortalece con la interacción online.

Grupo cotidiano

Con “grupo cotidiano” se alude a los pares cercanos y copresenciales, con quienes se comparten espacios como el barrio, el colegio, la “esquina” y la cancha de futbol. Entre estos contactos se despliega un “ida y vuelta” constante de interacciones offline y online. En esta órbita se encuentran presentes los siguientes componentes: espacios compartidos e historia en común.

Siempre que podemos andamos en Face con mis amigas. Estoy más con ellas que con mi propia familia. Son mi “ranchada”. Por momentos más que mi familia. Después cuando te ponés en pareja y formás tu propia familia ya no te ves tanto (Mujer, 16 años).

En este tipo de contactos, al igual que en los otros, el “me gusta” es la principal interacción. Los usuarios suelen tener tres razones para utilizarlo: la empatía, la simpatía y la coincidencia o la identificación: “doy likes cuando me gusta lo que veo o leo, cuando me identifica o me conmueve” (Mujer, 17 años); “pongo un me gusta cuando tengo ganas porque me hizo reír, me alegró o me gustó lo publicado” (Mujer, 18 años); “si me pasó o me pasa lo que alguien postea, o si me gustaría que me pase, pongo me gusta” (Varón, 15 años). Asimismo, el intercambio de likes da cuenta de un rasgo central en la interacción en FB: la superposición de la actividad lúdica-voyeurística como un don supuestamente altruista, con el objetivo de hacer de cada intervención en la red una presentación estratégica de uno mismo.

En esta línea, como se desarrolla en otro trabajo (Linne, 2016), las performances de intimidad que realiza cada usuario pueden enmarcarse dentro de una estrategia premeditada de buscar popularidad y éxito social entre sus distintos tipos de contactos, así como tratar de conseguir una sexoafectividad satisfactoria a través de seducir a una audiencia lo más amplia posible (pero controlada) a través de las interacciones en la red. En este sentido se propone el concepto de “multimidad” para dar cuenta de que las publicaciones entre pares adolescentes en la red social son parte de estrategias sociocomunicativas calculadas y racionales, que solo muestran ciertos aspectos de la intimidad personal y del grupo de pares. En cambio, en un conocido ensayo, Sibilia (2008) plantea que las generaciones jóvenes viven en una “extimidad” contemporánea, preocupadas por mostrarse y obtener la mayor popularidad a cualquier costo a través de exponer su intimidad en sitios de redes sociales.

Inmersos en esta “multimidad”, cuyo principal combustible es el like, el invisible “no me gusta” -tácito en el silencio o ausencia de feedback-, así como los comentarios negativos entre contactos cotidianos (compañeros de colegio, vecinos), genera formas de agresividad implícita. Su consecuencia es, en ocasiones, la violencia explícita, tanto digital como copresencial: peleas, ciberbullying, monitoreos, “escraches” y “arruinar muros”.9

Los fragmentos de entrevistas también aportan evidencia al análisis planteado: el grupo cotidiano construye sus vínculos de amistad en un constante continuum offline-online. Asimismo, esta segunda órbita de contactos realiza voyerismo y despliega búsquedas de relaciones sexoafectivas de modo conjunto. Para el mantenimiento de estas relaciones cotidianas entre pares, son claves el chat, los mensajes privados, el sugerir contactos y el ser mencionado en las publicaciones de los otros.

Además, se observa que los adolescentes de SP suelen intensificar sus interacciones mediante FB. Es posible afirmar que este mismo circuito es el “hecho social” que los conduce a participar de ella cotidianamente. De acuerdo con distintas investigaciones (Boyd, 2008; Morduchowicz, 2012), el principal motivo de los adolescentes para utilizar FB es estar en contacto con sus amistades íntimas y cotidianas. Es decir, para extender el tiempo de sociabilidad entre pares más allá del tiempo escolar y los encuentros copresenciales en clubs, en el espacio público, en los hogares y en otras instituciones.

Grupo extendido

Esta órbita, localizada en una zona intermedia entre los cotidianos y los desconocidos, se encuentra conformada por contactos conocidos: vecinos, compañeros y amistades en común. Suelen ser conocidos y tener un vínculo copresencial o preexistente al de FB, o bien referencias copresenciales de amistades en común. Si la función básica de los contactos desconocidos, como se desarrolla en el siguiente punto, es contribuir a las estadísticas personales y del sitio; la del grupo extendido es alimentar constantemente el flujo de sociabilidad. En esta órbita se encuentran presentes los siguientes componentes: espacios compartidos e historia en común.

Los contactos extendidos brindan un significativo aporte a la sociabilidad sexoafectiva (real, imaginaria o potencial). Como señalan distintas investigaciones (Boyd & Ellison, 2008; López & Ciuffoli, 2012), Friendster fue el primer sitio de redes sociales en basarse en el principio de que entre amigos-de-amigos -es decir, entre el grupo extendido de pares- se formarían mejores parejas que entre desconocidos. Este fue uno de los principios básicos retomados por FB y puesto en el centro de su arquitectura. A diferencia de entre desconocidos, entre amigos-de-amigos suele existir un mayor grado de componentes comunes para generar vínculos.

Nos vemos en el colegio, jugamos al futbol, salimos, nos juntamos a hacer torneos con la Play [station] y chateamos por Face mientras buscamos chicas. Por ahí nos aconsejamos sobre las candidatas a través del chat o el inbox o cuando nos vemos (Varón, 17 años, SP).

El grupo extendido se provee entre sí likes y voyerismo, así como también amplía los recursos para sumar “popularidad” y buscar relaciones tanto de amistad como sexoafectivas. A esta órbita de contactos son dirigidas las estrategias desplegadas entre adolescentes de SP para ampliar la sociabilidad. Para extender su radio de interacciones en el sitio, por ejemplo, prometen una lista de “los 15 más lindos y partibles” de su FB o dar el número de teléfono a cambio de un “me gusta”.

Contactos desconocidos

En esta órbita, la más extensa de las cuatro aquí planteadas, suelen desarrollarse menos interacciones. Según testimonian los adolescentes indagados, para sumar un contacto a esta órbita el principal requisito es compartir contactos en común. En otras palabras, si no lo conoce pero tiene contactos en común, suele optar por agregarlo, dado que confía en que forma parte de su red extendida: “Yo los acepto aunque sean desconocidos, si es para ser amigos nomás. Siempre que tengan fotos y les hablen sus amigos; si no, es falso” (Mujer, 14 años, SP).

Acepto a desconocidos cuando quiero sumar amigos. Ya tengo 1 200. Total después, si molestan mucho, los borro. A veces algunos publican cosas que están buenas (Varón, 18 años, SP).

No acepto a nadie desconocido. Solo amigos y a veces amigos de amigos. Pero tengo que saber bien de quién son amigos. Escuché de personas a las que persiguieron o les robaron por aceptar a desconocidos (Mujer, 14 años, SP).

A través de esta amplia órbita, los adolescentes de SP intercambian entretenimiento y voyerismo, al mirar en publicaciones y perfiles ajenos las actividades cotidianas y datos biográficos de otros usuarios. También les sirve para extender la red, intercambiar recursos y comentarios para sumar popularidad, así como para disponer de más posibilidades de amistades y vínculos sexoafectivos.

Este grupo es la base de la sociabilidad en FB y conforma las redes interconectadas de “prosumidores10 invisibles”, en el sentido de que enriquecen la columna de noticias de un perfil. Vale recordar que, según la arquitectura del sitio, el número máximo permitido de contactos es 5 000. Es frecuente que las y los adolescentes actualicen sus estados quejándose de que poseen cientos de contactos online (disponibles para chatear) y ninguno se comunica con él o ella.

Por otra parte, de la muestra surge que quienes más agregan a desconocidos son los solteros, que suelen buscar potenciales vínculos sexoafectivos. Esta necesidad de feedback implica la búsqueda constante de nuevos contactos con el propósito de obtener en sus publicaciones un alto número de likes y comentarios. A nivel componentes, solo tienen en común un espacio compartido, el de FB.

Conclusiones

Este artículo aborda los tipos de amistad que establecen adolescentes de sectores populares de Buenos Aires en Facebook. Entre sus aportes principales se presenta evidencia empírica para sostener que ellos no construyen una amistad homogénea e indiscriminada en la red social, sino que saben distinguir entre distintos tipos de amistad. No obstante, esto no elimina los diversos conflictos: desde celos y monitoreos hasta competencias de popularidad. En el ecosistema del like y el feedback constante, se producen distintas tensiones en torno a la sexoafectividad y la búsqueda de reconocimiento social. ¿Por qué no me respondió? ¿Por qué tengo tan pocos “me gusta” y comentarios? ¿Por qué, siendo varón, no puedo tener una mejor amiga mujer?, o viceversa.

La etnografía virtual tuvo dos etapas principales. En primer lugar, se gestionó un perfil ad hoc en FB y se exploraron componentes en común a las amistades que gestiona este grupo de adolescentes. En segundo lugar, las publicaciones fueron clasificadas en cuatro grupos según los componentes que compartían: “espacios compartidos”, “historias en común”, “afectividad” y “aguante”.

A partir de lo anterior, se proponen cuatro tipos de amistad observadas en sus interacciones tanto online como offline: 1) los íntimos, cuya función es proveer contención afectiva, apoyo, “aguante”, acompañar y aconsejar a través de encuentros copresenciales e interacciones online; 2) los cotidianos, que suelen definirse como pares cercanos cuyo propósito es proveer voyerismo y búsqueda más segura de relaciones sexoafectivas y de contactos confiables; 3) los extendidos, que suelen ser amigos de amigos, y su función es extender los flujos de sociabilidad y “popularidad”; además de proveer likes y mayor amplitud en la búsqueda de relaciones sexoafectivas; por último, 4) los desconocidos, que serían el grado cero de la amistad, aunque representen la base de sociabilidad en FB, debido a que permiten incrementar el número de contactos y ampliar posibilidades de sociabilidad. ¿5 000 amigos? Pues no, una decena de amigos y un gran espacio para experimentar la propia construcción identitaria en distintas órbitas de contactos.

Aquí se aporta evidencia empírica para dar cuenta de que la “amistad” y la sociabilidad online entre adolescentes no es homogénea ni indiscriminada, sino que se diferencia según los tipos de vínculos que despliegan en su cotidianidad offline-online. En este sentido, se proponen cuatro categorías analíticas de contactos según el grado de intimidad y amistad compartida: “desconocidos”, “extendidos”, “cotidianos” e “íntimos”. Con el concepto de “multimidad” se pretende dar cuenta de que los adolescentes de Buenos Aires no comparten su intimidad con todos de modo completamente espontáneo; esta operación también incluye calculadas estrategias: apuntan a un grupo reducido y realizan performances de intimidad con las que se presentan a sí mismos, del mejor modo posible, ante su comunidad de contactos en FB.

Con las categorías nativas de “el mejor” y “la mejor”, esta población de SP refiere a los lazos sólidos de “aguante” e incondicionalidad que implican estas amistades íntimas. La “ranchada” alude a que las amistades íntimas operan como un segundo hogar construido, como refugio y grupo de principal referencia ante los constantes conflictos y precaridad de la institución familiar que muchas veces padecen. Al mismo tiempo, implica una representación más cabal de que para los adolescentes de SP no todas las amistades en FB significan lo mismo. En efecto, como se describe a lo largo del artículo, ellos distinguen con claridad los distintos tipos de vínculos que poseen entre su red de contactos.

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2Según la Real Academia Española, una de las acepciones de “órbita” es “Ámbito en que se percibe la influencia de algo o de alguien”.

3El “aguante” refiere a publicaciones o comentarios en lo que se manifiesta un apoyo incondicional al otro.

4El “grupo extendido” de conocidos se relaciona con lo que Haythornwaite (2005) denomina “contactos latentes” (latent ties), en referencia a que en los sitios de redes sociales (SRS) se desarrolla una continua sociabilidad entre contactos preexistentes y contactos de contactos, o conocidos de conocidos.

5Con esta expresión refieren a lo fundamental que son los vínculos con estos pares como cobijo, hogar, lugar de reparo y contención afectiva-cotidiana.

6Este término alude a reglas de conducta o de etiqueta digital no explicitadas en ningún reglamento pero que funcionan entre amplios grupos de internautas. Por ejemplo, forman parte de la netiquette de diversos grupos de usuarios en FB solicitar permiso al otro antes de etiquetarlo, o no publicar fotos o videos en situaciones comprometidas o desfavorables para la propia imagen. Desde luego, no respetar la netiquette deviene en conflictos.

7Léase “mucho”

8Léase “lesbiana”.

9Para más información sobre estas cuestiones, ver Urresti, Linne y Basile (2016).

10Por “prosumo” se entiende la combinación entre producción y consumo que realizan los adolescentes contemporáneos a través de las TIC (Boyd, 2014).

Recibido: 19 de Julio de 2017; Aprobado: 26 de Octubre de 2017

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