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Perinatología y reproducción humana

versión On-line ISSN 2524-1710versión impresa ISSN 0187-5337

Perinatol. Reprod. Hum. vol.37 no.2 Ciudad de México abr./jun. 2023  Epub 02-Oct-2023

https://doi.org/10.24875/per.23000008 

Artículos originales

El embarazo adolescente: un error o un deseo cumplido

Teenage pregnancies: a mistake or a fulfilled wish

Jorge Carreño-Meléndez1  * 

Cecilia Mota-González1 

Claudia Sánchez-Bravo1 

1Coordinación de Investigación en Psicología, Instituto Nacional de Perinatología Isidro Espinosa de los Reyes, Ciudad de México, México


Resumen

Antecedentes:

En México los embarazos adolescentes son 77 por cada 1,000. De los nacimientos anuales, el 17% son de madres adolescentes, con casi 350,000.

Objetivo:

Explicar por qué las adolescentes se embarazan a pesar del conocimiento de métodos anticonceptivos.

Métodos:

Con un estudio exploratorio y observacional, se evaluaron a 300 adolescentes embarazadas de 15 a 19 años, que no tenían antecedentes de consumo de sustancias adictivas y cuyos embarazos no fueron resultado de una violación.. Se aplicó el cuestionario de funcionamiento familiar y una entrevista de los antecedentes sociodemográficos.

Resultados:

El inicio de vida sexual fue a los 12 años para el 1.7%, de las participantes, a los 13 para el 7.3%, a los 14 para el 18.7%, a los 15 para el 36%, a los 16 para el 19.3% y las restantes (17%) tuvieron un inicio a los 19 años. El 100% manifestó que conocía métodos anticonceptivos, incluyendo la píldora del día siguiente.

Conclusiones:

El embarazo a temprana edad viene acompañado de mitos sociales e individuales sobre el conocimiento de la sexualidad humana, la anticoncepción y la vida amorosa. El embarazo representa para las jóvenes tener un objeto de amor y obtener un lugar en el mundo y dentro sus familias.

Palabras clave Embarazo adolescente; Anticoncepción; Familia; Psique

Abstract

Background:

In Mexico, teenage pregnancy is 77 for every 1,000. In terms of annual births, 17% are from teenage mothers, which are almost 350,000.

Objective:

To explain why teenage girls get pregnant in spite of knowing about contraceptives.

Method:

An observational and exploratory study by which 300 pregnant teenage girls between 15 and 19 years old were evaluated, with no history of substance abuse and whose pregnancies were not the result of rape. A questionnaire on family dynamics and an interview about their sociodemographic background were applied.

Results:

The first sexual intercourse for 1.7% of the participants was at 12 years old; for 7.3%, at 13; for 18.7%, at 14; for 36%, at 15; for 19.3%, at 16, and for the remaining 17%, near 19 years old. All of them (100%) stated they knew about contraceptives, including the morning-after pill.

Conclusions:

Pregnancies at an early age come with individual and social myths about the knowledge of human sexuality, contraception, and love life. For these young women, a pregnancy represents an object of love and obtaining a place in the world and within their families.

Keywords Teenage pregnancy; Contraception; Family; Psyche

Las estadísticas

En Latinoamérica la población adolescente de los sectores ricos tiene una tasa de embarazo de 15 por cada 1,0001, mientras que en México son 77 por cada 1,000. De los 2.1 millones de nacimientos anuales en México, el 17% son de madres adolescentes (casi 350,000)2.

México ocupa el primer lugar en América Latina en embarazo adolescente, de una población de 5.5 millones de jóvenes de entre 15 a 19 años. De los jóvenes que han iniciado su vida sexual, el 36% no usa métodos anticonceptivos y el 16% planea embarazarse. El resto usa métodos anticonceptivos de manera regular y una mínima proporción no ha iniciado su vida sexual antes de los 19 años3.

La edad de los embarazos coincide con la edad de las deserciones escolares. En 2020, el 43% de los jóvenes de 15 a 19 años (4,741,000)3 abandonó la escuela. Estos datos son muy similares a los de años anteriores; con la pandemia hubo un incremento mínimo.

¿Por qué algunas adolescentes se embarazan?

Con un estudio exploratorio y observacional, se evaluó mediante un amplio cuestionario de variables sociodemográficas (Cuestionario de Funcionamiento Familiar) a 300 adolescentes embarazadas, de 15 a 19 años. Estas adolescentes no tenían antecedentes de consumo de sustancias adictivas y su embarazo no era producto de una violación.

Según la Organización Mundial de la Salud (OMS)4, las jóvenes que se embarazan entre los 15 y los 19 años son adolescentes en etapa tardía. Cuando se embarazaron ya tenían al menos dos años de haber iniciado la vida sexual. Este estudio encontró que el inicio de la vida sexual fue a los 12 años para el 1.7%, a los 13 años para el 7.3%, a los 14 años para el 18.7%, a los 15 años para el 36%, a los 16 años para el 19.3% y el restante 17% tuvo un inicio cercano a los 19 años.

La edad de la pareja iba desde los 14 hasta los 19 años en el 62% y de los 20 hasta los 44 años en el 38%. En cuanto a las mujeres embarazadas, en el 50.7% el embarazo fue producto de la relación con adolescentes y en el 49.3% fue producto de la relación con adultos de más de 19 años.

Según la entrevista, las adolescentes que tenían una vida sexual activa mencionaron que contaban con información sobre métodos anticonceptivos que habían obtenido en la escuela secundaria. La secundaria es también el lugar en el que se da el primer contacto con los libros de autoayuda. En la clase de orientación vocacional se leen los primeros títulos que van a permear el pensamiento de las jóvenes, no solo en su vida académica, sino probablemente para el resto de sus actividades.

¿Cómo se va integrando la vida emocional en las personas con esos contenidos? Si partimos de que lo psíquico se va conformando a partir de tener una estructura biológica íntegra al nacimiento y una familia, que es el primer contacto con lo social para que se vaya conformando en la vida emocional y relacional de manera resumida. Se dice que lo psíquico es aquello que está entre lo biológico y lo social5, por eso el entorno determina cómo se interpreta o representa y se está en el mundo. Cuando la cultura se inviste de afecto se convierte en un contenido estrictamente psicológico.

Desde lo social

Desde la investigación en salud pública, la ginecología y la obstetricia, demografía y la investigación educativa, se han generado enfoques con los que se ha pretendido entender el por qué del embarazo adolescente. Algo que parece claro es que este es un generador de pobreza integral generacional.

Como nunca en la historia de la sociedad contemporánea (y desde que, a finales del siglo XIX, se reconoció que la adolescencia es un proceso de transición hacia la adultez)6 se incrementó el embarazo a temprana edad. Las explicaciones son varias y vienen acompañadas de una serie de mitos sociales e individuales sobre la sexualidad humana, la anticoncepción, la vida amorosa y de pareja en la juventud.

La psicología social7 explica cómo la cultura neoliberal determinó el pensamiento de la población y, en particular, el del adolescente. Por muchos años, cuando el Estado dejó de cumplir con su función de ser un regulador de la convivencia social, gobernaba para que esas relaciones estuvieran vigiladas y reguladas por el Estado, en su función no solo normaba la vida social sino también la individual.

A causa de la pérdida de esa regulación, las personas empezaron a regirse por principios individuales y relativos, en donde el límite era autoimpuesto y autorregulado. Con frecuencia los limites fallaban al dejarlos a la voluntad de los individuos, y en forma práctica a su interpretación aquellos establecidos socialmente, sin necesidad de reglamentos. Esto tuvo como consecuencia la ruptura del tejido social a causa de la interpretación de las reglas de convivencia, pues se entendió que cada persona tenía que buscar la manera de solucionar sus problemas con sus propios medios. De ese modo, tanto los problemas como las soluciones se convertían en personales e individuales.

A este respecto, la investigación en psicología propone que la mayoría de las personas tienen muchos derechos. Por ejemplo, se marca como derecho humano tener una vida sexual desde temprana edad y no se menciona lo que implica ser sujeto de expresión de la sexualidad. Desde 1990, los derechos sexuales se consideraron fundamentales y se estableció la cartilla de los derechos sexuales de adolescentes y de jóvenes, sin que esto haya significado necesariamente el enriquecimiento de su vida sexual.

Otro fenómeno actual es la intoxicación digital. Según Cornella8 este fenómeno tiene un efecto adverso en el consumo de información, pues impide tocar temas de manera veraz. Cuando los temas son tratados en las redes sociales no es posible profundizar en ellos, ya sea anticoncepción, embarazo adolescente, vida sexual en jóvenes o relaciones amorosas a temprana edad. Todos estos temas puestos en el ciberespacio generan saturación y hacen que las adolescentes no presten atención a temas vitales. Incluso es posible que en ocasiones prefieran evitarlos y restarles importancia en su vida, pues tienen la creencia de que con la información que poseen es suficiente. Así, el fenómeno de la saturación les impide reflexionar respecto a temas importantes para su desarrollo.

El fenómeno de la saturación, junto con los merecimientos9, afecta la conformación de la autoestima a causa de que no prevé a la prohibición como componente de la estructuración de la vida psíquica. De este modo, se va imponiendo un narcisismo omnipotente, infantil y frágil, que al contender con conflictos reales de la vida diaria, tiene muchos fracasos adaptativos.

Sexualidad y psicología

Ejercer la sexualidad a temprana edad y ser capaz de metabolizar la experiencia puede resultar complejo sin una orientación cercana que ayude a las adolescentes a confirmar o rechazar la experiencia, y a definir si fue o no de su agrado. A causa de su edad, las adolescentes aún no pueden conceptualizar el placer: fisiológicamente, el cuerpo aún no está desarrollado para procesar la experiencia. Algunas adolescentes no saben referir el tipo de experiencia que vivieron, pues falta incorporar el concepto de placer derivado de otras actividades que contribuyan a desarrollar esta conceptualización.

La cultura neoliberal genera en la población, y en las adolescentes en particular, un narcisismo primario que se observa en una individualidad extrema. En este contexto, las adolescentes parecen ser «merecedoras de todo»9, y tan solo con creer en los «merecimientos» por medio de la moralización se justifica como lo bueno y lo malo. A partir de esta premisa es que toma las decisiones, muchas de ellas de manera errática, al no completar el desarrollo de las funciones del Yo10.

Según la teoría del psicoanálisis, el Yo, como instancia psíquica que se rige por el principio de realidad, se va conformando a partir de los dos años. Al final de la adolescencia es cuando completa su desarrollo y queda integrado, y son los aspectos definidos de la personalidad. Como el proceso para completar las funciones no tiene edad fija, ya integradas se observa y se evalúa clínicamente como las 12 funciones del Yo, lo que determinará su vida relacional y afectiva en la adolescencia y en la vida adulta.

La adecuada crianza, donde las experiencias gratificantes son mayores a las no gratificantes, proporciona un equilibrio en la integración de las instancias y las funciones psíquicas. La crianza no es azarosa; la función de la paternidad es organizar la vida afectiva. Para la integración de las funciones del Yo, la crianza debe ser consistente, constante y predecible, con la capacidad de contener la ansiedad, la tristeza y las fantasías, que son organizadores fundamentales para la estructuración de la vida psíquica.

Una forma de observar la estructuración psíquica en las adolescentes es mirar que son capaces de reconocer la contradicción y la ambivalencia sobre los objetos de amor, al entender que el amor no se negocia, ya que depende la crianza, esto es lo que da consistencia a la vida psíquica. Cuando no se cumplen las funciones paternas y maternas durante la crianza, la estructuración se da con muchos fallos y las representaciones de la realidad son parciales, con una alteración permanente del juicio y la realidad.

En la fase de la adolescencia es esperado que el Yo aún no esté integrado10. Cuando se presenta el embarazo de manera fortuita, este se vuelve un problema para las jóvenes.

Las personas nacidas durante el neoliberalismo fueron configurando la sensación de una época poco propicia para ser joven, pues se quedaron sin alternativas para lograr el pleno desarrollo como población. Enfrentados con la violencia social como expresión cotidiana y normalizada, se habituaron a vivir con miedo. En aquel contexto, los mecanismos primitivos salen a escena y se expresan de maneras distintas, como una forma individualizada de protegerse, estos mecanismos, que al ser individuales no son contenidos por la sociedad.

De manera relacionada, un mito que ha prevalecido en ámbitos académicos y sociales es que las mujeres maduran más rápido que los hombres, y que, socialmente, se hacen adultas a temprana edad. Sentir el estatus de mujer adulta permite a la mujer elegir como pareja a un adulto. Al relacionarse con ellos, la adolescente se va aislando como una forma de separación de la familia. Esto no representa independencia, sino aislamiento. En una relación así, frente al abuso y la violencia, se quedan solas sin el apoyo familiar.

La familia

Los resultados de los cuestionarios de tipos de familia indican que el aislamiento familiar es el factor más importante relacionado con el embarazo. A mediados del siglo anterior, la adolescencia era aún un proceso largo que permitía ir construyendo una identidad propia e integrada en una familia; la identidad se iba estructurando de manera gradual y la entrada a la vida adulta estaba relacionada con la edad, asumía el autocuidado como una forma de vida. Actualmente, la adolescencia se transita de manera breve, más aún con el embarazo.

Sentirse separada de la relación familiar por el crecimiento, con choques generacionales y ambivalencias, con rechazo a la realidad y con desencuentros con los padres para afirmar su independencia es parte del proceso que tiene que vivir toda adolescente. Si se resuelven sin ahondar los conflictos familiares, las funciones del Yo se pueden integrar de manera saludable.

En el reporte del tipo de familia que perciben las adolescentes, el 47.3% la refieren caótica, el 22.3% flexible, el 18.7% estructurada y el 11.7% rígida. Cada vivencia es particular, y destaca la falta de presencia del padre, ya sea por trabajo o por abandono.

La figura paterna11 es parte esencial de las jóvenes para auxiliar a su conformación como personas. Cuando la presencia del padre falla, los hijos se muestran incompletos. Su presencia durante la adolescencia es significativa para la salud y la calidad de vida de la adolescente, por ser una etapa especialmente vulnerable para experimentar sentimientos de soledad. Así, la ausencia de figura paterna deja a la joven sin una guía inicial para el desarrollo de sus proyectos en distintas áreas de la vida. Cuando el embarazo ocurre, por lo general, el padre de la adolescente muestra aceptación, no solo por dar autonomía a las hijas, sino que no se involucró su crianza.

Las hijas que se embarazan son, en su mayoría, las mayores de sus familias. Por ello el tránsito hacia la adolescencia se da de manera azarosa, ya que no hay quien acompañe el proceso. Cuando la hija es la primera de tres o cuatro hermanos, con relativa frecuencia tiene que cumplir funciones de crianza con las hermanas o hermanos, ya que los padres están enfocados en la sobrevivencia y como consecuencia muestran con poca efectividad y deficiente vigilancia en la crianza. Más de la mitad de ellas abandonaron la formación escolar antes del embarazo, tan solo porque no les gustó, y no tuvieron a alguien que pudiera apoyarlas o exigirles seguir estudiando. En ocasiones, las adolescentes mencionan que estaban cansadas de criar niños y hacer el papel de madre a tan temprana edad y, al mismo tiempo, que ya estaban acostumbradas a ese tipo de actividades. Señalan que ahora la crianza será para sus propios hijos.

Cuando las jóvenes viven en pareja, la familia política, por lo regular, no las acepta y se involucran en sus conflictos. Esta intromisión supone un alto riesgo de separación para la pareja. Con estas condiciones, las jóvenes duran, por lo general, menos de un año viviendo en pareja.

Con frecuencia, las madres de las adolescentes (quienes las acompañan a consulta en un instituto de tercer nivel) perviven en el comercio informal o en empleos con baja remuneración y horarios extendidos, que las dejan sin posibilidad de mantener una relación familiar cercana con las adolescentes.

Una cantidad importante de las adolescentes mencionó que tener un hijo es tener «algo para ellas», que enseñarían a su hijo lo que es ser una madre y que no cometerían el mismo error de sus padres. Señalaron también el objetivo de reparar a la familia que ellas no tuvieron y mostrar que ellas son capaces de hacer una familia distinta.

Pareja y sexualidad

Antes del embarazo, las jóvenes vivían con los padres y cuando deciden vivir en pareja, él va a la casa de ella; el 47% lo hace en unión libre, una mínima parte se casa (esto sobre todo sucede cuando la pareja es mayor que la joven). El 16% de los hombres está por arriba de los 20 años, hasta llegar a los 44 años. Cuando la pareja es seis años mayor se puede caracterizar como abuso sexual; por la edad, la adolescente no puede consentir frente a un adulto.

El 25% de las parejas tenía una relación de amigos antes del embarazo, el 52% de las parejas tenía menos de un año de conocerse, el 23% de las parejas tenía relaciones ocasionales. Cuando nace la hija o el hijo, el 44% de ellas reportan ya no tener relaciones sexuales, el 18% dice tenerlas de manera frecuente y el 30% señala que lo hace de manera ocasional sin un método anticonceptivo definido. Puede ser alta la probabilidad de un segundo embarazo; en esta muestra el primer embarazo se dio en el 83%, y el segundo en el 17%.

El 63% de las adolescentes de la muestra tuvo inicio de vida sexual a los 15 años o menos y reporta haber tenido novio desde los 12 años. El 95% de ellas había tenido de uno a cinco novios antes de los 15 años. Al preguntar sobre métodos anticonceptivos, las adolescentes mencionaron que conocían todos los métodos, y que estos fueron utilizados ocasionalmente, a pesar del conocimiento de la píldora del día siguiente. También reportaron que les era posible conseguir dichos anticonceptivos de manera gratuita en centros de salud y oficinas de la juventud; para ellas el precio y la disposición no suponían problemas. La mayoría de las adolescentes menciona que el embarazo fue una idea que siempre estuvo presente y por ello no se cuidaron.

Lo psíquico

Etimológicamente, la palabra «adolescente» significa «juzgar para tomar una decisión», «hacer juicio para saber qué hacer», «crecer o proceso de crecimiento». En las adolescentes, la alta reactividad es una constante. Durante esta etapa se presentan situaciones que ellas tienen que ir evaluando, juzgando, aceptando o rechazando de manera rápida y, finalmente, metabolizando. Con el paso del tiempo y tras procesar la experiencia, se establece una nueva subjetividad que implica que la percepción, la propia valoración personal, las emociones y los afectos que intervienen durante el proceso de construcción de la psique en la adolescente se enriquezcan o se empobrezcan como experiencias de vida.

La relación con los padres es lo que determina la calidad de la crianza. Las experiencias son las que van conformando la vida psíquica, que incluye la vida afectiva, en las personas. El lenguaje es la vía para conformar la subjetividad en las personas12 y es el lenguaje colonizado; palabras y significados de uso común en la vida cotidiana de las adolescentes que modifica la representación del mundo.

El lenguaje colonizado se hace cotidiano mediante la difusión de neologismos. Se toman conceptos, muchos de ellos de la psicología clínica, y se los saca de contexto, distorsiona, modifica o redefine. Son ejemplos de esto la violencia vicaria, el sacrificio como concepto religioso, el humanismo como sinónimo de lo bueno (aunque todo lo hecho por las personas, bueno o malo, es humano desde el punto de vista ético), y el patriarcado como unidad de análisis actual, a pesar de que tiene más de 2,000 años que no se presenta como un concepto para el análisis de la familia y la sociedad13.

Se confunden los valores con las características de la vida social e individual, como el concepto de resiliencia, o el término «personas no humanas» para referir a plantas y animales. Dicho término tiene la intención de borrar las fronteras entre las especies; sin embargo, lo humano, como la parte racional de la naturaleza, tiene la obligación de cuidar del entorno de animales y plantas, como una conciencia ética del cuidado de la naturaleza.

Tomar en cuenta este neologismo tiene implicaciones como la humanización de los animales. Muchos de ellos ahora tienen enfermedades similares a los humanos a causa del tipo de alimentación. Las personas tienen conductas «cursis» con las plantas (como abrazar árboles), con la justificación de que son seres que sienten. Esto podría parecer inocuo, pero es una forma de interpretar el mundo y la realidad de manera parcializada, y esto influye en la forma de tomar decisiones.

Los neologismos empleados pueden ser lo opuesto desde el significado etimológico y provocar una subjetividad frágil y confusa. Algunas adolescentes conforman de esa manera su vida psíquica; esto se complica cuando lo esotérico es parte de la subjetividad. En México, el 72.24% de la población cree más en limpias y amuletos (como los imanes para la «energía positiva») que en la ciencia14.

Esto es importante, porque las adolescentes toman estos conceptos puestos en el espacio cibernético13 como una referencia para realizar sus análisis y hacer una representación del mundo interno y el externo.

La sociedad en su conjunto, encausada por los locutores de medios de información, radio o televisión, día a día van configurado un leguaje derivado de la psicoterapia14. Algunos de ellos, formados en el coaching emocional, encuentran en la locución el terreno propicio para verter sus ideas. Por ejemplo, ahora ya no se platica, sino que se «comparte» (en un símil de tribuna de alcohólicos anónimos). La empatía, que era un concepto técnico de la psicoterapia, debe tenerse como parte de la relación social. La resiliencia, que era una característica de los ecosistemas, ahora es un valor que se puede aprender. El perdón, que era una acción enteramente derivada de un proceso psicológico, ahora tiene que ser una práctica moral de la buena persona, independientemente de la situación.

La ciencia del perdón es un rostro de la psicología positiva que ha olvidado que el rencor o el resentimiento son también niveles de autoprotección. Para los positivos, mantener estas emociones negativas causa enfermedades como el cáncer15. Esto es algo que no se ha comprobado, pero que se difunde en el espacio virtual. El perdón se elimina como respuesta psicológica normal, y en cambio se considera como algo moralmente bueno. Lo anterior puede vulnerar un mecanismo de autoprotección y autocuidado que es especialmente importante ante la violencia.

En las adolescentes se repite como un mantra el despojarse del resentimiento, aunque esto en realidad supone aniquilar sanos mecanismos de defensa. El resentimiento sirve como protección, sobre todo cuando se está en una relación de violencia. También es una vía de conformación como mujer adulta11, pues tener un oponente y rivalizar desde el resentimiento conforma la personalidad.

El apego, que es la estructura de la historización de los afectos que va a determinar el tipo de relación que se establece en la actualidad, es otro neologismo de moda. Se recomienda no tener apego para ser feliz, por considerarlo algo malo, cuando en realidad el apego es un proceso natural en toda relación. El apego tiene sus propias variantes (seguro, ansioso, ambivalente, evitativo y desorganizado [John Bowlby, 1907-1990]), y cada una tiene implicaciones psicológicas diferenciadas en la infancia y puestas en juego en la vida adolescente y adulta. Estas van a determinar la calidad y tipo de vínculo amoroso que se pueda establecer, y pueden explicar las relaciones de violencia en la adolescencia y en la vida adulta.

Uno de los principales conceptos puestos en juego a mediados de los ochenta es el estrés. Este se retoma en los noventa como la piedra angular de la psicología positiva16, como uno de los conceptos donde descansan todas sus recomendaciones. Sin llegarlo a definir, saben cómo curarlo.

La APA (Asociación Americana de Psicología) fue fundada en 1892 por psicólogos estadounidenses, que posteriormente sucumbieron al modelo del neoliberalismo al modificar todos sus objetivos. Introdujeron la psicología positiva, particularmente Martin Seligman, que siendo presidente en 1998 desarrolló la ecuación de la felicidad17.

La psicología positiva18, que no soluciona nada de la vida afectiva, pero que vende muy bien a todos los niveles (educativo, empresarial, de salud y de relaciones sociales), es la que ha permeado a la sociedad con desastrosas consecuencias al generar individualismo, la ruptura del tejido y las relaciones sociales, al generar seres «únicos e irrepetibles», que niegan la realidad. La psicología positiva ha vulgarizado la vida psíquica, pues parte de que existe la inteligencia emocional, sin que esto tenga efecto real en la sociedad, y la fomenta un pensamiento mágico en relación con la salud y la enfermedad, la pobreza y la riqueza, y la alegría y el dolor.

Para los positivos, la felicidad14 y el dolor son tan solo una cuestión de actitud, y no importa el contexto donde se presenten. Se difunde así la psicología positiva «optimista», contra la psicología «pesimista» (la tradicional), aunque la «optimista» solo menciona lugares comunes, y la segunda propone soluciones y contribuye a la salud psicológica de las personas que atiende.

La psicología positiva llega a la obsesión para hacer una psicología de la felicidad a toda costa. Cuando la psicología se vuelve ciencia de la felicidad propone una visión pobre a causa de su superficialidad y su culto a la autoestima alta. Muchos de sus hallazgos son trivialidades18; postula lugares comunes. Por ejemplo, el estrés es un neologismo puesto en juego por la psicología positiva. Para abordarlo, esta introduce conceptos que toma de teorías dispares provenientes de corrientes de la psicología, de las neurociencias, del ocultismo y de la espiritualidad oriental, entre otros enfoques. La propuesta resulta en que «todo causa estrés» y la forma de eliminarlo es la meditación en su versión «barata»: el mindfulness, también llamado «atención plena» o «conciencia plena». Por las instrucciones de la meditación, la persona rompe con el pasado, y solo queda el ahora del narcisismo primario; la adolescente está a merced de los lugares comunes.

La infoxicación8, el repetir hasta la saturación que hay que vivir como si fuese el último día, es la forma de estructura de la inmediatez e impedir en población vulnerada como la adolescencia hacer planes, ya que todo es relativo. Por eso, se entiende que los adolescentes busquen emociones intensas en un corto plazo para tener la sensación de una vida rica en experiencias e intensamente satisfactoria. Los procesos de subjetivación contemporáneos apuntan a un modelo uniforme19 de la perspectiva de vida y su relación con lo afectivo.

Los postulados de la psicología positiva expresados por especialistas tienen repercusiones en la sociedad mexicana y en los problemas que esta atraviesa: desintegración familiar, embarazo adolescente y problemas de salud que cobra visos de pandemia. Con estas propuestas, la vida queda sin sentido y solo queda resolver la inmediatez, algo que no construye a largo plazo. De este modo, se pierde la motivación real por alcanzar metas que son las rectoras de la vida; se propone una búsqueda de la felicidad fácil (y hasta cursi); y se enfatiza que todo responde a la realidad interna de cada persona, sin establecer una relación con la sociedad ni con el mundo exterior18.

La psicología positiva también propone que el autocontrol va a determinar toda la vida emocional, con sugestiones como el altruismo como obligación y, no como valor, genera seres humanos «buenos». Hay vocablos que ahora son de uso común, como «empoderamiento», «violencia vicaria», «patriarcado», «decretar», «sororidad entre mujeres», «visibilizar», etc. La adolescente se desarrolla con estas características comunicativas, y esto reduce la capacidad de pensar, pues al establecer comunicación por medio de frases hechas que aniquilan el razonamiento y la reflexión8, se suprimen los datos de la realidad y se emite una opinión sin fundamento.

Otros problemas sobresalientes en la adolescencia son el suicidio y las autolesiones (o cutting). Entre el 13 y 23% de los jóvenes practica conductas autolesivas (Asociación Psicoanalítica Mexicana, 2018). En un continuo de mayor a menor sobre autolesiones, los tatuajes también aparecen como una práctica común, a veces cargada de arrepentimiento20.

Puede resultar paradójico, sin embargo, que una forma de ganar presencia en el mundo sea mediante la muerte, el sacrificio del cutting y el tatuaje. Estos traen consigo el sufrimiento que implica dolor como una ofrenda. Finalmente, la intención de ganar la presencia en este mundo, y frente a su familia, la realizan mediante el embarazo.

La cultura se fue construyendo en torno a la prohibición; con tres de los principios básicos se organizaron las sociedades: la prohibición del incesto, del canibalismo y de matar. En torno a estos tres principios se formularon las leyes, los reglamentos y la ética. Paralelamente se fue desarrollando a nivel individual como un organizador de la vida psíquica, el pudor, la vergüenza y la rivalidad.

Si mediante la manipulación mediática se elimina la autorregulación, también se elimina el autocuidado, y tendrían que ser elementos definidos y expresados durante la adolescencia. La prohibición interna y externa es la que regula la vida emocional, y funciona sobre todo cuando se abre la puerta al deseo, el erotismo y desde luego al amor; la adolescente se queda en la incertidumbre marcada por la influencia exterior y respondiendo al impulso. Gran parte de la actuación de la adolescente tiene como fin la evitación de la angustia, ante la imposibilidad de decir y hablar, y si se tiene carencia de padres, cuya función es un organizador para este crecimiento, al hacerla sentir y evidenciar que es importante en la vida de alguien es la forma de dar presencia organizada en el mundo. A diferencia que cuando se ha generalizado el individualismo no se juzga, ni siquiera el asesinato21.

Mediante el cuestionamiento fecundo e infecundo, y subjetivo (¿quién soy yo?, ¿qué tan grande soy?, ¿qué tengo?), la adolescente se enfrenta el vacío. Si el hogar no la contiene, se va a esforzar para tener una familia, pues añorará esa familia que la contenga, con una intención de marcar la diferenciación con los padres.

Con el embarazo se modifica el esquema corporal y la imagen; las adolescentes toman conciencia de la existencia de un cuerpo. La representación del cuerpo tiene su correlato con la psique, con referentes sociales, biológicos, psicológicos y económicos. A partir de esto se hacen los juicios valorativos e interpretativos de este cuerpo (que ya se ha erotizado), y entonces surge el deseo a partir del otro. Una de las acepciones del concepto de deseo es echar de menos; es inconscientemente armado desde la niñez y es también determinante en el trascurso de la vida. Desde esta precisión en la vida amorosa de los adolescentes, en muchos casos se entiende el por qué de la intensidad de las relaciones de noviazgo. Con frecuencia se ha observado la necesidad de ser amadas (más que amar), ofrecerse como figura fantasmal, hacerse importante en la vida del otro. Enamorarse es una reinvestidura de lo libidinal, en ocasiones muestra de un narcisismo omnipotente del que pueden enamorarse. Al ser carente de amor, el embarazo le garantiza tener algo para sí y tener un objeto de amor.

La adolescencia es el tránsito de desinvestir a los padres11 y el alejamiento es uno de los pasos para lograrlo. Es problematizar el cuerpo mediante imágenes y representaciones para rediseñar, reconstruir su imagen, que ha sido en muchos casos construida desde la no aceptación, como se observa en los trastornos de alimentación, es la no representación, es simulación, como el caso de las modelos de talla grande, en donde se intenta resaltar la talla como un prodigio, pero en realidad las modelos quisieran ser de otras medidas para una mejor aceptación. Una realidad es que la ropa calza mejor en un cuerpo esbelto que en uno deformado por la obesidad. La simulación, un distintivo del neoliberalismo, es la expresión de la sociedad donde supuestamente todo cabe, aunque solo a nivel declarativo. En lo esencial no cambia nada, pues son personas marginadas por su imagen. La exaltación de esa imagen tiene un componente morboso.

Un problema que se ha incrementado en los últimos años en población adolescente es el suicidio20. Se presenta en unos 3,200 casos anuales, según el Consejo Nacional de Población (Conapo, 2021). Los sentimientos de arrepentimiento, remordimiento, tristeza y depresión por los que tienen altas probabilidades de intentar suicidarse en algún momento los jóvenes cuando se vive la desesperanza, y los niveles de suicidio, se incrementa notablemente en las últimas décadas. El instinto de vida se impone en oposición al suicidio, así como en las muertes por pandemia. La expresión más fina del impulso de vida es el embarazo. Este se incrementó en pandemia en un 12% en adolescentes, según las cifras de Conapo (2021).

Otra forma de expresión del malestar de la cultura20 es poner como una moda el tatuaje. Lejos de ser únicamente una moda que ha roto con la ilusión de eliminar las diferencias de clases, ya que encontramos ejemplos, con menor o mayor diseño, en diferentes estratos sociales, este malestar de la cultura se puede observar cuando la violencia se inscribe en el cuerpo. En estos casos, se vuelve una representación de la inconformidad, a veces difusa, de la violencia social representada en el propio cuerpo, las heridas corporales. Esto es conocido como síndrome de cutting y es una expresión de la violencia dirigida contra la persona. Se sabe que es una forma de sentirse vivo, de estar en la realidad de forma paliativa20.

Ser adolescente en los últimos 30 años no ha sido fácil. Si partimos de las interacciones que tienen con lo virtual (algo que es aparente y no real), muchos de ellos lo hacen parte de la realidad y de esa manera funcionan en una realidad incompleta16; lo virtual eclipsa lo real, por eso es efímera. Con estos marcos de referencia, los adolescentes deben conceptualizar su cuerpo, su sexualidad y sus relaciones personales. Con esta representación del mundo no es posible procesar los datos de la realidad, a causa de la temporalidad que cambia de manera vertiginosa, la comunicación ya no es comunicativa, sino acumulativa22, donde se busca lo igual, lo digital en las redes sociales es lo representativo de lo igual. Lo efímero no proporciona sentido de identidad, ya que la psicología positiva llama a ser auténtico. A causa de ello se acaba siendo igual en su autenticidad sin necesidad de ver al otro, sin vinculación con las personas, cosas y objetos, solo con el intercambio de complacencias.

En el mundo de la simulación se tiene una relación obsesiva con la salud. No obstante, el porcentaje de infantes con obesidad es el número uno a nivel mundial, y los productos para preservar la salud se convierten en un negocio lucrativo, sin que la población joven goce de salud. Haciendo uso declarativo de lo positivo es la negación y se falsea la realidad al proponer la trasparencia dejando de lado el pudor, manejándolo como un valor anticuado y carente de sentido, las prácticas de extimidad y conductas confesionales23, convirtiéndose el cuerpo despojado del lenguaje para convertirse en pornografía, las imágenes de desnudos o en poses eróticas, el cuerpo exhibido se reduce a lo pornográfico, a lo sexual.

La extimidad es un término creado por el psicoanalista Jacques Lacan (París, 1901-1981) para nombrar algo que parece contradictorio: la exhibición de la intimidad al parecer es una constante y no se permite recrear y construir el mundo interno; lo que se piensa y lo que se siente por poner todo fuera, al pensar que se tiene que transparentar todo como un problema de sinceridad, y no un problema de intimidad, con frecuencia se trasgrede como un estilo de vida. La intimidad no solamente es un problema de pudor: es una forma de protegerse y mantener la privacidad para permitir la construcción del mundo interno y la personalidad que son determinantes para la vida adulta.

Estas formas de relación generan otras subjetividades, principalmente en los jóvenes. Al digitalizar el mundo, el cuerpo se digitaliza. Una forma de hacerse presente y visible es mediante la autoproducción para llamar la atención. Existe un mecanismo de negación para la incorporación de lo social a lo psíquico, y se crea la sensación de que los pensamientos son energía. La energía psíquica es el alimento para el pensamiento mágico, es estrictamente individual y trasforma todo el mundo externo y el interno15, proponen que las creencias son la enfermedad del alma y el cuerpo, y generan omnipotencia. Es un referente para la adolescente al decirle que cada persona crea la realidad externa, y que el sufrimiento no es un proceso psicológico, sino una enfermedad moral.

Se va generando con los medios de información la idea de que la salud y la enfermedad son elecciones, y no una consecuencia del autocuidado. Se sugiere que, si se desea fervientemente no estar embarazada, esto va a lograrse aun teniendo vida sexual activa, o que si se elige estar sana, eso es suficiente para moldear la psique11. Si alguien presta un servicio o se muestra solidario hacia las personas, de manera «karmática» se le regresará la buena obra. Otra sugerencia es que no se debe tener apegos a personas, cosas y objetos; es la forma de aniquilar el deseo con el desapego, los medios proponen que el apego genera sufrimiento y es una falta de control mental, que el dolor no es una consecuencia de los duelos, sino una elección de sufrir. La mayoría de los medios de información se propone repetir mantras de el «merezco», y a causa de esto las personas funcionan con el merecimiento, con sus consiguientes componentes de autoritarismo y superioridad9.

Objetivar el cuerpo conlleva una representación a la que se puede atribuir propiedades como la ternura, la finura o la belleza. Al reconocer estas propiedades, las personas se hacen conscientes de la finitud en el mundo, conciben la relación desde otra óptica, y esto permite una relación distinta: donde se es capaz de estremecerse por el otro, donde se rompe la visión infantil de la felicidad en la cual todo se explica desde la vivencia individual, y se sobrevaloran las experiencias para simular que se tiene una vida rica, y de ese modo hacerse presente en la vida del otro. Donde se puede reconocer que el pudor tiene una belleza, el pudor determina un límite entre realización individual en la colectividad23.

Mucho de lo que actualmente es vivir en la inmediatez repercute mayormente en la población joven. Por medio de la manipulación de la información se genera el pensamiento de que lo antiguo, o el recuerdo, tiene que ser desechado. La pretendida autenticidad lleva a una introspección narcisista. Es una distinción de la época, aunque la cultura de la autenticidad es signo inconfundible de decadencia social. Muchos seres «auténticos» se visten y piensan igual: se observa en los tatuajes, en el vestido, que tiende a mostrar más piel que tela en aras de ser auténtica. Es la experiencia de inmediatez de las adolescentes; dentro de esta cultura de la industria de la felicidad, esa anhelada autenticidad consiste en poner fuera la intimidad y, cuando los valores se manejan como una mercancía degradada, trivializada, el recuerdo es obligado a expulsarlo del pensamiento.

La afectividad es lo que hace humana a la persona. Socialmente se pretende que los afectos sigan un comportamiento como de manuales de buenas costumbres, muy al estilo del siglo XIX. Algunas adolescentes, a falta de amor, se involucran en una relación que ellas suponen que es amor, con el objetivo de tener a quien amar para sentirse importantes en la vida de alguien.

El mundo interno se va conformando de experiencias y recuerdos. Si se desecha el recuerdo y se niega la vivencia, el mundo interno se empobrece: no se pueden recrear las vivencias, que es lo que permite generar la experiencia para conceptualizar su presencia en este mundo que le da significado, es lo que conforma el mundo interno, es el marco de referencia para establecer parte de la personalidad; lo nuevo se sugiere que se deba estar buscado de manera incansable y todo enseguida se banaliza por desecharlo de manera inmediata para buscar otra novedad. La positividad es una falsa percepción de las cosas, es negar toda su esencia, mediante la palabra resignificada, distorsionada, que busca nuevos significados.

La felicidad no es una constante, sino algo inesperado que surge de la realidad y se presenta de manera ocasional. No es algo que se pueda construir con un trabajo diario. Pretender hacer de la realidad una felicidad permanente por la sucesión de eventos, la hace trivial. La felicidad, que proviene del latín y significa «fértil», «fecundo», siempre es una sensación parcial, no total. Si se buscan muchos eventos para alcanzar la felicidad, terminarán cansados, pero no felices.

La satisfacción, en lugar de la felicidad, con frecuencia no pasa por la conciencia y es un impulso de vida. La satisfacción de las cosas, los eventos, las relaciones, de lo bien hecho, dan placer, no alegría. El placer está enmarcado en la realidad y la satisfacción no solo en la alegría24. El embarazo representa la pulsión de vida y confirma en la adolescente su presencia en el mundo.

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FinanciamientoLa presente investigación no ha recibido ninguna beca específica de agencias de los sectores públicos, comercial o con ánimo de lucro.

Responsabilidades éticas

Protección de personas y animales. Los autores declaran que para esta investigación no se han realizado experimentos en seres humanos ni en animales.

Confidencialidad de los datos. Los autores declaran que en este artículo no aparecen datos de pacientes.

Derecho a la privacidad y consentimiento informado. Los autores declaran que en este artículo no aparecen datos de pacientes.

Recibido: 25 de Abril de 2023; Aprobado: 06 de Mayo de 2023

* Correspondencia: Jorge Carreño-Meléndez E-mail: jocame2003@gmail.com

Conflicto de intereses

Los autores declaran no tener conflicto de intereses.

Creative Commons License Instituto Nacional de Perinatología Isidro Espinosa de los Reyes. Published by Permanyer. This is an open ccess article under the CC BY-NC-ND license