El sociólogo Danilo Martuccelli acaba de publicar su última obra, Les sociétés et l'impossible. Les limites imaginaires de la réalité (Las sociedades y lo imposible. Los límites imaginarios de la realidad) en la colección Individu et Société de la editorial Armand Colin. Esta colección, dirigida por el catedrático de sociología François de Singly, fue creada en 2002 con el objetivo de proceder con método y en los registros tanto del estudio universitario como del ensayo filosófico al análisis de la "sociedad de individuos". Según una perspectiva inédita en ciencias sociales, que revela su pertinencia y riqueza, se propone revisitar la concepción y el lugar del individuo y de las instituciones en ese nuevo entorno. En ese sentido, esta obra de Martuccelli se inscribe plenamente en esta perspectiva. De hecho, no es el primer libro que el sociólogo publica en esa colección, dado que ya editó en la misma Forgé par l'épreuve y La société singulariste, en 2006 y 2010, respectivamente.

Martuccelli, tras doctorarse en sociología por la École des Hautes Études en Sciences Sociales y colaborar con la escuela tourainiana en el seno del Centro de Análisis y de Intervención Sociológicas, ha sido profesor en la Universidad de Lille 3 antes de convertirse en catedrático de sociología por la Universidad Paris Descartes e investigador en el laboratorio cerlis-cnrs (Centro de Investigación sobre los Vínculos Sociales). Sus principales temas de investigación son la teoría social, la sociología política, la sociología del individuo y la sociología de América Latina, los cuales ha desarrollado en una veintena de libros. Además de las obras mencionadas anteriormente, conviene citar Sociologies de la modernité (1999), Grammaire de l'individu (2005) y La consistance du social (2005), así como libros redactados junto con François Dubet: A l'épreuve. Sociologie de l'expérience scolaire (1996) y Dans quelle société vivons-nous? (1998). Además, ya que es de origen latinoamericano y dado su dominio del español, ha publicado obras en castellano como Cambio de rumbo (2007), ¿Existen individuos en el Sur? (2007) y Desafíos comunes. Retrato de la sociedad chilena y sus individuos (2012), esta última en colaboración con Kathya Araujo.

La presente obra de Danilo Martuccelli, partiendo de una teoría de las relaciones entre acción y realidad, intenta proponer un análisis histórico de los diferentes regímenes de realidad que se han sucedido a lo largo del tiempo y que han traído como consecuencia la instauración de un horizonte particular de la crítica (409). El relato histórico que establece se basa en elementos conocidos, como la ruptura provocada por la ciencia moderna en el siglo xvii y el posterior desencanto del mundo. En ese sentido, el libro propone una periodización de los grandes regímenes de realidad (religioso, político, económico y ecológico) e invita a leer, en cada ideal-tipo, la articulación del miedo inicial, las matrices interpretativas y la confrontación con la realidad (409).

En la introducción, Martuccelli indica que la novela Don Quijote de la Mancha de Miguel de Cervantes le permite problematizar la relación de la acción con la realidad, sabiendo que el sociólogo se preocupa ante todo por las especificidades analíticas de dicha relación (9). A su entender, ese vínculo está marcado por la complejidad y el distanciamiento creciente de lo objetivo y de lo subjetivo, característico de la modernidad. En suma, "una experiencia de la realidad y de la acción donde los individuos no tienen la certeza de la pertinencia de sus conductas" (9). Eso contrasta con el hecho de que, en las sociedades occidentales, la realidad se haya convertido en evidencia (9). Para Martuccelli, la realidad es lo que resiste, lo que limita y delimita la frontera entre lo posible y lo imposible (14). En ese sentido, "la realidad es siempre el fruto de una construcción compleja que mezcla la certeza cognitiva de límites insuperables y la experiencia perfecta de una elasticidad problemática" (15).

En la primera parte del libro, el autor expone los principales problemas planteados por la elasticidad de las relaciones entre acción y realidad y los fundamentos teóricos del estudio que giran en torno de las nociones de "choque con la realidad" y "regímenes de realidad". El choque con la realidad designa los límites del mundo, entendidos como "momentos efectivamente reconocidos y colectivamente construidos por los actores" (34). En otros términos, la elaboración social y cultural explícita de esta experiencia se convierte en el elemento ineludible del análisis. Por su parte, los regímenes de realidad parten de la constatación de que "la naturaleza exacta de estos límites es históricamente variable", lo que supone preguntarse acerca de las grandes modalidades imaginarias sobre las cuales el mundo social se ha construido históricamente (55). De cara a subrayar el doble carácter de instituido e instituyente de esta dimensión, Martuccelli habla de regímenes de realidad.

Una vez precisado el marco teórico en el que se sitúa su estudio sociológico, que es más bien un ensayo filosófico, el autor analiza los ideal-tipos de las maneras según las cuales la relación entre la acción y la realidad se ha planteado y problematizado en los diferentes regímenes de realidad, empezando por los regímenes religioso y político, a los que dedica la segunda parte del libro, prosiguiendo por el régimen económico, al que consagra la tercera y cuarta parte, y terminando por el régimen ecológico, al que dedica la quinta y última parte.

En la conclusión de esta "crítica de la realidad" (409), el autor se detiene en las implicaciones analíticas de cada uno de los elementos movilizados en su estudio.

En primer lugar, subraya el lugar recurrente del miedo en el análisis histórico de los regímenes de realidad porque constituye una idea reguladora de los límites de la realidad (409). En efecto, nos dice Martuccelli, los regímenes de realidad se instituyen para escapar del temor cuyo aspecto varía en el tiempo, ya que está acentuado históricamente de manera diferente. Su obra intenta cernir las formas de ese trabajo de acentuación "a partir de la arquitectura de cada ideal-tipo, como un desafío social e histórico" (409). No en vano, a pesar de sus variaciones históricas, el miedo consta de permanencia estructural puesto que se debe a la experiencia de las coacciones, así como a la naturaleza de la acción humana (410). Algunos temores perduran, como el miedo de lo invisible y desconocido, de la guerra y violencia, de la miseria y pobreza o de las catástrofes naturales y crisis económicas. Para Martuccelli, el miedo, que se halla en el centro de cada régimen de realidad, es el resultado de una activación social e histórica particular. Además, el estudio analítico histórico de los cuatro regímenes de realidad (religioso, político, económico y ecológico) muestra que los temores, una vez construidos históricamente, nunca desaparecen por completo, ya que se reactivan de manera parcial en una nueva configuración (410).

En segundo lugar, el análisis histórico de los regímenes de realidad le permite poner de manifiesto la función de límite de la realidad: entidades invisibles, órdenes jerárquicas, mecanismos económicos, etcétera. De hecho, más allá de los límites de sus aptitudes corporales y mentales, el ser humano se encuentra envuelto en un entorno cultural e incluso societal. Es esa dimensión y las funciones sociales de regulación de la acción que ha permitido organizar históricamente las que se encuentran en el centro de este estudio" (413). En ese sentido, la analítica histórica de los regímenes de realidad propone una inflexión del relato histórico. Como lo precisa Martuccelli, a partir de la relación entre acción y realidad, y sin negar la profundidad de la ruptura provocada por la ciencia moderna, la visión que se impone es diferente, en la medida en que es la de una sucesión de sistemas de creencias, más o menos arbitrarias en sus criterios de evaluación, pero eficaces desde un punto de vista práctico a la hora de marcar la frontera de lo posible y de lo imposible (413). Sin embargo, la modalidad de elaboración de estos límites de la realidad toma una forma específica en cada régimen.

En tercer lugar, Martuccelli incide en el choque con la realidad que se ilustra en las sociedades contemporáneas por el conflicto entre los regímenes económico y ecológico o, dicho de otra forma, entre "un mundo finito y una sociedad abierta" (417). En ese sentido, el reto consiste en inventar una sociedad abierta en un mundo finito, lo que implica estimular la conciencia práctica de lo posible. El autor considera que es posible pensar que asistimos a la construcción de un límite ecológico, basado en el miedo y el conocimiento científico del mundo, que marque una nueva frontera de lo posible y de lo imposible, lo que supone aceptar la responsabilidad humana hacia el futuro (418). Es igualmente concebible que la instauración del límite sea el fruto de un proyecto colectivo, elaborado consciente y voluntariamente, para evitar la deriva hacia un futuro nefasto. Por último, puede ocurrir, aunque no sea la opción más probable, que se prefigure "una vida social fuera de la idea reguladora del límite, es decir, basada en el único reconocimiento de un universo sometido a coacciones" (418). Es precisamente contra estas derivas que se ha construido el imaginario del límite (419).

En definitiva, el último libro de Martuccelli pone de manifiesto, una vez más, la amplia cultura de su autor en ciencias sociales y humanidades, la destreza con la cual maneja los conceptos, el rigor analítico del que hace gala y la fuerte estructuración de su pensamiento. De hecho, tras elaborar un modelo teórico perfectamente construido y que goza de gran coherencia interna, Martuccelli aplica su modelo, que gira en torno de los conceptos de "choque con la realidad" y "regímenes de realidad", de manera sistemática. En ese sentido, no se trata de un modelo abstracto aplicado de manera artificial a una realidad empírica que forzaría y desvirtuaría el objeto que pretende estudiar, sino que se acopla con naturalidad, lo que confiere fortaleza y valor analítico a dicho modelo.

A nivel formal, conviene subrayar la calidad literaria, la fluidez del estilo y la riqueza del lenguaje utilizado. No en vano, y de cara a matizar esta valoración positiva, esta obra de Martuccelli, como la mayoría de sus libros, se caracteriza por un alto nivel de abstracción y carece a veces de ejemplos concretos que permitan ilustrar sus tesis.

En cualquier caso, este libro, obra de uno de los sociólogos y pensadores más brillantes y novedosos de su generación, merece una lectura atenta tanto en el ámbito académico como fuera de él.