Es posible apreciar un desarrollo de la investigación en el terreno de la medicina crítica del país en los últimos años. La falta de interés en la investigación clínica de antaño ha dado paso a una nueva actitud gracias a que múltiples grupos nacionales dedican mayor atención al particular. Si en cierta época la problemática era no contar con suficiente investigación, la situación actual es otra, afortunadamente.

Sin embargo, estos nuevos tiempos traen diferentes retos, distintas circunstancias y contradicciones.

Un problema en la actualidad es la indefinición de líneas de investigación, consideradas como aquellas zonas de confort intelectual que terminan siendo la razón de ser del investigador, esto es, un espacio estructurado de problemas, huecos en el conocimiento médico u objetos de investigación relevantes dentro del campo de la medicina crítica; se ha dicho que si un grupo o investigador no cuenta con líneas de investigación, difícilmente es un ente investigador.

Si se carece de una línea de investigación, nunca se podrá acceder a convertirse en experto y difícilmente llegará a ser considerado un referente nacional o internacional en algún tópico específico y es que la única forma de aportar significativamente al conocimiento y a la ciencia es cuando nos convertimos en expertos en determinado tema; evidentemente esta temática en la que desarrollamos todos nuestros trabajos constituye nuestra línea de investigación. Los distintos grupos de intensivos de nuestro medio deberán hacer un esfuerzo en definir de mejor forma y con el tiempo sus líneas de investigación.

Otro inconveniente frecuente es llanamente la insuficiente organización, quizá porque no se practica la investigación clínica de manera cotidiana o al menos frecuente, sino sólo en los periodos cercanos a los distintos congresos en los que se desea participar. Por otra parte, como todos sabemos, el tiempo de los clínicos es limitado y sólo una mínima porción de él se dedica a la investigación, en ocasiones se inicia incluso en ausencia de un protocolo escrito, sin desarrollar plenamente la mejor pregunta de investigación, con una metodología deficiente que conduce, entre otras insuficiencias, a la inclusión de tamaños muestrales no significativos que impiden resultados robustos, independientemente de que se trate de aplicar algún estadístico elaborado. El consentimiento informado suele suponerse como algo menor por tratarse de pacientes críticos y el tratamiento ético con frecuencia no se profundiza. De hecho es elevado el número de trabajos de investigación que buscan ser publicados sin verse acompañados de la aprobación de sus respectivos Comités Institucionales de Ética y de Investigación y sin ningún tipo de registro o seguimiento durante su proceso. Se ostentan largas hileras de coautores, sin discernimiento de quién hizo qué y exactamente quién es responsable de qué cosa.

Hay que subrayar que la investigación clínica no tiene como meta la presentación de trabajos en congresos, sino la divulgación del nuevo conocimiento científico comunicado a través de publicaciones especializadas que produzcan cambios y un avance en el conocimiento en beneficio de la comunidad.

Es necesario promover de manera óptima la investigación multicéntrica e interdisciplinaria y sentarnos a la mesa con nuestros pares en cada servicio para analizar, razonar y planear colegiadamente la investigación por realizar en los siguientes años. El talento existe pero requiere mayor orden.