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Frontera norte

versão On-line ISSN 2594-0260versão impressa ISSN 0187-7372

Frontera norte vol.31  México  2019  Epub 05-Fev-2020

https://doi.org/10.33679/rfn.v1i1.2066 

Artículos

Periodismo transfronterizo: Trayectorias y procesos de identificación laboral en Tijuana, México, y San Diego, Estados Unidos

Sofía Beatriz Ángeles Díaz 1  
http://orcid.org/0000-0002-0710-2152

Marlene Celia Solís Pérez 2  
http://orcid.org/0000-0003-1796-3025

1Investigadora independiente, México, sofia.angelesdiaz@gmail.com

2El Colegio de la Frontera Norte, México, msolis@colef.mx


Resumen

El objetivo de este artículo es analizar la biografía laboral de un grupo de periodistas que ejerce en el campo profesional transfronterizo de la región de Tijuana, México, y San Diego, Estados Unidos. La propuesta explica la influencia de este campo particular en la configuración de las identidades profesionales de diez periodistas que fueron entrevistados durante la segunda mitad de 2015. Utilizando el análisis de trayectorias laborales y las formas de identificación, se encontró que la multiactividad y la modalidad de trabajo independiente son al mismo tiempo tanto estrategias del periodista transfronterizo para mantenerse en el campo, como formas de ruptura con la profesión. Se trata de un estudio exploratorio que aporta nuevas interrogantes para el análisis de las profesiones y del periodismo en contextos complejos, como los que se presentan en la frontera norte de México.

Palabras clave: identidad laboral; campo profesional; periodistas; transfronterizo; Tijuana-San Diego

Abstract

The purpose of this article was to analyze the work-related biography of a group of journalists working across the border between Tijuana, Mexico, and San Diego, United States. The discussion focuses on the influence of the nature of journalism on the configuration of the professional identities of ten journalists interviewed during the second half of 2015. Based on an analysis of work-related trajectories and forms of identification, we found that multiple activities and independent work are two strategies used by cross-border journalists to stay active in the field, but also as areas of rupture with the profession. This exploratory study brings new questions to the analysis of professions, and particularly journalism, in complex contexts such as the Mexico-U.S. border.

Keywords: work identity; professional field; journalists; cross-border; Tijuana-San Diego

INTRODUCCIÓN

Este artículo tiene por objetivo presentar un análisis interpretativo de la vida económica de un grupo de periodistas que desempeñan su actividad en un espacio laboral y territorial transfronterizo. Una de las principales prácticas que constituyen lo transfronterizo en la cotidianidad de las ciudades de Tijuana, Baja California, México, y San Diego, California, Estados Unidos, es el cruce de la frontera con fines laborales. En el caso del periodismo, podemos observar la conformación de un campo profesional que puede describirse como transfronterizo, el cual complejiza la configuración de las identidades laborales del periodista a lo largo de su trayectoria.

Quienes ejercen el periodismo en medios impresos de Tijuana y de San Diego se ven influenciados por la existencia de este campo profesional transfronterizo. A partir de sus experiencias de vida en el trabajo, estos periodistas desarrollan estrategias identitarias con el propósito de enfrentar y comprender las diferencias sociales y culturales presentes en la vida diaria y laboral de la ciudad vecina. Además, su experiencia les posibilita tener una visión más compleja de los hechos y de las problemáticas locales para la cobertura y tratamiento de la información, así como adquirir conocimientos prácticos y ventajas que derivan en mejores posibilidades para su desarrollo profesional y económico.

El problema sociocultural que dio lugar a la investigación cuyos resultados se exponen en este artículo, es el conjunto de tensiones que viven las y los periodistas en su ejercicio profesional debido a la constante necesidad de replantear sus sentidos de pertenencia tanto al territorio como al campo profesional que los contiene ( Ángeles, 2016 ).

A partir de las narrativas del grupo de periodistas entrevistados en la investigación referida, se identifican tanto las principales distinciones que existen en las experiencias, condiciones laborales y las relaciones que establecen con las distintas dimensiones del campo profesional, así como los recursos y estrategias que desarrollan y de los que se valen para ejercer y enfrentar las dificultades inscritas en su particular campo profesional.

El análisis parte de los estudios culturales, recuperando los planteamientos teóricos sobre el campo profesional de Bourdieu (1990) , así como elaborando su especificidad por la condición transfronteriza de este espacio sociocultural. Al mismo tiempo, consideramos los desarrollos teóricos de la sociología de las profesiones a fin de comprender cómo se construye la identidad profesional, los procesos de precarización laboral y las trayectorias laborales como herramientas teóricas y metodológicas para comprender la vida económica de las y los periodistas de la región.

Esta propuesta pretende una aproximación local de la práctica periodística a partir de una comparación entre las perspectivas y el deber de la actividad periodística de una ciudad del sur de California, San Diego, y de una ciudad situada al norte de México, Tijuana, con visiones que influyen de modo importante en la gestión de la cobertura y tratamiento de la información en ambos lados de la frontera.

Los sujetos de estudio son diez periodistas, siete mujeres y tres hombres de entre 27 y 61 años de edad, con estudios de nivel universitario y hasta maestría, que colaboraron o colaboran como reporteros asalariados o independientes para medios de periodismo escrito de San Diego y Los Ángeles, en Estados Unidos, y de Tijuana, en México, y que son corresponsales de agencias a nivel nacional e internacional.

Los casos de estudio fueron identificados mediante el recurso “bola de nieve”, es decir, a través de informantes clave que nos llevaron a otros casos, considerando como criterios de selección: trabajar o haber colaborado como reportero en medios de comunicación escrita en las ciudades de Tijuana y San Diego,3 y contar con experiencia en la cobertura de los temas de gestión de la frontera y migración. Estos criterios fueron definidos a partir del interés de investigación y el marco teórico de referencia, ya que partimos de definir el concepto de campo profesional transfronterizo.

La frontera México-Estados Unidos no sólo funciona como escenario o referente espacial, sino que también funciona como contexto sociopolítico, ya que se enlaza con uno de los momentos críticos en la conformación del campo profesional periodístico de la región, como por ejemplo el cierre de las fronteras de Estados Unidos con México realizado a raíz de los atentados del 11 de septiembre del 2001 al World Trade Center en Nueva York. Para nuestros informantes la frontera, además de una vivencia, es su objeto de trabajo, ya que como señalamos en los criterios de selección, se trata de un grupo de periodistas que se dedican a temas fronterizos tales como: migración, gestiones de gobierno de interés binacional (gestión de la frontera, gestión del agua, medio ambiente, turismo, y sobre todo, seguridad local y nacional), negocios (como el intercambio comercial de bienes y servicios, aduanas, colaboración de cámaras de empresarios, trabajo de commuters),4 además de educación.

Este trabajo de investigación tiene un enfoque exploratorio. Si bien la selección no es estadísticamente representativa y no pretende una generalización, permite realizar aportaciones a un tema que podrá ser indagado a profundidad a partir de la propuesta de trayectorias e identidades profesionales que pueden ser comparadas con otras profesiones, otros contextos y campos productivos con el mismo nivel de compromiso y de vocación.

En concordancia con la propuesta metodológica basada en el análisis biográfico de las trayectorias laborales, se realizaron entrevistas semiestructuradas en profundidad. El trabajo de campo se realizó en distintos espacios de las ciudades de Tijuana y de San Diego durante la segunda mitad del año 2015.

Entender la profesión periodística desde las voces y experiencias de quienes la ejercen contribuye en un sentido empírico porque posibilita conocer las condiciones laborales que enfrentan los periodistas, los conflictos y las necesidades que persisten en la práctica a nivel regional y binacional, pero también porque se rescatan todos aquellos recursos vocacionales y estrategias prácticas a los que los profesionales recurren para enfrentar, ejercer, e incluso, impulsar su carrera a través de la frontera.

El artículo se encuentra estructurado en dos grandes apartados; el primero plantea los elementos que caracterizan el campo profesional del periodismo transfronterizo y el análisis de las trayectorias del grupo de periodistas entrevistados; el segundo, se centra en el análisis de los significados del trabajo y las formas de identificación de las y los periodistas referidos. Finalmente, en las conclusiones se sintetizan los principales hallazgos y las interrogantes que se fueron definiendo en el camino de la investigación.

EL CAMPO PROFESIONAL TRANSFRONTERIZO Y LAS TRAYECTORIAS LABORALES

Un primer punto de partida de esta investigación es el concepto de campos de Bourdieu (1990) –inscrito en la perspectiva constructivo estructuralista–, quien los concibe como espacios estructurados de posiciones, cuyas propiedades dependen de su posición en dichos puestos y que pueden analizarse de forma independiente de las características de sus ocupantes ( Bourdieu, 1990 ).

De la noción de espacio social, aunado a los efectos de la movilidad y de la interdependencia fronteriza, surge la propuesta conceptual de analizar un campo profesional transfronterizo considerándolo como un factor de influencia para las condiciones, relaciones y tareas de la práctica periodística. La frontera es así un espacio de interacción y de negociación simbólica que no solamente interpela a quienes intentan cruzarla para acceder a mejores oportunidades de vida y de empleo, sino que también interpela a aquellos que han de confrontarla de manera más cotidiana e itinerante al realizar actividades de uno y de otro lado, ya sean laborales, comerciales, turísticas y/o familiares.

En esta frontera se da un intenso proceso de movilidad de personas y mercancías y por ende, se llevan a cabo interacciones e intercambios que motivan la fluidez de la movilidad a través de las fronteras y de la experiencia del cruce en los distintos puertos de entrada (o border checkpoints), que ya Heyman (2001) y el propio Kearney (2008) discutieron en su momento, señalando su función de clasificación, filtro y control de la movilidad.

Nos interesa pensar lo transfronterizo como un territorio-red, que se caracteriza por su inestabilidad, su virtualidad y su fluidez ( Solís, 2018 ). Este territorio, que se configura con el cruce de la frontera en forma pendular, en el caso de la frontera entre México y Estados Unidos se reproduce en buena medida por las miles personas que cruzan cotidianamente la frontera para trabajar.

Por tanto, la particularidad de un campo profesional como el que conforma el gremio periodístico en San Diego y en Tijuana reside en su capacidad de permitir el intercambio y la negociación de pertenencias, ya que una característica del territorio transfronterizo es la complejidad debida a los ajustes identitarios que se implican en la vivencia de esta zona de negación y negociación de las políticas de identidad de los Estados nación.

La frontera, además de gestionar relaciones político-económicas y de controlar el flujo de personas y bienes entre los dos países a través de muros y de puertos de acceso, permite la conformación de fronteras culturales y simbólicas, percibidas y significadas por los ciudadanos de ambos lados de la frontera.

Un segundo eje central del marco teórico se deriva de la teoría de identidades y la sociología del trabajo; desde esa literatura, recuperamos la propuesta teórica de las identidades laborales de Dubar (2005) , para quien las identidades laborales son construcciones sociales compartidas por quienes tienen trayectorias subjetivas y definiciones de actores homologables, y que se expresan de modo particular en el campo profesional. Este concepto remite a los significados de la experiencia vivida en el trabajo, tanto en una dimensión biográfica como en la dimensión relacional.

Lo anterior, aunado a la perspectiva de las identidades complejas en función de factores como el género, la nacionalidad y la edad, permite contar con una amplitud de esquemas para comprender cómo los periodistas de medios de comunicación impresa en Tijuana y en San Diego configuran sus formas de identificación y sus estrategias identitarias particulares.

El propio campo profesional transfronterizo de Tijuana y San Diego funge como uno de los principales factores de complejidad para la configuración de las identidades laborales de las y los periodistas. Lo anterior se debe a que las profesiones son campos en los que el Estado nación participa definiendo normas, regulaciones y espacios de acción para quienes ejercen determinada profesión.

La existencia de distintas empresas de medios de comunicación en la región –desde medios tradicionales como la prensa escrita, la televisión y la radio, además de las nuevas propuestas multimedia– da espacio a temáticas compartidas por las dos ciudades, llegando incluso a generar información especializada para el mercado hispano de San Diego y del resto de California, o para atraer inversión internacional a Tijuana y a Baja California.

En cuanto a las condiciones laborales de la práctica periodística en la región, existen variaciones considerables entre las prestaciones y las modalidades de empleo. Estas variaciones no solamente dependen de las diferencias de ingreso que se ofrecen en uno y otro lado de la frontera, sino también de las formas de empleo, siendo un mercado de trabajo heterogéneo, ya que se compone de periodistas asalariados y por cuenta propia.

La modalidad de trabajo del periodista independiente se distingue de la del periodista de escritorio o asalariado –pese a que evidentemente ambos reciben salario– porque el segundo suele percibir un sueldo fijo y contar con beneficios o prestaciones laborales como seguridad social, fondo de retiro, pago proporcional del aguinaldo y pago de vacaciones, entre otros. El freelance (trabajador por cuenta propia) generalmente firma un contrato que al mismo tiempo que exime a la empresa de otorgarle los beneficios correspondientes y del pago de impuestos, le permite al reportero colaborar para distintas empresas al mismo tiempo, y no tener una cuota de trabajo, ya que le pagan contra entrega.

De acuerdo a los datos proporcionados por las y los periodistas de la muestra intencionada, el pago más alto para quienes se desempeñan como periodistas con empleos fijos en medios de comunicación tradicionales de San Diego y de Los Ángeles es de hasta 4 300 dólares al mes, es decir, 430 salarios mínimos en Estados Unidos –por hora laborada–. Mientras que para los periodistas que trabajan para medios de Tijuana, el salario estriba entre 14 000 y hasta 30 000 pesos mensuales; es decir, que puede alcanzar el equivalente a poco más de 410 salarios mínimos en México.5 Por su parte, los y las periodistas independientes que colaboran para medios de comunicación de Tijuana en San Diego, en medios de San Diego y en agencias en otras ciudades de Estados Unidos, el ingreso más alto –derivado de diversos empleos– fue de hasta 2 000 dólares al mes.

Las cantidades no pueden ser comparadas de manera sencilla para establecer una conclusión sobre un mayor o menor beneficio debido a que los y las profesionales del campo periodístico cuentan con distintos cargos, tipos de empleo, contrato y años laborados. Además, el nivel de vida en uno y otro lado de la frontera –reflejado en la cifra de cada salario mínimo– es sumamente distinto. Sin embargo, estos ejemplos nos informan de la asimetría existente en esta frontera, en este caso expresada en las importantes diferencias salariales existentes.

Trayectorias laborales de las y los periodistas en Tijuana y San Diego

El concepto de trayectorias laborales se retoma en su dimensión técnica, es decir, como secuencias de posiciones laborales que va ocupando una persona a lo largo de su vida (Pries, 1999 en Frassa, 2007 ), y en su dimensión conceptual, como espacios de toma de decisiones; es decir:

[…] el resultado de la relativa dureza de las estructuras de segmentación del mercado de trabajo junto con un proceso de interpretación y evaluación por parte de los individuos de su situación y aprovechamiento de sus posibilidades para delinear estrategias futuras más o menos deseables (Davolos, 2001 en Frassa, 2007, p. 7 ).

Por lo que las estrategias son consideradas evaluaciones de posibilidades y expectativas, además de decisiones que toman los trabajadores para enfrentar las situaciones externas ( Frassa, 2007 ).

Así, las trayectorias de empleo son marcadores temporales de la intersección de acontecimientos socialmente estructurados, y las elecciones personales también son socialmente construidas. Como señala Hualde (2014) , el análisis de las trayectorias laborales permite relacionar las biografías individuales con otro tipo de esferas sociales como la de la familia o la educación, así como con elementos contextuales asociados a la ciudad, la región, la nación y lo global, haciendo posible reinsertarse en el análisis tanto de la dimensión dinámica como de la relacional ( Hualde, 2014, pp. 183-184 ).

Si bien las trayectorias laborales son un instrumento metodológico, aquí nos interesa enfatizar que se trata de la expresión de la interdependencia entre las estructuras sociales y la acción individual. Para su análisis consideramos los siguientes elementos que definen una trayectoria laboral: la inserción laboral y los cambios en la biografía laboral. Posteriormente, en una interpretación holística, pero centrada en la estabilidad laboral, construimos una tipología.

Inserción en el campo periodístico

Pese a la preparación académica en el rubro y/o la vocación por la escritura, en no todos los casos la inserción al campo laboral fue dentro del periodismo, incluso hay quienes dedicaron años a ocupaciones muy distintas, como ser agentes inmobiliarios, abogados o meseros. Sin embargo, cuando ingresaron a los primeros trabajos en medios de comunicación mediante pasantías, encontraron condiciones de trabajo precarias y con periodos de prueba en los que el periodista no percibía salario alguno.

A partir del análisis de las características etarias y educativas, se encontraron tres distintas generaciones de periodistas. La primera está conformada por periodistas que ingresaron al campo a finales de los años 70 y hasta inicios de los 90, que se forjaron mediante vocación y práctica, aunque también cuentan con educación universitaria. Una generación intermedia está integrada por profesionales de menos de 40 años de edad, educados en universidades públicas y privadas. Ellos obtuvieron su primer trabajo a finales de los 90 e inicios del año 2000. Estos profesionistas enfrentaron años de coberturas complicadas y de riesgo, y hoy tienen una necesidad de emprender actividades nuevas y distintas al periodismo.

Una tercera generación la conforman las reporteras más jóvenes del grupo, que ingresaron al campo hacia el año 2010;6 ellas aprendieron y practicaron el periodismo durante la universidad y estuvieron dispuestas a permanecer y comprometerse con diversos proyectos en el medio periodístico, aunque esto implicó horarios y condiciones difíciles, y el salario no les permitió independizarse del todo o contar con el nivel económico que esperaban.

La primera generación la conforman cuatro periodistas (casos 1, 2, 3 y 4) que en el momento de la entrevista laboraban para medios en Tijuana y en San Diego. El caso 1, Dianne –nacida en Egipto, pero de nacionalidad estadounidense– ingresó al campo de manera formal al finalizar una de sus primeras pasantías en The Miami Herald, en el verano de 1981, justo después de egresar de la maestría en Periodismo en la Universidad de Columbia, en Nueva York. Antes de ser periodista, Dianne trabajó como auxiliar jurídico en el Capitolio del Congreso en Washington D.C. Desde 1994 trabaja de manera fija para el diario The San Diego Union-Tribune, en San Diego, California, encargándose de los temas fronterizos.

En el caso 2, Luis nació en Tijuana e incursionó en la profesión antes de cumplir la mayoría de edad y sin contar con estudios universitarios; inició en el periódico ABC en la misma ciudad, en el año 1977. Luis decidió trabajar en el periódico sin recibir ninguna paga al inicio, porque estaba muy interesado en la escritura. Sin embargo, durante gran parte de su profesión se desempeñó como fotoperiodista y como corresponsal para medios nacionales. Obtuvo el título en Periodismo por la Universidad Autónoma de Chihuahua hacia el año 2006, casi 30 años después de empezar a ejercer su profesión. Hasta la fecha de la entrevista colaboraba para la Agencia Fronteriza de Noticias de manera independiente y recientemente había dejado su trabajo como editor en La Jornada Baja California.

Por su parte, el caso 3, Esperanza, nació en Guadalajara y estudió Letras en la Universidad de Michoacán. Ella firmó su primer contrato como cablista para el Periódico Baja California en 1991. Después se convertiría en capturista y secretaria de redacción, hasta llegar a ser reportera. Llegó a la ciudad de Tijuana con el objetivo de mejorar su situación económica; ha trabajado en medios nacionales como corresponsal. Es madre de dos hijos, separada y trabaja como editora general en La Jornada Baja California en un esquema fijo.

John, el caso 4, ingresó formalmente al campo periodístico trabajando para el Bay City News Service de San Francisco, California, en 1993. En ese momento había egresado recientemente de la maestría en Periodismo en la Universidad de Columbia, Nueva York. Anteriormente, él se desempeñaba como agente inmobiliario (donde manejaba su propia empresa) y a los 30 años de edad decidió incursionar en el periodismo en diversos medios de San Francisco. John explicó que siempre estuvo interesado en esta profesión. En el momento de la entrevista, trabajaba bajo contrato para Los Angeles Times, cubriendo temas de frontera.

Por su parte, la generación intermedia está conformada por tres periodistas (casos 5, 6 y 7) que también colaboran para medios locales e internacionales. Una de ellas es Helena, originaria de Tijuana, que estudió la licenciatura en Comunicación en la Universidad de las Américas Puebla (UDLAP), en Puebla. Una de sus principales motivaciones para ingresar a la profesión fue su padre, pero también los profesores de la universidad. Justo al terminar sus estudios, retornó a su ciudad de origen y fue contratada por Síntesis (canal de televisión local) en el año 2000. En la fecha en que se le entrevistó, Helena seguía trabajando para esa empresa como productora y reportera bajo un esquema formal.

El caso 6 es Lilith; ella estudió la licenciatura en Comunicación en la Universidad Iberoamericana (UIA) en Tijuana, porque le gustaba escribir. Pese a que al egresar ella no se visualizaba como periodista o trabajando para medios, inició vendiendo publicidad para el semanario bilingüe La Prensa de San Diego, en el año 2000. Después, por sugerencia de amigos que conocían su talento como redactora, decidió cambiar de puesto a reportera en ese mismo año. Después de haber trabajado para diarios y radiodifusoras locales, binacionales y nacionales, hasta la fecha de la entrevista trabajaba bajo el esquema independiente para agencias y productoras de documentales como National Geographic; al mismo tiempo, Lilith emprendió un negocio de salud y bienestar, ya alejada del periodismo escrito.

Por otra parte, Antonio, el de menor de edad, en 1994 empezó a colaborar los fines de semana como camarógrafo para canales de televisión en Ensenada, Baja California, ya que su padre trabajaba en la misma empresa. Al decidirse por una carrera universitaria, dudaba entre Psicología e Ingeniería, pero al conseguir su primer empleo formal, en Síntesis, en 2002, regresó a los medios y decidió ingresar a la licenciatura en Comunicación en la Universidad Autónoma de Baja California (UABC), en Tijuana. Hoy en día, pese a que asegura poder trabajar en cualquier otro oficio, sigue trabajando para cadenas de televisión en Estados Unidos bajo el esquema independiente o freelance.

La última generación o generación joven está conformada por tres mujeres periodistas (casos 8, 9 y 10) que tenían menos de 30 años de edad al momento de la entrevista. Sarah, el caso 8, de nacionalidad estadounidense, estudió Periodismo en La Universidad del Sur de California (USC), en Los Ángeles. Ella incursionó en la profesión en 2010; después de terminar su pasantía en The Wall Street Journal ingresó a trabajar formalmente con esta empresa de medios y The Dow Jones Newswire (su agencia de noticias) como corresponsal en la Ciudad de México. Su principal motivación para estudiar e incursionar en el periodismo escrito fue que quería encontrar una forma práctica para convertirse en escritora. Realizó una maestría en Escritura Creativa y Artes en el Goucher College, de Baltimore, Maryland, y al egresar comenzó a trabajar para el canal de radio pública y televisión KPBS, en San Diego, como reportera de frontera, medio en el que aún colabora bajo contrato. Hasta el momento de la entrevista, ella escribía su libro “Crux”, basado en la experiencia de su padre como migrante en Estados Unidos.

Miranda, el caso 9, nació en Tijuana y estudió su licenciatura en Comunicación en la Universidad Estatal de San Diego (UCSD), con un visado de estudiante. Ella eligió esta carrera porque desde pequeña le gustaban las revistas. Al terminar sus estudios universitarios en 2010 fue contratada como reportera por el periódico Frontera, en Tijuana. Hasta el momento de la entrevista, ella llevaba cinco años trabajando de manera formal para este medio como reportera en San Diego.

Finalmente, el caso 10 es Abril, que nació en San Diego, California, aunque vivió gran parte de su infancia y juventud en Ensenada, Baja California. Estudió la licenciatura en Comunicación en la Universidad Autónoma de Baja California (UABC), en Tijuana, y en 2009, al realizar sus prácticas profesionales para el diario San Diego, fue contratada por este medio como reportera bajo un esquema de pasantía o estancia profesional en el que no había retribución económica. Al mes de laborar obtuvo una vacante y trabajó ahí durante dos años, tratando temas para la comunidad hispana en Estados Unidos. Hasta la fecha de la entrevista era colaboradora independiente de la agencia EFE y el periódico Enlace de The San Diego Union-Tribune. A continuación se presenta el cuadro con el perfil sociodemográfico y laboral de cada uno de los casos, dividido por generaciones:

Cuadro 1. Perfil sociodemográfico y laboral según cada generación   

Caso Medio Escolaridad Edad Sexo Nacionalidad Tipo de visa Acuerdo laboral
Primera generación
1 UT San Diego Maestría 62 M Estadounidense Pase SENTRI Fijo
2 AFN Licenciatura 56 H Mexicana Visa B2 Independiente
3 La Jornada BC Licenciatura 52 M Mexicana Visa Prensa y Medios Fijo
4 LA Times Maestría 53 H Estadounidense Pase SENTRI Fijo
Generación intermedia
5 Síntesis Licenciatura 39 M Mexicana Visa Prensa y Medios Fijo
6 Enlace National Geographic Maestría 36 M Mexicana Visa Prensa y Medios Pase SENTRI Independiente
7 Agencia Licenciatura 33 H Mexicano Visa Prensa y Medios Independiente
Generación joven
8 KPBS Maestría 28 M Estadounidense Pase SENTRI Fijo
9 Frontera San Diego Licenciatura 27 M Mexicana Visa Prensa y Medios Pase SENTRI Fijo
10 EFE y Enlace Licenciatura 30 M Estadounidense Pase SENTRI Independiente

Fuente: Elaboración propia a partir de las entrevistas realizadas en 2015.

En el cuadro anterior también se puede observar que solo dos casos (6 y 9) cuentan con visado de prensa y medios para cruzar la frontera y de SENTRI (permiso para transitar por una garita especial que implica menos tiempo de espera), mientras que otros casos solo cuentan con visa de prensa y medios.

El caso 2 no contaba con visa de prensa y medios para cruzar en el momento de la entrevista, ni la había tramitado en toda su trayectoria debido a que nunca lo consideró necesario. Por ejemplo, incluso al hacer coberturas de juicios o cuestiones policiacas como la “Masacre de San Ysidro” –ocurrida en julio de 1984–, el periodista dijo que solo había usado su pasaporte mexicano y que no había requerido visa.

Cambios en las trayectorias laborales

Al analizar cada una de sus decisiones y cambios laborales, se encontró que los periodistas del grupo tuvieron en promedio cinco cambios significativos durante su biografía laboral. Se consideran como cambios significativos los cambios de empleo en medios de comunicación; por las especificidades de la muestra, en general se trató de periódicos, semanarios y agencias de noticias.

Sin embargo, es necesario considerar que las sumas a las trayectorias no siempre fueron nuevos empleos que implicaran renuncias al trabajo previo, sino que a veces se trataba de trabajos realizados al mismo tiempo y de modo independiente para otras empresas de medios –incluyendo la televisión y la radio–, e incluso proyectos para apoyar donaciones a organizaciones civiles y la producción de documentales. Es decir, que se trata de una profesión con alto grado de inestabilidad y de empleabilidad que demanda capacidad para mantenerse dentro de la actividad.

Por otra parte, en tres casos los cambios en la trayectoria de los periodistas fueron más de 10, lo que refuerza la idea anterior acerca del esfuerzo individual que se requiere para contar con una carrera en el periodismo, bajo las condiciones que se presentan en este campo transfronterizo.

En el cuadro 2 se sintetizan los principales cambios en las trayectorias, el número de empleos que han tenido, que van de 5 a 13, siendo el más estable y formal el caso 1, de Estados Unidos, y el caso 9, de México. Ambas son trayectorias en los extremos de la muestra, ya que una es de la primera generación de periodistas y la otra es de la generación joven. En este cuadro también se puede observar que se van empleando a lo largo de la trayectoria tanto en trabajos por contrato como en actividades como independientes, y que se cuenta con más de un empleo simultáneo, lo que parece una constante a pesar de las especificidades de la generación, las cuales se irán discutiendo en los siguientes apartados.

Cuadro 2. Tipos de trabajo durante la trayectoria periodística  

Caso País Núm. Fuera del Trabajo Trabajo Realizó/ Total de
    empleos periodis- en en realiza años de
      mo medios medios trabajos trayectoria
        contrato indepen- simultáneos  
          diente    
1 Estados Unidos 5 0 3 0 No 37
6 México 13 4 1 8 15
7 México 8 2 1 8 22
8 Estados Unidos 5 0 2 5 6
4 Estados Unidos 4 1 3 1 No 23
9 México 2 0 2 0 No 6
2 México 9 0 5 14 38
5 México 4 1 2 5 14
3 México 11 3 5 3 25
10 Estados Unidos 5 0 3 2 7

Fuente: Elaboración propia a partir de las entrevistas realizadas en 2015

Las trayectorias laborales no solo son un conjunto de factores externos y determinantes para la experiencia de las y los profesionistas, sino que también son en gran medida el resultado de la toma de decisiones, además de la creación y aplicación de estrategias para la permanencia y supervivencia en el campo. Las estrategias para continuar dentro del campo que se identificaron en las entrevistas pueden clasificarse en tres tipos:

  1. Alternar la formación académica con otros oficios;

  2. El uso de recursos propios o familiares, tales como establecer negocios no relacionados con el periodismo, la venta de material fotográfico e historias; y

  3. A través de la multiactividad,7 entendida como la acumulación de diversos trabajos realizados de modo independiente y simultáneo en cortos periodos de tiempo.

Tipologías de las trayectorias

Después de analizar los momentos y las etapas más importantes dentro del curso de vida de las y los periodistas de esta muestra intencionada, así como los tipos de empleo que realizan y, en consecuencia, las estrategias y los recursos con los que aseguran su permanencia en la profesión periodística, se sugiere un modelo de trayectorias laborales de los periodistas que colaboran para medios tanto de Tijuana como de San Diego.

Este modelo consta de tres principales tipos de trayectorias basadas en elementos que predominan en los casos analizados, como la estabilidad o la inestabilidad laboral, el predominio de un empleo principal y la existencia de empleos secundarios debido a los bajos salarios y las condiciones de trabajo inadecuadas, además de las estrategias desplegadas para mantenerse en la profesión, las cuales se definieron como:

  1. Trayectorias con estabilidad basada en un empleo principal y un proyecto profesional: en esta categoría la mayoría de los empleos obtenidos por los periodistas fue mediante un contrato a término indefinido y, pese a que generalmente su ingreso al campo fue mediante pasantías sin paga de duración muy breve, las relaciones de trabajo subsecuentes fueron formales, hasta encontrar un punto de estabilidad en el empleo actual. Además, en este tipo de trayectorias por lo regular los periodistas no acostumbraron realizar trabajos independientes paralelos a su empleo base, en el que permanecieron durante años. Quienes han tenido esta trayectoria aseguraron haber diseñado un proyecto profesional ideal, que consideran haber cumplido al ejercer el periodismo del modo en que lo han hecho.

  2. Trayectorias con un empleo fijo y varios empleos simultáneos: el segundo tipo de trayectoria propuesto comprende todas aquellas trayectorias en las que las y los periodistas incursionaron en el campo periodístico con empleos fijos, que al momento de la entrevista contaban con un trabajo principal y con una relativa estabilidad. Sin embargo, la mayoría de ellos comenzó a buscar opciones para ejercer el periodismo de modo independiente y logró hacerse de una agenda propia de clientes a los que ofrecieron sus servicios a modo de corresponsalía, sin que esto implicara una búsqueda de otros recursos para subsistir y además, sin tener que dejar el empleo base, en el que contaban con un salario y las prestaciones necesarias para mantenerse. Para los periodistas que entran en esta categoría, la decisión de tomar empleos temporales o de modo independiente no se centraba en una insatisfacción con la empresa principal, sino que representaba oportunidad de crecimiento y de profesionalización.

  3. Trayectorias de relativa estabilidad, trabajo acumulativo e independiente: este último tipo concentra a los profesionistas que han colaborado en la mayor parte de su carrera periodística para medios de comunicación de modo independiente, que en pocas ocasiones establecieron acuerdos formales con un empleador que implicara acuerdos y horarios fijos. A lo largo de su trayectoria, estos periodistas acostumbraban tener de dos a tres empleos simultáneos, o surtían información de un mismo tema a diversos medios de comunicación a nivel nacional e internacional. Ellos preferían colaborar de modo independiente, a modo de corresponsalía o trabajos periodísticos, y por eso tendían a experimentar periodos con diversas opciones de trabajo que resultaban funcionales y suficientes, y otros en los que los proyectos terminaban por motivos externos al desempeño de las y los periodistas –como el cierre de las empresas o de sedes locales de los medios– y debían recurrir a otros trabajos. En consecuencia, se deduce que la estabilidad no caracteriza del todo a estas trayectorias. Los motivos que los llevaron a tener este ritmo de contar con trabajos acumulados y simultáneos variaron entre la necesidad de ajustar el salario que requerían para cubrir sus necesidades y por saberse fuera de la normatividad de un empleo fijo.

Pese a que no existe una relación directa entre las tres generaciones y los tipos de trayectoria –debido a que integrantes de cada grupo han experimentado trayectorias de empleo independiente y/o fija–, existe una similitud destacable en las características tanto de la primera generación y la trayectoria basadas en un empleo principal y un proyecto profesional, como de la generación intermedia y la trayectoria de empleo fijo y variados empleos simultáneos.

Con respecto a la estabilidad laboral, se registraron relativamente pocos cambios a lo largo de la trayectoria; sin embargo, el primer empleo no solía tener una duración de más de dos años, ya fuera por el ofrecimiento de nuevas oportunidades de trabajo, el cierre de la empresa o el traslado, o por la mudanza del propio periodista.

En suma, pese a las condiciones y transformaciones sufridas durante el curso de las trayectorias de trabajo, las y los periodistas entrevistados continuaron formando parte del campo periodístico de la región y emprendieron nuevos proyectos profesionales. Otros –los menos–, comenzaron a tomar un paso cada vez más firme hacia ocupaciones muy distintas al periodismo.

No todos los casos fueron ubicables de modo exacto y definitivo en cada una de las categorías o tipos de trayectoria propuestos, sino que es una interpretación de biografías laborales heterogéneas y complejas. Además, es preciso recordar que se trata de una muestra intencionada, que se centra en datos y percepciones expresadas por los propios periodistas, y no es estadísticamente representativa.

SIGNIFICAR Y VIVIR POR LA NOTICIA: IDENTIDADES LABORALES DE LOS PERIODISTAS FRONTERIZOS

Un segundo apartado de los resultados de la investigación muestra el análisis de los significados atribuidos a la profesión periodística a partir de las experiencias, relaciones y enfrentamientos en el proceso de construcción de las identidades profesionales de las y los periodistas que colaboran con medios de comunicación tanto en Tijuana como en San Diego.

Debido a que la identidad no surge de modo espontáneo, sino que es producto de las acciones emprendidas por los individuos que la diseñan ante la multiplicidad de condiciones y fenómenos sociales a los que están sometidos ( Várguez, 1999, p. 70 ), se comprende que las identidades profesionales son el resultado de la experiencia vivida en el trabajo, y que sus formas de identificación son el resultado de una doble transacción, al mismo tiempo biográfica y relacional (Dubar, 1992 en Margel, 2010 ).

Al realizar un análisis basado en la perspectiva de la socialización en el trabajo de Dubar (2001 , 2005) , en conjunción con las características del espacio social conformado por agentes, instituciones y prácticas al que alude Bourdieu (1990) , se comprende que el campo profesional transfronterizo influye en la construcción de las identidades profesionales en dos dimensiones: la biográfica y la relacional.

De acuerdo a Dubar (2001) , la dimensión biográfica como definición o construcción de sí refiere a lo que el trabajador es o desea ser, y está reflejada en las nociones más personales narradas por las y los periodistas entrevistados. Es así como se inicia con las primeras figuras que ejercieron algún tipo de influencia para la incursión de estos sujetos en la profesión, las diversas decisiones y experiencias académicas, económicas y familiares que, además de la propia vocación o ideales perseguidos, los llevaron al periodismo.

Existen detonantes personales y familiares que condujeron a las mujeres y hombres entrevistados a dedicarse y mantenerse en el periodismo. De este modo, en la investigación fue adquiriendo sentido que en la construcción de la identidad de sí (identité pour soi), esta “no se trata entonces solamente de la ‘elección de oficioo de la obtención de títulos sino de una estrategia identitaria, poniendo en juego la imagen de sí, la apreciación de sus capacidades, la realización de sus deseos” ( Dubar, 2005, p. 118 ).

En cuanto a la dimensión relacional, esta explica cómo “a partir de interacciones con actores significativos en un campo particular, se transa el reconocimiento o no reconocimiento institucional de lo que pretendidamente se pone en juego en un espacio específico” ( Margel, 2010, p. 82 ). Así, este campo en particular permite que periodistas de distintas nacionalidades sean contratados a modo de corresponsalía o trabajos por encargo, por lo que sostienen relación con editores y compañeros en uno y otro lado de la frontera, pues interactúan con fuentes y miembros de instituciones en ambas naciones al cruzar diariamente la frontera.

Lo anterior resume uno de los grandes hallazgos de la investigación, al comprobar que las y los periodistas de la región, al participar de la interdependencia entre Tijuana y San Diego por efectos de la profesión, desarrollan una identidad compleja que los hace plenamente conscientes de las diferencias entre países y entre compañeros. A pesar de que intentan aprovechar la cercanía e interés por los mismos temas, abordan los hechos desde enfoques que varían según las instrucciones del medio de comunicación que los emplea, que a su vez se guía por los intereses de la sociedad y nación a la que pertenecen.

En el proceso de construcción de su identificación con la profesión desarrollan distintos recursos identitarios y prácticos, mismos que son utilizados para enfrentar problemáticas derivadas de circunstancias muy particulares del campo profesional conformado entre Tijuana y San Diego. En el caso de este estudio destacan dos momentos: el auge de la violencia por la guerra contra el narcotráfico, y los distintos eventos relacionados con la migración y la frontera. En particular, resultaron centrales para la experiencia de las y los periodistas entrevistados las relaciones interpersonales en el trabajo –basadas en relaciones de poder y género–, así como las condiciones laborales, en especial las prestaciones y los salarios.

A partir del análisis de las experiencias de las y los periodistas entrevistados, se entiende que el manejo del idioma extranjero, la tramitación de documentos para facilitar su cruce cotidiano por la frontera –visa y pase SENTRI–, e incluso la creatividad, el conocimiento práctico, el valor ante situaciones de riesgo y la capacidad de adaptación, son parte de las estrategias identitarias que aumentan la posibilidad de que estos profesionistas permanezcan en el campo.

Formas identitarias del periodista de San Diego y Tijuana

De acuerdo a Dubar (2001) , la identidad es construida y reconstruida a lo largo de la vida, por lo que en el trabajo podemos hablar de formas de identificación, más que de una identidad fija y estable en y por el trabajo. Bajo esta consideración, decidimos retomar su modelo de las cuatro formas típicas de identidad, construida por la intersección de lo biográfico y/o relacional. La forma de identidad, al constituirse como una relación subjetiva con el trabajo, permite conocer los espacios de identificación y las temporalidades significativas en la construcción de las definiciones de sí de los trabajadores, involucrando la doble transacción biográfica y relacional. Por lo tanto, pese a que los periodistas en Tijuana o en San Diego compartan la misma situación de trabajo, es muy probable que existan distinciones importantes “de los discursos sobre el trabajo (el propio y el de los otros), las actitudes con respecto a él, así como las formas de contar su pasado profesional y anticipar su futuro” ( Dubar, 2001, p. 11 ).

Por ello, al realizar un análisis basado en los cuatro posibles procesos de construcción de identidades laborales, es necesario apuntar que dos derivan de situaciones de reconocimiento o no reconocimiento (eje relacional): la identidad de empresa y la identidad de oficio o categoría; mientras que las restantes se basan en la continuidad o en la ruptura (el eje biográfico): la identidad de red o flexible y la identidad de no-trabajo.

Para fines analíticos, nos parece útil distinguir entre narrativas de continuidad y narrativas de ruptura, ya que las primeras expresan una manera de otorgar significado al trabajo a partir de una vocación y de un sentido de sí mismo que permite construir un sentido de pertenencia profesional con mayor eficacia. Mientras que las narrativas de ruptura de inicio plantean una autodefinición endeble por la distancia entre la identificación heredada y la pretendida; esta distancia puede acrecentarse por el no reconocimiento en el trabajo, y por tanto, llevar a la ruptura y negación de la vocación ( Solís, 2009 ).

Narrativas de continuidad

En esta categoría es posible ubicar tanto la construcción de identidades de empresa como de oficio, pues ambas se caracterizan por la continuidad de la carrera y sin embargo, se distinguen por contar con un reconocimiento interno o por una falta de reconocimiento en el trabajo, respectivamente ( Dubar, 2001 ).

Es así como la identidad de empresa implica la construcción de un sentido de pertenencia a la empresa –en este caso, de medios de comunicación–, en ella el trabajador se concibe como un elemento necesario dentro del proceso productivo y se involucra de modo personal en las actividades laborales–, mientras que la identidad de oficio alude a una continuidad entre la identidad para sí y la identidad para el otro, pero que enfrenta un no- reconocimiento laboral. La ausencia de reconocimiento provoca un proceso de bloqueo o estancamiento, y pese a que se valoran los conocimientos adquiridos durante su trayectoria, los trabajadores no reciben el reconocimiento que les dé oportunidad de legitimarse ( Solís, 2009 ).

Un caso representativo de la identidad de empresa es el de Helena, quien menciona que pese a que realiza trabajos independientes para otras empresas, su compromiso es con su empleo principal, en el que se siente privilegiada:

Sí, pero a mí en Síntesis me tratan rebién, no me puedo quejar. O sea, creo que sí soy privilegiada en donde trabajo porque me dejan estar en otros medios; en otros medios no me dejarían estar [en varios medios al mismo tiempo] y aquí, sí. Y me dejan cubrir lo que yo creo importante, entonces, ¿qué necesidad? (Helena, comunicación personal, 14 de junio de 2015).

En el caso de Dianne vemos cómo se entrecruza la identificación con la empresa y la de oficio, pues se considera respetada en su trabajo en The San Diego Union-Tribune –al que dedicó 22 años de los 37 de su trayectoria hasta el momento de la entrevista–. Dianne asocia el reconocimiento sobre todo al tiempo que ha permanecido en la fuente:

“Wow, you know? It’s funny, I don’t know. I mean am I recognized? Yeah, I think I’m respected at the paper. I think like, I’m the person who does the border, you know? I’ve been there for a long time” (Dianne, comunicación personal, 30 de agosto de 2015).

Sin embargo, al ser cuestionada sobre su futuro próximo en la profesión, ella respondió que deseaba retirarse y dedicarse a dar clases porque el ritmo de trabajo no le permite desarrollar los objetivos que tiene como periodista “de la vieja escuela”: “It’s not that I don’t love, I love journalism, I still do, but I don’t love the new dabbling” (Dianne, comunicación personal, 30 de agosto de 2015).

Narrativas de ruptura

Ahora bien, en esta otra categoría de forma identitaria –que se contrapone con la anterior por construirse en la ruptura la identidad heredada y la pretendida–, se encuentran tanto la construcción de identidades de red como las identidades de no-trabajo. De acuerdo a Dubar (2001) , las primeras están caracterizadas por rupturas voluntarias de la trayectoria y por un reconocimiento externo, mientras que las últimas son definidas por las rupturas sufridas y en ellas los trabajadores corren una amenaza de exclusión debido a la falta de reconocimiento.

La identidad de red o flexible es una forma identitaria valorada y reconocida dentro de ambientes laborales flexibles, como aquellos que se tienen en las empresas maquiladoras;8 requiere tener autonomía personal y capacidad de adaptación a las distintas transformaciones en el trabajo. Las personas con este tipo de identidad colaboran a partir de redes sociales para el trabajo y son propensos a tener capacidad de innovación y movilidad ( Solís, 2009, p. 73 ).

En este último grupo se ubica Esperanza, mujer periodista que ha colaborado de fijo o mediante corresponsalías en distintos medios de comunicación a nivel regional y nacional durante gran parte de su trayectoria laboral. Durante 25 años de carrera Esperanza tuvo una gran cantidad de empleos, con lo que demostró su capacidad de adaptación a ambientes flexibles; ella tuvo gran responsabilidad personal con sus dos hijos, y se considera a sí misma como una periodista reconocida: “Siento sobre todo por el propio medio y por alguna parte de la comunidad” (Esperanza, comunicación personal, 2015).

En ese sentido, pese a la precariedad que prevalece en las condiciones de su trabajo, ella se considera a sí misma comprometida con la labor periodística: “Mira, prestaciones no tengo, están muy incipientes. Pero yo entiendo que es una empresa, ¿cómo te puedo decir? No es familiar precisamente, pero como una aventura de colegas, entonces yo me solidarizo” (Esperanza, comunicación personal, 2015).

Finalmente, con respecto a la identidad de no-trabajo, Dubar (2001) se refiere a una construcción identitaria en la ruptura, que además no cuenta con el reconocimiento del otro en el trabajo, lo que conduce tanto a un proceso de exclusión como a una identidad amenazada y replegada hacia otros ámbitos de vida. En consecuencia, el trabajador establece una relación meramente instrumental con el trabajo y además busca otros ámbitos para su desarrollo personal.

Ejemplo de este tipo de identidad es Lilith, quien desde el inicio de su carrera decidió ser periodista independiente. Sin embargo, ella sufrió diversos enfrentamientos al comenzar a trabajar en empleos fijos en medios mexicanos. Lilith tuvo enfrentamientos basados en cuestionamientos y señalamientos sexistas y posteriormente, en coberturas de alto riesgo que la condujeron a modificar su ejercicio y su identidad como periodista.

En consecuencia, al terminar un proyecto con Milenio Baja California en 2014, por decisión de la empresa, y debido a que también enfrentó cuestionamientos sobre la obtención de ese trabajo y a su papel como líder y productora de la estación de radio, la periodista experimentó quizá una de las mayores rupturas con la profesión periodística: “Hicimos muy buen trabajo. Entonces, el que aun haciendo un buen trabajo todo se pudiera ir al carajo es súper triste. Eso fue en mayo, cuando perdí el trabajo. Por primera vez en mi vida me liquidaron” (Lilith, comunicación personal, 14 de agosto de 2015).

De este modo, la periodista nuevamente enfrentó un proceso de reflexión y distanciamiento de la profesión:

Se termina eso y yo me doy cuenta de que ya no volvería a ir a lo diario. Si desde antes yo ya estaba harta de la violencia, después de esos dos años de tener que estar pendiente de la estación de radio, donde tenía a 30 personas a mi cargo, seis horas de noticias de radio, más alimentar televisión nacional, más lo impreso, más el sitio con 60 notas diarias; yo quedé exprimida, exprimida (Lilith, comunicación personal, 14 de mayo de 2015).

Otro ejemplo es Antonio, quien comenta:

Si vas hacia esa área del tema de la situación laboral de los periodistas, es terrible. En términos generales es terrible. Justo ahora que volvió el tema de la situación de los periodistas en México con el asesinato de este fotógrafo en el D.F. dijimos: “Guau, nosotros hacemos notas de todas las injusticias de las personas y les hacemos el paro, y ahora que reflexionamos de nuestra situación laboral, de nuestra situación de seguridad, ¿a quién le decimos?”(Antonio, comunicación personal, 2 de septiembre de 2015).

Al analizar y describir la experiencia de construcción identitaria en una profesión como el periodismo, se encontró que entre las cuatro posibles formas identitarias de los periodistas y los tres principales tipos de trayectorias laborales, existen similitudes que se relacionan directamente con las características que particularizan al periodista fronterizo, como la nacionalidad, la edad, el género y la modalidad de empleo.

Por ejemplo, las y los periodistas pertenecientes a la categoría de narrativas de continuidad suelen caracterizarse por trayectorias de estabilidad o empleo fijo, y en algunos casos, proyectos profesionales en los que se contempla tanto un empleo principal, como otros simultáneos. En esta categoría entran los tres grupos generacionales, en los que domina el género femenino, el trabajo con empresas en San Diego o en Los Ángeles, y casi todos los casos son estadounidenses.

Por otra parte, dentro de las narrativas de ruptura, que se caracterizan por construirse en la ruptura de la “identidad de sí” y la “identidad por los otros”, se dan las construcciones de identidades de red e identidades de no-trabajo. Aquí es importante señalar que en la identidad de no-trabajo se encuentran periodistas que han manejado trayectorias de estabilidad relativa y trabajo acumulativo e independiente; en ella coinciden también dos grupos generacionales –dejando fuera a los más jóvenes–; hay igual número de hombres y mujeres en este grupo, y son quienes han trabajado durante gran parte de su trayectoria como periodistas independientes para medios mexicanos.

Tendríamos aquí una hipótesis para comprobarse con estudios de tipo estadístico, y es que el periodismo realizado en México en contextos fronterizos requiere de un esfuerzo personal más intenso, sobre todo debido a la mayor falta generalizada de reconocimiento hacia esta profesión.

Finalmente, para las y los periodistas fronterizos en la práctica sigue siendo muy importante considerar el seguimiento más fiel a la vocación y a sus valores personales, de manera que aun con las experiencias de reconocimiento –o no–, de riesgo o de enfrentamientos que viven en el campo, su trayectoria en la profesión y el tipo de identidad que se forjarán dependerá en gran medida de sí mismos.

CONCLUSIONES

La frontera existente entre Tijuana y San Diego representa al mismo tiempo el contexto y el factor de conformación de un campo profesional caracterizado por la movilidad y el intercambio, en el que persisten condiciones de asimetría social, económica y política. Es ahí donde reside el trabajo de los periodistas, quienes además de retratar la realidad de la frontera, también la viven como ciudadanos.

Las y los periodistas de la frontera forman parte de un particular espacio de interacción y de lucha por la legitimidad y el reconocimiento de su trabajo. Este particular campo profesional transfronterizo se conforma por instituciones que fungen como fuentes, y por distintas empresas de medios de comunicación en sus diferentes formatos –prensa escrita, televisión, radio y las plataformas digitales–, tanto a nivel local como a nivel internacional mediante las agencias de información. Lo anterior motiva la existencia de distintas modalidades de trabajo en las que la existencia del periodista de escritorio, o asalariado, se contrapone con la del periodista independiente, por la promesa de la seguridad –cada vez más escasa– de un salario fijo, y otras prestaciones de ley para el primero, y la libertad para colaborar con distintos medios para el segundo.

En consecuencia, en esta región se apertura una variedad de modalidades de empleo y arreglos laborales en el periodismo, mismas que particularizan en gran medida el valor asignado al periodismo como profesión, ya que si bien se distinguen los salarios de uno y otro lado de la frontera por la diferencia de sus economías y de las divisas, los periodistas freelance también acumulan empleos o actividades en otros ámbitos productivos.

Al analizar el curso de las trayectorias laborales de los periodistas, es notable la preparación académica previa a la práctica o inserción en el campo periodístico. Después de un primer trabajo obtenido mediante pasantías con poco o nulo pago, se distinguen pocos cambios a lo largo de la carrera de los periodistas con empleos fijos, lo que podría reflejar una estabilidad laboral en la profesión. Sin embargo, dicha estabilidad es relativa, e incluso ausente en los casos de quienes adoptan múltiples trabajos complementarios al empleo principal, de manera que las transiciones de un trabajo a otro en ocasiones también condujeron a rupturas con la profesión, que incluso fueron percibidas como algo propio o habitual en el campo.

Como estrategia para poder ejercer de una mejor manera y permanecer en la profesión, los periodistas también emplean recursos que se organizan de tres maneras: a) respaldar el ingreso y la estabilidad económica con formación académica y conocimiento práctico y complementario de otros oficios; b) empleo de ahorros y recursos propios o de la familia; y

mediante la multiactividad, es decir, la realización de trabajos simultáneos para distintas empresas de medios y en general, de modo independiente.

Al realizar una conjunción de las etapas más importantes dentro del curso de vida de los periodistas entrevistados, así como de los tipos de empleo que existen y, en consecuencia, de los recursos con los que aseguran su estabilidad y permanencia en la profesión periodística, se encontraron tres principales tipos de trayectorias:

  1. Trayectorias con estabilidad. Basadas en contar con un empleo principal y un proyecto profesional; caracterizan a los periodistas que colaboran de manera fija para empresas de medios en San Diego.

  2. Trayectorias con un empleo fijo y varios empleos simultáneos. Aquí se categoriza a los periodistas que incursionaron de manera asalariada en el campo.

  3. Trayectorias de relativa estabilidad, trabajo acumulativo e independiente. En ellas los periodistas han colaborado durante la mayor parte de su carrera para medios de comunicación de modo freelance.

Destaca que la multiactividad resulta, en su sentido más instrumental, en una manera de enfrentar el contexto de precariedad, y en una falta de reconocimiento a la profesión, que desde la perspectiva de los periodistas es cada vez más evidente, a partir de indicadores como el salario, las prestaciones e incluso el apoyo de la sociedad civil.

En suma, la propuesta del modelo de formas identitarias ( Dubar, 2001 ) aplicado a las narrativas del grupo de periodistas entrevistados resultaron en la comprensión de procesos de construcción identitaria; estas construcciones pueden ser organizadas en narrativas de continuidad (identidades de empresa e identidades de categoría), y también en narrativas de ruptura (identidades de red e identidades de no trabajo) entre las que destacan sobre todo la importancia del reconocimiento, los cambios laborales y las experiencias que impactaron sus vidas desde lo personal hacia lo profesional, en un efecto casi paralelo.

Una de las características de la frontera entre Tijuana y San Diego es la interdependencia cultural, simbólica y comercial, que se hace extensiva a la profesión periodística. En ese sentido, las y los periodistas desarrollan una identidad compleja que los hace plenamente conscientes de las diferencias entre ambos países y entre sus propios compañeros, al hacer uso de recursos como la movilidad, el dominio del idioma extranjero y, sobre todo, al buscar la posibilidad de colaborar de manera independiente para medios de alcance internacional. Sin embargo, el abordaje de los hechos y de los temas de interés compartido sigue dándose desde enfoques influidos por las instrucciones del medio de comunicación para el que trabajan, además de por la sociedad y la nación de origen.

Por lo tanto, uno de los hallazgos importantes de la investigación se resume en la gran capacidad de adaptación, recursividad y resiliencia de las y los periodistas que colaboran para medios en Tijuana y en San Diego, en un campo que sigue siendo inestable y lleno de transformaciones. En la coyuntura de los últimos años, el tema de la violencia en México ha sido particularmente percibido por las y los periodistas, y ha afectado sus trayectorias y la manera de construir su sentido de pertenencia y de otorgarle significado al trabajo. Sin duda, se trata de una profesión en la que la vocación es central, y solo así les ha sido posible lidiar con la precarización y los riesgos a lo largo de sus trayectorias; esto es un ejemplo de la manera en que el trabajo adquiere un significado trascendente y de compromiso social.

Lo anterior resulta aún más evidente en los casos en los que se ha prestado un servicio como periodista independiente por varios años ya que, si bien la multiactividad o acumulación de empleos simultáneos para distintas empresas de medios de comunicación resulta una estrategia contra la precarización y el desempleo, sí requiere de un reconocimiento y apoyo –tanto del medio como de la sociedad– para evitar las rupturas con la vocación inicial y la profesión que han realizado durante la mayor parte de sus vidas.

Algunas de las interrogantes que surgen de esta investigación apuntan a las diferencias más específicas entre las y los periodistas, tanto por la condición de género como por la nacionalidad de los mismos. Asimismo, nos preguntamos acerca de la relación entre las formas de identificación y los temas y las maneras de transmitir las noticias de las y los periodistas de este campo; también planteamos como hipótesis la idea de que en el lado mexicano es mayor el esfuerzo personal por el reconocimiento.

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3Algunos entrevistados han trabajado también en Los Ángeles y San Francisco, y otros, fuera de Baja California.

4Se ha llamado commuters a los residentes mexicanos empleados con o sin autorización formal para laboral en Estados Unidos que cruzan la frontera a diario, a la semana o en intervalos más prolongados (Anguiano, 2005).

5En México el salario mínimo se paga por día trabajado, mientras que en Estados Unidos se paga por hora trabajada.

6En este grupo se entrevistaron solamente a mujeres, pero eso no era intencional, ya que la clasificación en generaciones fue a posteriori.

7Tal como se ha analizado para el caso de los músicos en Guadarrama (2014).

8También es una forma de identificación que construyen sobre todo las mujeres, por la negación de su identidad femenina heredada (tradicional) y la que requieren transformar para insertarse en mundos laborales masculinizados (históricamente).

Recibido: 29 de Agosto de 2018; Aprobado: 20 de Noviembre de 2018

Translator: Miguel Ángel Ríos Flores

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