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Revista mexicana de sociología

versión On-line ISSN 2594-0651versión impresa ISSN 0188-2503

Rev. Mex. Sociol vol.67 no.2 Ciudad de México abr./jun. 2005

 

Artículos

 

Raúl Prebisch y el deterioro de la tesis de los términos de intercambio

 

Raúl Prebisch and the deterioration of the terms of exchange

 

Carlos Mallorquín*

 

* Benemérita Universidad Autónoma de Puebla. Líneas de investigación: historia del pensamiento económico latinoamericano. Higuera 21 bis, casa 1, Col. Villa Coyoacán, Del. Coyoacán, C. P 04000. Tel.: 56-58-22-22. Correo-e: <cmallorquin@prodigy.net.mx>

 

Recibido: 8 de diciembre de 2003.
Aceptado: 8 de septiembre de 2004.

 

Resumen

El artículo describe la evolución de una etapa intelectual relativamente desconocida del economista argentino Raúl Prebisch, que por lo general aparece mencionado conjuntamente con H. Singer, como el teórico del deterioro de los términos del intercambio que sufren los países del Tercer Mundo vis á vis los países desarrollados. Aquí se intenta demostrar que las ideas que Prebisch desarrollaba antes de su periodo como director de la Comisión Económica para América Latina (1949) son mucho más parecidas a las que empezó a reconstruir durante el segundo lustro de la década de 1975 y que culminaron en el libro Capitalismo periférico, aparecido en 1981.

Palabras clave: Raúl Prebisch, intercambio desigual, crítica a la economía ortodoxa, ciclo económico.

 

Abstract

The article describes the evolution of a relatively unknown intellectual phase of Argentinean economist Raúl Prebisch, usually mentioned in conjunction with H. Singer as the theorist behind the deterioration of the terms of exchange suffered by Third World countries in relation to developed countries. The author attempts to prove that the ideas Prebisch developed before his period as Director of the Economic Commission for Latin America (1949) are far more similar to those he began to reconstruct during the second half of the 1970s, which culminated in the publication of Capitalismo periférico in 1981.

Key words: Raúl Prebisch, unequal exchange, criticism of orthodox economy, economic cycle.

 

En los primeros años de la década de 1980 se empieza a dar forma a la historia "negra" del desarrollo económico de la región por parte del pensamiento neoliberal, fábula que finalmente colonizará el panorama político-económico latinoamericano. Fue a Raúl Prebisch a quien se señalaba como el responsable de las ideas que sustentaron las políticas económicas practicadas en la región en las dos o tres décadas previas y que había que desbaratar a como diera lugar con aperturas económicas y desregulaciones, privatizaciones y todo lo mismo que hoy se repite con el lema de que el "mercado" resolverá todas nuestras limitaciones económicas si lo dejamos funcionar en paz.

Aquí no existe espacio para destacar el sesgo ideológico que subyace a dicha historia así como sus pifias,1 más bien lo que a continuación sigue es el relato de un episodio intelectual de Prebisch anterior a su conducción de la Comisión Económica para América Latina (CEPAL) y que paradójicamente se asemeja más a las ideas que desarrolla cuando ya ha dejado de ser funcionario internacional a mediados de la década de 1970.

El periodo comprende los años que siguen a su despido del cargo de Gerente del Banco Central de la República Argentina en 1943 hasta unos días después de haber partido de la ciudad de México en dirección de Santiago de Chile para elaborar un informe como consultor de la CEPAL en 1949, es decir, la época previa a la formulación del Manifiesto.2 El 18 octubre de 1943, Prebisch recibe la noticia de que es cesado del Banco Central que, como señala E. Dosman fue "la experiencia más dolorosa de su vida"3 y que el propio Prebisch no deja de mencionar en las entrevistas de la década de los ochenta.4 Para diciembre de 1943, Prebisch ya había tomado una importante decisión: buscaría financiamiento y apoyo para la investigación y redacción de un libro con el título "La moneda y el ritmo de la actividad económica".5 Los editores argentinos rechazaron su propuesta, pero Prebisch de hecho continuó con su plan "mientras enseñaba en la facultad".6 Los textos y reflexiones del año siguiente como Conversaciones en el Banco de México S. A.7 (Conversaciones...), y La Moneda y los ciclos económicos en la Argentina8 (La Moneda y... ) dan fe de ello por el contenido que desarrollan.

Nuestro objetivo aquí es presentar la evolución de las reflexiones y las críticas de Prebisch al pensamiento económico, tocando solamente de refilón sus ideas sobre política económica e industrialización. Tema que amerita consideraciones, pero que debe quedar para otra ocasión. Es precisamente uno de los supuestos de mi interpretación argumentar que dicha época presenta cierta unidad histórica en la reflexión de Prebisch y que puede analizarse independientemente de la época intelectual inmediata anterior y de la época subsecuente a nuestro análisis.

No realizaré una comparación entre el vocabulario teórico del periodo que analizamos y el subsecuente, pero sin duda queda aún por descifrar y relatar los eventos existenciales y políticos que suscitan el Prebisch del Manifiesto que muchos conocen, tarea un tanto especulativa dada la escasa información,9 pero cuyo fruto podría iluminar mejor el giro tanto teórico como existencial que, como insistiré a continuación, puede verse cuando analizamos sus escritos antes de su ingreso a la CEPAL, cuyo periodo doy por "conocido".

A manera de síntesis: las ideas del Manifiesto (texto presentado en mayo de 1949) y la reflexión teórica que allí en adelante se va plasmando sobre la economía periférica y, por tanto, la propia noción del ciclo, no estaban predeterminadas por sus previas reflexiones. En otras palabras, las ideas y la reflexión que Prebisch había estado desarrollando, y que llevaba en "la bolsa" cuando decidió asumir el cargo de consultor en Chile (CEPAL) indicaban más bien una senda teórica distinta. Más adelante veremos que Prebisch tenía otras opciones teóricas y bien pudo haber continuando con el desarrollo de las mismas.

Joseph Love10 ha mencionado que Prebisch cita un artículo de Charles Kindleberger en donde se discute el deterioro de los términos del intercambio que sufren los países primario productores vis a vis los industriales, y en donde de hecho se proponía que los "factores de producción de la agricultura y materia prima [sean] transferidos hacia la industria".11 Efectivamente, Prebisch elude esta problemática en Conversaciones...,12 y critica a Kindleberger por haber asumido que el resto del mundo estaba predestinado a comprar mucho más a Estados Unidos de lo que vende, y no a la inversa, y además por haber utilizado a la Argentina como su ejemplo de corroboración, dudando incluso de la certeza de sus propias afirmaciones en torno a Kindleberger.13 Hay que señalar, no obstante, que la discusión central entonces era el tema de los planes de estabilización internacional (ya habían circulado el plan White y el de Keynes)14 y la "escasez del dólar". Pero más importante aún es que para Prebisch la explicación teórica sobre las diferentes ingreso-elasticidades no era pertinente como tema de reflexión, ya que en ese entonces se encontraba trabajando sobre la teoría económica en general, y si bien el tema del "deterioro" de los precios primarios había sido un tema "reportado" y "contabilizado" desde sus años juveniles por su propia pluma, no tenía una "teoría" o explicación al respecto, más que la clásica de la baja y alza cíclica de los precios.15

Efectivamente, es algo "raro" —como dice Love—16 que no se otorgue paternidad alguna a Kindleberger como uno de los precursores de la tesis Prebisch-Singer sobre el deterioro de los términos de intercambio que sufren los países primario exportadores vis á vis los industriales. Por otra parte, si se asume que dicha problemática era la que predominaba en la reflexión de Prebisch sobre el pensamiento económico, entonces cabe hablar de cierta "confusión" en sus ideas, como lo hacen John Toye y Richard Toye17 en torno a la explicación del mecanismo del "deterioro de los términos del intercambio".

Mi interpretación difiere en cuanto a que, en lugar de hablar de "confusión", intento demostrar que Prebisch se encontraba en un proceso de gestación teórica, o en una de las varias transiciones teóricas que elabora en su vida y que de hecho será congelada. Pero esta estrategia de interpretación rehuye analizar sus reflexiones antes del Manifiesto a la luz del mismo; en otras palabras, en la CEPAL se inicia, una vez más, un cambio estratégico del vocabulario teórico que bien pudo haber sido consecuencia de un evento crucial, así como el ambiente de hielo, de prudencia y cálculo, que producen las organizaciones internacionales, especialmente la CEPAL acosada por los Estados Unidos.18

Pareciera que así fue porque Celso Furtado, colega suyo en los albores de la CEPAL, ha relatado que, previo al afamado manuscrito, Prebisch hizo circular un "primer texto" y que, antes de que se hubiera iniciado su discusión, "fue abruptamente sacado de circulación sin ninguna explicación"; sin embargo, el texto que se conoce fue presentado sin más preliminares, llegando "a nuestras manos mimeografiado, en su forma definitiva".19 De hecho no sabemos que sucedió con el primer texto, pero el nuevo manuscrito, en contraposición al anterior, en palabras de Furtado, ya no estaba a la "defensiva" y convocaba abiertamente a la industrialización, a pesar de señalar sus "limitaciones". Es la aparición del clásico artículo de H. Singer en 1949,20 según Furtado,21 lo que explica el giro y el inicio de la transformación del vocabulario teórico de Prebisch entre uno y otro texto, y corroborado más recientemente por Toye.22

Según la frase célebre de Dag Hammarskjold, es entonces cuando Prebisch empieza a "patinar sobre hielo fino",23 lo cual no significó retirar su apoyo para que presentara el informe que le fue solicitado para la reunión de Quintadinha en 1954 en Brasil por parte del Consejo Interamericano Económico Social de la OEA.24 No es secreto que el gobierno de Estados Unidos, además de pedir su "cabeza", intentó sin éxito que la CEPAL no se constituyese como tal después de su periodo de prueba de tres años. No puede haber mejor corroboración de dicha actitud política que cuando es voceada a los cuatro vientos por nada menos que Eugene Black, entonces presidente del Banco Internacional de Reconstrucción y Fomento: "¿Quién se cree este hombre para venir a darnos consejos?"25

Después de varios años de haber sido cesado del Banco Central, Prebisch dice que fue una "verdadera liberación teórica".26 Es sintomático que desde el inicio de las Conversaciones... marca el límite al que estaba dispuesto a llegar en su crítica a la "buena doctrina monetaria": "¿Por qué no buscar nuestros propios principios si aún los mismos principios tradicionales están sufriendo un severo proceso de revisión crítica?".27

A pesar de que La Moneda y..., elaborado unos meses después de Conversaciones..., incorpora gran parte de éstas,28 ya se pueden percibir posiciones críticas mucho más fundamentales a la teoría económica, que tal vez Prebisch ya sostenía, pero que aún no había elaborado conceptualmente y por tanto no conformaron parte de lo que estaba dispuesto a exponer en México.29 La estrategia teórica en La Moneda y... todavía hablaba de "adaptación" y "modificación de teorías" así como de "formular nuevas" sobre la "realidad" de su "país".30 Incluso, un año después, aún intentaba de alguna manera salvaguardar las limitaciones de la doctrina tradicional respecto a la periferia, refiriéndose a ella con la imagen de "cartas geográficas" o "mapas antiguos"31 que deben subsanarse con realidades específicas. Entonces en La Moneda y... , no propone una ruptura con la explicación tradicional de los "fenómenos monetarios de los grandes países",32 ya que "coinciden", pero solamente en "parte", con los fenómenos de los países periféricos.

Cabe subrayar que la discrepancia, por no decir "ambigüedad" teórica, sobre la utilidad o no de las teorías tradicionales, también se presenta en la apreciación del patrón oro. Si, por un lado, no se trataba "de dejar de lado el patrón oro, como régimen monetario en nuestro país, sino buscar la forma de adaptar su funcionamiento a nuestras necesidades, a nuestra realidad económica y monetaria",33 por el otro, también afirmaba que la teoría clásica del patrón oro "no es universal", ya que dicho régimen representó la "experiencia del centro", la de los países "industriales y acreedores", y no "la experiencia de los países de la periferia".34

Estas discrepancias reflejan una transición teórica en proceso. Es en La Moneda y... que por "primera vez"35 aparece el impulso de exponer y elaborar una explicación teórica sobre el ciclo intentando dejar sus previas elaboraciones, que a su vez explica por qué sus argumentos contra la postura de Kindleberger aparecidos en Conversaciones... ya no se encuentran en La Moneda y... La nueva problemática teórica también excluía algún tipo de acercamiento a las tesis de Kindleberger, además de que Prebisch ya tenía una nueva apreciación del plano internacional,36 no obstante estar consciente de uno de los factores señalado por dicho autor para explicar el "deterioro" (Duesen-berry sobre el baja elasticidad-precio de la demanda de bienes de consumo que ahora empieza considerar).37

Entonces, Prebisch decía estar más cerca de los "clásicos", ya que observaban la "realidad" y la interpretaban "científicamente", más allá del mero repetir fórmulas.38

Hay una teoría, una explicación, sobre el funcionamiento del capitalismo mundial bajo el influjo de un elemento conceptual que perdurará en lo que sigue del periodo analizado: el fenómeno económico debe privilegiar el examen de la moneda ya que es el "arbitrio técnico para medir valores" y tiene una importancia "fundamentalísima en la vida de la colectividad".39 Por lo mismo, las descripciones y la evolución del ciclo, que habían estado siendo elaboradas desde cierto tiempo atrás bajo un supuesto de "sistema de vasos comunicantes", son claramente insuficientes:

Por tal razón, esa teoría es incompleta, y en puntos fundamentales incorrecta porque no podía haberse teorizado acerca de una parte del sistema descartando la otra parte fundamental. De ahí que crea que la teoría internacional del patrón oro tiene que ser revisada para darle un carácter general que abarque el centro, los países cercanos al centro, y los países de la periferia.40

La primera parte de La Moneda y... presenta una serie de ejemplos, bajo distintas hipótesis (importaciones crecientes o su reducción, expansión interna o no de ingresos, etcétera), de la evolución de la economía y las consecuencias del proceso circulatorio de los ingresos y de su reproducción en la economía, señalando la interdependencia de los sectores entre sí, suponiendo en cada caso una velocidad distinta de generación y reproducción del ingreso. Dependiendo de la fase del proceso cíclico observado (menguante o expansiva), Prebisch insiste en que las "influencias externas o internas provocan fenómenos de dilatación y contracción superiores en su amplitud a la importancia numérica del impulso inicial que los origina".41 En cada uno de los modelos hipotéticos indica las deficiencias de la teoría clásica.42 De todas maneras lo que quiere introducir en sus modelos es el factor del tiempo. El tiempo en que los sectores productivos de diversa índole generan nuevos ingresos implica pensar el tiempo que requieren para dilatar o ampliar las actividades productivas.43

A la problemática del tiempo, o de la velocidad de la circulación y reproducción de los ingresos, le agrega la tesis de que los "incrementos de ingresos" de diversos países están en función del tamaño de sus ganancias; en otras palabras, ése sería el fenómeno que explicaría la concentración y retención del oro que cruzó sus fronteras.

Uno de los primeros fenómenos a considerar para explicar las graves fallas del sistema del patrón oro es el coeficiente de importación de distintos países. En otras palabras, la retención del oro en distintos países no obedece a su apertura o interrelación con el mercado internacional. Obedece a la distribución de los "réditos totales" entre la "actividad interna" y el "comercio exterior".44 Prebisch presenta esto con modelos numéricos entre países con estructuras productivas similares y después disímiles, pero con diferentes coeficientes de importación entre sí.45

La esterilización de divisas o del oro, durante la fase ascendente, podrá disminuir los efectos de un continuo drenaje de sus reservas de oro, pero no impedirlo totalmente, especialmente si se sigue al pie de la letra el "régimen del patrón oro".46 Este sistema que a la larga concentra el oro en ciertas fronteras contradecía la idea que el oro era meramente un vehículo para realizar transferencias y apoyar el comercio exterior. Prebisch sustenta teóricamente la asimetría existente a través de la noción del "coeficiente de expansión" que, según su apreciación, difiere del concepto del "multiplicador" keynesiano (Keynes-Kahn). La razón es que ambos "reposan sobre una teoría sustancialmente distinta".47 En cuanto que para Keynes el "multiplicador" es aquella constante que indica el monto por el cual se han reproducido las inversiones o ingresos originales, Prebisch sostiene que la idea suya del "coeficiente de expansión" tiene "límites" y éstos no tienen nada que ver con el monto del "ahorro" que supone la teoría de Keynes,48 sino con el "tiempo" que transcurre entre el inicio de un ciclo productivo y la generación de nuevos ingresos, determinado por dos elementos: "el número de veces que el dinero cambia de manos para producir tales ingresos" (o sea la velocidad de circulación del dinero), y por la "cantidad de dinero que se pierde en cada cambio en el pago de importaciones".49 Lo que está intentado explicar es la pérdida de ingresos que salen del proceso circulatorio por la vía de las importaciones en economías como la Argentina, por un lado, y por otro, la velocidad con que distintas economías generan sus propios ingresos. Es precisamente el factor tiempo lo que explicaría cierta asimetría en la concentración del oro: economías con bajos coeficientes de importación que a su vez "tardan" en devolver al mercado internacional cierta proporción de sus ingresos causando la "retención del metálico" en sus fronteras, y que a través de varios ciclos logran acumularlo de manera progresiva. Así, Prebisch plantea que es la relación de los "réditos totales", la velocidad de su generación, respecto del comercio exterior, lo que explica el proceso. Y si se acepta que en "la fase ascendente" del ciclo "las exportaciones crecían más rápidamente que las importaciones y el balance de pagos arrojaba un saldo positivo, mientras que en la fase descendiente las exportaciones decrecían más rápidamente que las importaciones",50 entonces las distintas velocidades de circulación del ingreso y montos que dejaban algunas fronteras explicarían el proceso acumulativo circular.51

Por consiguiente, dada la teoría de la relación "a mayor rédito, mayor oro",52 Prebisch dudará aún más de las políticas de industrialización per se para sostener el crecimiento y enfrentar las oscilaciones que trae el patrón oro,53 que cuando todavía concebía, en alusión a A. Bunge y su grupo, la posibilidad de adaptarse a dicho régimen a través de una política monetaria bien trazada.54

Es obvio que Prebisch no está interesado en las diferentes elasticidades ingreso-demandas o precio-demanda elasticidades (o inclusive de los términos del intercambio), parecería ser que los países se diferencian con base en su relación de intercambio global (no sectorial) respecto a un centro financiero y sus efectos. Si bien La Moneda y... y "Concepto preliminar..."55 elaborado subsecuentemente, comparten la idea de pensar la velocidad y la circulación del dinero y de los ingresos, en términos de las "costumbres" de pago del "público" (empresas, individuos, Estado), y/o del mayor o menor número de "transacciones para obtener determinada cantidad de ingresos",56 que requiere cada economía, el último texto elude toda referencia a la "teoría cuantitativa de la moneda" discutida en La Moneda y...57 Tal vez aún más significativo que el proceso de elaboración teórica continua es el hecho de no haber mencionado su concepto de "coeficiente de expansión" en contraposición al "multiplicador" de Keynes que, a su vez, como veremos más adelante, lo transformará en el concepto de "coeficiente de salida".58 Es obvio que Prebisch aún no está totalmente a gusto porque no culmina allí. Tras un año, en 1946, en la Primera Reunión de Técnicos sobre Problemas de Banca Central del Continente Americano, dice de manera más radical: "me encuentro perturbado por las tesis de que la libre concurrencia conduce al equilibrio general y a la distribución más adecuada de los recursos e ingresos dentro de la colectividad. No veo correspondencia alguna entre estas proposiciones abstractas y la realidad del mundo económico".59

Pero para entonces ya percibe que la característica ontológica del capitalismo es esencialmente estocástica:

no he encontrado sino movimientos ondulatorios [...] todos los movimientos de conjunto en la economía son de carácter cíclico [...] en su acepción más amplia [...] una sucesión de movimientos ondulatorios de ascenso y descenso [...] El ciclo [...] tanto en el centro como en la periferia, es la forma característica en que crece la economía —la economía capitalista no ha tenido otra forma de crecer que la forma cíclica.60

El trabajo teórico en los años siguientes se dedicará al "examen dinámico de la economía" ya que entonces, aún se encontraba "en sus comienzos".61 Entre agosto de 1946 y comienzos de 1947, Prebisch se dedica al análisis de la obra clásica de Keynes: Teoría general de la ocupación, el interés y el dinero,62 y fue durante el transcurso del análisis de la misma que realiza la travesía teórica final.

Si bien las "soluciones prácticas" propuestas por Keynes son incuestionables, ello no supone necesariamente estar de acuerdo con su crítica a la economía política o su construcción doctrinaria63 y menos aún con el "dogma" que han hecho de su obra sus seguidores, sobre la cual a su vez elaboran "nuevas construcciones teóricas que se alejan cada vez más de la realidad, como es, a mi juicio, la misma construcción de Keynes".64 Prebisch insistirá en que la política económica anticíclica, debía sustentarse desde una perspectiva teórica distinta. De hecho Prebisch ensancha, cuando puede, sus diferencias respecto a Keynes. Escribe una serie de artículos donde analiza los conceptos elementales, básicos de Keynes, que después se convierten en el libro Introducción a Keynes;65 es realmente una especie glosario de Keynes. Durante la presentación de las ideas de Keynes, Prebisch no las interrumpe con ideas propias o críticas; de las dos expresiones negativas respecto a Keynes que aparecen en los artículos originales, excluye del libro la más tajante66 y solamente deja la siguiente: "¿Qué correspondencia tienen estos razonamientos teóricos con la realidad? No puede decirse que el libro de Keynes presenta un análisis sistemático de hechos que verifiquen sus teorías".67

Deja para otra ocasión la consideración de si "Lord Keynes" logró o no "esa explicación racional del movimiento económico dilucidando los principios a que obedece".68 Sin embargo, aquí ya aparece muy clara la estrategia que seguirá: buscará de manera insistente analogías o "coincidencias" entre las ideas keynesianas y las del pensamiento "clásico". Tampoco pierde la oportunidad de señalar que el "multiplicador disminuye",69 en un sistema económico abierto debido a que ciertos ingresos se filtran hacia el exterior para pagar por las importaciones, donde de hecho Prebisch está recordándonos el mecanismo que él ha desarrollado en torno a las relaciones comerciales bajo el patrón oro.

A medida que avanza su exposición sobre Keynes, intenta subrayar la forma ondulatoria y cíclica del capitalismo, destacando sus fluctuaciones, fenómeno que parece no haber sido el central —dice Prebisch— del análisis, ya que queda hasta el final de libro. Sin embargo, apoyándose en la idea de Keynes sobre la "oscilación alrededor de una posición intermedia", para no considerar mayores fluctuaciones, adelanta sus propias ideas de que el ciclo y su forma ondulatoria debe verse en un sentido histórico, institucional, no como una "ley natural".70 No obstante, su crítica hacia el pensamiento clásico en general y en particular hacia Keynes, ya estaba trazada:

Para explicar ese fenómeno de continuos desequilibrios de la realidad, Keynes dedica algunas páginas al final de su obra —las llamadas notas sobre el ciclo— en las que no usa para nada los resultados alcanzados en su discusión teórica. Busca la explicación del ciclo en otra forma vaga [... ] o sea que encontramos, como en los clásicos, que sus teorías fundamentales son ineptas para explicar la realidad cíclica.71

A mediados de 1948, en Apuntes de economía política (1948, en Prebisch, 1991c y 1993), con poco tiempo de haber concluido su libro sobre Keynes, Prebisch ya presentaba una mutación del vocabulario conceptual que casi podría decirse "cuántica". Propone nada menos y nada más que la reconstrucción de la "economía clásica" o "economía tradicional". Al vocabulario tímido inicial del curso ("ver las cosas a través de mente propia" y "desligarse de ciertas teorías extranjeras"),72 le sigue una embestida frontal contra todo el aparato de la disciplina de la economía. Subraya, sin tapujos, que sólo "haciendo una profunda revisión de la teoría clásica y elaborando una nueva teoría y no una teoría que se agregue a ella [...] podríamos encontrar los elementos teóricos que nos guíen con eficacia y acierto en la acción práctica".73 La economía como disciplina, e incluso desde el punto de vista moral, se encuentra en una "grave crisis" dada su desmedida "exaltación del interés personal como supremo regulador de la actividad económica".74 Como "disciplina científica" es "incipiente" e "indecisa". Al igual que en épocas previas, su situación crítica debe superarse a través de su reformulación: un "esfuerzo completo para renovarla desde sus mismas bases," ya que no puede "explicarnos racionalmente" la forma "en que se realiza el movimiento económico, la forma en que se producen los fenómenos de la economía, la razón del ser, el porqué".75

Dos pasos distintos explican la senda de la estrategia teórica adoptada: el primero, como "mero anticipo",76 elabora una historia y una explicación de las distintas rupturas que ha sufrido el pensamiento económico, y de paso demuestra las incongruencias teóricas de los "clásicos" (donde incluye al propio Keynes, ya que con el mismo estilo de este autor, Prebisch utiliza dicha acepción para las ideas de la economía política clásica y los neoclásicos modernos), y adelanta gran parte del arsenal teórico que, como segundo paso, sintetizará en su teoría del ciclo capitalista, como de hecho lo exigía su propia evaluación de la disciplina: una "teoría absolutamente endógena del ciclo, en que éste se repite sistemáticamente por obra de los mismos factores inherentes al sistema".77

Como veremos más adelante, planteará que la teoría "general del ciclo" debe elaborarse sin "el falso sentido de universalidad de que hasta ahora adolecen las principales teorías del ciclo, que se han preocupado exclusivamente de los fenómenos de los centros, desconociendo lo que ocurre en la periferia y cerrando así una de las vías más fecundas de la investigación".78 Pero Prebisch tiene la esperanza de que

la teoría cíclica se transforme en la única teoría dinámica de la economía, o más bien dicho, en la única teoría de los movimientos de conjunto de la economía. No creo que los movimientos de conjunto puedan ser objeto de una teoría estática que persigue posiciones de equilibrio.79

Tendremos que ocuparnos del breve recorrido que hace Prebisch a la historia del pensamiento económico para comprender cómo llega a su teoría del ciclo; es que antes que nada Prebisch necesita deconstruir la disciplina para después sintetizar y culminar la teoría que venía elaborando, subrayando la importancia de ciertas nociones que el pensamiento "clásico" considera secundarios: tiempo, dinero y beneficio.

Según Prebisch, la "primera" crisis en el pensamiento económico la "provocó Marx",80 quien hace escuchar las graves y embarazosas "desigualdades" sociales así como la "inestabilidad del sistema económico", pero que falló por haber utilizado la "inconsistente" teoría del valor trabajo, siendo un blanco fácil de la economía clásica. Con Walras y Pareto vienen la reconstrucción y una "etapa superior", cuya precisión y elegancia a través de las matemáticas hizo que el "cuerpo de la doctrina" se alejara de la realidad a la cual debía "explicar, a fin de darnos medios para actuar sobre ella".81 Prebisch, que percibía diferencias entre los que componen ese "cuerpo compacto de doctrinas" de la economía clásica, dice que lo que las unifica son ciertos principios subyacentes: 1) el incentivo del beneficio con el libre juego de la libre concurrencia conduce a una situación de "equilibrio" y "óptimo de producción"; 2) la distribución social compatible con ese "óptimo" no debe ser interferida, por cuestiones éticas o políticas, no obstante su importancia; 3) el Estado prescindente.

A pesar del "brillo lógico", la doctrina "clásica", no ha sido "capaz de explicarnos lo que ocurre en la realidad [...] eminentemente cíclica",82 consecuencia del motor impulsor del crecimiento del capitalismo por medio de los empresarios buscando beneficios, e irreconciliable con la economía clásica que describe el proceso en términos de "equilibrios". No puede existir un "optimo de producción" cuando las fases expansivas y decrecientes son sistemáticas; el sistema se acerca, pero no llega al "pleno empleo", hay más bien desperdicio de "fuerzas productivas". La inestabilidad no se puede conciliar con el cuerpo de doctrinas de la economía clásica y menos aún con la forma en que postula la "distribución de los ingresos".83

Esto no significa que dichas doctrinas hayan ignorado los fenómenos antes señalados, sino que su crisis proviene de no haber actuado "científicamente" ya que no "desecharon" las teorías que no explicaban "satisfactoriamente la realidad".84 Más bien, adoptaron ciertas "actitudes" ante fenómenos como el de la desocupación, señalando las "rigideces" o "resistencias" de la realidad, como serían los salarios a la baja y no la falla lógica de las "premisas"; e incluso Keynes, a pesar de sus "esfuerzos" por liberarse de dichas doctrinas, presenta "un tipo de explicación eminentemente clásica", siendo en este caso otra la rigidez: "el tipo de interés" que no baja lo suficientemente para contrarrestar "la baja en la eficiencia marginal del capital". Según Prebisch, tanto la explicación de la desocupación clásica como la de Keynes se equivocan porque "en la realidad no se presentan los fenómenos de esa forma".85 Otra actitud teórica asumida por los clásicos es aquella que atribuye los "excesos" y depresiones del proceso cíclico al uso "abusivo del sistema monetario"86 y, por tanto, a la intervención del Estado, o derechos aduaneros.

La tercera actitud que Prebisch observa entre los economistas respecto a la realidad ondulatoria es la de admitir la "existencia del ciclo" pero "atribuirle" explicaciones sustentadas en "factores ajenos", "guerras", "factores de orden cósmico", alteraciones "psicológicas" que producen optimismo o pesimismo, o sea, "factores ajenos al sistema económico".87 Liberando, por lo tanto, a los economistas de una explicación porque aparentemente no es un fenómeno que le compete a su disciplina. Evadían el hecho de que el "razonamiento" estaba equivocado argumentando "que en la realidad sobrevienen factores que la teoría no puede tener en cuenta debidamente".88

También existió una última estrategia teórica entre los defensores de los postulados clásicos, y la menos congruente: se trata de aquella que elabora una teoría "endógena" del ciclo,89 pero "independientemente del cuerpo de la doctrina tradicional"90 y que, en contraste con las actitudes anteriores, no es "compatible" con ella debido a que no se puede sustentar simultáneamente que la "acción de los empresarios" lleve a la "colectividad a un punto de equilibro" y/o a una "sucesión continua de desequilibrios";91 en otras palabras, aceptaban los postulados de la doctrina clásica explicando la realidad a partir de supuestos distintos. Para señalar el ejemplo de la "incongruencia" en cuestión,92 Prebisch menciona nada menos que a A. Hansen, lo que ya no debe sorprendernos si recordamos que no fue muy "respetuoso" con Keynes.93

Entonces, a finales de 1920, la economía política enfrenta la "gran depresión mundial" en un estado de "ineptitud" e "incongruencia teórica". La "profunda inestabilidad" y la "exagerada desigualdad en la distribución" no encontrarán explicación alguna y, por tanto, menos aún una estrategia para corregirlas.

Esta época de depresión mundial produce la "segunda crisis de la economía política",94 y es en el laberinto de la depresión económica donde Keynes plantea una explicación que otorga cierto lugar a "libertad económica". Sus soluciones "prácticas" están sustentadas en una "teoría del movimiento económico" que supuso haber destruido los principios de la "economía clásica". Por lo tanto, Keynes no ha "resuelto la crisis de la economía política" y tampoco se ha "desenmarañado completamente" de la doctrina clásica.95

Por lo tanto, la "búsqueda de leyes de equilibrio" es lo que debe superase; si no, se seguirán elaborando "construcciones ajenas a la realidad".96 Prebisch comprende por qué los economistas clásicos en sus primeras etapas estaban fascinados por teorizar el "caos aparente de los fenómenos" en términos de "leyes precisas de equilibrio"; sin embargo, las "leyes de movimiento" también pueden explicarse rigurosamente en términos científicos. Por otro lado, el sistema lógico, riguroso del pensamiento tradicional, adornado por las matemáticas, tiene el inconveniente de que no "corresponde a la realidad".97 En otras palabras, la "crisis" de la "economía política" se debe a su inadecuada forma de explicar la realidad.

La crisis se produce cuando la economía política huyó de manera despavorida del "factor fundamental del tiempo": los clásicos lo consideran de forma "artificiosa" y Keynes de manera "arbitraria"; y por tanto el problema teórico de la disciplina está en cómo "introducir el tiempo en su teoría tal cual es" en la realidad.98

La ausencia del elemento del tiempo puede verse en las nociones de capital y ahorro en la doctrina clásica y keynesiana porque es a través del "artificio" de la tasa de interés que se lo confronta teóricamente.99 Es la tasa de interés, entonces, el mecanismo a través del cual se iguala el ahorro que la "colectividad está dispuesta a ofrecer" con la demanda de los capitalistas para formar el capital: dependiendo de la demanda de ahorro se elevará o se reducirá la tasa de interés y, por tanto, surgirá el ahorro "requerido" por los empresarios. Pero Prebisch sostiene que, para un intervalo dado, la producción requiere de cierto tiempo para salir al mercado, y por tanto deben existir en proceso ingresos superiores al valor de la producción del consumo final. Ello obviamente no podría explicarse con la famosa ley de Say de que "la oferta crea su propia demanda", porque entonces existiría una demanda superior al final del ciclo productivo aventajando a la "oferta". Sin embargo, a dicha contrapartida los clásicos la explican como consecuencia de un "ahorro" que la comunidad realiza con base en la tasa de interés. Es la tasa de interés el artificio que facilita o limita qué monto de ahorro se utilizaría para la producción en cierto intervalo dado: el total de ingresos que se generarían al final del proceso. El "exceso" se explicaría a través de la existencia del respectivo "ahorro", cumpliéndose la famosa ley de Say.

Keynes, por su lado, enfrenta el problema del tiempo, con varias "actitudes".100 En una dice que a medida que la "tasa de interés" baja, Keynes va de la mano con los clásicos, pero una vez que llega el momento en que el ritmo del rendimiento marginal del capital no sigue al de la tasa de interés (por la preferencia de liquidez), entonces Keynes deja solos a los clásicos. El ahorro queda en forma líquida, no se invierte y surge la insuficiencia de la demanda. No obstante, según Prebisch, Keynes se queda "dentro del juego lógico" de los clásicos: por un lado reconoce "el factor tiempo", pero utiliza el "artificio" de la "tasa de interés" para manejarlo; por otro lado, este artificio tiene límites después de cierto punto ("preferencia por la liquidez"). En contraste con esta "actitud", en la teoría del multiplicador Keynes "niega" el papel a la tasa de interés que le otorgan los clásicos y prescinde del tiempo; y el ahorro es un fenómeno totalmente distinto que el de los clásicos. En esta ocasión el supuesto de la simultaneidad del ahorro e inversión no se toma en cuenta, y sencillamente se acepta que el ahorro saldrá de los "ingresos de la producción" que a su vez multiplicarían dichas "inversiones".101 La propia multiplicación de los ingresos, producto a su vez de cierta inversión, producirá consigo misma cierto nivel de ahorro de la comunidad. El ahorro es función del ritmo del crecimiento del ingreso. Sin embargo, Prebisch señala que para que ciertas inversiones produzcan ciertos ingresos se requiere de cierto tiempo, de lo contrario se estaría "confundiendo" el presente con el futuro, que según Prebisch es la teoría keynesiana del multiplicador. Esta "inconsistencia lógica" invalida la "teoría keynesiana"102 y la escinde totalmente de la escuela clásica.

Si los clásicos aislaban cada uno de los cambios en reposo interpretando ese evento como un fenómeno que podría alterarse, no niega que la realidad económica pueda verse como una "sucesión infinita de perturbaciones" y, por tanto, es posible transitar del "equilibrio estático" de los clásicos al de una teoría "dinámica de la realidad".103 Esta teoría debe verse como una "superposición infinita de procesos que tienden a llegar al equilibrio",104 pero debido a los cambios incesantes que podrían impedirlo, el "equilibrio" jamás se logra; no obstante que "abstractamente" se podría suponer que dicha perturbación es el punto de "equilibrio". Se ofrece por parte de Prebisch una definición que incorpora la propia paradoja de la realidad económica que quiere describir: solamente si cierto punto es visto abstractamente, en el sentido de que "terminan" sus perturbaciones, puede hablarse de un "equilibrio" en el sistema económico que, no obstante, nunca se alcanzará.

Esto explica, dice Prebisch, por qué los clásicos no elaboraron "una teoría dinámica" o "general"; porque suponen que las propias perturbaciones conducen al equilibrio, lo cual los excluye de reflexionar sobre "cómo se llega a él".105 Dice que la teoría general podría "construirse", pero adolecería del "vicio fundamental de la teoría del equilibrio estático", o sea, su "concepto equivocado del ahorro y el artificio del tipo de interés".106 Como la "teoría estática del equilibrio" parte de premisas equivocadas sobre la realidad, una "teoría dinámica del equilibrio" también sufriría sus consecuencias. "Lo que nos hace falta es, por tanto, una teoría dinámica que explique el movimiento, que nos dé leyes del movimiento y que no se pierda en la búsqueda de leyes de equilibrio que no se conforman en la realidad". 107

Prebisch va introduciendo entonces lo que será la base de su argumento contra los clásicos y Keynes: sostiene que nada impide pensar en el modelo clásico, en donde los empresarios utilizan su propio ahorro, sin acudir al mercado o presionar la tasa de interés, para después invertirlo. Ellos se prestan a sí mismos y si el "rendimiento marginal es inferior al tipo de interés (apartado el beneficio mínimo), preferirán prestar su ahorro".108 Ahora la postura de Keynes es distinta porque el "ahorro", cuando existe el desempleo, inhibe la acumulación y por tanto al multiplicador de ingresos. Además, Prebisch dice que Keynes pasa por alto el razonamiento de los clásicos del periodo transitorio donde se supone que los salarios bajan para lograr el pleno empleo. Prebisch se pregunta si a ello se debe la alternativa propuesta de bajar el tipo de interés; sin embargo, como el "ahorro" es una actividad "espontánea" y requiere de un incentivo específico para elevar su monto total, parecería no tener una explicación de cómo lograr una tasa de interés menor para impulsar las inversiones.

Prebisch dice que aquí es donde Keynes se aparta de los clásicos, especialmente porque sostiene que el "tipo de interés es un fenómeno convencional y está al alcance de los Bancos",109 pudiendo ser manipulado para reducirlo e inducir una mayor inversión, que a su vez generará los ahorros correspondientes "hasta llegar a una nueva posición de equilibrio".110 Por tanto, la forma de pensar la creación del dinero o su manera de inducir cierto tipo de interés es, dice Prebisch, una "verdadera revolución".111 En este aspecto, Keynes mantiene "todo lo contrario de lo que sostenía la escuela clásica", pero "que al crear dinero (o emplear el dinero inactivo), no se llega al equilibrio del multiplicador, sino que se recorren las típicas fases del ciclo que ni Keynes ni los clásicos han podido explicar por lo artificioso y arbitrario de sus razonamientos". 112

En síntesis, el "tipo de interés" del ahorro tiene una función reguladora, tanto en la actividad productiva, impulsándola al óptimo, como en la "distribución" de los ingresos. Dentro de los clásicos no cabe la desocupación, la economía tiende al "óptimo" dada la libre concurrencia. La desocupación es un fenómeno de "rigidez del sistema". Porque la producción a escala óptima requería cierto monto de ahorro del mercado, y si la oferta no estaba dispuesta a otorgar dicho monto al nivel de la tasa existente, un mayor costo del mismo implicaba reducir los salarios ("transitoriamente"), permitiendo así al empresario pagar dicha tasa de interés. Esto se lograba con el mecanismo clásico, desplazando a la mano de obra, lo cual conduciría a disminuir los salarios y pagar una tasa de interés mayor; y en caso de no aceptarse salarios más bajos, existiría desocupación. Desocupación es un fenómeno de la "rigidez del sistema". Pero dicha posibilidad también cabe en el sistema clásico, caso que solamente Keynes considera, completando así a dicho sistema, que continuó "siendo clásico",113 pero igualmente, alejado de la "realidad".

Además, Prebisch describe a vuelo de pájaro la historia de la humanidad como aquella donde ciertos "grupos y clases dominantes" han utilizado diversos instrumentos para realizar una distribución a su favor, siendo el instrumento "monetario" el privilegiado bajo el capitalismo. Sin embargo, que el proceso sea distinto bajo el colectivismo no garantiza necesariamente que se supriman las desigualdades. Todos los regímenes utilizan ciertos instrumentos "para favorecer a los grupos dominantes".114 No obstante, Prebisch aceptaría el postulado de los clásicos sobre la manera en que el capitalismo transfiere los frutos del progreso técnico: ya sea por la vía del aumento salarial o por la disminución de precios, pero "el proceso por el cual ha ocurrido esa transferencia, el tiempo que ella ha tomado y su cuantía son, a mi juicio, distintos a los postulados por la teoría clásica".115

Dada la importancia del dinero y su creación en el esquema de Prebisch (y paradójicamente un tema crucial en Keynes, como actualmente se está subrayando), para comprender el ciclo y el capitalismo, es el Keynes del Treatise on Money a quien presenta como útil para su propia evolución teórica, y aún más porque lo señala entonces como seguidor de Wicksell:

Si nos remontamos al Treatise on Money, encontraremos que sus razonamientos sobre el proceso económico y sobre el ciclo, son fundamentalmente wicksellianos [...] no sabría como explicarme [...] el porqué de este cambio tan brusco de Keynes cuando pasa algunos años más tarde del Treatise on Money a General Theory, olvidando todo lo que nos había dicho acerca de la teoría wickselliana y del ciclo económico para pasar a enredarse fatalmente en la teoría del multiplicador, malogrando de esa forma el valor de su aporte a los fenómenos económicos.116

Prebisch entonces se propone integrar la teoría monetaria y con la teoría de la producción. La noción del dinero como un "velo" forma parte de las deficiencias de la teoría clásica del dinero. Bajo esta concepción, se puede deducir que un incremento de dinero (bajo el supuesto de que la economía se encuentra en un punto de equilibro) eleva los precios, que se explica por la tesis de que existe una "relación proporcional entre el movimiento de precios y la cantidad de moneda",117 lo que significa una nueva "posición de equilibrio". Pero dado el supuesto del "pleno aprovechamiento" con el que inicia, los "precios suben o bajan" sin afectar la producción. Sin embargo, una perturbación de dicha naturaleza "hace variar la cuantía de los beneficios de los empresarios y les lleva a dilatar y contraer la producción apartándoles de la posición de equilibrio que postula la teoría clásica".118

Sin duda, si existe plena ocupación de los factores, el incremento de dinero "sólo hace subir los precios: Keynes parte de una posición de insuficiente aprovechamiento de los recursos y supone que el incremento de dinero sólo hace subir la producción, sin incidir sobre los precios, salvo en el caso en que el costo de producción, por el rendimiento decreciente del trabajo, haga subir los precios".119

Sin embargo, éste es un punto de partida arbitrario porque cuando la "economía va llegando a la plena ocupación, es precisamente a raíz de una serie de fenómenos en los que tiene una parte importantísima la expansión monetaria".120

La plena ocupación es algo "fugaz" y por lo menos en esto Keynes está más cerca de la realidad que los clásicos; de lo contrario, no se podría aumentar la capacidad productiva, pero en contraste con él, Prebisch sostiene que la producción creciente supone elevar los precios.

Los clásicos yerran porque en la realidad capitalista lo más cercano al pleno empleo se da cuando sucede una "expansión monetaria", y la posición keynesiana tampoco le atina, porque a pesar de asumir la existencia de recursos no utilizados, la expansión monetaria hace crecer tanto la producción como los precios y esta tendencia no lleva necesariamente el equilibrio al sistema, más bien "imprime al movimiento económico su característica forma ondulatoria".121

La "intima relación" entre lo monetario y la producción se puede visualizar, según Prebisch, en la "creciente del ciclo"; ahí se puede ver que el "incremento de dinero tiende a expandir la producción y, a la vez, los precios (o impide que bajen en la medida en que, en un régimen de libre competencia, bajarían a raíz del descenso del costo, debido a las innovaciones técnicas). Este proceso da lugar al beneficio de los empresarios y a aquella secuencia de acciones y reacciones"122 que se ha mencionado como característica del ciclo capitalista.

El centro nuclear de la explicación de Prebisch supone comprender las variaciones y la cuantía del beneficio. El beneficio es consecuencia de los sucesivos procesos de creación de dinero utilizados durante distintos periodos para cubrir los costos de formar capitales, y que se diferencia del uso del "ahorro". Si excluimos por ahora el fenómeno de los incrementos de dinero que se filtran hacia otros espacios económicos, la función del dinero que queda en cierto espacio es la de "absorber" el "incremento de producción terminada de consumo".123

Esto es crucial para entender el ciclo capitalista —según Prebisch—; este "exceso" de "incremento de dinero" respecto del incremento de producción, de hecho determina su característica: se elevan los precios, lo que impide que se reduzcan los precios que generan una mayor productividad al proceso cuando existe la competencia. Entonces el "origen" y razón de la cuantía del "beneficio de los empresarios" se debe a que el "incremento de dinero origina así el beneficio de los empresarios y hace variar su cuantía con repercusiones muy importantes sobre el proceso económico".124

Así, Prebisch niega que el mecanismo de "la oferta y la demanda del ahorro" supuesto en las teorías clásicas y keynesianas sea tan importante. De hecho se emplea "incremento de dinero" en lugar de "ahorro" porque, en el punto más bajo del ciclo, los empresarios se encuentran con relativamente "grandes cantidades" de dinero "inactivo en sus cuentas bancarias"125 y no necesitan del ahorro del mercado "forzando los tipos de interés" hacia arriba. Existe entonces un fenómeno paradójico en el punto más bajo del ciclo: el ahorro escasea, "pero hay dinero abundante; distinción por cierto muy importante pues, no habiendo ahorro y sí abundancia de dinero, se usa dinero en sustitución del ahorro para realizar las inversiones por los empresarios".126 Cuando "decrece" el incremento neto del dinero, o su ritmo de expansión se reduce y es "insuficiente para absorber el incremento de producción a los precios"127 vigentes, la "disminución de precios" no es automática, existen "obstáculos"; de lo contrario se estaría de vuelta con los clásicos. No se llega, por lo tanto, a la situación, presupuesta por dicha perspectiva, en la cual se eliminaría el beneficio por completo debido a que en la economía capitalista los beneficios son "irreversibles",128 es decir, no se pueden "achicar". Y esto queda más claro cuando se nos dice que el beneficio no "florece" en la última etapa de producción y venta del producto en cuestión, sino que se estuvo generando a través de varias etapas productivas entre diversos empresarios mientras se acercaba su culminación en el consumidor final, o sea que, en términos de la metáfora de Marx sobre "el salto mortal" de la mercancía, ese evento ya sucedió antes de llegar al mercado: el beneficio está materializado en los precios de los productos.129

Por lo tanto, lo que detiene la prolongación del ciclo es una demanda insuficiente, relativa consecuencia de una reducción en el ritmo de incremento de dinero respecto del incremento de la producción. Como el beneficio —"acumulado por los empresarios"— no será "confirmado", la economía se contrae y suceden los fenómenos típicos de la "bajante del ciclo económico".130 Si el incremento neto del dinero no alcanza a cubrir el incremento de la producción, según el valor de la oferta, no se puede volver atrás y reembolsar el beneficio recibido: es un fenómeno "irreversible".

A su vez, las crecientes existencias en manos empresariales indicarán que hay que reducir la producción, iniciando la baja cíclica.131 Sin embargo, si para los clásicos el beneficio (producto de la reducción del costo) disminuye con la competencia, para Prebisch la competencia no tiene "influencia alguna sobre el monto general de los beneficios en el conjunto de la economía", ya que está dado "exclusivamente por la diferencia entre el incremento de producción y aquella parte de los incrementos de dinero que quedan en el espacio económico".132

Todo esto no significa que la concurrencia no sea importante, sino que no funciona para "bajar el monto de los beneficios totales que está dado por otros factores, sino para establecer la forma en que el beneficio se distribuye entre los empresarios".133 La cuantía del beneficio está dada por los dos fenómenos: la actividad productiva y la monetaria; la competencia no altera la "cuantía ni las variaciones", sino su distribución "dentro del conjunto de los empresarios".134 Por otra parte, el beneficio es "concomitante" a los fenómenos del ciclo y "nada tiene que ver la li-bre concurrencia"135 de los empresarios, no obstante que la disminución del beneficio está determinado por la competencia que existe entre ellos.

En el "movimiento económico real"136 durante la creciente del ciclo, los precios se elevan a expensas del salario real y su disminución no obedece a la tesis de los clásicos según la cual ello se realiza para pagar una tasa de interés mayor a los que ahorran, más bien es "para permitir a los empresarios realizar su propio ahorro con el beneficio proveniente del alza de precios, o sea, trasladar ahorro del resto de la colectividad a los empresarios".137 La teoría convencional considera a otros agentes, como los sectores que ahorran para realizar las innovaciones tecnológicas, movidos supuestamente por un tipo de interés mayor; para Prebisch, son otros los

sectores de la colectividad que se ven compelidos por el sistema a ahorrar más para hacer las inversiones [... ] en la realidad los salarios bajan por el alza de precios, no para atraer mayor ahorro del sector de altos ingresos mediante el alza del tipo de interés, sino para que los empresarios puedan acumular compulsivamente el ahorro en el resto de la colectividad.138

La cuantía del beneficio no varía por la competencia, ya que todos los empresarios, hayan o no realizado innovaciones técnicas, reciben su parte alícuota del mismo. Ahora bien, Prebisch insiste en que ni su teoría del beneficio ni la clásica pueden justificarse dentro de los mismos principios de la economía debido a que escasean "elementos objetivos"; es, por tanto, una cuestión política o ética.

Y si además el beneficio se da, en mayor o menor medida, para todos los empresarios, según sus innovaciones, entonces ya no se puede hablar del "beneficio como premio de los que han introducido innovaciones técnicas",139 pues existen otros que son simplemente free riders, como se dice hoy en día, y tampoco puede utilizarse para justificar y explicar la realidad.

La forma ondulatoria de la realidad capitalista, impulsada por la forma muy específica en que dicho sistema económico crece, y en particular a partir de las decisiones de los empresarios, no puede justificarse de ninguna manera. Lo único que puede decirse es lo siguiente: que el beneficio promedio es el premio de los empresarios que "introducen innovaciones" —del que habla el "profesor Schum-peter"140— y que es el "incentivo mínimo que requieren los otros empresarios para seguir"141 haciendo crecer la producción; pero no se puede saber "en qué medida la competencia técnica iría trasladando el fruto técnico" o "cuál sería el incentivo mínimo de los empresarios. Sólo la experiencia podrá demostrarlo".142

Prebisch subraya que, si bien el capitalismo requiere de un mecanismo "compulsivo" que garantice el ahorro de la colectividad en la "creciente cíclica", su concepto de "ahorro forzado" no debe imaginarse en términos de un "despojo" de unos para "dar a otros",143 ya que en ocasiones el "beneficio" puede ser nulo, y son precisamente los empresarios quienes "empiezan a usar incrementos de dinero que hacen subir los precios y hacen transferir artículos de consumo de unos sectores a otros generando el beneficio", por lo cual, "lo que toman así los empresarios es, precisamente, lo que les correspondería, puesto que los empresarios estaban trabajando sin beneficios y ahora [que] el incremento de dinero lo genera [...] él es el incentivo que lo ha de estimular a introducir innovaciones y a aumentar la producción".144

En otras palabras, en la creciente existen transferencias, pero no podría decirse en "qué medida los empresarios toman del resto de la colectividad lo que les corresponde como premio o incentivo y lo que no les corresponde".145 Por lo tanto, tampoco la teoría de Prebisch "permite decir cuál es el beneficio que se justifica".146

Ahora bien, si asumimos que los espacios económicos están siempre comunicados por salidas y entradas de ingresos, se presenta entonces otro mecanismo a través del cual los ingresos se filtran, reduciéndose el "incremento neto" del dinero en uno de los espacios. Y es la tesis de los "economistas doctrinarios"147 que, sustentándose en el "brillante" "teorema de los costos comparados de Ricardo", prueban qué es lo que debe importarse y/o exportarse entre ciertos países y qué es lo que debe producirse localmente. Sin embargo, "este razonamiento es solamente cierto desde el punto de vista estático", o sea, cuando se

demuestra [...] que la protección de B es una herejía económica: [ya que] emplearía más trabajo y se perdería renta del suelo al pretender producir directamente lo que se puede obtener indirectamente en mejores condiciones.148

Pero en términos dinámicos, cierto nivel de protección entre países A y B puede provocar cambios importantes. Porque cierta "pérdida neta de A" puede ser una "ganancia neta para B",149 mas no siempre, ya que dependerá de cómo B reduce su "perdida ricardiana".150 Y si además consideramos que B ha estado "sujeto a las fluctuaciones cíclicas engendradas en A, haber logrado una producción más estable, aunque de mayor costo, significa aumentar su ganancia neta".151 Aquí Prebisch ya especula con la idea de que B represente un "conjunto de países"152 que intentan un proceso de industrialización, señalando además lo injustificable e insostenible que es la postura de presentar a "la teoría clásica del comercio internacional", como lo hace "Estados Unidos de Norte América",153 para coartar políticas proteccionistas en los países B cuando de hecho las "reglas del juego" se violan sistemáticamente por los países A.

Es en este ámbito donde Prebisch dará un salto teórico cualitativo más allá del pasado reciente, porque nos conduce de hecho a la teoría centro-periferia que expuso en una serie de conferencias en México ocho meses después de su curso Apuntes de economía política,154 y cuyo título rezaba: Teoría dinámica de la economía (con especial aplicación a las economías latinoamericanas).155 Si en esta ocasión Prebisch baja un poco el tono de su crítica de la historia del pensamiento económico, recupera y amplía la teoría del capitalismo y del beneficio que había estado desarrollando antes.

Los "países" que se "encuentran en la periferia de la economía mundial"156 presentan efectos del ciclo cuyas características son "distintas de las que tiene en los grandes centros. Hay una clarísima división de funciones entre centro y periferia. La teoría debe explicar el funcionamiento de la economía entre el centro y la periferia y la íntima conexión entre ambos".157

La noción de "las leyes del movimiento" obligaba a Prebisch a precisar la concepción del tiempo y la razón del "movimiento ondulatorio". Esto lo define como consecuencia de cierto desfase temporal y no, como lo había hecho antes, simplemente por el impulso empresarial por el beneficio, si bien se pude sostener que sin dicho impulso no habría movimiento:

una disparidad de tiempos, de la disparidad entre el tiempo del proceso productivo y el tiempo del proceso circulatorio, generados en el proceso mismo. La disparidad de ambos tiempos es lo que nos da el movimiento cíclico con sus alternativas de prosperidad y depresión. Aun cuando exista la más perfecta libre concurrencia y la total falta de intervención del Estado en la economía, se producirá fatalmente el fenómeno ondulatorio por la mera disparidad de tiempos.158

Si aceptamos el postulado de Prebisch de que los ingresos que se pagaron hoy superan a los de la producción terminada del mismo día, entonces lo que está subrayando es la asincronía entre el proceso productivo y el circulatorio, entre la aparición de los recursos líquidos en el mercado y los productos, la cual impide que haya un "perfecto equilibrio entre la demanda global total de ingresos y beneficios pagados y la oferta global (valor de los artículos terminados)" porque entonces se tendría que asumir una "igualdad entre el tiempo del proceso de circulación de los ingresos y beneficios y el tiempo que tarda el proceso íntegro de la producción".159

Puede decirse entonces que el dinero o la demanda final pagada hoy llega al mercado mucho antes que la producción en proceso en el transcurso del mismo día; existe, como dice Armando di Filippo, una "asincronía"160 y, por tanto, no "hay ningún mecanismo automático en la economía, por perfecta que sea la libre concurrencia, que asegure la perfecta correlación entre el tiempo de formación de los valores y el tiempo de la circulación de los ingresos generados en el proceso productivo al crear esos valores".161

A partir de dicha asincronía, Prebisch presentará el modelo de la economía mundial entre la periferia y el centro, lo cual a su vez lo obliga a explicar las fases expansivas y las decrecientes, o en otras palabras, la razón de cambio de los ritmos de la economía mundial.

Eso es lo que intenta a través de un gráfico sencillo: una serie de curvas que podríamos pensar en términos de tres carritos que inician su recorrido en la montaña rusa a la zaga el uno del otro, y a los cuales les daremos las iniciales: IP, IR y PT ("ingresos pagados = producción en proceso"; "ingresos que retornan = demanda"; y subsecuentemente, "producción terminada")162 respectivamente. Los ocupantes de los carritos IP y PT son valientes porque la velocidad y amplitud e inclinación de su recorrido siempre superará las del carrito IR, el de los miedosos.

Estos carritos o curvas avanzan cuesta arriba de manera paralela hasta que llegan a los puntos en donde se cruzan, o lo que Prebisch llama los puntos de "conjunción". Es únicamente en este punto en donde los integrantes de los carritos pueden saludarse cara a cara, y de allí en adelante el ritmo de la trayectoria previa cambia (la tasa de cambio). Esta representación nos indica que cuando la curva de "demanda" (carrito IR) finalmente alcanza a la curva de la oferta o "producción terminada" (carrito PT), esta última sigue su ritmo creciente, mientras que la demanda va reduciendo su intensidad y se tiende horizontalmente; mientras tanto, la curva de los ingresos pagados (carrito IP) aún sigue elevándose; subsecuentemente, a medida que las curvas llegan a su máximo se inicia la representación del ciclo cuando éste tiende a la baja, cuando los ocupantes de los carritos gritan despavoridamente y, tras un tiempo, los integrantes nuevamente podrán saludarse cara a cara (nuevo punto de conjunción). Es aquí donde la demanda (carrito IR) se vuelve a encontrar con la oferta o "producción terminada" (carrito PT) y, en contraste con los primeros momentos del proceso expansivo cíclico, la demanda excede a la producción terminada.163

Esto producirá una vez más el inicio del ciclo y la nueva cola de pasajeros para repetir sus respectivos viajes (algo que los que habitan el centro pueden repetir varias veces en el mismo intervalo en que los de la periferia solamente logran un viaje), y veríamos una vez más el entrelazamiento y los saludos de sus ocupantes al cruzarse sus carritos: es la disparidad del tiempo para recorrer su ciclo lo que explica que nunca se saluden en un punto de "equilibrio". Esto, considerando los ingresos pagados y la producción bruta global.

Cuando el movimiento se intenta presentar a partir de los orígenes respectivos de los ingresos pagados o de la demanda, centro y/o periferia, y sus respectivas producciones, vemos que en contraste con la periferia, la curva de los ingresos pagados=demanda del centro siempre "excede" la producción u oferta terminada, o sea, en la periferia la curva de su demanda siempre presenta una "insuficiencia" respecto de la curva de producción terminada. El "exceso" céntrico es la parte correspondiente de la "insuficiencia" periférica. Si se observa a partir del centro, el "punto de conjunción" que puede verse en el ciclo en su fase expansiva indica que el mencionado "exceso" de la demanda va desapareciendo y la curva de producción terminada lo supera ya que sigue hacia arriba, mientras que la curva de la demanda decae en su inclinación.164 Este fenómeno jamás sucederá entre la demanda y la producción periférica, ya que la "insuficiencia" representa una serie de ingresos que siempre están por debajo de la curva de la producción terminada. Prebisch parte de la idea de que durante la "creciente cíclica" los ingresos pagados "por los empresarios" son siempre superiores que los de la producción terminada (la "curva de la demanda excede a la oferta"), proceso que a su vez se invierte después del punto de "conjunción". La demanda es superior a la oferta porque "el tiempo de retorno de los ingresos que pagan los empresarios es menor que el tiempo que tarda el proceso productivo y, por tanto, antes que afluya la producción terminada los ingresos la exceden".165

Es la disminución o la acumulación de existencias la que induce acciones de expansión o contracción respectivamente, pero la producción terminada u oferta siempre va a la zaga de la contracción de los ingresos tanto en la creciente como en la menguante. En esos dos puntos de "conjunción", ya sea en la creciente o en la menguante, se generan las condiciones de contracción y expansión respectivas, lo cual significa que el "desequilibrio" es consustancial a la forma de crecer del capitalismo: se "pasa alternativamente de una situación en que la demanda excede a la oferta".166

La división entre "centro" y "periferia" es fundamental para entender "nuestros procesos" económicos. El origen de cierta demanda y lugar de generación de ciertos valores tiene efectos distintos para sus respectivas partes debido a las diversas amplitudes y velocidades que presenta cada espacio económico. El centro siempre tendrá un exceso de demanda, que tardará en achicarse, dependiendo de las amplitudes y velocidades del retorno de los ingresos en cuestión. Cabe mencionar que mi exposición presenta la perspectiva de Prebisch utilizando términos como el de "velocidad", cuando de hecho Prebisch (1949b) elude el uso del término sistemáticamente. En cierta manera, entonces, la "velocidad" del "retorno" de los ingresos es mayor en el centro que en la periferia.167 O sea, existe una disparidad de tiempos entre el periodo de la producción y el de la circulación, y el "retorno" de los ingresos pagados originalmente en el "centro cíclico"

es muy corto mientras que el tiempo de retorno hacia el centro cíclico de los ingresos pagados en la periferia es muy largo. De manera que si en la combinación de ambos procesos, el tiempo de retorno se va achicando y el tiempo de formación de los valores en el proceso productivo se va acortando, el exceso de demanda sobre la oferta tenderá a achicarse, porque ha sido originado precisamente por el fenómeno contrario, es decir, por un tiempo de retorno muy inferior al tiempo de producción.168

Lo "ondulatorio" es consecuencia de la disparidad de tiempos de producción y de circulación. En la creciente hay una acumulación de inversiones de capital circulante, porque existe la producción en proceso y la producción terminada; en la menguante, se liquidan los capitales circulantes. Inversión y/o desinversión respectivamente. Así como en la creciente el retorno de ingresos es inferior al pago de ingresos, durante la menguante "el retorno de ingresos" es superior al "pago de ingresos por los empresarios".169

Ahora bien, lo que corrige la "disparidad de tiempos", lo que empuja la "curva de demanda" hacia la curva de la "producción terminada" es la contracción de la producción, es decir, cuando los empresarios observan que sus existencias crecen, reducen sus inversiones, lo que a su vez producirá el otro "punto de conjunción", y cuya consecuencia es la de reiniciar el ciclo en su fase creciente.

Por tanto, en términos del fenómeno global, la demanda excede a la oferta y los minoristas, inicialmente, cubren la mayor demanda utilizando existencias en lugar de elevar sus precios, o sea, incrementan el monto de las ventas unitarias; el precio depende de la oferta y de la demanda solamente en contadas ocasiones —dice Prebisch—. Son las existencias de los empresarios lo que regula el mercado; simplemente venden un mayor número de artículos. Eso produce una mayor demanda de parte del minorista hacia el mayorista y de éste a su vez hacia el industrial, que elevará también su demanda hacia el productor primario. Esta cadena produce la elevación de los precios, así como de "los beneficios".170 Pero cuando el "mercado" no hace realidad esa "conjetura" o "anticipación" de los empresarios, los precios ya tienen incorporados los "beneficios", y por tanto no pueden reducir lo que se ha pagado previamente, como lo supone la imagen de los clásicos sobre el mercado; donde confluye la oferta con la demanda, sucede el fenómeno visto: un fenómeno "irreversible",171 el cual, no obstante, no deja de producir efectos fatales de contracción.

Entonces, a medida que se van realizando las diferentes etapas productivas, el beneficio es incorporado a los bienes finales y la "rigidez" que esos valores traen consigo es lo que inducirá la contracción cíclica "cuando la demanda, después del punto de conjunción, es insuficiente para absorber la oferta".172 Entonces es la "disparidad de tiempos entre el retorno e ingresos y la afluencia de la producción"173 la que produce el "desequilibrio entre la demanda y la oferta" durante la creciente cíclica.

Aun bajo la imagen idílica del mercado perfecto sin "rigideces", sería el factor tiempo, en términos de proceso y de lo que se tardan los agentes para realizar cierta producción, lo que definiría la existencia del beneficio y explicaría su cuantía total. Y como en la periferia el proceso de producción, o de respuesta, a cierto estímulo es más lento que en el centro, el "beneficio que corresponde a la periferia será menor que el que toca al centro cíclico".174 Esto se debe a que en términos de la totalidad en cuestión (centro y periferia), beneficios unitarios menores no están reñidos, necesariamente, con una cuantía del beneficio total mayor.

En otras palabras, cuando la propia periferia disminuya el tiempo de duración en dar respuesta a la demanda del centro, ello no supondrá, necesariamente que la "cuantía total del beneficio" disminuya, ya que dicho proceso impulsaría a los empresarios a cubrir más prontamente una demanda, acrecentando su propia producción y sus propios beneficios, generados por sus pagos a los factores productivos y a otros empresarios. Esto hace compatible un beneficio unitario menor con una cuantía total mayor del beneficio.

Por lo tanto, las inversiones se inician con dinero creado por el sistema bancario o con el dinero que ha quedado inactivo y se ha acumulado en las cuentas de los empresarios. Durante la creciente cíclica los empresarios realizan una actividad de "desatesoramiento" o acuden a los bancos, y durante la menguante, hacen lo contrario, cancelan deudas y atesoran capital circulante que utilizarían durante la creciente cíclica. O sea, para Prebisch se atesora en la menguante, ya que durante la creciente cíclica el fenómeno denota una ampliación de la capacidad productiva a futuro, pagos a los recursos productivos y a los beneficios, pero culmina cuando, habiéndose cubierto las

necesidades del capital fijo, éste ya no crece con la misma intensidad que los beneficios y entonces una parte del beneficio, en lugar de invertirse en capital fijo, se invierte en capital circulante. Esto basta para llevarnos al punto de conjunción y desencadenar el fenómeno de contracción.175

Entonces, la noción del ciclo supone actividades conjuntas entre el centro y la periferia. Empresarios del centro hacen pagos de recursos en el centro y hacia la periferia. Esto supone recursos que salen de cierto espacio económico y que, por las particularidades de la periferia, tardan mucho más en volver al centro y a sus empresarios que los ingresos y beneficios pagados en el propio centro. Y sabemos que durante la creciente los empresarios pagan más recursos y beneficios de los que recuperarán a futuro, pero sucede una "acumulación" porque van elaborando artículos en proceso, y recursos pagados, dos formas de constituir el capital circulante; en la menguante "liquidan artículos en proceso" y "atesoran dinero" que se pagaría a los recursos productivos o a beneficios.

Según Prebisch es un "juego espontáneo del sistema".176 No es un punto de equilibrio estático, es un punto de conjunción. Es la "equivalencia de magnitudes" por la presión de los beneficios hacia la periferia. No puede haber una conjugación de la demanda y de la oferta, porque entonces no habría beneficios, y mucho menos el fenómeno del capitalismo "ondulatorio".

Son igualmente imposibles el equilibrio "dinámico" como la "sucesión de equilibrios dinámicos",177 ya que ello supondría que la oferta continuaría junto a la curva de la demanda, donde de hecho el punto de conjunción significa que la curva de la demanda empieza a perder su velocidad o inclinación. De lo contrario, su "esquema quedaría destruido" y se podría reivindicar la "teoría clásica".178 Ya que el elemento dinámico proviene de la disminución o no de "existencias", obligando a invertir o desinvertir a los empresarios, es insostenible "la idea de equilibrio con la posibilidad de un aumento o una disminución sistemática de existencias. Son dos condiciones que se repelen".179

Para demostrar el desequilibrio sistemático y circular acumulativo del capitalismo entre el centro y la periferia, reconceptualiza su idea de "coeficiente de expansión" en "coeficiente de salida". Presupone cierto proceso circulatorio de producción durante el cual, además de reproducirse, crece, o sea, reincorpora parte de sus ingresos para ampliar la capacidad instalada. Se ha dicho ya que el tiempo de retorno de los ingresos es mayor cuando se observa la periferia desde la óptica del centro, y como ambas entidades divergen en términos de sus respectivos "coeficientes de salida", nunca habrá posibilidad de que sus respectivas curvas de oferta y demanda se alcancen simultáneamente; es por ello que Prebisch plantea que el "exceso de la demanda céntrica" y la "insuficiencia de la demanda periférica" son dos partes de un solo sistema. Si se piensa que en cada unidad que crece a la economía, ya sea céntrica o periférica, se le debe agregar esa proporción de ingresos que sale hacia afuera, así como la inversión necesaria para mantener constante su crecimiento, los distintos coeficientes de salida o "coeficientes de afluencia"180 (ingresos de retorno) nunca harán coincidir sus respectivas curvas de demanda y de oferta, dadas las disparidades de velocidad respectivas para realizar las transacciones entre sí.

Cualquier carrera de intensificación del crecimiento y de la demanda, desde cualquiera de las dos partes, siempre producirá, tarde o temprano, el punto de conjunción del sistema, y por tanto, la contracción, dando inicio al ciclo siguiente.

Lo que conduce al punto de conjunción y la contracción es la virtud del sistema: el beneficio. En la medida que se van acumulando existencias en el centro, se van produciendo las reacciones de los empresarios para disminuir la proporción de las mismas, que a su vez va a ir reduciendo los beneficios unitarios entre distintos empresarios, hasta que la demanda se cruza con la oferta o producción terminada ("punto de conjunción").181

No obstante, la "insuficiencia periférica" crece más intensamente que el "exceso de demanda céntrica" debido a los coeficientes de salida respectivos; o por las diferentes velocidades con que circulan los ingresos.182 Ello produce una creciente brecha entre la demanda "insuficiente de la periferia" y el "exceso de demanda céntrica". Lo que produce la conjunción, iniciándose el proceso que lleva al sistema a la contracción. Que es precisamente lo que impide teorizar el crecimiento y circulación del ingreso entre la periferia y el centro cíclico en términos de un "equilibrio dinámico".183 Éste nunca llegará.184 Si distintos espacios económicos crecen a un ritmo dispar, un cambio de los coeficientes de salida o una intensificación del crecimiento de la periferia no cambiaría la disparidad en cuestión; por ejemplo, esto en cuanto a los montos de ingresos que cada uno de los espacios "retiene" para sí (de lo contrario no podría haber producción en proceso).

Ahora bien, si se elimina "el tiempo" es posible observar posiciones de equilibrio entre las masas de ingresos y la producción, pero entonces los empresarios serían insensibles a los niveles de existencias acumuladas o en disminución. Por lo mismo, el "exceso céntrico" se "extingue antes que la insuficiencia", producto de la mayor lentitud del retorno de los ingresos hacia el centro. Si se postulara un crecimiento o una mayor expansión productiva, por parte de la periferia, y de manera autónoma respecto al centro, haciendo igualar las magnitudes de ingresos, entonces se pasaría de una situación donde existía el exceso "neto de demanda" a una en que predominaría una "insuficiencia neta de demanda". Lo cual a su vez supondría una acumulación de existencias (a diferencia de la situación inversa, cuando los empresarios seguían ampliando la producción dada la demanda sobrante), y se contraería la producción.

La idea de que este proceso se detendría solamente porque existe "plena ocupación" es para Prebisch un delirio teórico, sencillamente porque, mientras el proceso inflacionario se encuentre a toda velocidad, los empresarios seguirán invirtiendo y recibiendo los beneficios respectivos dada el alza de los precios. El capital circulante crecerá, requiriendo, como en todo proceso expansivo, crecientes sumas de dinero para ampliar el capital circulante-existencias, pero también tendrán que utilizar sus beneficios para hacer compras e inversiones en la periferia, lo cual en los hechos significa que se reducirá el "exceso de demanda de origen cíclico", que aumentará la "insuficiencia de demanda de origen periférico",185 produciendo "fatalmente" un punto de "conjunción después del cual sobrevendrá la contracción del sistema".186

Aquí hemos intentado describir una época de la reflexión y crítica de Prebisch a la economía. Debido a que a nuestro protagonista, inclusive en vida, algunos seguidores y detractores de su obra le hicieron decir muchas cosas, adopté la estrategia de presentar sus ideas en lo posible con su propia participación. La evolución y conclusión de sus ideas sobre el ciclo económico mundial durante este periodo no se realizaron sin antes dejar a un lado ciertas ideas que defendía inicialmente. Su radicalización política es el reverso de su reconstrucción teórica. Ignoro si la historia del pensamiento económico latinoamericano haya examinado dicha época intelectual de Prebisch, y si su ascenso a la fama después de la reunión de la CEPAL en la Habana lo apartó de dichas reflexiones.

Sin embargo, algunos resabios conceptuales mínimos pasaron a la fraseología de sus siguientes textos en la CEPAL, y es por ello mucho más meritoria la labor de Filippo187 que, a partir de unas cuantas frases, nos transporta a los textos e ideas de Prebisch un cuarto de siglo después, cuando inicia (alrededor de 1975) la labor que culminará en 1981 con Capitalismo periférico.188 Efectivamente, una vez retirado de los cargos internacionales, Prebisch cruza el ecuador, vuelve a tierras tropicales y descongela los manuscritos del periodo que hemos analizado.

Finalmente, sólo el tiempo dirá si se retornará a pensar a la economía en términos históricos e institucionales189 como resaltó Prebisch toda su vida y pudimos percibir cuando describía las acciones de los empresarios en su afán por lograr el máximo beneficio; y para ello qué mejor que volver al estudio del pasado y de algunos de sus pensadores en América Latina que, reunidos el CEPAL en su década de Oro (1950-1960), ofrecieron y siguen ofreciendo alternativas teóricas y prácticas para promover el desarrollo económico de la región y enfrentar los problemas económicos legados por el neoliberalismo actual.

 

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Notas

1 Véase Mallorquín, 1998.

2 Prebisch, 1949a. El texto original: "El desarrollo económico de la América Latina y sus principales problemas" (E/CN.12/89; 14 de mayo de 1949) no incluye el término "algunos" en su título como aparece citado por muchos estudiosos. ¿Cambió el título el propio Prebisch, o se debe a un error que no se pudo alterar ante la vertiginosa velocidad con fue publicado por doquier? Estudiosos y políticos que conocen o conocieron la obra de Prebisch hablan del texto como el "manifiesto latinoamericano": A. Gurrieri, 1982; E. Dosman, 2001; A. O. Hischman, 1963; C. Furtado, 1988; O. Rodríguez, 1993; J. Love, 1996, entre otros. Quiero aprovechar la oportunidad para señalar que, habiendo entregado el artículo a la Revista Mexicana de Sociología, hice lo mismo con el profesor Víctor Urquidi como agradeciendo el hecho de haberme obsequiado la copia del manuscrito arriba mencionado y otras cosas. Recientemente fallecido, el profesor será una gran pérdida para la ciencia social mexicana, uno de sus pilares principales. Hago constar su infinita generosidad para escuchar y ofrecerme información sobre mi proyecto de una biografía intelectual de Raúl Prebisch que espero salga a la luz cuando la concluya. De hecho, la última vez que platiqué con el profesor intercambiamos puntos de vista sobre lo que sigue.

3 Dosman, 2001: 89.

4 Magariños, 1991; Pollock et. al., 2001; González del Solar, 1983.

5 Agradezco a E. Dosman por haberme obsequiado copia del mismo (Prebisch, 1943; 10 páginas).

6 Dosman, 2001: 94.

7 Prebisch, 1944a en Prebisch, 1972.

8 Se agradece la gentileza del doctor Washington Ashwell por obsequiarme copia del manuscrito Prebisch, 1944b.

9 Existen avances importantes: Dosman (2001), y John Toye y Richard Toye (2003).

10 1996: 271 y 136, nota 87.

11 "International Monetary Stabilization", en S. Edwin Harris, 1943, p. 390.

12 Prebisch, 1944a en Prebisch, 1972. El artículo de C. Kindleberger (1943) en Harris (1943), que menciona Love y es citado por Prebisch (1944c), de hecho se extrajo íntegramente de Conversaciones... (1944a en Prebisch, 1972); véase la referencia en cuestión en la página 531 de dicho libro.

13 "[L]o que no quiere decir que no pueda tener razón" (1944a: 531).

14 Cf. Mikesell, 1994.

15 Por ejemplo, considerando la tendencia al desequilibrio del "balance de pagos" dice: "Me refiero a la baja de precios internacionales. Si los precios internacionales bajan año tras otro, el balance de pagos que tiende a equilibrarse después de la primera baja, vuelve a ser desequilibrado con las bajas sucesivas [...] El caso que consideramos es distinto. Estamos ahora en la hipótesis de que el nivel de precios baja continuamente durante un cierto número de años [...] que provoca una nueva exportación de oro. Éste es el rasgo típico de este fenómeno" (Prebisch, 1936: 566, 569).

16 1996: 118.

17 2003: 445.

18 Para el mejor relato de esos años: Furtado (1988); cf. Bürger, 1998.

19 Furtado, 1988: 53.

20 Sobre las vicisitudes del mismo véase Toye y Toye, 2003.

21 Furtado, 1998: 85-86.

22 2003.

23 Dag Hammarskjold dijo: "Indeed, Prebisch is skating on thin ice, but I fully support him" (Magariños, 1991: 144).

24 Cf. Prebisch, 1954.

25 H. Santa Cruz, 1984: 467. E. Black no se percató de que tenía los audífonos puestos y por tanto era "audible para sus vecinos y no para sí mismo".

26 Prebisch, 1949b: 2; y Prebisch, 1993: 412. Durante el periodo que analizamos, Prebisch mencionó varias veces su salida del Banco Central; cf. Prebisch, 1946: 242-243 y 1944b: IX-X.

27 Prebisch, 1944a, en Prebisch, 1972: 255.

28 Señalo a continuación las páginas del manuscrito de las Conversaciones... (1944a, en Prebisch, 1972) que se incluyen en la "tercera parte" de La Moneda y... (1944b), p. 261; de la p. 263 a la 269; de la p. 289 a la 333; de la p. 236 a la 416; de la p. 435 a la 446; de la p. 453 a la 300; de la p. 484 a la 485; de la p. 490 a la 500; párrafo de la p. 506; de la p. 599 a la 606. Ello ocupa más de dos tercios de la "Tercera parte" de La Moneda y..., páginas 219 a 312.

29 "[P]ropias ideas y ajustando a ellas el desarrollo de una política monetaria nacional" (Prebisch, 1944d: 229).

30 Prebisch, 1944b: I-II.

31 Prebisch, 1945a, en Prebisch, 1991c: 443. Dice: "tarea de revisión" que acentúe "sus grandes aciertos" y enmiende "sus muchos errores" (1945a, en Prebisch, 1991c: 444). "Introducción al curso de economía política" y "Concepto preliminar de la circulación de ingresos"; aparecen en la Revista de Ciencias Económicas, segunda serie, año 33, número 288, 1945. Hay que hacer notar que el primero de los textos se encuentra en Prebisch, 1991c y el segundo en Prebisch, 1993.

32 Prebisch, 1944b: I.

33 Prebisch, 1944b: VII. La postura de Conversaciones... (1944a, en Prebisch, 1972) y "El patrón oro y la vulnerabilidad económica" (1944d) es similar: "perfeccionar", "corregir", "no destruir" el patrón oro en "nuestros países" (1944d: 233).

34 Prebisch, 1944b: 142 y Prebisch, 1993: 19. También: Prebisch, 1944b: 51 y Prebisch, 1991c: 317. Por la misma época, R. Nurkse destacaba algo similar, pero bajo una óptica teórica distinta; véase Nurkse, 1945: 11, 12, 13.

35 Prebisch, 1944b: 28 y Prebisch, 1991c: 286. Hay que subrayar que Prebisch aclara que se trata de "una hipótesis que habría que comprobar" o sea "la índole de este proceso circulatorio de los ingresos en el centro monetario de y a los países de la periferia [y que] explicaría por sí [mismo], sin necesidad de otros motivos, la generación del proceso cíclico mundial, lo que no quiere decir que no haya otros motivos muy importantes" (Prebisch, 1944b: 149 y Prebisch, 1993: 30).

36 También el hecho de que la reunión y acuerdos de Bretton Woods ya se habían realizado; cf. Mikesell, 1994.

37 "Es muy probable que la población ya ocupada, especialmente la que tiene réditos un tanto altos, cuando aumenten esos réditos no consuma más alimentos, pero que en cambio, consuma mayor cantidad de productos manufacturados" (Prebisch, 1944b: 16 y Prebisch, 1993: 271).

38 Prebisch, 1944b: 28 y Prebisch, 1991c: 286.

39 Prebisch, 1944b: III.

40 Prebisch, 1944b: 142 y Prebisch, 1993: 19. Un año después decía que no había que buscar "dos órdenes de teorías", un ciclo en la periferia y otro en el centro industrial, "ya que se trata de dos fases, de dos aspectos distintos del mismo fenómeno internacional. Pero no es admisible aplicar la interpretación de una fase a los acontecimientos que suceden en la otra fase, al anverso que al reverso [... ] actividad económica interna e internacional [que] se manifiesta en un continuo proceso de circulación de ingresos" (Prebisch, 1945a: 446).

41 Prebisch, 1944b: 2 y Prebisch, 1991c: 250.

42 Prebisch, 1944b: 18-19 y Prebisch, 1991c: 274-275.

43 "El tiempo en que se cumple el proceso, o sea su duración, tiene una importancia fundamental y la dilucidación de este punto interesa para comprender mejor el mecanismo internacional y las fallas de su funcionamiento" (Prebisch, 1944b: 23 y Prebisch, 1991c: 280; cursivas en el original).

44 Prebisch, 1944b: 31 y Prebisch, 1991c: 290. "el incremento de ingresos que queda en cada país es proporcional a los réditos de cada uno de ellos [... ] O sea que para llegar al punto de equilibrio, el incremento originario de ingresos se distribuye propor-cionalmente a los réditos de los distintos países considerados" (Prebisch, 1944b: 34, 35 y Prebisch, 1991c: 294, 295).

45 Prebisch, 1994b: 36 y Prebisch, 1991c: 296.

46 "Hay pues incompatibilidad entre una política expansiva interna o mantenimiento de la actividad económica interna en una fase descendente provocada por la disminución de las exportaciones, con la estabilidad monetaria inherente al régimen del patrón oro" (Prebisch, 1994b: 49-50 y Prebisch, 1991c: 315).

47 Prebisch, 1994b: 72 y Prebisch, 1991c: 350.

48 Prebisch, 1944b: 84-85 y Prebisch, 1991c: 365.

49 Prebisch, 1944b: 78 y Prebisch, 1991c: 358. "El ciclo económico manifiéstase así en un movimiento alternado de ingresos que se contraen y dilatan en el proceso circulatorio [... ] cualquiera que sea el origen de los ingresos internos, éstos van extinguiéndose gradualmente por su transformación en ingresos de otros países [... ] El grado con que opera esta substitución tiene gran influencia en el desarrollo de la actividad económica interna" (Prebisch, 1945b en Prebisch, 1993: 217).

50 Prebisch, 1944b: 53 y Prebisch, 1991c: 320-321.

51 "Comprobamos así numéricamente lo que tantas veces hemos señalado: que en la fase descendente las importaciones descienden con menos celeridad que las exportaciones. En esta forma se va consumiendo el remanente de dinero o, lo que es lo mismo, en este caso, el oro y las divisas provenientes de los saldos positivos de la fase precedente" (Prebisch, 1994b: 76 y Prebisch, 1991c: 354). Cf. Prebisch, 1994b: 149 y Prebisch, 1993: 29-30.

52 Prebisch, 1944b: 142 y Prebisch, 1993: 20.

53 Prebisch, 1944b: 309-310.

54 "Suele creerse entre nosotros que el crecimiento industrial del país nos hace menos vulnerables a la acción de estos factores internacionales de perturbación. La creencia no está totalmente fundamentada. Voy a demostrar [...] que el crecimiento industrial podría hacernos menos vulnerables, pero si el país pretendiese seguir manejándose con el patrón oro clásico, el crecimiento industrial nos haría más vulnerables que antes" (Prebisch, 1944b: 22 y Prebisch, 1991c: 279; cursivas mías).

55 Prebisch, 1945b en Prebisch, 1993.

56 Prebisch, 1945b en Prebisch, 1993: 223.

57 Cf. Prebisch, 1944b: 60-110 y Prebisch, 1991c: 330-402.

58 Prebisch, 1949b: 47 y Prebisch, 1993: 464.

59 Prebisch, 1946: 227.

60 Prebisch, 1946: 226-227.

61 Prebisch, 1946: 227.

62 1965.

63 "Keynes ha dejado también soluciones prácticas que son independientes de su teoría, que pueden admitirse o rechazarse, con completa prescindencia de su teoría. Dichas soluciones prácticas son de una gran importancia y aún no han sido superadas [... ] Dirán ustedes que hay contradicción entre mi posición teórica para juzgar a Keynes y mi respeto por algunas de sus proposiciones prácticas. No la hay, pues el aceptar una interpretación de la realidad totalmente distinta de la de Keynes, no implica ver el aspecto favorable que, a falta de otro mejor, podrían tener dentro de ciertas limitaciones, algunas de sus proposiciones prácticas" (Prebisch, 1948 en Prebisch, 1991c: 505-506; cursivas mías).

64 Prebisch, 1948 en Prebisch, 1991c: 504.

65 Prebisch, 1947f.

66 "Así lo afirma categóricamente nuestro autor, si bien no ofrece otros argumentos para demostrarlo que los que acaba de mencionar sucintamente" (Prebisch, 1947b: 476 en Prebisch, 1991c). En el libro de Introducción a Keynes (Prebisch, 1947f), véase el final del primer párrafo, página 57. No es casual el lugar donde aparece este exabrupto, pues se está discutiendo la idea del multiplicador. Pero como veremos, la crítica de Prebisch a Keynes va por otro lado en los siguientes años: "no obstante que su teoría general de la ocupación parece desarrollarse en un plano independiente del movimiento cíclico" (Prebisch, 1947e: 260 en Prebisch, 1993 y Prebisch, 1947f: 89).

67 Prebisch, 1947e: 258 en Prebisch, 1993 y Prebisch, 1947f: 86.

68 Prebisch, 1947a: 454 en Prebisch, 1991c y Prebisch, 1947f: 13. Prebisch dice: "me propongo considerar en breve en un trabajo de más aliento sobre el sistema keynesiano y el ciclo económico" (Prebisch, 1947a: 454 en Prebisch, 1991c y Prebisch, 1947f: 13).

69 Prebisch, 1947c: 454 en Prebisch, 1991c y Prebisch, 1947f: 54.

70 Prebisch, 1947d: 482 en Prebisch, 1991c y Prebisch, 1947f: 114.

71 Prebisch, 1948 en Prebisch, 1991c: 506.

72 Prebisch, 1948 en Prebisch, 1991c: 495.

73 Prebisch, 1948 en Prebisch, 1993: 325-326.

74 Prebisch, 1948 en Prebisch, 1991c: 496.

75 Ibid.

76 Prebisch, 1948 en Prebisch, 1993: 328.

77 Prebisch, 1949b: 42 y Prebisch, 1993: 458.

78 Prebisch, 1949b: 4 y Prebisch, 1993: 414.

79 Prebisch, 1949b: 4 y Prebisch, 1993: 415; cursivas mías

80 Prebisch, 1948 en Prebisch, 1991c: 497.

81 Ibid., "construcción en el aire liviano".

82 Prebisch, 1948 en Prebisch, 1991c: 499. "El ciclo es la forma típica de crecer que ha tenido históricamente, y sigue teniendo, el capitalismo [... ] No hay punto de reposo: se asciende para descender y se desciende para ascender nuevamente [... ] En ese movimiento, no hay punto de equilibrio; ese movimiento es una sucesión continua de desequilibrios"; ibid.

83 Prebisch, 1948 en Prebisch, 1991c: 500; "de ahí la crisis de la economía política, de ahí su ineptitud para explicarnos la manera de ser y de producirse de los fenómenos económicos".

89 Ibid., "resultado lógico, espontáneo de la forma en que actúan los empresarios".

90 Ibid.

91 Ibid. Ocho meses después decía lo mismo: "la sucesión continua de desequilibrios" (Prebisch, 1949b: 3 y Prebisch, 1993: 413). Aclara: "Ningún clásico, ni antiguo ni moderno, sostiene desde luego que en la realidad hay equilibrios. Lo que [quieren] decir es que el sistema, por las propias fuerzas que lo mueven, tiende al equilibrio; pero naturalmente que sobrevienen siempre perturbaciones de carácter exterior que impiden llegar a este equilibrio. Sostengo que esas perturbaciones que sobrevienen e impiden llegar al equilibrio y que dan al sistema su característica de ondulante son algo que resulta de la interdependencia de la curva del esquema" (Prebisch, 1949b: 45 y Prebisch, 1993: 462). Para Ralph W. Souter el equilibrio supone: "the conception of a continual attempted adaptation towards real equilibrium which is continually thwarted in some degree by the inequality of time-coefficients plus the constant emergence of new evolutionary changes" (Souter, 1930: 82).

92 "El mismo economista que habla de equilibrio típico se ha dedicado [...] al estudio del ciclo económico y pasa de una cosa a la otra sin el menor escrúpulo teórico [... ] en una primera parte nos han expuesto con gran rigor doctrinario su teoría del equilibrio, y en un capítulo sobre el ciclo nos exponen la teoría del desequilibrio sin preocuparse de que no pueden combinar dos teorías fundamentalmente distintas; si el ciclo fuera un mero accidente que, de tiempo en tiempo, se registrase en la economía, sí sería posible combinarlas, pero como el ciclo es la forma de moverse de la economía, la teoría del movimiento económico no puede ser otra que una teoría cíclica" (Prebisch, 1948 en Prebisch, 1991c: 502-503). Tal vez una de las mejores discusiones de esta problemática la ofrece P. Mirowski (1985).

93 Fue el propio Prebisch quien pedía una "revisión respetuosa de las teorías clásicas" (Prebisch, 1948 en Prebisch, 1993: 325).

94 Prebisch, 1948 en Prebisch, 1991c: 503.

95 "[E]s sorprendente que los dos críticos más formidables de al doctrina clásica, Marx y Keynes, hayan tropezado con la misma dificultad. Marx porque pretende edificar toda su doctrina e interpretación del capitalismo sobre la base de una teoría del valor, heredada de la doctrina clásica. La teoría marxista del valor es fundamentalmente la teoría ricardiana del valor. En cuanto a Keynes, tampoco logra abandonar por completo los hábitos mentales de los clásicos, que le llevaron a perseguir, en su sistema teórico, la búsqueda de posiciones y leyes de equilibrio en la economía" (Prebisch, 1948 en Prebisch, 1991c: 504-505).

96 Prebisch, 1948 en Prebisch, 1991c: 505.

97 Ibid. "Una teoría económica científicamente satisfactoria, tendría que explicarnos el movimiento cíclico por ser ondulatorio el tipo de movimiento que nos presenta la realidad, [así como] la razón [por la cual] la economía capitalista no aprovecha plenamente sus factores productivos y darnos al mismo tiempo una interpretación del fenómeno periódico de la desocupación" (Prebisch, 1948 en Prebisch, 1993: 303).

98 Prebisch, 1948 en Prebisch, 1993: 271. "El tiempo es un elemento fundamental en la realidad y no es posible eliminarlo arbitrariamente como hace Keynes ni considerarlo con el artificio de los clásicos. Gran parte de las inversiones se han realizado históricamente y se siguen realizando por un mecanismo distinto que el de la oferta y demanda de ahorro; y gran parte del ahorro que se invierte no es el resultado de lo que prefiera hacer espontáneamente la colectividad en función de una de sus inclinaciones y gustos y de la tasa de interés".

99 "[L]lamo al tipo de interés un artificio lógico producido por los clásicos para resolver el problema del tiempo, porque después de mucho observar los hechos y reflexionar, me he convencido que el tipo de interés no desempeña en la realidad el papel de elemento regulador en la producción y en la distribución, que le atribuyen los clásicos [... ] la formación de capital en la sociedad es totalmente distinta y sólo en mínima parte desempeña el tipo de interés el papel regulador que le atribuye la escuela clásica [... ] Si la tasa de interés no desempeña las funciones que la doctrina tradicional le asigna en la producción y distribución de productos, se nos plantea entonces el problema de sustituirla con alguna teoría distinta a la keynesiana, pues son tales sus inconsistencias que no es posible emplear a mi juicio la teoría de Keynes ni tan siquiera como instrumento para explorar la realidad, por adolecer asimismo de graves defectos" (Prebisch, 1948 en Prebisch, 1993: 278).

100 Prebisch, 1948 en Prebisch, 1993: 275.

101 Prebisch, 1948 en Prebisch, 1993: 276.

102 Prebisch, 1948 en Prebisch, 1993: 277.

103 Prebisch, 1948 en Prebisch, 1993: 281.

104 Ibid.

105 Prebisch, 1948 en Prebisch, 1993: 282.

106 Ibid.

107 Ibid.

108 Prebisch, 1948 en Prebisch, 1993: 296.

109 Prebisch, 1948 en Prebisch, 1993: 297.

110 Prebisch, 1948 en Prebisch, 1993: 298.

111 Ibid.

112 Ibid.

113 Prebisch, 1948 en Prebisch, 1993: 305.

114 Prebisch, 1948 en Prebisch, 1993: 303.

115 Prebisch, 1948 en Prebisch, 1993: 311; "ingresos que los empresarios en las distintas etapas del proceso van pagando a los factores productivos que emplean sus empresas" (Prebisch, 1949b: 6 y Prebisch, 1993: 417).

116 Prebisch, 1948 en Prebisch, 1993: 326. Gottfried von Haberler dice: "the process of monetary expansion by way of reciprocal stimulation of consumption and investment —the so called Wicksellian process" (Haberler, 1937: 306). Una buena síntesis de las ideas de Wicksell pueden verse en Pribram, 1983: 323: "Wicksell's dictum that any theory of money worthy of the name must be able to show how and why monetary or pecuniary demand for goods exceeds of falls short of the supply of goods in given conditions. The consideration implied a repudiation of Say's law of markets, since the validity of that 'law' was predicated on the assumption that demand for and supply of money were equal [... ] Wicksell questioned the traditional relationship which had been established between the volume of money and the volume of exchange transactions as a means of defining the price level. In support of these doubts he pointed to the observation that the loan rate of interest had been low during periods of low prices —periods of limited supply capital supply —and had been high when the supply of capital was obviously abundant and prices were rising [...] Wicksell attack[ed] [...] the almost generally accepted 'banking principle', according to which the supply of money was automatically adjusted to the requirement of the economy when the prevailing rules of short-term lending were strictly observed".

117 Prebisch, 1948 en Prebisch, 1993: 327.

118 Prebisch, 1948 en Prebisch, 1993: 328.

119 Prebisch, 1948 en Prebisch, 1993: 330.

120 Prebisch, 1948 en Prebisch, 1993: 329.

121 Ibid.

122 Ibid.

123 Prebisch, 1948 en Prebisch, 1993: 332; "en otros términos, la parte de incremento de dinero que queda en el espacio económico es superior en la creciente cíclica al monto del incremento de la producción que se va derivando gradualmente de las nuevas inversiones"; cursivas mías.

124 Ibid.

125 Ibid.

126 Prebisch, 1948 en Prebisch, 1993: 333.

127 Prebisch, 1948 en Prebisch, 1993: 335.

128 Prebisch, 1948 en Prebisch, 1993: 336.

129 "[P]ero hay una diferencia fundamental entre el valor de los productos en proceso que se crean en cada etapa y los ingresos respectivos. El valor que se crea en cualquiera de las etapas no es el valor de un producto inmediatamente consumible [... ] Por lo tanto, se trata de una serie de valores que se van agregando, pero que no son inmediatamente consumibles sino cuando termine el proceso productivo [... ] En esta diferencia fundamental, entre el carácter del valor creado, que no es consumible inmediatamente sino a la terminación del proceso, y el del ingreso pagado, que puede transformarse inmediatamente en demanda, en esta diferencia entre los dos fenómenos [producción por un lado y circulación por el otro], está el germen del movimiento ondulatorio" (Prebisch, 1949b: 7 y Prebisch, 1993: 417-418).

130 Prebisch, 1948 en Prebisch, 1993: 338.

131 "Si los beneficios fueran reversibles o sólo surgiesen en la venta final, hasta se concibe que bajen las inversiones sin traer trastornos, pues bajarían los precios y los beneficios al reabsorberse los incrementos de dinero que antes habían hecho subir a unos y otros" (Prebisch, 1948 en Prebisch, 1993: 339).

132 Prebisch, 1948 en Prebisch, 1993: 355, cursivas mías.

133 Ibid.

134 Ibid.

135 Ibid.

136 Prebisch, 1948 en Prebisch, 1993: 357.

137 Ibid.

138 Prebisch, 1948 en Prebisch, 1993: 357-358, cursivas mías.

139 Prebisch, 1948 en Prebisch, 1993: 359.

140 Prebisch, 1948 en Prebisch, 1993: 283.

141 Prebisch, 1948 en Prebisch, 1993: 360.

142 Ibid.

143 Ibid.

144 Prebisch, 1948 en Prebisch, 1993: 361.

145 Ibid.

146 Ibid.

147 Prebisch, 1948 en Prebisch, 1993: 367.

148 Ibid.

149 Prebisch, 1948 en Prebisch, 1993: 368.

150 Ibid.

151 Prebisch, 1948 en Prebisch, 1993: 369. Para una presentación del caso planteado por Prebisch con un vocabulario moderno véase Cypher y Dietz, 1998.

152 Prebisch, 1948 en Prebisch, 1993: 368.

153 Prebisch, 1948 en Prebisch, 1993: 373.

154 Prebisch, 1948 en Prebisch, 1991c y 1993.

155 1 949b.

156 "Consideraremos que la etapa de producción primaria se realiza en la periferia y las otras etapas de elaboración y expendio, en el centro cíclico. No es ésta la única característica de los centros cíclicos, hay otras [...] Quiero decir que un centro cíclico y una periferia pueden estar contenidos en un mismo país, como en los Estados Unidos que tienen una gran periferia, contrariamente a lo que ocurría en el centro cíclico británico que tenía como periferia la economía mundial" (Prebisch, 1949b: 34-35 y Prebisch, 1993: 449).

157 Prebisch, 1949b: 3 y Prebisch, 1993: 413.

158 Prebisch, 1949b: 3 y Prebisch, 1993: 416.

159 Prebisch, 1949b: 3 y Prebisch, 1993: 418.

160 Filippo, 1981: 54.

161 Prebisch, 1949b: 3 y Prebisch, 1993: 419.

162 Prebisch, 1949b: 9 y Prebisch, 1993: 419. Las curvas son de la forma senoide, con ciertos desfases (indicando los distintos tiempos en que inician su trayectoria) y amplitudes dispares entre sí.

163 Es obvio que Prebisch reniega del vocabulario matemático, o sea, puntos "máximos", de "inflexión", "segunda derivada", etcétera.

164 Prebisch, 1949b: 40 y Prebisch, 1993: 456.

165 Prebisch, 1949b: 3 y Prebisch, 1993: 420.

166 Prebisch, 1949b: 3 y Prebisch, 1993: 421.

167 "[T]ranscurre un tiempo entre el pago de ingresos por los empresarios (pagos a los factores productivos y pagos de beneficios entre ellos mismos) y el retorno de esos ingresos a los empresarios en demanda de las mercancías que ellos producen. Este tiempo de retorno varía según se trate del centro cíclico o de la periferia y de los distintos procesos de circulación" (Prebisch, 1949b: 12 y Prebisch, 1993: 425).

168 Prebisch, 1949b: 11 y Prebisch, 1993: 422.

169 Prebisch, 1949b: 13 y Prebisch, 1993: 425.

170 Prebisch, 1949b: 20 y Prebisch, 1993: 432.

171 Prebisch, 1949b: 23 y Prebisch, 1993: 434.

172 Prebisch, 1949b: 21 y Prebisch, 1993: 433.

173 Ibid.

174 Prebisch, 1949b: 27 y Prebisch, 1993: 440. Recordemos que son conferencias no revisadas por el autor. A renglón seguido dice: "Es obvio, por otra parte, que si este incremento de la demanda no variara, si permaneciera fijo, y por una razón cualquiera el tiempo que tarda el empresario primario resultara ahora inferior al de los empresarios del centro, disminuiría la cuantía [del] beneficio en la periferia y permanecería igual en el centro: el beneficio unitario total sería pues menor que en el caso precedente".

175 Prebisch, 1949b: 34 y Prebisch, 1993: 449.

176 Prebisch, 1949b: 44 y Prebisch, 1993: 461.

177 Prebisch, 1949b: 46 y Prebisch, 1993: 463.

178 Prebisch, 1949b: 45 y Prebisch, 1993: 462

179 Ibid.

180 Prebisch, 1949b: 48 y Prebisch, 1993: 466.

181 "Mientras la insuficiencia periférica no coincida con el exceso céntrico ¿qué ocurre? Que hay un exceso neto de demanda sobre [la] oferta en el centro cíclico, que tiene como consecuencia la disminución de las existencias de los empresarios finales, lo cual causa un aumento de demanda entre empresarios con el fin de aumentar la producción, que trae como consecuencia el aumento de beneficios el cual, en la hipótesis que estamos considerando, va en una mayor parte a parar a la periferia. Es decir, mientras no se llegue al punto de conjunción habrá una continua disminución de existencias, un continuo ascenso de la demanda de los empresarios, un continuo crecimiento de beneficios y un desplazamiento de beneficios hacia al periferia. Los beneficios se siguen desplazando de más en más a la periferia, hasta que su cuantía haya creado una insuficiencia igual al exceso. Ése es el juego espontáneo del sistema" (Prebisch, 1949b: 44 y Prebisch, 1993: 460-461).

182 "Obsérvese también que así como en el centro cíclico hay un exceso de demanda sobre [la] oferta de origen céntrico, también hay una insuficiencia de demanda o retorno con respecto la producción de origen periférico. Durante el ascenso hay un exceso de demanda de origen céntrico y una insuficiencia de demanda de origen periférico, porque los ingresos pagados en el centro tardan un tiempo menor en retornar a los empresarios que el tiempo que la producción tarda en afluir. Por eso hay un exceso de demanda de origen céntrico. ¿Por qué hay una insuficiencia de demanda de origen periférico? Porque los ingresos pagados en la periferia tardan mucho más tiempo en retornar al centro que el que tarda la producción en proceso comprada por los empresarios en afluir en forma terminada al centro cíclico" (Prebisch, 1949b: 43 y Prebisch, 1993: 459).

183 "[C]uanto menor es el coeficiente de salida de la masa circulatoria, tanto mayor deberá ser la magnitud de ingresos que se retienen a fin de provocar el incremento regular que conduzca a posiciones de equilibrio dinámico y tanto más lejos estará el punto a partir del cual se alcancen esas posiciones de equilibrio dinámico" (Prebisch, 1949b: 47 y Prebisch, 1993: 464).

184 "[Y]o sostengo que cuando hay dos coeficientes de salida distintos, es totalmente imposible llegar al equilibrio" (Prebisch, 1949b: 49 y Prebisch, 1993: 466).

185 Prebisch, 1949b: 66 y Prebisch, 1993: 488.

186 Ibid.

187 1981.

188 1981.

189 Hodgson, 2001; Furtado, 1983; Mallorquín, 2001.

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