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Revista mexicana de sociología

versión On-line ISSN 2594-0651versión impresa ISSN 0188-2503

Rev. Mex. Sociol vol.73 no.2 Ciudad de México abr./jun. 2011

 

Reseñas

 

Eduardo Bautista Martínez. Los nudos del régimen autoritario: ajustes y continuidades de la dominación en dos ciudades de Oaxaca

 

Kátsica Betsabé Mayoral Landa*

 

(México: Miguel Ángel Porrúa/Universidad Autónoma Benito Juárez de Oaxaca, 2010), 269 pp.

 

* Instituto de Investigaciones Sociológicas. Universidad Autónoma Benito Juárez de Oaxaca.

 

Este volumen invita a visualizar el régimen autoritario prevaleciente en Oaxaca como un entramado de lazos que se ha ido tejiendo con intrincados nudos a lo largo de la historia. El investigador Eduardo Bautista Martínez revisa los ajustes en el sistema político oaxaqueño y las reconfiguraciones en los modos de articulación de los grupos de poder, que han permitido la continuidad de la dominación cuando el aparato de gobierno ha pasado por momentos de crisis, reforma o ruptura.

El autor plantea que las prácticas autoritarias de gobierno han logrado mantenerse, desde la monarquía hasta el federalismo, a través de las sucesivas fases de pensamiento político que han remodelado los procedimientos, modificado las bases legales e incorporado nuevos grupos de poder, pero sin cambiar el interés común en la dominación.

Los gobiernos han transformado sus discursos con el fin de legitimarse para sosegar a los pueblos; cuando han variado sus prácticas, ha sido porque el desarrollo capitalista ha exigido cambios estructurales para optimizar las dinámicas de la acumulación.

El autoritarismo no es un comportamiento atrasado, sino la actitud requerida hasta el presente para mantener la "normalidad" estructural del capitalismo y los privilegios que otorga a quienes se benefician de su orden de jerarquías.

Bautista Martínez toma dos casos muy particulares: la ciudad de Oaxaca, capital del estado, a la cual describe como cuna de una élite descendiente de los conquistadores, sumamente hermética y codiciosa, y Juchitán de Zaragoza, pueblo que se caracteriza por su continua resistencia a los intentos de apropiación de la importante región geopolítica del istmo de Tehuantepec.

Estos dos municipios requirieron argucias del poder diferentes; en ambos casos, el Partido Revolucionario Institucional (PRI) logró retomar el control que perdió en algún momento; con esos mecanismos, se mantuvo durante 80 años en la cúpula de la entidad.

El autor comienza por establecer los cimientos de la estructura de dominación en México con base en la cultura patrimonial y corporativa que ha determinado las dinámicas de las relaciones mando–obediencia, así como sus adecuaciones a los cambios de régimen institucional. Explica que, luego de la llegada de los conquistadores, los cacicazgos sobrevivieron poniéndose al servicio de la Corona española en su función de dirigentes de los pueblos; posteriormente, se reactualizaron imitando el modelo republicano liberal, con matices de acuerdo con cada localidad.

Bautista Martínez se acerca a los casos de Oaxaca y Juchitán para analizarlos como "formaciones locales del régimen". Establece que la ciudad de Oaxaca se ha caracterizado por administrar los conflictos con relativa rapidez, lo que ha permitido largos periodos de estabilidad en la capital del estado; por otro lado, destaca el caso de Juchitán, debido a su resistencia colectiva permanente, aunque se anotan los momentos en que grupos salidos de organizaciones o movimientos sociales también se sometieron al "gobernadurismo" y se unieron a la maquinaria estatal.

En el tercer capítulo del volumen se relata el inicio de la crisis del régimen hegemónico, manifestada por los movimientos sociales surgidos en 1968 y el fortalecimiento de la oposición partidista. Aquí se sitúan la caída del gobernador Zárate Aquino y el reposicionamiento de los poderes nacionales, que sacaron provecho de la discontinuidad temporal. Asimismo, muchos de los activistas estudiantiles fueron cooptados por el aparato estatal a través de la participación electoral, por ejemplo.

Posteriormente, en el contexto del debilitamiento del presidencialismo, con la caída del PRI como partido de Estado en el año 2000, se sitúan los reordenamientos provinciales que tomaron como bandera la democratización y la lucha contra las imposiciones del presidente, mientras que el fin, en el fondo, era asegurar un mayor control del resto de los baluartes priístas, particularmente en las regiones más vulnerables, por medio de la violencia y el patriarcado.

El investigador señala que entre los métodos que implementó la oligarquía local para evitar la alternancia de partidos estuvo la oferta de prebendas y puestos gubernamentales; para quienes se negaban, el hostigamiento constante.

Finalmente, el proceso de descentralización del poder nacional fue traducido por las élites oaxaqueñas en el ungimiento de los gobernadores estatales, para convertirlos en patrones absolutos, investidos con el discurso federalista. Esto precipitó el proceso de insurrección de los pueblos de Oaxaca en 2006 y permitió que el gobierno federal relegara el conflicto a la jurisdicción estatal, hasta que se convirtió en una amenaza para el presidente electo.

Se comprueba que "la lógica del poder centralizado y autoritario es su propia restauración, aunque ello implica una mayor fragilidad en tanto la estabilidad y el orden dependen menos de la legitimidad y más del uso de la fuerza pública".

En acontecimientos tan importantes como la movilización encabezada por la Asamblea Popular de los Pueblos de Oaxaca en 2006 y las recientes caravanas de gente de todo el mundo para defender la autonomía de San Juan Copala, en Oaxaca, se observa que de la densidad de la memoria de los marginados surgen sucesos muy destacados de movilización popular que buscan erradicar las prácticas autoritarias y construir nuevas formas de organización social, participativa, horizontal, plural, que rompan con las bases de la inequidad.

Este volumen indica que es necesario comprender los mecanismos que propician la reproducción de la hegemonía —en este caso priísta— y la estabilidad de los modos de dominación. Asimismo, es fundamental estudiar en detalle las vías que se han tomado en cada momento y lugar, para saber cómo enfrentarnos a las trampas discursivas y a las estrategias engañosas de la propaganda política.

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