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Revista mexicana de sociología

versión On-line ISSN 2594-0651versión impresa ISSN 0188-2503

Rev. Mex. Sociol vol.75 no.4 Ciudad de México oct./dic. 2013

 

Artículos

 

Reconstrucción subjetiva del curso de la vida en Chile

 

Subjective reconstruction of lifetimes in Chile

 

Eduardo Guichard*, Víctor Concha**, Guillermo Henríquez***, Stefano Cavalli**** y Christian Lalive d'Epinay*****

 

*Sociólogo por la Universidad de Concepción, Chile. Universidad de Ginebra, Suiza. 54, Route des Acacias, CH-1227, Carouge, Suiza. (Toda correspondencia deberá remitirse a esta dirección.) Correo electrónico:<eduardo.guichard@unige.ch>.

**Sociólogo por la Universidad Católica Silva Henríquez, Chile. Correo electrónico: <victorandresconcha@gmail.com>

***Sociólogo por la Universidad de Concepción, Chile. Universidad de Concepción. Correo electrónico: <ghenriqu@udec.cl>

****Doctor en Sociología por la Universidad de Ginebra, Suiza. Universidad de Ginebra. Correo electrónico:<stefano.cavalli@unige.ch>

*****Doctor en Sociología por la Universidad de Ginebra, Suiza. Universidad de Ginebra. Correo electrónico:<christian.lalive@unige.ch>

 

Recibido: 12 de septiembre de 2012
Aceptado: 22 de mayo de 2013

 

Resumen

En el desarrollo de la vida hay eventos que marcan las trayectorias individuales y que son usados por las personas como referencias para la reconstrucción de su propia biografía: los puntos de inflexión. En el presente estudio se les ha pedido a chilenos de cinco grupos de edad que mencionen los principales puntos de inflexión en sus vidas, para acceder a la reconstrucción subjetiva de su existencia. Los resultados muestran que los chilenos reconstruyen sus biografías principalmente en relación con dominios temáticos como la familia, las muertes, la profesión y la educación.

Palabras clave: curso de vida, punto de inflexión, transición, subjetividad, Chile.

 

Abstract

In the life course, there are events that mark individual trajectories and are used by people as references for the reconstruction of their own biography: turning points. In this study, Chileans from five age groups were asked to name major turning points in their lives in order to observe the subjective reconstruction of their existence. The results show that Chileans mainly reconstruct their biographies around issues such as family, deaths, profession and education.

Keywords: life course, turning point, transition, subjectivity, Chile.

 

En el enfoque teórico del curso de la vida,[1] la existencia humana se presenta como un guión relativamente flexible compuesto de etapas relacionadas por pasajes que determinan cambios de rol y de estatus que van definiendo la orientación de la vida individual, e incluso la formación de la identidad (Glaser y Strauss, 1971). Generalmente hablamos de transición cuando el cambio está definido y ajustado en relación con el sistema sociocultural que "fija" eventos "esperables" y un calendario más o menos flexible para la ocurrencia de éstos (hablamos, por ejemplo, del término de la universidad, entrada al mundo laboral, paso al retiro laboral). En este sentido, es posible clasificar una transición como "normativa" cuando involucra a la mayoría de la población o de un grupo en particular. Así, también es muy probable que ocurran otras transiciones en la vida, pero éstas siguen un calendario más flexible o aleatorio (Fiske y Chiriboga, 1990).

Claramente, los puntos de inflexión en la vida también pueden resultar de eventos que se caracterizan por ser imprevisibles, y que provocan un cambio sustancial e incluso una pausa en el desarrollo de la vida. Algunos son provocados por eventos idiosincráticos, como la pérdida de un pariente en la infancia, una viudez precoz, una crisis existencial, un accidente, en tanto que otros son causados por hechos sociales dolorosos, como crisis económicas, guerras, dictaduras y catástrofes naturales (Abbott, 1997; Elder, 1998).

En francés, esta idea de cambio se expresa en el concepto de tournant, que en español remite a la idea de giro; en inglés se habla de turning points (Sampson y Laub, 1993), término que ha sido traducido al español como "punto de inflexión", el cual es de amplio uso en las ciencias en lengua hispana; como concepto, proviene de las matemáticas.[2] Asimismo, algunos autores lo utilizan para referirse al resultado de la identificación que los individuos desarrollan sobre los principales cambios ocurridos en su vida, que en las investigaciones son testimoniados en las autobiografías que las personas hacen (Fiske y Chiriboga, 1990; Hareven y Masaoka, 1988).

No obstante lo anterior, la elección del término en español no se reduce a su semejanza con el vocablo en inglés debido a su uso empírico. Lo utilizamos como una forma de evadir un problema de polisemia que surge de los estudios sobre el curso de la vida. De hecho, en francés autores como Claire Bidart (2006) y también Michel Grossetti (2006) proponen el término "bifurcación" para designar los cambios que se caracterizan por su imprevisibilidad y que introducen una reorientación drástica de la vida.

En este sentido, Stefano Cavalli y Christian Lalive d'Epinay (2008) distinguen dos grandes tipos de pasajes en la vida contenidos en el concepto de "punto de inflexión": por un lado, las transiciones más o menos previsibles y normativas, institucionalizadas en diferentes estadios o posiciones en la vida, y que inscriben estos cambios en la continuidad; por otro, las bifurcaciones que marcan los quiebres en la biografía, fundamentando cambios y generando una discontinuidad en el curso de la vida. De esta forma, tanto transiciones como bifurcaciones constituyen diferentes puntos de inflexión, que son todos aquellos cambios que las personas recuerdan subjetivamente como "marcadores" en su reconstrucción autobiográfica.

Adicionalmente, hemos considerado una agrupación metodológica para distinguir entre los distintos puntos de inflexión, inspirándonos en los trabajos realizados por Hayne W. Reese (1983) y Manfred Diehl (1999) al codificar los distintos puntos de inflexión reportados. En primer lugar, consideraremos que todo punto de inflexión constituye un acontecimiento o proceso empírico, rememorado por las personas en relación con un evento específico. Asimismo, los eventos específicos relativos a lo que hemos definido como punto de inflexión se enmarcan en un campo definido del quehacer humano y social; así, los diferentes eventos serán relacionados en función del dominio temático al cual hacen referencia. Este tema será profundizado con mayor precisión en el apartado metodológico.

Respecto de las investigaciones empíricas sobre los puntos de inflexión, numerosos estudios a nivel internacional se limitan a verificar la importancia de aquéllos mediante check lists, centrándose en su impacto sobre las diferentes formas de adaptación social; en contraparte, son escasos los que tratan sobre la identificación subjetiva que hacen las personas sobre los puntos de inflexión en la vida. Por ejemplo, Margorie Fiske y David A. Chiriboga (1998) indagan en los puntos de inflexión a partir de escalas de percepción para observar el impacto de éstos y la forma en que se clasifican. A nuestro parecer, solamente el estudio de Anna Rönkä, Sanna Oravala y Lea Pulkkinen (2003) propone un resumen sistemático de los puntos de inflexión en la vida, sobre una muestra de 300 adultos de 36 años; los cambios observados se resumen principalmente en los dominios familiar, educacional y profesional.

En una sistematización que Dale Dannefer (2003) hace de los estudios que se inscriben en el paradigma del curso de la vida, señala que la mayoría de éstos se fundamentan en investigaciones hechas en países del Atlántico Norte (Europa occidental, Estados Unidos y Canadá). Debido a esto, señala la necesidad de realizar estudios internacionales e interculturales con la finalidad de lograr "una geografía global del curso de la vida" (Dannefer, 2003: 649). En este tema en particular contamos solamente con la referencia de la investigación internacional realizada por Tamara K. Hareven y Kanji Masaoka (1988), quienes presentan una comparación de cohortes de Japón y Estados Unidos, ambos países desarrollados que de ninguna forma pueden ser homologados a priori con países en desarrollo o emergentes, y menos con países subdesarrollados. El objetivo de Hareven y Masaoka está en la línea de la obra clásica de Glen H. Elder (1998), que busca interpretar las diferencias del calendario que presentan las trayectorias de vida, considerando sus contextos sociohistóricos respectivos.

Planteadas las problemáticas anteriores sobre los puntos de inflexión y la reconstrucción subjetiva que las personas hacen de éstos, el presente estudio trata sobre la percepción y la identificación subjetiva que hacen cinco cohortes de chilenos adultos sobre los principales puntos de inflexión en sus vidas. Dejando de lado la comparación internacional en esta ocasión, nos centraremos en caracterizar las diferencias entre las distintas cohortes de chilenos y en arribar a una representación general de cómo se articulan y diferencian los distintos dominios de eventos posibles en las biografías individuales de los chilenos encuestados.[3]

En el presente estudio apuntamos a responder particularmente las siguientes interrogantes sobre los puntos de inflexión:

  1. ¿Cuál es la naturaleza de los principales puntos de inflexión que articulan las biografías?
  2. ¿Qué relación existe entre los puntos de inflexión recordados y la edad de ocurrencia de éstos en las biografías?
  3. ¿Es posible observar un modelo general de cómo los chilenos articulan sus recuerdos sobre los principales puntos de inflexión en sus vidas?

 

Presentación del estudio

El estudio Cambios y Eventos en el Curso de la Vida (CEVI) es una iniciativa creada y coordinada desde la Universidad de Ginebra por Stefano Cavalli y Christian Lalive d'Epinay.[4] CEVI indaga sobre la relación existente entre el desarrollo de las vidas individuales y la dinámica sociohistórica; en ésta es relevante la noción de cambio (sobre la propia vida o el entorno) y la percepción que los individuos tienen de éste.

El estudio comprende tres partes: 1) los cambios recientes (en el año en curso del estudio); 2) los principales cambios acontecidos durante la vida; 3) los principales cambios y eventos sociohistóricos ocurridos en el país y el mundo durante el curso de la vida. El presente artículo trata sobre la segunda parte de la investigación, que aborda la percepción sobre los principales eventos articuladores y/o los grandes puntos de inflexión de la vida propia, vista en su totalidad.

El instrumento utilizado en la investigación fue el cuestionario estandarizado tipo encuesta de la investigación CEVI, que consta de tres partes relacionadas con los temas antes mencionados, los cuales son abordados a través de preguntas abiertas, pero limitadas en el espacio de escritura para las respuestas. Un cuarto segmento del cuestionario recoge algunas características sociodemográficas del encuestado, como año de nacimiento, educación, ocupación y una escala de percepción sobre la propia salud. La consigna de aplicación del instrumento era la autoaplicación, ya que las preguntas planteadas eran abiertas; el rol del encuestador fue definido como el de un "facilitador" del proceso de autoaplicación, por lo que el cuestionario debía ser llenado en privado por el propio encuestado, evitando así la posible interferencia del encuestador en las respuestas al cuestionario. Sin embargo, en algunos casos fue permitida la asistencia del encuestador para llenar el cuestionario, principalmente en casos en los que dificultades físicas o de analfabetismo hacían difícil que la persona completara por sí misma el cuestionario.

El estudio de campo fue realizado a principios del año 2009 en Chile (Concepción metropolitano, Región del Biobío), y ha seguido el mismo protocolo para cada uno de los países participantes en CEVI.[5] La muestra fue estratificada según el sexo y en cinco clases de edad quinquenales, cada una de ellas separadas por una década: 20-24, 35-39, 50-54, 65-69, 78-86 años.[6] Esta segmentación busca efectuar una aproximación cronológica de las distintas posiciones que puede ocupar una persona en el curso de su vida; la entrada a la adultez, la instalación plena en el mundo laboral y familiar, la vida activa y familiar avanzada o adultez plena, la tercera edad como vejez y retiro laboral, y una cuarta edad de vejez avanzada. Respecto de esto, resaltamos el sentido de "aproximación" de esta segmentación, en tanto que la edad cronológica corresponde sólo a una referencia relativa sobre las posiciones y variaciones espacio-temporales que pueden experimentar los sujetos a lo largo del curso de sus vidas.

La recolección de los datos chilenos fue realizada principalmente por estudiantes de Sociología de la Universidad de Concepción. Se desarrolló a partir de un muestreo no aleatorio, con características de bola de nieve para el acceso a los casos requeridos en cada clase de edad. La muestra lograda fue de 623 casos (tabla 1), los cuales, en términos generales, tienen un nivel educacional mayor que el presentado por la población considerada.

Dado que el análisis del presente artículo se basa en la segunda parte de la investigación CEVI, la pregunta que fue planteada a los encuestados en esta sección fue la siguiente:

Considere ahora su vida en general. ¿Cuáles han sido los principales puntos de inflexión, esos momentos que han significado algo importante, o marcado un cambio importante en su vida?

Ante esta pregunta, el entrevistado debía describir de la manera más precisa posible hasta cuatro puntos de inflexión, e indicar en qué medida el evento mencionado constituyó un cambio en su vida; también debía señalar el año en que ocurrió el cambio, su edad en ese momento y el lugar en que se encontraba. El valor de limitar la mención de puntos de inflexión hasta un máximo de cuatro reside en que, por medio de este procedimiento, "obligamos" a las personas a realizar una selección valorativa sobre los múltiples eventos que pueden ser relevantes dentro de la biografía individual, cumpliendo con el sentido de elaboración subjetiva que tiene para nosotros el estudio del curso de la vida.

Respecto del contenido de la malla de codificación de los cambios vitales para la sección aquí tratada, fue elaborado un cuadro taxonómico que consta de dos niveles: en el primero se distinguen 10 categorías que se refieren a los dominios más amplios de la vida; en el segundo nivel buscamos proponer una subdivisión de cada categoría del primer nivel "agrupado", que trata de identificar y precisar la naturaleza de cada uno de los cambios mencionados bajo la forma de eventos específicos. Para el desarrollo de esta malla de codificación fueron inspiradores los trabajos de Reese (1983) y de Diehl (1999); de las categorías propuestas por estos autores se conservaron las de vida familiar y de pareja (familia/pareja), la vida relacional y amistades (amistades); el campo educacional y formativo (educación); el campo profesional y otras categorías que aparecerán en el apartado analítico del artículo.

El segundo nivel (eventos) ha sido elaborado de manera ad hoc para cada una de las categorías principales. Una diferencia entre las categorías del primer y segundo nivel es que las primeras no poseen un criterio de derivación entre ellas, sino que solamente se refieren a los principales campos en los que se desarrolla la vida humana. De esta forma, en las categorías del segundo nivel, como "espacio" por ejemplo, buscamos incluir todos aquellos desplazamientos en el espacio que puedan ser asociados con un cambio en la vida, como la "salida del nido", obtención de la casa propia, instalación en un asilo; el dominio "salud", por su parte, impone su especificidad sobre todos los aspectos de la dimensión biológica de la existencia individual por sobre otras esferas de la vida. En este sentido, también es posible que ciertos cambios que incluimos en una determinada categoría puedan igualmente encontrarse relacionados con otra. Por ejemplo, podemos considerar que un cambio espacial de residencia puede categorizarse como espacio; sin embargo, estos cambios pueden encontrarse asociados con estudios fuera de la ciudad de origen, matrimonio y compra de casa, migración por una causa profesional, etcétera.

 

Naturaleza de los puntos de inflexión mencionados

Como señalamos más arriba, nuestros cuestionamientos buscan responder a la pregunta sobre cuáles son los grandes dominios de puntos de inflexión, a partir de los que las personas articulan el recuerdo en sus biografías individuales. Para responder a esta interrogante desarrollaremos nuestro análisis en tres etapas. Primero abordaremos el tema respecto de cuáles son los dominios de cambios vitales mayormente mencionados por la personas, en función de su pertenencia a cada una de las clases de edad. En segundo lugar, relacionaremos los cambios mencionados con la edad a la que se refieren estos cambios; con esto ya nos encaminamos a efectuar una primera descripción de cómo los chilenos representan los diversos cambios que según ellos han articulado en sus biografías individuales. En un tercer momento, tomaremos esta distribución de las menciones asociadas con las edades de ocurrencia y desagregaremos los dominios de cambios más importantes, especificando cuáles son los tipos particulares de puntos de inflexión que dan forma al dominio en cada periodo de la vida.

 

Los principales dominios de puntos de inflexión en la vida

En la tabla 2 se puede apreciar que los chilenos reconstruyen su biografía principalmente en relación con el dominio familiar y afectivo; de esta forma, las menciones a eventos de tipo familiar/pareja y eventos sensibles como la muerte de otras personas corresponden a más de la mitad de las menciones (53% entre ambos) de todos los puntos de inflexión reportados.

Por otro lado, el campo de cambios referentes a la profesión y a la educación presenta un nivel similar de menciones entre sí (11% respectivamente); cada uno se constituye en el tercer dominio de cambios sobre el que las personas reconstruyen su biografía, pero sin alcanzar la preponderancia observada para los campos relacionados con temas familiares y afectivos.

En porcentajes menores —entre 7% y 3% de menciones en la muestra— se encuentran dominios de cambios relacionados con el espacio, la salud y la economía;[7] en general pueden ser relacionables con aspectos más individuales sobre las biografías, y con cambios que pueden presentar características más "fortuitas" en el curso de la vida personal; sin embargo, esta apreciación preliminar será matizada en la medida en que profundicemos en los componentes particulares de cada uno de estos dominios generales.[8]

Si consideramos los cuatro dominios con mayor cantidad de menciones, podemos apreciar que las menciones sobre los dominios "familia/pareja" y "muertes" se refieren en general a aspectos privados de la vida; a continuación, los dominios "profesión" y "educación" tratan sobre aspectos de la vida que tienen sus principales manifestaciones en factores relacionales del individuo con la sociedad, donde la formación y el trabajo necesariamente posicionan al sujeto en la esfera pública del desarrollo de su vida. En este sentido, podemos plantear que la biografía de los sujetos de nuestra muestra, se articula principalmente en relación con la esfera privada de la vida (53%), y en segundo lugar en función de aspectos de la vida pública de las personas (22%), elementos que en conjunto representan tres cuartos de las menciones sobre puntos de inflexión.

 

Los principales dominios de puntos de inflexión según la clase de edad

Tal como aparece en el recuento general, los puntos de inflexión relacionados con familia/pareja se presentan como el aspecto más relevante para todas las cohortes consideradas (tabla 3). Asimismo, la muerte, como parte de las relaciones familiares y afectivas, se presenta como el segundo dominio más mencionado en las clases de edad entre 35 y 69 años, excepto para la cohorte más joven, en la que la educación es el segundo dominio de cambios más mencionado, y en la cohorte más anciana, donde lo es la profesión. Esta relación se invierte cuando consideramos el tercer dominio de cambios para cada clase de edad, puesto que la muerte toma este lugar en las clase de edad más joven y en la más anciana, en tanto que la educación es el tercer dominio de cambio con mayor cantidad de menciones en las clases de edad entre 35 y 54 años, y la profesión lo es en el segmento de 65-69 años.

En un segundo nivel de importancia y con menor porcentaje de menciones se encuentran dominios de cambios relacionados con el espacio, que es relevante para las cohortes de 20 a 24 años y de 65 a 86 años. En este mismo nivel se encuentra la salud, dominio que presenta porcentajes de mención que varían entre 4% y 5% dependiendo de la cohorte, pero siempre fluctuando entre el quinto y el sexto lugares en importancia de cada clase de edad. Con menor número de referencias, y con apariciones disímiles entre las clases de edad, podemos encontrar dominios de cambios como la economía personal, las actividades personales, eventos relativos al entorno de las personas (devenir contextual), eventos religiosos y aspectos relacionados con el desarrollo personal; este último tiene una relevancia relativa solamente en la cohorte más joven.

Al igual que en el recuento de menciones para el conjunto de la muestra, es posible apreciar que se perfilan dos grandes dominios de puntos de inflexión que marcan el curso de vida de las personas, relacionados por una parte con la esfera privada (familia, pareja, muertes) y por otra con la esfera pública de la vida (educación, profesión); en su conjunto, implican aproximadamente tres cuartos del total de menciones hechas en cada cohorte. En este sentido, nos cuestionamos sobre la existencia de un modelo general de curso de vida, en el que estos aspectos retienen al menos 70% de las menciones sobre vivencias relevantes para las personas, independientemente de la edad de estas personas, y asimismo de la época en la cual han desarrollado sus existencias.

 

Naturaleza de los puntos de inflexión según su anclaje al curso de la vida

Una vez resuelta en parte la cuestión sobre cuáles son los principales dominios de cambios vitales mencionados en la muestra total, y segmentada según clase de edad, consideramos pertinente abordar la cuestión sobre cuál es la naturaleza de los cambios señalados, pero esta vez relacionándolos con la edad en que suceden en la vida de las personas; en otras palabras, analizar el anclaje cronológico que los cambios tienen durante el curso de la vida de las personas en general, y de su biografía en particular. Para esto, hemos segmentado arbitrariamente la edad de mención de los cambios en periodos de 10 años;[9] en cada periodo identificaremos los tipos de puntos de inflexión más relevantes para cada dominio dentro de ese segmento de la vida, e indicaremos qué representación porcentual tiene cada categoría dentro del dominio de cambio mencionado en ese segmento de edad.

 

Edad de ocurrencia del punto de inflexión según cohorte

En primer lugar consideremos la forma en que se distribuyen las menciones sobre los cambios importantes de la vida, considerando la edad a la que refiere cada mención, y la clase de edad a la que pertenece la persona que menciona dicho cambio (tabla 4).

En inicio, es posible observar que se pone en evidencia una relación entre la edad y la ocurrencia de puntos de inflexión. Por una parte, las personas tienden a mencionar hechos relativamente recientes dentro de su biografía. Sin embargo, esta mención marcada por la proximidad temporal también pone en evidencia que existe un periodo de edad donde se concentran gran cantidad de menciones a partir de la entrada en la adolescencia, y decaen a partir de la entrada/inicio de la adultez plena aproximadamente a los 30 años (gráfica 1).

Esta apreciación va en concordancia con la teoría del reminiscence bump, fenómeno inicialmente planteado por Karl Mannheim (1928) y después observado empíricamente por Martin Conway et al. (2005), quienes plantean, en términos generales, que el periodo comprendido entre la adolescencia y la adultez plena constituye un periodo de apertura al mundo para las personas; así, por una parte existe una mayor recurrencia de eventos integrativos y transicionales en este momento de la vida, y por otra, las personas se encuentran más "abiertas" a la elaboración de recuerdos sobre este periodo, precisamente por el carácter novedoso de los eventos.

Congruente con nuestra observación inicial sobre la alta mención de hechos recientes, también es posible observar un fenómeno de "relativización de la experiencia"; esto se relaciona con el hecho que en las cohortes existe una tendencia a mencionar una cantidad de eventos relativamente recientes, pero en la medida en que consideramos una cohorte de mayor edad, la cantidad de eventos mencionados para la edad reciente de la cohorte anterior disminuye, e incluso se estabiliza en su nivel de mención para las cohortes de mayor edad.

Este fenómeno es observable en la cantidad de menciones del periodo referente al reminiscence bump, así como de edades posteriores; por ejemplo, el segmento de menciones de puntos de inflexión entre los 15-20 años es sumamente relevante para la cohorte más joven (20-24 años, 58% de menciones); sin embargo, en las cohortes de mayor edad, las menciones sobre este periodo se estabilizan entre 11% y 19%. Una situación similar sucede con la cohorte de 50-54 años, que hace 21% de menciones sobre el periodo de su vida comprendido entre los 40-49 años; para las cohortes mayores se estabiliza entre 12% y 9% de menciones sobre este periodo.

La gráfica 1 muestra un recorte de la tabla 4, detallando las menciones para los puntos de inflexión sucedidos entre los 10 y los 39 años, en las cohortes entre 35 y más años; aquí podemos apreciar, en el comportamiento de las menciones por cohorte, el efecto de "relativización de la experiencia" antes observado, así como el efecto de reminiscence bump en la línea promedio para las menciones según edad de ocurrencia.

 

Relación entre puntos de inflexión y anclaje temporal

En la tabla 5 podemos observar que, respecto del total de menciones en la muestra, la edad entre 0-9 años se caracteriza por un bajo nivel de recordación de eventos vitales importantes (6% del total de menciones en la muestra). Dentro de este segmento de edad, los dominios de cambios que se presentan como más relevantes son los relacionados con el campo familiar/afectivo (familia/pareja + muertes), que corresponden en conjunto a más de la mitad de las menciones en este segmento de edad. En este sentido, temas especialmente relevantes a esta edad precoz son aquellos relacionados con situaciones familiares negativas, como abandono de hijos y la separación de los padres; asimismo, la muerte de alguno de los padres se presenta como un hecho altamente significativo en esta edad. Por otra parte, las menciones relacionadas con el campo educacional hacen referencia principalmente a la incorporación de las personas al sistema educacional.

Si tomamos en cuenta el decenio de edad entre 10 y 19 años (que podríamos caracterizar como la adolescencia), podemos observar que existe un considerable aumento de las menciones referentes a este periodo de la vida, que representa 25% del total de menciones en la muestra. En esta edad, nuevamente el dominio de cambios más importante es el de la familia, en la que el tipo de cambio más relevante son los embarazos y los nacimientos (en la familia, como los propios para los padres precoces). Los matrimonios y los enamoramientos son las categorías que siguen en relevancia a los eventos reproductivos.

El segundo dominio de relevancia en esta cohorte es la educación, en la que aspectos como el fin de los estudios secundarios y la entrada en los estudios superiores marcan un cambio durante esta etapa de la vida. También en este segmento de edad la muerte se presenta como un dominio de cambio importante. Si consideramos el conjunto de cambios relevantes en este segmento de edad, podemos considerar que presenta las características de un momento de apertura a la sociedad, que se expresa en aspectos como el establecimiento de las primeras familias, la entrada a los estudios superiores o, en su defecto, la entrada al mundo laboral; asimismo, las personas empiezan a salir de la casa de sus padres a esta edad. En suma, comienza la integración efectiva (¿y funcional?) a la sociedad.

El segmento de edad entre 20 y 29 años se presenta como el espacio de la vida al que se refieren las personas en mayor porcentaje (30% del total de menciones). Aquí nuevamente el dominio más relevante es el de la familia, constituyendo un periodo de consolidación de la propia familia a través del matrimonio y el nacimiento de los primeros hijos. Siguiendo la lógica de apertura al mundo observada en el segmento de edad anterior, otra característica de este periodo es el inicio tardío de estudios superiores, así como el término de éstos y la entrada al mundo del trabajo; es también durante este periodo que los hijos ya salen definitivamente de casa de sus padres. Resulta interesante que pese a que este periodo se puede caracterizar por ser un momento "fecundo" en la vida, la muerte nunca deja de ser relevante, principalmente respecto de la muerte de los padres y los familiares cercanos; en este sentido, se observa un porcentaje de menciones que se refieren a la muerte prematura de hijos, y que corresponden a mujeres de todas edades que mencionan como un cambio relevante en sus vidas este acontecimiento.

En este periodo también es relevante una segunda "oleada" de personas que ingresan al mundo laboral, así como los primeros cambios de empleo. En el dominio de la educación observamos que también existe un segundo grupo de personas que terminan sus estudios superiores, así como un bajo porcentaje que los inicia de manera muy tardía o que menciona el comienzo de estudios de posgrado. Finalmente, podemos fundamentar un poco más esta idea de un periodo de mayor cantidad de cambios en la vida, al considerar que aparecen categorías como migraciones internas y diversos cambios espaciales para las personas; asimismo, la preocupación por el entorno, y particularmente por la salud de personas cercanas, se vuelve un tópico relevante.

En el segmento de los 40 a los 49 años se presenta una tendencia similar a la observada en el decenio anterior, con la disminución del número de menciones sobre puntos de inflexión; aquí los temas afectivo-familiares son sumamente relevantes, pero con una mayor presencia de eventos disruptivos, como separaciones y muerte de la pareja; en este mismo sentido empiezan a volverse relevantes los temas de salud, pero relacionados con accidentes y enfermedades propias. En los dominios más sociales, observamos que en este periodo continúan las migraciones y se presenta un último grupo de personas que ingresan al mundo laboral, principalmente mujeres. En este periodo resulta relevante que existe un porcentaje de menciones (aunque bajo) que se refieren a la consolidación material de la vida personal y familiar a través de la compra de bienes durables, lo que se expresa en las menciones sobre el dominio de la economía.

El segmento de edad de 50 a 59 años es un periodo que da cuenta del término de la consolidación familiar, y en cierta manera el principio del fin de la vida plenamente activa. En este sentido, aquí mantiene su importancia el dominio de las muertes por los decesos de padres y parejas, en tanto que el campo familiar da cuenta del nacimiento de las "nuevas generaciones" de familias; el matrimonio de los hijos y el nacimiento de los nietos son eventos altamente trascendentes. El término de los estudios de los hijos, la aparición de las primeras jubilaciones y la estabilización material dan cuenta de este cierre y consolidación de la vida activa durante este periodo.

Finalmente, si consideramos las menciones sobre los últimos tres segmentos de edad a los cuales podían referirse los encuestados(periodo comprendido entre 60 y 84 años), este segmento aparece como el periodo que posee menos referencias a puntos de inflexión, lo que en parte se puede explicar porque sólo una parte de la muestra puede referirse a este periodo; sin embargo, también este porcentaje permitiría esperar un nivel de menciones mayor del 9% que existe para todo este periodo; por lo tanto, consideramos pertinente caracterizarlo como de retiro de la vida activa, no sólo laboral, sino también socialmente, pues parece que los eventos en esta etapa de la vida no tienen la misma relevancia de los eventos ocurridos en etapas anteriores.

En este sentido, podemos apreciar que la familia deja de ser el dominio de mayor mención, dando paso a la muerte como el dominio principal entre los 60 y 79 años, y a la salud en las edades mayores de 80 años. Asimismo, la muerte de la pareja es el cambio más importante relacionado con los decesos entre 70 y 79 años, y los problemas de salud comienzan a ser uno de los dominios más relevantes en menciones a partir de los 60 años.

En el ámbito profesional, entre los 60 y 69 años se da el retiro masivo del campo laboral (jubilación), y coincidentemente, en la misma posición de importancia, para el segmento entre los 70 y 79 años se produce la entrada de algunas personas a instituciones geriátricas. Pese a este sentido de cierre de la vida que constatamos en la baja mención de cambios importantes, las referencias a dominios de actividades, viajes y eventos religiosos hablan de un nuevo periodo en el que al parecer se buscan otras formas de vida social, pero esta vez desde fuera del campo activo. Esto nos habla del desarrollo de una nueva etapa vital que se institucionaliza en las sociedades occidentales contemporáneas, la época del retiro, pero ya no como un periodo de "retirada" del mundo, sino como un retiro de la actividad laboral-productiva para el ingreso a este selecto grupo de personas que llegan a los márgenes y superan las expectativas de vida en Chile (INE, 2004).[10] Sin embargo, esta nueva "etapa de retirado" en la vida no tiene el mismo valor ni la misma forma en todos los países, y sin duda en Chile ésta no es una realidad generalizable a toda la población de adultos mayores, los cuales muchas veces deben subsistir en precarias condiciones materiales; es posible que lo que observamos en nuestra muestra sea la representación cultural de la idea de "vida de retirado", mas no la concreción material de ésta.

Finalmente, y a modo de síntesis, en la gráfica 2 hemos reunido, por una parte, aquellos dominios de puntos de inflexión que en un primer momento hemos definido como relativos a la esfera "privada" de la vida (familia/pareja+muertes), y por otra, aquellos que hemos relacionado con la esfera "pública" de la misma (profesión+educación). Como ya mencionamos con anterioridad, en general las personas hacen la reconstrucción de sus biografías principalmente en referencia a puntos de inflexión que se pueden reunir en estos dos grandes dominios. En primer lugar observamos que, independientemente de la edad, el curso de vida de las personas de la muestra se estructura principalmente en torno a eventos relacionados con la familia y los afectos; nacimiento, matrimonios, divorcios y muertes de personas cercanas son los marcadores más importantes a lo largo de la biografía; sin embargo, esta importancia se ve especialmente acentuada entre los 20 y los 39 años, etapa que se puede caracterizar por la formación de la familia propia. Por otra parte, los eventos de la esfera pública se muestran como un segundo eje articulador de las biografías, principalmente a la edad formativa entre los 10 y los 19, y entre los 50 y 69 años, cuando destacan principalmente eventos relacionados con la educación de los hijos y nietos, como el retiro laboral.

Comparativamente, parecería que la esfera privada y la pública articulan las biografías de forma "inversa" hasta el decenio de los 60-69 años; así, en la etapa formativa la importancia de la esfera privada decae en menciones, y en la etapa de formación familiar la esfera pública disminuye a niveles estables de menciones entre 16% y 20%; situación similar sucede en el periodo hacia el retiro laboral, punto a partir del cual las menciones sobre el ámbito privado y público disminuyen a sus niveles más bajos; al final de la vida sólo se presentan como relevantes los cambios relacionados con la esfera privada.

 

Hacia un modelo general de curso de vida entre los chilenos

Hemos observado que las biografías de los chilenos en nuestra muestra de Concepción son recreadas principalmente en función de dos ámbitos de vivencias en el curso de la vida. Por una parte, el campo afectivo/familiar se presenta como un tópico sumamente relevante para las personas a lo largo de todas las edades, pero que adquiere especial relevancia en la etapa de adultez joven (entre 20 y 35 años), cuando la mayoría de las personas empiezan a construir su vida familiar y afectiva a través del matrimonio y el nacimiento de los propios hijos (Janssen et al., 2001). Buscamos ejemplificar esta tendencia en la gráfica 3 (siguiente página), en la que hemos considerado sólo los dominios de cambios relativos al ámbito afectivo/familiar/individual;[11] así, a partir de los 40 años parecería que la importancia del ámbito familiar disminuye su relevancia y da paso a otro tipo de preocupaciones, como la muerte de los otros significantes, y en la medida en que consideramos los segmentos de edad mayores, inclusive la muerte deja de ser un tópico de gran relevancia y la preocupación nuevamente se centra en el self, seguramente a partir de los problemas propios de la edad, como el deterioro físico y el cambio de espacio para aquellos ancianos que deben ingresar a instituciones geriátricas o mudarse a casa de familiares más jóvenes que cuiden de ellos.

Respecto de la muerte como un movimiento constante en la biografía personal, resulta interesante constatar que dentro del ciclo vital ésta parecería tener movimientos claramente identificables. En primer lugar, las muertes a temprana edad de padres o seres más cercanos; sin duda, esta experiencia se presenta como altamente relevante a edades menores, y constituye una primera fuente de puntos de inflexión a temprana edad. En segundo lugar, alrededor de los 40 años sobreviene otro momento en que la muerte toma relevancia, pero esta vez relacionada principalmente con la muerte on time (Hareven y Masaoka, 1988) de los padres, y en cierta medida a la muerte prematura de la pareja. Esta tendencia se mantiene hasta entrada la edad de 70 años, cuando sobreviene la mayor cantidad de muertes de parejas, algunos hijos y la muerte tardía de algunos padres más longevos. En este sentido, el dominio de cambios relacionado con la muerte se presenta como un buen indicador de lo planteado por algunos autores respecto de la importancia que pueden revestir algunos hechos ocurridos on time como parte de las transiciones propias de la vida, y también como eventos off time en la medida que una muerte prematura puede llegar a constituir un punto de inflexión por sí misma, independientemente del momento en que ésta ocurra.

En cuanto a los aspectos profesionales y educacionales (gráfica 4), que involucran un intercambio mayor con la sociedad en términos de transiciones de vida (y aspectos materiales), observamos que las transiciones de ingreso a la escuela primaria y el término de los estudios secundarios, en conjunto con el ingreso a la educación superior, constituyen parte de estos eventos transicionales (Rönka et al., 2003) que pueden ser percibidos como puntos de inflexión en la biografía. Sin embargo, respecto de esta categoría debemos observar que no sólo se presenta como un evento relevante dentro de la propia biografía, sino que también constituye un evento de importancia en referencia a los otros significantes. Esto es lo que podemos observar en el segmento de edad 50-59 años, donde las menciones sobre el éxito escolar de los hijos dan su importancia a la categoría de educación, y así también lo observamos en el segmento 70-79, en el que la educación de los nietos se vuelve relevante.

Sobre los aspectos profesionales, podemos apreciar que el ingreso al mundo laboral se presenta como un importante punto de inflexión en la vida (10-19 años), en la medida en que esta iniciación laboral temprana puede estar asociada con otras situaciones negativas en la vida de las personas, como situaciones de pobreza extrema, abandonos (orfandad), o simplemente porque en este segmento se encuentran las personas que terminan su educación secundaria y no continúan sus estudios. Es en este segmento de edad donde es posible que se refleje la realidad de las cohortes más ancianas, en las que el debut de la adultez y el ingreso al mundo productivo eran a temprana edad, así como de algunos jóvenes pertenecientes a clases populares, para los que el inicio de la vida laboral también es temprano.

Otro aspecto por considerar es que en la muestra, al ser tomada en una zona de Chile que hasta el día de hoy presenta importantes migraciones desde zonas rurales, exista algún tipo de influencia debido al origen rural de algunas personas, un espacio humano donde el trabajo infantil es parte de las relaciones sociales habituales.

Así como constatamos un primer grupo de entrada al mundo laboral en torno a la edad de término de los estudios secundarios, también observamos que parte importante de la muestra menciona como punto de entrada al trabajo las edades próximas a los 30 años, cuando el dominio de cambios profesionales se torna cada vez más relevante; llega a alcanzar su pico a la edad de los 60-69 años, la edad a la que la mayoría de las personas comienzan con su retiro laboral. En este sentido, el tema profesional, pese a su baja mención en comparación con otros dominios, tiene una importancia que se incrementa a medida que aumenta el segmento de edad considerado, por lo que podemos decir que en la muestra el tópico profesional tiene una importancia constante y en aumento desde la entrada al mundo del trabajo hasta su salida a través del retiro.

Esta apreciación respecto del ámbito laboral puede complementarse en la medida en que consideramos que los aspectos de orden económico, pese a tener un bajo nivel de mención, nos dan cuenta de un proceso de consolidación material acumulativo a través de la vida, que se empieza a mostrar a partir de la instalación en el campo laboral en la adultez joven, se vuelve más relevante hacia los 40 años y tiene su tope dentro de la vida activa hacia la cincuentena. Si bien en los segmentos de edad más ancianos el tópico económico también se muestra relevante, este porcentaje se encuentra fuertemente sesgado por el ya referido bajo nivel de menciones sobre el segmento de edad mayor.

 

Conclusiones

En suma, podemos plantear que, en términos generales, el curso de la vida en Chile, según la propia reconstrucción subjetiva que los chilenos encuestados hacen de sus biografías, se encuentra definido principalmente por dos ámbitos, uno de ellos relacionado con el nivel afectivo/privado (familiar, pareja y muertes), el cual cambia su orientación de acuerdo con el segmento de la vida que consideremos. Sin embargo, en edades ulteriores, el ámbito familiar disminuye su importancia, para dar paso a los problemas relacionados con la existencia misma del individuo (y quizá la sobrevivencia) de edad avanzada.

En este sentido, en términos afectivos podríamos caracterizar esta etapa temprana de la vida como fuertemente marcada por los cambios de tipo normativos (Rönka et al., 2003; Hareven y Masaoka, 1988), todo aquello "esperable" dentro de la vida de una persona. Esto nos habla también de un periodo de apertura hacia la sociedad en términos integrativos o, en palabras de Elder (2003), del periodo en el que más fuertemente podemos apreciar el principio de autodeterminación de las personas en torno a la construcción de sus vidas. En una segunda etapa de la vida, este sentido "constructivo" de la existencia parece volcarse hacia el individuo en sí mismo; al parecer, una vez que se ha formado una familia "estable", el interés se vuelve hacia los cambios no normativos que tienen efecto sobre el mismo individuo, situaciones que pese a no ser algo que "debería pasar", constituyen cambios relativamente esperables dentro del contexto de envejecimiento humano.

Quizás, haciendo una relectura, la vejez actual no se caracteriza solamente por un proceso de declinación de la vida (en la vejez, la percepción de la vida en términos de pérdidas supera a la percepción de ésta en términos de ganancias), como es planteado por Paul B. Baltes (1987), sino que el giro de la atención afectiva hacia el yo guarda relación con la consolidación de esta cuarta etapa de la vida, en la cual, al estar toda la vida formada, lo único que queda es vivir (o sobrevivir, en las clases populares) la propia vida en términos más "egocéntricos" de como se hacía cuando se era un adulto joven o un adulto plenamente activo. Con esto no pretendemos plantear que la juventud carezca de un sentido "egocéntrico"; hemos observado que en la vejez esta orientación hacia uno mismo no solamente se fundamenta en la necesidad nihilista de disfrute, sino también por la aparición de problemas propios de la edad, que hacen que el foco de atención se vuelva necesariamente hacia uno mismo.

En otra lectura de nuestros datos, resulta interesante destacar el hecho que existen dos situaciones en términos de recursos sociales y materiales. Primera: el desarrollo de estos aspectos socio-materiales, como la profesión y la economía, adquiere una mayor relevancia mientras envejecemos, hasta aproximadamente la edad de retiro, momento en que este evento específico incrementa de manera notable la importancia de este dominio de cambios vitales. Segunda: situación similar sucede alrededor de los 50 años, cuando se presentan como altamente relevantes eventos como el éxito escolar de los hijos o la consolidación material de la familia por medio de la compra de bienes durables. Respecto de esto, se constata la preocupación de las personas sobre su estabilización material en el periodo inmediatamente anterior al retiro de la actividad laboral. En cuanto a esta situación, cabe plantearse: 1) ¿Por qué el pico de menciones sobre la profesión se relaciona principalmente con el retiro (jubilación)? 2) ¿Por qué resulta tan importante en esta edad el éxito escolar de los hijos? ¿Acaso es una mera coincidencia que justamente en el periodo anterior al retiro se vuelvan tan importantes los problemas materiales de la existencia?

En nuestra opinión, esto en cierta manera nos habla de las dinámicas sociales imperantes actualmente en Chile, donde si bien existe una institucionalidad ya desarrollada sobre el retiro, este momento de la vida representa en la práctica una nueva preocupación para las personas, en la medida en que muchas veces involucra una importante merma en los ingresos, factor que repercute directamente en otros aspectos relativos a la seguridad material, como la sanidad y la habitación.

El sistema de retiro o jubilación en Chile es un régimen privado de capitalización individual que no asegura una renta similar o cercana al salario del periodo activo en caso de optar por una jubilación vitalicia, y si se opta por una renta un poco mayor (pensión programada), se corre el riesgo de agotar los fondos de pensión y seguir vivo sin ingresos. Es en este sentido que para nosotros adquieren preponderancia los aspectos materiales durante la etapa precedente a la jubilación, ya que se relacionan de alguna forma con las condiciones de subsistencia material que ofrece el sistema social chileno.

En alguna medida, es una reacción frente a los riesgos que trae consigo el término de la vida laboral activa. Se vuelve necesario adquirir bienes durables, que en cierta manera constituyen una pequeña forma de capitalización de las personas a lo largo de su vida; situación similar pasa con la educación de los hijos: al tener una formación completa, disponen de mejores competencias y certificaciones para enfrentar un mundo altamente competitivo y "flexible" (en términos de estabilidad laboral), que no asegura el mejor bienestar solamente con ser un "buen trabajador".

Finalmente, nos interesa resaltar el carácter general de nuestras conclusiones. Sin duda, existen muchos temas específicos que en esta ocasión hemos dejado de lado para favorecer un enfoque descriptivo inicial sobre el tema para el caso chileno. Elementos como las diferencias generacionales, de género y socioeconómicas, son aspectos que, de acuerdo con nuestros conocimientos sobre el tema, pueden ser sumamente relevantes en torno a la percepción que los individuos tienen sobre los cambios que afectan sus biografías. Estos factores serán profundizados en trabajos posteriores porque, en nuestra visión del tema, necesitan un análisis particularizado y más profundo, que dé cuenta de sus dinámicas.

 

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Notas

[1]* Mayores referencias sobre este paradigma en Elder, 1998; Lalive d'Epinay et al., 2005.

[2] "Un punto de inflexión es un punto donde los valores de x de una función continua pasan de un tipo de concavidad a otro. La curva 'atraviesa' la tangente"; de esta forma, el término originado en las matemáticas, aplicado a las ciencias sociales, busca referirse a un momento en la vida de las personas que marca un cambio o transición de un estadio A hacia un estadio B a través de una continuidad.

[3] Dado que la muestra no es probabilística, no es posible generalizar los resultados al país; por otro lado, tratándose de una muestra intencionada y habiéndose extraído considerando sólo que los sujetos seleccionados fueran equivalentes a la proporción que por edad y sexo tienen en la población bajo estudio y no a otras características, los resultados sólo se pueden acotar a los encuestados.

[4] El programa de investigación CEVI fue beneficiario de un financiamiento de la Swiss National Science Foundation (subsidio 100017_132047/1), cuyo responsable fue Stefano Cavalli.

[5] La investigación CEVI fue ejecutada en Chile durante el año 2009 por Guillermo Henríquez, Víctor Concha y Eduardo Guichard (Universidad de Concepción), e involucra, además de Chile, a Argentina, Bélgica, Brasil, Canadá, China, Croacia, Francia, India, Italia, México, Suiza y Uruguay. Mayor información en <http://cig.unige.ch/recherches/cevi.html>.

[6] El modelo estándar de la investigación internacional considera que la cohorte de mayor edad está entre los 80-84 años; sin embargo, como una forma de facilitar el trabajo de campo, en Chile esta cohorte fue ampliada dos años en su margen inferior y superior, quedando finalmente entre los 78-86 años.

[7] La categoría "espacio" hace referencia a los desplazamientos como cambios de residencia y migraciones que involucren un desplazamiento relevante. Por su parte, la categoría "economía" se refiere a las menciones sobre variaciones en la situación económica, así como la compra de bienes durables que puedan ser relevantes para los individuos (por ejemplo, compra de una casa, un automóvil).

[8] En este segmento de nuestro trabajo hemos considerado reducir el listado de los dominios con mayor porcentaje de menciones, incluyendo la categoría "otros" en la tabla 3, la que corresponde a la suma de todos aquellos dominios de puntos de inflexión que en el resumen general no presentaron un porcentaje relevante de menciones. Sin embargo, varios de estos cambios que aquí hemos agrupado como "otros" aparecerán en la medida en que profundicemos y particularicemos el análisis.

[9] Esta división en espacios de 10 años es arbitraria y tiene un sentido metodológico que nos permite generar segmentos claramente identificables para el análisis de las menciones sobre puntos de inflexión en el curso de la vida. Sin embargo, esta segmentación no es rígida, como se puede apreciar en la gráfica 1.

[10] En Chile, la esperanza de vida, según el censo del año 2002, es de 74 años para los hombres y de 80 años para las mujeres. Sin embargo, para nuestra cohorte más longeva era de 39 años en hombres y de 42 para las mujeres en 1932, en tanto que la esperanza de vida para la cohorte más joven era de 67 años para los hombres y 74 años para las mujeres en 1985.

[11] Respecto de las gráficas 1 y 2, desearíamos hacer notar el hecho que esta representación radial de categorías y porcentajes tiene también una función didáctica en cuanto permite "visualizar" el curso de la vida como en un reloj análogo. Así, cada dominio de cambios aparece asociado con un "tiempo" específico en este reloj de la vida, lo que nos permite diferenciar de manera más clara cuál es la injerencia de cada categoría de puntos de inflexión dentro de las distintas edades cronológicas de las personas.

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