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Estudios demográficos y urbanos

versión On-line ISSN 2448-6515versión impresa ISSN 0186-7210

Estud. demogr. urbanos vol.27 no.3 Ciudad de México sep./dic. 2012

https://doi.org/10.24201/edu.v27i3.1422 

Artículos

Historia residencial de los francilianos nacidos entre 1930 y 1950*

Residential History of People Born in Île-de-France between 1930 and 1950

Catherine Bonvalet** 

Nicolas Robette*** 

** Directora de Investigación del Instituto Nacional de Estudios Demográficos. Correo electrónico: <bonvalet@ined.fr>.

*** Profesor investigador de la Universidad de Versailles-Saint-Quentin-en-Yvelines (Laboratorio Printemps) e investigador asociado del Instituto Nacional de Estudios Demográficos. Correo electrónico: <nicolas.robette@ined.fr>.


Resumen:

El propósito de este artículo es relatar la historia residencial de las generaciones nacidas entre 1930 y 1950 que habitan París y sus afueras. Se basa en la encuesta Biografías y entorno que recolectó el INED en 2001 entre cerca de 2 830 francilianos (oriundos de la región de Île-de-France) pertenecientes a estas generaciones. Sus trayectorias residenciales y geográficas dan testimonio de los grandes momentos de la urbanización franciliana que ocurrieron en el transcurso de la segunda mitad del siglo XX, particularmente con la expansión de la propiedad y los fenómenos de periurbanización y gentrificación. Desde el punto de vista geográfico se advierten tres grandes tendencias: un movimiento centrífugo que aleja a los francilianos del centro de la aglomeración; una cierta estabilidad en la zona geográfica donde se han asentado en Île-de-France, lo que denota su apego a París y su arraigo a las afueras; y en una proporción menor, un cierto retorno al centro de la aglomeración. Algunas encuestas han observado también movimientos urbanos; éstos fueron los casos de los pioneros de la periurbanización con el acceso a la propiedad de una casa individual en parcelación y el de los pioneros de la gentrificación en ciertos distritos de la capital situados en los alrededores cercanos. El análisis por generación muestra el efecto diferenciado de las políticas sobre los recorridos residenciales y geográficos. Revela sobre todo la repercusión de los cambios matrimoniales sobre las trayectorias. Aunque las trayectorias residenciales de las generaciones nacidas antes de la guerra, al igual que sus trayectorias familiares, se mostraban de manera lineal conforme a un esquema que iba del arriendo hacia la propiedad, las trayectorias de las generaciones nacidas después de 1945 resultaban mucho más caóticas según las uniones, separaciones y reemparejamientos eventuales. La propiedad, que a menudo se presenta como el fin último del recorrido, se convierte para algunos en una etapa dentro de una trayectoria cada vez más compleja.

Palabras clave: recorrido; alojamiento; trayectoria geográfica; movilidad; gentrificación; periurbanización; tipología de trayectorias

Abstract:

The purpose of this article is to describe the residential history of the generations born between 1930 and 1950, living in Paris and its suburbs. It is based on the Biographies and Setting survey conducted by INED in 2001 on about 2830 people from the Île-de-France region belonging to these generations. Their residential and geographical trajectories testify to the great moments of Île-de-France urbanization that occurred during the course of the second half of the 20th century, particularly with the expansion of property and the phenomena of periurbanization and gentrification. From a geographical point of view, three major trends emerge: a centrifugal movement that drives people from the Île-de-France region away from the center of the agglomeration, a certain stability in the geographical area where they have settled in Île-de-France, denoting their attachment to Paris and their roots in the suburbs, and to a lesser extent, a return to the center of the agglomeration. Some surveys have also observed urban movements. This was the cases of the pioneers of periurbanization with access to the ownership of an individual home in a holding and of the pioneers of gentrification in certain districts of the capital located in the immediate vicinity. Analysis by generation shows the different effect on residential and geographical routes. Above all, it reveals the impact of marital changes on trajectories. Although the residential trajectories of the pre-war generations, like their family trajectories, were shown in a linear manner in a scheme that went from rental to ownership, the trajectories of the generations born after 1945 were far more chaotic, due to unions, separations and the eventual formation of new couples. Ownership, often presented as the ultimate goal of the course, becomes a stage in an increasingly complex trajectory for some.

Key words: journey to lodging; geographical trajectory; gentrification; periurbanization; typology of trajectories

Introducción

El proceso de urbanización de Francia, contrariamente al de Inglaterra, ha experimentado una puesta en marcha tardía y una evolución moderada por largo tiempo (Dupaquier y Oldo, 1989). No fue sino después de la Segunda Guerra Mundial cuando se intensificaron la concentración urbana y la movilidad residencial en el territorio francés, y la región parisina resultó la principal destinataria de esos movimientos de población (Fenouillet y Madinier, 1996). En tal contexto, durante los cincuenta últimos años se ha transformado profundamente la región de Île-de-France bajo el efecto de varios fenómenos: la renovación de París, la densificación de los suburbios y la desaparición de los pueblos rurales en la Gran Corona. Estas alteraciones modificaron la distribución de la población. Entre 1962 y 2007 la población de Île-de-France aumentó 40%, con un ritmo ligeramente más rápido que el de la población de la Francia metropolitana. La distribución de los habitantes en el interior de la región de Île-de-France se modificó claramente: de representar en 1962 alrededor de un tercio del peso de París, en 2007 es inferior a una quinta parte, lo que corresponde a una baja de 43%. Estas evoluciones están ligadas en parte a la adopción progresiva de un nuevo modo de vida en la periferia de las ciudades como consecuencia del desarrollo del transporte y del automóvil y de la desconcentración de los empleos. Las familias francilianas han sido protagonistas esenciales de los cambios profundos del modelo urbano (Berger, 2004). Durante la década de los setenta, tras la construcción de grandes edificaciones en el decenio precedente, las urbanizaciones de casas1 se propagaron en la periferia de las comunas rurales en los márgenes de la aglomeración parisina, en un fenómeno de dispersión urbana que ha continuado durante el transcurso del periodo reciente.

El surgimiento de nuevos tipos de vivienda con la edificación de HLM (vivienda de alquiler moderado),2 después de los pabellones en la periferia y de la difusión de la copropiedad en París y en los suburbios, el mercado habitacional se ha diversificado, y los hogares cuyas opciones eran limitadas al principio de su ciclo de vida han visto ampliarse considerablemente la gama de posibilidades.

Por esta razón luego de varios decenios se desarrollaron numerosas investigaciones en Francia y en Europa acerca de las opciones residenciales (Rossi, 1955; Leliévre y Bonvalet, 1994; Clark y Dieleman, 1996; Mulder y Wagner, 2001). El análisis de las opciones en materia de localización de vivienda concierne generalmente a los factores vinculados a una mudanza, la compra de la residencia principal o la llegada a un nuevo barrio. Se trata entonces de conciliar los diferentes factores que intervendrán en la decisión con los límites de los recursos disponibles: localización, estatus de ocupación, tipo y tamaño de la vivienda, medio ambiente físico y social que las rodea, equipo, transporte, escuelas, etc. Para comprender los cuestionamientos que se plantean en un momento dado es necesario contextualizarlos en la sucesión de opciones de viviendas y de localización que se realizan en el transcurso de la trayectoria residencial y geográfica, de forma que se tome mejor en cuenta un conjunto de factores capaces de influir en la movilidad. Por ello tras una decena de años los investigadores se han interesado en las trayectorias residenciales valiéndose del concepto de housing careers (Myers, 1999; Clark et al., 2003).

El propósito de este artículo es reconstruir la historia residencial de las generaciones que habiendo nacido entre 1930 y 1950 han habitado en París y en los suburbios; la base es la encuesta Biografías y entorno del INED.3 Estas generaciones tienen la particularidad de haber presenciado los grandes cambios urbanos que se produjeron en Francia con la renovación del parque inmobiliario: mejoramiento del confort, difusión de la propiedad y periurbanización. La mayoría de los encuestados pasó del mundo rural de su infancia al mundo global del siglo XXI. Por otro lado, estas transformaciones urbanas acompañaron los cambios radicales que atravesó la sociedad en el mundo laboral con la participación masiva de las mujeres, y en la esfera privada con su emancipación, la baja de la fecundidad y el desarrollo de nuevas formas familiares.4 Es pues posible dar seguimiento con la encuesta Biografías y entorno a la manera en que las generaciones han vivido los cambios urbanos desde su infancia hasta nuestros días y la forma en que los comportamientos matrimoniales han afectado sus trayectorias residenciales y geográficas. En efecto, la muestra recogida (2 830 participantes) brinda la posibilidad de analizar las diferentes evoluciones -familiar, profesional y residencial-, de compararlas según las generaciones, y en particular de examinar si las generaciones del baby boom (los nacidos ente 1946 y 1950) se distinguen en su comportamiento residencial y patrimonial de las que nacieron antes o durante la guerra.

Observaremos primeramente las trayectorias residenciales de los francilianos de entre 50 y 70 años atendiendo en particular a la edad en que esas generaciones se convirtieron en propietarias de su residencia principal o de su residencia secundaria. En un segundo tiempo analizaremos en qué espacio geográfico se han desarrollado dichas trayectorias y cómo han modificado el reparto espacial de la población parisina.

Trayectorias residenciales: una complejidad cada vez mayor

Una historia residencial marcada por la difusión de la propiedad

Los encuestados hicieron su recorrido residencial en un contexto de difusión de la propiedad y de urbanización sin precedente.5 Lo que era una utopía en el siglo xix y un cierto fracaso entre las dos guerras, se concretó finalmente en el transcurso de la segunda mitad del siglo XX (Bonvalet, 1998). En 1954 sólo 34% de los hogares era de sus propietarios contra 56% en 2002, pero esta difusión de la propiedad no ocurrió de manera lineal (Topalov, 1987). Entre los años 1950-1963, que corresponden al periodo en que los encuestados más viejos se volvieron independientes y constituyeron una familia, se presentó un fuerte crecimiento de la producción de viviendas nuevas, especialmente de las destinadas a la propiedad. Muchos trabajadores de rangos superiores y medianos resolvieron su problema de vivienda comprando su residencia principal. Sin embargo los tipos de vivienda que salieron al mercado y los préstamos que los acompañaron favorecieron igualmente el aumento del número de propietarios entre los obreros y los empleados. Este periodo fue seguido, de 1963 a 1968, por una baja que afectó a todas las categorías sociales, pero en particular a los obreros. En seguida se recuperó la difusión de la propiedad, pero a un ritmo menor que el de los años cincuenta. Los ejecutivos, pero también los obreros calificados y los capataces, fueron los principales beneficiarios, aunque los obreros especializados y los peones quedaron al margen de tal crecimiento. Después de 1974 se presentó una nueva baja, si bien se mantuvo la construcción de casas individuales con acceso a la propiedad favorecida por la reforma de ayudas a la vivienda de 1977 y se incrementó en el transcurso de los años ochenta. Los encuestados, según fuera su generación, se beneficiarán así de condiciones más o menos favorables. Las generaciones nacidas justo antes de la guerra sacaron partido del contexto favorable de los años 1955 a 1965 para convertirse rápidamente en propietarios, mientras que los más jóvenes, que pertenecían a las generaciones del baby boom, no disfrutaron tan buenas condiciones a causa de la coyuntura económica y del desaceleramiento de la inflación (gráfica 1). En efecto, las generaciones que nacieron entre las dos guerras sacaron provecho de todas las transformaciones de los modos de financiamiento de la vivienda. A partir de los años cincuenta el crédito se desarrolló con los préstamos hipotecarios, y los hogares que al principio estaban reticentes a la idea misma del crédito se dejaron seducir por el acceso a la propiedad dado que la ley de 1948 puso fin al bloqueo de los alquileres (Loiseau y Bonvalet, 2005).

GRÁFICA 1 Tasas de propietarios según la edad y la generación  

De los encuestados nacidos entre 1935 y 1939, 48% son ya propietarios a los 35 años, contra 40% de los de la generación del baby boom. Estas diferencias subsisten, ya que a los 50 años la tasa de propietarios asciende entre los más viejos a más de 66% contra 58% entre los más jóvenes (1946-1950). Pero, contrariamente a las generaciones 1930-1934, los más jóvenes han podido beneficiarse desde el principio de su trayectoria residencial de nuevas viviendas HLM, construidas a partir de finales de los años cincuenta (tras 25 años encontramos 10% entre las generaciones del baby boom contra 3% de las generaciones 1930-1934).

En la fecha de la encuesta los propietarios presentaban características demográficas, familiares y sociales que podemos determinar fácilmente con la ayuda de un modelo de regresión logística (cuadro 1). Como era de esperarse, las parejas, los cuadros superiores y los profesionales intermedios son propietarios más a menudo, tal como los habitantes de la Gran Corona (véase los mapas 1 y 2). Un número elevado de hijos, los avatares de la vida conyugal (el hecho de haber vivido en una familia reconstituida) y el origen extranjero provocaron un efecto negativo sobre la posibilidad de ser propietarios. En las generaciones del baby boom aparecen menos propietarios que entre los encuestados que nacieron antes o durante la guerra.

* Significativo a 10%.

** Significativo a 5%.

*** Significativo a 1%.

Fuente: Encuesta Biografías y entorno.

CUADRO 1 Características de encuestados propietarios de una residencia principal  

Fuente: INED.

MAPA 1 Francia e Île-de-France  

Fuente: INED.

MAPA 2 Región Île-de-France, París y siete departamentos  

Sin embargo la constitución de un patrimonio inmobiliario no pasa forzosamente por la compra de la residencia principal. Existen otras lógicas que conllevan su parte de racionalidad. La no propiedad de la residencia principal puede explicarse por la posesión de otros bienes inmobiliarios. Se trata de una elección particularmente manifiesta para los extranjeros que residen en la región parisina. Después de una estadía en Francia, cuya duración para algunos llega a ser de 20 a 30 años, otorgan a la propiedad un sentido particular. De este modo expresan su deseo de regresar al país de origen, donde constituyeron su patrimonio inmobiliario. Observamos ese comportamiento más específicamente entre los portugueses (61% tiene una residencia secundaria) (Villanova y Bonvalet, 1999). Hay asimismo otras lógicas, aunque minoritarias.

Para ciertos hogares la propiedad de la residencia principal es menos atractiva que la localización de la vivienda en el centro de la ciudad, pues con la compra de una vivienda se ven forzados a salir rumbo a los suburbios. Otros, que se benefician de una renta poco elevada o están viviendo a título gratuito, aprovechan la posibilidad de invertir en un bien inmobiliario diferente de su residencia principal. Así, más de la mitad de los encuestados alojados gratuitamente (54%) son propietarios de una residencia secundaria (contra 31% de arrendatarios del sector libre y 37% de propietarios); es el caso de 25% de los encuestados que habitan un HLM.

Si se calcula para los encuestados una nueva tasa de propiedad que incluya las residencias secundarias se obtiene que 75% de ellos son propietarios dentro del conjunto de encuestados de Biografías y entorno. Se observan las mismas diferencias entre generaciones: los más jóvenes son menos propietarios que los miembros de las generaciones precedentes. Con la ayuda de un modelo de regresión logística es posible caracterizar a los encuestados que poseen una residencia secundaria: se trata casi siempre de parejas que han tenido hijos, de profesionistas, propietarios de departamentos o de personas alojadas gratuitamente. Frecuentemente viven en París o en los suburbios, que comprenden los departamentos contiguos a París (véase los mapas 1 y 2). Si la nacionalidad no influye decisivamente es debido a la gran diversidad de comportamientos de los residentes que provienen de Europa y de otros continentes.

Sin embargo el análisis por edad y por generación muestra que a los 50 años las generaciones que nacieron después de 1940 presentan una tasa de posesión de residencias secundarias ligeramente superior a la de las demás. Entre las generaciones del baby boom son menos las propietarias de una residencia principal a los 50 años que las demás generaciones; a menudo a esa edad poseen una residencia secundaria. Varios de ellos, frente al aumento de los precios de las viviendas en la región Île-de-France, han preferido mantenerse como inquilinos o se han visto obligados a ello y han colocado su inversión inmobiliaria en la residencia secundaria, menos cara en provincia. La gráfica 2 muestra claramente que la adquisición de una residencia secundaria ocurre sobre todo entre los 40 y los 60 años. Después de esa edad la curva disminuye, traduciendo así movimientos de patrimonio y sin duda una desacumulación al fin del ciclo de vida entre las generaciones nacidas entre 1930 y 1939.

Nota: Efectivos no ponderados.

Fuente: Encuesta Biografías y entorno.

GRÁFICA 2 Tasas de propietarios de residencias secundarias según la edad y la generación  

Fuente: Encuesta Biografías y entorno; efectivos ponderados.

CUADRO 2 Tasa de propietarios de una residencia secundaria en la encuesta según la generación y el estatus de ocupación  

Trayectorias residenciales cada vez más complejas

Una diversidad de trayectorias residenciales

Los resultados que presentamos muestran algo bastante simple: a los 50 años los hogares encuestados han ocupado en promedio, desde su primera vivienda independiente, un número de viviendas cercano a tres y 62% son propietarios de su vivienda. El análisis de las trayectorias residenciales revela una realidad más compleja. Al considerar seis estatus posibles: propietarios, inquilinos privados, inquilinos HLM, otros estatus (viviendas gratuitas, viviendas de función social, vivienda en familia, hoteles, etc.), alojamiento en una colectividad, y viviendas transitorias,6 se obtienen 531 trayectorias posibles. Si el número de etapas, es decir el número de cambios de estatus (y no de viviendas) varía entre 1 y 14 existe una fuerte concentración alrededor de dos a tres etapas, como muestra la gráfica 3.

Fuente: Encuesta Biografías y entorno.

GRÁFICA 3 Distribución del número de etapas  

Más allá de seis etapas las trayectorias corresponden prácticamente a unos cuantos individuos, incluso a un individuo.

Por ello de las 531 trayectorias sólo nos hemos referido a las 10 más frecuentes. Estas últimas corresponden al recorrido de alrededor de la mitad de los encuestados de Biografías y entorno, como se representa en la gráfica 4. La trayectoria que suele considerarse típica (o trayectoria modal -Grafmeyer, 1994-) con el paso del estatus de inquilino al de propietario, concierne solamente a 20% de los encuestados, y a 25% si se agrega a quienes comenzaron una etapa alojados por la familia o en casa del empleador. Luego vienen los encuestados que tienen un solo alojamiento, ya sea en ubicación privada (7%) o en propiedad (también 7 por ciento).

Fuente: 50% de los encuestados en Biografías y entorno.

GRÁFICA 4 Trayectorias residenciales más frecuentes  

...que resultan parte de la historia familiar y profesional

El análisis final de las 50 trayectorias más frecuentes, que representa el recorrido de 75% de los encuestados, permite ir más allá de la simple descripción al tomar en cuenta una más de las características clásicas: PCS(población y categorías sociales), estado matrimonial y diploma, variables que se consideran pertinentes durante las exploraciones cuantitativas o cualitativas (Bonvalet, 1998).

Se trata en particular del lugar de nacimiento, de la posesión de una residencia secundaria, y de la historia familiar del encuestado. Las trayectorias residenciales pueden así reagruparse en seis clases (cuadro 3) (véase Isnard y Sautory, 1994; Lebart, Morineau y Piron, 2000).7

Nota: Pro: propietario; Loc: locatario (inquilino); HLM: viviendas sociales de renta moderada; Aut: otras viviendas independientes excepto las de los propietarios, inquilinos y HLM (cubre las viviendas gratuitas, de función social); Col: viviendas colectivas como residencias para la tercera edad, cuarteles, hoteles; Tra: viviendas transitorias ocupadas por un periodo superior a un año.

Fuente: Biografías y entorno, grupo de referencia 75% de los encuestados.

CUADRO 3 Clasificación de las trayectorias residenciales 

* Definido en la clasificación (cuadro 3).

Fuente: Biografías y entorno.

CUADRO 4 Trayectorias residenciales y generaciones (porcentajes) 

  • La primera clase reagrupa las trayectorias que conllevan sistemáticamente una etapa HLM o una etapa de otros estatus como el de los alojados gratuitamente. Este recorrido corresponde más que nada a los itinerarios de los obreros o de los empleados que tienen tres hijos o más y a menudo a los de origen extranjero que no viven en pareja en el momento de la encuesta. Su última vivienda suele ser un departamento de 1 a 4 piezas que se sitúa en París o en la Pequeña Corona.

  • La segunda clase reúne un conjunto de recorridos a veces complejos que desembocan en la propiedad. Se caracterizan por la casi ausencia de paso por los HLM. Aquí encontramos primordialmente a los cuadros superiores que en un momento de su vida han recompuesto una familia de nacionalidad francesa. Habitan casi siempre en una casa de más de cuatro piezas en la Gran Corona.

  • En la tercera clase caben las trayectorias que presentan las dos características siguientes: todas, salvo una, terminan en una etapa en arriendo y no conllevan ningún alojamiento en propiedad o en HLM. Son a menudo las de los obreros que han recompuesto una familia en un momento de su existencia pero viven solos en la fecha de la encuesta, o las de célibes sin hijos. Viven mayormente en departamentos en París.

  • La cuarta clase, como la segunda, es de propietarios, sin embargo se distingue por su paso más frecuente por el HLM y por un conjunto de recorridos más lineales. Corresponde de hecho al trayecto de inquilinos a propietarios, antecedido o no por un paso por los HLM u otros estatus. El acceso a la propiedad es el desenlace del recorrido residencial. Las parejas casadas con uno o dos hijos pertenecientes a las profesiones intermedias están sobrerrepresentadas. En el momento de la encuesta se alojaban en una vivienda de más de cuatro piezas situada en la Gran Corona. Estas parejas pertenecen a las generaciones que se han visto beneficiadas con “la edad de oro del acceso a la propiedad”, la de quienes nacieron entre 1935 y 1939.

  • La quinta clase agrupa las trayectorias de quienes luego de un acceso a la propiedad terminan con el estatus de inquilinos. Corresponden a personas que se han separado y que a menudo han recompuesto una familia en el transcurso de su ciclo de vida. En el momento de la encuesta es frecuente que vivan solas en un pequeño departamento.

  • En la sexta clase están las personas que han sido siempre propietarias de su vivienda. Pertenecen mayormente a la categoría de artesanos y de profesionistas liberales de las generaciones nacidas entre 1930 y 1939. No han tenido hijos o sólo tienen pocos hijos. Su último alojamiento es una casa de más de cuatro piezas.

Además, la clasificación por generaciones revela las grandes tendencias que han marcado las trayectorias residenciales en el transcurso del tiempo. Las generaciones más jóvenes siguen recorridos cada vez más complejos.8 Las clases tercera y quinta, que no cubrían más de 6% de las trayectorias de las generaciones nacidas antes de 1940, representan 15% de las generaciones del baby boom, mientras que la sexta clase, de “siempre propietarios”, cae de 10 a 4%. Por otro lado, el peso de las clases segunda y cuarta, que reagrupan el recorrido cuya última etapa es la propiedad, tiende a disminuir de las generaciones más antiguas a las más jóvenes.

Más de 75% de los encuestados de esas generaciones han sido propietarios de su residencia principal en un momento de su vida. Dado que a menudo se presenta la propiedad como la etapa final de toda trayectoria residencial, conviene constatar que no lo ha sido para todos los encuestados. En un momento dado una tercera parte de ellos abandonó el mundo de los propietarios para irse al sector arrendatario privado (20%), a los HLM(3%), o a otros estatus (vivienda con la familia e incluso vivienda social; cerca de 8%), o han ocupado durante algún periodo viviendas transitorias (2%). Estos cambios de estatus, como lo muestran las características de las personas agrupadas en la quinta clase, muy a menudo están vinculados a una ruptura de la vida conyugal que comprende a veces la venta de la casa o el departamento y el regreso a la forma de alojamiento de arrendatario. Pero estos regresos pueden ser igualmente el resultado de un traslado hacia París o de la obtención de un trabajo nuevo en otra región. De esta forma las generaciones del baby boom han seguido un recorrido de vivienda más caótico que las generaciones precedentes, pues han estado vinculadas a una gran movilidad profesional y familiar.

Sin embargo el análisis de ese recorrido entre viviendas no puede reducirse al simple encadenamiento de las que se han habitado; se deben resituar las trayectorias residenciales en el espacio en que se muestran. Los recorridos entre viviendas y los recorridos geográficos constituyen trayectorias relacionadas, ya que la elección de una vivienda resulta de la decisión entre diferentes criterios, especialmente el estatus de ocupación, el tamaño, el tipo de vivienda y la localización.

Trayectorias geográficas: un movimiento centrífugo dominante

En esta parte se analizarán las transformaciones urbanas no sólo a partir de los datos de los censos, sino a partir de las trayectorias de movilidad residencial de los encuestados de Biografías y entorno. La encuesta ha recolectado el conjunto de viviendas ocupadas al menos por un año y su localización desde el nacimiento del participante hasta el momento de la encuesta. Podemos entonces seguir todas las migraciones que ha efectuado en el transcurso de su ciclo de vida y analizar la evolución del reparto de las generaciones nacidas entre 1930 y 1950 en la región parisina. Sólo 39% de los encuestados de la generación 1930-1950 presentes en Île-de-France en 2000 es franciliano de nacimiento. Los otros, originarios de la provincia (35%) o del extranjero (24%), llegaron más tarde (Beaufils y Bonvalet, 2006). La migración hacia París ha constituido pues, para la mayoría de ellos, un acontecimiento que ha marcado su trayectoria, ya sea que haya ocurrido durante su infancia o en la edad adulta. Su historia residencial presenta la particularidad de situarse en la bisagra entre dos mundos: el rural de principios del siglo XX que conocieron de niños, y el mundo global del siglo XXI al que han contribuido.

Examinaremos primeramente la diversidad de las trayectorias geográficas de los encuestados a partir del momento en que dejaron el domicilio de sus padres, y en un segundo tiempo trataremos de caracterizar sus diferencias según las poblaciones involucradas.

Los movimientos migratorios de los francilianos

A partir de los años sesenta las trayectorias residenciales se han beneficiado de una apertura considerable de la gama de tipos de viviendas, sobre todo gracias al efecto de las políticas de vivienda y urbanismo: departamentos en los grandes conjuntos, urbanizaciones de casas individuales, viviendas rehabilitadas en alquiler o en copropiedad, inmuebles colectivos nuevos construidos en París y en suburbios cercanos, etc. Estas numerosas oportunidades han dado origen a grandes movilidades intraurbanas, en particular bajo la forma de una dispersión urbana, así como a una diversificación de recorridos individuales, como ilustran las trayectorias residenciales de los encuestados de Biografías y entorno nacidos entre 1930 y 1950.

Con la intención de sólo tomar en cuenta las decisiones de localización de los encuestados en edad adulta, según su recorrido familiar y residencial, observamos las trayectorias geográficas a partir de su primera vivienda independiente (es decir, fuera del domicilio familiar pero pudiendo estar alojados en casa del empleador). Encontramos entonces una notable diversidad (gráfica 5). En las cinco zonas geográficas que tenemos (París, Pequeña Corona, Gran Corona,9 provincia, extranjero/DOM-TOM)10 hallamos 457 formas de movilidad geográfica distintas. Entre los 2 822 encuestados que se marcharon de casa:11 28% de los francilianos de entre 50 y 70 años comenzaron su recorrido de vivienda independiente en París y 25% en la Pequeña Corona. Las primeras instalaciones residenciales son ligeramente más numerosas en provincia (19%) que en la Gran Corona (17%); las del extranjero (los DOM-TOM) sólo representan a 11% de los encuestados.

Nota: Grupo de referencia: 2 822 encuestados que marcharon de casa.

Fuente: Biografías y entorno.

GRÁFICA 5 Localización geográfica de la primera vivienda independiente  

Ciertos encuestados se mantuvieron largo tiempo en la zona geográfica de su primera vivienda independiente tras salir de casa, mientras que otros cambiaron más rápidamente.

Podemos darnos una idea de estas diferencias al observar el número de etapas geográficas12 cercanas a la salida de casa (cuadro 5). Si varían entre 0 y 14 encontramos una gran estabilidad geográfica: tres cuartas partes de los encuestados han efectuado como máximo tres cambios de ubicación.

Nota: Grupo de referencia: 2 822 encuestados que se marcharon de casa.

Fuente: Biografías y entornos.

CUADRO 5 Número de etapas geográficas en el transcurso de la vida adulta  

Los cambios de localización aparecen claramente en la gráfica 6, en que se representa la repartición de las localizaciones según la edad. En un principio ésta se fijó en 23 años, que corresponde a la edad media de la salida del hogar familiar (decohabitación). La edad máxima para la cual se dispone de informaciones acerca del conjunto de encuestados son los 50 años, pues ellos tenían entre 50 y 70 años en el momento de la encuesta. Lógicamente la parte de viviendas situadas en provincia o en el extranjero (o en los DOM-TOM) disminuye regularmente hasta ser casi nula a los 50 años. Por otro lado, a los 23 años casi 25% de los encuestados habitaba en París. Esta proporción es ligeramente diferente de la de la gráfica 1 porque algunos no habían dejado el domicilio familiar y podían residir en provincia para llegar más tarde a París a su primera vivienda independiente. Por otra parte se observa un ligero aumento de la proporción de encuestados que viven en la capital durante los primeros años. Tal proporción disminuye ligeramente y luego se mantiene estable entre cerca de 20% a partir de los 35 años. La proporción de encuestados que vive en la Pequeña Corona pasa de un poco más de 25% a alrededor de 35%; el aumento se concentra principalmente en el periodo anterior a los 30 años, mientras que el peso de la Gran Corona hace más que duplicarse: es de 17% a los 23 años y de 42% a los 50 años. Los cambios en el reparto espacial de la población resultan de dos movimientos compatibles: por un lado, una parte de los provincianos y de los extranjeros se instala directamente en los suburbios, y por otro, París va perdiendo al cabo de los años una parte de esta generación (movimiento centrífugo).

Nota: Grupo de referencia: 2 822 encuestados dejaron el domicilio familiar.

Fuente: Biografías y entorno.

GRÁFICA 6 Evolución de la localización geográfica de la población entre 23 y 50 años 

Tales evoluciones reflejan los cambios urbanos de Île-de-France. En efecto, París comenzó a despoblarse en 1921 y la tendencia se acentuó claramente a partir de 1954.

Éste fue también el caso en los años sesenta, cuando la mayoría de los encuestados dejó el hogar familiar. En cambio la población aumentó notablemente en la Pequeña Corona como efecto de la construcción de grandes conjuntos.13 En el siguiente decenio esta política se cuestionó debido a la reanudación de las construcciones de casas individuales. La aglomeración parisina se extendió y apareció entonces un fenómeno de periurbanización vinculado al desarrollo de enlaces ferroviarios y al acceso a la propiedad alentado por los poderes públicos. Las generaciones encuestadas forman parte de los pioneros en el acceso a la propiedad en áreas periurbanas, cuyo modo de vida difiere tanto del mundo urbano como del rural.

El proceso de periurbanización se advierte claramente en la gráfica 7, donde se presentan las trayectorias geográficas más representadas en el seno de nuestra muestra14 y que cubren más de la mitad de los recorridos de los encuestados (1 545). En esta gráfica se reconoce la importancia de las trayectorias que se realizan en la misma zona geográfica. Los tres tipos principales de trayectorias corresponden a la Pequeña Corona (n=327), a la Gran Corona (n=324) y a París (n=198); en seguida vienen las movilidades en el seno de la región Île-de-France y las migraciones de los provincianos hacia la aglomeración parisina.

Notas: Grupo de referencia: los 1 545 encuestados tenían una de las trayectorias más frecuentes.

Los suburbios cercanos corresponden a la Pequeña Corona y los suburbios grandes a la Gran Corona.

Lectura: 327 encuestados tienen una trayectoria geográfica situada íntegramente en la Pequeña Corona, 155 comenzaron una trayectoria en París antes de trasladarse a la Pequeña Corona, etcétera.

Fuente: Biografías y entorno.

GRAFICA 7 Trayectorias geográficas más frecuentes 

Los resultados precedentes sólo dan cuenta de la mitad de las trayectorias que han seguido los francilianos de entre 50 y 70 años; la otra mitad corresponde a los individuos que han hecho recorridos más complejos con numerosas idas y venidas, ya sea en el interior o fuera de la región de Île-de-France. Si consideramos ahora al conjunto de encuestados tomando en cuenta sólo los tres últimos cambios de entornos geográficos (gráfica 8), observamos que las movilidades intraurbanas en Île-de-France han presentado desde hace varios años movimientos contradictorios. El movimiento más importante es centrífugo, pues 910 encuestados (o sea 32% del conjunto) se han alejado del centro de la aglomeración en el transcurso de su última etapa; 587 (21%) se han instalado en la Gran Corona, entre ellos 201 parisinos (7%) que partieron directamente a la Gran Corona y 386 que dejaron la Pequeña Corona por la periferia. Además, 323 parisinos (11%) han dejado la capital para instalarse en la Pequeña Corona.

Nota: Grupo de referencia: 2 830 encuestados. Fuente: Biografías y entorno.

GRÁFICA 8 Movilidades intraurbanas en Île-de-France  

El segundo movimiento geográfico corresponde al arraigo en la misma zona geográfica; así, 857 encuestados (30%) se mantuvieron estables desde el punto de vista espacial: 327 (12%) en la Pequeña Corona, 324 (11%) en la Gran Corona, 198 (7%) en París y 8 no se separaron nunca del hogar familiar. Regresaron al centro de la aglomeración 302 encuestados, o sea 11% del conjunto de francilianos de entre 50 y 70 años de edad: 119 (4%) dejaron los grandes suburbios para habitar los pequeños suburbios y 183 individuos (6%) regresaron a París. Si agregamos los 124 hogares francilianos que luego de una etapa residencial en provincia o en el extranjero se instalaron directamente en París, se obtiene 10% de regreso a París. Todas las otras trayectorias (559 encuestados, o sea 20%) incluyen idas y vueltas entre la región de Île-de-France y la provincia o el extranjero. En el cuadro 6 se detallan los individuos que conciernen a estas movilidades.

Notas: Grupo de referencia: 2 830 encuestados.

Fuente: Biografías y entorno.

CUADRO 6 Movilidades intraurbanas en Île-de-France 

En el cuadro 7 se advierte que, contrariamente al esquema clásico que supone el paso del conjunto de familias por París, sólo cerca de la mitad de los encuestados ha vivido un momento en la capital. Pueden observarse grandes diferencias. La mayoría de los parisinos de nacimiento y los migrantes provincianos y extranjeros han residido en París; por el contrario, los habitantes de los suburbios que han habitado allí siendo adultos resultan menos numerosos: 38% de los nacidos en la Pequeña Corona y 24% en la Gran Corona. Esto confirma los movimientos centrífugos y las movilidades en el interior de una misma zona geográfica fuera de París.

Nota: Grupo de referencia: 2 830 encuestados.

Lectura: Por ejemplo, 65% de los encuestados nacidos en París ha vivido al menos un año en la Pequeña Corona luego de haber dejado el domicilio parental.

Fuente: Biografías y entorno.

CUADRO 7 Proporción de encuestados que han vivido en las diferentes regiones en el transcurso de la vida adulta, según el origen  

Estos resultados revelan las movilidades de las generaciones nacidas entre 1930 y 1950 en el transcurso de los últimos cuarenta años. Éstas confirman el movimiento centrífugo, sobre todo con el proceso de periurbanización, pero revelan igualmente un fenómeno de estabilidad en el interior de una misma zona geográfica. El regreso al centro se mantiene en forma minoritaria con 6% de retorno a París. Sólo queda por investigar quiénes efectúan ese recorrido y si muestran comportamientos específicos.

Los comportamientos geográficos al respecto no se han determinado en su conjunto en razón de la complejidad de los caminos entre París y sus suburbios, la región Île-de-France y la provincia o el extranjero. En un caso hemos retenido solamente las 10 primeras trayectorias, en el otro las tres últimas movilidades. Estos resultados no nos permiten calificar las trayectorias y poner en evidencia la especificidad de algunas en función del tipo de población; sin embargo intentaremos hacerlo en un segundo tiempo.

Trayectorias geográficas y diferenciación social

Un análisis más profundo de las trayectorias geográficas debería permitir traspasar la simple descripción al tomar en cuenta las características clásicas (categorías socioprofesionales, estado matrimonial, etc.), pero también diversas variables que resultan pertinentes luego de utilizarlas cuantitativa o cualitativamente (Bonvalet, 1998). Se trata en particular del lugar de nacimiento, de los dos últimos estatus de ocupación de la trayectoria residencial, de la posesión de una residencia secundaria y de la historia familiar del encuestado.

Cuando se pretende caracterizar simultáneamente las trayectorias geográficas individuales atendiendo al periodo en que opera cada transición de una etapa a otra, a la duración y la sucesión de las etapas observadas, el número de trayectorias posibles se vuelve muy alto; los recorridos individuales parecen muy heterogéneos. Existen sin embargo regularidades, ya que ciertas trayectorias no idénticas esconden en realidad un recorrido similar en el conjunto del periodo. Mediante cierto método estadístico es posible tomar en cuenta el conjunto de trayectorias, hacer una clasificación y en seguida analizar las trayectorias tipo obtenidas: con el análisis armónico cualitativo15 introducido por G. Saporta (1981) y J.C. Deville (1982) se aplican técnicas de análisis de datos (análisis factorial y clasificación) a trayectorias individuales con el objetivo de clasificar el conjunto de trayectorias geográficas de la población encuestada según su grado de similitud para así construir una tipología. Esto es posible gracias a las técnicas de análisis factorial y de clasificación, pero es indispensable codificar previamente las trayectorias individuales de manera adecuada. El principio del análisis armónico cualitativo consiste en cortar el periodo de observación (aquí de 23 a 50 años) en subperiodos y en medir, para cada uno de los individuos y cada uno de los subperiodos, la proporción de tiempo que pasó en cada uno de los estados (París, Gran Corona, Pequeña Corona, DOM-TOM -provincias y territorios franceses de ultramar- y el extranjero).16 Las variables así creadas son ahora sometidas a un análisis factorial de correspondencias y luego a una clasificación ascendente jerárquica (véase el anexo 1.). Una de las principales ventajas de este método es que valiéndose de las duraciones de los diferentes subperiodos permite darle mayor importancia a los momentos de la trayectoria durante los cuales la densidad de los acontecimientos es mayor. En el caso de las trayectorias geográficas también se toma nota de que las migraciones ocurren más a menudo en la primera parte de la vida adulta.

Los resultados del análisis armónico se orientan hacia una partición en 14 clases: se obtiene así una tipología formada por 14 trayectorias tipo (cuadro 8). Las dos grandes características de las trayectorias integradas por el análisis armónico, esto es, la duración y las transiciones, se reencuentran en los principales factores que diferencian esas clases. Podemos en efecto distinguir cuatro grupos de trayectorias geográficas según su articulación entre el lugar de salida y el lugar de destino. El calendario de la migración interviene en una segunda fase para diferenciar ciertas clases:

Notas: Grupo de referencia: 2 830 encuestados. PC= Pequeña Corona; GC= Gran Corona; IdF= Île-de-France.

Fuente: Biografías y entorno.

CUADRO 8 Tipología de las trayectorias geográficas  

  • Un primer grupo (clases 1 a 3) estará integrado por tres clases de individuos cuya trayectoria geográfica es mayoritariamente estable en el seno de Île-de-France (en París en la Pequeña y la Gran Corona; véase la gráfica 9). Aquí está incluida la mayor parte de los encuestados: 52.4 por ciento.17

  • Un segundo grupo estará constituido por cuatro clases de trayectorias situadas íntegramente en Île-de-France pero que implican igualmente un cambio de zona (18.3%): centrípeta -de la Gran Corona hacia la Pequeña Corona (clase 4)-, o centrífuga -de París hacia la Pequeña Corona (clase 5; véase la gráfica 10) o la Gran Corona (clase 6), y de la Pequeña Corona hacia la Gran Corona (clase 7).

  • Un tercer grupo incluye otras cuatro clases parecidas a las trayectorias geográficas dirigidas hacia Île-de France (26.4% de los individuos), que se singularizan por su lugar de origen (provincia o extranjero) o el periodo de migración (al principio o al fin de la trayectoria). Por ejemplo, en las clases 8 y 9 hay un movimiento del extranjero hacia Île-de-France, pero en la clase 8 (véase la gráfica 11) la edad promedio de migración es de 28 años, mientras que en la clase 9 es de 38 años. Igualmente, en las clases 10 y 11 la respectiva migración hacia la Gran Corona o la Pequeña Corona tiene lugar más temprano que en la clase 12.

  • En fin, las dos últimas clases corresponden a trayectorias geográficas inestables (2.9%): principian y concluyen en Île-de-France pero incluyen uno o varios pasos por la provincia (clase 14) o el extranjero (clase 13; véase la gráfica 12).

Lectura: A los 23 años, alrededor de 80% de los individuos de esta clase vive en la Gran Corona; dos años más tarde tal proporción se acerca a 100%.

GRÁFICA 9 Trayectorias geográficas estables en la Gran Corona (clase 3)  

Lectura: A los 23 años alrededor de 70% de los individuos de esta clase vive en París; dos años más tarde son más de 90%; esta proporción baja en seguida de manera continua hasta los 35 años, edad en que la casi totalidad de los individuos de la clase vive en la Pequeña Corona.

GRÁFICA 10 Trayectorias geográficas de París hacia la Pequeña Corona (clase 5)  

GRÁFICA 11 Trayectorias geográficas del extranjero hacia Île-de-Francehacia los 28 años (clase 8)  

* Los cronogramas de las otras clases de la tipología se presentan en el anexo 2.

GRÁFICA 12 Trayectorias geográficas en Île-de-France con paso al extranjero (clase 13)* 

Con las trayectorias tipo presentadas es posible identificar regularidades en el seno de la diversidad de las trayectorias individuales; esto no excluye sin embargo cierta heterogeneidad en el seno de cada clase. Por ejemplo, algunos individuos de la clase 6 pueden haber emigrado de París a la Gran Corona a una edad diferente de los 29 años, o pueden haber permanecido durante una o varias etapas intermedias en la Pequeña Corona. Además esta clasificación presenta clases estables, con participantes efectivos diferentes de los que incluyen los análisis descriptivos que la preceden. De esta forma la clase 2, caracterizada por una estabilidad en la Pequeña Corona, está constituida por 562 individuos (cuadro 5), contra 327 precedentes (cuadro 3). Esta diferencia se explica por el hecho que sólo 60% de los encuestados de la clase 2 permanecieron durante toda su trayectoria en la Pequeña Corona. Pero para el 40% restante la Pequeña Corona constituye, sin embargo, la localización principal, aquello que justifica su inserción en esta clase por el análisis armónico. En efecto, más de tres cuartas partes de los individuos de la clase 2 han pasado al menos 90% de su trayectoria geográfica en la Pequeña Corona. Al tomar en cuenta la duración es factible reagrupar itinerarios similares y facilitar el análisis del conjunto de trayectorias identificando recorridos tipo. Para el seguimiento de los análisis fue utilizada finalmente una tipología de nueve clases (cuya correspondencia con la tipología inicial figura en el cuadro 9) que materializa además la constitución de los cuatro tipos de movilidad descritos anteriormente. Estos reagrupamientos se han operado con el objetivo de paliar la debilidad de los individuos efectivos de ciertas clases, que habrían podido dañar la significancia de los factores explicativos. Para facilitar la lectura de estas clases reagrupadas les ha sido atribuido un nombre en el (cuadro 5), que resume el recorrido efectuado por los individuos de estas diferentes clases. Cabe mencionar que en los recorridos efectuados en provincia se ha conservado una distinción atendiendo a que los individuos hayan llegado o no tardíamente a la región parisina, ya que esas dos poblaciones tienden a seguir recorridos específicos.

Nota: Grupo de referencia: 2 830 encuestados.

Fuente: Biografías y entorno.

CUADRO 9 Características sobrerrepresentadas de la tipología de las trayectorias geográficas  

Para determinar las modalidades de las variables nominales características de cada clase y que son objeto de una subrepresentación o sobrerrepresentación en la clase con relación al conjunto de la población, se han calculado tests de valor sistemáticamente. Para una descripción de la utilización de estos test de valores podemos remitirnos a la obra de L. Lebart, A. Morineau y M. Piron (2000).

Hay encuestados cuya trayectoria se ha desarrollado en un mismo sitio geográfico, ya sea en París (grupo de trayectorias intitulado París) o en los suburbios (grupos “PC” y “GC”), y han nacido o han residido allí hasta los 15 años. En París el anclaje geográfico va a la par de un anclaje social con una sobrerrepresentación de individuos de jerarquías superiores provenientes de una familia de alto rango, a diferencia de los “arraigados” en los suburbios cuyo origen suele ser popular y su movilidad débil. El perfil demográfico y residencial de los “parisinos” se distingue claramente del resto de la población por la frecuencia más elevada de inquilinos, de personas solas (22% de los encuestados que viven solos se encuentran en esta clase) y sin hijos, mientras que la Pequeña Corona y la Gran Corona albergan a familias propietarias y con hijos. Este fenómeno resulta más claro cuando la trayectoria ha comenzado en París (grupos “Paban”) o en provincia (grupos “Prov1” y “Prov2”). Entre estos últimos (“Prov2”) están sobrerrepresentados los individuos de alto rango con familias numerosas que han migrado hacia la región parisina después de 30 años y han experimentado una fuerte movilidad residencial, lo cual explica la proporción más elevada de inquilinos entre ellos. Los recorridos que van de la Pequeña Corona a la Gran Corona (grupo “Pcgc”) son igualmente la hechura de familias, pero más modestas y más a menudo integradas por un solo padre con hijos.

Los encuestados cuya trayectoria comienza en el extranjero (grupo “Etg”) son evidentemente personas que en su mayoría han nacido en el extranjero o que han vivido allí hasta los 15 años, que pertenecen a las clases obreras más fecundas, menos tituladas, habitantes de viviendas locales. En fin, los encuestados cuya trayectoria comienza y acaba en Île-de-France, con una o varias etapas importantes en provincia o en el extranjero (grupo “Idfaut”) se distinguen del resto de la muestra por la alta proporción de individuos de rangos superiores y por consiguiente con títulos más elevados cuya fuerte movilidad residencial está vinculada a su carrera profesional.

Esta tipología en nueve clases sólo es comprensible en referencia al fenómeno de polarización social, particularmente a la gentrificación o aburguesamiento que se desarrolló en la región Île-de-France entre los años 1970 y 1980. Numerosos estudios muestran que junto a la periurbanización, que es la dinámica urbana que parece extenderse por la región, han surgido otras formas de evolución -particularmente el proceso de gentrificación- visibles en las grandes ciudades “al punto de que hoy la gentrificación es reconocida como un elemento destacado de la transformación de los centros urbanos” (Smith, 1999). Al principio fue utilizado este término por Ruth Glass en 1963 para describir el proceso de llegada de las clases medias a los barrios devaluados en Londres, donde preferían invertir en lugar de hacerlo en los suburbios y en la periferia conforme al modelo dominante de urbanización. Si el conjunto de trabajos reconoce, conforme a Catherine Bidou, que la gentrificación es esencialmente hechura de las ciudades anglosajonas, estimando que las ciudades europeas y latinas han alojado siempre barrios burgueses en el centro de la ciudad, las investigaciones en Francia, igualmente las cualitativas (Chalvon-Demersay, 1984; Butler, 1997; Authier, 1993) que las cuantitativas (Chenu y Tabard, 1993; Pinçon y Pinçon-Charlot, 2004), han puesto en evidencia que en las grandes ciudades ya se presentaban transformaciones sociales que se referían más que nada al fenómeno del aburguesamiento (Preteceille, 2007).

Inicialmente la palabra aburguesamiento describía los cambios producidos luego de la desindustrialización de los barrios, por los cuales los recién llegados, salidos de las clases medias, reemplazaron a los habitantes provenientes de las clases trabajadoras. Sin embargo esos cambios han ido más allá de simples movimientos de población. Se acompañaron de transformaciones radicales de los barrios tanto desde el punto de vista social como del arquitectónico. El aburguesamiento estaba pues considerado un concepto teórico importante para explicar la movilidad social como “un proceso que implica un cambio de la población de tal forma que los recién llegados son de un nivel socioeconómico superior al de los antiguos habitantes, que va a la par de un cambio” (Clark, 2005: 258).

Más recientemente la gentrificación ha adquirido otro sentido y evoca en particular las relaciones que se entretejen entre las personas y los lugares habitados. Este proceso de aburguesamiento o de gentrificación ha sido objeto de varios debates, y recientemente de evaluaciones críticas (Bidou, 1984; Ley, 1996; Butler, 1997; Ascher, 1998; Hamnet, 2003; Authier, 2004; Préteceille, 2007).

En su libro Sociologie de Paris Michel Pinçon y Monique Pinçon-Charlot describen ese proceso que ha transformado la capital. En 1962 los individuos de rangos superiores y profesiones liberales representaban 4% de la población activa en Francia y 9.6% en París. Estas cifras, que se elevaron en 1999 respectivamente a 12 y 35.3% ilustran bien la sobrerrepresentación de los cuadros directivos en París. Pero como precisan Michel Pinçon y Monique Pinçon-Charlot, este fenómeno de aburguesamiento no parte del hecho de que los cuadros directivos estuvieran ya muy presentes en 1962 en los barrios hermosos, sino que está ligado a su llegada a los barrios otrora populares del centro y del este de París.

Un indicador permite tomarle la medida a este proceso: la razón o porcentaje de habitantes de jerarquía superior sobre el porcentaje de obreros por distrito. Esta proporción traduce la intensidad de la presencia de las familias de mayor rango en la comuna en relación con los hogares obreros. Para el conjunto de distritos esta razón pasa de 0.4 a 3.4 de 1962 a 1999 (o sea alrededor de tres veces más directivos que obreros en la capital). Tampoco sorprende observar que la clase París comprende más frecuentemente a individuos de jerarquías superiores cuyo padre estaba en el mismo rango. Este arraigo social les ha permitido mantenerse en la capital aun casados, mientras que entre las otras clases sociales sólo los célibes y los divorciados, a saber las personas solas, tienen posibilidades de vivir en París.

Las otras clases sociales originarias de la región o los directivos en ascenso social han sido obligados, a causa de los precios de los inmuebles, a partir hacia la Pequeña o la Gran Corona. Esa elección de los suburbios se realizó más a menudo en ocasión de la compra de la vivienda tras la constitución de la familia, lo que explica la mayor proporción de quienes tienen acceso a la propiedad y de las parejas con niños en las clases “Paban” y “Pcgc”.

Sin embargo, París no fue la única comuna que se aburguesó, pues la capital arrastró consigo a la Pequeña Corona y a la Gran Corona; en efecto, cierto número de directivos, particularmente los de rango medio, a menudo originarios de la provincia, se instaló en las comunas cercanas a la capital, como Montrouge (Bonvalet y Ogg, 2009), Montreuil (Authier et al., 2004), donde los precios de las viviendas resultaban accesibles en relación con los del París intramuros. Esta instalación de directivos en los suburbios, particularmente de rangos medios, está vinculada a los evidentes atractivos de la casa individual, que contrariamente a lo que habríamos podido pensar, refuerzan la polarización social de las comunas de la región de Île-de-France.

Acostumbrados a vivir en una casa, los individuos de cierto rango que han vivido en provincia escogen más frecuentemente este tipo de vivienda situada fuera de la gran ciudad, a veces muy alejada del centro urbano. Se encuentran así en las clases “Prov1” y “Prov2” y se diferencian de los demás habitantes de la Pequeña y la Gran Corona cuya trayectoria ha permanecido estable y que a menudo son obreros escasamente titulados a quienes encontramos en las clases “PC” y “GC”.

Estos fenómenos de anclaje y de movilidad provocan efectos sobre la evolución social de la región. Martine Berger subraya que “la difusión de los cuadros superiores y medios -es decir los empleados- en las diferentes comunas periurbanas se acompaña de una extensión a las comunas rurales de procesos de segregación residencial entre clases acomodadas y clases modestas hasta allí específicas a las comunas de tejidos urbanos” (Berger, 2004: 72). Estos fenómenos explican la evolución de la razón directivos/obreros. Pasaron de 1962 a 1999 de 0.20 a 0.96 en la Pequeña Corona, y de 0.18 a 0.90 en la Gran Corona. Aunque esté lejos de la razón de París (3.4), el proceso de gentrificación toca ciertas comunas de los suburbios y de los grandes suburbios. Los procesos de polarización de los hogares incluyen estrategias de elusión entre grupos socioprofesionales; la urbanización se especializa en urbanizaciones obreras, para empleados, para jerarquías superiores y rangos medios.

Con los resultados de estos análisis es factible seguir conjuntamente dos fenómenos que interactúan uno con el otro. Por un lado, las elecciones que los hogares han efectuado en materia de localización han contribuido a transformar el espacio urbano al favorecer una mayor polarización social. Por el otro, la especialización social de los espacios ha estado reforzada por la clasificación urbana que ha operado con el transcurso de los años por el juego de los que parten y los que llegan.

Los ejecutivos han procurado permanecer en comunas acomodadas (de ahí la mayoría de las trayectorias estables) ya sea en París -para aquellos que privilegian ante todo la centralidad y la accesibilidad- o en las comunas acomodadas del oeste parisino -para quienes siguen apegados a los valores familiares y al medio ambiente menos urbano-. Estos últimos han podido hacerse de una vivienda en barrios que se revalorizaban aunque fuera a costa de reducirse en tamaño o permanecer como arrendatarios. Lo esencial es hacer que corresponda su posición residencial con su posición social. La ley de la oferta y la demanda, mediante el aumento de los precios, ha conducido a un sinnúmero de parejas pertenecientes a las clases menos favorecidas a alejarse cada vez más del centro de la aglomeración para comprar una casa. Así, la elección de volverse propietario se ha traducido en recorridos centrífugos de París hacia los suburbios.

Conclusión

Las trayectorias residenciales y geográficas de las generaciones nacidas entre 1930 y 1950 atestiguan la gran evolución de la urbanización franciliana que se ha llevado a cabo en el transcurso de la segunda mitad del siglo XX, principalmente con la difusión de la propiedad, el fenómeno de la periurbanización y el de la gentrificación. Desde un punto de vista geográfico se advierten tres grandes tendencias: un movimiento centrífugo que aleja a los francilianos del centro de la aglomeración; una cierta estabilidad en la zona geográfica donde se han implantado en Île-de-France, lo cual denota un apego a París y un arraigo en los suburbios; y en una menor proporción un cierto regreso al centro de la aglomeración. En el interior de cada zona geográfica y con mayor razón en el de la región Île-de-France, los encuestados han efectuado elecciones tanto desde el punto de vista del estatus de ocupación como desde el de la localización en función de la evolución de su posición en la escala social en el transcurso de su vida: han procurado que su posición residencial corresponda a su posición social, y para ello han ido a habitar o se han quedado en comunas que reagrupan a sus pares, han dejado de ser inquilinos para vivir en París. Algunos han iniciado movimientos urbanos, como ocurrió con los pioneros de la periurbanización que accedieron a la propiedad de una casa individual en urbanización, o con los pioneros de la gentrificación en ciertos distritos de la capital o en los suburbios cercanos. En este caso tales movilidades han sido permitidas por los actores locales y nacionales que han adaptado el ofrecimiento de viviendas y de infraestructuras (transportes, escuelas, etc.). En otros casos las movilidades han sido el resultado de una política favorecedora de la propiedad que ha acarreado la desconcentración urbana: las parejas se han alejado del centro de la ciudad para adquirir sus viviendas. Al efectuar sus elecciones de localización los hogares han contribuido a que evolucione o se acentúe el marco social de las comunas. Este fenómeno, que las colectividades locales y las políticas urbanas han acompañado e incluso favorecido por la construcción de urbanizaciones o inmuebles destinados a una población específica, ha reforzado la selección de nuevos recién llegados y se ha traducido en una especialización creciente de lugares de residencia durante el periodo comprendido entre 1960 y 2000.

Ciertas comunidades que poseen recursos propios (buena red de transportes, escuelas bien ubicadas, etc.) han podido así atraer nuevos hogares y renovar su población (distritos centrales de París, comunidades rurales situadas en el espacio periurbano); otros, menos valorizados, han visto partir a sus habitantes de clases medias y llegar o mantenerse en hogares fragilizados.

El análisis por generación muestra el impacto diferenciado de estas políticas sobre los recorridos residenciales y geográficos. Revela sobre todo el efecto de los cambios matrimoniales sobre las trayectorias. Mientras que las trayectorias residenciales de las generaciones que nacieron antes de la guerra, a semejanza de sus trayectorias familiares, se desarrollaron de manera lineal conforme a un esquema que iba de la locación hacia la propiedad, las trayectorias de las generaciones nacidas después de 1945 aparecen claramente más caóticas según las uniones, las separaciones y el restablecimiento de parejas eventuales. La propiedad, que a menudo se presenta como el objetivo último del recorrido, se vuelve para algunos sólo una etapa dentro de una trayectoria cada vez más compleja. Pero la fluidez no concierne sólo a la esfera privada, toca igualmente el mundo del trabajo; el desempleo, las mutaciones y las expatriaciones conllevan una diversificación de las trayectorias tanto desde el punto de vista de los estatus de ocupación como de los lugares habitados.

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* Traducción de Mariana Gumá Montalvo. Revisión de la traducción de Julieta Quilodrán y Viridiana Sosa. Agradecemos especialmente a André Wielki y Aline Bohet la realización de las gráficas.

1 Tejido urbano que comprende básicamente las casas unifamiliares.

2 Habitación de renta moderada. Los HLM son viviendas sociales.

3 La encuesta Biografías y entorno reconstruye la historia familiar y residencial de 2 830 participantes que tenían entre 50 y 70 años y residían en Île-de-France en el momento de la encuesta. Registra especialmente las viviendas que han sido habitadas durante más de un año por el encuestado así como su localización. De esta manera es posible seguir todas las migraciones efectuadas en el transcurso del ciclo de vida y estudiar de qué manera se ha modificado la distribución de esta generación en el espacio parisino en el transcurso del tiempo.

4 La encuesta Biografías y entorno fue recogida por el Instituto Nacional de Estudios Demográficos de marzo de 2000 a septiembre de 2001. Reconstruye las historias familiares, residenciales y la vida activa de 2 830 francilianos nacidos entre 1930 y 1950, así como las de sus padres, cónyuges, hermanos y hermanas, pero también las de sus hijos y nietos. Esta muestra aleatoria obtenida del censo de 1999 es representativa de la población de ese grupo de edades residente en Île-de-France. La encuesta recibió el soporte financiero de la CNAF, Caja Nacional de Subsidios Familiares; la CNAV, Caja Nacional de Aseguramiento de la Vejez; la DPM, Dirección de Población y de Migraciones; la DREES, Dirección de Investigación, de Estudios, de Evaluación y de Estadísticas; la DREIF, Dirección Regional del Equipo de Île-de-France; el IAURIF, Instituto de Planificación y Urbanismo de la Región de Île-de-France; la ODEP Alcaldía de París, Observatorio de Desarrollo Económico Parisino; la RATP, Empresa Autónoma de Transportes Parisinos; y el Ministerio de la Investigación, Acción Concertada Iniciativa Ciudad.

5 De los encuestados que vivían con sus familias a los 10 años, 38% tenía padres o abuelos que eran los propietarios de la vivienda.

6 Se han agrupado dentro de esta rúbrica los periodos de más de un año durante los cuales los encuestados han ocupado varias viviendas por menos de un año. Por ejemplo, tres habitaciones amuebladas durante 6 meses, 9 meses y 3 meses, se contabilizarán como un solo periodo transitorio.

7 Hemos realizado una clasificación ascendente jerárquica. La estrategia de agregación que utilizamos es el método de Ward, basado en la descomposición de la inercia de la nube de individuos. La distancia empleada es la distancia de Chi2. Los resultados de la aplicación de la CAH revelan una relación diferencia inter/diferencia total de 54.7 por ciento.

8 Para ilustrar la complejidad de los recorridos podemos citar el ejemplo de un encuestado que nació en 1945 y tuvo el máximo de uniones observado en la encuesta Biografías y entorno: 11 uniones. Su recorrido residencial (Tra-Loc-Aut-Pro-Aut-Pro-Aut-Loc) está formado por varias idas y vueltas entre la locación y la propiedad, correspondiendo a sus separaciones y a su vuelta a conformar una pareja.

9 La Isla de Francia (en francés Île-de-France) es una región francesa que abarca ocho departamentos. Su capital es París. Alrededor de París, los Hauts-de-Seine (Altos del Sena), Seine-Saint-Denis (Sena-San Denís) y Val-de-Marne (Valle del Marne) forman la llamada Petite Couronne (Pequeña Corona). Los departamentos de Val-d’Oise (Valle del Oise), Yvelines, Essonne y Seine-et-Marne (Sena y Marne) constituyen la Grande Couronne (Gran Corona). La Pequeña Corona comprende los departamentos limítrofes de París, a saber, 92, 93 y 94; la Gran Corona reúne los departamentos más lejanos: 77, 78, 91 y 95.

10 Departamentos y territorios franceses de ultramar.

11 Sólo 8 encuestados de 2 830 no habían salido jamás de casa en el momento de la encuesta.

12 Una nueva etapa corresponde a un cambio de zona geográfica. Estas zonas fueron definidas en el párrafo anterior.

13 Esto explica los intervalos que corrobora la encuesta Población y despoblación de París, conducida en 1986 ante generaciones nacidas entre 1926 y 1935 (Bonvalet y Maison, 1993). Según esta encuesta, a mediados de los años 1950 (cuando la mayoría de los encuestados ya estaba instalada) París reunía aún 42% de los individuos que residían en Île-de-France. Esta proporción llega sólo a 32% un decenio más tarde, después de la encuesta Biografías y entorno, lo cual indica el comienzo de la baja de la población parisina.

14 Un cambio de residencia en el seno de una zona geográfica no ha sido contabilizado, sólo lo ha sido aquel que se acompaña de un cambio de zona.

15 Para una aplicación reciente a las carreras profesionales véase Robette y Thibault, 2008. Otras aplicaciones pueden encontrarse en Degenne et al., 1995 y Barbary y Pinzón Sarmiento, 1998.

16 O. Barbary lo define como “densidad de presencia de los individuos”.

17 Se notará que las cifras de este primer grupo difieren de las del (cuadro 3). En un caso encontramos 52.4% de trayectorias estables y en el otro 30%. Esta diferencia se explica porque al introducir la duración en el análisis armónico tomamos en cuenta entre las trayectorias estables a las casi estables. Por ejemplo, un encuestado que había efectuado dos cambios geográficos y que pasó tres años en París y después 30 años en la Pequeña Corona será considerado estable en la Pequeña Corona, mientras que en la gráfica 4 y en el (cuadro 3) su trayectoria se compatibiliza en los movimientos centrífugos.

Anexo 1

Análisis armónico cualitativo

Codificación de la trayectoria

La trayectoria geográfica está representada por la localización de los sucesivos lugares de residencia que han ocupado los encuestados al menos durante un año. La precisión de la localización está en el ámbito de la comuna por los lugares situados en Francia y en el del país por los lugares situados en el extranjero. Es muy elevado el número de modalidades, de ahí que resulte necesario recodificar la variable de localización en un número limitado de estados. Si el reducir exageradamente la información a un número demasiado escaso de estados provocaría una pérdida de interés en el análisis, un número demasiado elevado ocasionaría una gran heterogeneidad de clases de trayectorias al fin de la clasificación. Se elige pues una recodificación en cinco estados: París, la Pequeña Corona, la Gran Corona, la provincia y DOM-TOM (departamentos y territorios de ultramar) y el extranjero.

Definición de los límites de la trayectoria

A diferencia de las técnicas inferenciales del análisis de las biografías, el análisis armónico cualitativo no toma en cuenta el truncamiento. La población bajo estudio debe ser la misma a lo largo de toda la trayectoria, lo que implica que los límites de ésta deben ser idénticos para el conjunto de los individuos. Nos interesamos aquí en la trayectoria geográfica después de la decohabitación. Ahora bien, es complejo definir el concepto mismo de decohabitación. Algunos encuestados vuelven a alojarse en la casa de sus padres después de una primera decohabitación, otros no habían aún decohabitado en el momento de la encuesta. Se fija pues a los 23 años el principio de la trayectoria; esto corresponde a la edad media en la primera vivienda independiente, es decir, fuera del domicilio familiar, pero eventualmente alojado en la casa del empleador. Se detiene la trayectoria a los 50 años, que es la edad mínima de los encuestados y por lo tanto la edad máxima para la que se obtiene información sobre el conjunto de los individuos.

Division en subperiodos

Distribuimos en seguida el periodo definido en subperiodos. Aunque tendemos a calibrar los subperiodos en el nivel más fino de división cronológica, sabemos que tal división acarrearía que sólo una variable de estado por subperiodo fuera no nula: la correspondiente al estado ocupado durante este subperiodo. Se obtendría entonces una matriz “hueca” y el análisis factorial sería de mala calidad, de ahí la necesidad de limitar el número de subperiodos. Sobre el periodo que nos interesa, una división en 10 subperiodos permite conservar una cantidad suficiente de información, lo que garantiza un análisis factorial de buena calidad.

El modo de división puede efectuarse conforme a varias modalidades. Podemos optar por delimitar los subperiodos de amplitud igual, utilizar los cuantiles del número de acontecimientos por edad, o fijar los límites arbitrariamente si la problemática se presta para ello. En el caso de las migraciones de los encuestados la repartición no es homogénea con la edad: cerca de 50% de las migraciones tiene lugar antes de los 30 años. Una división según los cuantiles del reparto de acontecimientos parece ser la más pertinente. Así se obtienen los subperiodos siguientes: 23 a 24 años, 25 años, 26 a 27 años, 28 a 29 años, 30 a 31 años, 32 a 33 años, 34 a 35 años, 36 a 39 años, 40 a 43 años y 44 a 50 años.

Variables del análisis armónico cualitativo

Para cada individuo se crea un conjunto de variables, cada una de las cuales mide un subperiodo y un estado dados por la proporción de la duración del subperiodo que ha pasado en el estado. El número de esas variables corresponde al número de subperiodos multiplicado por el número de estados, o sea 50 (10×5).

Cada migración se acompaña (o no) de un cambio de estado, que constituye una transición. Estas transiciones constituyen una dimensión suplementaria de las trayectorias. Un simple análisis armónico describe en efecto la dimensión temporal por la medida de las duraciones y la sucesión de los momentos, gracias a la división en subperiodos. Ahora bien, la experimentación muestra que la incorporación de datos en el análisis armónico concerniente a las transiciones favorece la homogeneidad de las clases de la tipología de trayectorias sin transformar los resultados. Se agrega pues para cada individuo una serie de variables, midiendo para cada tipo de transición el número de migraciones correspondientes traídas al número total de migraciones efectuadas por el individuo en el transcurso de su trayectoria. En nuestro ejemplo estas variables son 25, o sea el cuadrado del número de estados (5×5).

AFC y CAH

Se obtiene así una matriz de 2 830 líneas y 75 columnas (50+25). Esta matriz es sometida a un análisis factorial de correspondencias. Con el fin de reducir la heterogeneidad de los datos, o dicho de otra forma, con la intención de atenuar el ruido, no mantenemos la integralidad de los factores generados por el análisis factorial. Un número de factores correspondiente a 80% de la inercia es un buen compromiso con la conservación de una precisión satisfactoria de la información. Estos factores son entonces utilizados en una clasificación ascendente jerárquica, lo que constituye la etapa final del análisis armónico cualitativo.

Puede ser deseable consolidar las clases de la tipología, es decir mejorar su homogeneidad, por el método de multitudes/nubes dinámicas, por ejemplo. Pero ello supone detener definitivamente el número de clases de la clasificación, mientras que si nos limitamos a una simple clasificación ascendente jerárquica será posible subdividir a continuación las clases que se han considerado interesantes o más complejas en subclases, con el propósito de profundizar el análisis.

Anexo 2

Cronogramas de clases de la tipología de trayectorias (no presentadas en el cuerpo del texto)

CLASE 1 Trayectorias geográficas en París  

CLASE 2 Trayectorias geográficas en la Pequeña Corona 

CLASE 4 Trayectorias geográficas de la Gran Corona hacia la Pequeña Corona 

CLASE 6 Trayectorias geográficas de París hacia la Gran Corona 

CLASE 7 Trayectorias geográficas de la Pequeña Corona hacia la Gran Corona 

CLASE 9 Trayectorias geográficas del extranjero hacia Île-de-France después de los 30 años 

CLASE 10 Trayectorias geográficas de provincia hacia la Pequeña Corona 

CLASE 11 Trayectorias geográficas de provincia hacia la Gran Corona 

CLASE 12 Trayectorias geográficas de provincia hacia Île-de-France 

CLASE 14 Trayectorias geográficas en Île-de-France con una o varias etapas en provincia 

Recibido: 31 de Mayo de 2011; Aprobado: 26 de Agosto de 2011

Catherine Bonvalet es directora de investigación del Instituto Nacional de Estudios Demográficos (París). Ha coeditado varias obras especialmente Qué familias, qué viviendas (INED, 2006), Envejecimiento demográfico y vivienda: las estrategias residenciales y patrimoniales (Documentación Francesa, 2007), y ha escrito con Jim Ogg, Baby-boomers: una generación móvil (Bardwell Press, 2011).

Nicolas Robette es profesor investigador de la Universidad de Versailles-Saint-Quentin-en-Yvelines (Laboratorio Printemps) e investigador asociado del Instituto Nacional de Estudios Demográficos. Ha publicado Describir los recorridos de vida: las tipologías de las trayectorias (CEPED, 2011).

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