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Estudios demográficos y urbanos

versão On-line ISSN 2448-6515versão impressa ISSN 0186-7210

Estud. demogr. urbanos vol.28 no.3 Ciudad de México Set./Dez. 2013

https://doi.org/10.24201/edu.v28i3.1453 

Informes

Premio Gustavo Cabrera, 2012*

Isalia Nava Bolaños** 

** Coordinadora de la especialidad El género en la economía, División de Estudios de Posgrado de la Facultad de Economía (UNAM). Correo electrónico: <isalianb@economia.unam.mx>.


Muy buenas tardes a todas y todos, doctor Javier Garciadiego, presidente de El Colegio de México, familia de Gustavo Cabrera, distinguidos miembros del presídium, estimados colegas, amigas y amigos.

Es para mí un gran honor y una gran satisfacción recibir el Premio Gustavo Cabrera en la modalidad de trabajo de investigación en población. Con ello cierro un ciclo que comencé al estudiar la maestría de Demografía en El Colegio de México. Si bien el premio se otorga al trabajo de investigación, siento que en este caso es un reconocimiento a mi formación como demógrafa y estudiosa de la población. El proceso de aprendizaje que me ha dejado El Colegio de México es un patrimonio intangible y de valor sustantivo. Me siento orgullosa y privilegiada de que esta destacada institución me dotara de conocimiento e inquietudes para generar nuevas investigaciones al fortalecer mis metodologías de investigación y contribuir a mi formación crítica y constructiva. Además, me permitió estar a la vanguardia en la investigación de frontera en los temas de población, que generan nuevas inquietudes e interrogantes, así como desafíos para el Estado, los investigadores y la ciudadanía.

El premio que hoy recibo es un estímulo para seguir estudiando los temas de la población, que son un reto a nivel mundial y en especial para México, que requiere de nuevas estrategias y políticas públicas. Hoy más que nunca es primordial contar con propuestas adecuadas a la realidad poblacional y económica del país.

El ensayo de investigación “Ahorro de los hogares perceptores de remesas en México: un análisis de cohortes sintéticas” aborda desde las perspectivas demográfica y económica dos cuestiones paralelas: el impacto de las remesas en los hogares de las comunidades de origen de la migración y el cambio en la estructura etaria y los patrones de ahorro.

A continuación me referiré en forma sucinta al contenido de dicho ensayo. El descenso sostenido de la mortalidad desde los años treinta del siglo pasado y la notable disminución de la fecundidad en la década de los setenta han generado un aumento absoluto y relativo de la población en las edades adultas y laborables, junto con un descenso de las razones de dependencia económica, lo cual ha dado origen a las oportunidades que brinda el denominado bono demográfico. Sin embargo, la mera relación numérica entre grupos de edad no es suficiente y se hace necesario considerar otros factores, incluidos los dividendos demográficos.

En el caso de México, las décadas con mayor participación de la población en las edades adultas y laborables se han caracterizado por una brecha importante entre la oferta de empleo y la creación de trabajo decente, como lo define la Organización Internacional del Trabajo (OIT), derivando en que una parte de la población productiva migre a Estados Unidos, donde siempre ha habido una oferta de trabajo en la agricultura, la industria y los servicios con salarios superiores a los de nuestro país. Los datos del Consejo Nacional de Población (Conapo) sobre la migración internacional de México a Estados Unidos estiman que entre 2006 y 2007 más de 1 800 mexicanos se fueron diariamente a vivir a ese país, aproximadamente 679 611 emigrantes permanentes anuales.

Se puede pensar que la migración de la población en edades productivas podría trasladar a Estados Unidos las oportunidades derivadas de una menor dependencia demográfica y económica; sin embargo, al analizar las implicaciones derivadas de la migración hay que considerar que las remesas representan una fuente importante de divisas para la economía nacional, regional y local, y también de ingresos para los hogares. De acuerdo con el Banco de México, a pesar de que las remesas familiares que ingresan al país han comenzado a registrar descensos, en 2008 sumaron 25 137 millones de dólares y representaron la segunda fuente de divisas para el país, después del petróleo. Por otro lado, según estimaciones realizadas a partir de la Encuesta Nacional de Ingresos y Gastos de los Hogares (ENIGH), en 2008 recibieron transferencias del exterior 1 583 292 hogares, y aproximadamente en 31% de ellos las remesas representaron más de la mitad de su ingreso corriente monetario. De algún modo las remesas funcionan como válvula de escape, ya que alivian las presiones sociales y económicas del país. El reto es ocupar de manera efectiva al sector mayoritario de la población en las edades activas durante el bono demográfico; para ello se requiere generar empleo productivo y trabajo decente.

Uno de los mecanismos a partir de los cuales es posible analizar las implicaciones económicas de la migración de la población potencialmente activa es la transferencia de las remesas y los aspectos relacionados con el ahorro. El trabajo de investigación busca caracterizar los perfiles de ingreso, consumo y ahorro a lo largo del ciclo de vida. Para ello se construyó un pseudo-panel o panel sintético que permitió analizar el comportamiento medio de 11 cohortes sintéticas que recibieron remesas y compararlo con las que no percibieron estos ingresos. Asimismo, se estimó una regresión de la tasa de ahorro que permitió separar el efecto edad de los efectos cohorte y periodo y controlar por factores sociodemográficos.

Los resultados muestran que las cohortes perceptoras de remesas presentan comportamientos particulares que deben tomarse en cuenta. Por ejemplo, el mayor gasto en educación en las edades avanzadas, que se puede entender como una ayuda económica de abuelos a los nietos, o la presencia de hogares ampliados en donde la abuela o el abuelo se reporta como jefe del hogar, o la existencia de hogares denominados “dona”, es decir sin la generación intermedia. Otro de los resultados es que el efecto edad en la variable tasa de ahorro no describe un perfil de U invertida como lo predice la hipótesis de ciclo de vida. Contrario a lo que supone la teoría, no hay evidencia de desahorro en las edades avanzadas. Las cohortes perceptoras de remesas comienzan a ahorrar desde los inicios del ciclo de vida y en las edades avanzadas lo siguen haciendo. A diferencia de éstas, las cohortes no perceptoras de remesas tienen tasas de ahorro bajas al comienzo del ciclo de vida y en las edades avanzadas registran sólo pequeños incrementos. Además se encontró que el efecto edad es más pronunciado entre las cohortes perceptoras de remesas.

Finalmente deseo agradecer nuevamente la distinción y el reconocimiento que me otorga El Colegio de México. Manifiesto mi alegría y emoción. Muchas gracias por su atención.

*Palabras pronunciadas durante la ceremonia de entrega del Premio Gustavo Cabrera, celebrada el 17 de enero de 2013 en la Sala Alfonso Reyes de El Colegio de México.

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