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Frontera norte

On-line version ISSN 2594-0260Print version ISSN 0187-7372

Frontera norte vol.26 n.52 México Jul./Dec. 2014

 

Artículos

 

La mayordomía en un barrio de la ciudad de Oaxaca

 

Stewardship in a Neighborhood of the City of Oaxaca

 

Olga Montes García1 y Néstor Montes García2

 

1 Universidad Autónoma Benito Juárez de Oaxaca olgamontes_2000@yahoo.com

2 Universidad Autónoma Benito Juárez de Oaxaca nemoga50@yahoo.com.mx

 

Fecha de recepción: 28 de mayo de 2013.
Fecha de aceptación: 10 de diciembre de 2013.

 

RESUMEN

Este artículo muestra la vitalidad y capacidad que el sistema de cargos tiene para adecuarse a nuevas condiciones. La unidad de análisis es la mayordomía de la Virgen del Rosario del barrio de Xochimilco, ciudad de Oaxaca. Se eligió a este barrio debido a su historia: surgió en la época mesoamericana; en la colonial adquirió las características que hasta hoy en día lo distinguen: un fuerte fervor religioso a la Virgen del Rosario; en el siglo XIX, como municipio, se desarrolla el sistema de cargos que se modifica en el siglo XX al perder la categoría de municipio.

Palabras clave: 1. sistema de cargos, 2. mayordomía, 3. fiesta, 4. Xochimilco, 5. Oaxaca.

 

ABSTRACT

This article shows the vitality and capacity charges system has to adapt to new conditions. The unit of analysis is the stewardship of the Virgin of the Rosary in the neighborhood of Xochimilco, Oaxaca City. This neighborhood was choosen because of its history: it emerged in the era of Mesoamerica; in the colonial one it acquired the characteristics to distinguish it today: a strong religious fervor to the Virgin of the Rosary; in the nineteenth century, as a municipality, the charge system evolves, and in the twentieth century amends again when it loses its municipality.

Keywords: 1. charge system, 2. stewardship, 3. holiday, 4. Xochimilco, 5. Oaxaca.

 

Con cariño para
Pánfilo Joaquín García Donat

 

INTRODUCCIÓN

Uno de los tema clásicos de la Antropología Mexicana ha sido el sistema de cargos, conocido también como la jerarquía cívico religiosa. El tema de interés de este artículo es presentar la forma en que el sistema de cargos opera en un antiguo pueblo de la ciudad de Oaxaca, hoy convertido en barrio. La unidad de observación escogida es la fiesta de la Virgen del Rosario, celebrada en el mes de octubre, con el propósito de reflexionar sobre la importancia de la fiestas en la creación y recreación de la identidad del barrio, así como identificar el desarrollo que ha tenido el sistema de cargos en este lugar, una vez que fue integrado a la ciudad de Oaxaca, perdiendo con ello su estatus de municipio, y propiciando la llegada de nuevos habitantes, la extinción del sistema de cargos para el gobierno civil, la desaparición de las tierras dedicadas a la agricultura, que cedieron su lugar al concreto y la casi extinción de los oficios. Se decidió tomar como unidad de análisis a la fiesta debido a que en las comunidades rurales ella es posible gracias "a la existencia de una estructura organizativa que está en el meollo mismo de la comunidad, el sistema de cargos, y en la que se articulan de una manera compleja y original los procesos socioeconómicos, políticos, religiosos y étnicos que constituyen a la comunidad tradicional, pero principalmente la india, de raíz mesoamericana" (Medina, 1996:7). El desarrollo de este tema permite, también, mostrar que el sistema de cargos no es un proceso acabado, por el contrario, muestra un gran dinamismo y capacidad para adaptarse a nuevas condiciones. Por ello, es de suma importancia conocer la forma en que se mantiene vigente en un antiguo pueblo de la ciudad de Oaxaca.

Se abordará, en primer término, el tema de los sistemas de cargos. Se hace la aclaración que no es de nuestro interés estudiar en este momento la forma en que operaba este sistema, sino cómo se desarrolla hoy en día, la fiesta es el elemento que permite su estudio. Enseguida se presenta una breve historia del barrio de Xochimilco, cuya fundación se remonta a la época prehispánica. El objetivo de este apartado es recuperar la historicidad y buscar en ella la forma en que opera el sistema de cargos, con el fin de entender la situación actual. El siguiente apartado se dedica a la reconstrucción de la mayordomía de la Virgen del Rosario, esta etnografía permite acercarse al fenómeno estudiado, y posibilita el análisis de la festividad así como de Xochimilco en tanto pueblo originario. A continuación se analiza la festividad, lo que representa para la población originaria del barrio y cómo a través de ella se refuerza la identidad frente a los habitantes de la ciudad y se manifiesta el sistema expresado en la mayordomía. Finalmente, las conclusiones.

 

EL SISTEMA DE CARGOS EN LA ANTROPOLOGÍA MEXICANA: HOY EN DÍA UNA DISCUSIÓN ACTUAL

En términos generales, se ha denominado sistema de cargos a la organización política religiosa encontrada en los pueblos indígenas de México. A través de esta organización se ha ejercido el poder y se ha organizado las festividades religiosas conocidas como mayordomías. Para autores como Chance y Taylor, este sistema ha sido "el motor de cientos de ciudades y pueblos mesoamericanos" (1987:2). En su forma tradicional este sistema opera con base en una jerarquía de comisiones de distinción que abarcan los ámbitos de la administración pública, civil y religiosa de una comunidad. Era usual que todos los varones iniciaran su vida como ciudadanos, desempeñando el cargo más bajo de esta jerarquía y ascender conforme a sus méritos. Los cargos civiles y religiosos se alternaban. El buen cumplimiento del cargo llevaba prestigio al carguero y a su familia. Ésta era la recompensa, en tanto que el cargo implicaba e implica gastos y trabajo no remunerado.

Chance y Taylor (1987) plantean que existen cuatro generaciones de estudios sobre este tema. El primero corresponde a los realizados entre 1930 y 1940 en las comunidades mayas. Los autores principales son Sol Tax, Wagley y Bunzel. La segunda generación (1950-1960) se caracteriza porque teoriza sobre este sistema, lo define como la esencia de la comunidad corporativa y cerrada. Para Eric Wolf el sistema de cargos es un mecanismo de defensa y protección ante las amenazas externas y el centro motriz de estas comunidades. Cumplir con todos los cargos del sistema, lleva a adquirir prestigio y a que se considere a aquel varón que ha cumplido, idóneo para asumir funciones políticas: "ello serán quienes tratarán los asuntos de la comunidad: distribuir las tierras, solucionar los litigios de límites, investigar los robos [...] El poder es otorgado por la comunidad [...] Es el cargo el que gobierna, no la persona que lo ocupa" (Wolf, 1996:181). Nash y Fernando Cámara son otros representantes de esta generación que define al sistema de cargos como un elemento nivelador de la riqueza. Cancian representa a la tercera generación de estudiosos del tema. En su investigación realizada en Zinacantán, Chiapas, concluye que, si bien el sistema de cargos tiende a nivelar la riqueza, también estratifica a la población y legitima las diferencias económicas existentes, pues "la jerarquía tiene muchas posiciones en los peldaños inferiores y pocas en la cúspide [...] la pirámide produce una diferenciación social y que no todos los que participan pueden llegar a servir a los puestos superiores" (Cancian, 1996:210). La cuarta generación, -Aguirre Beltrán, Diener, Dow-, presta especial atención a los factores externos a la comunidad y a la economía de las regiones. Sigue presente, sin embargo, la discusión suscitada en la segunda generación: ¿los sistemas de cargos son distribuidores de la riqueza? ¿son formas de expropiación de los recursos de las comunidades? Greenberg, un autor de la década de 1980, señala, con base en el trabajo de campo realizado entre los chatinos del estado de Oaxaca, que "indudablemente existe alguna redistribución, pero es igualmente innegable que el sistema de fiestas extrae de la comunidad considerable riqueza" (Chance y Taylor, 1987:4).

Los autores antes mencionados estudiaron el sistema de cargos en comunidades indígenas campesinas. En las dos primeras generaciones se trataba de comunidades un tanto aisladas1 de los centros de poder regional y estatal. Esta situación ha variado. Hoy en día los habitantes de las comunidades o pueblos en donde rige el sistema de cargos tienen mayor acceso a trabajos diferentes al de campesinos, dependen más de los recursos del exterior que de la producción interna, hay una gran movilidad espacial, las personas migran a la ciudad o a Estados Unidos. En otros casos, algunos pueblos mesoamericanos han quedado atrapados por la mancha urbana que ha destruido las tierras de cultivo, acabando con sus actividades tradicionales, pero no con la festividad religiosa celebrada a través de las mayordomías. Estas nuevas situaciones conducen a la necesidad de estudiar al sistema de cargos contemporáneo, ver sus cambios, las adecuaciones que ha tenido que hacer para sobrevivir.

 

XOCHIMILCO, UN REPASO POR SU HISTORIA

El barrio de Xochimilco fue fundado el "30 de junio de 1486 en que, por órdenes de Ahuizotl, un destacamento de soldados xochimilcas taló parte del bosque de guajes que había en el Cerro del Fortín, y se estableció formalmente" (Bustamante, 1989:5) donde actualmente se ubica la ciudad de Oaxaca. Consumada la conquista de Huaxyacac por Francisco de Orozco, los mexicas que venían con éste se quedaron a vivir en el valle. Paralelamente, los españoles fundaron lo que en años posteriores sería la ciudad de Antequera. Surgieron nuevos núcleos de población como Jalatlaco, San Martín Mexicapan y San Juan Chapultepec, a la par que Xochimilco vio incrementarse su población. Estos cuatro pueblos formaron parte del Marquesado del Valle de Oaxaca y rodeaban a la ciudad de Antequera y tributaban al marqués Hernán Cortés.

Entre 1526 y 1528 llegaron a Antequera los dominicos, iniciaron la construcción del primer convento: el monasterio de San Pablo. Los dominicos tenían bajo su responsabilidad la evangelización de la población india de los pueblos de Santa María Guaxaca, Xochimilco y San Martín Mexicapan, y brindar los servicios religiosos a los habitantes de la ciudad de Antequera. En la capilla de este convento se realizaban las fiestas de guardar, la población india escuchaba la misa y se bautizaba. En la segunda mitad del siglo XVII, fray Francisco de Burgoa encomendó la labor evangelizante a Fray Nicolás de Rojas, quien

obligó que todos [los pueblos de Oaxaca, Xochimilco y Mexicapan] juntos se congregasen los domingos a rezar la doctrina en la iglesia y el Rosario Santísimo. Con este cebo los redujo a que en todos los tres pueblos hubiese en cada uno una imagen mediana de bulto del rosario y con ella saliesen de su pueblo los domingos en procesión [...] salían por delante y el resto del pueblo en coros con la imagen y venían por las calles de la ciudad hasta llegar a la iglesia en donde oían misa" (Burgoa, citado por van Doesburg, 2007:186).

Al concluir la misa los nahuas regresaban de la misma forma a sus pueblos. Es decir, en estos años los indios nahuas, entre ellos los de Xochimilco, se habían convertido al catolicismo y habían hecho suyas las imágenes religiosas así como las procesiones. Y con ello surgieron las fiestas dedicadas al santo patrón en donde se celebraban grandes banquetes financiados por las cajas de la comunidad.

La necesidad de mano de obra, producto del apogeo que vivió Antequera en el siglo XVI, propició la migración de indios hacia el pueblo de Xochimilco, lo que llevó a que se fundaran tres barrios: Chiauhtla, Tula y Tecutlachicpan.

La labor de los dominicos también se enfocó a la introducción de nuevas actividades en los pueblos indios y con ello surgieron los gremios artesanales. Margarita Dalton dice que "La organización gremial se manifiesta como un símbolo de identidad por medio de las cofradías que identificaban a los artesanos con un barrio y con un santo patrón" (1990:20); Chance y Taylor (1987) plantean que las primeras cofradías fueron fundadas en Oaxaca en el siglo XVII, las más surgieron en el siglo XVIII, cuando las parroquias establecidas por los dominicos fueron secularizadas. En el siglo XVIII "los cargos religiosos se concentraban en las cofradías, que se fundaron con el fin de organizar el apoyo local del culto y sufragar los gastos que éste generaba" (Chance y Taylor, 1987:7). En ese tiempo el patronazgo individual era esporádico. Los gastos y obligaciones de las cofradías ubicadas en los valles centrales de Oaxaca consistían en el pago de los costos por las celebraciones de la misa, la compra de aceite para las lámparas y vino para la iglesia. Para 1790 el capital de la mayor parte de las cofradías de esta región se reducía a "cien libras de cera y de 50 a 200 pesos en efectivo" (Chance y Taylor, 1987:10).

Para principios del siglo XVIII, en Xochimilco predominaba el idioma zapoteco y su población se había iniciado en el trabajo textil. En Jalatlaco se hablaba náhuatl y la talabartería era el oficio principal; en San Martín Mexicapan eran hablantes del náhuatl y se especializaban en la zapatería y panadería. Esta situación muestra las relaciones económicas entre los pueblos de indios y la ciudad criolla de Antequera, así como el surgimiento de nuevas necesidades. Estos intercambios influyeron en el ethos de la ciudad de Antequera que adquirió rasgos indígenas que prevalecen en la actualidad. Ya para finales del siglo XVIII y principios del XIX estos pueblos estaban claramente delimitados y definidos.2

Chance sugiere que para finales del siglo XVIII se dio un cambio en relación con la forma de celebración de las fiestas patronales en los pueblos indígenas, pasó de las cofradías al patronazgo individual3 como sucede en la actualidad en varios pueblos.

Con la independencia de México, el marquesado del valle desapareció, el pueblo de Xochimilco mantuvo su autonomía en relación con la ciudad de Oaxaca, tenía la categoría de municipio regido por el sistema de cargos,4 que ha sido el eje de la reproducción de las identidades étnicas y culturales y que ha permitido la reproducción económica, social, cultural y política de las comunidades indígenas en México. Gracias a él se organiza el ciclo ceremonial anual y se genera la identidad comunitaria. Andrés Medina plantea que este sistema ceremonial se "inscribe fundamentalmente en la matriz comunitaria india" (1995:9) debido a que la vida del campesino indígena no se modificó con la conquista, el cultivo del maíz siguió siendo la actividad principal y con ello permaneció vivo el conocimiento y la cosmovisión generados en torno a esta actividad. El ciclo festivo está relacionado con la agricultura. El pueblo de Xochimilco es muestra de este proceso.

Como municipio, Xochimilco abarcaba hacia el sur una extensión grande, llegando a calles que hoy forman parte del centro de la ciudad de Oaxaca.5 Hacia el norte sus límites llegaban a zonas boscosas y hacia el oriente, el río de Jalatlaco dibujaba sus límites.6

Xochimilco dejó de ser municipio en 1926. Mediante un decreto pasó, junto con los barrios de la Trinidad de las Huertas y Jalatlaco, a ser parte de la municipalidad de Oaxaca de Juárez. El cambio de categoría política no implicó la desaparición del sistema de cargos, se redujo al ámbito religioso, poniendo de relieve su capacidad para adaptarse a las nuevas circunstancias.

En el primer lustro de los años cuarenta del siglo pasado, se derribó una parte del acueducto construido durante la Colonia y que pasaba por Xochimilco, dividiéndolo en dos. Actualmente pareciera que el corazón del barrio poco tiene que ver con la parte que quedó al otro lado de la carretera. Sin embargo, los habitantes de ambos sectores se consideran originarios y miembros de Xochimilco. La persistencia de la identidad como xochimilcas se da, precisamente, gracias a la vigencia del sistema de cargos, en el que la mayordomía juega un papel muy importante.

Durante el siglo XIX y parte del XX la población de este pueblo se componía por 1) campesinos; 2) tejedores que anteriormente confeccionaban rebozos con ordenanzas del siglo XVIII y que ahora hacen manteles, colchas, cortinas; 3) artesanos de adobe, ladrillo, teja, desaparecidos hoy en día; 4) hojalateros, actividad que continúa hasta nuestros días. En la actualidad sus pobladores trabajan en "la ciudad", como empleados, profesionistas u obreros.

 

LA MAYORDOMÍA DE LA VIRGEN DEL ROSARIO

Desde hace poco se aborda el tema del sistema de cargos en el contexto urbano, posiblemente porque se ha considerado que no han podido adaptarse al desarrollo de las ciudades. Los estudios de María Ana Portal y de Andrés Medina sobre este tema trabajado en los pueblos originarios de la ciudad de México, han abierto una veta muy importante para observar cómo se desarrollan en otros espacios urbanos.

En el barrio de Xochimilco esta forma de organización se mantiene vigente y se expresa en la mayordomía7 de la Virgen del Rosario, la principal advocación mariana que se celebra en dicho lugar.

En el mes de octubre se celebran tres mayordomías: de la Virgen del Rosario de los hombres (conocida como la "chiquita"), de la Virgen del Rosario de las mujeres (llamada la "grande") y la del Relicario. A continuación haremos una breve descripción etnográfica de las fiestas para observar los elementos que se encuentran presentes en ellas.8

A mediados de octubre las celebraciones comienzan con misas en las casas de los mayordomos de la Virgen del Rosario, que se adornan y acondicionan con antelación. La primera misa se lleva a cabo en la casa de los mayordomos de la Virgen del Rosario de los hombres y por la tarde es oficiada por el cura de la parroquia. A ésta llegan los habitantes originarios del barrio. Se contó con la presencia de una chirimía.9 Paralelamente a la misa, la familia del mayordomo prepara la cena que se ofrecerá a los asistentes una vez que la misa concluya. A los exmayordomos que acudieron a la misa se les ofreció una cena especial.10 Al día siguiente la misa y la cena se efectúan en la casa del mayordomo de las mujeres que, en esta ocasión, se encuentra ubicada fuera de lo que hoy en día se conoce como el barrio de Xochimilco, pero dentro de su antiguo territorio municipal. La celebración religiosa es similar a la anterior, aunque se pudo observar que el altar tenía más adornos y el vestido de la Virgen era más elegante que el de la noche anterior. Para la misa los mayordomos contrataron a una cantante local, aunque también estuvo presente la chirimía. La noche del sábado, en las casas de los mayordomos se lleva a cabo un rosario y después se ofrece de cenar a los asistentes; esto es previo a la salida de la calenda.11 Mientras se realizan los preparativos para la salida, un grupo de señoras bailan al son de la música que toca una banda, toman los canastos adornados con flores, los sostienen con sus manos sobre su cabeza, mientras bailan truenan los cohetes. Ésta es una gran hazaña que hacen las mujeres "valientes". La familia del mayordomo, mientras tanto, reparte flores, y un grupo de jóvenes, vestidos de traje, se encargan de llevar en andas a la virgen, acompañados de jovencitas con un atuendo similar al vestido que porta la virgen. Al frente va la imagen de la Virgen, la banda de música, la chirimía, atrás las personas del barrio. La procesión recorre las calles del antiguo municipio de Xochimilco. Hay paradas específicas en las que se reza un rosario, luego se continúa. La música que se toca alude a la celebración religiosa y también es festiva, en especial el jarabe del valle. Al llegar a la carretera Panamericana (que dividió al pueblo) en un punto se encuentran la calenda que se describe, y que fue la de la Virgen del Rosario de las mujeres, con la de los hombres. Juntas las dos vírgenes con sus respectivas calendas continúan la procesión, se vuelve a recorrer la parte que ya no pertenece al barrio12 y se regresa a él. Frente a una casa se detienen para encender el castillo.13 Desde hace muchos años la familia que habita esta casa y que es originaria del pueblo, ha donado el castillo. También ofrecen a sus conocidos mezcal, así como algo de comer. Mientras el castillo se consume, hombres y mujeres bailan al son de la música. Después la procesión continúa hacia la iglesia, en donde se celebra la misa y las dos vírgenes son depositadas.

El día domingo se efectúa la misa de función. Después los mayordomos de la Virgen chiquita nombran representantes para que vayan a invitar a los exmayordomos de dicha Virgen, para la comida que ofrecerán en su casa. Cada representante tiene asignado recorrer una parte del antiguo pueblo de Xochimilco. El grupo del centro debe comenzar su recorrido visitando a los mayordomos ya fallecidos, por ello se va al panteón del pueblo y ante la tumba de cada mayordomo el representante dice algunas palabras, se ejecuta el vals "Dios nunca muere" seguido de la pieza que haya sido del agrado del difunto y luego la diana; al concluir esto, los familiares del exmayordomo reparten comida y regalos. Esto se repite en otras tumbas. Después, el grupo que acompaña al representante se dirige a las casas de los exmayordomos que aún viven. A cada casa se llega con música, la familia invita a los visitantes a entrar, atienden primero al representante y luego a sus acompañantes. Reparten dulces, comidas y refrescos. En este recorrido participa la población autodenominada "originarios del barrio" y algunos invitados, pero no los avecindados. Al terminar las invitaciones todos se dirigen a la casa del mayordomo de la Virgen chiquita, en donde se ofrece una comida. Se atiende conforme van llegando los grupos, esto depende de la lejanía o cercanía a la casa del mayordomo.

Al día siguiente se festeja a la Virgen grande. El ritual es el mismo. La misa de función, la invitación a los exmayordomos tanto difuntos como vivos, la comida. Sin embargo, hay matices en la forma de realizarlo. Esto depende de las condiciones económicas de los encargados de la celebración. En este caso, los mayordomos de la Virgen de las mujeres hicieron un gasto mayor e introdujeron algunos cambios.14 Después de la misa de función llegó un grupo folclórico a presentar la "danza de la Pluma", los mayordomos repartieron regalos y comida entre los asistentes. En esta ocasión los representantes de los mayordomos, los mayordomos y los exmayordomos portaban un sombrero que decía "Mayordomía del Rosario". Igual que el día anterior, cada grupo llega a casa del mayordomo para comer. La comida en ambos casos es la misma: sopa caldosa, mole, agua, aunque en la segunda comida hubo cerveza. La mayordomía de la Virgen de las mujeres tuvo un mayor lucimiento, la comida duró hasta caer la noche y se convirtió en baile.

Por la tarde se celebra una misa, a la que asisten los nuevos mayordomos y los mayordomos salientes, que forma parte de las celebraciones en honor a la Virgen del Rosario.

El miércoles siguiente se oficia una misa en honor al Relicario. En esta ocasión, antes de concluir, el padre agradeció públicamente a los mayordomos salientes y presentó a los nuevos. Aquí, los mayordomos salientes ofrecieron obsequios a los nuevos. En el caso de la mayordomía de la Virgen de las mujeres, la hermana de la mayordoma saliente es la que recibió. Los mayordomos viejos entregan las imágenes de las vírgenes a los nuevos. Una vez realizada la entrega de dones, el sacerdote exhorta a los nuevos mayordomos a reafirmar la fe en la Iglesia católica y cumplir bien su cargo.

Al finalizar la misa apareció un grupo de jóvenes uniformados. Ellos han sido designados por los nuevos mayordomos para cargar a las vírgenes. El mayordomo del Relicario lo carga y salen en procesión las vírgenes, el Relicario, las bandas de música y los feligreses. Al llegar a un lugar determinado, la mayordomía del Relicario se separa para ir a la casa del mayordomo. Continúa el trayecto de las imágenes de las Vírgenes. Más adelante se separan para que cada una se dirija a la casa del mayordomo respectivo. Durante el trayecto lanzan cohetes y las bandas tocan música de la región. Ya en casa de los nuevos mayordomos se coloca a la Virgen y se procede a rezar el rosario.

El sábado siguiente se lleva a cabo otra procesión con las dos imágenes y el Relicario, además de estandartes de otros lugares. Con ello terminan las celebraciones en honor a la Virgen del Rosario.

Las obligaciones de los mayordomos de la Virgen del Rosario son el cuidado de las imágenes, la adquisición de ropa nueva, la celebración de la Virgen de la Asunción (dar de cenar) y la realización propiamente de la mayordomía. Por su parte la mayordomía del Relicario tiene la tarea de visitar las parroquias que le hayan hecho la invitación. Puede ser en la ciudad, en el estado o fuera de él. También está la organización de la comparsa del día 1 de noviembre. Esta mayordomía es la menos vistosa.

¿Cómo interpretar estas festividades? Al participar en las mayordomías se nota el compromiso por cumplir el cargo tal como lo marca la costumbre, pese a que hoy en día Xochimilco es un barrio de una ciudad turística. ¿Qué hace que los habitantes de este lugar persistan en reproducir sus costumbres? ¿A qué responde esta situación? ¿Qué nos dicen los datos de campo sobre la historia de este barrio?

Las investigaciones realizadas sobre el sistema de cargos en los pueblos de la ciudad de México (Portal, 1997; Medina, 2006, 2007) dan pistas para analizar esta festividad. Es una fiesta urbana, es cierto, pero su origen no lo es, pues viene de la época colonial cuando era un pueblo colindante al de Oaxaca, cuya base económica era la agricultura y el trabajo artesanal. En ese tiempo surgió su organización gremial que dio una identidad propia basada en el santo patrón. La existencia de un cabildo municipal, de una fiesta patronal, de un oficio artesanal y de la actividad agrícola contribuyó a fortalecer su carácter corporado que se mantuvo hasta principios del siglo XX. Con la pérdida de su autonomía municipal desapareció la corporación civil pero se mantuvo la religiosa, que también ha tenido cambios en su forma de llevarse a cabo. Anteriormente, al mayordomo lo designaba una comisión formada por los exmayordomos y el sacerdote. Hoy en día el cargo se solicita al sacerdote de la parroquia.

 

EL SISTEMA DE CARGOS EN UN PUEBLO ORIGINARIO

Andrés Medina plantea que en las festividades religiosas, los pueblos originarios de la ciudad de México recrean su espacio simbólico. Así, "en los Reyes, Coyoacán, durante las fiestas patronales cierran los ejes viales que lo atraviesan [...] para el paso de las imágenes religiosas llevadas en procesion" (2007:36). Las fiestas expresan la historia del pueblo, una historia desconocida para muchos y negada por el desarrollo urbano. La historia del actual barrio de Xochimilco expresa este pasado colonial, de pueblo originario, pues una de las características de los mismos es su base agraria. Xochimilco, hasta principios del siglo XX era un pueblo de campesinos y artesanos, todavía está presente en el recuerdo de las personas ancianas la actividad agrícola. El oficio de mantelero aún se mantiene. La base agraria, junto con una actividad artesanal propia del pueblo, lo configuraron como una comunidad corporada e influyeron en su cultura y en las relaciones sociales que se mantienen vivas. Veamos algunas de sus características.

 

EL PARTRÓN DE ASENTAMIENTO

Cuando se recorre el barrio y se observa cuidadosamente su traza, se percibe su origen colonia y su condición de exmunicipio. En su centro se halla la iglesia, el atrio con un pequeño jardín y frente a la iglesia, el cementerio. Las calles están empedradas, son angostas. Las casas antiguas tienen el estilo arquitectónico de la casa colonial: los patios centrales y los corredores; son amplias y de una sola planta. Por su territorio cruza un acueducto construido en la época colonial. En el antiguo casco todavía existen talleres de mantelería. Actualmente junto a los habitantes originarios se encuentran familias que no son originarias del pueblo, pero que han decidido vivir allí, quienes no pueden participar como organizadores de las actividades religiosas. Xochimilco se ha convertido en un lugar muy atractivo para vivir debido a la arquitectura, cercanía con el centro y tranquilidad.

Un núcleo de familias troncales

En Xochimilco habitan familias que orgullosamente se denominan "originarias". Se identifican por sus apellidos: Leyva, Zavaleta, Armengol, Barranco, entre otros. Algunas de sus ramas ya no viven en el barrio; otras, por la construcción de la carretera panamericana, quedaron del otro lado del barrio. En varios casos se mantiene viva su identidad como parte del mismo. Las familias que no viven en el actual barrio acuden a las fiestas, ayudan a los mayordomos, incluso dos personas que han sido mayordomos ya no viven en el barrio.

La mayordomía refleja la importancia de las familias originarias. Varios cargos religiosos han pasado por generaciones en una familia. Está el caso de la familia Leyva que cada año dona el castillo. Este se paga con la cooperación de sus integrantes. O bien, la mayordoma de la Virgen del Rosario de las mujeres de 2008, entregó el cargo a su hermana que reside en Estados Unidos.

La importancia de la familia y del parentesco ritual se expresa en la ayuda mutua que se brinda a los mayordomos. La familia es la base de apoyo principal para llevar a buen término este compromiso, En las fiestas presenciadas la familia extensa se encarga de elaborar la comida, organizar la procesión, entregar los alimentos y obsequios. En relación a la ayuda mutua, López Austin y Millones plantean que "las necesidades divinas constituían uno de los pilares de las religión. Los mesoamericanos habían proyectado uno de los pilares básicos de la cohesión social en sus relaciones con la divinidad: la reciprocidad" (2008:51). En Oaxaca está presente en los pueblos indios e incluso en la misma ciudad, entre los emigrantes de origen mesoamericano. Es una forma de protegerse ante los peligros externos. En este caso, hipotéticamente lo planteo, ante la amenaza de los "avecindados" que carecen de esta cultura y de esta historia, pero también de la misma ciudad y de la situación que se vive.

 

UNA ORGANIZACIÓN COMUNITARIA

No tocamos el tema del ciclo festivo de Xochimilco pues el interés ha sido la fiesta patronal, sin embargo es necesario apuntar que existe todo un ciclo festivo. Inicia el 2 de febrero, el día de la Candelaria, que, de acuerdo con Andrés Medina está ligado al inicio del ciclo agrícola. El siguiente festejo es el martes santo, cuando se lleva a cabo toda una romería. A los asistentes se les ofrecen aguas frescas y dulces. El 15 de agosto se celebra la Virgen de la Asunción. En Xochimilco los festejos inician el 12 de agosto con una serie de rituales, cuya coordinación está a cargo de los mayordomos de la Virgen del Rosario de las mujeres. Después vienen las festividades de la Virgen del Rosario, en octubre. El mayordomo del Relicario organiza la comparsa del 1 de noviembre que recorre las casas de los exmayordomos del relicario, algunos viven en los antiguos límites del pueblo, hasta donde acude la comparsa. En diciembre está la celebración de Santo Tomás, patrono del pueblo.

Lo interesante es que cada festividad es organizada por un mayordomo en funciones, y se lleva a cabo como lo exige la costumbre, con reglas claramente establecidas, como la donación del castillo en la fiesta de la Virgen del Rosario. También suele haber innovaciones, (como la presentación del grupo folclórico en la mayordomía de 2009), que pueden transformarse en parte de la tradición. Las raíces de la organización corporativa de las fiestas, así como del mismo ciclo festivo se "remontan a las autoridades municipales establecidas en la sociedad colonial novohispana, en el cabildo indígena y en las instituciones religiosas como la cofradía y la mayordomía" (Medina, 2007:15).

En el caso mexicano, las cofradías fueron transformadas en las comunidades indias al cambiarlas de agrupaciones voluntarias con una base gremial, a instituciones comunitarias de participación obligatoria. "Ahora los mayordomos tienen la responsabilidad de cuidar las imágenes de los santos comunitarios y festejarlos con diferentes actividades rituales, las más importantes de las cuales son las grandes celebraciones comunitarias, cuya mayor expresión es la fiesta de los santos patrones" (Medina, 2007:16) Esto queda de manifestado en la descripción de las festividades de la Virgen del Rosario, aunque la participación no es obligatoria, en el sentido de que el barrio ya no elige al mayordomo, sino que es por decisión propia. Está presente, sin embargo, la presión social sobre los posibles mayordomos. Ser mayordomo en Xochimilco representa estatus y prestigio. Se ha cumplido con la tradición religiosa como lo hicieron sus ancestros o sus familiares que aún viven. Ha cumplido pues con la Virgen y con la familia.

Lo que la fiesta dice

La memoria histórica, y con ello la idea de pertenencia a un territorio específico, se halla presente en los diferentes momentos del ciclo ritual. Uno de ellos es cuando el mayordomo nombra a sus representantes para que, en su nombre, inviten a los exmayordomos a la comida que ofrecerá al vecindario. Implica salir del actual espacio geográfico del barrio y remite a sus antiguos límites. Integra geográficamente a un espacio grande de la mancha urbana que comprende al barrio mismo, a colonias y fraccionamientos relativamente nuevos, algunos de los cuales poseen una parroquia. El recorrido mismo de la Calenda expresa la idea que tienen de lo que fue su territorio, o bien la comparsa del día de muertos que sale de sus límites geográficos. En todos estos casos, las procesiones hacen desaparecer momentáneamente la segmentación sectorial que implica la carretera panamericana, se apoderan, por un momento, de esta vía, interrumpen el tráfico, bailan, queman el castillo y con ello integran el centro del barrio con la parte que quedó al sur del mismo. Así mismo las imágenes de la Virgen del Rosario unen a los habitantes y recuerdan que antes el territorio era más amplio.

Concebir la fiesta no sólo como la manifestación de la devoción a una imagen religiosa, sino como el espacio que sustenta la identidad a un lugar, que refuerza los lazos sociales mediante la ayuda mutua, la invitación, el intercambio de dones en el sentido de Mauss (1979), que compromete a continuar con la costumbre, bajo la protección de los santos o santas que han sido sus compañeros en toda su historia, permite entender la actuación de los habitantes de Xochimilco. La Virgen del Rosario y Santo Tomás han sido sus guardianes, sus acompañantes eternos en su vida. Ellos le dan identidad al barrio.

Para los vecinos originarios, la fiesta es la expresión de la comunidad originaria. Allí "opera una cofradía, una hermandad formada por todos los mayordomos, los pasados y los actuales, en donde se determina [...] cómo debemos hacer las fiestas, apegándonos a la tradición primera".15 Los nuevos vecinos no pueden participar porque no son originarios del pueblo, conocen el significado de la fiesta, tampoco la historia del pueblo vinculada con la Virgen. Esta afirmación también muestra los mecanismos que operan para mantener la identidad de los habitantes originarios. Está presente el nosotros, los originarios, tanto los que viven en el barrio como los que han tenido que salir de él, los que hacemos la fiestas, frente a los otros, los avecindados, los que únicamente observan. La fiesta es el espacio de encuentro de los que viven allí y los que han abandonado Xochimilco. Como lugar de encuentro permite la reproducción de la identidad local, refuerza la cohesión familiar y barrial en torno a un símbolo religioso. En este caso el símbolo es la Virgen del Rosario en sus dos versiones: la grande y la chiquita.

¿Y frente a quién se da ese reforzamiento de la cohesión? Consideramos que frente al extraño y el extraño es el que no es de Xochimilco, tanto el avecindado que vive en el barrio como el de fuera. Y este reforzamiento de la cohesión es interesante porque remite a la discusión sobre el papel del sistema de cargos,16 Wolf (1996) planteaba que era un mecanismo de defensa ante las amenazas externas. En el caso que estudiamos, la amenaza no es la extracción del excedente de la comunidad indígena aislada, sino la de la homogeneización de todos los habitantes de la ciudad, la pérdida de la identidad como pueblo, de su territorio en manos de los avecindados, de su historia y esto puede llevar a que pierdan el control de su historia como pueblo. Por eso el reforzamiento de la vida comunitaria a través de las festividades religiosas. A su vez, pensamos que también es un mecanismo de legitimación de la diferencia, como lo plantaó Cancian, para quien "si bien el sistema de cargos tiende a nivelar la riqueza, tiene una gran inclinación a estratificar a la población y a legitimar las diferencias económicas existentes" (citado por Chance y Taylor, 1987:3) pero no se trata de diferencias económicas sino de estatus o prestigio dentro del barrio. Por ello es que la mayordomía está en manos de unas cuantas familias. Legitiman ese control que tienen sobre lo sagrado frente a los nuevos residentes, mediante la celebración de la mayordomía y el gasto que realizan para ello.

Los cambios en la forma de celebrar la mayordomía aluden a los cambios que ha vivido el municipio: no es un municipio, tampoco todos sus habitantes se dedican al oficio de manteleros o a la agricultura. Las condiciones sociales y económicas han cambiado. Ello los ha orillado a salir del pueblo, del estado y del país a buscar trabajo, el ritual debe adecuarse a las condiciones en que vive la población, para lograr mantener la unidad e identidad del grupo ante las transformaciones que experimenta el mundo y que vive el propio pueblo de Xochimilco, para que la comunidad no desaparezca. A pesar de los cambios, el cargo de mayordomo implica los mismos trabajos que antes desempeñaba: "el patrocinio de fiestas y la responsabilidad de los santos" (Cancian, 1996:198).

Pese a los cambios ocurridos, Xochimilco ha logrado negociar exitosamente su territorio y su identidad social y cultural, a partir de estrategias de adaptación a las nuevas condiciones de vida. "Se abandona gradualmente aquellos rasgos que los identifican como portadores de esta tradición cultural, tales como la lengua e indumentaria, así como realizan una transformación de su cultura material a partir de su articulación gradual al sistema de servicios urbanos, educativos y sanitarios ofrecidos por la ciudad. Pero mantienen una identidad y una cultura comunitaria sostenidas por una estructura político religiosa de raíz colonial y mesoamericana (Medina, 2006:85) que es la mayordomía. En este caso se ha abandonado el idioma nahuatl, la indumentaria, han desaparecido los barrios, el antiguo pueblo se ha transformado en un barrio; sus habitantes, en ciudadanos comunes, igual que los de otras colonias, pero su identidad como originarios de Xochimilco se mantiene viva, identidad que está sostenida por la mayordomía de la festividad de la Virgen del Rosario.

Vista desde esta perspectiva, la mayordomía de la Virgen del Rosario genera un profundo sentimiento comunitario, fortalece las identidades comunitarias y las relaciones familiares. Tal vez esto se refuerza porque, como parte de las transformaciones, al lugar han llegado nuevos habitantes con un poder adquisitivo alto, para quienes que vivir en el barrio puede proporcionar status debido al incremento en el precio de los inmuebles y por la larga tradición histórica del mismo. Sin embargo, para los nuevos habitantes vivir en Xochimilco no tiene el mismo significado que para los nativos. Para éstos últimos, Xochimilco es la tierra de sus antepasados, allí están enterrados sus familiares, allí nacieron y crecieron. En la vida cotidiana adquirieron su cultura y la reprodujeron, allí surgió su identidad. En este sentido podemos decir que "lo cotidiano se convierte en lo esencial debido a que puede tomarse como el hilo conductor para conocer la sociedad, ya que no es la única ni diferente para cada miembro del grupo, sino que todos participan de la misma (Lefebvre, 1972:41) La fiesta es parte de lo cotidiano.

En relación con las modificaciones sufridas en los rituales, es importante decir que lo nuevo no entra de manera violenta, sino que "se inserta y adquiere sentido a través de la relación con el todo [...] el cambio que se va experimentando pasa inadvertido para los actores sociales, porque lo que cambia a través del tiempo son los elementos por cuyo medio se expresa una forma de ser particular [...] Su cultura es una forma de situarse en el mundo y por eso mismo no la cuestionan" (Lizama, 2008:88). Por ello es que pronto la innovación se vuelve costumbre.

Todas las acciones llevadas a cabo durante la mayordomía, forman parte de la vida cotidiana de los habitantes de Xochimilco, participan de dichas actividades porque comparten el mundo intersubjetivo, los valores, las creencias. Esto les da unidad como pueblo frente a "los otros". Visto desde esta perspectiva, la presencia del "borrachito" que va gritando loas a la Virgen o el empleado que acompaña a su esposa a la calenda, adquiere significado. Y se da porque la mayordomía permite, a nivel de lo simbólico, la confirmación "de la fuerza e integración de la estructura comunitaria ante los ojos de sus miembros" (Wolf citado por Cancian, 1996:207).

La participación de la familia extensa o del parentesco ritual no se agota en la celebración realizada por los mayordomos, está presente en las actividades que corresponde realizar a los exmayordomos. A través de la participación de los exmayordomos de alguna de las dos Vírgenes, se genera una nueva identidad al interior del pueblo: los que han sido mayordomos de una Virgen en oposición a los que han sido de la otra. Subyace, pensamos, la idea de la cofradía que funcionó anteriormente.

Entonces la participación en la fiesta sella la práctica de la reciprocidad y al parentesco ritual o consanguíneo.

La presencia de una feria en el atrio de la iglesia se entiende como el espacio de la diversión para la población joven. La celebración religiosa también tiene su momento de diversión, no sólo es el reencuentro con lo sobrenatural, "también reúne un conjunto de elementos entre los que se encuentran los juegos" (Lizama, 2008:79).

¿Cómo entender la participación de los jóvenes en actividades tan diversas y alejadas culturalmente? Por un lado un grupo pequeño participa en la calenda y en los actos rituales. Por otro, un grupo mayoritario va a la calenda y a la feria con el fin de divertirse. Ambos grupos reciben, de los medios masivos de comunicación y de otras formas, elementos de otras culturas, y pese a ello son fieles a sus fiestas. Es más, se sienten comprometidos con ella independientemente del nivel de escolaridad que tengan. Asumen que ellos tienen un compromiso que deben cumplir como originarios del pueblo. Son los depositarios de la tradición y de la cultura. Así lo afirmó un licenciado en Ciencias Sociales quien dijo: "me corresponde seguir con la tradición de mis abuelos y lo voy a cumplir".17

Y aquí la pregunta que surge es ¿por qué existe ese compromiso con la tradición aún en las generaciones jóvenes? Pensamos que esto se debe a que, al celebrar cada año la fiesta patronal, los habitantes se remontan a un pasado y las imágenes que se transmiten de él, de tal forma que, como dice Connerton (citado por Lizama, 2006:277) las experiencias del presente dependen en gran medida del conocimiento que se tenga del pasado, saber lo que hemos sido proporciona elementos para saber que somos. En este caso significa que, en otros tiempos, fueron los que controlaron un espacio geográfico más amplio que el actual, que en otros tiempos generaron las tradiciones que los diferenciaba de los demás pueblos que rodeaban a la ciudad de Oaxaca y de la misma ciudad, hoy en día esas tradiciones les da sustento, identidad ante la amenaza que representa, por un lado, el crecimiento desproporcionado de la ciudad y, por otro, los procesos de globalización.

También esta fiesta ilustra la forma en que se desarrolla la cultura en América Latina. Las clases populares, entre ellas las que fueron absorbidas por la ciudad, transmiten la cultura de manera oral, a partir de los ciclos de la vida cotidiana, muchos de ellos ligados a la parroquia y a la transmisión orgánica de los relatos, creencias y valores del grupo comunitario. Es decir, las antiguas familias de Xochimilco viven su cultura ligada a los ciclos religiosos, su vida cotidiana está vinculada a la iglesia y a la transmisión de las creencias y valores de sus ancestros.

La persistencia de las mayordomías en las condiciones de globalización económica y cultural, expresa la forma en que los habitantes de antiguos pueblos enfrentan el crecimiento urbano y la absorción de su territorio por la mancha urbana. En este mundo globalizado, cada habitante de Oaxaca es uno más en la ciudad y en el mundo; no así las personas que han cumplido su cargo en Xochimilco.

Poseen el reconocimiento de la población y con ello el capital simbólico necesario. Y esto remite ver una característica presente en este barrio del sistema de cargos estudiado en comunidades indígenas. La relación entre el desempeño de los cargos más altos y el prestigio. El mayordomo pasa a formar parte del selecto grupo que ha cumplido con el cargo. Es decir, se hace explícita una diferenciación social entre las familias de los mayordomos y de las familias que no han desempeñado el cargo.

La fiesta de Xochimilco conlleva dos procesos distintos: la percepción que de él tiene la ciudad y el sentido de colectividad como reflejo de la vida comunitaria. A los extraños, los que no son de allí, la fiesta les dice que es un pueblo que conserva sus tradiciones, que está unido en torno a la religión católica. Hacen la fiesta explícita a "los otros, que bien pueden ser los avecindados o la "aristocracia oaxaqueña" que celebra a la Virgen del Rosario pero en el templo de Santo Domingo de Guzmán18 y sin la majestuosidad de la celebración en Xochimilco o también como una forma de marcar la diferencia con la organización que promueve el municipio de la ciudad de Oaxaca.

Se puede decir que la fiesta en Xochimilco va más allá de la devoción a la Virgen del Rosario. La fiesta dota de identidad al lugar. A través de las actividades propias de la fiesta se refrenda la solidaridad y la pertenencia a un pueblo, a una familia. Todo esto bajo la protección de la Virgen del Rosario. Es así como la fiesta y las demás tradiciones son el sustento de sus identidades sociales (Velasco, 1993). La Virgen del Rosario y la mayordomía son los canales a través de los cuales se transmite la historia y cultura del barrio.

Pero también la fiesta permite observar las profundas raíces de Xochimilco, raíces que se hallan en la época colonial y que, pese al tiempo transcurrido y a los cambios experimentados, la idea de pueblo original prevalece. La mancha urbana que ha absorbido a este antiguo pueblo, no ha podido acabar con su cultura, con su historia. La fiesta lo demuestra.

 

REFLEXIONES FINALES

El antiguo pueblo de Xochimilco en Oaxaca, posee características de lo que Andrés Medina (2007) ha denominado "pueblos originarios de la ciudad de México" y que se expresan, algunas de ellas, en la celebración de sus fiestas. A pesar de tener la categoría de barrio, sigue siendo un pueblo que antes se dedicó a la agricultura, por ello permanece fuertemente enraizada la ayuda mutua, la solidaridad entre los miembros de la familia extensa; el ciclo festivo alude al ciclo agrícola, y la mayordomía.

Otro elemento característico de estos pueblos originarios es la organización comunitaria que pervive en Xochimilco. Existen, para cada festividad, mayordomos, aunque éstos son elegidos de manera diferente a como se hacía antes y sus obligaciones también lo son. Ahora el mayordomo no lo elige el pueblo, el que quiera serlo lo pide a la iglesia. Tampoco es un cargo obligatorio, es voluntario.

La existencia de un núcleo de familias troncales caracteriza a Xochimilco como pueblo originario. Estas familias juegan un papel importante en la reproducción de la tradición y de la cultura. En ellas recae la responsabilidad de efectuar la mayordomía y de proporcionar la ayuda a la familia del mayordomo. Es una forma de refrendar la solidaridad, el reconocimiento y el prestigio que conlleva ser mayordomos.

La organización comunitaria ligada al ciclo festivo está presente en Xochimilco. Cada festividad tiene un mayordomo que tiene claramente especificadas las tareas que debe desarrollar. La organización comunitaria ha sabido adecuarse a los cambios económicos, sociales y políticos sucedidos en el pueblo. Ahora la mayordomía no tiene un carácter civil, sino religioso, no es obligatoria, sino voluntaria. Expresa el enorme sentimiento de pertenencia a un territorio, pero también las condiciones económicas de sus habitantes, pues no todos pueden serlo.

Las festividades de Xochimilco muestran cómo se vive la globalización en un pueblo antiguo que ha sido absorbido por una ciudad del tercer mundo, así como las respuestas hacia este proceso que son el fortalecimiento de la identidad, la articulación de la economía local con la internacional, el papel de esta última en la reproducción de la cultura local, la persistencia del intercambio de dones como una forma de fortalecer a la comunidad y comprometer a sus integrantes, la introducción de nuevos elementos en las festividades.

La fiesta es, también, el espacio para todos los grupos: jóvenes, niños, las señoras y señores comprometidos con la religión católica. No es únicamente el espacio para el ritual religioso. Es también el espacio para la fiesta, para continuar con las tradiciones, para el retorno del pasado mítico de cuando era un municipio. Y este retorno al pasado es importante porque el presente depende del conocimiento del pasado. Con la absorción del antiguo pueblo por parte de la ciudad, los habitantes se han vuelto un habitante más de la ciudad, por ello la vuelta al pasado mediante las fiestas permite recuperar la identidad frente a los otros, los avecindados o los demás habitantes de la ciudad de Oaxaca.

La persistencia de las fiestas en Xochimilco es la respuesta que este pueblo da al crecimiento urbano de la ciudad, que propició la desaparición de sus antiguos límites y ha hecho que se vea como una parte más de la ciudad de Oaxaca. Si bien en el contexto de la ciudad un exmayordomo es uno más, en el pueblo no es así, ha sido mayordomo, ha servido a la virgen, por lo tanto es diferente a los que no lo han sido. Tiene prestigio.

La fiesta de la Virgen del Rosario, que aquí tomamos como unidad de análisis, también expresa la forma en que un pueblo indio se apropió de un símbolo español impuesto en la época colonial y la forma en que este símbolo ha marcado la identidad de un pueblo, de un barrio hoy en día en relación con otros grupos de la ciudad de Oaxaca, específicamente de aquellos ubicados socialmente por encima de los nativos de Xochimilco. A través de la fiesta de la Virgen del Rosario, los habitantes de Xochimilco también buscan marcar la diferencia con aquel grupo de personas que festejan a la misma virgen, pero en el templo de Santo Domingo de Guzmán, y este grupo es la aristocracia oaxaqueña.

A través de la fiesta se reafirman las redes sociales, se expresa el orden social imperante en el barrio y se refuerza la cohesión social y el sentido de pertenencia. Es una forma de situarse en el mundo, en un mundo cada día más fragmentado e individualizado. La fiesta también es la oportunidad de enseñar a los niños el pasado y su pertenencia a una colectividad. La fiesta expresa los cambios en la sociedad y la necesidad de adecuarse a dichos cambios para mantener la identidad de un pueblo.

Otro punto importante de resaltar es que el sistema de cargos expresado, en la mayordomía de la Virgen del Rosario, debe estudiarse como un proceso que tiene la capacidad para adaptarse a los cambios estructurales que se dan en la sociedad. Y que la vieja discusión acerca de si el sistema de cargos era el canal para la expropiación de los excedentes económicos o nivelador económico de un pueblo, debe corresponde más a las condiciones sociales, económicas y políticas de la sociedad de la que forma parte el pueblo o barrio, como es en este caso. Consideramos que los datos etnográficos aquí expuestos dan cuenta de la realidad cambiante.

Finalmente, la historia de este pueblo, hoy barrio, muestra una respuesta diferente a los procesos de urbanización que han absorbido a estos asentamientos, los han incorporado a la ciudad. Esta respuesta es el fortalecimiento de la unidad interna a través de las celebraciones religiosas y el mantenimiento del sistema de cargos expresado en la mayordomía. Y esta respuesta dada manifiesta que las culturas indígenas contemporáneas no son continuidades ininterrumpidas del pasado prehispánico, tampoco son culturas fosilizadas, sino el resultado de procesos creativos, de reelaboraciones constantes y adaptaciones a las circunstancias, pero que tienen sus raíces en las diversas culturas mesoamericanas y españolas.

 

REFERENCIAS

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Notas

1 Planteamos que estaban un tanto alejadas por el poco desarrollo de las vías de comunicación. Muchas de ellas tenían una economía de autoconsumo. Actualmente es muy difícil hallar este tipo de comunidades. La migración, el comercio y las instituciones de gobierno están presentes en ella, lo que ha ocasionado que ahora ya no dependan de la producción comunitaria, sino de los sueldos de la burocracia estatal o de la migración.

2 Hay que tener presente que durante la Colonia, los pueblos indios contaban con un cabildo indígena, en donde los cargos estaban ordenados de maneras jerárquica. No se cuentan con datos sobre la situación del cabildo indígena para los pueblos de los valles centrales de Oaxaca, pero sí para la región de la sierra norte, en específico para los llamados pueblos del rincón. Chance afirma que para el siglo XVIII los pueblos de esta región contaban con un sistema de cargos bien establecido, en donde existía una clara distinción entre los tres cargos más elevados, llamados cargos honoríficos, y los tres cargos inferiores.

3 Los pueblos indígenas de Oaxaca, entre ellos Xochimilco, fueron afectados por las Reformas Borbónicas que intentaban modernizar la economía colonial, favoreciendo un sistema de libre comercio, reorganizando la administración pública, atacando a los grupos de poder como la Iglesia e incrementado la captación de impuestos. Todo lo anterior convulsionó la economía colonial, afectando a las comunidades indígenas y a las cofradías religiosas. Aunado a esto, durante las primeras décadas del siglo XIX la producción de la grana cochinilla tuvo altas y bajas en su producción y una caída pronunciada en sus precios, afectando a la población indígena que era la productora.

4 Xochimilco, como pueblo indio, fue evangelizado por los dominicos. De acuerdo con Chance y Taylor (1987) esta orden fomentó la creación de cofradías con el fin de sufragar los gastos de las fiestas. Las cofradías también eran de los gremios artesanales y en Xochimilco surgió la mantelería, como actividad económica del pueblo. Seguramente los manteleros tuvieron su cofradía y lo mismo pudo haber pasado con los campesinos del pueblo de Xochimilco.

5 Al final del artículo está un mapa de la ciudad de Oaxaca, allí se señalan los límites del pueblo de Xochimilco, que no son los del barrio.

6 Los escritos de historiadores como Van Doesburg, Arrioja o Alberto Bustamente informan sobre la conformación de la ciudad de Antequera, sus límites y colindancias. Por ello se afirma que el antiguo pueblo de Xochimilco llegaba a lo que hoy es parte del centro histórico de la ciudad. El ingeniero Alberto Bustamante proporciona más datos sobre los antiguos límites del barrio.

7 El origen de las mayordomías se remite a la época colonial, cuando se organizó a la población en torno a un lugar, como puede ser un pueblo o barrio, o bien alrededor de una actividad: panaderos, tejedores, etcétera. Cada comunidad o grupo de artesanos constituían una cofradía que se encargaba de financiar y organizar las festividades del santo patrón de la cofradía. Al frente de la cofradía se elegía a un mayordomo, que era el encargado de vigilar el buen uso de los recursos de la cofradía, así como la organización de la festividad. Con el tiempo y debido a los cambios presentados, el mayordomo formó parte del sistema de cargos (una forma de organización social y política que se dio en las comunidades indígenas de México en donde los ciudadanos deben prestar sus servicios a la comunidad, se inicia desde los puestos más sencillos y se va escalando hasta llegar a los más importantes, uno de ellos es el de mayordomo) y adquirió la responsabilidad de financiar la fiesta del santo patrón.

8 El trabajo de campo se realizó en octubre de 2009. Regresando en 2011 con propósitos de observación.

9 La chirimía es un instrumento musical de viento de madera, de doble lengüeta. En el siglo XVI llegó a América procedente de España.

10 En el trabajo de campo se observó que mientras a los asistentes se les dio de cenar una pieza de pan con jamón y una taza de café, a los exmayordomos se les sirvió tamales y café.

11 La calenda es una procesión religiosa festiva que recorre las calles del barrio. Sale la noche anterior al día de la fiesta. La encabeza la imagen religiosa que se festeja, mujeres vestidas con el traje de chinas oaxaqueñas, en sus cabezas llevan canastas adornadas con flores, en algunos casos las canastas llevan fuegos artificiales que se encienden al momento en que las portadoras bailan el jarabe del valle. Acompañan también una banda de música de viento y los feligreses de la parroquia donde se celebra la fiesta.

12 Como bien lo anotó Andrés Medina en sus comentarios a este trabajo, Xochimilco es, en este momento, un barrio entendido como una división territorial de la ciudad de Oaxaca, sin embargo, sus habitantes, sobre todo los que pertenecen a familias originarias del mismo, actúan como pueblo debido a que fue un pueblo de origen prehispánico y en su memoria histórica está presente este hecho. En este caso nos referimos al barrio en la acepción que hemos dado al inicio de esta nota.

13 El castillo es una estructura de carrizo en donde colocan pólvora para crear los fuegos artificiales que son parte de las festividades religiosas y profanas en Oaxaca

14 Por ejemplo, de comer dieron cocteles de mariscos con cerveza y galletas, además obsequiaron artículos de plástico para la cocina y se presentó la "danza de la Pluma".

15 Entrevista realizada al mayordomo, 2005, marzo, 2006.

16 La fiesta es la unidad de análisis, pero ella se realiza por medio de la mayordomía o sistema de cargos, por lo tanto en el análisis de la fiesta se considera también al sistema de cargos

17 Entrevista realizada en la ciudad de Oaxaca, febrero, 2010.

18 Santo Domingo de Guzman es el templo más majestuoso de la ciudad de Oaxaca. Por ello mismo allí celebra la aristocracia oaxaqueña sus ceremonias religiosas.

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