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Acta botánica mexicana

versión On-line ISSN 2448-7589versión impresa ISSN 0187-7151

Act. Bot. Mex  no.90 Pátzcuaro ene. 2010

 

Laura Blanca Arriaga Cabrera (1956–2009)

 

Vinicio Sosa Fernández1, Aurora Breceda2, Ana Mendoza3

 

1 Instituto de Ecología, A. C.

2 Centro de Investigaciones Biológicas del Noroeste, S. C.

3 Instituto de Ecología, Universidad Nacional Autónoma de México.

 

El 26 de agosto de 2009 falleció la Dra. Laura Blanca Arriaga Cabrera, investigadora del Centro de Investigaciones Biológicas del Noroeste (CIBNOR), tras una larga batalla contra la enfermedad que la aquejaba desde hacía tres años y que enfrentó con valentía y discreción. Con su ausencia, la ecología y la conservación de la biodiversidad mexicana pierden a una de sus grandes contribuyentes.

Laura nació el 21 de junio de 1956 en Puebla de los Ángeles, Puebla, México. Trasladada desde muy pequeña a la Ciudad de México, realizó sus estudios de primaria, secundaria y bachillerato en la Escuela Moderna Americana. En 1975 ingresó a la Facultad de Ciencias de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) para estudiar la carrera de Biología. Siempre fue una estudiante destacada.

En 1979, motivada probablemente por los cursos de Daniel Piñero y en busca de tema de tesis, ingresó al "grupo del Dr. José Sarukhán", en ese entonces todavía en el Instituto de Biología, UNAM, para participar en un proyecto sobre la ecología de poblaciones de Pinus hartwegii en Zoquiapan, Estado de México. Finalmente realizaría su tesis sobre la demografía modular de Pinus hartwegi, tema novedoso en ese tiempo, y obtendría el título en 1982. Durante su estancia en el Laboratorio de Ecología interactuó con otros estudiantes, y colaboró y asistió en varios proyectos como el de pinos en la Sierra de Miahuatlán en Oaxaca, y el de biomasa vegetal aérea de un bosque tropical deciduo en la costa de Jalisco, México. La experiencia y conocimiento que adquirió durante ese periodo, aunados a su perseverancia y brillantez, la encarrilaron hacia una carrera académica exitosa. Además, entre 1980 y 1982 cursó la Especialización en Estadística Aplicada en el Instituto de Investigaciones en Matemáticas Aplicadas y en Sistemas, de la UNAM; y la Maestría en Ciencias en la Facultad de Ciencias, de la misma institución, graduándose en 1984 y 1985 respectivamente.

En 1984 ingresó al Instituto de Ecología, A. C. (INECOL), para reforzar el proyecto Reserva de la Biosfera "El Cielo", en Tamaulipas, el cual buscaba iniciar, entre otros, estudios funcionales de la vegetación, tras los trabajos de base para el establecimiento de una reserva para el bosque mesófilo de montaña (BMM). Laura inmediatamente se integró a los fines y filosofía del grupo de investigación y contribuyó con un capítulo al libro que en ese momento recopilaba el conocimiento biológico generado por el proyecto. Ese capítulo, y un par de artículos en Biotropica y en Journal of Tropical Ecology, son las referencias básicas sobre la dinámica de claros en bosque mesófilo de montaña. Al mismo tiempo, empezó a colaborar en la realización de evaluaciones de impacto ambiental que le solicitaban al INECOL, mostrando la misma dedicación e interés por aprender nuevas cosas, esta vez en un terreno de aplicación más inmediato. En 1986, y todavía en esta institución, realizó una estancia de trabajo en la Université Pierre et Marie Curie, de Paris VI con el Dr. Henri Puig, durante la cual procesó y analizó parte de los datos que tenía sobre la dinámica de claros del BMM. Laura siempre demostró disposición, coraje y comprensión ante los retos que el trabajo de campo y gabinete planteaba. Lo mismo en largas jornadas de manejo, que delimitando parcelas para conteo de árboles –entre nubes de moscos o empapada hasta los huesos–, o analizando complicadas bases de datos. Como compañera de trabajo era facilitadora, cooperativa y amena; como colega, analítica e informada.

A principios de 1987, decidió tomar un puesto de investigadora en el Centro de Investigaciones Biológicas de Baja California Sur, A. C. (CIB), hoy Centro de Investigaciones Biológicas del Noroeste, S. C. (CIBNOR). Indudablemente, su tesón y aptitudes para la investigación y la enseñanza contribuirían significativamente al desarrollo de ese centro en el área de ecología. En esta etapa destacan sus contribuciones para la definición y diseño de las Reservas de la Biosfera de El Vizcaíno y de Sierra La Laguna, sus estudios sobre la dinámica de claros en diferentes ecosistemas tropicales y templados, así como los referentes a la composición y estructura de la vegetación, uso y manejo de recursos naturales, efectos del desarrollo y relaciones biológicas de la selva baja caducifolia del sur de la Península de Baja California. Durante su primer periodo en el CIB incursionó también en estudios de hojarasca y descomposición en el matorral sarcocaule, y en dendrocronología de coníferas del bosque de pino–encino de la Sierra La Laguna. Muchos de estos trabajos de investigación se realizaron como tesis de alumnas de posgrado, bajo la dirección académica de Laura, varias de las cuales son ahora investigadoras del CIBNOR. De 1994 a 1997 fungió como Directora de la División de Biología Terrestre de esta institución.

En 1994, obtuvo el grado de Doctora en Ciencias, de la UNAM con una tesis sobre la dinámica de claros y procesos de regeneración en un bosque mesófilo de montaña, bajo la dirección de Patricia Moreno y con apoyo del MAB Young Scientists Research Grant Scheme de la UNESCO. Para entonces, su perfil profesional, reflejo de su sólida formación académica y su clara visión sobre las soluciones que la sociedad demandaba respecto a la conservación de la biodiversidad y otros problemas en materia ambiental, era el idóneo para tomar una nueva responsabilidad. A mediados de 1997, Laura se incorporó a la Comisión Nacional para el Conocimiento y Uso de la Biodiversidad (CONABIO) por un periodo de seis años. Esta sobresaliente carrera la desarrolló al mismo tiempo que educaba a su hija Paloma, de quien se expresaba con desbordante afecto y orgullo y a quien le dedicó, con gran amor y entrega, todo el tiempo que su educación y cariño demandaban.

Durante su trabajo en la CONABIO, como Directora Técnica de Análisis y Prioridades (DTAP), llevó a cabo el programa de Regiones Prioritarias de México; inició y lideró el Programa de Especies Invasoras a nivel nacional e internacional, e impulsó la Red Mexicana de Información sobre Biodiversidad (REMIB). También con ella se inicia el Programa de Repatriación CONACYT–CONABIO para recuperar la información de ejemplares mexicanos depositados en colecciones del extranjero, que formará parte del Sistema Nacional de Información sobre Biodiversidad (SNIB). Durante su dirección surge el Proyecto de Catálogos de Autoridades Taxonómicas cuyo objetivo es el de servir como estándar para el control de calidad de los datos nomenclaturales que ingresan al Sistema Nacional de Información sobre Biodiversidad (SNIB); y se concluye la síntesis del estado de las colecciones biológicas científicas mexicanas, resultado del programa Inventario de la Actividad Taxonómica en México, y el establecimiento de un convenio entre México, Canadá y los Estados Unidos para el desarrollo de la representación mexicana del Sistema Integrado de Información Taxonómica. Además, en colaboración con la Comisión Nacional Forestal se elabora la base de datos que generan las fichas técnicas de especies incluidas en el Sistema de Información para la Reforestación.

A su regreso al CIBNOR, Laura inició nuevos trabajos enfocados en el efecto de las especies invasoras sobre la diversidad de México, los riesgos de las especies transgénicas y los posibles efectos del cambio climático. En los últimos años impulsó una nueva línea de investigación sobre estudios ecosistémicos y servicios ambientales. Desde el año 2007 fungía como Presidenta de la Región Noroeste de la Sociedad Científica Mexicana de Ecología, A. C., de la cual era socia fundadora. Era, además, investigadora nivel II, del Sistema Nacional de Investigadores.

Laura Arriaga contribuyó al conocimiento de la biodiversidad de México y de los efectos de las actividades antrópicas en distintos ecosistemas. A lo largo de su carrera como investigadora formó estudiantes, mediante la dirección de tesis de licenciatura o posgrado y la impartición de numerosos cursos de posgrado. La sencillez, franqueza, inteligencia, honradez y voluntad de hacer bien las cosas caracterizaron a Laura. En esto coincidimos todos los colegas y amigos que la conocimos en el ámbito profesional o personal. Laura era una mujer amable, que sonreía a la primera provocación, paciente a la conversación de los amigos y solidaria con sus problemas. Culta y preparada, con quien lo mismo se discutía de un buen libro o una película, que de un análisis estadístico o un concepto de frontera en ecología o conservación. Los que le sobrevivimos trataremos de seguir su ejemplo de investigar con pasión, ejercer nuestras profesiones con integridad y de vivir la vida con entusiasmo y coraje. Descansa en paz Laura, que siempre te extrañaremos.

Agradecemos a Verónica Aguilar, Miguel Franco, Liliana Lara, Marisol Montellano, Daniel Piñero y Humberto Suzán por la información proporcionada.

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