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Frontera norte

On-line version ISSN 2594-0260Print version ISSN 0187-7372

Frontera norte vol.22 n.43 México Jan./Jun. 2010

 

Reseña Bibliográfica

 

Fifty Years of Change on the US–Mexico Border

 

Jorge Eduardo Mendoza Cota*

 

Joan Anderson y James Gerber, Austin, University of Texas Press, 2008

 

*El Colegio de la Frontera Norte Dirección electrónica: emendoza@colef.mx

 

¿Es posible impulsar una mayor integración económica política y social en una región fronteriza caracterizada por grandes disparidades de ingreso, cultura y lenguaje? Para Joan Anderson, profesora de la Universidad de San Diego (USD), y James Gerber, de la Universidad Estatal de San Diego (SDSU), el complejo espacio de interacción binacional que se da en la frontera de México y Estados Unidos representa una oportunidad para impulsar una mayor comunidad y de desarrollar estrategias que beneficien el desarrollo económico y social de ambos lados de la línea fronteriza.

En efecto, el libro de los autores estadounidenses marca un parteaguas en el estudio sobre las relaciones México–Estados Unidos que día con día se construyen a largo de la región fronteriza compartida por ambos países. El libro abarca una gran cantidad de asuntos relevantes para la región que han sido, en distintos espacios académicos y por diferentes investigadores, objeto de análisis y discusión recurrente, y que son conjuntados y tratados de manera, si no exhaustiva, lo suficientemente informativa como para dar una imagen clara de esta región binacional. Así, el texto se convierte en un instrumento valioso para la comprensión y explicación de las características de la frontera y de la variedad de factores que determinan el intercambio de flujos económicos, sociales, culturales y migratorios, las ventajas de localización y los desafíos que comparte la región.

El libro no busca ser una obra integral, y temas relevantes como la salud pública, los conflictos trans fronterizos y los problemas de seguridad y su impacto en el funcionamiento social y el intercambio económico son enunciados y comentados, sin llegar a tener el mismo nivel de profundidad que otros temas analizados en el texto; sin embargo, refleja un gran esfuerzo por presentar una imagen regional del complejo universo de comunidades que se sitúan a lo largo de la región fronteriza de ambos países, subrayando los aspectos que se comparten mutuamente como la historia, la geografía del desierto, el crecimiento de la población, el turismo, y en el que también se abordan los fenómenos económicos y sociales que han definido las relaciones recientes de los dos países y que, sin duda, se materializan con mayor nitidez en el contexto de su frontera común.

Por un lado, el libro se caracteriza por ser un claro expositor de los principales temas de la realidad fronteriza y de la agenda normativa que debería establecerse para elevar el nivel de desarrollo de la región, pero a su vez también se aboca a ilustrar, desde una visión del norte, las características de las regiones de la frontera, explicando al lector los detalles más elementales de su historia y su geografía, buscando desentrañar los tejidos sociales, en la tradición de ejemplificar los fenómenos sociales con casos concretos de historias personales. Otro nivel de análisis se orienta a describir con mayor rigor analítico la información estadística, los fenómenos económicos y sociales que la caracterizan, todo ello con algunos matices explicativos que permiten al libro volverse un referente para académicos, tomadores de decisiones e incluso para personas y estudiantes que no conocen la región.

El libro se compone de 10 capítulos. En la introducción se discute la concepción de "región fronteriza", precisando que la frontera es en realidad una simplificación lingüística que abarca diferentes realidades regionales ubicadas a lo largo de los tres mil kilómetros de la línea fronteriza. En el primer capítulo, los autores hacen un recorrido de oeste a este por los diferentes estados fronterizos de México y de Estados Unidos, haciendo una descripción geográfica e histórica. En el segundo se destaca el rápido crecimiento de la población en ambos lados de la frontera pero en particular en el lado mexicano desde la década de 1950. Además, se señala que después de la firma del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) se aceleró la migración hacia Estados Unidos y la migración interna hacia las ciudades fronterizas mexicanas.

Los capítulos tres y cuatro versan sobre las características de las entidades fronterizas de Estados Unidos (esta vez sin descripción geográfica), las relaciones fronterizas y la importancia del comercio y la inversión para la región. Los autores se enfocan particularmente en los estados de Texas y California que han adquirido mayor relevancia desde la creación del TLCAN; ambos mantienen un intenso comercio con México y cuentan con un gran porcentaje étnico de descendientes de México que conservan lenguaje e identidad cultural.

Un tópico relevante en la vida económica de la frontera se relaciona con el crecimiento de la industria maquiladora de exportación. Al respecto, se reconoce que el desarrollo tecnológico y de líneas de producción de la industria maquiladora es un fenómeno que, si bien se ha presentado, no se caracteriza por ser una tendencia clara hacia el llamado upgrading de esa industria. Así, es posible concluir que el crecimiento fronterizo basado en este tipo de industria si bien ha generado empleo y cierta transferencia de tecnologías no ha logrado articularse al aparato productivo en México.

En el capítulo cinco se tocan los problemas que aquejan el medio ambiente, señalándose que se han dado pasos importantes en el financiamiento para el combate a la contaminación ambiental. Se destaca el problema del agua en las distintas áreas de la región fronteriza, que se caracterizan por ser áridas o semiáridas, lo que ha determinado una sobreexplotación de los mantos acuíferos. El tema del agua en las relaciones México–Estados Unidos es cada vez más controvertido y ha derivado en conflictos como el de la decisión de revestir el canal Todo Americano, lo cual afectará la captación de agua derramada por el cauce hacia México, limitando las posibilidades de acceso a agricultores del Valle de Mexicali y la región de San Luis Río Colorado. Este tema es poco discutido en el libro, pero representa un claro ejemplo de esta problemática. Se hace referencia, además, a los problemas derivados de desechos residenciales e industriales que han sido también temas controversiales, particularmente cuando fue firmado el TLCAN.

En los capítulos finales se analiza los trabajos formal e informal, el ingreso, la equidad y la pobreza, los estándares de vida y el desarrollo humano, respectivamente, y son de naturaleza distinta a los capítulos previos, pues van más allá de meramente hacer referencia a las principales características de las temáticas relevantes en la frontera México–Estados Unidos y realizan una discusión más detallada recurriendo al análisis de diferentes fuentes estadísticas y al uso de algunos indicadores e índices que construyen para fundamentar sus aseveraciones.

Uno de los capítulos se destaca por contar con un mayor trabajo estadístico es el referido al ingreso, la desigualdad y la pobreza. En él se presenta el ingreso per cápita de los condados estadounidenses y los cálculos realizados por los propios autores con base en información del Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Informática (INEGI) para los municipios de México. Las estimaciones proporcionadas permiten corroborar la concepción de que los municipios fronterizos de México cuentan con mayores ingresos per cápita que el promedio nacional, mientras que su contraparte estadounidense muestra que los condados tienen un menor ingreso relativo comparado con el promedio de Estados Unidos (con excepción del condado de San Diego).

Posteriormente, los autores retoman el enfoque de desarrollo económico establecido por Amartya Sen y el Banco Mundial y concluyen que las regiones fronterizas de ambos países tienen grandes disparidades económicas; ha habido grandes avances tanto en Estados Unidos como en México respecto de la salud, particularmente en indicadores de esperanza de vida y mortandad infantil, y que aún siguen existiendo diferencias en nivel de educación secundaria, en educación superior, en vivienda, en servicios urbanos y en la distribución de la riqueza. Un tema que compendia el análisis de la calidad de vida en la región se relaciona con la construcción de un índice de desarrollo humano de la frontera con base en los subíndices de ingreso, educación y salud. Los resultados confirman lo esperado: Los condados de Estados Unidos, incluso en los más pobres ubicados en el valle del Río Grande, tienen un índice superior a los municipios fronterizos de México.

El último capítulo trata sobre el futuro de la frontera México–Estados Unidos, subrayándose que las interacciones complejas entre dos naciones grandes y diversas generan ventajas y conflictos derivados de la integración, particularmente reflejadas en el ámbito fronterizo, como ya lo ha indicado Feinberg (2001) para el caso de San Diego y Baja California. Dichos temas se relacionan con el incremento de las restricciones al cruce fronterizo, las políticas de intensificación de las medidas de seguridad, la brecha de desarrollo económico, todo ello confrontado con las posibilidades de compartir ventajas para impulsar el desarrollo económico fronterizo. Desde esa perspectiva, la agenda binacional debería orientarse hacia reducir tensiones, el financiamiento a la inversión en infraestructura fronteriza, legalizar la fuerza de trabajo mexicana que emigra y, siguiendo a Robert Pastor (2001), profundizar el TLCAN en el sentido de generar un fondo de inversión regional que permita reducir la brecha de desarrollo entre México y Estados Unidos.

La cercanía geográfica es, pues, una fuente de posibilidades y desventajas para el desarrollo regional de la frontera. No obstante, el enfoque dual de la política norteamericana de open market–closed border, señalado ya por Aguilar Barajas (2007), limita notablemente las oportunidades de integración económica de la región. No es posible ignorar que la cercanía mutua de los países al nivel frontera se encuentra aún rebasada por la lejanía en que se deciden las relaciones México–Estados Unidos. Así, irónicamente, la multitud de contactos e intercambios fronterizos binacionales de los vecinos cercanos se ven constreñidos y dependientes en gran medida de las decisiones tomadas lejanamente por los políticos y administradores en la ciudad de México y en Washington.

 

Bibliografía

Aguilar Barajas, Ismael, 2007, "Globalización económica y el papel de la frontera en la región América del Norte", en Jorge Eduardo Mendoza, coord., El TLCAN, la frontera México–Estados Unidos: aspectos económicos, Tijuana, El Colef/ Miguel Ángel Porrúa.        [ Links ]

Feinberg, Richard, 2001, "San Diego, Baja California, and Globalization", en <www.pacificcouncil.org/pdfs/Baja.Q.final.pdf>, consultado el 15 de julio de 2008.        [ Links ]

Pastor, Robert, 2001, Toward a North American Community, Washington D. C., Institute for International Economics.        [ Links ]

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