SciELO - Scientific Electronic Library Online

 
vol.12 número23Migración irregular de México a Estados Unidos: Diez años de investigación del Proyecto Cañón ZapataAspectos teóricos para el estudio sociodemográfico del embarazo adolescente índice de autoresíndice de assuntospesquisa de artigos
Home Pagelista alfabética de periódicos  

Serviços Personalizados

Journal

Artigo

Indicadores

Links relacionados

  • Não possue artigos similaresSimilares em SciELO

Compartilhar


Frontera norte

versão On-line ISSN 2594-0260versão impressa ISSN 0187-7372

Frontera norte vol.12 no.23 México Jan./Jun. 2000

 

Artículo

 

Un punto de partida. Los trabajos de Paul S. Taylor sobre la migración mexicana a Estados Unidos

 

Jorge Durand*

 

* Profesor-investigador de la Universidad de Guadalajara. Dirección electrónica: jdurand@rsage.org.

 

Resumen

Este artículo ofrece una mirada a los trabajos de Paul S. Taylor, principalmente, pero también se hace referencia a la labor de uno de los epígonos del investigador estadunidense, Manuel Gamio, con quien tuvo alguna relación. Ambos son referencia obligada para todos aquellos que estén interesados en el tema de la migración de mexicanos a Estados Unidos. Sin grandes teorías, Taylor dio cuenta de un fenómeno social complejo y dinámico mediante la interpretación y el análisis de sus propios datos, y este recurso metodológico quizá sea lo más sorprendente de sus análisis.

 

Abstract

This article offers a glance to the work of Paul S. Taylor, mainly, and Manuel Gamio's, his Mexican counterpart and follower. Both of them are key references for all those interested in the subject of the migration of Mexicans to the United States. Without great theories, but from his own interpretation and analysis of data. Taylor gave a great account of a complex and dynamic social phenomenon; his personal research method is precisely the most surprising aspect of his analysis. This article has made its purpose to recover and revaluate Taylor's contribution to this area.

 

Introducción

Durante una entrevista que se le hiciera a Paul S. Taylor en 1973, se le preguntó si él había llevado a la Bancroft Library los documentos que pertenecieron a Simon Lubin, ilustre californiano, quien fuera miembro de una comisión de intermediación en la huelga de pizcadores de algodón del Valle Imperial en 1934.

La respuesta de Taylor fue directa, dijo que él había hecho la gestión para que los documentos fueran entregados a la Bancroft Library y que "el estaba seguro que esos documentos estaban donde debían estar". Por tanto, si alguien quiere estudiar la huelga de los pizcadores de algodón en 1934, puede ir a la biblioteca de Berkeley, con la seguridad de que allí encontraría los documentos.

Lamentablemente, no se puede decir lo mismo sobre los papeles y documentos que Manuel Gamio dejara en la biblioteca del Instituto Interamericano Indigenista (III). Nuestra suerte y nuestra historia quizá son más azarosas y surrealistas de lo que cualquiera pudiera imaginar.1 Los estudios sobre Gamio tendrían que esperar a que algún día estén los archivos disponibles, de ahí que este trabajo se enfoque principalmente al aporte que hiciera Paul S. Taylor, quien junto con Manuel Gamio fue uno de los pioneros en este campo de estudio.2

La mejor manera de acercarse a Paul Taylor es a través de él mismo, de sus numerosas publicaciones y de una larga entrevista que se le hiciera en 1973 y que forma parte de dos proyectos de historia oral: "Regional Oral History Office" y "Earl Warren Oral History Project". La entrevista luego fue transcrita y se conserva en sendos volúmenes en la Bancroft Library, de la Universidad de California en Berkeley, y en la biblioteca de la Universidad de Chicago (Taylor, 1973), lo que no necesariamente es una casualidad: las dos instituciones, de hecho, tuvieron mucho que ver con los primeros estudios que se hicieron sobre la migración mexicana. Ambos investigadores fueron apoyados para realizar sus trabajos por el Social Science Research Council, pero fue la Universidad de Chicago la que publicó las dos obras fundamentales de Gamio y fue la Universidad de California en Berkeley la que publicó los primeros trabajos de Taylor.

Para los que estudiamos la migración entre México y Estados Unidos hablar de Gamio y de Taylor es como referirnos a los padres fundadores. Toda la sabiduría y el conocimiento emana de sus textos. No hay campo que no abordaran ni tema que no trataran. Ambos lograron realizar un trabajo audaz y profesional, que nos permite tener una visión comprehensiva del fenómeno migratorio en la década del veinte, una visión sustentada en hechos y en datos, más que en teorías e interpretaciones. Después de ellos viene un vado de casi cuarenta años, en el que prácticamente nadie escribe, piensa o investiga sobre el tema. De ahí que su obra sea un hito fundamental para el conocimiento de la materia y que pueda resultar de interés conocer la manera en que Taylor se fue adentrando en el tema y cuál fue su método de investigación.

 

Una mirada amplia y limpia

Dos temas van a ser fundamentales en la vida académica de Paul Taylor: el trabajador migratorio y el control del agua. Dos miradores para tratar un mismo sujeto de estudio, la agricultura. A los dos temas le va a dedicar buena parte de su vida. No obstante, su lucha y su vida política estarán muy ligadas al problema del agua y su propuesta de limitar su uso a 160 acres, para así evitar el monopolio. De hecho, las entrevistas versan en buena medida sobre estos dos grandes temas académicos y se complementan con su historia personal y familiar y su relación con Dorothea Lange, personaje mítico de la historia de la fotografía norteamericana y mundial.

Paul Taylor era, sin lugar a dudas, el gran especialista en el tema de la migración mexicana. Pero el veía las cosas de manera diferente. Cuando le insistieron sobre el asunto, él contestó diciendo que decir que era un "especialista" no tenía mucho valor, porque en Norteamérica casi nadie se había dedicado a estudiar a fondo el tema. Y si se quería compararlo con alguien, tendría que ser con Manuel Gamio, el eminente antropólogo mexicano.

Más aún, Taylor afirmaba con soltura y sin complejos que él no fue el primero en estudiar el tema, que antes lo había hecho Victor Clark (1908), y que también Emory Bogardus (1928) tenía un trabajo interesante sobre la materia. La sencillez y la humildad de Taylor se manifiestan a lo largo de toda la entrevista. Nunca pretendió "adueñarse" del tema y lamentaba que su trabajo no lo hubieran continuado otros investigadores. En la época en que le hicieron la entrevista, Taylor consideraba que el tema de la migración mexicana estaba académicamente "muerto" .

La relación entre Gamio y Taylor, al parecer, fue correcta y de mutuo respeto. Gamio tenía 43 años cuando empezó su trabajo en 1926 y Taylor tenía 33 en 1927, una diferencia de 12 años que es significativa en el mundo académico. Para Taylor este era su primer trabajo; en cambio, Gamio ya había publicado "La población del Valle de Teotihuacan" en 1922. La diferencia de edad y los cargos políticos de Gamio marcaban ciertamente una distancia; pero no tanta como para impedir una relación académica. Ambos conocían el trabajo de cada quien, y cuando Taylor estuvo trabajando en Arandas (1931) fue a la ciudad de México a visitar a Gamio, y éste le abrió las puertas para que pudiera conseguir la información estadística que requería.

Las diferencias entre Gamio y Taylor sobre la percepción del fenómeno migratorio son más bien una preocupación de Robert Redfield, quien fuera editor de las obras de Manuel Gamio y amigo de Paul S. Taylor. Pareciera que Redfield se empeñó en marcar esas diferencias.

De las nueve notas que como editor insertara Redfield en el texto de Gamio, tres hacen referencia a los trabajos de Taylor. En los tres casos Redfield corrige a Gamio basándose en los trabajos posteriores de Taylor. En la primera nota Redfield pretende corregir la opinión de Gamio de que la frontera sólo podría controlarse de manera eficiente si intervinieran ambos ejercitos, el mexicano y el norteamericano, y lo hace citando a Taylor, que decía que el trabajo de la Patrulla Fronteriza era cada vez más eficiente (Gamio, 1969, p. 12). En la segunda nota Redfield comenta la sugerencia de Gamio de que la migración debia estudiarse tanto en los lugares de origen como en los de destino, afirmando que ese trabajo ya lo había realizado Taylor (Gamio, 1969, p. 188). Por último, Redfield entra a debatir con Gamio, con argumentos de Taylor, el tema de la temporalidad o definitividad de la emigración mexicana (Gamio, 1969, p. 247).

Habría que mencionar también que la mano de Redfield estuvo presente en la edición del libro de entrevistas The Mexican Immigrant, His J.4e History, donde suprimió partes y cambió nombres de personas y lugares. Una evaluación exacta de lo que significó la "tijera" de Redfield podrá conocerse cuando Devra Weber (1999) concluya su interesante trabajo y publique la versión original de las entrevistas y los comentarios al margen de Redfield.

Existen tres ediciones de las entrevistas de Gamio: la primera publicada en 1931, la versión en español publicada por la UNAM en 1969 y una reedición en inglés de 1971. En esta última se incluye una introducción a cargo de Paul S.Taylor. Allí Taylor se refiere a Gamio como el "más distinguido antropólogo de aquellos tiempos" y hace una breve introducción al libro, que demuestra una lectura atenta y perspicaz. Resalta el valor de un estudio contemporáneo basado en entrevistas y la utilidad que tiene para entender la experiencia migratoria. La introducción concluye poniendo de manifiesto los cambios que se han dado en el fenómeno migratorio, y pone como ejemplo que en los tiempos de Gamio los trabajadores agrícolas en huelga estaban representados (mal) por el cónsul de México, pero que en la actualidad ellos tenían su propio líder, el Méxicoamericano César Chávez. Para Taylor, el migrante mexicano como grupo social había llegado a una etapa de madurez, se había liberado del paternalismo oficial y empezaba a tomar en sus manos su propio destino.

Al igual que en el caso de Gamio, los libros y las publicaciones de Taylor pasaron a la letra impresa de manera casi inmediata y todos sus libros se volvieron a editar. En el caso de Taylor, fue notoria su gran capacidad para escribir y "reportar" sus investigaciones. El primer formato que tuvieron sus trabajos sobre México fue el de cuadernillos, ya que era el modo más barato de hacerlo. A pesar de eso, los colegas de Taylor se quejaban de que casi acaparaba todo el presupuesto editorial de la universidad. Luego vendrían reediciones de casi todas sus obras, ahora sí, en forma de libros, e incluso se han recopilado sus artículos y publicado en forma de libro (1983 y 1981).

La curiosidad de Taylor era infinita y encontraba la manera de conseguir muchísima información y sistematizarla. En una ocasión llegó a un arreglo con el empleado de una gasolinera de la Standard Oil para que contara los coches de mexicanos que pasaban por ese camino y se los reportara semanalmente. Iba a las iglesias a recabar series de bautismo y matrimonio. Conseguía información en las escuelas donde asistían niños mexicanos. Hacía investigación sobre las cosechas, sus tiempos y requerimientos. Contabilizaba a los mexicanos que habían pagado impuestos por pasar a Estados Unidos. Investigaba a los propietarios, sus fincas y sus orígenes. Conseguía información de los juzgados y las oficinas públicas. Se preocupó por el tema de la vivienda de los migrantes, por la migración infantil y femenina, temas que todavía siguen vigentes. Preguntaba sobre los hábitos de consumo de los mexicanos y si eran buenos o malos pagadores. Se interrogaba en torno a las relaciones interétnicas. Investigó sobre las sociedades mutualistas y los clubes de migrantes, publicó numerosos corridos de tema migratorio e hizo una contribución importante en la recopilación del cancionero mexicano en Estados Unidos, realizó un trabajo muy amplio sobre las condiciones de vida de los trabajadores migrantes, sobre la manera en que vivían, gastaban y ahorraban. Estudió las huelgas de los pizcadores de algodón en 1933 y 1934. Sistematizó información sobre lugares de origen y destino de los migrantes. Estudió, sobre todo, a los trabajadores agrícolas, pero también hizo incursiones con los trabajadores del ferrocarril, el empaque de alimentos, las fundiciones, y con los trabajadores en general. Fue uno de los primeros en incluir fotografías en sus publicaciones, realizó importantes contribuciones en el campo de lo que hoy se llamaría la antropología visual. Hizo trabajo de campo intensivo y extensivo en California, Texas, Illinois, Colorado, Pensilvania y los Altos de Jalisco, los principales lugares de destino y origen de los mexicanos en Estados Unidos. Y, last but not least, se embarcó en un proyecto que podría calificarse como de antro-pología aplicada, al promover y desarrollar los campamentos de trabajadores migrantes, financiados por el gobierno federal.

 

El modo y el método

Los textos de Taylor rebosan de información. De ahí que muchos se preguntaran por la manera en que conseguía sus datos. Una parte del enigma la resuelve, en el prólogo que escribió para el segundo tomo de entrevistas, el famoso antropólogo norteamericano George M. Foster, quien cuenta que conoció a Taylor en un largo viaje que realizaron por la India, Pakistán y Filipinas, como expertos de la AID, para evaluar la contribución norteamericana a proyectos de desarrollo (Taylor, 1973). Y lo que más le impresionó de su compañero de viaje fue "la maestría con que obtenía información".

Según Foster, Paul Taylor convencía a su informante de lo importante que era para él esa charla y de lo agradecido que estaba por el tiempo que le dedicaba. Luego, de una manera casi natural, empezaba a trabajar una temática y poco a poco llegaba al tema central, y generalmente obtenía la información que buscaba.

Taylor sentía una empatía con la gente del común y con la gente honesta. En cambio, con la gente pretenciosa y pomposa, algunos de ellos burócratas y autoridades locales, era implacable. Con éstos, muchas veces mostraba ingenuidad a lo largo de la entrevista, los dejaba hablar, y cuando ya casi estaban convencidos de que lo habían engatusado, dejaba caer una pregunta que los dejaba atónitos y se despedia.

Ciertamente, llama la atención el cúmulo y la calidad de la información que Taylor era capaz de obtener. Por eso los entrevistadores insisten en preguntarle, una y otra vez, si él planeaba su trabajo de campo y si dedicaba una parte importante de su tiempo a la preparación. Taylor invariablemente tuvo la misma respuesta. Él no planeaba nada; simplemente, tomaba su coche de segunda mano, un Dodge Roadster, se iba donde estaban trabajando los mexicanos y cuando veía un grupo se acercaba a preguntarles algo incidental, y luego de establecida una relación normal empezaba a preguntar sobre el trabajo, los salarios y la gente. Finalmente, se identificaba como un maestro de escuela que tenía que conocer las necesidades de la gente.

Taylor debió haber conocido o intuido aquella vieja conseja mexicana de que lo importante no es lo que se pide, sino cómo se pide. El "modito" resulta fundamental en la cultura mexicana, y Taylor lo manejaba con insuperable maestría. Para él, hacer trabajo de campo era igual que tirarse a nadar en una alberca, era algo que se aprendía ejerciéndolo, era, como lo han dicho muchos otros científicos sociales, un oficio.

Según Taylor, él no tenía ningún método específico, salvo la tradición que retoma de la escuela de economía de Wisconsin, donde él estudió, y que se caracterizaba por ir directo al tema y no separar nunca la economía de la historia, la sociología, las ciencias políticas, los estudios jurídicos y la antropología.

Siempre estuvo interesado en la visión histórica y nunca quedó defraudado cuando le dedicó tiempo y energías para trabajar en esa línea de investigación. Según Taylor, las fuentes históricas enriquecían el análisis que se podía hacer sobre lo contemporáneo. Por otra parte, Taylor manejaba la técnica de la entrevista, la observación y los estudios de caso como un experto antropólogo. El mejor estudio de comunidad, relacionado con el tema de la migración, sigue siendo el trabajo que hiciera Taylor en Arandas, Jalisco (1933).3

En cuanto a la manera de seleccionar sus lugares de estudio, Taylor dice que primero hacía una lista de lugares donde podía realizar su trabajo, los visitaba personalmente y luego escogía uno para realizar un estudio a profundidad (así seleccionó el Valle Imperial). Después, ya en el curso de la investigación, empezaba a profundizar en los antecedentes de la región y se interesaba por el contexto histórico y por comparar la situación con otros ambientes que conocía. Siempre intentó alternar su interés en los estudios históricos con la investigación contemporánea.

Él mismo define la manera en que trabajaba: "my method in the field is to observe, then to select". Y comenta cómo sus amigos del campo de la estadística desconfiaban de su manera de obtener información. Pero Taylor insiste en y defiende el caracter heurístico de su metodología: "The results I get from observartion stimulate my own thoughts more than many columns figures ... " (1983, p. 233).

Le interesaba conocer el fenómeno desde diferentes puntos de vista. Para eso fue a México, a buscar los orígenes de la migración, y escogió a la región de los Altos porque le dijeron que allí había una amplia tradición migratoria. Luego se fue a San José Tateposco, cerca de Guadalajara, porque allí vivían unos informantes suyos, Paulino Ramos y su hermano Victorio, a quienes había conocido en Betlehem, Pensilvania. Quería conocer, no sólo los orígenes de la migración, sino también a la gente que había retornado, expulsada de Estados Unidos, durante la época de la Gran Depresión. Y allí realizó un pequeño trabajo de investigación sobre la manufactura de cántaros (Taylor, 1933), que según Foster es un modelo de investigación etnográfica.

No sólo eso, en su viaje a San José Tateposco obtuvo información privilegiada sobre el fenómeno migratorio y sobre lo cual nunca llegó a escribir, pero da cuenta de ello de manera magistral en la entrevista:

Le dije a Paulino, que estaba haciendo un cántaro: "Paulino: qué crees que es mejor, estar allá en Betlehem, Pensilvania, o aquí en San José Tateposco?" Y mientras seguía haciendo el cántaro me respondió: "Señor, yo creo que es mejor estar aquí en Tateposco". Y cuando le pregunté por qué pensaba eso, me respondió que "aquí había más libertad".

Luego le pregunte lo mismo a su esposa, que estaba amasando el barro para Paulino. Y sin dejar de trabajar me respondió que "para ella era mejor vivir en Betlehem, Pensilvania". Yo le pregunte entonces por qué y ella inmediatamente me respondió que "allá había más libertad; allá sólo había que darle una vuelta a la perilla para que se encendiera el gas y aquí había que ir al cerro a buscar leña". Y ellos dos entendían perfectamente la respuesta que cada quien había dado. De este modo, con la misma pregunta yo obtuve la misma respuesta, pero argumentaciones completamente opuestas, dependiendo del sexo.

Esta respuesta sigue vigente, y algunos hemos escrito sobre el tema de la "libertad" como si fuera la gran novedad (Durand, 1994). Y en este sentido los ejemplos abundan. En la actualidad se sigue afirmando, como un gran descubrimiento, que hay diferencias de género importantes con respecto al retorno. Las mujeres no quieren regresar, mientras que los hombres hacen todo lo posible por volver.

Una y otra vez, nos topamos con lo mismo. No hay nada nuevo sobre el tema, después de que Gamio y Taylor arrasaron con la materia. La que nos toca hacer como investigadores es volver sobre sus pasos y tratar de documentar la realidad contemporánea, monitorear lo que sucede hoy en día, con instrumentos quizá más afinados o sofisticados, y comprobar que el fenómeno migratorio, como proceso social, sigue siendo muy semejante aunque surjan nuevos lugares de origen y destino y cambien las condiciones socioeconómicas, la intensidad de los flujos, las políticas migratorias. Hay un núcleo esencial en el fenómeno migratorio que permanece incólume y toda una serie de variables que van alternándose o renovándose a lo largo del tiempo.

 

Taylor y la investigación gráfica

La pasión de Paul Taylor por investigar y acercarse lo más posible a la realidad lo llevó por el camino de la fotografía. Afirmaba que con una buena foto podía decir mucho más que con palabras. Sobre todo, cuando los lectores debían convencerse de que la realidad era como era, es decir, unas condiciones de vida deprimentes y personas que invariablemente soportaban su situación con dignidad. Según Taylor, reducir la investigación sólo a números era como lavarse las manos y liberarse de ciertas responsabilidades; entre ellas, la de considerar al sujeto de estudio como un ser humano (Taylor, 1973, vol. I, p. 127).

Desde sus primeros trabajos de campo Taylor empezó a utilizar la fotografía como un instrumento de análisis y descripción etnográfica. En 1929 tomó fotos en su investigación realizada en Texas que luego publicó en 1934, en su libro An American-Mexican Frontier. Y desde esa fecha empezó a establecer contacto con fotógrafos que luego serían muy famosos. Con Paul Kellog tomó fotografías de trabajadores mexicanos en el sur de Texas, y en la revista que dirigia Kellog, Survry-Graphics, publicó un artíulo con varias fotografías, de trabajadores pizcando algodón, del famoso fotógrafo de paisajes norteamericano Ansel Adams (Taylor, 1931).

En An American-Mexican Frontier Taylor introdujo varios conjuntos de fotografías con el objetivo de que el lector pudiera contrastar y comparar situaciones diversas. En un caso, las tres fotografiías fueron tomadas el 31 de julio de 1929, a lo largo del camino que va de San Antonio a Corpus Christi. Las tres denotan situaciones semejantes pero distintas. En la primera aparece un grupo de pizcadores de algodón mexicanos que van a trabajar encaramados en un camión; en la segunda se presenta a un grupo de pizcadores mexicanos que viajan en unas carretas jaladas por caballos, y en la tercera a una familia blanca de pizcadores de algodón tomando el desayuno allado de la carretera.

En otro conjunto de tres fotografías, publicadas en el mismo libro, el contraste es más evidente. Se trata de tres escuelas, una para blancos, otra para mexicanos y otra para negros. Las diferencias hablan por si solas.

Taylor empezó a tomar fotos con una cámara Eastman Kodak, pero cuando fue a México llevó una cámara profesional, una Rolleiflex. A lo largo de la entrevista comenta que una amiga suya, con la que viajó a México, usaba la cámara por placer, pero que ella usaba para su trabajo (1973, vol. I, p. 109). De hecho, los dos trabajos publicados sobre este viaje de investigación incluyen fotografías.

En efecto, en el artículo sobre cómo se hacen los cántaros en San José Tateposco, Taylor publicó una serie de tres conjuntos de seis fotografías cada uno, 18 en total, en las que reconstruyó gráficamente el proceso de hacer cántaros, desde el momento en que se va a buscar el barro hasta que se lleva la pieza al mercado (1933). Taylor no dice nada al respecto, pero obviamente sabía que sus fotografías eran fundamentales para poder lograr una buena descripción etnográfica. No se trata de una mera ilustración; Taylor le da calidad explicativa y descriptiva a la imagen.

Posteriormente, Paul Taylor se relacionó con Willard Van Dyke, periodista, fotógrafo y amigo, a quien apoyó para que un grupo de fotógrafos tomara sus placas en un campamento donde vivían desempleados, en Oakland, California. Entre los fotógrafos estaba Dorothea Lange, su futura esposa. Las fotos que tomaron en aquella ocasión fueron presentadas en una exhibición que promovió el mismo Taylor.

Luego, cuando estuvo a cargo del proyecto de investigación de la Division of Rural Rehabilitation de la California State Emergency Relief Administration, solicitó para su equipo a varios auxiliares de investigación y a un fotógrafo. El estaba seguro de que sus palabras no eran suficientes para convencer a la gente que tomaba decisiones y de que tenía la obligación de mostrar la realidad tal cual era. De este modo, contrató a Dorothea Lange, quien figuraba en la nómina como secretaria, porque la burocracia no podía admitir que ese cargo fuera realmente indispensable.

El resultado del trabajo fue un reporte elaborado conjuntamente por Taylor y Lange, en donde se incluían un buen número de fotografías. Un ejemplar de "Notes of the Field, 1935" se encuentra en la División de Fotografías de la Biblioteca del Congreso y otro en la Bancroft Library. Este informe quizá sea el primer ejemplo en el que se utiliza la fotografía de manera sistemática y conjunta con el texto para reportar una investigación de caracter sociológico. Posteriormente Lange y Taylor publicarían An American Exodus: A Record0/ Human Erosion, en 1939, que fuera reeditado en 1969. Allí el texto y la fotografía se funden en un solo proyecto pionero: dar cuenta de cómo la gente busca la tierra y cómo la tierra expulsa a la gente.

Por medio de Taylor, Dorothea Lange se dedicó a la investigación sobre el tema mexicano y realizaría el mejor reportaje gráfico que existe sobre la vida y el trabajo de los mexicanos en Estados Unidos. Trabajo que se completo cuando Dorothea Lange fue contratada por la Farm Security Administration para integrarse a este gigantesco proyecto fotodocumental. Las dos grandes colecciones del trabajo fotográfico de Lange se encuentran una en el Museo de la Ciudad de Oakland —los negativos fueron donados por Taylor— y otra en la división de fotografía de la Biblioteca del Congreso en Washington.

Según Willard Van Dike (1934), en las fotografías de Dorothea se puede observar una estrecha relación con los valores humanos. Ella sabe lo que va a buscar, por eso, al igual que Taylor, no tiene que planear su trabajo; simplemente toma su carro, un viejo Ford, y maneja hasta encontrar su objetivo: la gente, por lo general, los más desafortunados. Los captura cuando llegan a trabajar, en el momento de la pizca, cuando están en piquetes de huelga y se mantienen en tensa calma, cuando buscan desesperadamente trabajo, cuando esperan en colas interminables, cuando toman un descanso. Busca el clímax en el drama de las relaciones humanas cotidianas.

Las fotos de Dorothea Lange sobre la vida y el trabajo de los mexicanos en Estados Unidos constituyen el mejor compendia gráfico que haya podido hacerse sobre el tema. Y como remate a su labor en la década del treinta, Lange tuvo el acierto de ir a Stockton, California, en 1942, en el preciso momento en que llegaba el primer contingente de braceros contratados como parte de la colaboración mexicana en el esfuerzo bélico de los Aliados. Resulta impresionante y revelador ver a los primeros braceros mexicanos llegar en vagones de ferrocarril, saludando y haciendo el signo de la V de la victoria. El sentimiento de que se colaboraba con esa causa nunca ha podido ser documentado como lo han hecho las fotos que esa mañana tomara Dorothea Lange.

 

A modo de conclusión

El trabajo de Paul Taylor en el campo de los estudios migratorios es una fuente inagotable de información y análisis. Taylor solía decir que para conocer cómo eran las cosas en épocas pasadas había que ir a visitar el medio rural. Era como retroceder en el tiempo. Quizá hoy en día no podamos hacer lo mismo. El medio rural se ha urbanizado y en pocos lugares nos podemos reencontrar con el pasado viviendo el presente.

Pero otra forma de volver al pasado es retomar el trabajo etnográfico que se hiciera en la época como investigación contemporánea. El trabajo de Taylor es un punto de partida; el otro es el trabajo de Gamio. Ambos son referencia obligada para todos aquellos que estén interesados en el tema de la migración de mexicanos a Estados Unidos.

Sin grandes teorías, pero a partir de la interpretación y el análisis de sus propios datos, Taylor dio cuenta de un fenómeno social complejo y dinámico. Pero quizá lo que sea más sorprendente es la pertinencia del aborde metodológico. Taylor nos dice cómo eran las cosas, pero también cómo se debe hacer una investigación.

Otra de sus virtudes, pero al mismo tiempo una limitación, era la rapidez con que terminaba de reportar sus trabajos. Regresaba del campo para empezar a escribir y al poco tiempo estaban en prensa. De ahí que muchos de sus escritos tengan un carácter monográfico, como la investigación en Calumet, Illinois; en el Valle Imperial, California; en Betlehem, Pensilvania.

Taylor no tuvo tiempo, oportunidad o interés de sistematizar toda su información, de dejarla reposar y escribir un libro que pudiera dar una visión madura y completa sobre el fenómeno. Muchas cosas se le quedaron en el tintero o fueron apenas esbozadas. Quizá la prueba más palpable de este comentario sean sus propios escritos, que por lo general terminan con un apéndice donde transcribe las notas de campo que el consideraba más relevantes. Materiales en bruto a los que no había podido sacarles el jugo y que no quería dejar de mencionar porque los consideraba importantes.

Una manera de subsanar este problema ha sido la publicación de sus artículos en forma de libro. Uno de estos libros, publicado en 1983, con un prógo de Clark Keer, quien fuera su asistente, retoma temas claves sobre la migración mexicana. Los materiales dispersos han sido congregados, pero, obviamente, falta el trabajo de síntesis general. Esa tarea parece ser que Taylor se la ha dejado a alguno de sus lectores ...

 

Bibliografía

Durand, Jorge, Más allá de la línea, México, CNCA, 1994.         [ Links ]

Gamio, Manuel, The Mexican Immigrant, His Life History, documento autobiográfico compilado por Manuel Gamio, Chicago, University of Chicago Press, 1971.         [ Links ]

––––––––––, La población del valle de Teotihuacan; representativa de las que habitan las regiones rurales del Distrito Federal y de los estados de Hidalgo, Puebla, México y Tlaxcala, México, Dirección de Talleres Gráficos, 1922.         [ Links ]

––––––––––, Mexican Immigration to the United States, Chicago, The University of Chicago Press, 1930.         [ Links ]

Lange, Dorothea y Paul S. Taylor, An American Exodus, California, The Oakland Museum, 1969.         [ Links ]

Taylor, Paul S., Mexican Labor in the United States, Berkeley, University of California Press, 1930 (tomo I) y 1932 (tomo II).         [ Links ]

––––––––––, "Mexicans North of the Rio Grande", en Sumy-Graphic, mayo de 1931.

––––––––––, "Making cantaros at San Jose Tateposco,Jalisco, México", en American Anthropologist, num. 35, 1933, pp. 745-751.         [ Links ]

––––––––––, A Spanish Mexican Peasant Community. Arandas in Jalisco, México, Berkeley, University of California Press, 1933.         [ Links ]

––––––––––, An American-Mexican Frontier. Nueces County, Texas, Chapel Hill, The University of North Carolina Press, 1934.         [ Links ]

Taylor, Paul S., "California Social Scientist", en Regional Oral History Office,The Bancroft Library, University of California, Berkeley, vols. I, II Y III, 1973.         [ Links ]

––––––––––, Labor on the land colleccted writings. 1930-1970, Nueva York, Arno Press,         [ Links ]

––––––––––, On the ground in the thirties, Salt Lake City, Peregrine Smith Books, 1983.         [ Links ]

Van Dyke, Williard, "The Photographs of Dorothea Lange-A critical analysis", en Camera Craft, vol. 41, núm. 9, San Francisco, 1934, pp. 461-467.         [ Links ]

 

 Notas

1 Hace ya más de doce años que le sigo la pista a estos documentos. La llamada de atención sobre este archivo me llega por medio de Alejandro Camino, antropólogo peruano que trabajaba en ese tiempo en el Instituto y quien me comentó que había rescatado, prácticamente de la basura, unas cajas con documentos de Gamio. Al parecer, el Instituto se estaba mudando de local, de una vieja casona en el centro, y se estaba tirando a la basura todo aquello que no sirviera, porque en las nuevas instalaciones de la avenida Insurgentes había muy poco espacio. Han pasado más de diez años, varios directores, otras mudanzas, y realmente ya no se sabe si todavía existe este archivo, a pesar de que sus directores afirmen, enfáticamente, que sí existe pero que por el momento no está disponible.

2 Paul S. Taylor nació en 1895 en Sioux City, Iowa. En 1917 obtuvo su B.A. en la Universidad de Wisconsin. Trabajó toda su vida académica en la Universidad de California en Berkeley. En 1935 se casó con Dorothea Lange. Murió en California en 1984.

3 La versión en español se puede consultar en la compilación realizada por Jorge Durand, Migración México-Estados Unidos, años veinte, México, Conaculta, 1991.

Creative Commons License Todo o conteúdo deste periódico, exceto onde está identificado, está licenciado sob uma Licença Creative Commons