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Argumentos (México, D.F.)

versão impressa ISSN 0187-5795

Argumentos (Méx.) vol.24 no.65 Ciudad de México Jan./Abr. 2011

 

Crítica de libros

 

Contrarrevolución o resistencia. La teoría política de Carl Schmitt (1888-1985)*

 

Luis R. Oro Tapia

 

Doctor en filosofía política por la Universidad de Chile. Profesor–investigador de la Escuela de Ciencia Política de la Universidad Central de Chile. Es autor de los libros ¿Qué es la política?, RIL editores, Santiago, 2003; El poder: adicción y dependencia, Brickle Ediciones, Santiago, 2006, y Max Weber: la política y los políticos, RIL Editores, Santiago 2010.

 

Este libro no es una diatriba ni un ditirambo. Corresponde al lector, si lo desea, emitir un veredicto sobre la vida y obra de Carl Schmitt una vez concluida su lectura. Su autor, Carmelo Jiménez Segado, tampoco pretende asentar una tesis apodíctica o definitiva. Su intención, por el contrario, es abrir vías hermenéuticas. Pero tal apertura implica romper con varios lugares comunes o, por lo menos, tomar distancia de las interpretaciones prevalecientes sobre la vida y obra del controvertido jurista y politólogo alemán.

Es un lugar común, en el mundo hispanoamericano, adscribir a Carl Schmitt a la derecha (¿cuál de todas?, habría que preguntarse) y al catolicismo. Pese a los esfuerzos que ha hecho cierta izquierda por reivindicar su pensamiento —especialmente en lo que concierne a su crítica al economicismo, el individualismo y a la democracia liberal—, tal tópico sigue vigente.

Pero ¿puede Schmitt ser filiado, sin objeciones, a la derecha y al catolicismo? Puesto que la derecha es tan variopinta en Hispanoamérica resulta difícil determinar si Schmitt es un autor de derecha o no. Respecto al catolicismo, la tarea tampoco resulta fácil. No obstante, es posible esbozar una respuesta y ésta sería negativa. Examinemos los motivos que, de acuerdo con los antecedentes que nos entrega Jiménez Segado, ameritan disentir de tal filiación.

En primer lugar, Schmitt afirma la autonomía de la política, esto implica que la política no se ciñe a los preceptos de la moral corriente, lo que en el mundo occidental (pese a la secularización) aún equivale a decir moral cristiana. La política tiene su propia lógica y ésta es rebelde a los empaques normativos de corte tomista. Así, Schmitt estaría más cerca del príncipe de Maquiavelo que del príncipe cristiano de Erasmo.

En segundo lugar, la antropología que subyace tras la visión de la política de Schmitt es claramente hobbeseana y no aristotélica tomista. El jurista alemán parte del supuesto explícito de que el hombre es un ser riesgoso o peligroso. Tal concepción, a la hora de buscarle una filiación religiosa, está mucho más cerca de la teología luterana que de la católica.

En tercera lugar, Schmitt, a diferencia de la tradición católica, no suscribe la teoría de la guerra justa. Para él, al igual que para su maestro Hobbes, todas las guerras son guerras (la afirmación es tautológica, pero ellos la esgrimen), sin adjetivaciones moralizantes. Tal posición, quizás, no lo sitúe en las antípodas de los planteamientos de San Agustín o Santo Tomás, pero claramente media una gran distancia entre ellos y él, en lo que a este punto concierne.

En cuarto lugar, Schmitt no suscribe el discurso de los valores y antivalores (un tópico reiterado de la semántica del catolicismo en el siglo XX), puesto que para él todos los valores son puntos de vistas; más concretamente puntos de ataque, que valen en cuanto se los hace valer de manera imperativa en contra de otros valores (o puntos de vista) que son igualmente dignos. Tal supuesto lo aproxima al agnosticismo de Max Weber y lo distancia del objetivismo axiológico y del iusnaturalismo. Dicho supuesto conlleva, además, una concepción trágica o, por lo menos, dramática de la política (de acuerdo con la nomenclatura que establece José Luis Aranguren en su libro titulado Ética y política), pero en modo alguno una concepción aristotélico tomista.

En conclusión, Schmitt está bastante lejos de la tradición aristotélica tomista, corriente de pensamiento que es tan cara al catolicismo, y tampoco "puede hablarse de iusnaturalismo alguno en nuestro autor" (p. 122).

Uno de los méritos que tiene el libro de Jiménez Segado es el insinuar —a veces entrelíneas y otras de manera lúdica— la diversidad de lecturas que puede tener el jurista y politólogo alemán. Las interpretaciones van a depender de qué vericueto de la obra de Schmitt quiera explorar el lector. El juego hermenéutico se complica más aún si se tiene en cuenta que Schmitt es un autor difícil de encasillar en las dicotomías de moda (vgr: izquierda-derecha), de esas que ahorran el esfuerzo de repensar al autor en estudio desde sus propios planteamientos.

En efecto, Schmitt es elusivo a los encasillamientos. No obstante, se puede ensayar rotularlo de comunitario, republicano o monárquico y forzando un poco sus planteamientos puede llegar a ser tildado de esto, aquello o lo otro. Existen, por cierto, aspectos de su pensamiento que se avienen con los planteamientos que subyacen tras dichas etiquetas. Como también hay aristas de su pensamiento que lo aproximan a Rousseau en desmedro de su maestro Hobbes. Este último, como se sabe, deja un margen —y no tan escaso— a la libertad individual (en el sentido liberal) y también a la libertad de conciencia (o tolerancia religiosa), no así Rousseau. En consecuencia, en lo que a este punto concierne, Schmitt estaría más cerca de Rousseau que de Hobbes.

El libro de Jiménez Segado deja en claro que Schmitt no calza a cabalidad en ninguna tipología. De hecho, su autor juega deliberada y sutilmente con la aludida ambivalencia y de ella da cuenta, de manera implícita, el título mismo del libro que imprescindible para aquellos que quieran estamos comentando.

En definitiva, en este libro se presenta una visión de Carl Schmitt que es, simultaneamente, panorámica y esterooscópica. Tal inprencidible para aquellos que quieran explorar, desde una óptica políedrica, las complejidades, paradojas y aporías del pensamiento del controvertido jurista y politólogo alemán.

 

NOTA

* Carmelo Jiménez Segado, Contrarrevolucióno resistencia. La teoría política de Carl Schmitt(1888-1985), Tecnos, Madrid, 2009.         [ Links ]

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