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Argumentos (México, D.F.)

versión impresa ISSN 0187-5795

Argumentos (Méx.) vol.21 no.58 Ciudad de México sep./dic. 2008

 

Dossier: el petróleo, el gas y los bioenergéticos

 

El rescate de la industria petrolera en Rusia y la utilización de los energéticos como instrumento de la política exterior

 

Ana Teresa Gutiérrez del Cid*

 

* Doctora en relaciones internacionales por la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la UNAM. Profesora–investigadora del Área de Política internacional del Departamento de Política y Cultura en la UAM–Xochimilco. Pertenece al Sistema Nacional de Investigadores (SNI II).

 

Resumen

Este trabajo analiza la situación de la industria petrolera en Rusia después de los dos periodos presidenciales de Boris Yeltsin que la llevaron a un drástico declive y a la privatización, lo que amenazaba a la seguridad energética y nacional de Rusia, por lo que la llegada del casi desconocido Vladimir Putin a la presidencia de Rusia representó un giro radical en la estrategia de recuperación del sector energético y su utilización como instrumento de política exterior.

Palabras clave: petróleo, Rusia, reestructuración de la industria petrolera, geopolítica.

 

Abstract

In this article is examined the situation of the oil industry in Russia alter the two presidential periods of Boris Yeltsin, which conducted it to a dramatic decline and privatization and trigger Russia's national security and energetic security. Therefore the arrive of unknown Vladimir Putin to Russian presidency represented a watershed in the strategy of recover of oil and gas industry and it s use as foreign policy instrument.

Key words: Russia, petroleum, geopolitics.

 

LA ESTRATEGIA DE REPOSICIONAMIENTO GEOPOLÍTICO DEL GOBIERNO DE PUTIN

El ex presidente Vladimir Putin y hoy primer ministro de Rusia, "el hombre de la mirada de hielo",1 formado en el espacio de los servicios secretos de la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS) y con el apoyo del sector militar ruso, con el petróleo como instrumento estratégico geopolítico, inició en el año 2000 su proyecto de reposicionar a Rusia como una de las grandes potencias del siglo XXI.

En su currículum vitae, Putin posee una tesis doctoral sobre la utilización del petróleo como instrumento estratégico para lograr el ascenso de Rusia en el mapa geopolítico mundial, estrategia que aplicó desde el principio de su primer gobierno, utilizando como herramienta las colosales reservas de petróleo y gas que posee y la ubicación geográfica de Rusia que la define como un país euroasiático.

Además, el gobierno de Vladimir Putin se favoreció de los altos precios mundiales del petróleo y de los $200 000 mil millones en reservas de oro y divisas que posee Rusia para reorganizar y modernizar su industria energética.2

La estrategia de Putin para el renacimiento económico consistió en volver a estatizar las empresas públicas pertenecientes a la era de la Unión Soviética que fueron privatizadas durante la era Yeltsin, sobre todo las del complejo militar industrial y las de energéticos. Así, ha recuperado sistemáticamente el control de las empresas que explotan el petróleo y el gas en su territorio y cerca del 80% de las reservas mundiales de hidrocarburos le pertenecen hoy a compañías de propiedad estatal.3

Con esta situación, la siguiente estrategia del gobierno ruso ha sido utilizar sus recursos energéticos como instrumento de reposicionamiento geopolítico. En este marco, la compañía estatal de gas Gazprom, primer exportador de gas natural del planeta tiene como objetivo controlar el tránsito del gas hacia Europa Central y Occidental, Asia y Medio Oriente.

Así, Eurasia, el lugar geográfico que ocupa este país, es el continente que tiene los recursos suficientes para generar un verdadero poder global. Y con el ascenso de Medvedev como presidente de Rusia y Serguei Ivanov como coordinador del complejo militar industrial de Rusia, es posible que este país pueda reposicionarse aún más fuertemente. La paradoja es que los hombres que están llegando al poder en Rusia, después de que los reformadores prooccidentales radicales fracasaron en establecer un proyecto de nación, es que son modernizadores que reconocen los logros de Occidente, pero consideran que el Estado debe ocupar un papel fuerte en la economía, particularmente en sectores clave como la energía. Vladimir Putin inició este proceso, entonces Medvedev fue también una figura clave, aunque de bajo perfil en las acciones contra Yukos bajo el liderazgo de Khodorkovsky como se analizará abajo y siguió siendo jefe de la administración de Gazprom durante la segunda presidencia de Putin, la compañía de gas más grande del mundo. Su concepción por lo tanto, difiere de la de los primeros reformadores pro occidentales que creían que el libre mercado era la solución casi mágica a todos los problemas del país.

Ivanov, por su parte, al surgir del sector de inteligencia militar de Rusia, es más cauteloso con respecto a Occidente, por lo que es altamente aprobado por los siloviki, también es más pragmático que muchos nacionalistas y con respecto a la expansión creciente de la OTAN en la frontera occidental de Rusia cree que en este momento sus países miembros y Estados Unidos no son una amenaza para Rusia, ya que sobre todo, Europa no tiene la intención de atacar a Rusia. Le preocupa más bien la influencia occidental y la estrategia de Washington denominada cambio de régimen que le ha restado aliados a Rusia, primero en Europa Oriental, los Bálticos, los Balcanes, el Cáucaso y más recientemente la pérdida de Ucrania. Esto significa que le preocupa más la influencia económica y cultural proveniente de Occidente que una posible amenaza militar.

Se debe anotar que Ivanov es un nacionalista más acentuado que Putin pero ha sido ascendido al interior del gobierno ruso porque tiene la habilidad de contener o desencadenar las fuerzas nacionalistas que Putin y Medvedev no controlan y que no pueden ignorar. Incluso, la intención original de Putin de acercar el país a Occidente podría haber cambiado a consecuencia de varios eventos, desde las elecciones en Ucrania en 2005 hasta el reciente conflicto de Georgia con Osetia del Sur, que mostraron el potencial de Occidente para seguir cercando y debilitando a Rusia ya que la pérdida de Ucrania afectaba a la misma Federación Rusa al grado de hacer peligrar el reposicionamiento geopolítico que tanto busca hoy el Kremlin y podía forzar a Rusia a un enfrentamiento directo con Washington. Por lo que no se descarta que Putin se incline ahora hacia una concepción más cautelosa con respecto a la occidentalización de Rusia y si el curso de los acontecimientos favoreciera a un candidato más nacionalista, Putin preferiría ver a Rusia gobernada por un nacionalista como Ivanov, que es capaz de ver el mundo pragmáticamente y no con los tintes ideológicos de un nacionalismo aislacionista.

Por lo que estos dos hombres en el poder representan el inicio de un giro de la política rusa que Putin inició frente a los crecientes problemas étnicos del país y a la posible amenaza que podría llegar a constituir China. Pero, la clave de este giro es reposicionar geopolíticamente a Rusia por medio de una política energética.

 

EL PETRÓLEO Y EL GAS COMO INSTRUMENTOS DE RECUPERACIÓN ECONÓMICA

El gobierno ruso tiene ahora un sano superávit presupuestario después de la década de 1990, que fue de crecientes déficits. El factor más significativo de esto ha sido el aumento de los precios mundiales del petróleo desde 10 dólares por barril (d/b) en diciembre de 1998, a 33 d/b en septiembre de 2000 y a 60–70 d/b en 2006,4 hasta más de 130 en junio de 2008, lo que ha permitido un fuerte ingreso adicional a la economía rusa.

Los altos precios del petróleo fueron también determinantes para lograr la recuperación de la industria petrolera rusa, que tuvo una fuerte caída como consecuencia de la desintegración de la URSS y experimentó un periodo de declinación en la década de 1990.

Entre 1998 y 1999, la producción petrolera rusa cayó aproximadamente 50%, de 11 millones a 6 millones de barriles por día, debido fundamentalmente a una fuerte reducción en perforación y a la falta de recursos para invertir en nuevos pozos o en tecnología para incrementar la recuperación en pozos agotados.5 Esto debido a que en esa década, los oligarcas rusos estructuraron sus operaciones de manera que reducían significativamente la recaudación de impuestos para el Estado y enviaban gran cantidad de capitales al extranjero, mientras la producción de petróleo en Rusia era en gran medida no rentable.6

Por lo que, la repentina inyección del dinero proveniente del incremento de los precios del petróleo favoreció el desarrollo de una industria esencialmente estancada. Esto aumentó a su vez las ganancias de las compañías, aunque no tuvieran un incremento en la producción, y a la par, la devaluación del rublo de 1998 ya había bajado significativamente los costos en rublos de los insumos, incluida la mano de obra.7

Así, a partir del 2000, la suma de insumos baratos y altos precios del petróleo permitió a las compañías petroleras rusas acumular un capital interno para mejorar la eficiencia de la producción sin necesidad de inversiones extranjeras.

Además, los pozos agotados fueron puestos otra vez en funcionamiento. Se compró nueva maquinaria y se introdujo tecnología moderna. Fue construida también nueva infraestructura que aumentó la capacidad de exportación, como el Sistema de Oleoductos del Báltico y la nueva Terminal de petróleo en Primorsk, en el Golfo de Finlandia.

Así, para 2004, la producción petrolera rusa se había recuperado y en gran medida, había alcanzado ya los 9 millones de barriles diarios, con un potencial a mediano plazo de aún más incrementos, por lo menos arriba de 11 millones de barriles diarios (cifra que se acerca a los niveles de producción de la URSS), de los cuales se exportaban más de 4 millones.8

A la par de esta recuperación de la industria petrolera, es interesante destacar que la capacidad exportadora rusa aumentó no sólo por los nuevos oleoductos y puertos, sino porque su demanda interna de petróleo permanecía baja debido al continuo declive de su industria pesada. En contraste con el gas ruso, del cual sólo se exporta 1/3 de la producción, cerca de la mitad del petróleo ruso está disponible para la exportación.

La mayor parte del gas natural se utiliza para generar energía en la calefacción doméstica y para la industria. Así, el petróleo ha permitido conseguir divisas del extranjero y el gas ha mantenido la economía rusa en funcionamiento y es el principal subsidio de la industria nacional y de los hogares. Se debe señalar que a diferencia de la industria petrolera, el sector del gas no fue dividido y está controlado por el monopolio estatal Gazprom, que también obtuvo aumento de sus ingresos debido al alza del precio del gas en los mercados mundiales.

Por lo que la economía rusa exporta actualmente 80% de recursos naturales, de los cuales, el petróleo y el gas representan 55% de las exportaciones, lo que provoca que el presupuesto dependa básicamente del sector energético. Así, 37% de las entradas presupuestarias constituyen los impuestos al petróleo y al gas.

A futuro, el gas sustituirá al petróleo en la mayor parte de las exportaciones rusas, ya que Rusia posee 1/3 de las reservas mundiales de gas y a través de la compañía estatal Gazprom, ya es el principal exportador mundial de gas y el proveedor número uno de la Unión Europea.

Debido a esto, el gobierno ruso posee hoy un superávit presupuestario después del crónico déficit de la década de 1990. Este es uno de los grandes logros del gobierno de Putin desde que llegó al poder en el 2000. Y esto fundamentalmente porque se ha asegurado que la mayor parte de las entradas por concepto de la venta de energéticos ingrese a las arcas del Estado y no a las manos de los oligarcas, que en la década anterior, después de la desintegración de la URSS, se quedaban con las ganancias, lo que les permitió acumular grandes fortunas, evadiendo además, pagar impuestos. Por otra parte, por las transferencias de precios, éstos pudieron amasar grandes fortunas, mediante la creación de compañías off–shore para comprar petróleo a bajo precio en los lugares de producción y luego revenderlo a través de intermediarios.

A diferencia de los oligarcas, en la presidencia de Vladimir Putin se creó un fondo de ingresos para la estabilización del sector petrolero denominado Fondo para la Estabilización de la Federación Rusa, que fue creado para coadyuvar a la estabilización macroeconómica y al rescate de la industria petrolera y se sostiene básicamente de los ingresos por concepto de venta de petróleo en el mercado mundial.

El efecto de los altos precios del petróleo ha impactado al resto de la economía. Ya en un informe de febrero de 2004, el Banco Mundial señala que los altos precios del petróleo y el gas han aumentado la actividad del resto de los sectores de la economía rusa. Así, el crecimiento de la manufactura rusa fue impulsado por su subsector más grande: la construcción de maquinaria de casi 20% de la producción industrial total y de 35% de la manufactura doméstica. El crecimiento en la construcción de maquinaria fue impulsado por la construcción de vagones, y esta producción fue a su vez impulsada en gran parte por la necesidad de aumentar la capacidad de transporte de petróleo al exterior de Rusia, con el objetivo de agilizar el sistema estatal de oleoductos. Por lo tanto, la producción de vagones ha crecido 35.8% y aunque no se habían construido nuevos oleoductos en este momento, la industria de la construcción apoyaba a la demanda. El crecimiento se ha extendido a los sectores de la producción y a la industria de defensa, un aumento que también responde a las demandas de los sectores de energéticos.

Así, a pesar del enorme problema de la corrupción y de la guerra en Chechenia, el régimen de Putin es un intento de consolidación del curso restaurador capitalista, reconstruyendo los pilares del Estado ruso que habían sido enormemente debilitados durante el yeltsinismo. "La presidencia de Putin representó un intento de establecer una serie de reglas capaces de sostener y guiar el renacimiento del Estado, tanto en sus aspectos internos como externos".9

 

EL SIGNIFICADO REAL DEL AFFAIR YUKOS PARA LA SEGURIDAD ENERGÉTICA Y NACIONAL DE RUSIA

Para aquilatar el rescate nacional que llevó a cabo Putin, es necesario plantear el significado real del affair Yukos para la seguridad energética y nacional de Rusia ya que la situación heredada de las dos presidencias de Yeltsin era desastrosa para ambas.

A finales del primer periodo presidencial de Putin, en 2003, un oligarca de gran peso, el poderoso multimillonario de la industria petrolera Mijaíl Khodorkovsky, fue arrestado bajo cargos de evasión de impuestos y corrupción, que datan del robo que constituyó el proceso de privatización de la propiedad estatal de la década de 1990. El proceso que hizo de Khodorkovsky uno de los hombres más ricos del mundo, tuvo como consecuencia una destrucción sin precedentes de trabajos e ingresos de millones de asalariados estatales. Estas acusaciones de evasión de impuestos y corrupción se intensificaron cuando el gobierno ruso congeló cerca del 44% de los activos de Yukos, la compañía petrolera en la cual Khodorkovsky tenía una gran cantidad de acciones y de la cual además era director. Ante esto, Khodorkovsky renunció a su puesto, en un intento por proteger a la compañía de la intervención estatal y de liberarse a sí mismo de una mayor presión gubernamental.

En los cargos contra Khodorkovsky destacan incluso asesinatos. Este personaje inició su carrera empresarial como miembro del KOMSOMOL (Juventud Comunista Soviética) todavía durante la existencia de la URSS. En plena perestroika, utilizó su control sobre el KOMSOMOL de distrito para organizar una entidad comercial conocida como Menatep, que promovería innovaciones e inventos industriales. Esta firma se fue transformando en un órgano comercial y después en un banco, que solapadamente absorbió fondos estatales. Entonces empezó a vender acciones, prometiendo dividendos que nunca se materializaron.

Cuando fue llevado a cabo el proceso de privatizaciones en la década de 1990, Khodorkovsky utilizó estos fondos sustraídos al Estado e inversionistas incautos hicieron tratos con él, a los que les ofreció, debido a su cercanía con el Kremlin, grandes bloques de acciones de compañías estatales e instalaciones petroquímicas a cambio de fracciones de su valor real. En 1995, por ejemplo, Khodorkovsky compró las instalaciones de la compañía Yukos al Estado ruso por 300 millones de dólares, cuando el valor estimado de esta compañía era de 30 mil millones de dólares.

Así, este oligarca estaba entre los más favorecidos en el proceso que consistió en transferir aproximadamente 70% de la riqueza de la antigua URSS a manos de una docena de individuos. Este proceso conllevó además, en lo social, como se anotó arriba, a la desaparición de millones de trabajos y en lo económico, a la fuga de cientos de miles de millones de dólares al extranjero.

Entre las consecuencias sociales de este fenómeno de concentración de la propiedad en manos de unos cuantos oligarcas, el gobierno ruso ha estimado que 31 millones de rusos (más del 20% de la población) subsistían en ese periodo con el equivalente o menos de 50 dólares al mes, situación que se ha corregido durante las dos presidencias de Putin debido a sus políticas económicas, pero que aún está en un nivel precario. Según un estudio de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), en 2004 la mitad de la población del país vivía en la pobreza y según cifras del Comité de Estadísticas del Estado Ruso, en 2002, más de 40 millones de rusos sufrieron desnutrición, lo que equipara la polarización social existente con la de América Latina, mientras la destrucción del sistema de salud estatal junto con la caída en la calidad de vida ha conducido a que la expectativa de vida se desplome a la cifra de 57 años para los hombres, mientras que en la era soviética esta cifra era de 70 años. Esto en su conjunto, representa una pérdida de población que solamente se compara a periodos de guerra, plagas y hambruna.

Pero en Occidente, el arresto de Khodorkovsky fue definido como un acto de autoritarismo y una amenaza a la preservación de la democracia e incluso fue comparado con los métodos policíacos de corte estalinista del periodo soviético.10

Un breve recuento de este espectacular arresto y la toma de control del gigante petrolero Yukos, es esencial para comprender la nueva estrategia energética rusa. Después de ser Khodorkovsky arrestado en el aeropuerto de Novosibirsk el 25 de octubre de 2003 por el Fiscal General por cargos de evasión de impuestos, el gobierno de Putin congeló las acciones de la petrolera Yukos; además, bajó el precio de las acciones llevando a la quiebra a la compañía.

Lo que se ha mencionado poco en los medios occidentales que han descrito las acciones de Putin como un regreso a los métodos soviéticos es que Khodorkovsky fue arrestado a sólo 4 semanas antes de las elecciones parlamentarias en la Duma Rusa, la Cámara Baja del Parlamento, en las cuales Khodorkovsky había comprado la mayoría de los candidatos con su enorme riqueza. El control de la Duma era su primer paso en un plan para llegar a ser el candidato presidencial competidor de Vladimir Putin en las elecciones presidenciales de 2004. Su probable victoria en las elecciones a la Duma en diciembre de 2003, le hubiera permitido cambiar las leyes electorales en su favor, así como alterar una ley controversial elaborada en la Duma: la Ley sobre los Recursos Naturales en el Subsuelo, que impedía que Yukos y otras compañías privadas tomaran el control de los recursos naturales en el subsuelo o que desarrollaran rutas de petróleo y gasoductos privados, independientes del Estado ruso.

Además, trascendió en la escena política rusa, que Yukos tenía la intención de romper el monopolio estatal sobre los oleoductos y gasoductos, proponiéndose construir su propia red y transportar los energéticos sin utilizar los ductos del Estado. Esto fue percibido por el gobierno de Putin como un atentado a la seguridad energética de Rusia, así como una amenaza contra la integridad política y territorial del Estado, fraccionando el control gubernamental sobre los recursos naturales y las vías de transporte de éstos. El grupo petrolero ruso y especialmente Khodorkovsky se dedicaron a hacer una amplia campaña política por la privatización de la red existente y por el trazado de nuevos oleoductos privados, lo que constituyó un factor de choque irreconciliable con el Kremlin.

Khodorkovsky impulsaba la construcción de un oleoducto al puerto de Murmansk (en el Mar de Barents) para exportación a Estados Unidos. Incluso, dos miembros del gabinete de Bush fueron a Moscú a hacer lobby para lograr la aprobación de la construcción. Por medio de este oleoducto, el oligarca se proponía exportar a Estados Unidos petróleo crudo hasta por 10% de las importaciones estadounidenses, con el propósito en el futuro de superar a Arabia Saudita y a Venezuela.

Este clan también impulsaba la construcción de otro oleoducto que llevaría el petróleo siberiano a China, en alianza con Petrochina. Sin embargo, en estos proyectos, como se argumenta arriba, Khodorkovsky desafiaba al Estado ruso, pues no tomaba en cuenta a la administración central y el Kremlin los consideró peligrosos para la seguridad energética y territorial de Rusia.

La intención de Khodorkovsky de fusionar Yukos con Chevron y Exxon y sus nexos con Washington tenían también un objetivo político, consistente en la denominada por la actual administración Bush, estrategia de "cambio de régimen" que en Europa del Este y el Asia Central y el Cáucaso ha tomado el nombre de "revolución de colores", consistente en propiciar por medio de diversas acciones financiadas por Washington el derrocamiento de gobiernos pro rusos en los países ex soviéticos y en la misma Rusia, para atraerlos a la órbita de influencia estadounidense.

Finalmente, el ataque del gobierno ruso contra este potentado del petróleo fue una medida política previa a las elecciones parlamentarias de diciembre de 2003, en vísperas de la reelección del presidente Putin. Con esta acción, el gobierno ruso proyectó una imagen de lucha contra los oligarcas, que lo favoreció ante una población que desea, según el politólogo ruso Tziganov, "ver a todos los gansters que han utilizado el tráfico de influencias políticas y que se han convertido en los hombres más ricos de Rusia, perseguidos y castigados por la destrucción social que provocaron en el país".11

Las críticas en la prensa estadounidense se deben en gran medida a la considerable influencia geopolítica que las intenciones de Khodorkovsky, de haber prosperado, hubieran otorgado a Estados Unidos sobre los recursos y el territorio ruso.

El crecimiento de Kkodorkovsky como figura política, se caracterizó por hacer fuertes donaciones de dinero para lo que llamaba "partidos de oposición democrática" y trató de explotar el extendido descontento por la creciente crisis social en el país para instigar un "cambio de régimen". Esta estrategia triunfó en diciembre de 2004, durante el proceso electoral en Ucrania, donde fue evidente como opera, por medio de lo que denominan sus instigadores "movimientos democráticos", controlados por élites económicas antiKremlin, aliadas con la clase político–empresarial de los neoconservadores de la administración Bush y utilizados como instrumento para elevar al poder, en diferentes países del bloque ex soviético, mediante el "cambio de régimen" a gobiernos pro Washington. Esto sucedió en Georgia en diciembre de 2003, en Ucrania en diciembre de 2004 y recientemente en 2005 en Kirguistán, aunque en este país no se consolidó un gobierno antiKremlin, sino que posee una orientación más equilibrada a ambas potencias (Estados Unidos y Rusia) y con respecto a China.

A este respecto, en la primavera del 2003, el gobierno ruso inició su ofensiva. El Consejo de Seguridad Nacional Ruso, todavía en mayo de 2003, antes del arresto de Khodorkovsky, dio a conocer un reporte sobre la preparación de una virtual conspiración de algunos oligarcas para tomar el poder en sus manos. Unas semanas antes, el director de Seguridad de Yukos, Alexei Pitshugin fue arrestado por cargos de instigación al asesinato. Al inicio de julio de 2003, la policía arrestó al oligarca Platon Levedev, millonario y copropietario de Yukos. Fue acusado de estafa por 283 millones de rublos (aproximadamente 10 millones de dólares) en perjuicio del Estado en el curso de la privatización de la empresa química Apapit. Una semana después, el 9 de julio de 2003, el procurador general inició una investigación preliminar en la compañía Yukos por cargos de evasión de impuestos. El mismo día las oficinas de Menatep en San Petersburgo fueron cateadas e investigadas.

En septiembre de 2003, Yukos compró el diario prooccidental Moscovskie Novosti y trató de presentar las acciones estatales como una conspiración de prominentes miembros de la administración gubernamental contra los empresarios. La asociación rusa de comercio RSSP y la asociación Business Rusia enviaron cartas de protesta a Putin y esta última llamó a acciones de protesta.

Además, Khodorkovsky intentaba en el plano político llegar a la presidencia de Rusia, pero Putin esperaba que éste renunciara a sus ambiciones y a cualquier competencia política por el poder. Sin embargo, Khodorovsky fortalecido por un poderoso apoyo interno e internacional, sobrestimó sus capacidades e intensificó su campaña contra Putin, financiando a candidatos de oposición para las elecciones a la Duma de Estado de diciembre de 2003 y promoviendo publicaciones contra el presidente ruso en los periódicos más importantes de Estados Unidos, incluyendo al Wall Street Journal y al New York Times en los cuales Khodorkovsky difamó abiertamente a Vladimir Putin.

Después de su arresto, Khodorkovsky, unos días más tarde renunció como director de Yukos. Su sucesor inmediato fue un estadounidense, Simon Kures, ya que Khodorkovsky invitó al Comité Directivo de la empresa a muchos estadounidenses a fungir como funcionarios. Después Kures fue reemplazado por Steven Theede, ex director de la Agencia Conoco Phillips, la tercera más grande de Estados Unidos.

La estrategia del Kremlin para recuperar Yukos, consistió en cobrarle una suma de 28 mil millones de dólares por una argumentada evasión de impuestos, lo que llevó a la compañía a la bancarrota. Posteriormente, el gobierno ruso comandó a un consorcio bancario denominado Baikal, que seguramente fue una creación del mismo gobierno con fondos estatales, para adquirir las acciones de Yukos por la suma de 7 mil millones de euros y después transfirió la petrolera en cuestión a manos de Rosneft, la compañía petrolera estatal. Con esta acción, el gobierno ruso restableció el control gubernamental sobre una parte vital de los recursos energéticos del país.

En el verano de 2004, Rosneft declaró su intención de fusionarse con la compañía estatal de gas Gazprom, que en parte pertenece también al Estado, lo que tuvo como resultado el incremento de las acciones en manos del Estado ruso en la misma Gazprom de 38 a 51%.

Ante esto, el contraataque de los oligarcas consistió en que la víspera de la subasta para la venta de acciones, una Corte para Quiebras en Houston, Texas, a petición de Khodorkovsky, expidió una orden provisional contra la venta, argumentando que muchos inversionistas estadounidenses serían afectados por esta decisión. La reacción de las autoridades rusas fue la total ignorancia de la orden.

En conclusión, Khodorkovsky de esta manera rompió el pacto no escrito con el presidente Putin, de que los oligarcas podían conservar sus posesiones y riqueza, de hecho obtenidas de manera ilegal por medio de subastas a modo en la era de Yeltsin, a cambio de que se mantuvieran alejados de la política y repatriaran una parte del dinero fugado a los bancos occidentales. Khodorkovsky, el más poderoso oligarca en ese momento, estaba siendo un instrumento de lo que fue estimado por el gobierno ruso, como un intento de golpe de Estado respaldado por Washington contra Putin. El arresto siguió a un encuentro no publicitado el 14 de julio de 2003, entre Khodorkovsky y el vicepresidente estadounidense Cheney.12

Después de este encuentro, Khodorkovsky inició pláticas con Exxon Mobil y Chevron Texaco y con Condolezza Rice, el objetivo de las compañías y de la secretaria de Estado estadounidense era adquirir una gran proporción de las acciones de la petrolera Yukos. Esto le hubiera dado a Washington un voto de facto sobre los futuros ductos de gas y petróleo de Rusia. Días antes de su arresto, Khodorkovsky había invitado a George Bush padre, representante del poderoso grupo Carlyle a Moscú. En esa reunión se acordaron los detalles finales de la compra de acciones de Yukos.

También Yukos acababa de hacer una oferta para adquirir a su rival Sibneft, propiedad del oligarca Boris Berezovsky en ese entonces. Si se hubiera realizado la transacción, 19.5 mil millones de barriles de petróleo y gas hubieran pasado a manos de Khodorkovsky.13

La cuarta compañía más grande en términos de producción sería Yukos/Sibneft, extrayendo 2.3 millones de barriles de crudo por día. Por lo que la compra por parte de Exxon o Chevron de acciones de Yukos/Sibneft habría sido literalmente un golpe de Estado energético. Cheney lo sabía y Bush también, así como Kodorkovsky. También lo sabía Putin y se movió rápidamente para evitarlo.

Así, Khodorkovsky había desarrollado fuertes vínculos con los gobiernos del Reino Unido y de Estados Unidos. También creó una fundación filantrópica, la Open Russia Foundation, imagen de la Open Society Foundation de su cercano amigo George Soros. En el alto directivo de la Open Russia Foundation estaba el ex secretario de Estado Henry Kissinger, su amigo Jacob Rotschild, un banquero británico y Arthur Hartman, un ex embajador estadounidense en Moscú y éste era un instrumento de propaganda de políticas pro–occidentales para Rusia. Así, el enfrentamiento Putin/Khodorkovsky señaló un giro decisivo del gobierno ruso hacia la reconstrucción económica y política de Rusia y a la construcción de defensas estratégicas contra el saqueo foráneo liderado por Richard Cheney, vicepresidente estadounidense y Anthony Blair, el ex primer ministro inglés. Esto tuvo lugar cuando la administración Bush unilateralmente anunció que se retiraba del Tratado Antimisiles Balísticos (ABM) para desarrollar el sistema de defensas antimisil, un acto que el Kremlin evaluó como hostil y dirigido contra su seguridad.14

En 2003 también fue evidente que el Pentágono y sus aliados en la industria militar y el petróleo tenían el proyecto de hacer de Estados Unidos un país libre de acatar acuerdos internacionales y actuando unilateralmente para sus intereses propios, definidos por los halcones. Sus recomendaciones fueron publicadas por un centro de pensamiento conservador, el National Institute for Public Policy en enero de 2001. Este instituto publicó un reporte que demandaba el fin de la reducción de la fuerza nuclear.

Estos eventos fueron seguidos muy pronto por una serie de desestabilizaciones encubiertas de gobiernos de países en la periferia rusa, antiguas repúblicas soviéticas, como el de Georgia y el de Ucrania. El objetivo geopolítico de estas acciones era instalar gobiernos pro OTAN, en un territorio estratégicamente capaz de suspender los flujos del mayor gasoducto y oleoducto ruso que corre hacia Europa Occidental.

También empezaron a recibir millones de dólares de la administración Bush, países antiguamente soviéticos como Kirguistán y Uzbekistán en el Asia Central, que podrían formar una barrera que obstaculizara potenciales oleoductos y gasoductos que vincularían China con Rusia y con la también república anteriormente soviética de Kazajstán.

Otra vez los energéticos y el control de los gasoductos y oleoductos son el principal objetivo de estos movimientos. Esto hizo preguntarse al gobierno ruso si la administración Bush le estaba declarando la guerra. Desde finales del 2004, estaba claro en Moscú que la nueva Guerra Fría, sobre el control de los energéticos y la supremacía nuclear unilateral, estaba totalmente en desarrollo. También estaba claro el inequívoco patrón de las acciones de Washington desde la desintegración de la URSS en 1991 y que el juego final para la estrategia estadounidense en Eurasia no eran China ni Irán ni Irak: el "final del juego" era la estrategia geopolítica consistente en la completa destrucción del Estado ruso, el único Estado en Eurasia capaz de organizar una efectiva combinación de alianzas usando sus vastos recursos de petróleo y gas. Esto no podía ser abiertamente declarado.15

Después de 2003, la política exterior y la conducción geopolítica del gobierno ruso, especialmente la energética, volvió a la vieja estrategia que había sido la base de la estrategia soviética de la Guerra Fría desde 1946, la geopolítica del Heartland de sir Halford Mackinder, primer estudioso de esta disciplina y constructor de la estrategia geopolítica británica.

Así, el gobierno ruso empezó a hacer una serie de acciones defensivas para restaurar un equilibrio en la gran masa terrestre eurasiática a la luz de la creciente política estadounidense de cerco y de debilitamiento. Los subsecuentes errores estratégicos de Estados Unidos hicieron más fácil la tarea a Rusia. Así, la actual estrategia de Rusia ha pasado de una política defensiva a una nueva dinámica ofensiva, para asegurar una más viable posición geopolítica usando sus energéticos como instrumento.

 

LA PERSPECTIVA DE LA POLÍTICA ENERGÉTICA DE RUSIA

En términos de estándar de vida, mortalidad y prosperidad económica, Rusia todavía experimenta enormes problemas heredados de la era soviética y del periodo de transición guiado por el Fondo Monetario Internacional (FMI). Pero en términos de energía es un coloso, así como en lo referente al territorio es todavía la nación más grande del mundo, extendiéndose desde el Pacífico a la frontera de Europa Occidental. Tiene un vasto territorio, enormes recursos naturales y las más grandes reservas de gas natural, la fuente de energía que es actualmente el foco del mayor interés de las grandes potencias. Además, es la única potencia con capacidades militares equiparables a las de Estados Unidos, a pesar del colapso de la URSS y del desde entonces, deterioro militar.

Así, Rusia tiene más de 130 000 pozos petroleros y cerca de 2 000 depósitos explorados de gas y petróleo. Las reservas probables han sido estimadas en 150 000 millones de barriles, similares talvez a las reservas de Irak. El problema de estas reservas es la dificultad de perforación en algunas regiones árticas remotas. Los precios del petróleo están sobre los 130 dólares por barril y empiezan a hacer que sea posible explorar esas remotas regiones.16

Los actuales productos petroleros rusos pueden ser exportados a mercados extranjeros por tres vías:

Europa Occidental por el Mar Báltico y el Mar Negro.
La ruta norte.
A China o a Japón.
Los mercados del este de Asia.

 

EL ASCENSO DE MEDVEDEV E IVANOV AL PODER

En 2006, la política de reposicionamiento ruso se fortaleció. Esto se debe al ascenso de personajes claves al interior del gobierno ruso. En este sentido, en noviembre de 2005 fue elevado al puesto de primer viceministro de Rusia Dmitri Medvedev, ex director de la administración de la compañía estatal de gas Gazprom y hoy presidente de Rusia y Serguei Ivanov, entonces ministro de Defensa ruso a viceministro de Rusia, lo que se tradujo en el fortalecimiento de la línea de un reposicionamiento pragmático y más efectivo que los intentos anteriores, como lo demuestran los recientes casos de Ucrania e Irán, donde Rusia se ha opuesto a los intereses occidentales.

Algunos de los aspectos en que esta nueva estrategia es visible son:

1. Al ser Rusia el mayor proveedor de gas natural para Europa Occidental y el único para Europa Oriental, elevó los precios de este insumo con el objetivo geopolítico de establecer una nueva base para la relación con sus vecinos de la Unión Europea y de Europa Oriental. El 2006 empezó con una crisis energética en Europa ya que el 1 de enero la compañía nacional de energéticos Gazprom, temporalmente suspendió el abastecimiento de gas a Ucrania para reforzar su intento de aumentar los precios. El resultado del cese del abastecimiento sirvió para subrayar la dependencia europea del abastecimiento de gas por parte de Rusia, a través de los ductos subterráneos que atraviesan por Ucrania.17 Como esta última nación lo experimentó el 1 de enero de 2006, los cortes al suministro del petróleo y el gas son opciones reales que posee el gobierno ruso. Incluso Europa Occidental no es inmune, ya que Gazprom anunció que sus clientes en la Unión Europea deberían incrementar sus pagos para 2006 en alrededor de 50% con respecto a los de 2005.18

2. En Ucrania la recuperación de la postura pro rusa tuvo lugar en las elecciones parlamentarias de marzo de 2006, en las cuales el partido pro ruso de Víctor Yanukovitch, el ex candidato presidencial vencido por el actual presidente Yushenko, ganó la mayoría de los escaños. En este giro de las preferencias electorales desempeñaron un papel decisivo el factor del corte del suministro de gas ruso en pleno invierno a inicios de 2006 y la crisis que provocó esta medida.19

3. En los hechos, la consolidación del papel del Estado ruso en la industria energética de Rusia se convierte en un instrumento para llevar a cabo cambios políticos en su periferia e incluso en otras regiones más distantes, como ha estado sucediendo en los países del Asia Central y en su relación con Irán y China.

Además, Putin promovió al entonces director de Gazprom, Dmitri Medvedev al puesto de primer viceministro del país. Medvedev siguió teniendo una posición en Gazprom. Estos puestos contribuyeron a postularlo en 2008 como candidato presidencial y su actual presidencia es un símbolo del poder de los energéticos en la conducción de la política exterior de Rusia. Todos estos cambios deben ser entendidos en términos de la geopolítica y en el proceso de la elaboración de las políticas del Kremlin.

Y es que Rusia sigue teniendo deficiencias económicas, como ya se anotó, y aunque se ha recuperado de la grave crisis del rublo de 1998: el tejido militar, económico–social y demográfico no solamente está debilitado sino que podía deteriorase aún más si no se aplicaban estas nuevas medidas. La creciente presión de Occidente, China y el mundo islámico han complejizado los conflictos étnicos que colectivamente amenazan la existencia del Estado ruso. El gobierno de Putin enfrentó esta serie de problemáticas y los cambios políticos de noviembre de 2005 se enmarcan en este contexto.

El ascenso de figuras como Medvedev e Ivanov no es sorprendente, ya que el primero era, desde entonces, un protegido de Putin, mientras que el segundo es el líder de los denominados siloviki (miembros de los servicios de seguridad y del cuerpo militar). Estos nombramientos testificaron también una amplia alianza con el personal del servicio exterior, misma que intenta restablecer la posición de Rusia, interna e internacionalmente.20

Por lo tanto, Medviedev es considerado un operador astuto y un estratega económico, mientras Ivanov lidera a la mayor parte de las fuerzas nacionalistas del país, así como a las fuerzas militares. Ambos son tan pragmáticos como Vladimir Putin. Su concepción de los retos que tiene Rusia ante sí no está sobredimensionada. Estos no son personajes que regularmente se quejen de lo injusto que son los mercados occidentales con respecto a las mercancías rusas, o sobre como está posicionada la OTAN para invadir Murmansk. Estos son hombres que consideran con realismo la situación de Rusia en Europa, mientras Ivanov con sus capacidades, ha controlado mejor a los nacionalistas más radicales, cohesionando en una fuerza política que está bajo el control del Kremlin.

Por otra parte, el acuerdo de Gazprom con KazMunayGas, la compañía estatal de gas de Kazajstán, significa que Gazprom y por extensión, el Kremlin, ahora transporta y comercializa todo el gas de Asia Central y en consecuencia, cualquier país de esta zona tiene que depender de Rusia para obtener gas.

Esto sucede también con Ucrania y los Estados Bálticos, que ahora no poseen alternativas razonables diferentes a la del gas ruso. Rusia, por su parte, ha estado barajando la amenaza de altos precio de sus energéticos por años. Ahora ha tomado finalmente un paso concreto para llevar a cabo esta acción.

Medvedev, siendo director de Gazprom, logró imponer un control gubernamental sobre esta compañía, a la vez que la ha abierto a la inversión privada, nacional y extranjera pero con límites y bajo supervisón estricta del Estado ruso. Medvedev considera que Gazprom constituye una herramienta de política exterior y a diferencia de muchos otros, realmente ha demostrado que tiene una estrategia para lograrlo.

Serguei Ivanov, a su vez es como Putin, un ex miembro de la KGB (Komitet Gosudarstvenoi Besopasnosti, Comité de Seguridad Estatal) que pertenecía a esta organización cuando cayó el muro de Berlín. Putin lo hizo vicedirector de la KGB en 1998 y Yeltsin lo nombró miembro del Consejo de Seguridad de Rusia en 1999. Putin lo retuvo en esa posición. En 2001, Ivanov se convirtió en el primer civil que llegó al cargo de Ministro de Defensa de Rusia.

Su experiencia con la OTAN ha sido de duras negociaciones y no sometimiento, por lo que los sectores militar y de inteligencia lo respetan. Putin se valió de su figura para elevar el sentimiento nacionalista durante las elecciones de 2004 que le permitieron reelegirse y el partido nacionalista Rodina, sobre el que Ivanov tiene gran influencia, lo apoyó.

Ivanov tiene una concepción geopolítica denominada euroasiática (opuesta al Atlantismo occidental y al Asiatismo radical de algunos sectores ultranacionalistas de Rusia) y considera que el futuro geopolítico de Rusia será el de representar un balance entre China y Occidente.21 Por lo que no dejará de cooperar con ambas partes, pero tampoco se inclinará totalmente a cualquiera de éstas. Hoy Serguei Ivanov mantiene su cargo de ministro de Defensa de Rusia, pero a la vez es viceprimer ministro del gobierno.

 

CONCLUSIÓN

En el contexto internacional actual, un número mayor de países comienzan a disentir del unilateralismo y del modelo unipolar que Estados Unidos pretende establecer desde el fin de la Guerra Fría. Esta nueva situación se va a caracterizar en especial por el protagonismo de los países asiáticos que demandan más energía en los diferentes foros mundiales, y por la necesidad de la resolución de los conflictos por la vía diplomática y política respetando el Derecho Internacional y los organismos internacionales para que sea en estas instancias en donde se diriman los conflictos.

Estos importantes y rápidos cambios que se manifiestan en el contexto global en los dos o tres últimos años, son en cierta forma una respuesta de la comunidad internacional al estado de guerra permanente unilateral impuesta por Estados Unidos. Este nuevo giro en el comportamiento político internacional viene precedido y obedece, en gran medida, tanto a recientes procesos de reagrupamiento, organización y fortalecimiento regionales, como a la defensa de intereses nacionales opuestos a las políticas imperiales de los neoconservadores estadounidenses. El signo más sintomático de estos acelerados cambios lo va a ir determinando el desarrollo mismo de las invasiones neocolonialistas activadas por Estados Unidos, y en especial la ocupación de Irak. La guerra de Irak va a cobrar una trascendental importancia en el concierto internacional, porque es allí, en el barro mesopotámico, que el despotismo unilateralista y las ansias imperiales estadounidenses van a quedar enterradas en cada golpe que la resistencia del pueblo iraquí le asesta, tras cada derrota que sufren los invasores, las voces contrarias a tales políticas acrecientan su tono desde distintos centros de poder. Hasta tal punto, como dice el especialista político chino Chen Xiangyang, que "los Estados Unidos de finales de la 'era Bush' es una superpotencia agotada y acosada".22

Asimismo, a la par de estos acontecimientos, y obligados por la realidad internacional, se origina el establecimiento de nuevas alianzas entre países y poderes tan dispares, como Rusia, China, Irán y en América Latina, Venezuela y Brasil, lo cual crea acercamientos y reacomodos de intereses a diferentes niveles y espacios geopolíticos buscando contar con influencia en el concierto internacional.

Estos trascendentales sucesos estimularán el camino hacia el establecimiento de un nuevo orden mundial multilateral y multipolar, "cuyos axiomas centrales se encaminan al establecimiento, acatamiento y respeto del derecho y de las instituciones internacionales; la necesidad de establecer un sistema multipolar para seguridad internacional; la resolución de los conflictos a través del diálogo y la diplomacia; y que el foro para dirimir las discrepancias sea el Consejo de Seguridad de la ONU".23

En este escenario, y con la energía y el petróleo como herramientas decisivas de poder, el gobierno de Putin consolida su apuesta geopolítica de ascenso de Rusia como potencia mundial disputándole espacios y áreas de influencia a la potencia locomotora del capitalismo y al eje Estados Unidos–Unión Europea.

Chávez y Ahmadineyad, a su vez, no tuvieron mejor idea que sumar sus vagones a la gran locomotora energética de Putin, y desde ahí lanzarse a la aventura de desafiar al "Imperio unipolar" en Medio Oriente y en el "patio trasero", en una alianza estratégica.24

 

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DOCUMENTOS

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NOTAS

1 Manuel Freytas, "La clave Chávez–Ahmadineyad. Asociación Petróleo– 'Eje del Mal'", IAR Noticias, Argentina, octubre 2007, p. 7.

2 "El conflicto fundamental. La guerra de Putin con el lobby sionista USA–Europa", IAR Noticias, Argentina, febrero 13, 2007, p. 3.

3 Serguei, Tsujlo, "Ekonomiko–politicheskaia situatsia v Rosii v 2007" (Situación económica y política de Rusia en 2007), Institut Ekonomiki Perejonovo Perioda (Instituto de la Economía en Transición), Moscú, Rusia, 2005, p. 4.

4 Elena Iliujina, "Innostranaia Investitsia i neft v Rossii" (La inversión extranjera y el petróleo en Rusia), Institut Ekonomiki Perejonovo Perioda (Instituto de la Economía en Transición), Moscú, Rusia, 2006, p. 36.

5 A.M. Mastepanov, "Power Industry in Russia in the XXI Century", Energy Center, World Federation of Scientists, 2002, p. 3.

6 Paul Klebnikov, Godfather of the Kremlin: Boris Berezovsky and the looting of Russia, Harcourt, Nueva York, Estados Unidos, p. 5.

7 Juan Chingo, "El destino de Rusia y sus consecuencias para el sistema capitalista mundial", Revista Estrategia Internacional, Argentina, jueves 24 de noviembre de 2005, p. 4.

8 Jay Parkhe, "Welcome to the Growth Club–BRIC", Academy Asia–Pacific, junio 17, 2004, p. 1.

9 Peter Shwarz, "The transfer of power in Moscow: What's its means for Russia's political trajectory", World Socialist Web Site, 14 de julio de 1999.

10 Editorial del periódico New York Times, Nueva York, Estados Unidos, octubre 29, 2003.

11 Yuri Tziganov, "Yeltsinism konchilsa, no shizñ prodolshaetsa" ("El yeltsinismo acabó, pero la vida continúa"), Narod, Moscú, Rusia, enero, 2000.

12 Hill Van, "Khodorkovsky's arrest and the defenders of billionaire 'democracy'", World Socialist, Washington, Estados Unidos, noviembre 4, 2003.

13  Ulrico Rippert, "Oil gigant Yukos and the struggle for Russian energy resources", World Socialist, Washington, Estados Unidos, enero 20, 2005, p. 1.

14  Jonathan Tennenbaum, "Russia Reacts to Cheney Nuke–War Policy Threat", Executive Intelligence Review, Washington, septiembre 12, 2006, p. 3.

15 Peter Schwarz, "Great power rivalries erupt over disputed election in Ukraine", World Socialist, Washington, noviembre 25, 2004, p. 12.

16 Mijaíl Dmitry, "Russia's 'Energy Key' Strategy", Russia in Global Affairs, Moscú, Rusia, núm. 4, octubre/diciembre, 2006, p. 32.

17 "Ukraine: Keeping Its Pipelines out of Russia's Reach", Strategic Forecasting, Estados Unidos, febrero 6, 2007, p. 1.

18 "Russia: Winter?s Chilling Effects on EU's Attitude Toward Gazprom", Strategic Forecasting, Estados Unidos, enero 18, 2006, p. 1.

19  Niall Green, "Behind the collapse of Ukraine's 'Orange Revolution'", World Socialist, Washington, abril 6, 2006.

20 "Nearly 60% of Russians would like to be president again", Interfax, junio 8, 2006.

21 Erich Marquardt, Evgueny Benderdky, "The Significance of Sino–Russian Military Exercises", Revista Power and Interest News Report, Washington, septiembre 13, 2005, p. 5.

22 Víctor Wilches, "Irán sigue siendo el principal objetivo militar de Estados Unidos (parte1)", Globalización, septiembre, 2007, p. 4.

23 Idem.

24 Manuel Freytas, "La clave Chávez–Ahmadineyad...", op. cit., p. 9.

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