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Investigación bibliotecológica

versión On-line ISSN 2448-8321versión impresa ISSN 0187-358X

Investig. bibl vol.28 no.63 Ciudad de México may./ago. 2014

 

Artículos

 

La editorial Gallach y su contribución a la industria cultural española. Recuperación y análisis de su catálogo

 

The Gallach publishing house and its contribution to Spanish cultural life: reassembly and analysis of its catalogue

 

Juan Miguel Sánchez Vigil, María Olivera Zaldua*

 

*Los dos autores pertenecen a la Universidad Complutense de Madrid, España. (jmvigil@ccinf.ucm.es), (molivera@ucm.es)

 

Artículo recibido: 19 de agosto de 2013.
Artículo aceptado: 19 de noviembre de 2013.

 

RESUMEN

El estudio de la historia de la edición en España desde las empresas que conforman y han conformado el sector está por realizarse. En el caso que nos ocupa se investiga sobre la contribución que hizo la editorial Gallach, una de las pioneras en Barcelona a finales del siglo XIX, a la industria cultural española. Se recupera parte de su catálogo a partir del estudio de sus publicaciones y de los fondos de cuatro bibliotecas (Nacional de España, Nacional de Cataluña, Ateneo de Madrid y Ateneo de Barcelona). Se analiza asimismo la influencia de esta editorial y de su fundador, José Gallach Torras, en la creación y desarrollo de la prestigiosa editorial Calpe, a su vez origen de la magna Espasa–Calpe, la más antigua de las editoriales en activo ya que se remonta al año 1860.

Palabras clave: Documentación Editorial; Edición; Editorial Calpe; Editorial Gallach; Historia de la Edición; Instituto Gallach; José Gallach Torras.

 

ABSTRACT

A study of the history of Spanish publishing focusing on the publishing houses has yet to be carried out. This paper examines the contributions to Spanish culture of the Editorial Gallach, one of the pioneer publishing enterprises in Barcelona, which began operations near the end of the nineteenth century. A considerable portion of its catalogue has been reassembled by locating books it published in the National Library of Spain, the National Library of Catalonia, the Ateneo of Madrid and the Ateneo of Barcelona. Researchers also assessed the influences of this publishing house and that of its founder José Gallach Torras, specifically with regard to the founding and growth of the prestigious Calpe publishers, which in turn gave rise to Espasa–Calpe, Spain's oldest publishing company whose ongoing operations date to 1860.

Keywords: Publishing documentation; Publication; Editorial Calpe; Editorial Gallach; History of Publishing; Instituto Gallach: José Gallach Torras.

 

INTRODUCCIÓN

Elaborar la historia de la edición española es una tarea harto complicada porque requiere estudiar la documentación generada por las empresas dedicadas a la industria cultural por excelencia. Hasta ahora se han llevado a cabo trabajos de carácter general,1 y otros no menos interesantes dedicados específicamente a las editoriales, entre ellas La España Moderna,2 Aguilar;3 Calleja,4 Calpe5 o Seix Barral.6 Por consiguiente, nos encontramos ante un campo de investigación amplio y de gran interés dentro de la documentación editorial, y por extensión de la historia del libro.

La editorial Gallach, con casi un siglo de historia, es una de las más desconocidas a pesar de su intensa actividad y de su contribución a la creación de Calpe, la más popular en el primer tercio del siglo pasado, base de Espasa–Calpe, con implantación en México y Argentina. Gallach fue fundada en Barcelona en la última década del siglo XIX y tuvo una larga trayectoria hasta que en 1979 fue adquirida por el grupo Océano. Desarrolló dos etapas, la primera entre 1890 y 1918, año en que sus fondos pasaron a formar parte de Calpe, creada por Nicolás María Urgoiti, y la segunda a partir de 1924 con el nombre de Instituto Gallach.

La empresa evolucionó en un contexto propicio debido al auge de las instituciones vinculadas al libro y a la creación de los organismos defensores de los intereses de editoriales e imprentas, entre ellos el Instituto Catalán de las Artes del Libro y el Centro de la Propiedad Intelectual. En apenas un lustro se llevaron a cabo grandes eventos nacionales e internacionales y en todos ellos tomó parte Gallach: VI Congreso Internacional de Editores organizado en Madrid el año 1908 por la Asociación de Librería de España, Primera y Segunda Asamblea Nacional de Libreros y Editores celebradas en junio de 1909 y en mayo de 1910, Primer Congreso de las Artes del Libro de 1911, y la creación de la Federación Española de las Artes del Libro en 1912. En esas dos décadas José Gallach alcanzó gran prestigio entre sus colegas y fue confeccionando un catálogo de referencia que sería la base para la apertura de Calpe, como veremos más adelante.

Es objeto de este artículo estudiar los orígenes de la editorial Gallach, definir su lugar en la historia de la edición española, reconstruir la biografía de su fundador y recuperar parte de su catálogo. Para ello se ha revisado la bibliografía sobre la edición en España, se ha consultado el archivo particular del fundador de Calpe, Nicolás María Urgoiti; se han revisado los catálogos de cuatro bibliotecas de prestigio (Nacional de España, Nacional de Cataluña, Ateneo de Madrid y Ateneo de Barcelona) y se han analizado numerosas publicaciones de la propia editorial en colecciones públicas y privadas, entre ellas el periódico Mi Revista. Una vez recopilada y procesada la información se ha redactado el texto, obteniendo las conclusiones que resumen la aportación de Gallach a la historia de la edición española.

 

ORÍGENES DE LA EDITORIAL GALLACH

La editorial Gallach tuvo su origen en el deseo de José Gallach Torras de poner en marcha un negocio de producción y distribución de libros, en un periodo de cambio en la industria propiciado por las nuevas tecnologías. Gallach nació en Barcelona el 30 de marzo de 1872, hijo del impresor del mismo nombre del que aprendió las artes gráficas (Figura 1).

El primer libro con el sello Gallach, documentado en la Biblioteca Nacional de España y en la de Cataluña, fue Literatura militar española del capitán Francisco Barado, fechado en 1890. En la última década del siglo XIX Gallach compró los fondos de la editorial Soler, situada en el número 152 del Pasaje San Juan de Barcelona, y más tarde en Consejo de Ciento 416–418, que imprimía en los talleres Baseda de Domingo Clarasó con sede en Villarroel 17. Esta empresa de Barcelona (denominada entonces Sucesores de Manuel Soler) había alcanzado gran popularidad y en la publicidad indicaba que se inspiraba en el siguiente lema: "La instrucción y educación es la mayor riqueza que pueden alcanzar los pueblos".

La colección emblemática de la editorial Soler fueron sus Manuales Soler (Figura 2), caracterizados por su reducido formato (11 x 16 cm) y por la encuadernación en cartoné de color naranja estampado en negro, que tras la compra por Gallach cambiaría a verde. Soler editó un centenar de volúmenes en dos series distintas, numeradas en arábigos y romanos, y diseñó un mueble especial para su exposición que regalaba a los suscriptores. Para la difusión del fondo se publicó el periódico Lecturas Populares. Revista mensual de conocimientos útiles y bibliografía, gratuita y distribuida en sociedades, ateneos y centros instructivos. Los Manuales se promocionaron como una "Biblioteca útil y económica de conocimientos enciclopédicos", señalando como objetivos lo siguientes:

Contribuir a este movimiento redentor, penetrados de la imperiosa necesidad de popularizar los principios de la ciencia moderna, sus grandes conquistas, las manifestaciones del arte, poniendo todo al nivel del menos culto y ofreciendo a los hombres de mayor elevación intelectual una fórmula sencilla que pueda servirles de recuerdo en cada materia científica; para que nadie tenga que recurrir a libros extranjeros en cuanto a fundamentos de la ciencia.7

La editorial Gallach se anunció en los primeros meses como "José Gallach–Editor. Sucesor de Manuel Soler", con oficinas en Consejo de Ciento 416–418 y Pasaje de Tasso 9, más los almacenes en la carretera de Horta. El primer catálogo estuvo compuesto por las obras de referencia procedentes de Soler, de gran interés para profesionales y estudiosos, como los Manuales, la colección La Ciencia del Arte o la Biblioteca Jurídico Popular, y por títulos especializados como Monumentos del Arte Español de Pedro Huguet, en gran formato y con un centenar de fototipias, o Tesoro del agricultor. Novísimo tratado teórico–práctico de Agricultura y Zootecnia.

José Gallach participó en los eventos e instituciones proyectados por los editores en defensa de sus intereses y se afilió al Instituto Catalán de las Artes del Libro desde su fundación en 1898. Estuvo vinculado a los círculos de intelectuales y artistas del modernismo, e incluso fue jurado en el concurso de fotografía convocado con motivo de la Festa dels Coloms que se celebró el 17 de marzo de 1907 en el Tibidabo, junto a Pau Audouard, José Baltá de Cela, Miquel Utrillo y Josep María Co de Triola.8 Fue también secretario del Centro de la Propiedad Intelectual creado en 1900,9 y en 1909 participó en la Primera Asamblea Nacional de Editores y Libreros celebrada en Barcelona entre los días 7 y 9 de junio, donde pronunció la conferencia "Medios prácticos para fomentar y activar el comercio de libros en España y entre la Península y las naciones americanas de origen español".10 Su aportación consistió en analizar el mercado del libro en el continente americano, valorando el trabajo de los editores europeos para distribuir sus fondos y proponiendo medidas para la mejora de la actividad. Las propuestas concretas fueron tres: determinar las necesidades, gustos y exigencias de los lectores, mejorar los sistemas de venta y analizar la solvencia de los libreros:

El estado actual del comercio de libros entre España y las naciones americanas de origen español, hemos de confesarlo, carece de la importancia, estabilidad y florecimiento que deberían serle peculiares… La acción de nuestros competidores es mucho más intensa, bastante más práctica y decididamente más enérgica que la nuestra en cuanto al sostenimiento de aquellos mercados se refiere y a los medios que pone en práctica para colocar sus ediciones.

La caprichosa y variada aplicación de precios establecida por los dedicados a la venta de publicaciones en los países extranjeros de habla española, es uno de los más grandes inconvenientes que se oponen al crecimiento de la exportación; pues es evidente que el excesivo coste de aquellas limita necesariamente el número de compradores y perjudica, por lo tanto, el desarrollo de la producción, y consiguientemente el de la venta. Uno de los frecuentes pretextos de que echan mano con tal objeto los libreros es generalmente el de los cambios.11

En 1911 Gallach asistió a la Segunda Asamblea de Editores y Libreros, reunida en Valencia, donde volvió a exponer los problemas sobre la expansión de los editores españoles en América, en un nuevo intento de llamar la atención de los profesionales sobre un mercado todavía inexplorado.

Ese mismo año, para la difusión de sus fondos creó Mi Revista (Figura 3), subtitulada Periódico–Ilustración para el Hogar y comercializada mediante suscripciones. Tuvo la redacción y administración en la misma sede que la editorial (Consejo de Ciento, 418), su periodicidad fue quincenal y cambió dos veces de subtítulo: Enciclopedia Ideal para el hogar y la Escuela, y Enciclopedia Popular Ilustrada. Se editó en dos épocas: la primera entre 1911 y 1919, y la segunda a partir de noviembre de ese año, dependiendo de la editorial Calpe tras adquirir ésta el fondo Gallach. En la cabecera llevaba el dibujo de una mujer leyendo, sin firma, de trazo similar a las creaciones del ilustrador Ramón Casas. Constaba de 24 páginas y era venal, al precio de 0,50 pesetas. La publicidad de la contracubierta se dedicaba a productos de higiene, medicinas, bazares, balnearios, máquinas de escribir y registrar, y además a los libros editados por Gallach.

En cuanto a los contenidos, todas las secciones llevaban una cabecera ilustrada y en ocasiones abundaban los dibujos, en especial en las páginas de moda, con una media de 20 imágenes. Las principales secciones fueron Literatura, Ciencia, Infantil, Historia, Pasatiempos, Casos y Cosas, Labores y Modas, Recetas y Consejos del Doctor. El equipo de redacción estaba formado por Augusto Barrado (secretario), Joaquín María Barnola (Ciencias Naturales), José Comas Solá (Astronomía), Federico Climent Terrer (Economía doméstica), A. O. Viñas (Higiene popular), Salomé Núñez Topete (Moda), Aurora y Tomás Gutiérrez Larraya (Labores femeniles y decorado del hogar) y Arturo Jarque (dibujante).

El número de colaboradores por ejemplar superaba el medio centenar entre escritores e ilustradores, con autores tan prestigiosos como Luis Bello, Andrés González Blanco, Enrique González Fiol, Ramón Goy de Silva, Alfredo Opisso, Francisco Rodríguez Marín, Carlos Sarthou, Antonio Velasco Zazo, Antonio Zozaya, Enrique Bráñez, Manuel Bujados, Echea, K–Hito, Vicente Ibáñez, Ramón Manchón, Ricardo Marín, José Moya del Pino, José Robledano, José Segrelles y Enrique Varela de Seijas. En 1920, bajo la dirección de Calpe, se incluyó el coleccionable "Teatro Infantil" en formato reducido (6 x 9 cm), con obras cortas como Jugar al mañana de Juan Gómez Renovales o Comedia de polichinelas de Jacinto Benavente, ilustradas por Echea. En esta época se anunciaban regalos y ampliaciones fotográficas a tamaño natural para los suscriptores de la editorial.

José Gallach editó también tarjetas postales para anunciar la serie titulada Biblioteca de Episodios Americanos, y la segunda década del siglo XX fue la de expansión, con títulos muy populares de grandes tiradas y encuadernaciones cuidadas, entre ellos la Enciclopedia Moderna Catalana (4 tomos) o la Historia Natural de Odón de Buen (2 tomos), profusamente ilustrada. En 1916 escribió dos curiosos decálogos propagandísticos que reprodujo en Mi Revista, uno de ellos relacionado con la difusión del libro español en los países europeos implicados en la Guerra Mundial, y el otro destinado a los libreros con las excelencias de su editorial. El decálogo sobre el libro español durante la guerra se resumía en el séptimo punto: "No olvides que el libro español es para tu patria y para tu familia, lo que la semilla es en la tierra: el medio de que fructifique y se desarrolle el pensamiento español". El decálogo para los libreros fue de carácter comercial, plagado de tópicos como el que se cita: "Donde quiera que te dediques a la cultísima y honrosa profesión de librero, no olvides la conveniencia de propagar y vender las Ediciones Gallach".

 

CREACIÓN DE LA COMPAÑÍA ANÓNIMA DE LIBRERÍA, PUBLICACIONES Y EDICIONES (CALPE)

La creación de la prestigiosa editorial Calpe (Compañía Anónima de Librería, Publicaciones y Ediciones) por Nicolás María Urgoiti se llevó a cabo en 1918 con la colaboración de José Gallach, a quien el industrial vasco le compró todo el fondo y le encargó la gerencia de la nueva empresa. El 5 de junio de ese año el Consejo de Administración lo nombró gerente con un sueldo de 30.000 pesetas anuales, más la participación en beneficios, y le concedió poderes para representar a la empresa y para realizar todas las gestiones, en especial los contratos de administración e impresión de revistas, ilustraciones y folletos de carácter cultural, así como los relacionados con la confección y explotación del libro impreso.

Calpe contó por tanto con las propiedades de Gallach: terrenos, instalaciones, maquinaria, y los fondos literarios y artísticos del negocio. A cambio controló la producción, negoció derechos, vendió productos editoriales, gestionó los derechos y la publicidad, y controló la administración. La aportación superó el millón de pesetas (1.047.200,77) abonado en cuatro pagos, el primero en acciones (250.000 pesetas) y el resto en tres cuotas entre julio de 1918 y enero de 1919. Por otra parte, con el fin de trasladar los fondos de la casa Gallach, situados en un almacén de la calle Guinardó, se encargó al arquitecto Francisco Guardia un proyecto para la construcción de una nave en Barcelona, idea que más tarde sería desestimada (Tabla 1).

Calpe hubo de abrirse camino en un momento difícil, puesto que la crisis en el sector del papel era grave y ello había provocado un movimiento general contrario a La Papelera Española, propietaria de la editorial, dirigido por un sector de la prensa y con el apoyo de la Federación Española de Productores, Comerciantes y Amigos del Libro, cuya revista Bibliografía Española publicó el siguiente texto en abril de 1918:

La prensa española y los editores e impresores hemos enriquecido a La Papelera Española, y esta nos paga tal beneficio con la más negra de las ingratitudes; pues a más de crear periódicos para combatir a la prensa, funda una gran casa editorial para acabar de arruinar a los que confeccionamos libros; es decir, que tira a destruir a cuantos la hemos favorecido y la hemos elevado al pináculo de su actual prosperidad.13

Cuando los editores supieron que al frente de Calpe se encontraba José Gallach, cambiaron radicalmente de opinión para saludar a la nueva empresa con una cita laudatoria publicada en la misma revista dos meses más tarde: "No nos cabe duda de que han de contribuir a la elevación y engrandecimiento de nuestro comercio y al desarrollo y propaganda de nuestra cultura patria".

Nicolás Urgoiti diseñó una estructura con dos secciones generales: una editorial, con sede en Madrid y controlada por el Comité Directivo con el asesoramiento del director gerente, y otra técnica, comercial y administrativa, con oficinas en Barcelona bajo la dirección de José Gallach, en coordinación con los jefes de cada una de esas áreas: José Nicolás Urgoiti (hijo de Nicolás), Rosendo Gallach y Ricardo Díez Campañá (hijo y yerno de José Gallach, respectivamente). Aspecto fundamental fue la creación de la figura del director literario en la persona de José Ortega y Gasset, tomando ejemplo del editor Victoriano Prieto que había contratado a Gregorio Martínez Sierra para Renacimiento en el año 1911. El Comité Editorial contó además con un secretario, Lorenzo Luzuriaga, encargado también de elaborar las estadísticas sobre publicación y las nuevas producciones.

El Consejo de Administración pidió a José Gallach que preparara un plan de ediciones para la última decena de junio de 1918, y que enviara un ejemplar de cada una de las obras de su fondo con el fin de constituir la biblioteca editorial; es decir, que la base de la gran biblioteca de Calpe fueron los fondos de Gallach. Prácticamente desde la fundación, la idea era establecer depósitos en América, bien propios o en consorcio con otras editoriales. En julio de 1918, Ortega y Gasset fue invitado a impartir conferencias en las Universidades de La Plata y Buenos Aires, y propuso que le acompañara un editor capaz de publicitar los proyectos editoriales y de informarse sobre las obras de texto con los profesores de Argentina, Chile y Uruguay. El Consejo de Administración decidió que acometiera esa tarea el pedagogo Francisco José Barnés Salinas, cuya misión sería elaborar un amplio informe a partir del cual obtener conclusiones definitivas.

En el periodo de rodaje se pusieron a la venta las grandes obras de la Casa Gallach con un intenso programa publicitario entre agosto y diciembre en las revistas del grupo Prensa Gráfica (Nuevo Mundo, Mundo Gráfico y La Esfera). En esta última se reprodujeron anuncios a página de los principales títulos y series: El Abogado Popular de Pedro Huguet (6 tomos encuadernados en tela con 3 755 páginas), Agricultura y Zootecnia de Joaquín Ribera (5 tomos ilustrados), Manuales Gallach (106 volúmenes en agosto) y Biblioteca del Electricista Práctico, subtitulada Enciclopedia de Electricidad, dirigida por Ricardo Caro y Anchía (30 volúmenes en formato octavo). Para difundir los fondos de Gallach se abrió la sección de Publicidad, dirigida por José Cruz, que cobraba el 10 % de los ingresos de cada anuncio, y se propuso la confección de un periódico quincenal gratuito que formara parte del programa general de propaganda.

La primera idea fue establecer las oficinas y talleres en Barcelona, sin embargo en julio de 1919 Gallach recibió la orden de trasladarse a Madrid y envió una carta a Urgoiti el 18 de ese mes, presentando la editorial como: "Una empresa instituida con el fin de reunir discretamente todo lo que en buen grado de bondad, y sin distancia de doctrina, produce el pensamiento humano".

El documento, extraordinario para entender la función del editor en relación con el autor a principios de siglo, es el testimonio de un empresario que invertía su patrimonio y profesionalidad en un proyecto a medio y largo plazo. Para Gallach, la tarea del editor respondía a los siguientes criterios:"Operar sin presión moral que cohibiese y malograse las concepciones, asesoramiento sin cortapisas ni intromisiones de ninguna clase y utilización libre de los factores o elementos de valor literario o artístico que juzgue más idóneos, tanto de uno como de otro bando doctrinal".14

 

Gallach gerente de Calpe

La actitud de Gallach como gerente fue crítica desde el comienzo del proyecto, señalando los "defectos y errores" derivados de la duplicidad de funciones realizadas por él como gerente y por José Ortega y Gasset como director editorial. El Consejo de Administración le había concedido plenos poderes a Ortega para seleccionar obras y autores, y ello ataba las manos a Gallach, tanto que pidió a Urgoiti que retomara la idea inicial, advirtiendo de los problemas si el control seguía en manos de un editor y no de un comercial o industrial. Esta dicotomía entre el intelectual y el profesional del libro le hizo escribir lo siguiente en la carta citada:

Ya sé la descalificación que merece el editor al literato, y sin duda de esto debió nacer el plan de que el organismo intelectual de Calpe residiese en Madrid, partiendo de que la parte industrial y comercial debe estar supeditada y regularse por lo que dicte la dirección o asesoría literaria. ¡Craso error! Esto no ha ocurrido ni ocurre en ninguna casa editorial, no diré en España, pasando por Calleja, por Sopena y otros muchos, sino del mundo entero. La parte industrial y comercial, fin primordial de toda empresa, debe predominar sobre la literaria sin que esto quiera decir que a esta se la excluya.

Una de las primeras propuestas de Gallach en su función de gerente fue la edición de un periódico gratuito de carácter comercial, que continuara la labor de Mi Revista, órgano de difusión de la editorial Gallach hasta su adquisición por Calpe. Esta publicación, que se tituló Revista de Libros, inició una segunda etapa bajo el sello Calpe a partir de noviembre de 1919 con el objetivo de captar nuevos clientes.

En los tres primeros años de funcionamiento, Calpe compuso un catálogo de calidad con varias colecciones de relevancia: Universal, Viajes Clásicos y Contemporáneos y Grandes Obras. La necesidad de aumentar las ventas para conseguir beneficios llevó al equipo directivo a negociar con la familia Espasa la exclusiva de venta de la Enciclopedia Universal Ilustrada, y a la apertura de una delegación en Buenos Aires (Suipacha, 585) con Julián Urgoiti a la cabeza. Esta decisión fue un revulsivo para la industria papelera y editorial española, que contó a partir de entonces con una gran empresa para la distribución de fondos en un mercado dominado por los editores franceses (Franco–Americana, Garnier, Armand Collin, Hachette, Michaud, etcétera).

En 1922, tras tres años como gestor, el trabajo de Gallach fue cuestionado. Serapio Huici, directivo de La Papelera Española, accionista mayoritaria de Calpe, pretendió bajarle el sueldo y se sintió ofendido. El 17 de julio el conde de Aresti, presidente de La Papelera, le pidió a Urgoiti que resolviera la situación y buscara una salida airosa en atención a los servicios prestados.15 Gallach puso el cargo a disposición de Urgoiti y solicitó su traslado a la recién creada delegación en Barcelona para llevar los asuntos comerciales. Urgoiti le pidió que elaborara un informe con su visión personal de la situación y el análisis de la marcha de Calpe.16 El gerente supo desde el primer momento que redactaba una especie de "testamento profesional" con el que ponía punto y final a su actividad al frente de la editorial. Fue contundente en su juicio y analizó los aspectos intelectual, industrial y comercial, insistiendo de nuevo, como había hecho en 1919, en la necesidad de un cambio en la política editorial, basándose en los siguientes aspectos: modificación de las secciones literarias con incentivos económicos según la producción, eliminación de los editores del Comité Directivo, independencia de los talleres, publicación de grandes obras y de contenido general, creación de la sección de propaganda y reivindicación del papel del editor.

El editor es el tirano, porque investiga, busca el libro que le reclama el mercado; vigila lo que hace el competidor; se esfuerza en producir en condiciones económicas favorables, porque si así no lo hace ve con horror las cifras de las nóminas; se da cuenta de cómo se van llenando de libros los estantes y anaquelerías, se percata del valor negativo que se acumula enfrente del positivo que le reclama el accionista y teme que pueda llegar el caso de que se le atribuya el desastre en primer término, antes que al Comité Directivo y al Consejo de Administración.

La misión de los directores de colección, según Gallach, era proponer títulos y revisar originales y traducciones con absoluta responsabilidad, normas que ninguno cumplía por falta de intensidad de trabajo y actitud crítica. Por otra parte, consideraba imprescindible combinar la edición de obras prácticas con libros de gran formato, basándose en la idea de que la inversión en recursos humanos e infraestructura era la misma para ambos modelos. En cuanto a la publicidad, diseñó la sección modelo basada en cinco apartados: Técnico (planificación, redacción de documentos y publicidad en prensa), Propaganda directa (clientes), Propaganda a intermediarios (libreros, corresponsales, viajantes, etc.), Registro de resultados (estadísticas e informes) y Cooperación de Amigos del Libro (suscripciones). Su funcionamiento seguía las siguientes pautas: información general sobre el libro (precio, importancia de la edición, serie, etc.), plan ideal de propaganda, medios más apropiados para la máxima rentabilidad, redacción de documentos, estudio de la prensa más apropiada, dossier de prensa, control de correspondencia, registro y estadística de resultados. Para el aumento de producción propuso la creación de una nueva sociedad encargada de realizar los trabajos ajenos a la empresa y, por último, criticaba la política de ventas y apuntaba la idea de crear un departamento de propaganda que publicitase las obras, así como el puesto de un inspector general que supervisase la marcha de la empresa en todos sus cometidos. Estas observaciones no fueron un simple análisis de la situación sino un código para corregir la línea editorial y la retirada del "frente de batalla". Al tiempo que proponía su relevo, alegando motivos de salud, explicaba las tareas del gerente editorial, insistiendo en el papel negativo de los intelectuales como editores.

El demoledor informe de Gallach tuvo respuesta puntual. Nicolás Urgoiti no aceptó las críticas a los intelectuales, dirigidas fundamentalmente a Ortega y Gasset, con quien el gerente había discrepado desde la fundación de la editorial por entender que usurpaba parte de sus funciones. En consecuencia, el director de Calpe censuró su intromisión en los aspectos editoriales y le pidió que continuara colaborando pero sólo en aspectos técnicos.17

 

Gallach director de la Delegación de Barcelona

El 27 de abril de 1922 se anunció la expansión de Calpe hacia América y la creación de una delegación de la editorial en Barcelona con Gallach al frente. Su actividad, en principio con plena autonomía, consistió en comercializar los libros en Cataluña, Valencia, Aragón y Baleares. Con él trabajaron su hijo Rosendo y su yerno Ricardo Díez Campañá. Sin embargo la empresa no obtuvo los resultados esperados y en 1923 presentó pérdidas, debido sobre todo a las cargas por el alquiler de los locales que ocupaban. El Consejo de Administración de Calpe propuso el cierre de la sucursal, aunque finalmente se mantuvo abierta. Urgoiti viajó a Barcelona en enero de 1924 para pedir a Gallach mayor economía en los gastos. En carta enviada el 19 de febrero al Comité Directivo, Gallach propuso cambios en el contrato de explotación para conseguir mayor rentabilidad: autorización para dedicarse a la edición y apertura de una librería, mantener los mismos corresponsales de venta en Barcelona, cesión gratuita de una parte de los locales para atender cuestiones personales y renuncia al sueldo fijo anual de 20 000 pesetas en compensación a las peticiones (Figura 4).

Estos planteamientos aumentaron las discrepancias y los consejeros presionaron a Urgoiti para que tomara medidas drásticas. La desconfianza llegó al extremo de establecer controles sobre el patrimonio de la empresa. A partir de febrero de 1924 el intercambio de cartas fue constante y las órdenes desde Madrid tajantes: Gallach debía actuar como comisionista y abandonar dos de los tres locales de la editorial. Aún así ignoró las decisiones y Urgoiti tuvo que viajar de nuevo en el mes de marzo, acordando por fin que los gastos de la Delegación se descontaran de los ingresos por ventas. El problema de fondo no quedó resuelto porque las ventas descendieron todavía más. Urgoiti se vio obligado a organizar otros dos viajes en mayo y octubre de 1924 para gestionar personalmente los cambios. La delegación era un problema añadido al conjunto de la situación de Calpe y sólo cabía el cierre como solución.

 

CREACIÓN Y DESARROLLO DEL INSTITUTO GALLACH

A finales de 1924 José Gallach salió definitivamente de Calpe y decidió continuar con la actividad editorial. Creó entonces el Instituto Gallach de Librería y Ediciones, dedicado a la publicación de grandes obras ilustradas sobre historia, arte, geografía e historia natural. Sus colaboradores directos fueron su hijo Rosendo Gallach y su yerno Ricardo Díez Campañá, con quienes participó activamente en la Cámara Oficial del Libro, donde Rosendo ocupó el cargo de vocal del consejo directivo. Cuatro años después, en 1928, ya habían editado varios títulos de gran difusión, entre ellos Historia Natural (4 tomos), Razas Humanas (2 tomos) y Geografía Universal (4 tomos), colecciones por las que la editorial fue premiada con Medalla de Oro en la Exposición Universal de Barcelona de 1929.

José Gallach Torras falleció el 14 de noviembre de 1928, pero el negocio continuó en manos de su hijo y de su yerno. La noticia de su muerte apareció en una breve nota de La Vanguardia el 30 de ese mes, con una apostilla que lo destacaba por las relaciones familiares y no por su prestigio como editor: "emparentado con la distinguida familia Campañá de esta localidad".

La actividad del Instituto Gallach continuó después de la guerra civil con la edición de obras profusamente ilustradas y en gran formato que fueron publicándose durante los años cuarenta. La mayoría de ellos alcanzaron gran popularidad: Historia de España, Gran Historia General de los Pueblos Hispanos, Mil Figuras de la Historia o Mil Lecciones de la Historia. Estas obras contaban con varios tomos y se comercializaban mediante venta a plazos y por suscripción.

Gallach fue comprada en 1979 por la editorial Océano, empresa que no dejó de utilizar el sello para la comercialización del fondo. En el catálogo impreso de 2004 figuraban todavía las siguientes obras: Historia Universal, Historia del Arte, Historia Natural y Razas Humanas, y en el catálogo en línea de 2012 se ofertaban los apéndices de la Enciclopedia Universal Gallach de 2005 y 2008, con el siguiente texto:

Complemento imprescindible para mantener actualizada la más amplia biblioteca universal. Los dos volúmenes, con 400 páginas y un Cd–Rom, incluyen las biografías actualizadas de los más importantes personajes de la actualidad política, científica, literaria y artística, así como el obituario de las personalidades desaparecidas entre 2005 y 2007. Cuenta también con la sección Las Mejores Fotos, con las imágenes más espectaculares de los últimos años.

 

EL CATÁLOGO DEL INSTITUTO

Las obras de la editorial Gallach se caracterizaron por su contenido especializado, la profusión de ilustraciones y la evidente intención divulgativa. El primer libro del que se tiene referencia, con dos ejemplares conservados en la Bibliotecas Nacionales de Madrid y Cataluña, es Literatura militar española, del capitán Francisco Barado (post scriptum de Luis Vidart), editado en Barcelona con el pie "Casa Editorial Gallach" en el año 1890 (740 pp., 16 lám.). No hay constancia en los fondos investigados de más libros fechados entre ese año y 1900, por lo que suponemos que en aquella década fue adquirido el fondo de Manuel Soler y se comenzaron a editar las obras de gran formato, entre ellas El Abogado Popular de Pedro Huguet (6 tomos), Agricultura y Zootecnia de Joaquín Ribera (5 tomos), La vida de los animales de A. E. Brehm (6 tomos), y Museo Militar, también de Francisco Barado. La vida de los animales, traducida por Carlos Fernández Castroverde, se dividió en seis partes: Mamíferos (I y II), Aves (III y IV), Reptiles, Anfibios y Peces (V) e Invertebrados (VI), con profusión de ilustraciones (1650 en blanco y negro más litografías en color), y se vendió en fascículos encuadernables en piel editorial. Museo Militar fue considerado el libro más importante sobre milicia, y en la Exposición Universal de Barcelona de 1888 obtuvo una Medalla de Oro. Calpe estructuraría después el contenido de esta obra en tres tomos, en el año 1923.

En el catálogo de 1916 se ofertaban, entre otros títulos, los siguientes: Diccionario de las Familias (Enciclopedia del Hogar en fascículos), Contabilidad General y Contabilidad Comercial de J. Prats Aymerich, La Ciencia del Arte de Víctor Masriera (5 volúmenes), La letra de cambio de Pedro Huguet, Cuerpo de Derecho Civil Romano de Kriegel, Hermann y Osenbruggen, La Cristiada de Fray Diego de Hojeda y La Divina Comedia de Dante. También se reeditaron ensayos de relevancia del fondo Soler, como El problema de la ignorancia del derecho y sus relaciones con el status individual, el referéndum y la costumbre, de Joaquín Costa (1913). De esta obra se conserva un ejemplar en la Biblioteca del Ateneo de Barcelona. Entre las colecciones fueron de relevancia la Biblioteca de Episodios Americanos y la popular Biblioteca del Electricista Práctico, denominada también Enciclopedia de Electricidad, que dirigió Ricardo Caro y Anchía, sobre la que leemos en el catálogo de Calpe de 1923:

La más moderna, más concisa, más clara, más completa, más económica, más manuable y más primorosamente ilustrada de cuantas se han publicado hasta hoy. Obras sumamente prácticas y originales, redactadas por autores especialistas, bajo la dirección de Ricardo Caro y Anchía, licenciado en Ciencias Fisico–Matemáticas, oficial de Telégrafos y profesor de Electrotecnia y Telegrafía en la Escuela Industrial de Tarrasa.

En cuanto a las series y obras de formato menor, destacaron Literatura militar española de Francisco Barado, Lecciones de árabe marroquí de Pelayo Vizuete, Prontuario de esperanto e Índice legislativo español, ambas de José Garzón Ruiz, Diccionario de voces cubanas de Constantino Suárez, Derecho consuetudinario y economía popular en España (autores varios), Historia de España y de las Repúblicas Hispanoamericanas de Alfredo Opisso y Viñas (25 tomos ilustrados con mapas y láminas), Guía ilustrada de las carreras y de la enseñanza en España (autores varios), Biblioteca Gallach de Novelas, Biblioteca de Episodios Americanos, y la emblemática colección Manuales Gallach que sería explotada por Espasa–Calpe hasta los años cincuenta y que en 1916 sumaba 100 títulos. Una de las obras de mayor éxito fue la Enciclopedia Moderna Catalana de Josep Fiter, editada en 1913 y compuesta por cinco volúmenes con más de diez mil entradas biográficas, geográficas e históricas para la que Gallach escribió el prólogo titulado Quatre paraules del editor.

 

Manuales Gallach

La colección tuvo su origen en los Manuales Soler procedentes de la editorial Manuel Soler, a la que Gallach, como ya hemos apuntado, compró el fondo (Figura 5). Estos libros fueron muy populares en el primer tercio del siglo por su variado contenido (ciencia, historia, técnica, artes y oficios, etc.), su formato en octavo y su encuadernación en tela verde estampada en negro. Los dos primeros números, probablemente impresos en 1903, fueron Química General del doctor Luanco e Historia Natural de Odón de Buen, y en mayo de 1914 Jacinto Octavio Picón dedicó a la colección estas palabras en Mi Revista: "Considero de grandiosísima utilidad los Manuales Soler, que por la inteligencia con que están dirigidos me parecen poderoso elemento de cultura, y en una palabra que forman una publicación que ha de ser mirada con profunda simpatía por cuantos amen a España".

En 1916 se publicó el número 100 (Manual del pintor decorador por José Cuchy) y para la venta a plazos del conjunto se diseñó un mueble modernista. En agosto de 1918, momento en que Calpe comenzó su actividad, salió el número 106, y a partir de entonces la media anual fue de 5 títulos. Su demanda fue constante y durante meses, hasta que se crearon las nuevas colecciones, fue uno de los pilares económicos de la editorial. Las tiradas medias oscilaron entre los 3000 y 4000 ejemplares, con constantes reimpresiones. Después de la fusión entre Calpe y Espasa en el año 1925 se decidió limitar la colección a 130 títulos, sustituyendo los de escasa venta por otros nuevos con el mismo número, lo que ocasionó confusión entre los clientes.

 

Catálogos generales y especializados: el documentario gráfico

La producción de Gallach a través del Instituto creado en 1924 fue extraordinaria en cantidad y calidad, presentada en los catálogos generales y especializados que se publicaron hacia 1930 (Figura 6). Eran exquisitos en cuanto a su presentación, con formato 11.5 x 14 cm, 16 páginas profusamente ilustradas e impresas en huecograbado, y con cubiertas litográficas en color diseñadas por Tusell. El trabajo del Instituto en los primeros cinco años de su existencia había sido premiado con Medalla de Oro en la Exposición Internacional celebrada en Barcelona en 1929. Por entonces se habían editado tres grandes obras: Razas Humanas (2 tomos, 1924), Historia Natural (4 tomos, 1925) y Geografía Universal (5 tomos, 1928), y se encontraba en proyecto Historia Universal (6 tomos, 1931). Estas cuatro obras compusieron el catálogo general titulado Producciones Selectas, creado para presentar la serie.

Las características fundamentales de estas obras fueron el formato mayor que folio, su elegante encuadernación editorial con las tapas estampadas en oro y la gran cantidad de ilustraciones. Entre las cuatro citadas sumaron 17 volúmenes, 9 060 páginas, 18 500 grabados directos en blanco y negro, y 1 480 láminas impresas en huecograbado con tono sepia.

En algunos de los catálogos diseñados para la promoción de cada título se incluyeron textos de presentación en los que se empleó el término "producción documental" para referirse a la ingente cantidad de ilustración (catálogo de Historia de España, 1942), y de manera más específica el de "documentario gráfico", archivo o fondo documental de imágenes creado como base para ilustrar cada obra. Este banco de imágenes de la editorial fue origen de los dos tomos titulados Mil figuras de la historia, de cuyo texto se encargó el catedrático Jaime Vicens Vives. A la conformación del corpus y al uso de los originales se hace referencia en el catálogo de 1944:

El archivo se nutrió con el resultado de búsquedas constantes, llevadas con frecuencia a extremos de verdadero afán de captura. Pronto, entre otros temas, destacó la importancia de la iconografía humana. Los retratos se reunieron a millares… y así nació la idea, ante el polifacético valor de lo reunido, de lanzarse a la magna realización de la nueva obra.

La producción de obras ilustradas generó gran cantidad de material gráfico y en consecuencia un importante archivo compuesto por originales procedentes de diversas instituciones y fototecas públicas y privadas. No se dispone de información sobre dicho fondo y debemos presuponer que pasó a la editorial Océano cuando esta empresa compró Gallach en la década de los años setenta del siglo pasado.

 

PUBLICACIONES DE GALLACH EN LA BIBLIOTECA NACIONAL DE ESPAÑA, BIBLIOTECA NACIONAL DE CATALUNYA Y ATENEOS DE MADRID Y BARCELONA

Con el objeto de recuperar el catálogo de la editorial Gallach se llevó a cabo una investigación en cuatro bibliotecas, dos de ellas de especial relevancia: la Nacional de España y la Nacional de Cataluña, donde se encuentra el mayor número de obras dadas las características y funciones de estas instituciones y por ser Barcelona el lugar de edición de Gallach. Se añaden además las bibliotecas de los Ateneos de Madrid y Barcelona, por ser ambos centros representantes de la cultura en el periodo de mayor actividad de la editorial. Se han localizado 236 títulos, de los que el 44.45 % son de la colección Manuales Gallach (Tabla 2). Los ejemplares se reparten casi por igual en la Biblioteca Nacional de España (105) y en la de Cataluña (114), mientras que en los Ateneos tan sólo se conservan 24 títulos (16 en Madrid y 8 en Barcelona).

De estos ejemplares se repiten 64, por lo que finalmente resultan 179 títulos. En las bibliotecas nacionales se repiten 43; del Ateneo de Madrid con respeto a las bibliotecas nacionales se repiten 13 de 16, y del Ateneo de Barcelona 7 sobre 8. En determinados casos, aunque el título es el mismo la edición es diferente: Las razas humanas, con edición de 1928 (BNC) y de 1958 (BNE) o Mil figuras de la historia, edición de 1944 (BNC) y de 1958 (BNE). Se constata también que cambian los títulos en algunos números de la colección Manuales Gallach. Son ejemplo Artificios de fuegos de guerra (BNE) y El gramófono moderno (BNC) con el número 32, Los centros de contratación (AB) y Operaciones de bolsa (BNE), con el 48, Iniciación del empleado de Banca (BNE) y Los remedios vegetales con el 69, o Estudios de estética (BNC) y Manual del cajista de imprenta (BNE) con el 104. Se indican a continuación los títulos, autores y fechas de edición en las bibliotecas de los cuatro centros.

 

Libros Gallach en la Biblioteca Nacional de España

El catálogo de la Biblioteca Nacional de España cuenta con 105 títulos de la editorial Gallach, que aparecen referenciados de cuatro formas diferentes (Tabla 3, Tabla 4, Tabla 5, Tabla 6): a) Gallach (21 títulos), b) José Gallach (7 títulos), c) Instituto Gallach (30 títulos) y d) Manuales Gallach (47).

a) Gallach

b) José Gallach

c) Instituto Gallach

d) Manuales Gallach (Figura 7)

 

Libros de Gallach en la Biblioteca Nacional de Cataluña

En la Biblioteca de Catalunya los pies de imprenta coinciden con la Biblioteca Nacional de España, y suman 114 títulos referenciados también en cuatro apartados (Tabla 7, Tabla 8, Tabla 9, Tabla 10): a) Gallach (14 títulos); b) José Gallach (15 títulos); Instituto Gallach (31); d) Manuales Gallach (54).

a) Gallach

b) José Gallach

c) Instituto Gallach

d) Manuales Gallach

 

Libros de Gallach en la biblioteca del Ateneo de Madrid

En la biblioteca del Ateneo de Madrid se conservan 16 títulos, 11 con el pie de imprenta Instituto Gallach y 5 de la colección Manuales Gallach (Tabla 11 y Tabla 12).

a) Instituto Gallach

b) Manuales Gallach

 

Libros de Gallach en la biblioteca del Ateneo de Barcelona

En la Biblioteca del Ateneo se encuentran 8 títulos, de los que sólo uno se imprimió con el sello José Gallach, 5 se realizaron en la etapa del Instituto y se guardan dos ejemplares de la colección de Manuales (Tabla 13, Tabla 14 y Tabla 15). Del total se repiten cinco: tres en la Biblioteca Nacional de Cataluña y dos en la Biblioteca Nacional de España.

a) José Gallach

b) Instituto Gallach

c) Manuales Gallach

 

CONCLUSIONES

Tras la investigación realizada, una primera conclusión plantea la necesidad de recuperar y conservar la documentación editorial, entendiendo por tal todos los documentos relacionados con las empresas, tanto los de carácter interno como los generados para la difusión de los productos editoriales, en especial los catálogos.

Como resultado del trabajo se concluye que la editorial Gallach es heredera de Soler, uno de los negocios de estructura familiar que compusieron el tejido de la burguesía catalana, y que más tarde serían base de las primeras sociedades anónimas comerciales, cuya actividad se enmarca en un momento de esplendor y desarrollo de la edición. La editorial fue base para la creación de la prestigiosa Compañía Anónima de Librería, Publicaciones y Ediciones (Calpe), fundada por Nicolás Urgoiti, de la que José Gallach fue gerente y director de la Delegación de Barcelona durante seis años, entre 1918 y 1924, antes de poner en marcha el Instituto de su nombre.

José Gallach Torras fue el prototipo de "editor completo", responsable del libro desde su contratación hasta su comercialización, incluido el proceso de las artes gráficas: composición, impresión y encuadernación. Se constata asimismo que formó parte de las entidades oficiales creadas para coordinar proyectos y defender intereses de los editores, especialmente del Instituto Catalán de las Artes del Libro y del Centro de la Propiedad Intelectual.

El Instituto Gallach fue modelo de producción de obras ilustradas desde su fundación en 1924 hasta la Guerra Civil, y en una segunda etapa hasta su adquisición por la editorial Océano en 1979. El modelo de libros editados contribuyó a difundir la cultura desde la imagen por sus especiales características: gran formato y profusión de fotografías.

De la investigación realizada en las cuatro bibliotecas seleccionadas para la reconstrucción del catálogo Gallach han resultado 179 títulos, si bien la colección de Manuales no se encuentra completa ni en la Biblioteca Nacional de España ni en la de Cataluña. El libro más antiguo localizado es de 1890 y se titula Literatura militar española, del capitán Francisco Barado, lo que nos ha permitido establecer ese año como referencia de la creación del sello.

 

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NOTAS

1 Véase Hipólito Escolar, "El libro y la lectura en el siglo XX", en La edición moderna. Siglos xix y xx, Madrid: Pirámide, 1996; Jesús A. Martínez Martín (dir.), Historia de la edición en España (1836–1936), Madrid: Marcial Pons, 2001; Xavier Moret, Tiempo de editores. Historia de la edición en España, 1939–1975, Barcelona: Destino, 2002; Sergio Vila–Sanjuán, Pasando página, Barcelona: Destino, 2003; Juan Miguel Sánchez Vigil, La edición en España, Gijón: Trea, 2009.

2 Véase Juan Antonio Yeves, La España Moderna, Madrid: Libris, 2002.

3 Véase María José Blas Ruiz, Aguilar. Historia de una editorial y de sus colecciones literarias en papel biblia (1923–1986), colab. de José Luis Sánchez de Vivar Villalba, pról. de Luis Alberto de Cuenca, Madrid: Librería del Prado, 2012.

4 Julio Berrio, Anastasio Martínez Navarro, Carmen Colmenar y Miryam Carreño, La editorial Calleja, un agente de modernización educativa en la restauración, Madrid: Uned, 2002

5 Véase J. M. Sánchez Vigil, Calpe, paradigma editorial, Gijón: Trea..

6 Manuel Llanas y Antonio Lozano, Seix Barral. Nuestra historia, Barcelona: Seix Barral, 2011

7 omado del texto de presentación de la colección en el libro de Carlos Banús y Comas, Unidades, Manuales Soler núm. XXI, Barcelona, s. f., p. 4.

8 Nuria Fernández Rius, Pau Audouard, fotògraf retratista de Barcelona De la reputació a l'oblit (1856–1918), p. 413.

9 Los Estatutos del Centro de la Propiedad Intelectual de Barcelona fueron aprobados el 6 de junio de 1900 con 17 artículos. Los objetivos fueron "defender los intereses generales de las industrias representadas en la Asociación y procurar su mejoramiento y desarrollo; constituir ante los poderes públicos una representación legal autorizada para defender y velar por los intereses de los asociados en todo lo concerniente al articulado y reglamento de la Ley de Propiedad Intelectual de 1879 y 1880". El documento original se conserva en el Arxiu Nacional de Catalunya y está firmado por Francisco Simón y Font, fundador de la editorial Montaner y Simón. Arxiu Nacional de Catalunya, ANC1–261–T–123.

10 Véase Philippe Castellano, "América: ¿arcadia para editores españoles?", en Naveg@mérica. Revista electrónica de la Asociación Española de Americanistas, núm. 5, 2010. Disponible en http://revistas.um.es/navegamérica

11 Crónica de la Primera Asamblea de Libreros y Editores, Barcelona, 1909, p. 99.

12 Poder de Nicolás María Urgoiti a José Gallach, Archivo Histórico de Protocolos, 11 de noviembre de 1918. El Consejo de Administración le fijó un sueldo de 30.000 pesetas anuales más los beneficios de participación en la empresa.

13 Bibliografía Española, núm. 8, 16 de abril de 1918, p. 17.

14 Archivo Regional de la Comunidad de Madrid (ARCM), Archivo Urgoiti C 53.3/13.

15 Archivo Regional de la Comunidad de Madrid (ARCM), Archivo Urgoiti C 35. 2/97.

16 Informe Gallach realizado a petición de Urgoiti. ARCM, Archivo Urgoiti C 53.3/11

17 Observaciones sugeridas por la lectura del informe que a mis instancias ha presentado el señor Gallach, director gerente de Calpe (sin fecha). ARCM, Archivo Urgoiti, C 53.3/12.

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