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Sociológica (México)

On-line version ISSN 2007-8358Print version ISSN 0187-0173

Sociológica (Méx.) vol.26 n.74 Ciudad de México Sep./Dec. 2011

 

Artículos

 

De cómo la globalización dio forma a la sociología mexicana1

 

On How Globalization Shaped Mexican Sociology

 

Dimitri della Faille2

 

2 Profesor–investigador del Departamento de Ciencias Sociales de la Université du Quebec en Outaouais (Canadá). Correo electrónico: dimitri.dellafaille@uqo.ca

 

Fecha de recepción: 16/08/2010
Fecha de aceptación: 15/10/2011

 

RESUMEN

Este trabajo intenta mostrar cómo la sociología mexicana contemporánea ha reproducido de manera institucional las características de la creciente fragmentación observada en la sociedad, producto de los procesos de globalización. Basamos nuestro análisis en un corpus de aproximadamente dos mil artículos publicados en las principales revistas sociológicas de México. Aquí se muestra cómo la sociología cada vez está más diversificada y polarizada. Ilustramos cómo la introducción de la globalización en la sociología está correlacionada con un viraje parcial desde el estudio de los perpetradores de los problemas sociales al de las víctimas. También demostramos cómo la globalización ha ocasionado que los sociólogos dejen de lado las discusiones más normativas acerca de cómo cambia la sociedad.

Palabras clave: análisis del discurso, problemas sociales, globalización, epistemología, sociología de la sociología, discursos expertos.

 

ABSTRACT

This article attempts to show how contemporary Mexican sociology has institutionally reproduced the characteristics of the growing fragmentation observable in society, a product of globalization. The author bases his analysis on approximately 2,000 articles published in Mexico's main sociological journals. He shows how sociology is increasingly diversified and polarized. He illustrates how the introduction of globalization in sociology correlates with a partial change in direction, from the study of the perpetrators of social problems to that of the victims. He also shows how globalization has made sociologists leave to one side the more normative discussions about how society changes.

Key words: discourse analysis, social problems, globalization, epistemology, sociology of sociology, expert discourses.

 

Es casi un lugar común decir que la mayoría de los trabajos sobre las ciencias sociales contemporáneas comienzan señalando los efectos de la globalización sobre su objeto de estudio. Esto es hasta tal punto cierto que el término globalización en algunas ocasiones ha caído en desuso para determinados analistas. Los autores de los documentos que mencionan la globalización dirían que tales señalamientos pretenden cimentar su trabajo en intereses contemporáneos y, en consecuencia, legitimarlo. Por otro lado, los críticos podrían decir que dichos señalamientos son más frecuentes que cosméticos o que cumplen con una función ritual. Para estos posibles críticos parecería que las ciencias sociales hubieran sido golpeadas por una conformidad institucional generalizada. Este artículo no contradice la idea común mencionada. Comienza con lo que, a primera vista, parece una perogrullada. Planteamos que la globalización ha tenido un efecto enorme sobre nuestro objeto de estudio, es decir, las propias ciencias sociales y, en el caso de este artículo, la sociología mexicana contemporánea. Más que señalar lo ya obvio acerca de la globalización, este trabajo reivindica el hecho de que el estudio empírico de la sociología mexicana revela varios, por lo demás no demasiado investigados, aspectos de la relación entre ciencias sociales y globalización. También demuestra que debido a que la sociología mexicana contemporánea investiga, critica y comenta los efectos del capitalismo global y de las políticas neoliberales en la sociedad mexicana reprodujo institucionalmente, hasta cierto punto, las características de la creciente fragmentación observada en la sociedad a la que caracterizó como globalización. Nuestra investigación mostró que este efecto dista mucho de ser superficial.

Generalmente, la globalización es descrita como un proceso contemporáneo de cambio social. Es decir, se entiende como una serie de fenómenos que actualmente transforman las relaciones sociales y las instituciones. Existe evidencia empírica con respecto a que las dinámicas sociales locales, nacionales, regionales y globales están cada vez más conectadas en niveles nunca observados anteriormente (Held y McGrew, 1999). Este cambio social se da en un contexto de varias transformaciones en las relaciones de poder que tienen un efecto en nuestra percepción del espacio y del tiempo y en nuestra conciencia de los procesos globales (Featherstone, 1990; Giddens, 1999). En estas circunstancias, no sorprende que muchos sociólogos hayan comentado la transformación de nuestra disciplina.

Por un lado, se dice que el objeto de la sociología está cada vez más consciente de las interconexiones entre las mencionadas dinámicas locales, nacionales, regionales y globales (Martin y Beittel, 1998; Sklair, 1999). La investigación llevada a cabo por sociólogos que estudian estas conexiones contribuyó a la globalización del objeto de la sociología. Por el otro, los sociólogos crearon redes de colaboración globales (Smelser, 2003). Desde luego, dichas redes beneficiaron predominantemente a nuestros colegas de la comunidad angloparlante (Keim, 2008), pero es justo decir que los sociólogos, más allá de su lengua o de su país de origen, interactúan cada vez más en el nivel global. La globalización de la sociología describe esta doble transformación tanto del objeto como del alcance de la disciplina (Della Faille y McLaughlin, 2008). Sorprendentemente, se ha realizado muy poco trabajo de investigación acerca de los efectos de las transformaciones inducidas por la globalización en la manera en que la sociología piensa la sociedad y en la producción discursiva de nuestra disciplina. Proponemos que, más allá de la globalización del objeto y del alcance de la sociología, un programa en la sociología del conocimiento sociológico debe evaluar las consecuencias epistemológicas no deliberadas de las transformaciones sociales contemporáneas. Como lo sugerimos en nuestra investigación, la sociología mexicana reaccionó a la globalización de la sociedad mexicana contemporánea hasta un punto mucho más importante que lo hecho por las dimensiones de la globalización de la disciplina que acabamos de describir.

La investigación que se presenta aquí comenzó como un trabajo exploratorio acerca de la fluctuación y continuidad en los discursos sobre los problemas sociales en la sociología mexicana durante un periodo de más de veinte años. Nuestro interés inicial era investigar de qué manera los discursos de los expertos "problematizaban" a la sociedad mexicana, y hacerlo durante un periodo más o menos largo de tiempo que nos permitiera esbozar las tendencias generales. Exploramos de manera sistemática un corpus de artículos publicados entre 1987 y 2006 en tres de las principales revistas sociológicas mexicanas.

Como se pone de manifiesto, el análisis de las representaciones de los problemas sociales reveló inesperadamente cómo durante los veinte años que pasaron la globalización configuró a la sociología mexicana. El lector deberá comprender que el principal objetivo de este artículo es divulgar los resultados de un estudio empírico. En consecuencia, no tendrá la sofisticación teórica que se espera de una reflexión epistemológica adecuada sobre la globalización, el conocimiento y la sociología. Para quienes buscan una exposición más sofisticada, sugerimos consultar el artículo de Jean–Michel Berthelot (1998) acerca de los desafíos venideros de la sociología, así como las observaciones de Michael Burawoy respecto de la transformación de la sociología globalizada en la actualidad (Burawog, 2010), las reflexiones de Jens Bartelson (2000) sobre la materialidad de la globalización en la sociología contemporánea, o incluso los señalamientos de Ulrich Beck acerca del nacionalismo metodológico (Beck, 2004, 2005). Para aquellos interesados en discusiones más filosóficas (y posmodernas), se pueden revisar los debates acerca de la superación de las categorías y esquemas estadounidenses y europeos en una ciencia social globalizada, de la cual Raewyn Connell (2007a; 2007b), Syed Farid Alatas (2006) o Boaventura de Sousa Santos (2006; 2007) son tres meros ejemplos.

El artículo se divide en seis partes. En primer lugar, justificamos nuestro trabajo y presentamos los aspectos más técnicos de nuestra metodología. En un segundo momento, bosquejamos los tres principales temas en orden de importancia para los sociólogos mexicanos. Luego mostramos cómo la sociología mexicana está cada vez más polarizada y diversificada. Cuarto, demostramos que, como consecuencia de la introducción del concepto de globalización, la sociología mexicana ha cambiado su interés del estudio de los perpetradores al estudio de las víctimas. En quinto lugar, mostramos cómo la introducción de las ideas de complejidad que llevaba consigo la globalización tuvo consecuencias epistemológicas y éticas sobre lo que pensaban los sociólogos que debía hacerse. Finalmente, resumimos gustosamente nuestros hallazgos y presentamos las conclusiones a que llegamos en nuestra investigación.

 

CONSIDERACIONES METODOLÓGICAS GENERALES

En resumen, los principales motivos para investigar la sociología durante los últimos veinte años pueden explicarse de la siguiente manera: hacia finales de la década de 1980, los diversos debates que enfrentaban a los teóricos de la dependencia con los teóricos de la modernización habían perdido intensidad en México (Davis, 1992). La era que comenzaba a finales de la mencionada década fue testigo de la reorganización de la literatura sobre los problemas en las zonas en desarrollo. En este caso, México no constituye la excepción. Más allá de los debates acerca de los fracasos del desarrollo económico y social, México experimentó un creciente pluralismo teórico durante ese periodo (Sefchovich, 1989). No sólo se utilizaron nuevos conceptos y fuentes teóricas sino que, además, la sociología mexicana se volvió más diversa en los temas que investigaba. Algunos autores describieron dicho pluralismo como un periodo de crisis (Kozlarek, 2006). Lo criticaron con el argumento de que la sociología abandonó los marcos teóricos globales en manos de teorías y objetos de menor escala. Más allá de haberse visto como un campo en un proceso de diversificación o en crisis, la sociología mexicana fortaleció su posición como líder en las ciencias sociales, consolidando a las instituciones existentes y desarrollando nuevas (Brachet–Márquez, 1997; Girola y Olvera, 1994; Reyna, 2007).

El crecimiento de las instituciones sociológicas es particularmente evidente por la creación de nuevas revistas especializadas y de centros de investigación. Esta institucionalización y transformación de la sociología se desarrollaba mientras una serie de reformas en las políticas científicas se aplicaban en un segundo plano (Abend, 2007), las cuales formaron parte de la configuración de la investigación sociológica y, en última instancia, influyeron para cambiar la programación de los problemas sociales en los que se enfocaba. En este contexto, se esperaba que el corpus sistemático basado en el estudio de la fluctuación y la continuidad en los discursos sobre los problemas sociales de México en la sociología mexicana revelara dinámicas particularmente interesantes.

Para elaborar nuestro corpus, seleccionamos tres de las principales revistas sociológicas de México: Estudios Sociológicos,3 Revista Mexicana de Sociología 4y Sociológica5 por la importancia que tienen en la vida de la comunidad sociológica.6 También fueron elegidas porque representan a las corrientes dominantes, así como a los enfoques teóricos y metodológicos innovadores. La excelencia académica de estas publicaciones es ampliamente reconocida.7 Debido a restricciones técnicas y temporales decidimos analizar las introducciones de cada documento de investigación y debate publicado entre 1987 y 2006. La mayoría de los artículos son producto de dictámenes realizados por pares académicos. Generalmente, estas introducciones abarcan dos o tres páginas y contienen la argumentación acerca de los puntos clave que presentarán los artículos.

Decidimos adoptar un orden de arriba hacia abajo al elegir artículos relevantes a posteriori, de acuerdo con su realidad empírica. Esto es, no quisimos trabajar con un conjunto de artículos preseleccionados, basándonos en fragmentos elegidos que pudieran sustentar las intuiciones preexistentes. Más bien, se llevó a cabo el consiguiente filtrado de artículos de manera iterativa vía la identificación de marcadores léxicos que fueran relevantes para los diversos aspectos de nuestra investigación. Esto nos permitió permanecer abiertos a los descubrimientos y nos impidió canalizar nuestros hallazgos para que se correspondieran con los resultados anticipados. Debemos insistir en que, debido a que el proyecto inició como un trabajo exploratorio, el corpus no es el resultado de ninguna selección ni filtrado previo de los artículos. Todos los datos presentados aquí surgieron del análisis del conjunto global de producciones publicadas por los sociólogos mexicanos en estas tres revistas científicas de punta.8

Con prácticamente dos mil artículos de investigación y debate, cerca de tres mil páginas o un millón de palabras, este corpus es relativamente amplio. Para analizar y manejar tal cantidad de información recurrimos a la asistencia de un software informático especializado en el tratamiento de textos largos,9 mismo que únicamente intervino en el proceso de investigación; no fue programado para generar interpretaciones ni equipado con conocimiento socioléxico. Con este enfoque tratamos de evitar cualquier aseveración o conclusión que pudiera derivarse de una serie de cálculos producidos por algoritmos complejos no entendidos de manera íntegra. No es necesario decir que de todos modos realizamos un análisis muy cuidadoso y convencional de los artículos para lograr que el fenómeno –que de otro modo se habría identificado por nuestro análisis combinado de lo cualitativo y lo cuantitativo surgido de la asistencia informática– tuviera sentido.

Además, debido al hecho de que decidimos trabajar sólo con el colectivo de los artículos para esbozar la dinámica de amplio espectro, esta investigación que presentamos aquí no intentó caracterizar cada revista en sí misma, medir variaciones bibliométricas, examinar cambios en las afiliaciones institucionales, ni siquiera tipificar los rasgos socioeconómicos tales como clase social, origen étnico, edad o género. Seguramente, de haber centrado el interés de la presente investigación en cualquiera de estas dimensiones se habrían revelado resultados fascinantes. Este trabajo es una de las tantas maneras posibles de llevar a cabo un estudio empírico de la literatura sociológica. Su alcance no debe interpretarse demasiado, ya que se enfoca en un análisis léxico únicamente, debido a las limitaciones de tecnología, tiempo y recursos.

 

TRES ÁMBITOS INTERCONECTADOS DE LOS PROBLEMAS SOCIALES

Como se señaló anteriormente, esta investigación inició como un proyecto preliminar sobre problemas sociales. Una vez que se constituyó el corpus sobre el que trabajamos, los artículos que no pertenecían a las discusiones acerca de México se filtraron utilizando indicadores léxicos pertinentes para las poblaciones, gente, lugares e instituciones. A partir de entonces, el "subcorpus mexicano" se analizó desde diversos ángulos.10 Esta exploración inicial esbozó la omnipresencia sorprendente de los problemas sociales. Los principales temas, tal y como están presentes en la sociología mexicana entre 1987 y 2006, se consideran todos desde la perspectiva de los problemas.11 También es patente que se pudiera haber dicho que la sociología de México durante el periodo es, de hecho y principalmente, la sociología de los problemas de México.

A partir de una combinación del número de ocurrencias y su distribución en el tiempo se identificaron tres temas principales. En orden decreciente de importancia estos temas son: el sistema electoral y la disputa política; la democracia sindical y el capitalismo industrial; y la pequeña economía agrícola y la economía competitiva global. Todos los temas esbozan los problemas sociales. Aquí sólo se presenta un puñado de las muchas palabras asociadas con estos temas: alarmante, angustia, anormalidad, conflictos, crisis, dificultad, discriminación, disparidad, incertidumbre, limitación, malestar, peligro y, por supuesto, problema.12

El estudio del funcionamiento del sistema electoral y de la legitimidad del gobierno es el tema más importante y recurrente de la sociología mexicana. Debido a que ocupa un lugar central no es de sorprender que los principales problemas de México, según como los propios autores del corpus los identifican, están relacionados con la política. No se exenta la mención a los muchos niveles y regiones de la República, pero el gobierno federal y sus cuerpos Ejecutivo y Legislativo obtienen casi toda la atención. El futuro de la democracia en México al parecer está lleno de incertidumbre. Para los sociólogos parece haber sólo una certeza: el sistema es defectuoso. El interés que tienen en los sistemas electoral y democrático es evidentemente normativo. De hecho, constantemente reclaman cambios en lo que se muestra como una democracia amañada. La corrupción no es solamente un hecho sociológico de interés sino una plataforma a partir de la cual pueden expresar su insatisfacción con el estado de las cosas.

El segundo tema en importancia es el estudio de la vida de los sindicatos y la asociación del sindicalismo con el capitalismo industrial. No del todo separado de las cuestiones de corrupción y de legitimidad política a las que hicimos alusión previamente, este tema tiene, sin embargo, una perspectiva distintiva. Los sociólogos visualizan el crecimiento de los sindicatos independientes como una salida a los muchos abusos cometidos por la economía del capitalismo industrial mexicano, ya que se separarían de los principales partidos políticos pero también de las élites capitalistas. Estos dos temas fundamentales en orden de importancia pueden llevar a la conclusión de que las principales orientaciones de la sociología mexicana son la de la economía tradicional y la de la sociología política interesada en un estudio más bien convencional ligado a las clases medias urbanas, tal y como aparecen en los conflictos de poder en el gobierno o en el capitalismo industrial. No obstante, el interés puesto por los sociólogos en el mundo rural corrige, en cierta medida, esta impresión inicial.

Continuando con el orden de importancia, el tercer tema es el estudio de los cambios en la agricultura y la transformación del mundo rural y de las condiciones de vida de los pequeños agricultores. Sin embargo, debe señalarse que el contexto político y económico convencional identificado anteriormente ofreció, en gran medida, las herramientas teóricas para el estudio de la ocupación del territorio por parte de los agricultores, granjeros tradicionales, pequeños productores agrícolas y la transformación de su organización social. En el escenario político, los sociólogos observan a los campesinos organizados en movimientos o grupos que luchan contra los cambios en la economía mexicana. Su lucha no es sólo política; también tiene motivos económicos. Los sociólogos vinculan a las pequeñas comunidades agrícolas locales –a las que muchas veces se les considera indígenas o se les describe como tradicionales– con su lucha contra la economía global. A pesar de ello, estos aspectos de la pequeña agricultura en el México rural están, las más de las veces, supeditados a las dimensiones políticas y, de manera más importante, económicas.

Como lo planteamos en esta sección, estos tres ámbitos importantes de los problemas sociales se encuentran íntimamente interconectados. Dado que nos centramos en los principales temas, lo que bosquejamos es sólo una imagen parcial de la sociología mexicana. Existen muchos temas menores que caracterizan a la sociología nacional, pero tal y como aparecen en los artículos de las tres revistas que analizamos se encuentran aislados individualmente de los otros y no sobresalen en el estudio realizado. Una manera de mostrar la relación entre los temas abrumadoramente dominantes y los temas menores es dividir el corpus en periodos. Esta división en segmentos de tiempo más reducidos nos permite superar las limitaciones de un aná–lisis léxico enfocado en una totalidad fija en el tiempo.

 

POLARIZACIÓN Y DIVERSIFICACIÓN AL DESCUBIERTO

Si bien es cierto que estos tres temas representan las orientaciones principales de la sociología mexicana de los últimos veinte años, un análisis más profundo del corpus desde una perspectiva diacrónica revela que, desde comienzos de la década de 1990 y durante más de medio decenio, la sociología experimentó transformaciones léxicas significativas, mismas que caracterizadas por la polarización y la diversificación tuvieron importantes efectos en la manera en que se aprehendían los problemas sociales. Más aún, sostenemos que estas transformaciones son el reflejo de la reacción de la sociología a la globalización de México.

Entre 1989 y 1992, la literatura sociológica mexicana adoptó una nueva postura caracterizada por una creciente polarización entre optimismo y pesimismo, por un lado; y entre el pasado y el futuro, por el otro. Dicha polarización es la personificación de las divisiones metodológicas y teóricas sobre el diagnóstico de la realidad. Los sociólogos no coinciden en su totalidad en las esperanzas que tienen o en el pesimismo que expresan acerca del estado actual de las cosas.

Algunos autores son optimistas respecto de los diversos desarrollos tecnológicos en la agricultura y la salud. De acuerdo con sus investigaciones, estos avances representan las promesas de mejoramiento de las condiciones de vida. En uno de estos artículos, escrito en 1990, dos sociólogos afirman que "las muertes causadas por enfermedades infecciosas y parasitarias han disminuido" y que se pueden constatar "mejoras en las condiciones de vida de la mayoría de la población" (Mier y Terán y Rabell, 1990: 4). En el mismo artículo, además, enlistan los elementos que consideran como muy positivos: "[...] cambios fundamentales en el sistema económico técnico [...]; cambios cualitativos en la producción material y en el trabajo [...y el hecho de que] el sistema político–social se muestra muy estable". Sin embargo, otros sociólogos no encuentran razones para compartir dicho optimismo acerca de la situación vigente. Las supuestas mejoras se critican o simplemente se mantienen en silencio en favor de otros elementos considerados problemáticos. En un artículo de 1992, un sociólogo advierte acerca de "la posibilidad de una grave contaminación biológica y de residuos químicos en los productos alimentarios para el consumidor" (Freebairn, 1992: 4). Dos años antes, otro observó "marginalidad urbana, déficit de vivienda y servicios urbanos, altos niveles de contaminación ambiental, polarización en la distribución del ingreso, deterioro de la calidad de vida" (Sánchez, 1990: 305).

Los sociólogos tampoco coinciden con respecto a la orientación que deben dar a sus investigaciones. Más allá del optimismo o del pesimismo de sus trabajos, algunos sienten la necesidad de regresar para evaluar la situación actual. Por lo tanto, en 1990, cuando una socióloga estudia a los lacandones (población indígena que vive en la selva de Chiapas, al sureste del país), le pone fecha al momento en que su situación empeoró: "En el transcurso de la década de los ochenta, los lacandones han visto alterarse sus modelos de representación del mundo natural y social en el cual se insertan e incluso han tenido que diseñar estrategias diversas de reordenación de ese mundo suyo tan profundamente afectado por intervenciones foráneas" (Marion, 1990: 207). Cuando un sociólogo habla acerca de las maquiladoras instaladas en la frontera entre México y Estados Unidos, en la zona libre de impuestos, también siente la necesidad de remontarse al pasado. Afirma que, "sin embargo, a partir de los años setenta, y cada vez más en los ochenta, esta situación comenzó a cambiar y la balanza se inclinó hacia las industrias de ensamblado más específicamente orientadas al procesamiento de exportaciones como la electrónica, maquinaria, refacciones para automóviles, prendas de vestir, muebles, artículos deportivos y juguetes" (Sklair, 1992: 164). Mientras que algunos sociólogos miran al pasado para entender la situación actual, otros tratan de analizar los posibles escenarios a futuro. Utilizan tal argumento sobre el futuro para advertir a los mexicanos respecto de los problemas venideros. En 1990, dos sociólogos que estudiaban la frontera México–Estados Unidos intentaron "proponer algunos escenarios que describan la posible transformación de la región ante la multitud de cambios que se avecinan en los próximos diez años" (González–Aréchiga y Ramírez, 1990: 239). En 1992, otros dos sociólogos que examinaban la amenaza impuesta a la producción de maíz al borde del cambio tecnológico señalaban que las políticas iban en pos de un futuro sustentable, aseverando que "el aumento de la productividad se deberá llevar a cabo sin amenazar la calidad y reproducción de los recursos ambientales, los ecosistemas y la diversidad biológica" (García–Barrios y García–Barrios, 1992: 263). En su artículo pretendían anticipar el futuro para la agricultura ejidal y los recursos naturales.

Entre 1994 y 1996, la entonces más polarizada sociología investigó un número creciente de temas. Los nuevos tópicos de importancia incluían la condición de la mujer, la pobreza, la violencia, la salud y, más tarde, complementaron el principal foco de la sociología con los peligros del sistema electoral; los sindicatos y los movimientos obreros; y la agricultura. Indudablemente, la sociología mexicana estuvo interesada en temas tales como las mujeres, la pobreza y la violencia, pero nunca antes los autores los habían discutido lo suficiente como para constituirse en algo importante para nuestro corpus. El Cuadro 1 presenta los campos léxicos y las palabras clave más importantes característicos de cada periodo. Cada celda representa un conjunto de ideas que están clasificadas en orden decreciente de importancia. Si nos movemos hacia abajo, los campos léxicos y las palabras clave comienzan a perder su prominencia en el periodo, incluso aunque sigan manteniendo alguna importancia.

Como evidencia de esta creciente diversificación, los artículos después de 1994–1996 abarcan más temas, aunque el crecimiento iniciado durante ese periodo también es constante. Podría decirse que en ese tiempo, el SNI disminuyó su apoyo para ediciones especiales en la publicación de revistas. Por lo tanto, las publicaciones tuvieron que privilegiar, al interior de sus páginas, la diversidad de los artículos. Sin embargo, esta explicación institucional sólo da cuentas de una parte de la diversidad de cuestiones. Los sociólogos podrían haber seguido trabajando en las mismas perspectivas, más bien tradicionales, acerca de la política y la economía, pero no lo hicieron. En su mayoría, sus elecciones son el resultado de microdecisiones tomadas por ellos, por los dictaminadores y por los editores de las revistas. Debido a estas decisiones, los autores del corpus configuraron perspectivas para introducir nuevas dimensiones éticas, epistemológicas y teóricas a la manera en que se entendían los problemas sociales por parte de la sociología mexicana.

 

DEL ESTUDIO DE LOS PERPETRADORES AL ESTUDIO DE LAS VÍCTIMAS

Los cambios planteados reflejan una modificación importante en el entendimiento de los problemas sociales. Utilizado marginalmente antes de 1994, la introducción del término "globalización" resume, bajo una única etiqueta, los nuevos problemas de la sociedad mexicana. El emergente estudio de los efectos de la globalización en México se entrelaza con el uso de nuevos campos léxicos y nuevas palabras clave. Como se discutió anteriormente, el estudio de estos nuevos campos puso de manifiesto una creciente diversidad de temas pero, además, es expresión de las transformaciones en la perspectiva sociológica acerca de los problemas sociales y, de manera más amplia, de la sociedad mexicana.

Cuando únicamente se enfocaban en los aspectos políticos y económicos de los problemas sociales de México, frecuentemente los sociólogos miraban hacia el papel de las élites. Desde 1994, un análisis léxico reveló un cambio parcial pero apreciable en el estudio de los problemas sociales. Ahora la sociología los investiga principalmente desde las víctimas. Ya no se ocupa solamente de los perpetradores. El estudio de los cambios sociales en el mundo rural por parte de la sociología mexicana es un buen ejemplo que ilustra adecuadamente de qué manera esto constituye un nuevo enfoque. El análisis de los problemas del mundo rural no es el estudio comprehensivo de las malas acciones de las élites corruptas o de la clase depredadora, como se ejemplificó en los casos del sistema electoral, el sindical o el capitalismo industrial. En cambio, los sociólogos son mucho más propensos a sentir simpatía por los pequeños agricultores cuyas condiciones de vida parecen estar en peligro y su manutención es su principal riesgo. En este caso, el foco de los sociólogos no está en el papel de los culpables, sino en la descripción del costo del cambio social. Por ejemplo, la introducción de la competencia del mercado global tuvo un costo social para los productores tradicionales de especialidades locales tales como el maíz. La no competitividad o el bajo nivel de industrialización de la pequeña agricultura local es un asunto trascendental debido a que la competencia desigual de la agricultura en el mercado global creó mayor pobreza donde ya había limitaciones. Según los sociólogos, esta situación también condujo a que algunos campesinos emigraran hacia Estados Unidos y Canadá donde encuentran trabajo como jornaleros temporales. El reconocimiento general es que la globalización de México promueve problemas y, cuando las interconexiones globales ofrecen soluciones, éstas aparecen como superficiales y lesivas.

Al centrarse en las víctimas en lugar de en los perpetradores, la sociología mexicana adoptó un enfoque humanista, criticando la globalización económica con base en la desintegración de las comunidades locales, de manera más frecuente que las no indígenas. La siguiente aseveración resume la conexión entre los distintos niveles y actores que intervienen en la agricultura mexicana:

El programa de modernización agrícola [se diseñó] en apoyo a la producción de los sectores más eficientes del agro y, en el mismo sentido, los cambios en la legislación agraria [...] permitirán la compactación de tierras ejidales, la privatización, la asociación entre el capital privado y el sector social, y las inversiones de sociedades mercantiles en la propiedad rural (Appendini, 1992: 251).

Si bien la pequeña agricultura es un tema muy importante, otras víctimas de la globalización presentes en la literatura sociológica incluyen otros grupos sociales vulnerables tales como indigentes, mujeres, niños e indígenas. Según los sociólogos, se trata de víctimas de un proceso más amplio que afecta su vida cotidiana. La fragilidad de la sociedad mexicana globalizada se vuelve un elemento clave para el entendimiento sociológico de los problemas sociales. Los sociólogos sienten que los procesos de cambio económico, social y político (descritos como transiciones) están engendrando dinámicas que van mucho más allá de la influencia en o el control de los actores locales. Algunos cambios tenían una realidad empírica antes de que la idea de globalización fuera siquiera introducida en la sociología mexicana.

La pequeña agricultura representa un ejemplo sorprendente de cómo los sociólogos introdujeron el término "globalización" como una categoría que describe procesos globales y complejos, la cual permite el entendimiento de lo que de otra manera serían elementos disparejos. Se trata de una categoría general para elementos que parecían desconectados, tales como las migraciones interna e internacional, la liberalización de la economía, la industrialización de la agricultura y la radicalización de las reivindicaciones políticas. Sugerimos que el cambio en el foco de los perpetradores a las víctimas es una consecuencia de la debilidad del complejo análisis estructural de la sociología mexicana. La globalización no es un proceso que escapa al control. Dado que es el resultado de la toma de decisiones humanas tiene perpetradores identificables. Este cambio de los perpetradores a las víctimas es, en consecuencia, no sólo el resultado de la transformación de la sociedad; también lo es de las nuevas dinámicas en la manera en que percibimos los problemas sociales. Por lo tanto, pensamos que la introducción de la globalización en la sociología mexicana ha tenido consecuencias epistemológicas que deben explicarse.

 

DEL ESTUDIO DE LOS PROBLEMAS SOCIALES AL ESTUDIO DE LAS TRANSICIONES

El estudio léxico más profundo de nuestro corpus puso al descubierto la conexión de dos elementos que surgieron en conjunción con la descripción del costo social de la globalización y de la fragilidad de la sociedad mexicana. Debido a que se describe como la conexión entre complejidades de causas y cambios sociales definidos como transiciones, la globalización se descubre con consecuencias epistemológicas para la sociología mexicana.

Si para la sociología mexicana, en el contexto de la globalización, las transiciones y los problemas sociales tienen mucho en común, pensamos que también guardan una diferencia fundamental. Se considera que ambos fenómenos tienen efectos importantes en las relaciones sociales, las estrategias y la organización social; que ambos comparten una realidad empírica para que la estudien los sociólogos. Sin embargo, la principal diferencia radica en el hecho de que en el contexto de la globalización las transiciones son fenómenos que surgen más allá del alcance de las decisiones cotidianas, de las relaciones locales de poder o, incluso, del entendimiento de los actores. Las transiciones son las manifestaciones de las fuerzas actuales, mucho más complejas e intrincadas de lo que fueron alguna vez. Esto tiene consecuencias significativas para el análisis sociológico. La definición académica de un problema social incluye una dimensión de la acción social o una voluntad para modificar las relaciones sociales (Merton, 1976). Ahora bien, cuando se considera que los procesos inducidos por la globalización son complejos dejan de ser problemas para los sociólogos.

La introducción de la fragilidad de la sociedad mexicana al enfrentar la globalización debe entenderse en sus consecuencias mayores en términos éticos y epistemológicos. Dado que comienzan por describir a la sociedad como en transición, los sociólogos parecen dejar atrás las aspiraciones de transformación social. Reconocen los problemas de los grupos sociales más frágiles. Consideran que los fenómenos son indeseables y muestran una clara compasión. No obstante, reconocen que no les corresponde a ellos sugerir o iniciar la normalización de las cuestiones identificadas. En otras palabras, en nuestro corpus una transición es un problema social que está más allá de las simples soluciones locales. Una transición es un problema social que los sociólogos sólo pueden ver desplegado. Evidentemente, esto es distinto del enfoque más tradicional respecto de la sociedad mexicana que presentó culpables, problemas y ampliamente discutidas soluciones. Así, cuando alrededor de 1994 los sociólogos introdujeron de manera colectiva el estudio de los grupos sociales debilitados por los procesos globales, abandonaron al mismo tiempo las expectativas de cambios. La insistencia tanto en la complejidad del proceso como en la categorización de los cambios como transiciones más que como problemas sociales significa que cuando los sociólogos mexicanos introdujeron la globalización como la explicación de los elementos de otro modo dispares comenzaron a practicar una sociología humanista, aunque no radical. De esta manera, le dieron forma a su estudio de la globalización. Aunque suponemos que lo que observamos es un periodo de incertidumbre frente a la naturaleza de los cambios más que una característica profunda de un cambio de la "praxis" sociológica. Un estudio de la sociología tal y como estas tres revistas la han publicado desde 2006 puntualizaría si los sociólogos volvieron a movilizar el campo temático de los "problemas" en lugar del de las "transiciones".

 

CONSECUENCIAS EPISTEMOLÓGICAS DE LA GLOBALIZACIÓN

Nuestra exploración sistemática de artículos publicados entre 1987 y 2006 en tres de las principales revistas sociológicas mexicanas inició con una postura metodológica inusual. Más que preseleccionar artículos pertenecientes al estudio de la globalización o de los problemas sociales decidimos observar el conjunto de los artículos. Más allá de los trabajos que debieran haberse identificado como relevantes de acuerdo con sus títulos o resúmenes, nuestra investigación funcionó por medio de una selección posterior según su relevancia, medida por su realidad empírica. Esta metodología combinada entre lo cualitativo y lo cuantitativo nos permitió obtener un retrato certero de cómo los sociólogos percibían a la sociedad mexicana en los últimos veinte años. Este retrato surgió del análisis de la información más que de los debates hermenéuticos basados en la fuerza y lo convincente de la argumentación, pero es sólo parcial ya que únicamente consideramos artículos y no libros, conferencias o trabajos de tesis. Además, el retrato resulta parcial porque nos concentramos en las principales revistas especializadas y no incluimos la miríada de otras revistas más especializadas o regionales.

Sin embargo, pensamos que las conclusiones de nuestra investigación deben discutirse más allá de la limitación obvia del material. Sostenemos que al mostrar los tres principales temas de la sociología (el sistema democrático, la colusión de política y economía, y la transformación del mundo rural) bosquejamos un retrato lo suficientemente preciso de la sociología mexicana. También pensamos que la incertidumbre en la naturaleza de las transformaciones sociales (tensión entre ser optimista o pesimista) y en la orientación del trabajo (tensión entre hacer historia o mirar hacia adelante) es representativa de la heterogeneidad de la sociología mexicana contemporánea. La creciente diversidad de los temas que hemos mostrado es una característica que trasciende la limitación de nuestra información; ha sido documentada de otra manera. Como se presentó en las consideraciones metodológicas de este artículo, el creciente pluralismo de la sociología mexicana se criticó con base en que la sociología abandonó los esquemas teóricos globales por teorías y objetos de una menor escala. Detectamos una tendencia similar en nuestra investigación acerca de las discusiones relacionadas con las cuestiones prácticas de la sociedad mexicana, pero el objetivo de este artículo no es criticar este aspecto. En lugar de eso, lo que hicimos fue plantear lo que creemos que los sociólogos mexicanos deberían considerar importante para su disciplina. Como ya se formuló aquí, pensamos que el estudio de nuestro corpus puso de manifiesto dos consecuencias importantes de la introducción de la globalización en la sociología mexicana. En primer lugar, la globalización implica que la sociología esté actualmente más orientada hacia el estudio de las consecuencias de los cambios sociales que en el de los actores o las acciones que conducen a esos cambios. Es lo que llamamos la transición del foco de los perpetradores a las víctimas. Segundo, dado que se considera a la globalización como un fenómeno de transiciones complejo, los sociólogos dejaron de lado las discusiones más normativas acerca de cómo cambiar la sociedad. Todo lo anterior es lo que llamamos las consecuencias epistemológicas no intencionadas de las transformaciones sociales contemporáneas.

Hasta aquí hemos descrito los principales descubrimientos que surgen del análisis léxico sistemático y exploratorio de nuestro corpus, y hemos procurado reconstituir una trama narrativa que permita explicar las regularidades y las variaciones en el propio corpus. Sin embargo, resulta necesario tratar de llegar a una explicación más teórica de lo que observamos. Particularmente, de lo que denominamos las consecuencias epistemológicas de las transformaciones sociales contemporáneas. De manera más específica, debemos intentar explicar los vínculos entre la noción de "globalización" y la creciente diversificación de la sociología mexicana.

En la historia del pensamiento sociológico, podemos distinguir tres posturas respecto de las explicaciones de las transformaciones de los conceptos, de los discursos y de las teorías sociológicas. En primer lugar, algunos historiadores de la sociología ponen el acento en el papel individual de los sociólogos al insistir en el lugar que ocupan determinados pensadores en los debates y en la superación de los retos que plantean ciertas aporías, así como de los enfrentamientos entre escuelas de pensamiento, con el objetivo de explicar los cambios incurridos en el campo sociológico. Por ejemplo, este es el caso del sociólogo francés Raymond Aron (1985), cuyos trabajos tuvieron una importante repercusión en la historia de la sociología. Para Aron, practicar la historia de la sociología significa estudiar la historia de los individuos y de la razón sociológica. Esta posición teórica ve en el pensamiento sociológico un mundo autónomo que se transforma en los términos planteados por sus propias reglas en función de principios racionales y cuyo motor es el sociólogo definido como un actor individual y racional. Esta posición puede calificarse como "ideal individualista".

En segundo lugar, ciertos historiadores de la sociología insisten en el papel de la construcción social del saber del sociólogo. Por ejemplo, pueden demostrar de qué manera los efectos de la comunidad y de las redes científicas le dieron forma a las ideas sociológicas. Los trabajos del sociólogo estadounidense Randall Collins (2005) representan un ejemplo de lo señalado. Así, dicha historia de la sociología pone el énfasis en la producción colectiva y en la construcción social de las ideas sociológicas. Esta posición puede calificarse como "socioconstructivista".

En tercer lugar, algunos otros historiadores de la sociología buscan en las lógicas externas los factores materiales y contextuales que puedan explicar las transformaciones conceptuales de la sociología. Esta postura pone el acento en la importancia de los contextos social y político como factores de explicación de la historia de la sociología. Por ejemplo, algunos trabajos del sociólogo estadounidense George Ritzer (1993) entran en esta lógica. Dicha posición puede calificarse como "contextual–materialista".

En nuestro análisis, tratamos de dejar atrás las divisiones entre estas tres posiciones. Particularmente, intentamos reconciliar los enfoques socioconstructivistas y contextual–materialistas al mismo tiempo que se le otorga importancia a los debates internos de la sociología y al papel de las decisiones individuales. Así, aunque hayamos replanteado el discurso sin tomar en cuenta elementos como la recepción de los artículos y las características institucionales de los locutores, nos concentramos, a pesar de todo, en los argumentos y en las dimensiones internas de la literatura sociológica mexicana, dándole una importancia al texto y a la narración y suponiendo que son consecuencia de microdecisiones. Es decir, no descartamos los principios racionales. Sin embargo, aunque en nuestro análisis no hemos pretendido buscar particularmente que surgieran las lógicas de establecimiento de contactos, de escuelas de pensamiento o de competencias entre círculos intelectuales, sí postulamos la importancia de la construcción social del saber sociológico. Por último, aunque no se haya puesto el énfasis en las condiciones materiales y contextuales de la producción del conocimiento sociológico, nunca las perdimos de vista al vincularlas ocasionalmente con el contexto de la manera en que lo hicimos.

Con el fin de aclarar lo que aprendimos de nuestro análisis, sintetizamos estos enfoques a partir de las siguientes hipótesis. Primero, si los individuos, los sociólogos más influyentes o los más renombrados, efectivamente desempeñaron un papel en la presentación de ciertas temáticas y maneras de considerar el mundo, su influencia es, no obstante, condicional a los factores de relación entre las escuelas y las condiciones materiales que hacen posible la sociología. Dichas condiciones son, por ejemplo, las fluctuaciones que se dan en las políticas científicas y en las relaciones entre el Estado y la profesión de sociólogo. Los sociólogos mantienen una relación estrecha con el Estado, el cual no solamente les permite sostener la investigación sociológica sino que además tiene un efecto de orientación en la acción del sociólogo al establecer las políticas y las prácticas. En consecuencia, el sociólogo, tenga o no renombre, está vinculado en cierta medida a las transformaciones del Estado sin por ello estar condicionado por la acción de los actores estatales. Así, por ejemplo, suponemos que las medidas de choque de los programas de ajuste estructural de fines de la década de 1980 y principios de la de 1990 transformaron las condiciones materiales de las instituciones que incitan el pensamiento y la investigación en sociología. Los sociólogos se replegaron en los objetos que requieren despliegues de infraestructura financiera y material de menor envergadura. Las reflexiones epistemológicas y la apertura a nuevas corrientes teóricas son algunas de las posibilidades que permiten continuar la práctica del sociólogo sin que por ello tenga que depender de un eventual apoyo financiero o de una infraestructura importante de investigación. En parte, esto podría explicar cómo los aspectos más serios de la globalización permitieron la apertura hacia nuevas maneras de concebir la sociología.

Segundo, planteamos que si bien el contexto, entendido como las transformaciones sociales importantes provocadas por una globalización económica y financiera, es un factor importante, no es el único elemento explicativo, ya que en realidad la sociología sólo actúa como filtro. Los sociólogos escogen del universo prácticamente infinito de los problemas sociales las temáticas que van a abordar. Por lo tanto, la sociología es una problematización selectiva de las relaciones sociales y una mediatización de la "realidad". Constituye una interpretación de los fenómenos que contribuye, ante todo, a que existan en la literatura sociológica y, en última instancia, a que se instituyan como objetos de preocupación. Dado que la sociología no puede abarcar al conjunto de la "realidad" social, esta problematización no está, en esencia, condenada a adherirse estrictamente a las transformaciones de los contextos sociales y políticos y a los sucesos locales, regionales, nacionales e internacionales. Nuestra investigación ha demostrado que incluso aunque la sociología mexicana represente un ámbito científico relativamente autónomo, también reacciona ante la actualidad. Sin embargo, dicha actualidad no condiciona el contenido ni la forma de la respuesta aportada por la sociología. Asimismo, nuestro estudio también evidencia que en los momentos clave de las transformaciones radicales los sociólogos se polarizaron, tuvieron divergencias, tanto en sus opiniones como en sus prácticas. Ello tiende a invalidar, en parte, la determinación del discurso sociológico por los factores contextuales. Los contextos social y político pueden provocar una reacción por parte de los sociólogos, pero ésta se plantea en términos apropiados para el conocimiento sociológico, las instituciones que lo hacen posible y sus historias. Las transformaciones sociales radicales provocadas por la globalización económica y financiera de la sociedad mexicana habrían reforzado las divergencias latentes, lo que podría explicar parcialmente la creciente polarización de la sociología que observamos en la década de 1990.

Tercero, una sociedad fracturada, un incremento de las desigualdades y una reducción de la clase media afectan de manera más rápida a las poblaciones ya marginadas como los indígenas, las mujeres y los pequeños productores agrícolas. Estas transformaciones parecen haber suscitado el interés de los sociólogos de la década de 1990. Como ya lo señalamos, en nuestro corpus de literatura sociológica asistimos a una transferencia de los intereses de los sociólogos que van de los avatares de la vida democrática y política, así como de los temas de la corrupción, hacia el estudio de las víctimas de la globalización económica y financiera. Sin embargo, como dichas víctimas constituyen un grupo menos homogéneo que el de los responsables del mal funcionamiento de la sociedad mexicana, la sociología se ha diversificado mucho en su manera de expresar a la sociedad. La heterogeneidad de la sociología será entonces un reflejo de la voluntad de los sociólogos para relatar las transformaciones de la sociedad mexicana a partir de la multiplicidad de experiencias de vida de las víctimas. La diversidad de los ámbitos sociales afectados por la globalización económica y financiera ha inspirado nuevas investigaciones sociológicas.

Este trabajo demostró la manera en que la sociología mexicana reprodujo en su discurso las características de la creciente fragmentación observada en la sociedad que se caracterizó como globalización. Debido a que los temas de muchos sociólogos contemporáneos se ven afectados por el capitalismo global y las políticas neoliberales, la globalización dio forma a la sociología mexicana. De hecho, nuestra investigación ha planteado más preguntas que respuestas. Como se mencionó al principio del artículo, sólo un estudio empírico de mayor amplitud podría precisar las hipótesis explicadas aquí. Este trabajo fue un intento de participación en la investigación empírica respecto de cómo los discursos de los expertos conforman y son conformados por los problemas sociales en las áreas en desarrollo que ellos describen. Sólo nos queda pedirle a más especialistas en ciencias sociales que reflejen de qué manera el propio objeto de estudio configuró su disciplina.

 

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Notas

1 Esta investigación fue realizada, en parte, gracias a una beca posdoctoral otorgada por la Secretaría de Relaciones Exteriores del gobierno de México. El autor quiere agradecer a los investigadores del Área de Pensamiento Sociológico del Departamento de Sociología de la Universidad Autónoma Metropolitana, unidad Azcapotzalco, por sus múltiples comentarios.

3 Estudios sociológicos es una revista muy reconocida editada por El Colegio de México. Desde su establecimiento en 1983 ha adquirido una buena reputación por publicar documentos de investigación y de opinión de alto nivel realizados por académicos mexicanos e internacionales.

4 La Revista Mexicana de Sociología es, sin lugar a dudas, la publicación sociológica más prestigiosa de México. Se edita en la Universidad Nacional Autónoma de México y desde que inició, hace más de setenta años, se han publicado artículos de los sociólogos latinoamericanos y globales más importantes. Durante su larga historia ha cambiado varias veces su orientación, pero aún se especializa en la publicación de avances o reportes de investigación de largo plazo.

5 Sociológica es una revista editada en la sede Azcapotzalco de la Universidad Autónoma Metropolitana en la ciudad de México. Desde su lanzamiento en 1986 ha adquirido una buena reputación entre los sociólogos especializados en teoría social así como por la publicación de documentos de investigación más originales.

6 Entendemos la vida de la comunidad científica como la publicación de artículos y libros; la participación en conferencias y en proyectos de investigación públicos y, además, como el hecho de cursar reconocidos programas de posgrado. De todos los elementos de la vida de la comunidad sociológica, las revistas son la forma más fácil para acceder a datos textuales representativos de las corrientes de pensamiento.

7 La principal agencia de financiamiento científico de México, el Sistema Nacional de Investigadores (SNI), las considera líderes en su campo y les otorga la mejor jerarquía en su sistema de clasificación de revistas.

8 Dado que decidimos analizar cada introducción, más allá del origen nacional de los autores, no sería del todo correcto señalar que sólo nos enfocamos en la sociología mexicana. Más bien, estudiamos artículos acerca de México que se publicaron en revistas especializadas mexicanas. Por consiguiente, calificaremos nuestro corpus como sociología mexicana únicamente como recurso estilístico.

9 Utilizamos el SATO (Sistema de Análisis de Textos Asistido por Ordenador), un sistema computacional desarrollado por la Universidad de Quebec en Montreal, Canadá, desde finales de la década de 1980.

10 Este subcorpus se desglosa de la siguiente manera:

11 Definimos un tema como un conjunto amplio de discusiones e ideas acerca de fenómenos, actores o instituciones específicos, así como sobre sus características.

12 Una categorización de estas palabras nos permitió analizarlas de acuerdo con su significado y su contexto. Por ejemplo, "consejo" puede tener varios significados pero sólo una entrada en el diccionario. Nuestra metodología distinguió ejemplos de "consejo" según su contexto específico cuando, por ejemplo, describía a una institución o a una idea.

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