SciELO - Scientific Electronic Library Online

 
vol.20 número2Nota sobre “Rutas migratorias y nuevos espacios de frontera: el caso de las Islas Canarias”, ponencia presentada por Ana María LópezBean, Frank D. y Gillian Stevens, America’s Newcomers and the Dynamics of Diversity índice de autoresíndice de materiabúsqueda de artículos
Home Pagelista alfabética de revistas  

Servicios Personalizados

Revista

Articulo

Indicadores

Links relacionados

  • No hay artículos similaresSimilares en SciELO

Compartir


Estudios demográficos y urbanos

versión On-line ISSN 2448-6515versión impresa ISSN 0186-7210

Estud. demogr. urbanos vol.20 no.2 Ciudad de México may./ago. 2005  Epub 20-Ene-2020

https://doi.org/10.24201/edu.v20i2.1225 

Reseñas y comentarios bibliográficos

Lezama, José Luis, La construcción social y política del medio ambiente,*

Martha Schteingart** 

** Profesora investigadora del Centro de Estudios Demográficos, Urbanos y Ambientales de El Colegio de México. Correo electrónico: mschtein@colmex.mx.

Lezama, José Luis. La construcción social y política del medio ambiente. México: El Colegio de México, 2004.


El libro que hoy se presenta constituye un aporte importante al análisis ambiental desde una perspectiva sociológica, análisis que en el caso de México ha tenido hasta el momento un desarrollo bastante limitado. Para llevar a cabo este tipo de abordaje la obra se centra en la contaminación del aire, cuya importancia es crucial para la Ciudad de México, inserta en la más amplia problemática del ambiente en nuestro país. El autor explica en su presentación que “el tema de la contaminación del aire en la Ciudad de México es el pretexto para hablar de la naturaleza social de los problemas ambientales” además de que ciertamente su trascendencia es indiscutible por su impacto en la salud de la población, por sus repercusiones en los ecosistemas y sus posibles consecuencias de carácter global.

Sin embargo los estudios sobre el tema han privilegiado los aspectos fisicoquímico y técnico de la contaminación dejando de lado la faceta social de la misma, y más específicamente la manera en que la sociedad valora dicho fenómeno. Por ello Lezama se propone analizar cómo se da su “construcción social”, pues ésta influye para que determinada situación adquiera el estatus de objeto de la atención por parte de la población y de los agentes sociales que deben atenderlo. Explica que “un problema puede tener una existencia física, pero si no es socialmente percibido y asumido como tal, sigue siendo socialmente irrelevante”. Para abordar la cuestión ambiental dentro de esta perspectiva desarrolla una serie de conceptos y un marco teórico apoyado por el pensamiento y los trabajos de destacados teóricos y especialistas en las ciencias sociales aplicadas al tema ambiental, como acabamos de escuchar en su presentación.

El libro consta de tres partes principales en las cuales el autor va desarrollando y entretejiendo sus ideas acerca de la relación entre la sociedad y la naturaleza, o entre la sociología y las ciencias del ambiente, para plantear más adelante su propuesta metodológica y terminar con la presentación de los resultados de su investigación acerca de la contaminación del aire basada en los puntos de vista de los diferentes actores consultados.

En la primera parte del libro se refiere a la relación entre la sociología y la naturaleza y entre la sociología y el medio ambiente; luego aborda la construcción social del ambiente partiendo de diferentes perspectivas dentro de la reflexión sociológica; a continuación comenta la cuestión de la ideología en lo que se refiere a la relación entre la sociedad y el ambiente, y en particular habla de la ideología como medio para conocer el mundo dentro de la perspectiva social constructivista.

En la segunda parte de la obra y basándose en la hipótesis de que los problemas ambientales y en particular la contaminación del aire “puede ser vista como una construcción social proveniente de distintos actores involucrados en el problema”, cobra una gran relevancia la metodología cualitativa y la entrevista como instrumento central de la misma. El autor es cuidadoso al desarrollar en su texto explicaciones en torno al uso de diferentes tipos de entrevistas; refiere por ejemplo el porqué de no haber utilizado la técnica de los grupos focales, y sí aplicado entrevistas individuales en profundidad a un grupo reducido de actores sociales clave involucrados con el tema que se analiza. Sin embargo no olvida los problemas y limitaciones de este método de acercamiento a la manera en que piensan los actores y perciben la contaminación atmosférica en la Ciudad de México; de alguna manera tales problemas se reflejan en ciertas conclusiones de la investigación. Las entrevistas fueron realizadas en 1996 y se apoyaron en un cuestionario que incluía una serie de preguntas que pudieran probar la hipótesis de la construcción social de la contaminación; dicho cuestionario se aplicó a una muestra pequeña de representantes de los grupos que participan en la generación del problema, que analizan sus causas y consecuencias, que contribuyen a entender o mitigar la cuestión o que están encargados de ofrecer soluciones.

Por último, en la tercera parte del libro, “La contaminación del aire como construcción social”, el autor presenta el resultado del análisis de sus entrevistas a los actores mencionados, es decir a funcionarios gubernamentales y a miembros del sector académico, el sector empresarial, los grupos ecologistas, los partidos políticos y los organismos internacionales. Las respuestas de tales actores se exponen en relación con las preguntas planteadas en la investigación, que agrupa en cuatro grandes temas: 1) calificación de la contaminación del aire; 2) evaluación del manejo ambiental del gobierno; 3) calificación del conocimiento existente acerca del tema y 4) solución de los problemas de la contaminación. Esta última parte culmina con un balance de los aportes recogidos en las entrevistas, balance que se retoma en las conclusiones generales del libro.

Los resultados de la investigación

Quisiera comentar aquí los puntos más importantes de las conclusiones obtenidas del análisis de las entrevistas, tomando en cuenta algo que asienta en su capítulo metodológico respecto al sentido de las respuestas y su interpretación y a las características particulares de los entrevistados. Un aspecto relevante del análisis fue observar la convergencia o divergencia de las respuestas de los actores a preguntas específicas; además, en algunos casos fue posible vincular ciertas posturas y respuestas con las condiciones del entrevistado determinadas por su posición en la sociedad, pero en otros, quizás por la índole de la pregunta no fue tan clara esta vinculación, por ejemplo con el sector empresarial, con el representante de un partido político, etc. Por otra parte, en esta investigación no es tan importante evaluar la objetividad de las respuestas sino el significado que los entrevistados le dan “al medio en que viven y la forma en que éste influye en sus perspectivas y comportamientos”. En cuanto a los actores entrevistados, éstos fueron: 1) funcionarios públicos responsables de diseñar políticas ambientales, que representaron a tres sectores del gobierno: la Secretaría de Medio Ambiente del Distrito Federal, el gobierno del Estado de México y la Secretaría de Medio Ambiente del gobierno federal, todos participantes de la Comisión Ambiental Metropolitana; 2) representantes del sector académico como médicos expertos en salud ambiental, especialistas en ciencias atmosféricas e ingeniería ambiental y algunos investigadores en ciencias sociales que han trabajado en el tema; 3) representantes de la industria química, del cemento y metal mecánica, representantes del transporte público y distribuidores de automóviles; 4) representantes de tres grupos ambientalistas más o menos radicales; 5) miembros de organizaciones internacionales con presencia en el ámbito gubernamental por su asistencia técnica y económica y, 6) representantes de los tres partidos más importantes, además del partido verde.

En cuanto al balance de las respuestas obtenidas a partir de las preguntas planteadas a los actores sociales, las consideraremos tomando en cuenta los temas planteados. Respecto a “la emergencia de la contaminación del aire y su importancia para los actores”, la mayoría de ellos no tenía dudas acerca de las graves consecuencias de la contaminación del aire, sin embargo hubo diferencias en cuanto a la importancia que le conferían al tema. Quienes lo vieron como un problema grave y casi de supervivencia, como una amenaza a los seres humanos y a la naturaleza, fueron los representantes de los partidos políticos y los grupos de activistas verdes, y estos últimos además atribuían gran parte de la culpa al gobierno. En cambio los empresarios, que en buena parte originan el problema, no consideraban que fuese tan serio y argumentaban que los activistas y políticos exageraban la gravedad de la situación para legitimarse, tomando en cuenta sobre todo la literatura internacional. En cuanto a los funcionarios y los académicos, si bien lo consideraron un problema serio, fueron más cautelosos al expresar sus opiniones. En lo que toca a “la severidad de la contaminación misma en la ciudad”, tanto el gobierno como los empresarios concordaron en que el problema no es tan severo, pero mientras los funcionarios atribuían la situación a la actuación del gobierno, los empresarios enfatizaban que la imagen que se daba a conocer era irreal, casi apocalíptica y difundida por los verdes. Ambos evadieron su responsabilidad en el problema. En cambio, los otros actores sociales adoptaron una posición opuesta, aunque con algunas diferencias. Los académicos, por ejemplo, manifestaron que tanto el gobierno como la sociedad querían negar o encubrir el problema por distintas causas, pero los activistas aseguraron de manera contundente que tanto el gobierno como los empresarios eran los culpables y querían ocultar la situación. En cuanto a los partidos políticos, sobre todo los de oposición, reconocían la severidad del problema. Estas respuestas fueron coherentes con la posición de cada grupo dentro de la sociedad, correspondieron a lo que podía esperarse de los entrevistados y muestran las grandes diferencias en cuanto a la evaluación social de la problemática que estamos analizando. En síntesis, algunos reconocieron que la gravedad del problema de la contaminación atmosférica debe llevar a la toma de conciencia ambiental, mientras otros priorizaron los cambios de valores y la mediación de factores sociales en los cambios respecto a la percepción.

En cuanto a la importancia de este problema respecto a otros temas ambientales, los académicos y funcionarios los jerarquizaron de diferente forma; en algunos casos la contaminación atmosférica quedaba relegada respecto a la del agua, los desechos tóxicos, etc. Varios comentaron que la contaminación del aire parece más importante porque hay mayor información y seguimiento al respecto, mientras otros dieron más importancia al agua; sin embargo no está muy claro el porqué de las posiciones de los diferentes actores en la priorización de los problemas ambientales, aunque las posturas de los académicos y de los agentes gubernamentales podrían depender de su especialización en el campo de estudio o de su posición dentro de la administración.

Otros resultados del análisis de las entrevistas realizadas tienen que ver con la acción del gobierno, tanto en lo que toca a su credibilidad e intenciones, como a su capacidad técnica y su campo de maniobra para resolver los problemas. En los extremos opuestos se hallaban los activistas y los representantes internacionales; como siempre los primeros expresaron opiniones muy negativas acerca del gobierno y los segundos mostraron una gran confianza y aprobación acerca de lo realizado por el sector oficial. El resto de los actores expresó opiniones diferentes y las conclusiones no muestran claramente su posición. En lo que toca al campo de acción, la gran mayoría estuvo de acuerdo en que el gobierno tiene la posibilidad de resolver el problema, pero mientras los funcionarios se refirieron a los obstáculos institucionales y jurídicos para desarrollar su trabajo, por ejemplo que la naturaleza integral de los problemas ambientales enfrentaba resistencias sectoriales que impedían esa integración, los académicos, los políticos y los activistas pusieron el acento en las dificultades que derivan de la influencia de intereses económicos y políticos, como las empresas de transporte, la industria automovilística, etc., quienes tenían una gran influencia en la determinación de los programas de gobierno sobre la materia, y algunos agregaron que para equilibrar el efecto de esos intereses, el gobierno debería incorporar a los ciudadanos para robustecer su oposición a la injerencia de los contaminadores.

Acerca de la relación entre la ciencia y las políticas del gobierno respecto a la contaminación, en general los funcionarios admitieron que su relación con el medio académico y de investigación es positiva y que ellos solían tomar en cuenta los hallazgos y recomendaciones de ese sector (aunque algunos consideraron que a veces los académicos no dan respuesta a las necesidades gubernamentales, que necesitan conocimientos más especializados); en cambio los académicos entrevistados se mostraron descontentos con la actitud negativa de los funcionarios hacia los conocimientos científicos y expresaron que a su parecer el gobierno usa su discurso para legitimar sus acciones más que para tomar decisiones con base en el conocimiento científico. Estos puntos de vista críticos respecto al gobierno y su relación con la investigación científica los repitieron los otros actores consultados. Y en cuanto a la calidad y el tipo de investigación, las críticas provinieron de los diferentes grupos de actores. Mientras los agentes gubernamentales estuvieron de acuerdo con la objetividad y calidad de los conocimientos producidos, criticaron en cambio los temas que investiga la academia, ya que no responden a las necesidades urgentes de las políticas ambientales. En cuanto a los académicos, su evaluación respecto a los resultados de la investigación fue variada y a veces también crítica, lo cual se explica en parte por la falta de tradición en este campo de investigación y las limitaciones del mismo, sobre todo en el momento en que se realizó la investigación, hace ya casi 10 años. Sin embargo también cabe tomar en cuenta, como afirma el autor en las conclusiones generales del libro, que “la perspectiva académica subrayó la naturaleza social del conocimiento no sólo revelando una amplia gama de perspectivas de investigación sino también su naturaleza relativa y objeto de disputas”.

Por último, en cuanto a cómo enfrentar y solucionar los problemas de la contaminación, las autoridades gubernamentales opinaron que era necesaria una reestructuración institucional, factor central para las soluciones, pero también enumeraron algunos problemas específicos que era preciso atacar, como las restricciones presupuestales y las concentraciones vehiculares y demográficas, entre otros. Los académicos en general se refirieron a la necesidad de establecer un compromiso social y gubernamental para enfrentar las causas del deterioro ambiental, mientras los activistas ambientalistas y los partidos de oposición atribuyeron toda la responsabilidad al gobierno y al mal desempeño del sector empresarial. La conclusión fue que para todos los actores estaban muy claros los obstáculos que impedían el mejoramiento de la calidad del aire, pero la mayoría tuvo dificultades para proponer soluciones viables.

Para concluir, me parece importante destacar el gran mérito de este trabajo, en cierta medida pionero en nuestro país, y la necesidad de continuar con este tipo de investigaciones que contribuyen a conocer las divergencias o convergencias en la percepción de los problemas ambientales y a relacionar de manera explícita la construcción social de la problemática ambiental y la forma en que se construye la agenda gubernamental y se diseñan y aplican las políticas ambientales. En este sentido valdría la pena analizar con una cierta perspectiva temporal si las respuestas a veces un poco vagas de los entrevistados o los resultados no muy exitosos de algunos cuestionamientos a los actores sociales son producto de las propias limitaciones de la técnica analítica utilizada, limitaciones que Lezama mencionó en su capítulo metodológico, o bien se trata de un campo de estudio y acción relativamente nuevo, con todos los problemas que ello trae aparejado para la investigación; quizás un nuevo estudio sobre el tema podría aclarar estos interrogantes.

* Comentario realizado en la presentación del libro, El Colegio de México, 1 de marzo de 2005.

Creative Commons License Este es un artículo publicado en acceso abierto bajo una licencia Creative Commons