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Frontera norte

versión On-line ISSN 2594-0260versión impresa ISSN 0187-7372

Frontera norte vol.12 no.24 México  2000

 

Reseña bibliográfica

 

Free Trade?: Informal Economies at the U.S.-Mexico Border

 

Alonso Pelayo Martínez*

 

Kathleen Staudt Filadelfia, Temple University Press, 1998

 

*Profesor-investigador del Centro de Estudios Regionales de la Universidad Autónoma de Ciudad Juárez. Dirección electrónica: epelayo@infolnk.net.

 

El libro de Kathleen Staudt, profesora de ciencia política de la Universidad de Texas en El Paso, marca un hito en la historia reciente de los estudios fronterizos al insertar por primera vez el enfoque de la informalidad urbana en los estudios sociales de la región.

La pesada carga cuantitativa de los estudios fronterizos convencionales ha sido aligerada por una mirada fresca y cualitativa de las condiciones de vida de la población transfronteriza; entre éstas: la gran cantidad de trabajadores "por cuenta propia" que aprovechan las actividades de contrabando de mercancías extranjeras para integrarse, de manera paralela, en el mercado laboral; la autoconstrucción de viviendas en las colonias populares como actividad de desarrollo en la que participa un vasto sector de la población juarense; el acceso ilegal a los servicios urbanos como práctica generalizada en los asentamientos humanos irregulares, en suma, el ingreso y vivienda de una población transfronteriza de bajos recursos que lucha por la subsistencia en un contexto político signado por la presencia del Partido Acción Nacional (PAN) en los poderes municipal y estatal y que ejerce una sobrevigilancia de las actividades informales con el objeto de manipular la correlación de fuerzas a su favor.

Staudt aborda la informalidad urbana desde una perspectiva espacial y política. En su trabajo son igualmente importantes el análisis de las políticas oficiales de supervisión y control de las actividades económicas, así como las formas de resistencia cotidiana que provoca en los informales. Para unos y otros se hacen recomendaciones que reflejan un buen manejo de la cultura regional transfronteriza y que contrastan con las políticas sugeridas usualmente por las agencias internacionales de desarrollo. Lejos de proponer el tránsito hacia la formalidad a partir del apoyo crediticio y de mercado para las actividades informales, Staudt plantea el reconocimiento de los informales como grupo de interés definido que está peleando su entrada al mundo de las instituciones al igual que otros actores tradicionalmente excluidos, como las mujeres y los indígenas. Es precisamente en esta batalla de los informales que la autora propone cambiar las prácticas manipuladoras de supervisión y control por el diseño y aplicación de políticas económicas que tiendan a mejorar las condiciones de vida de los participantes del sector informal.

Desde esta perspectiva, el análisis de Staudt pone en claro la ausencia de políticas que permitan trascender las prácticas partidistas clientelares a las que regularmente han estado sujetos los informales, bajo la mediación de organizaciones como el Comité de Defensa Popular, la Coalición de Comités de Vecinos (fundada por la administración municipal de Barrio) y los diferentes organismos gestionarios, en franco declive, del Partido Revolucionario Institucional (PRI). En las diferentes coyunturas electorales, es sabido, la elasticidad en la supervisión y control de los informales tiene como eje central su utilización política en favor de algún organismo partidista pero en desmedro de la gradual superación de la condición de vida de una vasta población de informales que, si atendemos a la definición operativa de Staudt, incluiría muy probablemente a más de la mitad de la población juarense.

Para su exposición, el libro ha sido dividido en ocho capítulos. El primero introduce el enfoque, las técnicas y algunas consideraciones teóricas de referencia. El segundo expone el marco teórico gramsciano y las diferentes herramientas conceptuales utilizadas para el análisis multidisciplinario de la realidad fronteriza. El tercero contextualiza la región El Paso-Juárez a partir del proceso de modernización y de los flujos de "personas, mercancías y capitales" entre ambas ciudades. El cuarto muestra los resultados de la investigación de campo sobre la economía informal transfronteriza. El quinto expone el problema de la inmigración y los asentamientos humanos irregulares. El sexto aborda los aspectos políticos de urbanización periférica; en particular, el acceso a los servicios públicos de los pobladores pobres. El séptimo analiza la comunidad política y la informalidad urbana y pone a consideración recomendaciones de política económica. Finalmente, el octavo capítulo expone las conclusiones.

Kathleen Staudt utiliza una definición operativa de la informalidad que le permite realizar una investigación empírica más allá de los espacios del empleo informal. Al ampliar su horizonte de estudio a las actividades de desarrollo de la vivienda popular en los asentamientos humanos irregulares, la autora remonta las actividades propiamente laborales hacia las de desarrollo urbano periférico a partir del acceso informal al suelo y los servicios públicos. Dicho de otro modo, Staudt aborda el fenómeno de la pobreza-informalidad "en" y "de" la ciudad tal y como lo plantea Guillermo Geisse. Desde esta perspectiva, a la estimación del 30 por ciento como porcentaje de trabajadores informales en la región fronteriza (lo cual coincide con las cifras más conservadoras para América Latina-OIT-PREALC) habría que agregarle el porcentaje de los pobladores en los asentamientos humanos irregulares, con lo cual estaríamos hablando de más de la mitad de la población y, en algunos casos, hasta del 70 por ciento. Habría que considerar que para Ciudad Juárez la estimación del Banco Mundial de las viviendas construidas de manera informal fue del 45 por ciento en 1990.

La metodología utilizada por Staudt es uno de sus aciertos. A partir de un marco teórico gramsciano, se introducen herramientas conceptuales que conducen a un enfoque multidisciplinario de la realidad transfronteriza. En este sentido, el libro no es sólo uno más que aborda el tema de la economía informal, sino que también expone temas acerca de problemas fronterizos, instituciones y política, civilidad y cultura política en la frontera México-Estados Unidos en los umbrales del siglo XXI.

En contraste con la encuesta de establecimientos informales levantada por el INEGI en 1988-1989, la de Staudt es una encuesta de hogares en donde la información económica se enriquece con los datos sociológicos y antropológicos provenientes de la esfera familiar. De hecho, la comprensión del fenómeno de la informalidad radica menos en su referente empresarial que en la lógica de subsistencia, donde los datos cualitativos de la organización familiar son de primera importancia. Por otra parte, los datos provenientes de las 600 encuestas (aplicadas en seis colonias populares de ambos lados de la frontera) se cruzan, afortunadamente, con otras fuentes de validación: entrevistas con líderes de opinión, análisis censal, información periodística, muestreo al azar y observación participante de la autora. Staudt habla de una validación múltiple como la clave del análisis de la realidad fronteriza, pero que también remite, en el terreno práctico, a superar las limitaciones propias de la encuesta como una controvertida técnica de investigación en la tradición sociológica.

La informalidad urbana representa, para Kathleen Staudt y otros autores, una solución pragmática, una alternativa real frente a la crisis económica producida por las sucesivas medidas de ajuste estructural. El recurso del empleo múltiple (formal-informal) en las familias de bajos ingresos parece ser un recurso global de los países pobres bajo el neoliberalismo. Sin embargo, adopta una actitud crítica frente a una supuesta potencialidad empresarial de la informalidad, destacando la situación de una mano de obra sobreexplotada salarialmente y exenta de las condiciones elementales de seguridad social. Desafortunadamente, Staudt ubica a los informales en una supuesta zona gris, entre lo legal y lo ilegal, a donde difícilmente se pueden destinar políticas tendientes a mejorar su nivel de ingresos, como ella misma lo recomienda. De tal suerte, Staudt recurre al viejo expediente de los derechos ciudadanos de Stuart Mill para recomendar a los informales "no perjudicar los intereses de otros", con lo cual construye un espacio ideal donde la política se convertiría en un instrumento negado para las clases subalternas, a pesar de su repetida vocación contrahegemónica.

El libro de Kathleen Staudt constituye un esfuerzo afortunado por brindar una mirada actualizada de la frontera México-Estados Unidos. La ciudad global de Staudt es una comunidad intermedia con un rico entramado de relaciones sociales que trasciende la línea divisoria para convertirse en una comunidad desdibujada, donde el Estado-nación pierde su fuerza, donde la demarcación político-territorial se vuelve obsoleta y donde las diferentes manifestaciones sociales son productos simbióticos y bilaterales. Es, en una palabra, una comunidad transfronteriza imaginada a partir de la densa fosilización de los discursos nacionalistas de los últimos tres sexenios y definida físicamente como un espacio concreto y con sus propias dimensiones económicas, políticas, culturales y ecológicas. La exitosa movilización en contra del basurero nuclear de Sierra Blanca, a 16 millas de la línea fronteriza, es un buen ejemplo de esta comunidad imaginada, al decir de Anderson, desde mucho tiempo antes de establecer nacionalidades documentadas y materializada en los esfuerzos conjuntos de una comunidad indivisible con identidad histórica propia y un futuro hasta hace poco incierto.

Por otra parte, la mirada informal, contrahegemónica, es la otra cara del Tratado de Libre Comercio. Al igual que la comparecencia del EZLN en Chiapas, la presencia de la informalidad en una ciudad transfronteriza globalizada por la inversión extranjera alerta contra los engañosos beneficios de lo que en la historia nacional ha quedado registrado como nuestro ingreso formal al "primer mundo".

El cuestionamiento al TLC, graficado con el signo de interrogación al título del libro, alude, sin duda alguna, a esta otra cara de la globalización. Pero también supone una crítica reveladora a la liberalización gradual de "dinero, gente y mercancías" que dispone su entrada en vigor. En este sentido, Staudt describe la "operación bloqueo" implementada por el Servicio de Migración y Naturalización de Estados Unidos, para detener la "ola café" que viene del sur, mediante la militarización de la línea divisoria y las revisiones policiacas en las calles, los lugares de trabajo y los puentes internacionales.

El contraste entre la fluidez de los movimientos de capital y mercancías con los impedimentos físicos y legales para la libre movilización de personas y, en particular, de una fuerza laboral en constante movimiento migratorio, es muestra evidente de que los desequilibrios en la estructura salarial se siguen manteniendo a favor de los beneficios empresariales del capital transnacional. En este sentido, la globalización aparece como una construcción ideológica hegemónica que impone una visión de progreso al mundo, en la cual poco importa la realidad social que padecen las grandes masas marginadas. Esta situación de explotación económica no es nueva. Al decir de Alain Touraine, se está reviviendo a mayor escala lo que a principios de siglo se llamó imperialismo.

Dicho de otro modo, lo que la globalización excluye es a la gente de carne y hueso, que de cualquier manera permanece como sustancial, a pesar de los tratados y programas internacionales y el futuro luminoso que prometen. Staudt lo describe de la siguiente manera:

Alguna vez considerada como la periferia de ambos países, la frontera México-norteamericana es ahora el eje central de los cambios económicos de la globalización. El Programa de Industrialización Fronteriza de 1965 en Mexico ayudó a iniciarlos y el Tratado de Libre Comercio de Norteamérica los consolidó. A pesar de estos cambios ostensiblemente promisorios, el corazón de la vida en la frontera se encuentra en la gente en tránsito: la gente que emigra hacia la frontera buscando mejorar su nivel de vida al igual que la gente que vive en la región.

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