SciELO - Scientific Electronic Library Online

 
vol.17 número33Border Oasis: Water and the Political Ecology of the Colorado River Delta, 1940-1975Tijuana la horrible: Entre la historia y el mito índice de autoresíndice de materiabúsqueda de artículos
Home Pagelista alfabética de revistas  

Servicios Personalizados

Revista

Articulo

Indicadores

Links relacionados

  • No hay artículos similaresSimilares en SciELO

Compartir


Frontera norte

versión On-line ISSN 2594-0260versión impresa ISSN 0187-7372

Frontera norte vol.17 no.33 México ene./jun. 2005

 

Reseñas bibliográficas

 

Naviguer dans le désert: Itinéraires résidentiels à la frontière Mexique-Etats-Unis

 

Marie-Carmen Macías*

 

Claudia Carolina Zamorano-Villarreal, París, éditions IHEAL, 2003, 267 pp. (collection Travaux & Mémoires de l'IHEAL).

 

* Investigadora del Centre de Recherche et de Documentation sur l'Amérique Latine (CREDAL). Dirección electrónica: mcmc@free.fr.

 

Desde 1970, el crecimiento urbano de la frontera norte de México ha dado lugar a una multitud de estudios que ponen de manifiesto la necesidad de un planeamiento urbano que integre la problemática del crecimiento demográfico y la del crecimiento industrial. La búsqueda de racionalidad no sólo se ha podido observar en los proyectos de ordenamiento territorial y de desarrollo económico tanto en el ámbito urbano como en el regional, sino que también ha sido un reto científico para quienes investigan sobre la frontera norte de México. Entre los numerosos estudios relativos a las ciudades fronterizas, el de Claudia Carolina Zamorano-Villarreal plantea de forma renovada el paradigma de la frontera norte a través del tema de la movilidad residencial en Ciudad Juárez. Esta autora propone una visión sintética de las condiciones de vida de las clases populares juarenses: su análisis adopta una dimensión a la vez global y globalizadora, tomando el concepto de movilidad residencial en todas las acepciones posibles del término. La movilidad se manifiesta en diversas áreas que afectan tanto a las personas (cambio de residencia, flujos migratorios, movilidad social, movilidad laboral, entre otros aspectos) como a las empresas y los capitales. Así, la estructura del libro en tres partes permite "navegar" por las distintas escalas entre las que la movilidad es el hilo de Ariana que permite pasar de la presentación contextualizada de Ciudad Juárez a los itinerarios residenciales de las familias fronterizas, integrando tanto la historia de la frontera como la de los individuos. Este enfoque pone de relieve las interrelaciones entre el individuo y la sociedad con una perspectiva dinámica situada en espacios y temporalidades múltiples.

Este estudio, que pudiera hacer hincapié sólo en la precariedad de las condiciones residenciales de la población, busca evidenciar también los factores de mayor vulnerabilidad en el acceso a la vivienda en Ciudad Juárez. Si bien la industrialización permite a los trabajadores gozar de niveles de consumo entre los más elevados de México, ellos, sin embargo, no acceden a los servicios urbanos más básicos, a los que podrían corresponder sus niveles de ingresos y sus proyectos de movilidad social. Estos hechos destacan las contradicciones del desarrollo socioeconómico en la frontera norte, como lo demostraron, en su tiempo, los estudios precursores de T. Guillen, R. Sánchez y T. Alegría. Además, la migración (proceso complejo y evolutivo con temporalidades y ciclos variables) interviene como un factor contraproducente en la mejora de la vivienda, puesto que las familias migrantes la consideran como provisional. Ésta es la razón por la que las condiciones y los métodos de acceso al alojamiento se estudian en relación con la situación familiar (uniones y separaciones, celibato de las madres, etcétera), condiciones de trabajo (obrero o no de la maquila) y el status migratorio de los individuos (reciente instalación, idas y vueltas sucesivas, etcétera). En esta obra, la historia del desarrollo de Ciudad Juárez y las historias individuales se entrecruzan para dar sentido a las contradicciones materiales. Este enfoque se apoya en la metodología de Norbert Elias, al que se refiere frecuentemente la autora (particularmente a Die Gesellschaft der Individuen).

La frontera resulta ser, para Zamorano, un espacio de incertidumbres. Por ello, la autora refuta el concepto de estrategia de vida y prefiere hablar de trayectoria o más precisamente de itinerario —puesto que la trayectoria contiene la idea de plan predefinido— para calificar las adaptaciones de las familias a las realidades socioeconómicas inestables que limitan el campo de las acciones e impiden así la ejecución de estrategias a largo plazo.

Las incertidumbres de estas ciudades residen principalmente en cuatro factores: las evoluciones del mercado laboral (no sólo la movilidad de los empleados), la coyuntura económica (que provoca también la movilidad de las empresas), las complejas relaciones entre México y Estados Unidos, y el papel que desenvuelve la migración como alternativa a las discontinuidades del crecimiento económico en la frontera. Por otra parte, la industrialización no llega a sedentarizar a la población, y la dinámica migratoria es cada vez más compleja: no sólo depende de las relaciones entre Estados Unidos y México sino que constituye un proceso en constante evolución en el que se presentan idas y vueltas con temporalidades diversas (temporarias, estacionales y definitivas). Así, pues, el status migratorio constituye un factor explicativo en la relación de la familia con sus condiciones de alojamiento: la relativa sedentarización de la población, señala la autora, "conduce a las familias a conceder más importancia al alojamiento en la jerarquía de las necesidades" (p. 13).

El análisis toma en cuenta los factores de cambio en relación con el empleo (la maquila da trabajo primero a las mujeres y poco a poco incluye también a los hombres) y con las dinámicas urbanas. La primera parte presenta un panorama detallado de los modos de producción y de circulación de la vivienda en los sectores asignados a las clases populares en Ciudad Juárez, de 1960 a 2000. Esta descripción se basa en la caracterización de los diferentes status residenciales y en el cambio de las políticas públicas de vivienda, ya que las situaciones son diversas y complejas. Existen diferentes maneras de adquirir casa propia: donación y herencia, compraventa entre particulares, por medio de organizaciones de barrio o por los organismos de interés social. Los modos de ocupar un espacio para vivienda son igualmente variados: alquilar, compartir la renta, "arrimarse", etcétera. En todos los casos, se trata de una gestión patrimonial de la vivienda, inclusive en el sector de la autoconstrucción como estrategia contra la incertidumbre. En 40 años, el sistema de ocupación de la vivienda ha cambiado e influyó en la dinámica urbana: el sector locativo disminuyó relativamente y se concentró en la parte más antigua de la ciudad; se incrementó el porcentaje de ocupantes propietarios, sobre todo en la periferia de la ciudad, y se mantuvieron los otros tipos de ocupaciones en todos los barrios. Las políticas del alojamiento que se inscribían en el desarrollo del estado de bienestar que favorecía al sector social y público sufrieron, en los años ochenta, los efectos de dos acontecimientos: en primer lugar, la crisis de 1982; luego la liberalización progresiva de la economía llevada a cabo por el gobierno panista. Paralelamente, la política eficientista del PAN —la cual tenía por objetivo sanear la gestión de la ciudad restableciendo el equilibrio de los poderes entre las organizaciones de barrio y el gobierno municipal— finalmente no modificó las principales formas para adquirir una vivienda reservadas a las clases populares. A lo sumo, esta política favoreció o descartó, en el ámbito local, algunas organizaciones de barrio.

Aunque las fuentes de información estadística no reflejan la complejidad de la sociedad fronteriza, las encuestas cualitativas realizadas por la autora le permitieron establecer indicadores fiables y bastante precisos para caracterizar las vías de acceso al alojamiento. Claudia Carolina propone una tipología que, partiendo del hecho de que los residentes sean o no propietarios de la vivienda, combina cuatro factores que influyen en las posibilidades de que una familia pueda acceder a los sectores de alojamiento: la coyuntura del mercado inmobiliario en el momento en que empieza la familia su itinerario residencial (antes o después de 1982); la condición laboral (trabajo en la maquila o no); la situación familiar; y la historia migratoria. Esta tipología se basa en información sumamente precisa recogida a través de investigaciones biográficas realizadas por Claudia Zamorano, quien en numerosos casos pudo establecer una relación privilegiada con las familias. Este planteamiento permite no sólo tratar la información en los grupos distribuidos en cohorte (según la fecha de instalación en Ciudad Juárez) y a partir de caracteres específicos, sino también da la oportunidad de ilustrarlos con ejemplos precisos.

Entre las numerosas familias que fueron entrevistadas, Claudia Zamorano nos presenta tres ejemplos que ilustran la tipología construida a partir de la combinación de todos estos factores: un primer caso muestra cómo la movilidad residencial corresponde a una ruptura en la historia de la familia; otro ejemplo hace referencia a una familia de dos generaciones cuyo itinerario residencial presenta la alternativa entre la elección y el rechazo de las soluciones propuestas por las organizaciones de barrio y las instituciones de crédito inmobiliario oficial: el paso de la autoconstrucción a la institucionalización del crédito sólo se produce al cabo de dos generaciones; por último, el tercer itinerario residencial depende de la alianza de dos familias, en la que una moviliza sus recursos materiales y morales y favorece la condición de todos los miembros de la nueva familia compuesta.

A ese micronivel se examinan la genealogía y la historia de la familia y de quienes habitan en la casa, aun fuera de todo vínculo de parentesco, en una perspectiva espacial: la relación vivienda/familia tiene lugar entre rupturas y continuidades.

Todos estos factores definen el grado de incertidumbre de las familias frente al tema del acceso a la vivienda. Pero, en todo caso, cualquiera que sea el grado de vulnerabilidad o control sobre aquellos factores, Claudia Carolina Zamorano rechaza tanto la noción de estrategia de vida como la de estrategia residencial. Para la autora, dos fenómenos acentúan el carácter contingente de la ciudad: la migración y la industrialización.

Por último, la autora busca dar una imagen de todos los procesos descritos al nivel de los grupos (en la tipología), no sólo en la historia de las familias sino en la escala de la casa que ocupan. Asimismo muestra las producciones y las apropiaciones individuales de los espacios domésticos. Este acertado análisis de la autoconstrucción muestra que es un proceso evolutivo que corresponde a las relaciones que van entretejiendo las historias de cada individuo de la casa. A diferencia del estudio precursor de D. Hiernaux en los años ochenta sobre la autoconstrucción en Tijuana, no se trata de exponer el tema de la autoconstrucción en la dinámica urbana a partir de datos estadísticos sino de identificar las modalidades de cohabitación. La autoconstrucción forma enteramente parte de las historias familiares e individuales de los inquilinos de la casa. Para Zamorano, la producción y la apropiación de los espacios domésticos es un "asunto de individuos en familias" (p. 87). Las representaciones gráficas de la vivienda de dos familias tomadas como ejemplos permiten mostrar cómo los espacios domésticos se transforman ante nuestros ojos siguiendo la historia de las familias. Ambas situaciones corresponden a dos lógicas residenciales: la primera es la de una lógica de consolidación y transmisión patrimonial y la otra presenta un proceso de individualización y de apropiación de los espacios de la casa en el caso de la cohabitación de familiares y hermanos.

El crecimiento explosivo de las ciudades norteñas fue, desde las primeras investigaciones, un tema importante, particularmente el de la vivienda en los barrios de los inmigrantes. Las encuestas biográficas aportan una dimensión cualitativa a las informaciones en un nivel de desagregación muy preciso que permite incluir la realidad de los individuos y sus vínculos de interdependencia. Para esto, la autora maneja todos los aspectos del tema hasta llegar a una geografía precisa de los espacios domésticos, estudiada en su dimensión temporal.

La contribución científica de Claudia Zamorano se basa esencialmente en el reto de un planteamiento pluridisciplinario en el campo de las ciencias sociales. Efectivamente, la investigadora se apoya en métodos consustanciales a distintas disciplinas (cartografía, análisis estadístico, relato histórico, entre otras) del área de los estudios sociales (geografía, economía, demografía, etcétera), persiguiendo, al mismo tiempo, un objetivo sociológico. Parece ser que el tema relativo a los espacios domésticos se presta a este enfoque. Los geógrafos franceses B. Collignon y J.-F. Staszak recientemente publicaron un libro sobre los espacios domésticos, texto que reúne los trabajos de investigadores situados en otras áreas. El mérito de Claudia Zamorano es haber conseguido mantener el planteamiento pluridisciplinario de manera sistemática a lo largo de toda su obra.

Creative Commons License Todo el contenido de esta revista, excepto dónde está identificado, está bajo una Licencia Creative Commons