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Acta botánica mexicana

versión On-line ISSN 2448-7589versión impresa ISSN 0187-7151

Act. Bot. Mex  no.83 Pátzcuaro abr. 2008

 

Semblanza: James Hinton (1915–2006)

 

James Hinton falleció la tarde del domingo 23 de julio de 2006. La comunidad botánica perdió a un distinguido, entusiasta y estimado miembro que mucho aportó para ampliar el saber de su campo. Sus familiares y amistades sentimos gran dolor al enterarnos de su partida, nos consuela el recuerdo de su vibrante personalidad, su radiante alegría, su natural bonhomía y el valioso legado que prodigó a la humanidad con el intenso trabajo de su extraordinaria vida.

El carácter jovial, alegre y bromista estuvo siempre presente en la personalidad de James Hinton. Fue ejemplar hijo, esposo, padre, abuelo y amigo. Su agradable sonrisa y su risueña, penetrante mirada, comunicaban la calidez de su gran corazón. Era ameno y hábil conversador, platicaba sobre cualquier tema, tenía muy vasta cultura, pues fue entusiasta lector, incansable viajero y tuvo relaciones con personas de diversos campos. Muy inquieto, todo lo realizó con excelencia, finura y elegancia: además de su extensa obra que contribuyó a engrandecer el saber humano en la Botánica, realizó diversas actividades mencionadas al final de la presente semblanza.

Nació en la ciudad de México, D.F., el 24 de septiembre de 1915. Tuvo la opción de escoger como nacionalidad la inglesa o la mexicana, pero él comentaba que prefirió esta última pues amaba a nuestro país, incluso le agradaba ser nombrado "Jaime". Sus padres fueron los ingleses George Boole Hinton y Emily Wattley. Su padre vivió siete años en Inglaterra, siete en Japón y después emigró con su familia a Estados Unidos. Fue el menor de tres hermanos, el mayor fue Howard E. y el segundo George B. Jaime heredó el espíritu científico de sus antecesores: fue bisnieto de George Boole, lógico y matemático inglés descubridor del álgebra booleana, fundamental en el diseño de las computadoras electrónicas y en las matemáticas puras; fue nieto de Charles Howard Hinton, profesor de matemáticas en Princeton y novelista, y de Mary Everest Boole, también matemática y escritora; fue sobrino nieto de George Everest, Inspector General de la India y director de la Gran Medición Trigonométrica de la India, cuyo nombre se dio al monte más alto del mundo; fue sobrino nieto de la Sra. Voynich, escritora, y de James Hinton, cirujano y escritor.

El interés de Jaime por las plantas surge de su padre, George Boole Hinton, ingeniero minero, notable persona de vida ejemplar que empezó colectando helechos en los alrededores de Temascaltepec, Estado de México, donde trabajaba como superintendente de la mina Lane Rincon Mines. Su padre decía que la colecta de plantas era una inofensiva manera de satisfacer la innata curiosidad humana y le comunicó su interés, por lo que Jaime, además de desarrollar de manera prolífica su talento literario y de ejercer sus habilidades empresariales, fue desde los 21 años un apasionado colector de plantas; este entusiasmo fue a su vez instilado a su hijo George, quien sigue la noble tradición familiar y actualmente es curador del herbario G. B. Hinton. George comenzó a colectar con su padre en los 60's y desde hace poco más de 25 años registra toda la información del herbario en su computadora.

A Jaime le gustaba más colectar en las montañas; descubrió plantas que llevan su nombre en las cumbres más altas de Nuevo León, Coahuila, Michoacán, Guerrero y Oaxaca. En 1992, cuando tenía 77 años, subió al cerro El Viejo, en Zaragoza, Nuevo León, pasó la noche en la cima a 3,500 m s.n.m., habiendo dejado la camioneta a unos 1,000 metros más abajo. Llevaba siempre una libreta de apuntes de bolsillo, entre diversas anotaciones registraba detalles de sus expediciones botánicas, a partir de la primera de éstas llenó más de 120 libretas.

En la revista Mexican Life de mayo de 1939 Jaime relata que cuando tenía 23 años de edad, a instancias de su padre abandonó sus estudios universitarios de economía en Canadá dos años antes de terminar y volvió a México para apoyarlo en sus exploraciones botánicas. Pasó cinco años colaborando en esta actividad, recorriendo a lomo de mula las más remotas regiones de Guerrero y Michoacán. En una libreta de apuntes describió un viaje en avión que lo llevó, el 23 de julio de 1937, de la Ciudad de México a Coyuca de Catalán, Guerrero, donde se reunió con su padre. Los lugares y fechas mencionados en la libreta concuerdan con los datos de exploraciones efectuadas ese año después de su llegada. Jaime y su padre descubrieron más de 30 especies nuevas durante ese viaje. Con base en datos de sus libretas de apuntes creemos que las colectas realizadas en Guerrero a partir de abril de 1938 (GBH 14000 a GBH 14999) fueron hechas por Jaime mientras su padre estaba activo en Michoacán. Por ejemplo GBH 14520 de Carrizo – Santo Domingo, Galeana, Guerrero, y GBH 15031 de S. Torrecillas, Coalcomán, Michoacán, se obtuvieron el mismo día, el 30 de julio de 1939. Sabemos de 47 especies nuevas que fueron descritas de esas exploraciones en Guerrero.

Desde su llegada a México se registran aproximadamente 5,600 números de especímenes, de los que fueron descritas poco más de 200 novedades para la ciencia. Es difícil separar las colectas hechas por él de las de su padre. Una vez éste le propuso a Jaime añadir su nombre a las etiquetas del herbario pero él no aceptó, opinando que lo importante era el apellido Hinton.

En febrero de 1942, en Temascaltepec, Estado de México, se descubrió Eugenia alnifolia McVaugh, GBH 16292, el último tipo encontrado por Hinton et al. en el suroeste de México. Su padre murió en 1943 y Jaime no volvió a explorar en esa región. Los datos de las colectas hechas por James Hinton después de 1942 se presentan al final de esta semblanza. (Véase anexo)

En febrero de 1944 exploró la Sierra La Paila y los alrededores de Saltillo, Coahuila. También lo hizo en la Sierra de Anáhuac, cerca de Monterrey. En total fueron 414 números entre 1944 y 1949, empezando por GBH 16500. La mayoría de los ejemplares fue identificada por el personal del U. S. National Herbarium y por I. M. Johnston. Hay un tipo de esa época, el correspondiente a Cassia monozyx Irwin & Barneby.

Pasaron veinte años para que Jaime volviera a colectar plantas, pues se dedicó a trabajar para mantener a la familia que formó con Helen Hart, su esposa durante 63 años. En 1969 empezó a explorar en las inmediaciones de Cuernavaca, Morelos y en el cerro Potosí en Galeana, Nuevo León. Inició con el número GBH 17000. En 1969 y 1970 obtuvo 160 números en Morelos y otros 243 en Nuevo León, de los que se describieron seis especies nuevas del cerro Potosí, cuatro de ellas de la cima. Hizo 189 colectas en el municipio de Tenango del Aire, Estado de México y envió los duplicados de las mismas, para su identificación, a Jerzy Rzedowski, con quien después colaboró en la elaboración de una biografía de su padre G. B. Hinton. Rzedowski le sugirió recurrir a Billie L. Turner, de la Universidad de Texas, porque en Austin tenían la mejor colección del noreste de México. Desde que se conocieron, Jaime y Billie cultivaron una gran amistad perdurable a través del tiempo.

De 1971 a 2006 registró 5,693 números de colecta, principalmente en Nuevo León, Oaxaca, Tamaulipas, Coahuila y Estado de México. La localidad más visitada en Nuevo León fue el cerro El Viejo en Aramberri y Zaragoza, seguida por el cerro Grande en Aramberri. Otros lugares muestreados fueron: en Iturbide el camino entre Iturbide y Agua Blanca; en Galeana en el cerro El Gallo, San José de Las Joyas y Santa Rita; en Zaragoza en las inmediaciones de Peña Nevada; en Tamaulipas sobre el camino entre Güemes y Dulces Nombres; en Coahuila en Sierra La Marta y El Coahuilón. En 1995 y 1996, a los 81 años de edad, Jaime viajó tres veces desde su casa en el Municipio de Galeana, Nuevo León, a Oaxaca para explorar la región de Quiexobra. Allá hizo las últimas colectas botánicas de su vida.

La mayor parte de sus ejemplares fueron identificados por B. L. Turner, G. Nesom, G. Hinton, M. Mayfield, J. Rzedowski y J. Á. Villarreal. Además han contribuido varios especialistas: C. Todzia, J. & C. Reeder, J. Valdés–Reyna, T. P. Ramamoorthy, L. Constance, T. Wendt, P. A. Fryxell, David Hunt, J. Henrickson, J. T. Mickel, J. A. Encina, M. Martínez, P. M. Peterson, A. Hofer, R. Dicht, A. Lüthy, L. Hernández, J. Lüthy, A. Hempel, A. L. Ferrari, H. Luhrs y 109 botánicos más con menos de 20 identificaciones cada uno.

En su honor fueron nombrados un género y cinco especies: Jaimehintonia gypsophila B. L. Turner, Lupinus jaimehintonianus B. L. Turner, Muhlenbergia jaime–hintonii P. M. Peterson & Valdés–Reyna, Salvia jaimehintoniana Ramamoorthy ex B. L. Turner, Salvia jacobii Epling y Stachys jaimehintonii B. L. Turner.

De las colectas del noreste de México y Oaxaca se han descrito 116 nuevas especies y otras siete están en preparación. De éstas, 56 fueron colectadas por Jaime, 56 por George y 11 entre ambos.

Jaime Hinton conservó más de 5,200 especímenes de los obtenidos en años anteriores en el del suroeste de México (4,700 están en proceso de ser montadas), que incluye 241 tipos. En el herbario G. B. Hinton se encuentra incorporado además un duplicado de las colectas del noreste de México, por lo que actualmente cuenta con más de 16,000 ejemplares que incluyen 353 tipos (5 en preparación), 10 holotipos (2 en preparación) y un neotipo, total sobrepasado por pocas colecciones en México. Sus ejemplares se pueden encontrar en los herbarios: ANSM, ENCB, IEB y TEX.

Sus expediciones no eran un cómodo día de campo. En el citado artículo de la revista Mexican Life, Jaime comenta acerca de los preparativos para el viaje a Teotepec y del adverso ambiente en que estaría inmerso: varios días sin ver a otras personas; escasez de comida, de agua; atravesar profundas corrientes de agua cargando su equipaje; negrura total en la selva, sólo él y sus burros. ¿Qué mueve a un hombre a soportar incomodidades, penurias, soledad, en la altitud de frías montañas, en la espesura de exuberantes selvas, aguantar durante largas horas los quemantes rayos del sol? A Jaime lo movía la plena conciencia de su noble misión: colaborar a acrecentar el saber humano. No lo atraía el oropel de la fama, mucho menos la posibilidad de obtener remuneración por su labor; prodigó generosamente su tiempo, recursos y esfuerzo para darnos conocimientos sin esperar reconocimientos. La presente semblanza se complementa con algunos detalles biográficos de su extraordinaria vida.

Cuando Jaime estudió en Vancouver, Columbia Británica, practicó el canotaje a lo largo de la costa y en los ríos, la natación en el mar helado y el pugilismo; ganó competencias de natación en Alberta. Amaba la natación, siempre que estuvo cerca de una piscina y bajo cualquier condición climática, nadaba un kilómetro por día, y afirmaba que en 50 años habría llegado nadando a Canadá.

Como empresario, trabajó en Saltillo, Coahuila, donde fue gerente de la Guayulera y exploró la zona de la Sierra La Paila en busca de guayule, excursiones que aprovechaba para colectar plantas. En 1954 se movió a la ciudad de Monterrey, Nuevo León, donde trabajó como agente de ventas. En 1957 se mudó a Cuernavaca, Morelos, en donde vivió 21 años, durante los cuales fundó dos compañías en la Ciudad de México: una fabricante y distribuidora de productos químicos y la otra una surtidora industrial. Tuvo tres ranchos: en el Estado de México estableció una granja de pavos y una plantación de maguey; en Aguililla, Michoacán, una plantación de tomate y melones y en Nuevo León, en el rancho Aguililla cultivó trigo, alfalfa, papa y plantó un huerto de manzanos, duraznos y perales. Pasó mucho tiempo viajando por carretera para visitar sus ranchos y atender sus negocios. Conocía los números de casi todas las carreteras de México.

Una de sus aficiones preferidas era el escalar montañas. Llegó muchas veces a la cumbre del Popocatépetl y del Iztaccíhuatl. Tenía asombrosa condición física, una vez escaló el Potosí llevando en hombros a su pequeña hija Jamie. Escaló sin compañía el Pico de Orizaba donde pasó, comentaba, la noche más larga de su vida.

Le gustaba mucho construir. Al renovar su casa en Cuernavaca, una de las primeras modificaciones que hizo fue construir una piscina. En el rancho Aguililla edificó cuatro casas, una oficina, el herbario G. B. Hinton y su piscina. En su rancho en Tenango del Aire levantó una casa y un expendio de pulque.

Jaime heredó de su madre la confianza en las bondades del ayuno, lo practicó por diversas razones durante toda su vida; pasaba sin alimentos una semana cada año para purificar su organismo, sólo agua tomaba durante ese lapso.

Fue un prolífico escritor de novelas e historias cortas. De 1937 a 1941 publicó al menos 62 de estas últimas, cuatro con el seudónimo Andrés Mendoza. La mayoría se dio a conocer en México en la revista "Mexican Life", de la que Jaime era editor asociado. Durante su desempeño de tal cargo escribió la novela Some day shall be tomorrow. Durante sus últimos veinte años compuso 123 historias cortas, 22 fueron publicadas en diversas revistas; también fue autor de cinco novelas: Mandriagua (620,000 palabras); Flight of the Yaquis (193,000 palabras); Angela (337,000 palabras), Requiem (110,000 palabras) y Juan Caraveo (71,000 palabras), publicada en 2004.

En uno de sus cuentos, Lenina, publicado en la revista Snowy Egret, Jaime relata sus riesgosos intentos para recuperar a su querida mula negra Lenina, regalo de su padre y vengarse del sujeto que se la robó. En el epílogo detalla su petición al Dr. Carl Epling de nombrar una especie de Salvia en homenaje a su mula, pues ésta participó en el descubrimiento de casi todas las veinticuatro nuevas especies del mencionado género que él y su padre colectaron en la Sierra Madre del Sur. El Dr. Epling describió Salvia leninae en su honor.

Muchas de sus historias y novelas, escritas en su vejez, fueron ubicadas en el México rural que bien recordaba y mucho amaba. Cuando tenía 90 años se acordaba de nombres lejanos como Toro Muerto, Teotepec, Piedra Ancha, Nanchititla, Armenia, Plan de Carrizo, Cruz Pacífica y las distancias entre ellos medidas en días a lomo de mula.

De todas las especies que colectó, Jaime Hinton estaba quizá más asombrado por Lupinus jaimehintonianus. George recuerda decir a su papá "Imagina, un lupinus árbol". Hoy pensamos: "Imagina, ¡un Jaime Hinton!"

 

George S. Hinton
Octavio Leal Garcilita

Rancho Aguililla, Galeana, N. L.
Febrero 2008

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