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Estudios demográficos y urbanos

versión On-line ISSN 2448-6515versión impresa ISSN 0186-7210

Estud. demogr. urbanos vol.33 no.1 Ciudad de México ene./abr. 2018

https://doi.org/10.24201/edu.v33i1.1744 

Reseñas y comentarios bibliográficos

Bean, Frank D., Susan K. Brown y James D. Bachmeier, Parents without papers: The progress and pitfalls of Mexican-American integration

Eduardo Torre Cantalapiedra* 

* Universidad Nacional Autónoma de México, Programa de Becas Posdoctorales, becario del Instituto de Investigaciones Jurídicas. Correo electrónico: e.torreca@gmail.com

Bean, Frank D.; Brown, Susan K.; Bachmeier, James D.. 2015. Parents without papers: The progress and pitfalls of Mexican-American integration. Nueva York: Russell Sage Foundation,


En Parents without papers, Frank D. Bean, Susan K. Brown y James D. Bachmeier1 analizan la integración de los méxico-americanos en Estados Unidos de manera multidimensional -económica, espacial y cultural-, buscando entender las causas de los patrones de integración, y de acuerdo a los resultados del análisis, hacen recomendaciones de políticas de integración respecto a los migrantes.2 A continuación, siguiendo el orden de los nueve capítulos del libro, se presentan y discuten algunas de las principales aportaciones teóricas, metodológicas y sustantivas que hacen altamente recomendable la lectura de esta obra.3

En el capítulo 1, “Introduction”, los autores señalan que el énfasis del libro es el análisis del efecto del estatus migratorio no autorizado, tanto para los migrantes mexicanos residentes en Estados Unidos, primera generación, como en la integración en aquel país de sus hijos y nietos, segunda y tercera generación; todo ello en función del género. Asimismo, señalan su pretensión de teorizar el estatus no autorizado más allá de considerarlo una variable en el análisis. Bean, Brown y Bachmeier hacen uso de una fuente de datos que permite dar cuenta del fenómeno de un modo empírico: Inmigración y Movilidad Intergeneracional en Los Ángeles Metropolitano (IIMMLA o Immigration and Intergenerational Mobility in Metropolitan Los Angeles), conducida telefónicamente en 2004. Además, los autores destacan que el análisis de la integración es multidimensional y que la forma de “avanzar” en cada una de las dimensiones puede ser diferente de las restantes, y que son diversas las teorías que permiten explicar los cambios que se producen en cada una de ellas.

En el capítulo 2, “Theoretical perspectives on immigrant integration and beyond: Introducing membership exclusion”, se recuperan y analizan los marcos teóricos que versan sobre la integración. Los autores clasifican las diferentes perspectivas teóricas en dos grandes grupos: los marcos basados en la asimilación4 y los marcos pluralistas.5 En este último grupo incluyen un nuevo modelo que denominan de “exclusión de la membresía” (membership exclusion), que postula que la carencia de “membresía social”6 puede condicionar diferentes aspectos de la integración estructural y política, y que entiende la integración sociocultural de un modo no monolítico; por tanto, un modelo que es pluralista y multidimensional por definición. Para Bean, Brown y Bachmeier, el caso de los inmigrantes mexicanos no autorizados provee un ejemplo particularmente ilustrativo de “exclusión de la membresía”. Los autores consideran que no siempre una misma perspectiva teórica es las más adecuada para cada aspecto de la integración de los migrantes, inclusive pueden ser necesarias varias teorizaciones para un mejor entendimiento de una sola de las dimensiones -siguen una lógica de hibridación.

Este capítulo teórico presenta una excelsa revisión y análisis de la literatura académica sobre integración e introduce un nuevo modelo; al respecto quisiera hacer dos señalamientos. En primer lugar, la clasificación que proponen puede suponer una interpretación encorsetada de algunas de las perspectivas teóricas. En particular en lo que a las nuevas teorías de la asimilación se refiere, considero que encajan mejor en el marco pluralista. De acuerdo a mi propia interpretación de la neoasimilación, esta perspectiva permite dar cuenta de que los varios aspectos de la integración pueden ocurrir y ocurren en diferentes momentos y de diferentes maneras. En segundo lugar, respecto a la nueva perspectiva teórica formulada por los autores, cabe preguntarse si carecer de autorización estaría comprendido en todo tiempo y lugar en la conceptualización de “exclusión de la membresía”. Aunque los autores se preocupan de manera notable por las implicaciones del contexto, en el estudio se analizan los resultados de la integración en función del estatus migratorio de los padres, sin que se analicen de manera completa los contextos políticos y sociales específicos que los encuestados y sus ascendientes tuvieron que afrontar.

En el capítulo 3, “Gauging Mexican-American integration: Research hypotheses and methodological considerations”, los autores señalan como una de las hipótesis principales de la investigación que la movilidad e integración estructurales -por ejemplo, los avances en el grado de escolaridad- de los hijos de padres inmigrantes no autorizados, y que permanecieron con ese estatus migratorio, serán menores que las de los hijos de padres inmigrantes que se legalizaron. Si bien esta hipótesis puede resultar obvia en un sentido sustantivo, ha existido una carencia de evidencia empírica y de su correspondiente análisis que permita dar cuenta de su veracidad. Asimismo, en este capítulo se realizan diversas consideraciones metodológicas generales7 que se complementan con otras específicas a lo largo del libro. En este sentido, Parents without papers destaca por su refinamiento metodológico, salvando las limitaciones que supone el uso de la fuente de datos principal (IIMMLA) y otras secundarias, utilizando las técnicas estadísticas más adecuadas para resolver cada problema planteado durante el análisis.

En el capítulo 4, “The implications of unauthorized migration for the schooling of immigrants and their offspring”, los autores exploran cómo los migrantes de primera generación, con estatus migratorio no autorizado,8 están asociados con estatus socioeconómicos más bajos. Asimismo, encuentran que los hijos adultos de padres migrantes no autorizados, pertenecientes a la segunda generación, tienen un déficit en escolaridad. Para lograr lo segundo utilizan la IIMMLA para observar las trayectorias de los padres en cuanto al estatus migratorio9 y realizan un análisis de clases latentes para dar cuenta de cómo varias combinaciones de trayectorias de pareja se agrupan juntas. Posteriormente observan cómo estas combinaciones de trayectorias de estatus migratorio de los padres influyen en el grado de escolaridad de sus hijos, utilizando para ello modelos de regresión en los que se controla por características de los padres y de sus hijos. Esto les permite dar cuenta de que los hijos de padres migrantes que primero tenían un estatus migratorio no autorizado y después pasaron a ser autorizados, alcanzaron grados de escolaridad similares a los hijos de padres migrantes que permanecieron siempre legales. También señalan que los resultados del análisis muestran evidencia de que efectivamente los hijos varones tienden a soportar mayores presiones para trabajar, en vez de estudiar para ayudar a sostener económicamente a sus familias.

En el capítulo 5, “Three-generational analyses of structural integration: Education and income patterns”, utilizando la encuesta de Los Ángeles Metropolitano, los autores realizan un estudio multigeneracional de la dimensión socioeconómica de la integración -en cuanto a educación e ingresos-. Encuentran que el estatus no autorizado de los padres se hace notar en desventajas para los nietos. En el caso de los varones, señalan que los incrementos relativos en los ingresos económicos entre la segunda y tercera generación, exceden a los avances en la escolaridad, lo cual es compatible con la perspectiva teórica de la asimilación-clase-trabajadora, que señala que los jóvenes tienen mayores incentivos para trabajar en vez de estudiar porque pueden alcanzar ingresos relativamente buenos en empleos que no requieren de altos niveles de educación.

Los capítulos 4 y 5 son parte nuclear de la obra, dada la importancia de la dimensión socioeconómica en los análisis de integración. Los autores logran con ellos cumplir con el objetivo principal del libro, dar cuenta de lo que supone para la descendencia el estatus no autorizado de los padres, en función del género, realizando novedosas aportaciones al conocimiento que han sido expuestas en los párrafos anteriores. Estos dos capítulos me suscitan varias preguntas. ¿En qué generación la familia mexicana como institución deja de ser importante para entender los resultados de la integración de los méxico-americanos? Mientras que para la segunda generación los autores recalcan la importancia de las estrategias familiares en los resultados de la integración, son menos patentes en el caso de la tercera generación. Por ejemplo, lo que explica que los hombres jóvenes de tercera generación se acomoden en puestos de clase trabajadora, ¿son los salarios competitivos o todavía son más importantes las posibles necesidades familiares de que los hijos aporten a la economía familiar? Por otra parte, cabe cuestionarse si tres generaciones son suficientes para ver el proceso de integración de la población mexicana en la sociedad estadounidense. Tres generaciones pueden resultar insuficientes, sobre todo teniendo en cuenta el volumen de la migración mexicana hacia Estados Unidos y la llegada continua de nuevos migrantes hispanos, entre otros.

En el capítulo 6, “Spatial integration”, los autores examinan la dimensión espacial de la integración encontrando tendencias a vivir en mejores barrios en la tercera generación en comparación con la segunda.

En el capítulo 7, “The mosaic of sociocultural integration”, se examinan varios indicadores de integración sociocultural: la integración lingüística, la importancia de la identidad étnica, las preferencias matrimoniales, entre otros. Los autores realizaron un análisis de componentes principales de las múltiples medidas de integración sociocultural que muestra que tales indicadores no están fuertemente relacionados entre sí, ni con las principales dimensiones de la integración. También destacan que mientras algunas dimensiones socioculturales varían en cierta dirección en función de la exposición al contexto de recepción -por ejemplo, la adquisición del idioma-, por lo general, el análisis realizado muestra que existe una considerable heterogeneidad individual en cuanto a los perfiles socioculturales de los migrantes, como cabría esperar desde la perspectiva individualista-postindustrial.

En el capítulo 8, “Mexican migration and integration: Trends, explanations, and implications for U.S. policy”, los autores presentan las cifras de la migración de México a Estados Unidos y las explicaciones de tal movilidad. Asimismo, realizan una aportación novedosa al indagar sobre cómo cambios en los factores demográficos estadounidenses en las últimas cuatro décadas inciden tanto en el volumen como en las características de la migración mexicana hacia Estados Unidos. Considero que resaltar el factor demográfico es un acierto porque siendo éste fundamental para el diseño y generación de políticas públicas, ha sido ampliamente ignorado por los gobiernos a la hora de promover tanto las políticas inmigratorias como las políticas respecto a los inmigrantes. Por décadas, los grupos de interés económico, la obtención de réditos electorales y políticos, las ideologías racistas, el deseo de restricción por parte de la población nativa, entre otros, han sido los factores explicativos de las políticas respecto a la inmigración mexicana hacia Estados Unidos.

Como reflexión global sobre el libro, quisiera destacar que éste es uno de los pocos trabajos de corte sociodemográfico que recuperan de manera notable a la familia como institución fundamental para entender la integración de los méxico-americanos. La traen a colación, por ejemplo, al analizar cómo a través de las generaciones, en este caso los hijos y nietos, se heredan las carencias de los padres y abuelos; y cuando plantean numerosas hipótesis sobre las “obligaciones” que los hijos tienen con respecto a sus padres y las repercusiones que en términos educativos y laborales implican para los primeros. Sin embargo, podría haberse desarrollado más en términos de la teorización sobre integración -de manera similar a como los autores hacen con el estatus de indocumentación-, dada la importancia de la familia -particularmente la mexicana- como estancia mediadora entre los factores estructurales y los resultados de la incorporación, por más que no sea posible recuperarla como unidad de análisis, dadas las restricciones de las fuentes de datos.

En suma, Parents without papers enriquece el panorama de los estudios empíricos que abordan la integración de los migrantes -entre los que anteriormente destacaron America’s newcomers and the dynamics of diversity, de Frank D. Bean y Gillian Stevens, y Generaciones excluidas: mexicano-estadounidenses, asimilación y raza, de Edward E. Telles y Vilma Ortiz-. Lo hace al incorporar nuevas perspectivas teóricas, realizando numerosas aportaciones sustantivas -principalmente en lo que respecta al estatus no autorizado de los padres- y con un gran cuidado metodológico. Asimismo, esta obra es de interés para los estudios que versan sobre el impacto del estatus migratorio no autorizado en la vida de los migrantes y sus familias.10

Para futuras investigaciones queda pendiente ahondar en el análisis de la diversidad en cuanto a las diferentes experiencias de integración dentro del grupo de los méxico-americanos. En ese sentido, una de las tareas por realizar es el análisis sobre cómo el color de la piel/raza -por ejemplo, a través del uso de una paleta de color- está influyendo o no en la integración de los méxico-americanos. Otro de los pendientes para futuras investigaciones es el análisis de más contextos donde sucede la integración. Por ejemplo, donde las políticas hayan sido fuertemente antiinmigrantes, como el caso del estado de Arizona, que aprobó e implementó decenas de políticas respecto a los inmigrantes indocumentados para hacerles la vida imposible.

1Además de los autores principales, son varios los investigadores que colaboran en los diferentes capítulos del libro: Jennifer Van Hook, Rosaura Conley-Estrada, Kris Noam, Rosalío Cedillo, Cristopher D. Smith, Esther Castillo y Mark A. Leach.

2Los autores hacen una distinción entre las políticas inmigratorias y las políticas respecto a los inmigrantes, señalando que ellos se van a referir a las segundas. En cualquier caso, indican que ambas están interrelacionadas. Sin embargo, considero que ciertas políticas conducidas en Estados Unidos dificultan realizar esta distinción o inclusive la imposibilitan. Me estoy refiriendo particularmente a la política de attrition through enforcement, que si bien se ejecuta respecto a los inmigrantes en el territorio, aspira a constituir una política de control migratorio, ya sea movilizando a los migrantes de un modo indirecto.

3Por cuestiones de espacio en el documento no haré referencia a las conclusiones e implicaciones de políticas públicas del capítulo 9.

4Modelos clásicos y nuevos de asimilación, modelos de ventaja étnica y de recursos étnicos, modelos de desventaja étnica, modelos de racialización, modelos de asimilación segmentada y modelos de asimilación-clase-trabajadora.

5Modelo multicultural y modelo individualista-postindustrial.

6Con membresía social los autores se refieren tanto a la ciudadanía legal como a la social en el sentido en que T.H. Marshall utiliza el término, que incluye no sólo quién es elegible para votar sino la pertenencia social en un amplio sentido.

7Por ejemplo, la importancia de contar con una tercera generación que no incluya las generaciones posteriores, cómo se aborda el problema de la heterogeneidad cohorte-generación, la relevancia de la geografía, entre otros.

8Utilizan la American Community Survey e imputan el estatus legal a los migrantes usando información de la Survey of Income and Program Participation (SIPP).

9La encuesta ofrece datos sobre 1) el estatus migratorio al momento de la entrada y 2) si son ciudadanos o tienen un estatus legal al momento de la entrevista.

10Por ejemplo, para las recientes investigaciones sobre las consecuencias del Programa de la Acción Diferida para los Llegados en la Infancia (DACA, por sus siglas en inglés) para los participantes en el mismo y para sus familiares.

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