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Acta botánica mexicana

versión On-line ISSN 2448-7589versión impresa ISSN 0187-7151

Act. Bot. Mex  no.77 Pátzcuaro oct. 2006

 

Aspectos florísticos de Lacanhá Chansayab, Selva Lacandona, Chiapas

 

Floristic aspects of Lacanhá Chansayab, Selva Lacandona, Chiapas

 

Samuel I. Levy Tacher1, J. Rogelio Aguirre Rivera2, José D. García Perez2 y María Magdalena Martínez Romero3

 

1 El Colegio de la Frontera Sur, Unidad San Cristóbal de las Casas Carretera Panamericana y Periférico Sur s/n, 29290 San Cristóbal de las Casas Chiapas, México. slevy@sclc.ecosur.mx

2 Instituto de Investigación de Zonas Desérticas, Altair 200 Fraccionamiento del Llano, 78377 San Luís Potosí, S.L.P. iizd@uaslp.mx

3 Etnobiología para la Conservación A.C., Lago Rumia 5, Colonia Pensil Norte 11430, Delegación Miguel Hidalgo, México D.F. mmartinez@conanp.gob.mx

 

Recibido en junio de 2004.
Aceptado en mayo de 2006.

 

Resumen

Entre 1993 y 1999 se realizaron herborizaciones sistemáticas en rodales de selva alta perennifolia, acahuales de diferentes edades y milpas pertenecientes a la comunidad de Lacanhá Chansayab, en la Selva Lacandona. Los especímenes recolectados se identificaron y procesaron como ejemplares de herbario, acompañados de información sobre su forma de vida, fenología y estado de conservación. Se registraron 485 especies de plantas vasculares, pertenecientes a 355 géneros de 104 familias, las cuales representan 11.23% del total de especies estimado para la zona. Fabaceae, Asteraceae y Rubiaceae fueron las familias mejor representadas, así como los géneros Piper, Eupatorium, Encyclia, Chamaedorea y Solanum.

Palabras clave: acahuales, Chiapas, flora, milpas, México, selva alta perennifolia, Selva Lacandona.

 

ABSTRACT

A systematic sampling of the flora was carried out between 1993 and 1999 in several evergreen tropical rainforest stands, "acahuales" (local name for old agricultural fields) of various ages and agricultural fields belonging to the Lacanhá Chansayab community, located at the Lacandonian tropical rainforest. Collected individuals were identified and processed as herbarium specimens, including information on life form, phenology and status of conservation. Four hundred and eighty five vascular plant species were recorded, corresponding to 355 genera from 104 families, which represent 11.23% of all species estimated for the area. Fabaceae, Asteraceae and Rubiaceae were the best represented families, as well as the genera Piper, Eupatorium, Encyclia, Chamaedorea and Solanum.

Key words: acahuales, agricultural fields, evergreen tropical rainforest, flora, Lacandonian tropical rainforest.

 

Actualmente existe una gran preocupación mundial por la pérdida de diversidad biológica en las regiones tropicales, pues en ellas está representada la mitad de las especies existentes en el planeta. México es considerado una potencia en biodiversidad y la Selva Lacandona, con sólo 0.16% de la superficie del país, cuenta con más de 20% del total de sus especies. Su biota ayuda a mantener la estabilidad del clima, la pureza del aire, la disponibilidad del agua y la fertilidad del suelo; además, muchas de estas especies son importantes como medicinas, alimento, ornato o madera (Ricker y daly, 1997).

En las regiones tropicales el manejo de los recursos suelo y vegetación por parte de las comunidades campesinas está sustentado en el aprovechamiento forestal maderable y no maderable, así como en la producción agrícola y pecuaria. El primero generalmente consiste en la extracción de grandes volúmenes de madera de alto valor comercial, como caoba y cedro. En cambio, el segundo o tradicional se basa en la recolección o extracción de materiales vegetales y animales con la finalidad de satisfacer los requerimientos de autoconsumo (Pimentel et al., 1992; Phillips y Gentry, 1993).

Los lacandones poseen un íntimo conocimiento tradicional sobre la flora y vegetación regionales y de sus formas de manejo y aprovechamiento bajo el sistema de roza, tumba y quema (RTQ). La milpa es la principal actividad agrícola dentro de este sistema, con una producción de más de cuarenta cultivos asociados al maíz, orientada principalmente a las necesidades locales. Durante el barbecho o en los intervalos entre los desmontes para la milpa, se realizan actividades silvícolas de extracción forestal para autoconsumo (materiales para construcción y elaboración de artesanías, recolección de plantas comestibles, leña, medicinales, curtientes y ornamentales, así como cacería de fauna silvestre) y comercial (hoja de Chamaedorea spp. y fibra de Aechmea magdalenae); complementan lo anterior la producción del solar, la pesca, el turismo y el ingreso económico por venta de mano de obra (Marion, 1991).

En efecto, el sistema de producción agrícola tradicional lacandón sorprende por su alta adaptación ecológica, con formas de aprovechamiento sostenido y diversificado, sin deterioro biológico y edáfico apreciable (Nations y Nigh, 1981; Marion, 1991). No obstante, la tendencia actual de uso del suelo que se observa en la Selva Lacandona es similar a la de otras regiones tropicales del mundo. Así, uno de los problemas más serios que enfrenta la región en cuestión es la disminución de más de 50% de su superficie selvática en menos de cinco décadas, como consecuencia de un fuerte proceso de colonización, la expansión de las vías de comunicación, la tala inmoderada de las masas forestales, la incorporación de los suelos de nuevas áreas de selva al aprovechamiento agrícola y pecuario, así como la adopción de técnicas agrícolas modernas como el uso de productos agroquímicos (Miranda, 1952; Rzedowski, 1978; Nations y Nigh, 1981; Muench, 1982; Casco, 1984).

Por ello, es urgente el registro, la recolección y la identificación de la flora útil y espontánea presente en la vegetación madura, milpas y acahuales de diferentes edades. Esto permitirá contar con información taxonómica y etnobotánica detallada, necesaria para entender las formas tradicionales alternativas de aprovechamiento, que no implican la eliminación de la selva, sino la extracción gradual y selectiva y el enriquecimiento de especies. Tal extracción moderada y adecuada de especies vegetales plantea alternativas de aprovechamiento que inciden favorablemente en la economía campesina, pues es factible la comercialización de algunos materiales en el mercado local, regional o internacional (Ruiz et al., 1993).

Con base en lo precedente, el objetivo de este trabajo es contribuir a documentar la flora de los diferentes ambientes existentes en las tierras de la comunidad lacandona de Lacanhá Chansayab.

 

ÁREA DE ESTUDIO

Se le llama Selva Lacandona a una amplia región tropical de aproximadamente 1,800,000 ha, localizada al este y noreste del estado de Chiapas, con el más extenso remanente de selva alta perennifolia en México; por ello, ha sido identificada por diferentes entidades nacionales e internacionales como una de las áreas de mayor prioridad para acciones de conservación en el país (Muench, 1982).

El estudio se realizó en los terrenos de la comunidad lacandona de Lacanhá Chansayab, perteneciente al municipio de Ocosingo, Chiapas. Geográficamente se ubican a los 16°46'08'' latitud norte y 91°08'12'' longitud oeste, y alrededor de 350 m s.n.m. (Anónimo, 1974). El área forma parte de la cuenca hidrológica principal que genera los ríos Usumacinta y Lacanhá; el tipo de drenaje es arborescente con gran cantidad de escorrentías, numerosos ríos y arroyos (Muench, 1982). Los suelos predominantes son acrisoles húmicos, asociados con rendzina en las áreas calizas, o con regosol eútrico en las áreas de areniscas (Anónimo, 1974). El clima es cálido húmedo (Am) con lluvias abundantes en verano y parte del otoño, y una temporada seca corta (marzo-mayo). La temperatura media anual es de aproximadamente 25°C y la precipitación total anual es de 2,300 a 2,500 mm (García, 1973; Anónimo, 1974; Muench, 1978; Anónimo, 1988).

En esta zona la vegetación predominante es la selva alta perennifolia (Miranda, 1952; Miranda y hernández X., 1963; Pennington y Sarukhán, 1968), también denominada bosque lluvioso de montaña baja (Breedlove, 1973). Según la clasificación lacandona, en Lacanhá Chansayab existen dos tipos de cubierta vegetal madura (monte alto y chaparral) y los acahuales o jurupchés y milpas derivados de ellos. El monte alto corresponde a la selva alta perennifolia; el chaparral en cambio, es un tipo de vegetación con árboles de menor talla (de 20 a 30 m de altura) y abundantes bejucos, que se presenta en rodales de hasta 5 ha dentro del monte alto, en lugares con inundaciones estacionales, cerca de los ríos y en suelos con alto contenido de materia orgánica (Levy, 2000).

 

MATERIALES Y MÉTODOS

En 1993 se iniciaron las recolectas botánicas en los terrenos de la comunidad de Lacanhá Chansayab. Estas herborizaciones se realizaron en áreas con vegetación madura, acahuales y milpas, con la ayuda de campesinos lacandones, elegidos por su fama como expertos conocedores de la flora regional. Las muestras de plantas se prepararon como ejemplares de herbario y se documentaron con su identidad taxonómica. La determinación se complementó con la ayuda de los botánicos mencionados en los reconocimientos. Los ejemplares fueron depositados en el Herbario Nacional (MEXU). La clasificación de formas de vida se basó en su concepto original (Font Quer, 1953; Rao, 1992) y el sistema propuesto por Whittaker (1975). Para reconocer el estado de conservación de las especies se consultó la Norma Oficial Mexicana (NOM-059-ECOL) (Anónimo, 1994). La información mínima sobre el uso tradicional de las especies recolectadas se basó en un trabajo etnobotánico paralelo (Levy et al., 2002).

 

RESULTADOS

Se registraron 485 especies que pertenecen a 355 géneros integrantes de 104 familias (Apéndice). La nomenclatura y secuencia de las familias se basó en la clasificación propuesta por Mabberley (1997) (Cuadro 1).


Estas especies pertenecen a las divisiones taxonómicas Magnoliophyta y Pteridophyta. Para la primera se registraron 481 especies (99.17%) y sólo cuatro pertenecen a la segunda (Cuadro 1). Dentro de Magnoliophyta, la clase Magnoliopsida (dicotiledóneas) está representada con 416 especies; mientras que de la clase Liliopsida (monocotiledóneas) se encontraron 65 especies.

Las 16 familias con más de cinco géneros cada una, constituyeron 49.7% de todas las especies, y el otro 50.3% correspondió a las 88 restantes (Cuadro 2). En forma notable, 31.73% de las familias estuvieron representadas sólo por una especie.


Entre las familias mejor representadas destacan las Fabaceae (54 especies), Asteraceae (34 especies), Rubiaceae (30 especies), Moraceae (15 especies), Euphorbiaceae (14 especies) y Orchidaceae (13 especies) (Cuadro 2). Los géneros con mayor número de representantes fueron Piper con ocho y Eupatorium con seis, Chamaedorea y Solanum, con cinco especies cada uno, seguidos por Encyclia con cuatro.

En cuanto a la riqueza de formas vitales, los árboles dominaron con 36.70%, seguidos por los arbustos, las hierbas y los bejucos con 20.20, 18.35 y 17.94%, respectivamente (Cuadro 3).


Con respecto a las formas vitales registradas, los árboles estuvieron mejor representados en 11 familias: fabaceae, Moraceae, Lauraceae, Meliaceae, Myrtaceae, Rubiaceae, Sapindaceae, Rutaceae, Sapotaceae, Annonaceae y Bombacaceae. Las hierbas y los arbustos lo fueron en las familias Asteraceae, Poaceae, Amaranthaceae, Rubiaceae y Solanaceae; y los bejucos en fabaceae, bignoniaceae, Asteraceae y Convolvulaceae.

Al agrupar las especies en categorías mecánicamente independientes (árboles, arbustos, hierbas, palmas y helechos) y dependientes (bejucos y epífitas), se reconoce que 76.49% de ellas se agrupa dentro de la primera categoría y 23.51°% en la segunda (Cuadro 3).

Con base en la Norma Oficial Mexicana respecto a las especies de interés especial para su protección (estado de conservación), nueve de las registradas se encuentran dentro de la categoría de amenazadas, dos son consideradas en peligro de extinción y otra como protegida (Cuadro 4).


 

DISCUSIÓN

Es difícil contrastar con validez los resultados presentados con los obtenidos por otros autores que han recolectado en la región, pues existen grandes diferencias en los criterios, superficies estudiadas y métodos de muestreo utilizados en sus herborizaciones. Como una referencia sólo indicativa se puede señalar que las registradas en este trabajo representan únicamente 11.23% del número de especies estimado para toda la región Selva Lacandona (4315 especies, según Martínez et al., 1994). Por su parte Meave (1983) reconoció 267 especies, bongers et al. (1988) 292 y Durán (1999) 283.

El porcentaje alto de familias representadas por una sola especie se podría considerar como un indicador o tendencia de ecosistemas maduros y complejos (Margalef, 1974 y Odum, 1985). En algunas investigaciones realizadas en selvas perennifolias (Sarukhán, 1968; Hubbell y Foster, 1983; Vázquez, 1989 y Gentry, 1990) se ha encontrado una tendencia similar.

Con respecto a las familias y géneros mejor representados se encontró una fuerte correspondencia con los citados para este tipo de vegetación en México por Meave (1983), bongers et al. (1988) y Gentry (1990).

La diversidad de formas vitales registrada es un reflejo de la riqueza y complejidad de la selva alta perennifolia y sus comunidades secundarias. Sarukhán (1968) y Meave (1983) señalan que en las selvas tropicales las formas arbóreas incluyen al mayor número de especies, seguidas por epífitas y bejucos. En el área estudiada se confirma parcialmente esta tendencia, con excepción de las epífitas que sólo conformaron 5.57% de las especies y los bejucos con 17.94%, ligeramente por debajo de las herbáceas (Cuadro 3). Estos resultados difieren de lo señalado para selvas tropicales de México por Miranda y hernández X. (1963), flores et al. (1971) y Rzedowski (1978), y de los resultados locales de Durán (1999), quienes registran un número mayor de bejucos y epífitas que de herbáceas y arbustivas. Según Sarukhán (1968), Meave (1983) y Gentry (1990), existen diferencias de este tipo causadas por variación en los factores bióticos y abióticos que se dan de una región a otra; sin embargo, es más probable que en nuestro estudio éstas se deban principalmente a que se herborizó también en acahuales y milpas.

El conjunto de especies de interés especial para su protección podría variar a partir de estudios locales detallados de vegetación. Así, con base en los resultados previos (Levy y Aguirre, 2005) podríamos suponer que sólo tres de las especies del Cuadro 4 estarían realmente bajo amenaza. Nos referimos a Geonoma oxycarpa exclusiva de vegetación madura, Talauma mexicana ausente en los muestreos y Astronium graveolens que sólo fue registrada en nueve de los 84 acahuales muestreados. Con respecto a los elementos en peligro de extinción (Mortoniodendron guatemalense y Vatairea lundellii), se puede destacar que si bien ambos son propios de la vegetación madura, también se encuentran en acahuales a partir de los ocho años (Levy y Aguirre, 2005). La presencia de estas especies en un amplio gradiente sucesional podría reducir su riesgo de extinción local, más aun cuando este gradiente se deba al sistema de manejo agrícola. En relación con la especie protegida, esta clasificación concuerda con los resultados de Levy y Aguirre (2005), pues Louteridium mexicanum estuvo ausente en sus 84 levantamientos minuciosos de vegetación.

 

AGRADECIMIENTOS

Los autores agradecen por su asistencia financiera y técnica a: Consejo de Ciencia y Tecnología del Estado de Chiapas (CHISCHIS030613), fondo Sectorial CONACYT-CONAFOR (2003-C03-9950), Simón Btoss, instituto Nacional de Ecología (INE), Comisión Nacional de áreas Naturales Protegidas (CONANP), Etnobiología para la Conservación A. C., Comisión Nacional para el Conocimiento y Uso de la biodiversidad (CONABIO), Reserva de la biosfera Montes Azules y a Manuel Castellanos ChanKin. Del Dr. Mario ishiki ishihara recibimos valiosas sugerencias y observaciones durante la preparación del manuscrito. finalmente con agrado reconocemos el apoyo invaluable para la identificación de ciertos especímenes a los siguientes taxónomos: Salvador Acosta (Acanthaceae) (Escuela Nacional de Ciencias Biológicas, IPN), Ramón Riba y Nava (QPD) (Pteridophyta) (Universidad Autónoma Metropolitana, Iztapalapa), Hermilo Quero R. (Arecaceae) (instituto de biología, UNAM), José Luis Villaseñor R. (Asteraceae) (Instituto de Biología, UNAM), Rafael Lira S. (Cucurbitaceae) (Instituto de Biología, UNAM), Alfonso Delgado S. y Mario Sousa S. (fabaceae) (Instituto de Biología, UNAM), María Teresa Germán R. (Meliaceae) (Instituto de Biología, UNAM) y Gerardo Salazar Ch. (Orchidaceae) (Instituto de Biología, UNAM).

 

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