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Argumentos (México, D.F.)

versión impresa ISSN 0187-5795

Argumentos (Méx.) vol.26 no.73 Ciudad de México sep./dic. 2013

 

Dossier. A 20 años de la rebelión zapatista

 

Ja Jlekilaltik: una aproximación a la proyección histórico-utópica de los tojolabales

 

Antonio de Jesús Nájera Castellanos*

 

* Doctorante en desarrollo rural por la Universidad Autónoma Metropolitana, Unidad Xochimilco. Maestro en ciencias en recursos naturales y desarrollo rural con orientación salud comunitaria por El Colegio de la Frontera Sur (Ecosur). Diplomado en estudios mayas por la Universidad Nacional Autónoma de México. Profesor de tiempo completo en la Universidad Intercultural de Chiapas, Unidad Las Margaritas.

 

Resumen

Hacer visible lo negado se convierte hoy en día en una posibilidad de traer al presente alternativas de vida frente al modelo civilizatorio centrado en el capital. De esta manera nos aproximamos a la filosofía de los pueblos originarios de Chiapas, particularmente de los tojolabales de Las Margaritas, lo que implica una ruptura epistémica y cosmogónica de las formas en que se concibe la realidad abordando planteamientos conceptuales importantes para esbozar el análisis y la comprensión del modo de vida de este pueblo a partir de la crítica a la colonialidad, los conocimientos culturales y el Jlekilaltik. Este último como concepto histórico y utópico en la búsqueda de alternativas frente al modelo civilizatorio actual, centrado en la colonización y el avasallamiento de la vida misma de los sujetos.

Palabras clave: buen vivir, conocimientos, vida comunitaria, tojolabales, principios filosóficos.

 

Abstract

Make visible what is denied, becomes today a possibility to bring life to this alternative model against civilization centered in the capital. This way we approach the philosophy of the native peoples of Chiapas, particularly the tojolabales Las Margaritas, which means today an epistemic rupture and cosmogony of the ways in which reality is conceived approaches to addressing important conceptual outline the analysis and understanding of the lifestyle of this town from the critique of colonialism, cultural knowledge and Jlekilaltik. The latter as historical and Utopian concept in finding alternatives to the current model of civilization, centered on the colonization and enslavement of the life of the subjects.

Key words: good life, knowledge, community life, tojolabales philosophical principles.

 

INTRODUCCIÓN

En el presente texto se aborda la perspectiva de los conocimientos culturales a partir de la categoría de bienestar o vivir bien como esperanza de vida, desde un pueblo maya contemporáneo de la región fronteriza de Chiapas: los tojolabales; en el que se pone de manifiesto la colonialidad, por un lado, y por otro la resignificación de las filosofías y las epistemologías de un pueblo indígena mesoamericano, como posibilidad de construcción de conocimientos culturales como pueblo. Es decir, se esboza la construcción del concepto filosófico de jlekilaltik, desde la experiencia de acompañamiento con las comunidades tojolabales, como principio ético y moral que articula la vida social de los sujetos con quienes acompañamos este proceso de búsqueda de otras alternativas civilizatorias no centradas en el capital, sino sustentadas en la colaboración y complementariedad.

Por lo tanto, el jlekilaltik es por un lado un proceso utópico y por el otro un proceso histórico, ya que Bloch consigna que las utopías no son ahistóricas, sino que se desprenden de las tradiciones. Como proceso utópico, el jlekilaltik se visualiza como el bienestar para todos en el que no está considerada la perspectiva de la acumulación del capital económico, sino que se la da preponderancia a la salud, la alimentación, el trabajo y las relaciones intersubjetivas, no sólo entre humanos sino con todos los seres y objetos que componen la realidad, en la lucha por alcanzar una sociedad de paz, pero no la paz como simple ausencia de guerras, sino aquella paz con justicia y dignidad en la que tanto han insistido los pueblos mayas zapatistas que dieron a conocer su lucha el primero de enero de 1994. Mientras que, como proceso histórico, el jlekilaltik implica múltiples dimensiones de la vida cotidiana familiar y comunitaria (materiales, simbólicas o espirituales) que recrean y resignifican la tradición día a día.

 

LA APROXIMACIÓN UTÓPICO-HISTÓRICA DE LOS TOJOLABALES DE LAS MARGARITAS, CHIAPAS

Las poblaciones rurales han presentado cambios estructurales que en la mayoría de las ocasiones le han conducido a la incorporación de modelos económicos y sociales que lejos de tomar en cuenta sus necesidades, representan los intereses de los "grupos de poder", ya que la sociedad liberal industrial se constituye no sólo en el orden social deseable, sino en el único posible. Esta es la concepción según la cual nos encontramos hoy en un punto de llegada, sociedad sin ideologías, modelo civilizatorio único, globalizado, universal, que hace innecesaria la política, ya que no hay alternativas posibles a ese modo de vida (Lander, 2000).

Por ello, el renacer de un nuevo ciclo floreció con el caminar por las montañas del sureste mexicano, de hombres y mujeres decididas a construir un mundo donde quepan muchos mundos, aquel amanecer del 1 de enero de 1994, cuando el Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN) marcaría la utopía y el parteaguas que posibilitaría la construcción de muchos Chiapas, de muchos Méxicos y de Mundos con sed de "tierra, techo, alimentación, salud, educación, independencia, libertad, democracia, justicia y paz" (EZLN, 1993) todo ello con la Dignidad como axis mundi, como la vida misma.

A partir de ello, en la construcción de otras posibilidades de vida, de otros modelos civilizatorios no centrados en el capital ni en la dominación hegemónica, resulta necesario "[...] fijar perspectivas en las que el mundo aparezca trastocado, enajenado, mostrando sus grietas y desgarros, menesteroso y deforme en el grado en que aparece bajo la luz mesiánica [del desarrollo]" (Adorno, 2004:257), es decir, hacer visible lo negado, lo enajenado como posibilidad de reconstruir los conocimientos de los sujetos como "[...] la exigencia de colocación ante las circunstancias del sujeto en su condición histórica...[como un sujeto histórico] capaz de ubicar el conocimiento que construye en tanto parte de sus opciones de vida y de sociedad" (Zemelman, 2011:229), se trata pues de romper la tendencia a cosificar la realidad como una simple externalidad, para ello se deben concebir los nuevos modelos civilizatorios como constelaciones de ámbitos de sentidos posibles.

En los últimos años se ha comenzado a esbozar la comprensión del concepto filosófico de jlekilaltik, que desde la experiencia del acompañamiento con comunidades tojolabales, se concibe como principio ético y moral que articula la vida social de los sujetos en la búsqueda de otras alternativas civilizatorias no centradas en el capital, más bien sustentadas en la colaboración y la complementariedad.

Por ello, el predominio tendencioso hacia el desarrollo y el progreso constituye ya una larga historia de conquista y colonización, de opresión y dominio, que ha robado nuestra atención, que ha sancionado e inclusive enjuiciado nuestras creencias, convicciones, religiones y conocimientos culturales (Limón, 2007).

De esta manera, el análisis que se hace de las dinámicas sociales actuales en la región en donde se ubica el proceso de acompañamiento, es que "[...] el nosotros tojol ab'al [y no solo tojol ab'al en Chiapas y en América Latina] ha puesto de manifiesto que hay una sociedad que domina, cuya dominación se expresa al no reconocer a los indígenas como iguales, sabedores de conocimientos que la sociedad desconoce, y que le hacen falta para ser una sociedad de ciudadanos con derechos iguales" (Lenkersdorf, 2005:40). Ante la propuesta que nos hace Lenkersdorf, de conformar una sociedad de ciudadanos con derechos iguales, convendría destacar que la diversidad de conocimientos que poseen las culturas indígenas debe contribuir a la construcción de otras formas de vida que amplíen el horizonte del conocimiento humano y de la vida misma como derecho universal.

Múltiples son las experiencias que nos hablan de nuevos patrones civilizatorios, ejemplo de ello son los movimientos indígenas andinos que han puesto a debate nuevos conceptos que tratan de hacer comprensible otras formas de relación entre sujetos, tal es el caso de Bolivia y Ecuador en cuyas constituciones aparecen términos como el Suma Qamaña y la Pachamama. En el caso de Bolivia es interesante observar cómo a partir de la coyuntura política de 2005 con el ascenso de Evo Morales Ayma como presidente constitucional de la nación boliviana, el Suma Qamaña o la noción de vivir bien se incorpora a la Carta Magna el 8 de febrero de 2009.

El vivir bien boliviano pone la pauta para la comprensión de lo que significa una buena vida en términos de los pueblos indígenas frente a las concepciones predominantes en Occidente vinculadas con las ideas de desarrollo,1 y que bien pueden convertirse en alternativas al modelo civilizatorio actual. La traducción del vivir bien desde el aymara y el quechua se "[...] representa como suma qamaña, suma kamaña o suma jakaña. El adjetivo suma que es común al aimara y al quechua, significa 'bueno', 'agradable', 'armonioso' y 'sabroso' (en relación con los alimentos)... La raíz qama o qamasa se refiere a la 'energía' y la 'fuerza'. La raíz kama significa 'crear', 'organizar' yjaka significa 'vivir'" (Estermann, 2011:5).

A partir de esta coyuntura política y como aporte boliviano a la noción de la búsqueda del vivir bien, diversos estudiosos han abonado en torno a la reflexión de este concepto que comienza a extenderse cada vez más entre los diversos pueblos del Abya Yala.2 De esta manera, tenemos que Leonardo Boff plantea que el vivir bien o buen vivir "[...] apunta a una ética de lo suficiente para toda la comunidad, y no solamente para el individuo. El 'buen vivir' supone una visión holística e integradora del ser humano, inmerso en la gran comunidad terrenal, que incluye además de al ser humano, al aire, el agua, los suelos, las montañas, los árboles y los animales; es estar en profunda comunión con la Pachamama (Tierra), con las energías del Universo, y con Dios".

Mientras que Gudynas plantea que "[...] El Buen Vivir o Vivir bien engloba un conjunto de ideas que se están forjando como reacción y alternativa a los conceptos convencionales sobre el desarrollo. Bajo esos términos se están acumulando diversas reflexiones que, con mucha intensidad, exploran nuevas perspectivas creativas tanto en el plano de las ideas como en las prácticas" (2011:1). Asimismo, Pablo Dávalos menciona que "[...] se trata de un cambio fundamental en la episteme moderna [...] porque el Sumak Kawsay propone la incorporación de la naturaleza al interior de la historia, no como factor productivo ni como fuerza productora, sino como parte inherente al ser social" (en Gudynas, 2011:6).

Por su parte, Luis Maca habla del Sumak Kawsay o buen vivir en términos de plenitud y dice "[...] el Sumak, es la plenitud, lo sublime, excelente, magnífico, hermoso (a), superior. El Kawsay, es la vida, es ser estando. Pero es dinámico, cambiante, no es una cuestión pasiva. Por lo tanto Sumak Kawsay sería la vida en plenitud. La vida en excelencia material y espiritual. La magnificencia se expresa en la armonía, en el equilibrio interno y externo de una comunidad" (2009:14).

Mientras que para algunos pueblos de Chiapas,3 la noción de vivir bien, comienza a ser dibujada por algunos estudiosos en cuyo afán por encontrar otros caminos que lleven a un reencuentro entre sujetos viviendo una vida en plenitud, tratan de hacer un esbozo de otros modelos civilizatorios que puedan revitalizar nuestra cansada y agónica civilización. Hoy en día en contextos chiapanecos se habla de lekil kuxlejal (tsotsiles y tseltales), uts'atyba chumtyal (ch'oles) y wa'a ijtkuy o wapa ijtkuy (zoques), para referirse a una construcción social similar a la propuesta de buen vivir andina.

De esta manera, Sánchez nos dice que el lekil kuxlejal"[...] es un modo de vida de los pueblos originarios para su supervivencia. Implica vivir en armonía consigo mismo, con su comunidad, con la Madre Tierra y con la naturaleza en plenitud [...] Se sustenta en la colectividad o comunidad, en el respeto y reciprocidad entre los seres humanos" (2012:1). Por su parte Paoli destaca que el lekil kuxlejal es "[...] una realidad trascendente, es la vida en este mundo y después de él. Es mucho más que una utopía. Es la vida real, hoy degradada, que debiera restaurarse" (2003:19), es decir, se trata pues de la vida misma con sus tensiones, acuerdos y contradicciones.

Mientras que Sulvarán hace un planteamiento en torno a los ch'oles chiapanecos y el vivir bien, al decir que este grupo habla de "Wen Chumul que sería vivir satisfactoriamente. Vivir con lo que se produce. Las personas que viven bien son aquellas que tienen abundancia en sus cultivos. Las que cosechan maíz, frijol, verduras. Las que crían animales en la casa. Lo material es producto de la buena relación con la naturaleza. Una naturaleza que tiene dueños" (2012:116).

Si bien hay una serie de trabajos valiosos que tratan de comprender el vivir bien, no pretendemos, de ninguna manera, delimitar la propuesta filosófica del jlekilaltik a este concepto, más bien deseamos mantener tal concepción desde la perspectiva del propio pueblo tojol ab'al e ir posicionando dicho referente al contexto chiapaneco. Es decir, necesitamos escuchar otras voces, otras formas de pensamiento para crear condiciones materiales y espirituales para construir y mantener el jlekilaltik.

De esta manera situamos algunos principios filosóficos y morales que articulan otras formas de vida, otras dinámicas colectivas entre los maya-tojol ab'ales. Así, encontramos el concepto de lo tojol en el que Lenkersdorf nos plantea que se trata "[...] del comportamiento de rectitud que se puede lograr y que se puede perder [...] no se nace sino se hace tojol. Es una posibilidad no alcanzada por todos, representa un camino y ninguna posesión o propiedad. Se ofrece a todos a condición de excluir la soberbia que implica la cerrazón a los otros" (1994:22). Sin embargo, lo tojol está en la vida misma, tanto en las acciones cotidianas como en aquellas que implican y que están fuera de la cotidianidad, por ejemplo, las gestiones ante instancias gubernamentales y no gubernamentales.

Otro referente sumamente interesante, es el tik, se trata de una desinencia4 en tojol ab'al cuya traducción es un nosotros, es decir, "[...] representa un conjunto que integra en un todo orgánico a un gran número de componentes o miembros. Cada uno habla en nombre del nosotros sin perder su individualidad, pero a la vez, cada uno se ha transformado en una voz nosótrica" (Lenkersdorf, 2005:29), el nosotros predomina no sólo en la lengua sino también en la vida, en el actuar, en la manera de ser de los tojolabales. En ellos, se visualiza una comunidad intersubjetiva, en la que de acuerdo con la estructura de la lengua tojol ab'al, todas las cosas y todas las personas representan sujetos, aunque de diferentes clases.5

Por ello, consideramos fundamental poner de manifiesto la importancia que tiene la lengua en nuestros pueblos, ya que por un lado ésta permite comunicarnos con otras personas, pero por otro, posibilita dar nuestra palabra; la lengua nos relaciona con nuestro interior, nuestro pensamiento y de esta manera verbaliza y manifiesta nuestros pensamientos. Mientras que una tercera finalidad de la lengua es nombrar las cosas del mundo, las relaciones con ellas, las relaciones entre ellas y de ellas con nosotros, es decir, se trata de un ciclo cósmico-lingüístico característico de los tojolabales.

Entre los tojolabales se habla que tanto las personas como las cosas tienen k'ujol, tienen corazón, por ello se dice que la nantik lu'um (Tierra) tiene su corazón y por tanto se le brindan alimentos a partir de los rituales antes de la siembra y después de la tapisca del maíz. El modo de vida del pueblo tojolabal está mediado precisamente por una vida intersubjetiva, "[...] conduce a una pluralidad de sujetos que corresponden a la pluralidad implícita en el NOSOTROS. Es esa misma pluralidad la que garantiza la apertura del nosotros hacia los otros, los diferentes, en lugar de la cerrazón que no los admite [...] los sujetos diferentes no se contraponen, sino que se complementan para la realización de los acontecimientos, así como los miembros del NOSOTROS buscan el consenso" (Lenkersdorf, 2005:114-115).

Por lo tanto, si bien es cierto, en la intersubjetividad tojolab'al cada sujeto se distingue cualitativamente de la suma de sus componentes, de ahí se explica la razón por la cual los individuos no insisten en pensar individualmente, sino buscan el consenso y la complementariedad, de esta manera el bienestar se concibe para todos y no para unos cuantos.

Por otro lado, eljlekilaltik como epistemología del Sur que parte de la "[...] búsqueda de conocimientos y de criterios de validez del conocimiento que otorguen visibilidad y credibilidad a las prácticas cognitivas de las clases, de los pueblos y de los grupos sociales que han sido históricamente victimizados, explotados y oprimidos, por el colonialismo y el capitalismo" (Santos, 2009:12) se fundamenta en cuatro principios éticos y morales básicos que hacen posible la búsqueda del bienestar para todos; se trata de los conceptos tsomanotik (estamos juntos/organizados), lajan aytik (estamos iguales/estamos parejos/vamos iguales), wantik b'ejyel lajan (estamos caminando juntos) y finalmente el junta jk'ujoltik (estamos unidos/estamos en un mismo pensamiento).

El tsomanotik cuyas raíces son tsoman que quiere decir junto, organizado, unidos, lo social, mientras que el tik que ya habíamos hablado de ello, se trata de un pluralizador incluyente que de manera conjunta conciben el estamos unidos, estamos organizados, es decir, el tsomanotik es un símbolo de unidad, de poner en el diálogo las diferencias y los acuerdos comunes, por ello, tal término es bastante utilizado en los espacios comunitarios como las asambleas. Así, tenemos expresiones como: oj tsomb'ajtikik (nos vamos a reunir) o it b'a tsomanotik ek'e b'a oj chaptik jajloiltiki' (aquí estamos reunidos para platicar), es en espacios como las asambleas o donde hay un encuentro en colectivo donde se deja ver la concepción de unidad, no como concepto homogenizador sino como posibilidad de diálogo y de construcción de esperanza.

El lajan ayytik se usa de manera común (estamos parejos, vamos parejo) como principio ético que trata de poner equilibrio entre diversas situaciones que se presentan a nivel familiar o comunitario. Hoy en día este principio ético se vincula con la búsqueda de ese equilibrio entre los diferentes grupos que se han conformado al interior de la comunidad, es decir, se generan mecanismos de autorregulación de manera comunitaria para evitar que exista una disparidad entre grupos de sujetos, por lo regular dichos mecanismos se ejecutan en el espacio de la asamblea donde se exponen las situaciones en que se encuentran y por tanto, se toman los acuerdos necesarios para la construcción del lajan aytik. A partir de ello, se visualizan dos cosas importantes: 1) la asamblea, el colectivo desempeña un papel preponderante como mediador en la búsqueda de la igualdad y 2) el diálogo, fundamental como articulador en la construcción del principio de igualdad.

Por otra parte, el wantik b'ejyellajan se trata del caminemos juntos, adquiere una dimensión de reconocimiento de potencialidades de manera conjunta, hay un reconocimiento tanto del otro como de sí mismo, con la intención de construir un proyecto colectivo y político, pues por lo regular, el wantik b'ejyel lajan se vincula con el ámbito de la toma de decisiones de manera colectiva, tiene presencia en tomar acuerdos que no separen al colectivo, que posibilite caminar en un rumbo en donde el consenso en grupo es fundamental.

Finalmente el juntajk'ujoltik, como principio ético presupone el estamos unidos o bien estamos en un mismo pensamiento, en un mismo corazón, esto tiene fuertes implicaciones en la no contradicción entre compañeros. La no contradicción, no conlleva el aceptar el planteamiento del otro sin cuestionamiento, más bien conlleva el consenso a partir de la reflexión colectiva y dialogada, pues como se dice en la localidad: "la contradicción nos lleva a lain k'ujolil, es decir, la envidia lo contrario al juntajk'ujoltik".

De esta manera el concepto del jlekilaltik tiene varios pliegues o dimensiones de la construcción social desde los tojolabales, se trata pues de nuestro bienestar para todos, es decir, la misma lengua demuestra su ergatividad al hacer evidente la presencia de dos sujetos que están activos y que participan en la acción, en donde nuestro bienestar implica la presencia de la individualidad pero también la incorporación a lo colectivo con el para todos. El concepto del jlekilaltik es muy amplio, por ello consideramos pertinente distribuirlo en tres planos distintos relacionados entre sí: el intrapersonal que se refleja en lo subjetivo de los individuos; el segundo plano interpersonal en donde el sujeto se relaciona con otras personas y otros espacios dentro de lo familiar, y finalmente, el plano extrapersonal o comunitario que se da de manera colectiva y más allá de ésta. Se trata de ver los tres planos en interrelación en la búsqueda del plan de vida que implica un reconocimiento de manera holística.

He aquí una expresión de un tojolabal:

[...] el lekilal tik es de que estemos bien pues, que tengamos salud, de que tengamos alimentación, lo indispensable pues para vivir, estar bien con los demás, ser respetuoso, tener los valores necesarios para convivir con las personas.6

Estas frases mediadas por la experiencia cultural de quienes son parte del pueblo tojol ab'al, contienen una reflexión y una constatación que articula un conjunto de visiones y prácticas presentes en la vida cotidiana de los tojol ab'ales y es aquí donde se concretan las alternativas civilizatorias, "[...] una promesa [...] para que se encuentre jlekilaltik para que se encuentre la buena vida" y además "[...] tengamos... lo indispensable pues para vivir, estar bien con los demás". La noción del nosotros es indisociable, se encuentra presente en la cultural tojolabal, representa un "conjunto que integra a un todo orgánico a un gran número de componentes o miembros. Cada uno habla en nombre del nosotros sin perder su individualidad, pero a la par, se ha transformado en una voz nosótrica" (Lenkersdorf, 2005:29).

Por otra parte, el bienestar colectivo está mediado no solamente por el aspecto material de los sujetos sociales, sino también se complementa con la espiritualidad, con lo sagrado como forma de articulación de esa búsqueda y actuar del jlekilaltik. Las formas de relación con la divinidad para alcanzar el jlekilaltik son múltiples, una de éstas, la que arraiga la convivencia y el respeto, se establece a partir de las peregrinaciones anuales conocidas como k'uanel o romerías, por ello se dice que las romerías como prácticas religiosas contienen un sentido en la vida de las familias tojolabales, porque son parte del conocimiento cultural que mantienen y que los hace partícipes de una epistemología construida también a partir del carácter religioso de la colectividad, de esta manera se menciona que, las romerías y el culto a los cerros y cuevas son parte de la construcción constante del bienestar colectivo:

[...] es nuestro jlekilaltik, nuestra costumbre. Todavía es la cultura de nuestros abuelos, es lo que nos dejaron, pero en otro lado ya no, ya puro ch'ayelal, ¿por qué tenemos todavía esa parte?, porque son las costumbres que nos enseñaron, no lo queremos perder, también nuestro hijos, si tienen un buen corazón lekil sk'ujol, cuando vas a oír, ya está jugando con su tamborcito, así lo estoy viendo pues mis hijos yo, cuando voy a ver se cuelgan el tambor y ya empiezan a tocar y luego se ponen a reír, es que es nuestra cultura que tenemos, cuando voy a oír están rezando, pero eso es nuestro.

Así, el compartir con otros individuos y con la comunidad resulta un valor fundamental que incide en los diferentes planos de la vida cotidiana: en la economía doméstica, en las relaciones interpersonales, en el trabajo, en las creencias, en las esperanzas, es decir, finalmente se articula en lo que dice Lenkersdorf que el jlekilaltik es "meta de toda lucha de los explotados [...] es la justa en la cual el hombre [y las mujeres] ya no explotará al hombre [ni a la mujer]" (2001:224).

Se trata pues de la construcción de sociedades que le apuestan por el compartir y la complementariedad, más que por la acumulación de capital. Construir relaciones entre sujetos revalora los principios axiológicos de los pueblos, puesto que vincula la armonía entre ellos y entre éstos y la naturaleza. Es decir, es una apuesta por la vida plena, por el bienestar colectivo, por la no destrucción de la naturaleza ni la mercantilización de las relaciones humanas, más bien se enfatiza en la satisfacción de las necesidades materiales y espirituales de la sociedad en armonía con la naturaleza y en un continuo diálogo intercultural.

Por tanto, este esbozo y primeras pinceladas de "nuevos" paradigmas civilizatorios y respuestas contrahegemónicas al desarrollo desde los tojolabales, pueblo oprimido por décadas como peones acasillados por los hacendados, que desafía la historia y a la utopía a partir del jlekilaltik, permite repensar las perspectivas y los marcos desde donde visualizamos la realidad y el mundo, cuyas implicaciones nos llevan a formular propuestas de respeto a la naturaleza, proteger los conocimientos culturales y asegurar la vida humana común (Hourtart, 2011), en pocas palabras, asegurar la vida misma con un sentido de responsabilidad y dignidad como alternativa civilizatoria.

 

BIBLIOGRAFÍA

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Notas

1 El desarrollo es un concepto que Wolfgang Sachs concibe como un decir vacío, hueco de contenido, he aquí una cita de este autor para ejemplificar "[...] desarrollo significa ya casi cualquier cosa [...] desde levantar rascacielos hasta instalar letrinas, desde perforar por petróleo hasta perforar por agua, es un concepto de un vacío descomunal [...] Es testimonio del poder de las ideas que un concepto tan carente de contenido haya dominado el debate público por medio siglo" (Citado en Esteva [CLAES-www.otrodesarrollo.com]).

2 Abya Yala, es la denominación indígena para el continente americano empleada como contraste con el nombre impuesto por los conquistadores de "América Latina", para utilizar el nombre endógeno. Abya Yala significa tierra en plena madurez, tierra fértil y proviene de la etnia kuna de Panamá, retomado de Estermann (2011).

3 En Chiapas se han reconocido cerca de 13 grupos indígenas: Tsotsiles, Tseltales, Choles, Tojolabales, Zoques, Mames, Kanjobales, Chujes, Jacaltecos, Lacandones, Motocintlecos, Kakchiqueles y Quichés.

4 Las desinencias desde la lingüística indican tiempo, modo, aspecto, voz, número y persona, Por ello, el tik incorporado a la lengua tojol ab'al se convierte en un referente que va más allá del sujeto individual con sus diferentes elementos, se trata de un sujeto colectivo, incorporado en la colectividad, por ello el nosotros, es decir, nosotros y los otros somos iguales.

5 Para ampliar la exposición lingüística del tema se puede consultar Lenkersdorf (1994).

6 Fragmento de entrevista realizada al joven Jesús Pérez Aguilar, es originario del ejido Piedra Huixtla, Las Margaritas, Chiapas, marzo de 2013.

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