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Frontera norte

On-line version ISSN 2594-0260Print version ISSN 0187-7372

Frontera norte vol.12 n.23 México Jan./Jun. 2000

 

Artículo

 

Migración irregular de México a Estados Unidos. Diez años de investigación del Proyecto Cañón Zapata

 

Jorge A. Bustamante*

 

*Profesor e investigador de El Colegio de la Frontera Norte, presidente de la Junta Directiva de la UAM y coordinador de Ciencias Sociales del Consejo Consultivo de Ciencias de la Presidencia de la República. Dirección electrónica: jorgeb@cts.com.

 

Resumen

El Proyecto Cañón Zapata es una original experiencia de investigación; especialmente en lo referente a su función de monitoreo mediante la recolección sistemática de datos. Este artículo trata acerca de los resultados de dicho proyecto hasta junio de 1998, relacionados con los flujos migratorios de entrada y salida de México a Estados Unidos, y específicamente se analizan las características más importantes de la migración irregular o indocumentada.

 

Abstract

The Cañón Zapata Project is a unique research experience thanks to its systematic harvesting of data. The content of this article displays and discusses the project's results until June 1998. The author deals with entrance and exit migratory flows from Mexico to the United States, and his main concern is the analysis of the characteristics of the undocumented migration to the U.S.

 

Introducción

En este trabajo se estudian los flujos migratorios de entrada y salida de México a Estados Unidos, y la información y el análisis presentados se derivan del Proyecto Cañón Zapata (PCZ). El estudio versa sobre la función de monitoreo de ese proyecto de los flujos migratorios irregulares o indocumentados a través de la frontera norte de México, hasta junio de 1998. En el contexto internacional de la investigación sobre la migración irregular, este trabajo presenta por primera vez estadísticas seriadas, que cubren un periodo de diez años, sobre las variables que describen los cambios en las características socioeconómicas básicas de los inmigrantes irregulares o indocumentados de México a Estados Unidos. Las dificultades para medir los flujos migratorios irregulares en cualquier parte del mundo, así como el aparente incremento en sus números, hacen de la metodología y los hallazgos del Proyecto Cañón Zapata una experiencia de investigación muy poco común, particularmente en lo concerniente a su función de monitoreo por medio de la recolección sistemática de datos tres días a la semana (viernes, sábado y domingo), sin interrupción, desde septiembre de 1987 a la fecha.

Con este informe de diez años de investigación sobre el controvertido fenómeno de la migración irregular de México a Estados Unidos, intentamos contribuir al conocimiento de carácter científico del fenómeno. También representa una suerte de celebración para el equipo que ha estado participando en el Proyecto Cañon Zapata por más de una década. La información que se presenta aquí se deriva de una tarea sistemática de recolección de datos mediante entrevistas individuales con base en un cuestionario que tuvo que ser reducido a su mínima expresión para quitar el menor tiempo posible y aumentar la buena disposición de los entrevistados para contestar. Después de más de diez años de hacer las mismas preguntas bajo las mismas condiciones de trabajo de campo, se puede decir que valió la pena haber sacrificado las preguntas que tuvieron que ser suprimidas para reducir el tiempo de la entrevista a tres minutos y de esta manera reducir las probabilidades de rechazo. La experiencia de rechazos en el Proyecto Cañón Zapata hasta ahora ha sido sorprendentemente mínima. En este caso, el promedio de menos de 2 por ciento de rechazos no dice mucho, frente a un total de más de 150 mil entrevistados hasta principios de 1999. La mayor parte de esos rechazos fueron de personas cuya apariencia y discurso, como se comprobó por la propia información dada a los entrevistadores, correspondían a un nivel significativamente más alto de escolaridad que el promedio general del resto de los entrevistados. Otro factor de rechazo notado por nuestros entrevistadores es que el mecanismo de selección de la muestra al azar hizo que el entrevistador se topara de vez en cuando con extranjeros (respecto del lugar de la entrevista en suelo mexicano). Muchos de ellos accedieron a ser entrevistados al darse cuenta de las condiciones de estricto anonimato de la entrevista; pero su suspicacia de verse más tarde perjudicados fue considerablemente mayor entre ellos que entre los mexicanos del mismo nivel, como circunstancia asociada al rechazo a ser entrevistado. Cabe mencionar que el porcentaje de extranjeros, fuera de los de origen centroamericano, en las ciudades donde se hacen las entrevistas (Tijuana, Mexicali, Ciudad Juárez, Nuevo Laredo y Matamoros), ha sido menor a la mitad de uno por ciento.

A guisa de introducción a la información que contiene este trabajo, cabe mencionar, por último, que dista mucho de cubrir totalmente el fenómeno de la migración indocumentada de México a Estados Unidos. El grupo más identificable que escapa a la cobertura del Proyecto Cañón Zapata es el de aquellos que entran a Estados Unidos con visa de no inmigrante, principalmente de turista, y luego obtienen un empleo en aquel país. Algunas veces éstos, llamados en la terminología oficial estadunidense visa abusers, cruzan como el resto de los migrantes irregulares y llegan a mencionar el dato de haber cruzado anteriormente con una visa de turista. No se sabe, sin embargo, cuál es su proporción en el total. Sólo se sabe que poseen un nivel más alto de educación y de calificación laboral que el promedio de los migrantes indocumentados y que tienden a residir en ciudades fronterizas. Otra limitación importante de los datos aquí presentados es que subestiman la proporción de mujeres en los totales. Esto lo sabemos por los datos de la Encuesta sobre Migración Internacional en la Frontera Norte de México (EMIF), sobre la que se abunda más adelante, particularmente por su gran ventaja de cubrir la migración de retorno a México, donde la proporción de mujeres llega en ciertos casos a más del 30 por ciento. Aun con estas y otras limitaciones, la información que aquí se presenta en datos seriados es única en su género y contribuye, sobre bases científicas, a conseguir un conocimiento más confiable sobre los cambios en el tan persistente como controvertido fenómeno de la migración irregular de México a Estados Unidos.

 

El concepto de circularidad migratoria

Los flujos migratorios irregulares de México a Estados Unidos han ocurrido a lo largo del siglo XX (Bustamante, 1976). Una premisa básica del concepto de circularidad migratoria, tal como se utiliza aquí, es que la persistencia y las grandes dimensiones que han caracterizado a estos flujos a lo largo del siglo se explican por medio de un proceso de circularidad migratoria (Bustamante, 1977). Este concepto no es descriptivo. Es una construcción teórica que implica varios factores que dan lugar a subsecuentes conceptualizaciones. Un resumen de este marco teórico se hace en los siguientes puntos:

1) Un número de experiencias migratorias de ida y retorno a lo largo de una vida, dimensión temporal que se operacionaliza mediante el concepto de carrera migratoria. Ésta corresponde al tiempo durante el cual una persona se mantiene yendo y viniendo de México a Estados Unidos, desde que sale de su última residencia habitual por primera vez hacia Estados Unidos hasta que decide asentarse con carácter permanente en algún punto de la dimensión espacial implícita en la noción de circularidad. La importancia de que el concepto de carrera migratoria se haga empezar en el primer desplazamiento hacia el norte con la intención de buscar trabajo en Estados Unidos es dar cuenta de lo que le pasa al migrante en el tiempo y en el espacio que recorre desde su última residencia hasta la frontera norte, antes de cruzarla y de convertirse técnicamente en un inmigrante internacional. Ese tiempo y espacio, por lo general, no son reconocidos en la conceptualización técnica de la conducta migratoria, donde se define al inmigrante como aquel que se ha desplazado de un país y que ha entrado a otro que no es el suyo. Cuando esta definición culmina en el cálculo de un saldo neto migratorio, lo que le pasó al individuo antes de ser objeto de un registro oficial —del cual depende su identificación como migrante— queda sin un reconocimiento conceptual que dé cuenta de esa experiencia premigratoria (que sociológicamente pertenece al fenómeno de la migración internacional). Esta conceptualización subsana el error de clasificar esa conducta en la categoría de "migración interna". Los registros de los que depende esta categoría no son tan dinámicos como puede ser la conducta correspondiente a la migración internacional irregular de México a Estados Unidos, cuyo contexto social, implícito en la noción teórica de la circularidad, es el que explica la conducta migratoria aun de aquellos que no pudieron cruzar la frontera y que técnicamente no llegaron a ser inmigrantes de Estados Unidos.

Por otra parte, el énfasis implícito en la noción de circularidad en la experiencia de migración de retorno es de crucial importancia teórica, y parte del supuesto de que el retorno migratorio tiene una gran importancia en la conformación de la circularidad migratoria como: a) fuente de información, b) de socialización, c) de reproducción de la migración en términos generacionales y d) como eslabón en la generación de redes de apoyo a la migración.

2) La noción de circularidad implica también una conceptualización totalizadora de la experiencia migratoria, que incluye una dimensión objetiva y otra subjetiva, dentro de la macronoción de la migración como un proceso social. En un siguiente nivel de análisis, de lo macro a lo micro, la migración internacional irregular queda entendida como una relación social cuya dimensión más micro está personificada por el migrante como buscador de empleo en otro país, quien, en términos de Max Weber, "orienta su conducta" hacia la otra parte de su relación social de migración, personificada por el empleador estadunidense que responde a esa conducta migratoria contratándolo. Esta relación social es considerada como básica para el entendimiento del fenómeno en tanto que ocurre gracias a un "entendido común" generado por la recurrencia de una práctica, de más de un siglo de antigüedad, entre el migrante originario de un país diferente al de quien lo contrata en Estados Unidos. Ese entendido común, al que se hace referencia más adelante (en alusión al concepto weberiano del Gemeinter Sinn), hace que la conducta de ambos actores principales de esa relación social tenga sentido para ambos por compartir el "entendido común" del carácter laboral de la relación.

3) La circularidad implica, además, una interacción dinámica entre los elementos incluidos en la dicotomía teórica de dimensiones objetivas y subjetivas. La primera consiste en la conducta migratoria y el conjunto de relaciones sociales empíricas que definen al migrante como un actor en patrones de interacción con otros actores sociales a lo largo de la dimensión espacial de su migración. Dentro de las dimensiones objetivas del proceso de circularidad está incluido, en primer lugar, el desplazamiento o conducta migratoria. En un contexto más estructural, está la posición adscrita a los migrantes dentro de las estructuras de poder de sus sociedades de origen, en las que el migrante, por el hecho de haberse alejado de su comunidad y de su familia, pierde capacidad de defensa como sujeto de derechos humanos. Puede decirse que el migrante gana indefensión, conforme se aleja de su comunidad de origen.

De este supuesto surge la noción de vulnerabilidad estructural de los migrantes, concepto que ha sido desarrollado por el autor en otro trabajo (véase Bustamante, 1998) para sugerir el proceso paradójico por medio del cual los migrantes/extranjeros son "etiquetados" como "extranjeros" en un sentido peyorativo, lo cual es una construcción social que parte de un acto de poder que los nacionales de un país derivan ilegítimamente de un derecho legítimo de soberanía del Estado de definir quién es un nacional y quién no lo es. Tal construcción social de la naturaleza peyorativa del uso de la etiqueta de "extranjero" se convierte en la base ideológica de una imputación social de inferioridad de los migrantes y, en mayor medida, de los migrantes indocumentados.

La dimensión subjetiva que se encuentra en el proceso social de la circularidad consiste en lo que Pierre Bourdieu conceptualiza como el habitus de los procesos sociales, que consiste en el contexto cultural en el que las relaciones sociales de la migración se llevan a cabo; esto es, el conjunto de valores, información, conocimiento, procesos de aprendizaje, patrones y capital culturales y la manera en que estos elementos operan para construir y reproducir los procesos sociales de las migraciónes entre México y Estados Unidos, así como la estructura social de un mercado de trabajo internacional de facto en el que esas relaciones sociales de la migración tienen lugar.

Para efectos teóricos es importante aclarar que no se entiende aquí la noción de mercado en términos de la economía clásica sino en términos de la sociología clásica, es decir, en términos de lo que Max Weber llamó un "mercado imperfecto" en el estudio de la economía política de la producción agrícola de la cuenca del río Elba, que le encargaron por contrato a fines del siglo pasado. Weber no se pudo explicar a sí mismo el establecimiento de los salarios tan bajos que recibían los inmigrantes polacos en las haciendas de los Junkers bismarkianos de la época, en términos de una interacción entre las fuerzas de la demanda y las de la oferta con una tendencia al equilibrio. Weber, en lugar de preocuparse por las condiciones de pobreza de los campesinos polacos, de quienes se expresó en sus cartas con cierto desdén, se preocupó de la consistencia teórica de su explicación de los bajos salarios que recibían. Entonces recurrió a la noción de un mercado imperfecto en el que los salarios no resultaban fijados como los precios del trigo o de las papas, sino por una "asimetría de poder" entre los campesinos polacos y sus patrones. En el sentido desarrollado teóricamente por Max Weber acerca de un mercado imperfecto donde los salarios son establecidos por una asimetría de poder entre el trabajador migratorio y el patrón que lo contrata en el país de destino, se entiende la dimensión estructural de las relaciones sociales de la migración como un mercado internacional de mano de obra que funciona de facto, como es el caso de la contratación de migrantes irregulares, y que se caracteriza por una asimetría de poder entre los actores principales de las relaciones sociales de la migración. Esta asimetría de poder es posible porque se refuerza a sí misma en todos los niveles que caracterizan a la relación de México con Estados Unidos; del nivel microdimensional de las relaciones laborales de un migrante irregular mexicano con el patrón estadunidense que lo contrata, hasta la relación de gobierno a gobierno o del nivel más macrodimensional de nación a nación.

La importancia teórica de mantener la noción de mercado como el espacio abstracto donde tienen lugar las relaciones sociales de carácter laboral de la migración irregular de mexicanos en Estados Unidos estriba en la conceptualización de la dinámica de la circularidad de la migración como resultado de la interacción entre las fuerzas de la oferta laboral que operan en y desde México con las fuerzas de la demanda laboral que operan en y desde Estados Unidos. La noción de esas "fuerzas" supone que cada una de ellas está determinada, a su vez, por otras dinámicas de mercado que operan en el interior de cada país. En este contexto, la dinámica de la circularidad de la migración se deriva de la interacción de esas fuerzas. Sin la interacción de esas fuerzas de mercado, la migración internacional sobre la cual se informa en este artículo no existiría. Hasta aquí la parte teórica. En seguida se presentan los datos que se han recogido a partir de la noción teórica de los flujos migratorios que implica la noción de circularidad de la migración.

La noción de circularidad migratoria se ilustra en los mapas 1 y 2, presentando los flujos migratorios hacia el norte y hacia el sur desde y hacia la misma región de origen y retorno dentro del proceso de circularidad migratoria entre México y Estados Unidos, como se midió en la Encuesta sobre Migración Internacional en la Frontera Norte de México (EMIF). Este proyecto mide los flujos migratorios de sur a norte y de norte a sur. Su metodología se deriva de la noción teórica de circularidad migratoria. Ésta se basa en una adaptación de lo que los biólogos llaman "muestreo de poblaciones móviles". Esta técnica de muestreo se usa para calcular los números o el volumen de los flujos de las especies migratorias (sean ballenas, delfines, salmones, aves migratorias o células en la corriente sanguínea). Como es el caso con otras especies migratorias, el proceso circulatorio del fenómeno migratorio entre países involucra dimensiones de tiempo y espacio dentro de un marco teórico que permite que estas dimensiones se operacionalicen para el diseño de un muestreo sistemático de flujos migratorios continuos. Los parámetros de tiempo y espacio para el diseño del muestreo se derivaron de investigaciones empíricas previas que identificaron los lugares de la frontera norte de México en donde ocurría el cruce migratorio más intenso. Por lo tanto, la frecuencia de cruces puede definirse empíricamente en términos de varias unidades de tiempo en su ocurrencia. Las unidades de tiempo y espacio se definieron para un diseño de muestreo probabilístico, sistemático y multietápico. La premisa teórica de este diseño de muestreo, desarrollado originalmente por el autor, era la noción de circularidad migratoria entendida como un proceso social. La aplicación de esta metodología resultó en datos usados frecuentemente por los científicos sociales involucrados en el Estudio Binacional de Migración México-Estados Unidos (1998).

Otro concepto básico que apoyó el diseño de investigación de la EMIF fue el de los flujos migratorios definidos empíricamente por los hallazgos del Proyecto Cañón Zapata (PCZ). Tanto la EMIF como el PCZ son precursores en la investigación que ha permitido calcular los volúmenes de migración indocumentada de México a Estados Unidos (los cuales habían eludido intentos previos de investigación). La gráfica 1 muestra los factores más importantes encontrados en las investigaciones correspondientes a la segunda fase (1995) de la EMIF.

Esta gráfica muestra: a) que proporcionalmente había más migrantes hacia el norte que hacia el sur durante la segunda etapa de la EMIF (1995); b) que el objetivo de los migrantes de alcanzar el estado de California fue el factor más importante para determinar la migración laboral hacia el norte desde México a Estados Unidos; c) que ser una migrante mujer fue el factor más importante para determinar el regreso de los migrantes de Estados Unidos a México; d) el orden descendente de los factores de peso, mostrados en la gráfica 1, ilustra el grado decreciente en que el resto de los factores aparecen probabilísticamente como determinantes de los flujos migratorios, tanto hacia el norte como hacia el sur, México-Estados Unidos en 1995.

Una ventaja metodológica del diseño de investigación de la EMIF es que la recolección de datos representa trimestres. Esto permite tener una visión dinámica de los flujos migratorios tanto hacia el norte como hacia el sur de manera simultánea y comparativa.

 

El proyecto Cañón Zapata: una cobertura de diez años

Del primero de septiembre de 1987 al 30 de diciembre de 1998, se entrevistó de manera individual a un total de 136 008 migrantes, durante los viernes, sábados y domingos de cada semana, sin interrupción, en los sitios de cruce más comunes del lado mexicano de la frontera internacional, en las ciudades de Tijuana, Mexicali, Ciudad Juárez, Nuevo Laredo y Matamoros. Cerca de un tercio del total fue entrevistado en la ciudad de Tijuana. Un poco más de la quinta parte fue entrevistado, respectivamente, en las ciudades de Mexicali, Nuevo Laredo y Matamoros. La cantidad más pequeña correspondió a un total de 17 549 individuos entrevistados en Ciudad Juárez a lo largo de la década.

El índice de las gráficas 2 y 3 se refiere al cambio en el volumen del flujo total de migrantes indocumentados de México a Estados Unidos durante la década (por semestres). La gráfica 2 empieza con una referencia a los semestres, empezando en enero de 1988 y terminando en diciembre de 1998. La gráfica 3 empieza con el semestre de abril a septiembre de 1988 seguido por el de octubre de 1988 a marzo de 1989, terminando con el trimestre de abril a junio de 1998. La diferencia en el mes inicial de los semestres entre las gráficas 2 y 3 corresponde al periodo de los cambios en el volumen del flujo migratorio, con sus puntos altos en los meses entre abril y septiembre y el volumen más bajo del flujo entre los meses de octubre a marzo. Como se puede comparar, los cambios en el flujo migratorio por los semestres del año-calendario arrojan una diferencia importante en la forma de sus respectivas gráficas. La observación de cambios en el volumen de la migración irregular de México a Estados Unidos es más realista cuando el flujo se observa en los semestres distinguidos por los puntos altos y bajos del volumen migratorio de la temporada.

El índice del volumen mostrado en las gráficas 2 y 3 se construyó tomando los números absolutos, derivados del PCZ, correspondientes a cada estado mexicano de origen de los migrantes en el flujo por semestres, ponderado por a) las proyecciones basadas en datos censales del crecimiento de la población por estado mexicano de origen en los años de la década bajo estudio del PCZ y b) las proyecciones de la emigración por estado de origen, y por un peso atribuido a la diferencia en los volúmenes de los flujos migratorios por las varias ciudades fronterizas mexicanas incluidas en el PCZ, de acuerdo con los hallazgos de la EMIF.

Ambos periodos por semestres mostrados, respectivamente, en las gráficas 2 y 3 presentan una estabilidad relativa en el volumen del flujo migratorio irregular de México a Estados Unidos a lo largo de la década. Hubo cambios importantes en este lapso cubierto por este informe de investigación: campañas electorales, cambios en el control del Congreso y del Poder Ejecutivo, tanto en Estados Unidos como en México, además de una seria recesión económica, para no hablar de la negociación y firma del Tratado de Libre Comercio (TLC). La migración indocumentada desde México fue un persistente asunto nacional, por no decir que fue el mayor irritante en las relaciones entre México y Estados Unidos. El significado de esos cambios, sin embargo, no se refleja claramente en la forma de ninguna de las dos gráficas que muestran los cambios en el volumen del flujo migratorio irregular.

Ambas gráficas señalan un declive relativo durante la parte más seria de la recesión económica, que golpeó a California con especial fuerza. Esto sugiere que el volumen de esta migración irregular ha sido más sensible a los cambios en el mercado laboral que a las vociferantes políticas antiinmigrantes de Estados Unidos o a los incrementos en el control fronterizo. Las gráficas muestran aumento en el volumen de inmigrantes indocumentados lo mismo que incrementos significativos en el presupuesto anual del Servicio de Inmigración y Naturalización, y un dramático ascenso, en niveles sin precedente, en el número de agentes de la Patrulla Fronteriza, en un intento por detener o reducir drásticamente la migración indocumentada desde México. Los datos presentados en las gráficas 2 y 3 no sugieren relación alguna entre los incrementos en el número de agentes de la Patrulla Fronteriza y los cambios en el volumen de migración irregular por semestre. Nótese el aumento relativo en el último semestre de 1998, en la gráfica 2.

La estabilidad relativa de este flujo irregular de migrantes sugiere que, o existe una condición objetiva de impotencia de parte de Estados Unidos para detener el flujo de estos inmigrantes indocumentados, o existen intereses poderosos en ese país en favor de mantenerlo. Una respuesta parcial a esa pregunta puede encontrarse entre las líneas de la siguiente cita tomada de un reporte oficial de los hallazgos de la Encuesta Nacional de Trabajadores Agrícolas, realizada por la Oficina de Programas Económicos de la Oficina del Secretario Asistente de Políticas del Departamento del Trabajo de Estados Unidos, publicado bajo el título Migrant Farmworkers: Pursuing Security in an Unstable Labor Market (reporte de investigación, núm. 5, mayo de 1994).

El apoyo en intermediarios pagados por asignaciones de empleo a corto plazo y las prácticas de reclutamiento que producen sobreofertas de trabajo transfieren muchos de los costos de la producción agrícola de Estados Unidos a los trabajadores migrantes y a las comunidades locales que los sostienen. En efecto, los trabajadores migrantes, tan necesarios para el éxito del sistema agrícola de trabajo intensivo de Estados Unidos, subsidian a ese mismo sistema con su propia indigencia y la de sus familias. El sistema funciona transfiriendo los costos a los trabajadores, que reciben un salario tan marginal que, en su mayoría, solamente los de llegada reciente y los que no tienen otra opción están dispuestos a trabajar en las granjas de nuestro país (p. 40).

Sin embargo, en noviembre del mismo año 1994, el estado de California aprobó la Propuesta 187 con un 59 por ciento de su electorado, propuesta que enunciaba la obligación de los oficiales del gobierno del estado de California de denunciar a la policía a cualquier persona "que pudiera ser sospechosa de ser un extranjero ilegal". En un estado en donde más del 95 por ciento del total de los arrestos a "extranjeros ilegales" ha sido de nacionales mexicanos durante décadas, tal ley (suspendida por la decisión de una corte de Estados Unidos) virtualmente criminaliza a priori a cualquiera que parezca mexicano. Curiosamente, este aspecto de la Propuesta 187 no ha sido reconocido en el debate sobre su contenido. Los oponentes han enfatizado sus críticas en la injusticia de que dicha propuesta, convertida en ley por efectos de referéndum en las elecciones de 1994 en California, pretenda la expulsión de los niños de padres indocumentados de las escuelas públicas de California, independientemente de que esos niños hayan nacido en Estados Unidos y, por lo tanto, tengan derecho a acceder a la educación pública ofrecida por su país de nacimiento. Más aún, independientemente de que diferentes investigaciones han comprobado la contribución de los migrantes irregulares a la hacienda pública de Estados Unidos mediante el pago de los impuestos que se les descuentan en sus cheques de pago salarial. Sin embargo, para todos los que físicamente parecemos mexicanos, el principal agravio que nos hace la Propuesta 187 es criminalizarnos como grupo étnico. Toda proporción guardada, esto no ocurría desde las leyes de Nuremberg que criminalizaron a priori al grupo étnico judío en la Alemania nazi. Esa virtual criminalización de todos los de apariencia física mexicana está en abierta contradicción con la conclusión final del reporte del gobierno estadunidense arriba citado, que dice: "La producción agrícola en Estados Unidos depende de una fuerza de trabajo predominantemente de origen extranjero para realizar muchas tareas arduas a corto plazo que, bajo las circunstancias actuales, son necesarias para la supervivencia de las industrias afectadas" (p. 41). Tal contradicción es sólo posible en las condiciones de asimetría de poder que caracterizan a las relaciones entre México y Estados Unidos.

Las gráficas 4 y 5 representan la única fuente de información basada en una observación directa continua de las tendencias en la demanda de la fuerza de trabajo de los migrantes indocumentados desde Estados Unidos durante la última década. Esto, en parte, refleja un cierto nivel de resistencia de Estados Unidos para conceptualizar la migración indocumentada desde México como un fenómeno laboral económico de naturaleza bilateral. La definición predominante de la migración indocumentada en los círculos no tanto académicos sino gubernamentales estadunidenses, particularmente en el Congreso, es que se trata de un problema exógeno de naturaleza criminal al que le corresponde una solución de tipo policiaco. La noción de un mercado laboral internacional de facto ha sido explícitamente aceptada en los círculos del Congreso estadunidense como determinante de la naturaleza y volumen de la migración indocumentada desde México, pero muy recientemente. A pesar de esto, las políticas de inmigración de Estados Unidos se derivan del concepto de que la migración desde México es un fenómeno relacionado con el crimen, visto algunas veces como concomitante al tráfico de drogas. Mientras tanto, la realidad de estos migrantes indocumentados toma una dimensión diferente. Esta es la dimensión de un fenómeno de mercado laboral cuyas tendencias durante la última década se presentan en las gráficas 4 y 5.

La demanda del sector agrícola norteamericano de fuerza de trabajo indocumentada mexicana ya no es una fuerza predominante como lo fue en décadas anteriores. El fin de esta predominancia apareció a principios de los años noventa. Esto se indica claramente en las gráficas 4 y 5, correspondientes a la demanda laboral estadunidense de migrantes indocumentados distinguidos por género y por sector de la economía estadunidense. Los datos de estas gráficas se obtuvieron de los migrantes entrevistados dentro del PCZ, quienes contestaron afirmativamente a la pregunta sobre su experiencia laboral en Estados Unidos. Una pregunta subsecuente indagaba sobre la ocupación específica que tuvieron durante su experiencia laboral en Estados Unidos. Las respuestas acerca de sus experiencias laborales estadunidenses fueron interpretadas como expresiones que representaban concretamente la demanda de trabajo de migrantes indocumentados por parte de Estados Unidos. Los datos para la construcción de las gráficas 4 y 5 se distinguieron por género. El enfoque fue en el flujo a través de Tijuana, que representa el más voluminoso de todos los flujos identificados en el PCZ y el que se dirige hacia el mercado laboral estadunidense más atractivo y diverso para la fuerza migratoria indocumentada desde México, principalmente en el estado de California.

Las gráficas 4 y 5 muestran diferencias significativas entre la demanda de trabajo estadunidense de migrantes indocumentados por género. Estas diferencias sugieren la especificidad por género de la demanda estadunidense de la fuerza laboral de estos migrantes. Este es el caso cuando se hace una comparación entre el porcentaje de hombres y el de mujeres, respectivamente, con experiencia laboral en trabajo agrícola. Los hombres realizan este tipo de trabajo en mayor proporción que las mujeres. Pero no es el caso, sin embargo, en el desarrollo de la demanda estadunidense de fuerza de trabajo indocumentada en el sector industrial. Las gráficas 4 y 5 muestran una curiosa tendencia hacia arriba en la experiencia laboral de los migrantes indocumentados masculinos y una tendencia similar entre las trabajadoras migrantes. Estas tendencias similares parecen sugerir que la industria estadunidense sería el que menos atención presta al género entre los sectores descritos en estas gráficas. Por otra parte, es más clara la sugerencia de una demanda estadunidense de fuerza de trabajo indocumentada cada vez más diversa.

Un sector que parece prestar mayor atención al género es el de los servicios. Los datos de la gráfica 5 sugieren una gran predominancia en este sector de migrantes indocumentadas femeninas desde México. Tal predominancia corresponde básicamente al trabajo doméstico. Cerca de cuatro de cada cinco mujeres que trabajan en Estados Unidos bajo condiciones migratorias irregulares tienen un empleo en el sector de los servicios. Ciertamente, debe realizarse más investigación acerca de estas características del mercado laboral estadunidense para mujeres migrantes. Los fracasos subsecuentes del presidente Clinton para encontrar una mujer para el puesto de titular del Departamento de Justicia, debido a que las dos primeras candidatas tenían en sus antecedentes el haber contratado a migrantes indocumentadas para realizar servicios domésticos, sugieren la posibilidad, más grande que la que se reconoce, de que la existencia de una demanda en Estados Unidos de mujeres migrantes irregulares (llamadas coloquialmente "Mexican nanies") como trabajadoras domésticas esté muy extendida. Los datos del PCZ sugieren la hipótesis de que tal demanda tiene un origen estructural en la necesidad de muchas mujeres profesionales de Estados Unidos de contratar a alguien de confianza para cuidar sus casas, sus hijos y sus posesiones domésticas, para que así (las mujeres estadunidenses) puedan entrar al mercado laboral.

Es muy desafortunado que la definición predominante de "extranjeros ilegales" (illegal aliens) en el discurso político norteamericano durante la década cubierta por los datos del PCZ presentados aquí posicione su presencia en Estados Unidos como un fenómeno de naturaleza criminal. En los círculos oficiales de Estados Unidos existe una persistente resistencia a reconocer la naturaleza laboral de la migración indocumentada desde México, junto con una aparente ceguera acerca de la demanda estadunidense de la fuerza de trabajo de estos trabajadores migrantes, que es tan real como su oferta desde México.

 

Cambios en el flujo migratorio indocumentado desde México durante la última década: los hallazgos del PCZ

El cuadro 1 muestra el lugar de origen del total de los migrantes indocumentados entrevistados durante la última década, de acuerdo con la ciudad fronteriza mexicana en la que fueron muestralmente seleccionados al azar. En la columna "Lugar de residencia" se incluyen todos los estados mexicanos en orden alfabético. Además, el cuadro muestra el porcentaje del total de la década de aquellos que declararon que su residencia permanente se localizaba ya sea en Estados Unidos, en algún país de Centroamérica o en otro país diferente a México, Estados Unidos o uno de Centroamérica.

El pequeño porcentaje sin respuesta es básicamente el resultado de dos factores. El tamaño pequeño del diseño del cuestionario y las repetidas pruebas piloto para asegurar que su administración no tomara más de tres minutos. Aun cuando esta autorestricción llevaba a la frustración de no poder realizar las preguntas más importantes acerca de este flujo migratorio, probablemente ayudó a reducir las no respuestas; participar en una investigación científica no demostró ser una prioridad necesariamente alta para los entrevistados, pero no era lo suficientemente baja como para negarse a participar.

La investigación presentada aquí se basa en el entendimiento del fenómeno de la migración indocumentada de México a Estados Unidos, primero, como un proceso de relaciones sociales, básicamente entre los patrones estadunidenses, que personifican la demanda laboral, y los trabajadores migrantes mexicanos, que personifican la correspondiente oferta de trabajo; segundo, como un proceso de relaciones sociales que se lleva a cabo dentro de la estructura de asimetría de poder que va desde el nivel micro de una relación laboral entre individuos concretos (el que contrata al trabajador migrante y el migrante indocumentado que es contratado dentro de Estados Unidos) hasta el nivel macro de interacción entre dos naciones; tercero, como un proceso social que se lleva a cabo dentro de una estructura caracterizada por la asimetría de poder, y que sucede básicamente por medio de un fenómeno circulatorio en el que los migrantes mexicanos viajan por la dimensión espacial de su circularidad migratoria entre México y Estados Unidos, en patrones de flujo migratorio dentro de periodos de estancia en cualquiera de los dos países, determinados fundamentalmente por una combinación de a) las fuerzas del mercado, b) las políticas de inmigración de Estados Unidos y c) los factores culturales.

La persistencia de este flujo migratorio irregular a lo largo del siglo se explica básicamente en el contexto de un mercado laboral internacional de facto, en el que la demanda de trabajo de parte de los patrones estadunidenses interactúa con una correspondiente oferta laboral desde México. Sin embargo, no existe un mercado laboral homogéneo en Estados Unidos. Esto explica una gran parte de la existencia de flujos migratorios tan diferentes en las condiciones socioeconómicas de sus componentes individuales, como las variaciones entre región y región de las condiciones del mercado laboral para el migrante mexicano en Estados Unidos. La evidencia de estas diferencias es proporcionada por el contraste entre los migrantes que cruzan la frontera sin documentación migratoria por Tijuana hacia los mercados laborales de California (cuadro 1) y los migrantes que cruzan la frontera hacia el norte por la ciudad de Matamoros (cuadro 2). El primer flujo migratorio está formado por individuos de capital humano significativamente mayor que el segundo. Éstos tienden a ser más jóvenes, de origen rural y mucho menos experimentados como migrantes internacionales que aquellos que cruzan por Tijuana. Un análisis más profundo de las variables incluidas en los cuadros 1 y 2, se presenta a continuación.

El Distrito Federal y Oaxaca son de reciente ingreso al listado de los diez principales estados mexicanos de origen de los emigrantes a Estados Unidos. Este incremento peculiar de personas del Distrito Federal en la lista de principales estados de emigración se debe básicamente a la persistente crisis económica de casi toda la década, además del incremento en el crimen en la ciudad de México durante el mismo periodo y al factor multiplicador de la formación de redes derivadas de los avances en la información sobre los mercados laborales estadunidenses.

El caso de los migrantes de Oaxaca es diferente (Bustamante, 1995), principalmente por los fuertes valores culturales de solidaridad expresados en el compromiso con sus propias comunidades mostrados por los indios mixtecos, quienes conforman la mayoría de los migrantes de Oaxaca a Estados Unidos, para financiar los costos de viaje de otro miembro de la comunidad de origen como una alta prioridad en el destino de los primeros ahorros hechos por el migrante en Estados Unidos. Esto no sugiere que esta clase de solidaridad no exista entre otros migrantes de otros estados de México, ni que el viaje de todos los migrantes mixtecos hacia Estados Unidos sea financiado por sus paisanos. Simplemente, sugiere que los migrantes mixtecos tienen mayor tendencia que los migrantes de otros estados del país a financiar su viaje con la ayuda de otro migrante que se encuentre ya en Estados Unidos.

El cuadro 3 debe entenderse como el resultado de diez años de recurrencias en los patrones conceptualizados anteriormente. La interacción bilateral de factores que dan forma al fenómeno de la migración indocumentada determina el enfoque bilateral, que debe ser seguido por cualquier solución que uno quiera proponer a ambos lados.

Los conceptos sugeridos de tiempo y espacio, detrás de los conceptos de flujos indocumentados y circularidad migratoria, son esenciales para entender la importancia de un reporte de 10 años de hallazgos sobre un fenómeno de migración indocumentada de características únicas en el mundo. Ciertamente, la persistencia del fenómeno por más de un siglo es única.

Un rasgo peculiar derivado de esa persistencia son los datos bajo la categoría de Estados Unidos como lugar de origen de un número considerable de migrantes indocumentados. Éstos son migrantes que no tienen una residencia en México después de haber vivido en Estados Unidos por un periodo suficientemente largo como para considerarlo "el lugar (residencia a largo plazo) del que provienen". Estos migrantes indocumentados probablemente fueron arrestados y expulsados por autoridades de inmigración estadunidenses y subsecuentemente fueron encontrados por nuestra selección de muestra en una ciudad fronteriza mexicana tratando de "regresar" a Estados Unidos.

Otro elemento importante de los cuadros 3 y 4 es la base empírica de la noción de flujo migratorio como unidad de análisis. Aquí existe la suposición de que la ruta migratoria marca una diferencia en cuanto a las características del mercado laboral y los costos para alcanzarlo, dependiendo del "lugar de origen" del migrante y de otras condiciones socioeconómicas asociadas a esto.

El cuadro 3 muestra la persistencia de los estados de Michoacán, Jalisco y Guanajuato entre los estados con el mayor número de habitantes emigrando hacia Estados Unidos durante la década. Esto es consistente con lo que Manuel Gamio encontró en su estudio pionero sobre la migración mexicana a Estados Unidos llevado a cabo a finales de los años veinte y publicado en su clásico Mexican Immigration to the United States (1930).

El cuadro 4 proporciona más información empírica que refuerza la importancia de enfocar los flujos migratorios como categorías analíticas referidas a la ciudad mexicana fronteriza de cruce hacia Estados Unidos. Esta frontera internacional de dos mil millas es una de las más largas del mundo. Está muy lejos de distinguir a dos regiones fronterizas homogéneas. México tiene frontera con condados estadunidenses que tienen tanto el más alto como el más bajo ingreso per cápita en la nación, que corresponden a los condados californianos de San Diego y Orange y a la región suroeste de Texas, respectivamente. Este contraste está muy relacionado con las diferencias en las condiciones de los flujos migratorios.

Las variaciones en el cuadro 4, en las columnas encabezadas por el nombre de la ciudad fronteriza mexicana de cruce de los migrantes indocumentados a Estados Unidos, se deben básicamente a las variaciones en las demandas del mercado laboral estadunidense (cuadro 10). Tanto la EMIF como el PCZ son consistentes al mostrar la predominancia a lo largo de la década de la ruta por Tijuana hacia California en una mayor proporción del total de migrantes que viajan de México a Estados Unidos.

El alto porcentaje (11.5%) correspondiente a los migrantes que viven de manera permanente en Estados Unidos se refiere en su mayoría a los migrantes indocumentados que fueran expulsados por las autoridades de inmigración estadunidenses después de haber sido arrestados en algún lugar de la región oeste de Estados Unidos, quienes fueron entrevistados por los investigadores del PCZ en Tijuana en su camino de regreso a Estados Unidos, en donde habían estado viviendo por un periodo suficientemente largo como para considerar su residencia en Estados Unidos como permanente. También sugiere la posibilidad de que tanto el mercado laboral como el contexto social en el estado de California promuevan una estancia más larga que otros lugares de destino geográficamente más cercanos a las ciudades de cruce fronterizo indicadas en el cuadro 4.

En lo que respecta a los migrantes indocumentados provenientes de la ciudad de México, el cuadro 4 muestra el mayor porcentaje de ellos cruzando por la ciudad de Tijuana. Aun cuando estos migrantes no se encuentran muy por detrás en su porcentaje correspondiente a otras ciudades de cruce fronterizo mostradas en el cuadro 4, es sobresaliente los altos porcentajes que han alcanzado en el perfil de los flujos irregulares a Estados Unidos con una historia relativamente corta de esta experiencia migratoria, al compararse con otros migrantes.

El cuadro 4, que compila los datos de los últimos diez años, sugiere la predominancia de los estados del norte de México como el origen de los migrantes incluidos. Pareciera como si un virtual centro de gravedad de los lugares de origen de los flujos migratorios irregulares desde México se estuviera moviendo hacia el norte, de acuerdo con una comparación entre las listas de lugares de origen de migrantes mexicanos según se reportaron en las investigaciones de Manuel Gamio (1930) a finales de los años veinte y Julián Samora (1971) a principios de los setenta.

La referencia a Centroamérica en varias columnas de los cuadros 3 y 4 indica un flujo migratorio cuyo porcentaje es más alto mientras la ciudad de cruce sea geográficamente más cercana a los países de origen. Los migrantes centroamericanos se muestran en los flujos por Tijuana, pero en un porcentaje que no alcanzó el de los estados mexicanos incluidos. La selección al azar de los migrantes en las ciudades fronterizas del norte mencionadas en el cuadro 4 explica la presencia de migrantes irregulares que han cruzado todo México desde Centroamérica hacia Estados Unidos. La mayor proporción viene de Guatemala, seguida por Honduras y El Salvador, con cantidades menores correspondientes al resto de los países centroamericanos, con excepción de Costa Rica, de donde no se encontró ningún migrante en los datos incluidos en este informe.

Los flujos migratorios bajo estudio se conforman de seres humanos que se desplazan de un lugar a otro a través de rutas recurrentes dentro de la geografía de Norteamérica. Los cuadros 3 y 4 se refieren a los lugares de última residencia permanente. Son virtuales manantiales de ríos humanos, que cruzan la frontera México-Estados Unidos dependiendo de la combinación de una serie de factores. Algunos pueden medirse empíricamente, como se muestra en la gráfica 1. Se observaron como flujos migratorios a través de la frontera México-Estados Unidos hacia el norte y hacia el sur, correspondiendo con lo que se entiende aquí como el proceso social de circularidad. Un proceso que involucra la interacción de olas virtuales que tienen correspondencia con las fuerzas del mercado de oferta y demanda de un mercado laboral internacional de facto.

El concepto de flujos implica la noción de espacio. Al menos una para a) el inicio del flujo, otra para b) su curso y otra para c) su final. La información empírica se presenta en los cuadros 3 y 4 para delinear algunos elementos de los incisos a) y b). El cuadro 5 incluye datos sobre algunos de los "finales" de los diferentes flujos migratorios bajo estudio.

El cuadro 5 muestra los datos que indican la alta concentración de destinos de los migrantes indocumentados mexicanos en la ciudad de Los Ángeles. Parece existir una tendencia creciente en esta concentración tanto en Los Ángeles como en el "Resto de California". Esta tendencia parece sacrificar la preferencia hacia Texas como lugar de destino a lo largo de la década.

La categoría "No sabe" corresponde al hecho de que proporciones similares de migrantes indocumentados están cruzando por primera vez hacia Estados Unidos. Muchos de ellos poseen información extremadamente limitada sobre las condiciones del mercado laboral en Estados Unidos. Dentro de este grupo, existen migrantes que alcanzan la frontera mexicana más de acuerdo con lo que pueden pagar que con un plan bien pensado sobre su destino migratorio en Estados Unidos. Una vez en la ciudad fronteriza mexicana, estos migrantes tratan de obtener información de los contactos disponibles que se encuentran comúnmente en el contexto social de los migrantes en estas ciudades fronterizas. Algunas veces el objetivo inmediato es entrar a Estados Unidos y uno secundario es tomar cualquier oportunidad que se presente que pueda resultar ser el factor determinante en su destino migratorio.

 

La dinámica de algunas variables socioeconómicas básicas durante los últimos diez años

Analizando los datos de los últimos diez años sobre el flujo migratorio indocumentado de México a Estados Unidos (cuadros 6-8 (7) y gráficas 2-3), un observador poco familiarizado con este fenómeno podría sorprenderse con el grado de relativa estabilidad de las características socioeconómicas básicas de estos migrantes a lo largo de la década.

En lo que se refiere a variaciones por género a lo largo de la década, el cuadro 6 muestra una relativa disminución de la proporción de mujeres que participan en el flujo irregular hacia Estados Unidos, a pesar del aumento relativo mostrado durante los primeros seis meses de 1988. Esta disminución de la participación de mujeres en este flujo irregular es consistente con los datos derivados de la EMIF. En esta encuesta, realizada en varias fases (la primera entre 1993-1994 y la segunda en 1995), los datos muestran una mayor proporción de mujeres en el flujo de migrantes indocumentados. La respuesta podría estar en la diferencia entre las circunstancias y los lugares de las entrevistas realizadas para las encuestas de la EMIF y del PCZ. Las personas entrevistadas en el PCZ se encuentran en los lugares más comunes donde los migrantes cruzan la frontera México-Estados Unidos sin poseer documentación migratoria. Como la Patrulla Fronteriza estadunidense inicia y detiene operaciones tales como la "Operación Guardián" en San Diego, la "Operación Detengan la Línea" en El Paso, o la "Operación Río Grande" al sureste de Texas, los riesgos de ser capturados tratando de cruzar la frontera han aumentado para las mujeres y los niños. Esto ha provocado un aumento en el uso de los servicios de traficantes, cuyos "clientes" son trasladados al otro lado de la frontera sin tener que esperar. Estas condiciones hacen que las mujeres tengan menos posibilidades de ser seleccionadas dentro de los procedimientos de muestreo del PCZ. Las entrevistas del proyecto EMIF se realizan regularmente en estaciones de autobuses, aeropuertos y otras terminales en las ciudades fronterizas mexicanas, donde los entrevistados no ven ningún riesgo al declarar al entrevistador sus intenciones de cruzar a Estados Unidos sin documentación migratoria. Estas condiciones hacen más factible la presencia de mujeres dentro del proceso de muestreo de esta última encuesta.

La información sobre la edad de los migrantes irregulares presentada en el cuadro 6 indica una tendencia a disminuir la proporción de entrevistados menores de 20 años de edad. Esta tendencia sugiere la hipótesis de que su disminución en porcentaje se debe a las mismás razones presentadas anteriormente para el caso de las mujeres.

La información sobre la edad presentada en el cuadro 6 indica que en los seis meses de 1988 la proporción de mayores de 30 años de edad ha sido más alta que en cualquier año previo durante la década. Esto sugiere que se requiere mayor experiencia migratoria o "capital social" para cruzar la frontera bajo condiciones irregulares, para poder vencer las dificultades de las operaciones de la Patrulla Fronteriza estadunidense mencionadas anteriormente. La información de este cuadro sugiere un patrón de envejecimiento de los migrantes indocumentados a lo largo de la década.

Cuando la edad se analiza desde la distinción de género, uno encuentra (cuadros 7 y 8) que el patrón de envejecimiento de los migrantes indocumentados aumenta más lentamente en el caso de los hombres y más drásticamente en el caso de las mujeres. Éste es particularmente el caso mostrado en el cuadro 8 en los datos de edad correspondientes a los años 1994-1998. Los promedios de edad en la categoría de "Mayor de 30" casi se duplican de 1994 a 1998 en las mujeres. Cuando uno analiza la discusión sobre la migración indocumentada en el estado de California en la época de las elecciones antes de la reelección del gobernador Wilson en 1994 y la legislación antiinmigrante aprobada en Washington en 1996, encuentra que el argumento antiinmigrante más persistente es el supuesto alto costo de los servicios públicos proporcionados a los migrantes indocumentados como una "carga" para el Estado y los presupuestos locales. Un caso conspicuo se basó en el alto costo percibido como resultado de la presencia de mujeres migrantes indocumentadas en el área de los servicios de salud. Las medidas que prohibían la administración de servicios de salud a las mujeres indocumentadas, de acuerdo con lo establecido en la Propuesta 187, parecen haber dado dos resultados. Primero, una ola de solicitudes de ciudadanía estadunidense de parte de los migrantes legales, particularmente mujeres, quienes se sintieron amenazadas de perder sus derechos como consecuencia de las medidas y nuevas restricciones antiinmigrantes contra las mujeres inmigrantes indocumentadas, consideradas como altas consumidoras de servicios de salud. El otro resultado fue una disminución en el número de mujeres inmigrantes, como sugieren las respuestas a la pregunta "¿Ha tenido algún empleo en Estados Unidos?" El cuadro 8 muestra una disminución relativa en las respuestas a estas preguntas de los años 1996 a 1998. Estas respuestas indican el grado en el que la circularidad migratoria entre las mujeres producía algunos déficit en su capital social en Estados Unidos, lo que sucede cuando la respuesta afirmativa a esta pregunta baja de 50 por ciento.

En lo que se refiere a la educación o a la información sobre el "capital humano" derivada del PCZ, la información de los cuadros 6 al 8 muestra una tendencia de mejoría significativa. Esto parece indicarse por la tendencia disminuída de aquellos migrantes en el nivel más bajo de educación formal. Sin embargo, el relativo declive en el porcentaje de "más de secundaria" sugiere que la atracción ejercida por las oportunidades de trabajo en Estados Unidos disminuye una vez que la persona ha alcanzado un cierto nivel de educación, debido tal vez a un incremento en sus posibilidades de trabajo en México, condicionadas a un mayor nivel de educación. Esto presenta una paradoja: que las demandas estadunidenses de fuerza de trabajo indocumentada mexicana son más atractivas para los migrantes menos preparados que para los más preparados. Éste es el caso de las ciudades fronterizas mexicanas como Tijuana, donde la expansión dinámica de la industria maquiladora produce una demanda de trabajo condicionada a ciertas habilidades que comúnmente están por encima de las que en promedio tienen los trabajadores migrantes mexicanos que buscan oportunidades de empleo en Estados Unidos. Sin embargo, un aumento significativo en el capital humano de la migración indocumentada de México a Estados Unidos parece indicarse claramente en la información de los cuadros 6 al 8.

Cuando se hace una comparación por género, como sucede en los cuadros 7 y 8, la información sugiere una hipótesis de una especie de factor de retención que aparece asociado a ciertos niveles de educación de los migrantes indocumentados. Esto puede formularse como sigue: mientras más alto sea el porcentaje de migrantes en la categoría de educación secundaria, más alto será el factor de retención en el mercado laboral estadunidense. Este parece ser más claramente el caso entre las mujeres que entre los varones, como se muestra en la comparación realizada entre los cuadros 7 y 8. Esta comparación, sin embargo, muestra que tal factor de retención tiene un techo, ya que es inverso cuando el nivel de educación es más alto que "secundaria". Pareciera como si las mujeres experimentaran una especie de desaliento de unirse al flujo migratorio hacia Estados Unidos cuando en México tienen un nivel de educación mayor de secundaria. De un porcentaje de 18.8 por ciento en 1991, las mujeres bajaron en la categoría a un porcentaje de 2.5 por ciento en 1994. Una tendencia en la dirección contraria para los últimos cuatro años la presentan las mujeres migrantes indocumentadas (cuadro 8) con educación mayor de "secundaria", parece sugerir que estas tendencias pueden estar ponderadas por la salud de la economía estadunidense. Esto es, que cuando hay una expansión en la economía de Estados Unidos, su poder de retención de las mujeres migrantes indocumentadas con educación mayor de secundaria aumenta. Una tendencia similar de un aparente desaliento para unirse al flujo migratorio hacia Estados Unidos después de cierto nivel de educación parece ocurrir también entre los varones, pero en una manera menos aguda. Independiente de esta diferencia por género, la información de los cuadros 7 y 8 parece reforzar la hipótesis de que, en general, la demanda de trabajo estadunidense de migrantes indocumentados mexicanos está prejuiciada contra aquellos con un nivel más alto de educación. En otras palabras, mientras mayor nivel de educación se alcance en México, más baja será la atracción de migrar irregularmente en busca de un trabajo en Estados Unidos.

El último juego de respuestas en los cuadros 6 al 8 sirve como indicación de la velocidad del proceso circulatorio de la migración indocumentada. Cuando el porcentaje de respuestas positivas es más alto que 50 por ciento por año, significa que el proceso de circularidad es más rápido. De manera contraria si el porcentaje de respuestas negativas sube de 50 por ciento al año, significa un proceso de circularidad más lento, equivalente a un incremento en el periodo de instancia en cualquiera de los dos países antes de trasladarse de nuevo hacia el norte o hacia el sur.

Las variables correspondientes a los cuadros 6 al 8 pueden compararse ahora con los datos del cuadro 9. Estos datos corresponden a los inmigrantes entrevistados por el PCZ que dijeron planear ir a Los Ángeles, por año, durante la última década. Este grupo de migrantes muestra algunas diferencias respecto de los migrantes representados en los cuadros 6 al 8. Algunas de las diferencias más importantes son las siguientes: a) el aumento relativo presentado en el cuadro 6 de las mujeres migrantes indocumentadas es ligeramente diferente al que presenta el cuadro 9 en la misma categoría correspondiente al año 1998. Esta diferencia indica que aunque hubo algún aumento en 1998 en la proporción de mujeres en el flujo migratorio irregular a Estados Unidos, estas mujeres no planeaban ir a Los Ángeles. El cuadro 9 muestra un patrón de disminución en el porcentaje de mujeres en la muestra del PCZ.

Otra diferencia importante es el factor de retención indicado por los datos de la categoría "Más de secundaria" cuando uno compara el cuadro 6 con el 9. El grupo de migrantes indocumentados que planeaban ir a Los Ángeles muestran este factor de retención en un grado mayor que lo que se muestra en la misma categoría en el cuadro 6. Un mercado laboral más amplio para el migrante indocumentado en Los Ángeles podría explicar el mayor factor de atracción del migrante con niveles más altos de educación. Esta sugerencia parece reafirmarse por los datos del cuadro 9 dentro de la categoría de antecedentes de "trabajo en el campo" en México, donde la agricultura aparece en declive cuando el migrante planea ir a Los Ángeles. Esto contrasta con un incremento en la proporción de antecedentes urbanos de empleo en México dentro de este grupo.

El declive que uno puede observar en la categoría de "desempleado" presentada en los cuadros 6 y 9 sugiere un descenso del desempleo en las regiones de origen de los migrantes mexicanos indocumentados. Esto es más evidente entre aquellos que planean ir a Los Ángeles, en los datos presentados en el cuadro 9.

En lo que se refiere a la experiencia laboral en Estados Unidos, las diferencias entre respuestas positivas y negativas parecen ser menores en el grupo presentado en el cuadro 6 que en el flujo en general. Esto podría indicar un proceso de circularidad migratoria más estable entre los migrantes indocumentados que planean ir a Los Ángeles que entre el resto de los migrantes.

En términos generales, los hallazgos referentes a estos flujos migratorios reportados antes reflejan lo siguiente: mientras más pobre sea el migrante, más bajas sus habilidades, más baja su experiencia migratoria y más bajo su acceso a las redes de migración, será más probable que el migrante indocumentado cruce la frontera más hacia el este. En el caso contrario, uno puede observar el flujo con más cruces por el oeste, con Tijuana en el punto más alto y Matamoros en el más bajo.

El cuadro 9 muestra información de los sectores de la economía estadunidense donde los migrantes indocumentados entrevistados dentros del PCZ declararon tener un empleo durante sus entradas previas a Estados Unidos. Este cuadro 9 se interpreta aquí como evidencia de la demanda laboral estadunidense de migrantes indocumentados mexicanos.

Contrario a la creencia convencional, la proporción de migrantes indocumentados que son atraídos al trabajo agrícola en Estados Unidos no ha variado significativamente durante la última década, después de haber experimentado un declive que le hizo perder la preponderancia de décadas anteriores. Sin embargo, aproximadamente, de 1988 a 1998 una tercera parte de la oferta laboral de estos migrantes sigue proviniendo del sector agrícola mexicano. La historia de la industria ("manufactura") ha sido más dinámica yendo de 5.5 por ciento en 1993 a 15.2 por ciento en 1998. Un incremento ligeramente menor puede observarse en la "construcción" y uno menos acusado en el "turismo".

Una tendencia opuesta durante la década puede verse en los sectores de "servicio doméstico" y "otros servicios". El cuadro 10 incluye a todos los migrantes sin una distinción de género. La tendencia dentro del servicio doméstico mostrada en este cuadro distorsiona ligeramente la visión de lo que ocurrió en el sector cuando se realizan distinciones por género, tal como ocurre en los cuadros 7 y 8. "Otros servicios" incluye servicios de conserjería y trabajo de limpieza, excepto el doméstico. Ésta es una ocupación generalmente masculina.

Los migrantes que van a Los Ángeles tienden a ser los más informados, con mayor experiencia y con acceso a mejores redes de migración. Esto se refleja en los datos del cuadro 11, donde el incremento en las tendencias de empleo y una mayor diversidad en el mercado laboral para estos migrantes presentan una historia de éxito para los objetivos laborales de los migrantes, con otras manifestaciones atípicas de este flujo migratorio.

Se puede hacer una comparación interesante entre los hallazgos del cuadro 10 y los del cuadro 11. Este cuadro corresponde a los migrantes indocumentados que han tenido una experiencia laboral en Los Ángeles durante una estancia previa en Estados Unidos. Por lo tanto, presenta la demanda local de migrantes indocumentados, alimentada por la economía de la ciudad de Los Ángeles, que ha sido el área metropolitana con la mayor concentración de migrantes indocumentados mexicanos de todo Estados Unidos durante décadas. Se pueden observar diferencias más significativas en un mayor espectro de demandas laborales estadunidenses de la fuerza laboral de migrantes indocumentados en Los Ángeles, cuando se compara con el resto del país. Varias tendencias observables en la comparación de ambos cuadros muestran diferencias significativas. El "turismo" muestra porcentajes más altos en el cuadro 11 que en el cuadro 10, lo que uno puede esperar de un mercado laboral de migrantes laborales mexicanos en una ciudad en la que el turismo es una actividad económica altamente dinámica.

El servicio doméstico parece estar aumentando en el cuadro 11, al contrario de la tendencia en el cuadro 10. Este contraste indica que un mayor número de mujeres migrantes indocumentadas van a Los Ángeles. Obviamente, el trabajo agrícola aparece en disminución en el cuadro 11, al contrario de la tendencia estable que se manifiesta en el cuadro 10. La industria, indicada como "manufactura", presenta más del doble en el cuadro 11 que en cuadro 10, mostrando nuevamente un rango más amplio de oportunidades laborales en Los Ángeles para los migrantes indocumentados, con relación al resto de Estados Unidos.

Una similitud entre las tendencias mostrados en los cuadros 10 y 11 se presenta bajo la categoría "construcción". Esta tendencia, sin embargo, se presenta más claramente en el caso del cuadro 11 que en el cuadro 10. Estas comparaciones de los cuadros 10 y 11 permiten un diagnóstico de una creciente demanda de fuerza de trabajo migrante indocumentada en la economía de Los Ángeles, siguiendo la tendencia hacia arriba mostrada en el cuadro 11. Esto contrasta con la tendencia general para el resto de Estados Unidos de estos flujos migratorios desde México.

 

Resultados del PCZ como factor para el diseño de políticas públicas

Cuando iniciaron las entrevistas de migrantes indocumentados para las pruebas piloto de las diferentes versiones preliminares del cuestionario que se utilizaría en la recolección sistemática de la información en el Proyecto Cañón Zapata, se escuchó una queja frecuente. Esto sucedió en Tijuana en 1987. La queja se refería a la extorsión policiaca en el lado mexicano así como a otras clases de abusos, incluyendo la brutalidad policiaca del lado norteamericano. Razones técnicas llevaron a una rápida descontinuación de la mayoría de las preguntas diseñadas para reunir información acerca de los abusos contra los migrantes en el lado estadunidense. En cuanto a los abusos en el lado mexicano, dos preguntas permanecieron durante los 10 años reportados aquí. Éstas fueron y siguen siendo: a) "¿Cuál ha sido el mayor riesgo que ha experimentado desde que salió de su casa hasta este momento?" y "¿Cuánto le costó ese riesgo? (si le costó algo)".

Después del primer año de la administración semanal del cuestionario, incluyendo estas preguntas, se encontró una abrumadora referencia a la extorsión policial como el mayor riesgo experimentado por los migrantes que respondieron el cuestionario. Después de afinar los códigos de respuestas para propósitos de confiabilidad, éstas se compilaron para el año de 1988 y fueron reportadas en 1989. Siendo ésta la primera vez que la extorsión a los migrantes de parte de la policía mexicana era cuantificada y medida de manera sistemática, su reporte público se convirtió en noticia en todo México. La primera reacción a la noticia de este informe sobre la extorsión policial se recibió una noche en que el edificio de la administración de El Colegio de la Frontera Norte (Colef) fue baleado. Al día siguiente se recibió una llamada anónima con la amenaza de ajustar el blanco, de las paredes a las personas que se encontraban dentro. El autor, como dirección del PCZ, comentó con los colegas de El Colef, las autoridades y el equipo de trabajo las implicaciones éticas de continuar la investigación bajo el riesgo, presentado tan claramente, para todo el personal afiliado a El Colef. Se decidió, por voto secreto, la continuación del PCZ. Unos meses después, una investigación de la policía identificó una acción individual de parte de un policía local que probablemente vio las noticias sobre el reporte científico acerca de la extorsión policial como una amenaza a sus ingresos provenientes de esa fuente. Lo que esa acción individual logró fue una atención más cuidadosa a nuestros hallazgos de investigación de los niveles más altos del gobierno mexicano. Esto llevó a la creación de un grupo especial de policía llamado Grupo Beta, cuyas acciones estuvieron detrás de la dramática disminución del porcentaje de migrantes extorsionados, presentados en el cuadro 12. Un incremento en el porcentaje en años posteriores lo provocó el hecho de la extorsión se trasladó más al sur, más allá del territorio asignado a los agentes del Grupo Beta. El hecho es que este grupo selecto de agentes ha ganado reputación nacional como un muy exitoso primer grupo de policías en el mundo dedicados exclusivamente a proteger los derechos humanos de los migrantes. Para aquellos que trabajaron en la producción de los datos presentados en el cuadro 12 significó una gran satisfacción ver cómo el trabajo de investigación provocó directamente el diseño de una política pública dirigida a la protección de los derechos humanos de los sujetos de tal trabajo de investigación.

 

Conclusiones

Los hallazgos del PCZ durante los últimos diez años se encuentran en agudo contraste con las políticas de inmigración, particularmente sobre migración indocumentada desde México. Los datos presentados desde aquí reflejan un mercado laboral internacional de facto donde la demanda desde México, representada en las gráficas 2 y 3, ha sido relativamente estable durante los últimos diez años, al igual que la demanda laboral estadunidense, representada en las gráficas 4 y 5. Estos datos indican que, entre los factores que moldean tal mercado laboral internacional de facto para el trabajador migrante indocumentado, las fuerzas detrás de la oferta desde México son tan reales como las fuerzas detrás de la demanda laboral desde Estados Unidos. Estos datos, cuando se observan al mismo tiempo que los datos del declive en el desempeño estadunidense al final de la década, parecen revelar la falsedad de la asociación causal, tan comúnmente mencionada entre la migración indocumentada desde México y el desempleo en Estados Unidos.

Los datos presentados en este documento harían aparecer algunas políticas de inmigración tales como las que están detrás de la aprobación de la Propuesta 187 de parte de los electores de California en 1994, o las numerosas piezas de legislación estadunidense antiinmigrantes aprobadas durante las elecciones presidenciales de 1996, como una respuesta a virtuales realidades. Una ilustración de esto sería el contraste entre la Propuesta 187, que establece la obligación de los oficiales gubernamentales de California de denunciar a la policía la presencia de "cualquiera que parezca un extranjero ilegal", en un estado en donde el 95 por ciento de los arrestos de migrantes indocumentados ha sido por muchos años de mexicanos, y, por otro lado, las conclusiones del informe de investigación del Departamento del Trabajo de Estados Unidos mencionadas anteriormente, que declararon: "En efecto, los trabajadores migrantes, tan necesarios para el éxito del sistema agrícola de Estados Unidos, subsidian a ese mismo sistema con su propia indigencia y la de sus familias" (op. cit., p. 40).

Los datos presentados en el cuadro 12 ilustran la intención de imparcialidad detrás del diseño de investigación del PCZ. Esto incluye un objetivo de desmitificación del "conocimiento" público, en ambos lados de la frontera, acerca de este fenómeno migratorio internacional, que es tan frecuentemente cubierto por la prensa de ambos países. También ilustra el caso donde los hallazgos de investigación del PCZ sirvieron como la base empírica para justificar la creación del Grupo Beta en Tijuana, como una respuesta de política pública a alguna de las realidades expuestas en este trabajo de investigación. Esto alude al concepto erróneo en México de que los problemas de los migrantes indocumentados de ese país empiezan al cruzar la frontera México-Estados Unidos hacia el norte.

Un elemento importante en la difusión de los diez años de hallazgos de investigación del PCZ es el acceso a la fuente de datos totalmente gratuitos para cualquiera que desee usarla para requisitos de graduación, tales como un trabajo de investigación, una tesis o una disertación.

 

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