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Argumentos (México, D.F.)

Print version ISSN 0187-5795

Argumentos (Méx.) vol.26 n.72 Ciudad de México May./Aug. 2013

 

Presentación

 

Frente a la fuerza alcanzada por planteamientos que insistían en las insuficiencias del desarrollo capitalista en América Latina en las décadas de 1950 y I960, y que caracterizaban a la región como precapitalista, inmadura o lisa y llanamente semifeudal, la teoría marxista de la dependencia señalará, por el contrario, la presencia de un capitalismo sui generis, el llamado capitalismo dependiente, plenamente maduro en el marco de las particularidades que lo caracterizan.

De ahí en adelante, con mayor o menor fuerza, esta formulación subyace en los debates sobre el futuro de la región en los años posteriores, y particularmente en los referidos a los proyectos que harían posible superar los signos de un capitalismo que no parece seguir las pautas de modelo alguno.

Las razones generales de esa particularidad del capitalismo dependiente reposan en que éste no es sino el reverso —necesario e ineludible— de aquello que se caracteriza como desarrollo. Imbricados en el seno del sistema mundial que construye el capital, el desarrollo de regiones y economías sólo es posible a condición del subdesarrollo de otras regiones y economías.

Si esto ya era suficiente motivo de escándalo, al echar por tierra los modelos que nos hablan de etapas diversas y sucesivas a ser recorridas por cada economía que se plantee alcanzar los beneficios del capitalismo y de su desarrollo, señalando por el contrario que quienes las prosigan o busquen atajos alternativos, pero sin modificar las relaciones sociales, sólo alcanzarán el desarrollo del subdesarrollo, al decir de Gunder Frank, dicho escándalo se incrementó cuando se señalaba en el plano teórico que las responsabilidades de una tal situación no eran exclusivamente externas, sino el resultado de una compleja relación del capital y de las clases dominantes del mundo imperialista con el capital y las clases dominantes en el plano regional.

De esta forma la teoría que explicaba la dependencia y el subdesarrollo se vinculaba con las propuestas que señalaban la actualidad y la necesidad de la revolución socialista en la región.

Llegar a una formulación teórica que de manera consistente explicara esta situación y diera cuenta de los procesos que la hacen posible y dibujara un horizonte tendencial, no fue una tarea fácil. Implicó en el sentido duro del término un trabajo colectivo que avanzó muchas veces de manera lenta y zigzagueante, en otras a saltos y con mayores certezas. La Revolución Cubana, qué duda cabe, constituyó un parteaguas en este proceso, al propiciar una profunda reformulación del marxismo imperante en la zona, y replantear viejos y manoseados problemas. Fue en ese espacio político y teórico abierto por la gesta cubana que los esfuerzos teóricos se multiplicaron y la ruta se hizo más expedita.

Los escritos de André Gunder Frank, Theotonio dos Santos, Vania Bambirra y Ruy Mauro Marini comenzaron a multiplicarse y a ganar creciente atención regional y de otras latitudes. Pero como todo gran pensamiento, la teoría marxista de la dependencia no fue —ni ha sido— ajena a la crítica facilona, a la repetición de estribillos formulados por detractores y que se han convertido en sentido común para quienes no se dan la tarea de leer los libros que van a criticar. Así resulta que los marxistas de la dependencia son estancacionistas, no conciben el crecimiento capitalista, hablan de formas de explotación, como la superexplotación, que el capitalismo regional ya ha superado, sostienen que se asiste al empobrecimiento absoluto, y un sinfín de otros señalamientos de igual tenor.

Es preocupante que investigadores serios repitan errores como los anteriores, a pesar del caudal de escritos que ponen de manifiesto el sesgo y equívoco en tales afirmaciones.

Este 2013 se celebran 40 años de la publicación de Dialéctica de la dependencia, el libro de Ruy Mauro Marini que terminó por dar forma a aquellos esfuerzos que le antecedieron en la búsqueda de explicaciones de lo paradojal del comportamiento del capitalismo en la región, a pesar de seguir a pie juntillas las tareas que se le señalaban, problema al que la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) de Prebisch se enfrentó y no pudo explicar.

En poco más de 50 cuartillas Marini ofrece las líneas centrales que explican los procesos que gestaron el capitalismo dependiente y las razones que prosiguen reproduciendo el subdesarrollo de la región, al calor de sus diversas modalidades de inserción en el mercado mundial capitalista.

Para celebrar esta fecha Argumentos invitó a diversos autores a escribir sobre esa obra de Marini, en donde unos la ubican en el contexto del conjunto de sus principales aportes a la teoría social latinoamericana, otros enfatizan sus aportaciones teóricas o las razones y procedimientos para desconocer su trabajo, y terceros, su relevancia para el análisis actual de la región, como los detonantes que han implosionado en el Brasil de nuestros días.

 

Semblanza de Ruy Mauro Marini

Ruy Mauro Marini es uno de los intelectuales latinoamericanos más importantes en la segunda mitad del siglo XX; junto con André Gunder Frank, Theotonio dos Santos y Vania Bambirra es reconocido como el autor más relevante en la conformación de la teoría marxista de la dependencia, una de las aportaciones más originales del pensamiento social de la región en su tarea de explicar las tendencias que caracterizan el capitalismo dependiente y su reproducción, en el seno de su inserción en el sistema mundial capitalista. Su tarea intelectual estuvo siempre ligada a tareas políticas, lo que lo llevó a sufrir numerosos exilios.

Nacido en 1932 en Barbacena, en el estado de Minas Gerais, entre 1953 y 1957 Marini estudió en la Facultad de Derecho de la Universidad de Brasil (posteriormente denominada Universidad Federal de Río de Janeiro) y en la Escuela Brasileña de Administración Pública. Una beca del gobierno francés le permitió continuar sus estudios en Francia, en la Escuela Libre de Ciencias Políticas de París, entre 1958 y 1961, en donde más allá de las exigencias formales se dedicó a estudiar con acuciosidad las obras de Marx y de Lenin, además de asistir a seminarios diversos, participando entre otros en los que impartía Georges Canguilhem.

A su regreso a Brasil participa en la conformación de la Organización Revolucionaria Marxista-Política Obrera (POLOP), crítica del marxismo soviético y de la línea del Partido Comunista Brasileño, al tiempo que desarrolla labores periodísticas y participa en 1962, junto con Darcy Ribeiro, en la creación de la Universidad de Brasilia, iniciando sus actividades académicas. Ahí mantiene fuertes vínculos académicos con el grupo que posteriormente daría forma a la teoría marxista de la dependencia.

El golpe militar de 1964 lo lanza a la clandestinidad, siendo detenido, torturado y expulsado del país, iniciándose su primer exilio en México. Aquí desarrolla labores académicas particularmente en el Centro de Estudios Internacionales de El Colegio de México, y posteriormente en la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), en donde reúne y afina escritos previos sobre la caracterización de la dictadura militar brasileña y sobre el subdesarrollo latinoamericano, al tiempo que publica nuevos trabajos, algunos de los cuales darán forma a su libro Subdesarrolloy revolución, publicado por Siglo XXI Editores en 1969. La noción de subimperialismo formulada por Marini para explicar el Estado y el capitalismo brasileño, asume dimensiones más explicativas.

En 1969 se dirige a Concepción, al sur de Chile, invitado por una joven camada de estudiantes y militantes que se agrupan en el naciente Movimiento de Izquierda Revolucionaria (MIR), integrándose a la Universidad de Concepción, centro de ebullición política y teórica de la nueva organización. Más tarde se incorpora al Centro de Estudios Socioeconómicos (Ceso), vinculado a la Escuela de Economía de la Universidad de Chile, en Santiago, en donde ya se encuentran viejos conocidos, como Frank, Dos Santos y Bambirra. A poco andar el Ceso se convierte en el principal núcleo de la teoría marxista de la dependencia, y por sus cubículos y seminarios circulan intelectuales y militantes provenientes de todo el mundo, deseosos de conocer las formulaciones teóricas que ahí se elaboran, como explicaciones sobre la experiencia abierta con el ascenso de Salvador Allende a la presidencia de Chile en 1973.

Es en este Centro en donde Marini da forma a su principal contribución a la teoría social latinoamericana, Dialéctica de ¿a dependencia, material que se publica en México en 1973 por Ediciones Era, luego de algunos adelantos en revistas locales, salvándose de la brutal represión y destrucción de escritos que lleva a cabo la dictadura militar encabezada por el general Augusto Pinochet tras el golpe de Estado en septiembre de ese mismo año. Nociones como superexplotación y ruptura del ciclo del capital se convierten de ahí en adelante en pilares de la caracterización de la reproducción del capital en el capitalismo dependiente latinoamericano.

Tras una corta estadía en Panamá, a donde sale tras el golpe en Chile, y otra, igualmente corta, en Alemania Federal, Marini regresa a su segundo exilio mexicano en 1974, incorporándose a la UNAM. En esta etapa desarrolla una intensa vida intelectual y política, ligado a las tareas exteriores del MIR. Sus estudios sobre la experiencia chilena y las políticas enfrentadas en aquel proceso toman forma en el libro El reformismo y la contrarrevolución. Estudios sobre Chile, publicado por Ediciones Era. Éste, junto con el prólogo que escribe para el libro de Vania Bambirra, La Revolución Cubana, una reinterpretación (Editorial Nuestro Tiempo, México, 1974), constituyen algunos de sus textos político-académicos de mayor relevancia.

A fines de la década de 1970 crea el Centro de Información, Documentación y Análisis del Movimiento Obrero (CIDAMO), en donde se integran principalmente jóvenes estudiantes, provenientes de diversos países del centro y sur de América que también viven su exilio en México, en torno a seminarios de análisis de la coyuntura internacional y regional, y en donde se editan CIDAMO Internacional, una publicación mensual sobre la coyuntura regional y mundial, y Cuadernos de CIDAMO, con informes de investigaciones diversas.

Participa de manera activa en la creación y en el Consejo Editorial de la revista Cuadernos Políticos, en su primera etapa, bajo el alero de Ediciones Era, publicación que se constituye en un referente de los debates latinoamericanos azuzados por los procesos revolucionarios que toman forma en Centroamérica desde fines de la década de 1970 y parte de la década de 1980, y que recoge aportaciones del pensamiento crítico de autores de muy diversas regiones del mundo. Ahí, Marini publica importantes avances en su caracterización de las tendencias del capitalismo dependiente y del Estado latinoamericano, destacando "Plusvalía extraordinaria y acumulación de capital", y "La cuestión del fascismo en América Latina" junto con Pío García, Agustín Cueva y Thetonio dos Santos, en donde formula la noción del Estado de cuarto poder.

En 1984 regresa a Brasil donde realiza labores académicas diversas, pero en un ambiente intelectual adverso, siendo un autor poco conocido, debido a la censura de la dictadura, y posteriormente a la realizada por intelectuales, como Fernando Henrique Cardoso, con los cuales polemizó duramente en el exterior, y que impidieron que su obra fuese publicada y conocida en ese país, sacando ventaja de su poder en la academia y en el Estado.

En 1993 se reintegra a la UNAM como director del Centro de Estudios Latinoamericanos (Cela), organizando un ambicioso y extenso seminario en donde participan connotados maestros y jóvenes intelectuales, el cual culmina con la publicación de cuatro tomos sobre La teoría social latinoamericana, coordinados por Marini y Márgara Millán; editados por la UNAM y Ediciones El Caballito.

De regreso a Brasil fallece en 1997 dejando una obra de 6 libros, más de 200 artículos académicos y un sinnúmero de artículos periodísticos y escritos diversos, algunos sin publicar o poco conocidos. Recién en el año 2000 su libro Dialéctica de la dependencia aparece en portugués y de ahí en adelante el interés por su obra crece en el pensamiento crítico de ese país, en la misma medida que las voces oficiales intentan presentar a Brasil como potencia económica y política exitosa.

Mucha de su obra puede ser consultada en español en la página de la UNAM [http//:www.marini-escritos.unam.mx/].

 

Jaime Osorio

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