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Estudios demográficos y urbanos

versión On-line ISSN 2448-6515versión impresa ISSN 0186-7210

Estud. demogr. urbanos vol.20 no.1 Ciudad de México ene./abr. 2005  Epub 17-Oct-2019

https://doi.org/10.24201/edu.v20i1.1237 

Notas y comentarios

Premio Gustavo Cabrera Acevedo, 2004*

Carlos Galindo** 

**Egresado de la maestría en Demografía del Centro de Estudios Demográficos y de Desarrollo Urbano de El Colegio de México. Correo electrónico: carlosgl10@yahoo.com.


Se supone que las palabras que a continuación voy a dirigir deberían versar sobre mi trabajo, lo que me costó y lo que aprendí. Pero lo que puedo decir sobre mi tesis se resume perfectamente en una frase de George Bernard Shaw: “Casi todo el mundo puede hacer cualquier cosa cuando no hay más remedio que hacerla”. A Olga Rojas y a Silvia Giorguli les consta que en el seminario de tesis no me quedó más remedio que hacer lo que hice como tesis.

El que mi tesis haya ganado el premio se debe en menor medida a mi propio esfuerzo y en mayor medida al esfuerzo de muchos. Les agradezco a todos ellos: al comité organizador por motivarnos, al jurado por considerar que mi trabajo merecía llevarse el premio, pero especialmente gracias por galardonar mi trabajo con el nombre del profesor Gustavo Cabrera, lo cual es un verdadero honor. Gracias a todos mis profesores por transmitirme una parte de sus conocimientos y todo su gusto por la Demografía. Gracias a Esthercita por aguantarme durante la maestría. En fin, gracias a todos los que me ayudaron.

Sólo quisiera que me permitieran agradecer especialmente al doctor Manuel Ordorica porque a él le debo estar aquí sentado, así de simple, ¡gracias! Manuel no sólo es un excelente profesor; para mí y para mis compañeros es también un amigo, un mentor que genuinamente se preocupa por sus estudiantes y nos bien aconseja. Cada vez que iba a su cubículo me decía “la impuntualidad no es bien recibida; todo el mundo valora al que es responsable”. Intento seguir sus consejos pero como bien saben cedo fácilmente a las flaquezas de mi voluntad. Ante las tareas de El Colegio llegué a la conclusión de que en algún país seguramente está penado por la ley dejar tanto trabajo, porque en El Colegio de México, le advierto a la nueva generación, uno se desvela. Yo me esforcé por no hacerlo pero nunca lo logré. Pero El Colegio recompensa con creces las desveladas.

Quiero aprovechar para dirigir unas palabras a los nuevos estudiantes ya que este acto también es su bienvenida. La educación aquí es muy buena, las instalaciones son adecuadas, y la organización de la biblioteca es increíble. Pero lo más importante son las personas. En la UNAM, por ejemplo, éramos tantos que entablar relaciones cercanas con los profesores era muy difícil. Afortunadamente en El Colegio sucede lo contrario. Al principio uno se siente bajo la lupa pero poco a poco uno comprende que tanta atención es un interés real por parte de los profesores. Interés real en que aprendamos, en que continuemos nuestros estudios, en que consigamos trabajo. Además de los profesores están los compañeros, que a fuerza de tanta desvelada juntos, terminamos siendo amigos. Y créanme, la única manera de salir mentalmente sano de aquí es siendo amigos de los compañeros; sin importar quién sacó mejores calificaciones, quién las merece y quién no. La presión de El Colegio se enfrenta con solidaridad y compañerismo.

Por lo que les estoy diciendo se pueden imaginar que El Colegio es contradictorio. Es a la vez demandante y hospitalario. Pero no se espanten los nuevos estudiantes; aunque no lo parezca, mis palabras son de bienvenida y una verdadera invitación a que permanezcan aquí. Por eso me voy a permitir leerles un párrafo de la “Invitación diabólia” del doctor Ricardo Berlanga, quien aquí nos acompaña (lo que es un honor). Ese texto originalmente tenía la intención de invitar a los estudiantes a acercarse a las matemáticas, pero también me parece apropiado para la demografía, y particularmente para estudiarla en El Colegio.

En el mundo histórico y actual de esta disciplina, nos podemos enfrentar ante problemas fascinantes y variadísimos. Muchos, muchísimos no resueltos y cuya solución será de trascendencia inmediata para todas las sociedades. Insisto una vez más, e insistiré siempre: las Matemáticas [y en este caso la Demografía] es una actividad contemporánea y efervescente donde las delicias de resolver un problema son paradisiacas pero la angustia de sentirse a un paso del argumento crítico y toparse con un muro es el infierno. Pero esto es lo que hace que valga la pena estar vivo en este mundo tan complejo y contradictorio. Lleno de maravillas al tiempo que lleno de injusticias.

*Palabras pronunciadas en la ceremonia de entrega del Premio Gustavo Cabrera Acevedo a la mejor tesis de maestría en Demografía, El Colegio de México, 20 de septiembre de 2004.

Obtuvo el primer lugar del Premio Gustavo Cabrera por su tesis Recuperación de los nacimientos ocurridos y registrados durante 1950-2000 en México, su importancia y sus implicaciones

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