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Educación química

versión impresa ISSN 0187-893X

Educ. quím vol.32 no.1 Ciudad de México ene. 2021  Epub 13-Ago-2021

https://doi.org/10.22201/fq.18708404e.2021.1.78009 

Editorial

Editorial

Aurora Ramos Mejía


En agosto de 1989, Andoni Garritz concretó un sueño, fundó Educación Química, que como todos sabemos, es «la mejor revista del Universo». En sus propias palabras, tomadas de su primer editorial: “Una revista mexicana de educación química debe aspirar a llenar el enorme vacío de comunicación y expresión que existe entre los profesores, los estudiantes y los profesionales de la química preocupados por la educación; asimismo, debe propiciar un foro de discusión, orientación y análisis para el mejoramiento del proceso de enseñanza-aprendizaje de la química”. Cuando Andoni nos faltó en 2015, le sustituyó José Antonio Chamizo, su amigo y compañero de viaje en estas andanzas quijotescas de la educación química. La revista trascendió a los fundadores y consiguió renombre internacional, evolucionó del papel al formato electrónico, y finalmente, se transformó en una revista de libre acceso. Tengo en mis manos, como editora en jefe, un compromiso ineludible. Me considero afortunada y si, muy privilegiada. Por eso mi empeño estará enfocado a trabajar por un foro de discusión, orientación y análisis de la educación química, libre, inclusivo, relevante y basado en la investigación. Agradezco a Ana Martínez, que me pasa las riendas de una revista fuerte y cada vez más pertinente en un mundo de incertidumbre. Entre tantos asuntos obligados, tenemos que abordar, por ejemplo, la discusión de los procesos de enseñanza aprendizaje en tiempos de cambio a partir de la incorporación de las TIC a nuestros modos de vida, que ya se venía gestando desde principios de siglo, pero que a partir de la pandemia ha sido inevitable. Ana se despide de este proyecto con el volumen de «Experiencia sobre la enseñanza remota», que es un testimonio de consulta fundamental desde el punto de vista histórico y práctico de lo que el 2020 representó para la humanidad, y en particular, para la educación química en Iberoamérica. Ana también enfrentó la renovación del cuerpo editorial, pues ya son poco más de 30 años desde el inicio de la revista, y ahora contamos con muchas figuras nuevas que fortalecen nuestro trabajo.

Hay dos actores fundamentales sin los cuales una revista no podría ser: los autores y los lectores. Educación Química tiene contribuciones, que siguen llegando y aumentan cada día, de Iberoamérica y otras regiones del mundo. Se publica principalmente en español, pero también en portugués y en inglés. Es leída en todo el mundo, está indexada en el Chemical Abstracts, en Scopus de Elsevier y en Latindex; pueden encontrarla a través de motores de búsqueda como Google Académico, ERIC y Redalyc, por ejemplo, y estamos trabajando para que tenga mayor difusión en esta era digital; pronto nos verán también en algunas redes sociales.

Nos interesa que los trabajos aquí publicados sean leídos porque tienen un impacto en las prácticas cotidianas del aula. Que las y los docentes consideren que ésta es una fuente útil, rica y actual de ideas y propuestas que abordan preguntas importantes y necesidades reales.

En este número tenemos trece ejemplos que mostrar. En primer lugar, queremos honrar la memoria de uno de nuestros científicos más reconocidos mundialmente, Mario Molina. Por la pluma de Jorge Vázquez, conoceremos a este premiado con el Nobel de Química en 1995, a través de contarnos su paso por la Facultad de Química de la UNAM en el periodo del 2011 al 2019. Este es el preámbulo de varios trabajos que tienen que ver con aspectos historiográficos de la Química y sus implicaciones en la enseñanza. En ese sentido, continuamos el viaje con la crónica que hace Jaime Wisniak del trabajo de Frédéric Alphonse Musculus; para seguir con una recopilación histórica de 100 años de la Química Macromolecular, que presentan Salgado-Chavarría y Palacios-Alquisira. Luego, Luis Moreno nos sumerge en la terminología química y la contribución de Modesto Bargalló, en el cual indaga en el papel activo de la enseñanza en los debates sobre la nomenclatura y definición de los conceptos químicos y en sus implicaciones epistemológicas. Concluimos este viaje de hechos y reflexiones con una propuesta didáctica, de Dulce López y Carles Furió, que revisa la evolución histórica del concepto de elemento químico, para resolver en el estadio actual del concepto y su implicación en la enseñanza.

En la sección de Didáctica de la Química, encontrarán propuestas que vienen de lugares tan diversos como México, Argentina, Cuba, Brasil, Portugal y Costa Rica. La sección de Comunicación nos enriquece con ideas que van del equilibrio químico a la microbiota intestinal. Y en la parte de Investigación Educativa, Lorena Atarés, Juan Antonio Llorens, y Juan Antonio Marín nos presentan, desde España, un estudio de la evaluación por pares en Educación Superior.

Recibimos el año 2021 con retos y metas muy estimulantes. La pandemia obligó a la comunidad científica a trabajar a marchas forzadas para encontrar una vacuna, a compartir sin restricción alguna los trabajos y hallazgos importantes acerca del SARS-CoV-2, a colaborar. Por otro lado, las escuelas en todo el mundo han visto trastocadas muchas de sus premisas, y se enfrentaron a un panorama educativo muy complicado. El futuro nos ha alcanzado, y en él nos encontramos con que, para formar a ciudadanos alfabetizados científicamente y capaces de enfrentar adecuadamente problemáticas complejas, que, para formar a los científicos capaces de resolver problemáticas complejas, ahora sabemos que debemos prepararnos mejor. No será de extrañar que veamos mayor interés y reflexión alrededor de las investigaciones educativas en química, así como en la forma de sacar provecho de esas investigaciones para mejorar los procesos de enseñanza-aprendizaje. Por eso, quiero pedirles que nos envíen artículos acerca de uno de los temas que más nos han preocupado durante todo este periodo de confinamiento: el trabajo experimental. El lapso en que nos hemos tenido que adecuar a la educación remota ha sido ya lo suficientemente largo como para echar de menos los laboratorios escolares presenciales. ¿Cómo lo han resuelto? ¿Qué preguntas de investigación han explorado? Si tenemos suficiente material, que estoy segura de que así será, podremos sacar un número especial, que resultará de vital relevancia para los tiempos que corren.

Estoy muy emocionada porque me han permitido participar en este proyecto tan importante que es Educación Química, espero estar a la altura de sus expectativas.

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