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Frontera norte

On-line version ISSN 2594-0260Print version ISSN 0187-7372

Frontera norte vol.28 n.55 México Jan./Jun. 2016

 

Reseña bibliográfica

 

Hilando al norte. Nudos, redes, vestidos, textiles

 

María Benciolini

 

Arturo Gutiérrez del Ángel, edit., México, El Colegio de San Luis/El Colegio de la Frontera Norte, 2012, 659 pp.

 

Universidad Nacional Autónoma de México, México. maria.benciolini@gmail.com.

 

El libro titulado Hilando al norte. Nudos, redes, vestidos, textiles acompaña al lector en un rico entramado de objetos, prácticas, organizaciones sociales, lenguajes diferenciados entre sí a lo largo de los 21 capítulos que lo componen.

El hilo, los textiles y los vestidos son, para las culturas del norte, objetos buenos tanto para pensar como para hacer el mundo, relaciones y seres humanos. Pero hay más: en muchos de los casos expuestos a lo largo del texto, estas dos actividades -hacer y pensar- no pueden ser completamente separadas. Éste es el caso presentado por Stacy Schaefer en el capítulo dedicado a las tejedoras huicholas. A partir de las palabras empleadas para nombrar los elementos que componen el telar, pasando por las técnicas de producción y las exégesis propuestas por las mujeres con quienes ha trabajado, la autora muestra que en el acto de crear una tela también se recrean referentes temporales y espaciales más amplios. En el telar, el recorrido anual del sol, el calendario estacional y ritual, así como el trayecto de los peregrinos hacia el desierto de Real de Catorce se encuentran representados metafóricamente y actuados en el momento en que alguna persona emprende la acción de tejer. De esta forma, a través del telar y la manipulación de los elementos que lo componen -tanto cotidianos como cosmológicos-, se puede pensar la organización del tiempo y el espacio.

El libro está estructurado en cuatro secciones; cada una de ellas explora un aspecto de la temática central, aunque algunos ejes cruzan de forma transversal toda la obra y existen temas recurrentes a lo largo del texto.

En la primera sección, llamada "El tejido entre el presente y el pasado: Trabajos comparativos", se perfila al norte como es pensado y descrito a lo largo del libro: una región amplia, que comprende el actual noroccidente de México y el suroeste de Estados Unidos. El editor de la obra toma como punto de partida el hecho de que entre los grupos que forman parte de este vasto norte circulan, transformándose, una gran cantidad de prácticas, ideas y metáforas en torno de los hilos y los textiles. En este sentido, el libro dialoga con trabajos interdisciplinarios anteriores, entre ellos la serie de volúmenes titulados Las vías del noroeste (Bonfiglioli, Gutiérrez, Olavarría, 2006; Bonfiglioli, Gutiérrez et al., 2008; Bonfiglioli et al., 2012), en los cuales se establecen los fundamentos comunes para un estudio comparativo de la región. Los capítulos que componen esta sección recorren ideas y prácticas sobre los hilos y los textiles en el norte de México y el suroeste de Estados Unidos, mostrando cómo ciertos motivos mitológicos se encuentran diseminados en toda la región, si bien con ciertas transformaciones. Éste es el cas o del trabajo de Levi sobre Chicomoztoc y la agricultura, así como el de Loi sobre la mitología de la araña tejedora. Por su lado, Rocha demuestra la existencia de patrones textiles difundidos desde los wixaritari de Jalisco hasta los teneek de San Luis Potosí.

La segunda sección del libro se titula "Los hilos como acción ritual", y sus capítulos muestran cómo estos elementos se emplean en la práctica ritual como recursos versátiles y polifacéticos. Los hilos pueden ser pensados en términos metafóricos y asociarse a ciertas acciones como la danza y la curación entre los tarahumaras (Garrido y Rodríguez) o bien, como lo explica Kindl, para los wixaritari pueden constituir itinerarios visuales a través de los que transitan las intenciones de seres humanos y divinidades. Para el mismo grupo, Medina Miranda demuestra que en el pasado existía un sistema de notaciones basado sobre cuerdas y nudos que permitía contabilizar las propiedades de los individuos. Según el autor, esta antigua forma de notación se relaciona con algunas cuerdas rituales empleadas hoy en día por las familias de quienes peregrinan a Real de Catorce.

La tercera sección del libro está dedicada al vestido y a cómo las prendas se relacionan con el cuerpo humano, plasmando su identidad y sus relaciones. A partir de fuentes coloniales, Domenici expone cómo las prendas de vestir eran concebidas por los mexicas como elementos que dotaban de significado e identidad a quienes las portaban. Por esta razón, los textiles y sus diseños no pueden separarse completamente de los motivos que los adornan.

Por otro lado, Slaney -en el caso de los tarahumaras— y Merino —refiriéndose a los yaquis- muestran cómo la acción de coser ropa para los miembros de la comunidad, tarea realizada por las mujeres, tiene importantes implicaciones simbólicas e identitarias tanto al interior de la comunidad como en relación con el mundo exterior. Finalmente, Ramírez asocia la acción de tejer y el telar, como objeto, con mitos sobre la creación del universo difundidos ampliamente en Mesoamérica y el norte de México.

La sección que cierra la obra está dedicada a "La retícula social: Hilos, nudos, redes". Los capítulos que la conforman muestran que en la acción de tejer ciertos objetos se encuentra, de manera intrínseca, una forma de relacionarse con el entorno natural, con otros seres humanos o con los dioses. Éste es el caso de los coras de Jesús María y de la producción de una ofrenda tejida conocida como cháanaka, de la cual habla Valdovinos, o bien de las canastas denominadas coritas, producidas por las mujeres pápago y descritas por Miguel Ángel Frayre. Otras contribuciones de la sección ilustran cómo la idea de hilo puede combinarse con la de camino, como en el caso de los rarámuri, descritos por Isabel Martínez, o bien con el ciclo de vida de los individuos, como ocurre con los ódami, de quienes habla Rosas Mérida. En ambos casos, el hilo se vuelve una parte constitutiva de las personas insertas en un tejido social determinado. De igual forma, Gutiérrez del Ángel asocia la idea de hilo a las coreografías huicholas y los textiles, mostrando cómo éstos, desde cierto punto de vista, responden a las mismas lógicas y, junto con los mitos, contribuyen a la construcción de un discurso sobre la divinidad.

Como se mencionó al principio de esta reseña, las secciones del libro organizan los textos de una forma determinada, pero algunas temáticas escapan de esta sistematización y atraviesan transversalmente muchos de los capítulos que componen la obra. Una de ellas es la relación que existe entre textiles y alteridad. Un ejemplo de esto es la propuesta de Domenici sobre la entrega de dones a los primeros conquistadores por parte de la nobleza mexica. Según el autor, ante la duda sobre la identidad de quienes acababan de llegar, los mexicas optaron por presentarles una serie de ajuares rituales y observar sus reacciones con el fin de poderlos reconocer en un contexto familiar a ellos.

Si los españoles llegados a las costas de Veracruz representaban una alteridad difícil de entender para los mexicas, es importante observar que entre los pueblos indígenas actuales existen otras alteridades que necesitan permanecer bajo control, pero no se pueden alejar totalmente de la vida de los seres humanos. Es el caso de los rarámuri, quienes están conectados con el mundo otro y sus antepasados a través de unos hilos que salen de su mollera, llamados rimuká o rimuwaka. Como lo muestran Pintado y Rodríguez, para que una persona pueda tener una vida feliz, fuerte y con salud, estos hilos deben ser cortados periódicamente de manera ritual, con el fin de evitar injerencias de los muertos en el mundo de las personas vivas. Los hilos rimuká no solamente conectan a los vivos con sus antepasados, sino que también constituyen a las personas como tales. Esto lleva a otro de los tópicos transversales del texto: la relación de los hilos y textiles con el cuerpo y la persona. Por ejemplo, Neyra Alvarado expone que, entre los mexicaneros, el hilo de lana blanco es el que ata a las personas a la vida y a su propio linaje.

Por otra parte, la territorialidad y la cosmovisión son otros de los temas recurrentes a lo largo del libro. En este sentido, Manuela Loi propone un recorrido por las mitologías del norte de México y suroeste de Estados Unidos, a partir de la figura de la araña tejedora. No obstante, no es solamente en la mitología donde se puede observar la relación entre tejido y cosmovisión. El trabajo de Aguilera analiza algunos de los motivos recurrentes en los textiles tarahumara y muestra su asociación con aspectos fundamentales de la visión del mundo de este grupo. Así mismo, la autora señala cuáles son las implicaciones cognitivas presentes en la aprehensión y transmisión del conocimiento a partir de la acción de tejer. Por su lado, Valdovinos expone cómo un objeto tejido ritualmente es empleado para establecer relaciones entre humanos y divinidades y, al mismo tiempo, recrea a escala todo el mundo habitado por los coras y lo que contiene. Entre los huicholes, Medina describe un sistema de notación de nudos y cuerdas que permite, a quienes se quedaron en la sierra, ubicar a los peregrinos en el espacio y el tiempo a lo largo de su travesía en busca del peyote.

La amplitud de la región abarcada por el conjunto de los trabajos presentes en el texto ofrece un aporte etnográfico importante para quienes se interesen en el estudio de los pueblos del norte de México y suroeste de Estados Unidos. No obstante, hay que mencionar que todas las aportaciones presentes en el texto hacen referencia a pueblos indígenas, dejando de lado otras tradiciones textiles, más ligadas al mundo mestizo pero de igual importancia para ser exploradas e investigadas.

En cuanto a su metodología, el libro, en su conjunto, demuestra cómo las temáticas relacionadas con el hilo y los textiles pueden ser declinadas en formas distintas, desde la mitología hasta las formas de percepción y transmisión del conocimiento. La diversidad de enfoques y metodologías empleados por los autores de los capítulos es un buen ejemplo de cómo abordar interdisciplinariamente un tema específico.

La obra ofrece una ventana de gran importancia sobre la amplitud de prácticas e ideas en torno de los textiles que circulan en el norte de México y el suroeste de Estados Unidos; así mismo constituye un buen ejemplo de cómo un tópico de investigación determinado puede entrelazar diferentes campos de estudio, desde la mitología hasta la formación de redes sociales y de parentesco.

 

REFERENCIAS

Bonfiglioli, Carlo; Arturo Gutiérrez y Ma. Eugenia Olavarría, 2006, edits., Las vías del noroeste I: Una macrorregión indígena americana, México, Instituto de Investigaciones Antropológicas-Universidad Nacional Autónoma de México.         [ Links ]

Bonfiglioli, Carlo; Arturo Gutiérrez, Marie-Areti Hers y Ma. Eugenia Olavarría, 2008, edits., Las vías del noroeste II: Propuesta para una perspectiva sistémica e interdisciplinaria, México, Instituto de Investigaciones Antropológicas-Universidad Nacional Autónoma de México.         [ Links ]

Bonfiglioli, Carlo; Arturo Gutiérrez, Marie-Areti Hers y Danna Levin, 2012, edits., Las vías del noroeste III: Genealogías, transversalidades y convergencias, México, Instituto de Investigaciones Antropológicas e Instituto de Investigaciones Estéticas-Universidad Nacional Autónoma de México.         [ Links ]

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