Los Suelos de México (The soils of Mexico) es un libro muy completo, actualizado y sin duda será elemental en la investigación y en los cursos de suelo en México. Así, se recomienda de consulta obligada para especialistas y estudiantes de pre- y posgrado en edafología, agronomía, biología, geología, ecología, geografía y áreas afines. El libro contiene ocho capítulos muy bien desarrollados, concretos y científicamente sustentados. En el primer capítulo los autores introducen al tema del suelo resaltando tres aspectos: cómo surgió el libro, el papel del Instituto Nacional de Estadística y Geografía-INEGI en el estudio del suelo y la importancia de abordar la distribución de los suelos en México. En el segundo capítulo se incluye una revisión histórica de la investigación edafológica y el mapeo de los suelos del país, donde se analiza desde el conocimiento tradicional y el inicio de la investigación formal, hasta los mapas edáficos generales y de propiedades del suelo como es el caso de los almacenes de carbono. Asimismo, se comenta sobre el conocimiento que las culturas prehispánicas tenían del suelo y los libros. Abordan las instituciones y científicos que han impulsado el estudio científico del suelo bajo los enfoques agronómico y ecológico; aunque este último fue el menos desarrollado en el libro. Además, este capítulo contiene figuras de los mapas edafológicos publicados para el país desde 1937 hasta 1998, aunque las figuras debieron tener una mejor calidad para apreciarlas con mayor detalle; no obstante, la información presentada es de indiscutible valor científico.

El capítulo tres analiza los factores que influyen en la formación del suelo y ofrece una descripción teórica y mapas de la geología, orografía, hidrografía, geomorfología y climatología de diferentes regiones del país, a partir de la cual se explica la diversidad edáfica asociada a la flora y fauna. En el cuarto capítulo los autores discuten la clasificación de los suelos con base en los sistemas mundiales de clasificación incluyendo tres escuelas de la Ciencia del Suelo: la de México, la Americana (E.U.) y la de Rusia. Se propone un agrupamiento ad hoc de los suelos Mexicanos en 14 categorías, en las que se incluyen desde los suelos volcánicos hasta los Anthrosoles y los suelos menos abundantes y estudiados, cada una de las cuales se describen e ilustran con fotografías. El capítulo cinco, dedicado a la geografía del suelo, es el más extenso y detallado del libro. Para esto los autores dividieron al territorio Mexicano en 15 regiones, las cuales fueron plenamente descritas en cuanto a su topografía, geología, hidrología, clima, vegetación, así como en la taxonomía, uso, manejo y degradación del suelo. Entre estas destacan: la Faja Volcánica Transmexicana, las Sierras Madre Oriental y Occidental, la Meseta Central y las Penínsulas de Baja California y Yucatán, por mencionar algunas. Para cada región se presentan mapas fisiográficos y edáficos, así como ilustraciones panorámicas de los paisajes y perfiles de tipos de suelo que las caracterizan. De esta manera, este capítulo es un magnífico y original esfuerzo por sistematizar y sintetizar la información disponible sobre la distribución de los suelos del país.

Los capítulos seis y siete atienden tres problemáticas edáficas: la erosión (eólica e hídrica), la degradación física y química por actividades humanas (e.g. agricultura, industria, deforestación) y la desertificación. Estás son además ilustradas mediante fotografías panorámicas y fueron mapeadas con base en las provincias fisiográficas del país. El capítulo siete, complementa al seis, debido a que analiza al suelo desde una perspectiva histórica vinculada con las actividades humanas a través de las diferentes civilizaciones mesoamericanas, con especial interés en la agricultura. Finalmente, en su último capítulo los autores revisan y analizan el origen y significado paleoecológico de los Paleosoles, como un aspecto esencial para lograr comprender la formación y desarrollo actual de los suelos de México.

Este libro es fundamental y oportuno para la investigación edafológica, debido a que el suelo es un recurso no renovable en continuo deterioro y a la vez ofrece múltiples servicios ambientales para la vida. De esta manera, la descripción y ubicación de los suelos es crítico para complementar los estudios agronómicos y ecológicos que se realizan en México; ya que las investigaciones sobre biodiversidad, sistemas de manejo y procesos biogeoquímicos, requieren de incorporar la información taxonómica sobre el suelo. Asimismo, los tópicos abordados en este libro colocan a México como uno de los territorios más diversos en suelos y con información edáfica posiblemente única en el mundo.