“A final de cuentas, siempre se trata de aumentar el número de jugadores, o sea, de
volver a la complejidad y a la diversidad de la situación inicial”
Claude Lévi-Strauss, “Raza e Historia”, Raza y cultura.
“las mezclas y los mestizajes pierden el aspecto de un desorden pasajero para
convertirse en una dinámica fundamental”
Serge Gruzinski, El pensamiento mestizo.
Introducción
La crítica al “mito” del mestizaje en México por sus connotaciones raciales y por antiliberal realizada hace algunos años por prestigiados historiadores,1 quedó como una asignatura pendiente para la realización de estudios más concretos en términos históricos. Este artículo retoma la propuesta de profundizar en el tema, a partir de la dinámica que se puede observar a través de los matrimonios entre las diferentes castas y calidades.2 En este sentido, el objetivo de este trabajo es mostrar la importancia del mestizaje en Tierra Adentro, particularmente a través del análisis de los matrimonios mixtos y del papel de los afrodescendientes en la mezcla social, con base en el estudio de caso sobre Aguascalientes en los siglos XVII y XVIII.
Ciertamente el concepto del mestizaje a partir de la fusión entre españoles e indígenas, como producto del patriotismo criollo, que se desarrolla en el siglo XIX (por cierto con liberales mexicanos) y que se renueva con la “raza cósmica” vasconcelista,3 no corresponde a la diversidad del presente ni tampoco, como lo ha mostrado una amplia historiografía, a los estudios históricos más detallados.
La crítica más importante a la estrecha idea del mestizaje decimonónico ha sido realizada por la historiografía sobre africanos y afrodescendientes en la Nueva España. El viejo proyecto de Aguirre Beltrán de reconocer las aportaciones de los afrodescendientes a la sociedad y la cultura mexicana, sin duda ha logrado su objetivo. Se puede afirmar en este sentido que la historiografía más fructífera para México y en general para América Latina en la última generación de historiadores se ha desarrollado sobre la presencia africana en estos territorios, particularmente durante la época colonial.4
Ahora bien, la relevancia de las raíces afromestizas no ha estado conectada con el proceso mismo del mestizaje y la flexibilidad de la sociedad de castas.5 La flexibilidad es característica del sistema, dada la concepción “pactista” entre el rey y sus súbditos; sin embargo, es también una construcción social a partir de prácticas no promovidas por la propia Corona e incluso, por momentos, prácticas no permitidas y por ello transgresoras. De ahí la importancia de profundizar en el tema a partir, por ejemplo, de un indicador sensible como lo es el de matrimonios mixtos.6
En este sentido, el concepto de mestizaje, más allá de sus usos ideológicos en el pasado, es una herramienta para combatir los esencialismos, sean producto del nacionalismo o de la antropología más politizada,7 por lo que no podemos desecharlo sin antes conocer las dinámicas de las interrelaciones sociales en el periodo novohispano.
El presente trabajo se inscribe en una reflexión más amplia sobre el mestizaje, por lo que en primer lugar realizo una revisión historiográfica, particularmente sobre los matrimonios mixtos, uno de los indicadores clave que puede ayudarnos a comprender la flexibilidad de la sociedad novohispana. Posteriormente paso al análisis específico del caso de Aguascalientes durante los siglos XVII y XVIII, con el fin de mostrar la erosión de la endogamia en las diferentes calidades, enfatizando el papel de “catalizador” que llevaron a cabo las castas. Finalmente realizo una propuesta de análisis comparativo sobre los porcentajes de heterogamia en la Nueva España (los matrimonios fuera de la misma calidad), con el fin de avanzar en el conocimiento de las diferencias regionales y en la necesaria resignificación sobre el mestizaje.
Las fuentes utilizadas son los registros parroquiales de Aguascalientes, que afortunadamente guardan una relevante continuidad, especialmente en el registro de las calidades. Este estudio ha sido posible, entre otras cosas, gracias a la plataforma realizada por el proyecto de Family Search, la cual más allá de sus propósitos originales ahora nos permite consultar las actas de manera digitalizada. El trabajo concluye por el momento en 1800, sin embargo, aspiro a que en un futuro próximo pueda ampliarlo hasta la desaparición de las castas y calidades en los registros del siglo XIX.
La historiografía sobre el mestizaje y los matrimonios mixtos
Como lo hemos comentado, el uso del concepto de mestizaje en términos ideológicos es una creación del nacionalismo criollo y fue reforzado a partir de la Revolución en el siglo XX. Los estudios pioneros sobre el mestizaje en Hispanoamérica fueron los de Richard Konetzke y Magnus Mörner en momentos en que predominaban las ideologías racistas. Quizá por ello pudieron apreciar la diferencia de este proceso en la primera América y especialmente en el septentrión novohispano.
Para Konetzke la legislación indiana no favoreció el matrimonio mixto y se dedicó bastante a difundir la “política de separación” entre las calidades, además de que comentó algo central para entender el mestizaje: que dicha “política de separación” de las calidades no tenía objetivos raciales, en estricto sentido, sino fundamentalmente religiosos y de seguridad, es decir, evangelizar y proteger sobre todo a los indios. Más aún, fue el clero quien favoreció los matrimonios mixtos a partir de la libre elección de la pareja, por medio de matrimonios legales, siempre y cuando los indios estuvieran evangelizados.8
Para Mörner, la importancia del mestizaje estribaba en su respuesta al medio, como una “resistencia india contra otras enfermedades”, por lo que el objetivo de mostrar la importancia del mestizaje, precisamente en los años de la posguerra, era señalar “la grandeza humana y social del mestizaje”.9 Mörner realizó excelentes discusiones historiográficas sobre sus temas, y dejó ver la necesidad de estudios más detallados, con base en las fuentes demográficas y que incluyeran las diferencias regionales, no obstante que sería uno de los autores en acentuar las permanencias de la “sociedad de castas”. Ambos autores, Konetzke y Mörner, sentaron las bases incluso para una polémica que permanece hasta la actualidad sobre el carácter flexible o cerrado de la sociedad novohispana.
Uno de los primeros estudios que utilizó los matrimonios mixtos como indicador de las características de la sociedad novohispana lo realizó Marcelo Carmagnani, quien además de señalar el crecimiento de los bautizos particularmente a partir de los setenta del siglo XVII en Charcas, San Luis Potosí, encontró formas endogámicas a partir de la conservación de una identidad étnica en el caso de los indígenas, frente a la “dispersión” de otros grupos como los “negros” y mulatos.10 Este trabajo de Carmagnani mantenía la idea de la mayor endogamia de los indígenas a partir de la cultura, y de alguna manera el predominio del concepto de raza entre españoles y castas (en una suerte de dicotomía entre cultura y raza), si bien fue el primero en registrar la dinámica endogámica y exogámica entre las diferentes calidades.
Investigaciones posteriores reforzaron las características endogámicas tanto de españoles como de indígenas, en el sentido de que la “calidad” era lo más determinante en la elección de pareja. El trabajo de historiadoras pioneras en el tema de la familia habla de esta tendencia. Por ejemplo, Cecilia Rabell estudió el caso de San Luis de la Paz, en el estado de Guanajuato, y comentó sobre estas tendencias endogámicas de indígenas (90 % se casaban entre sí) y de españoles (65 % en promedio), si bien las castas eran claramente exogámicas (sólo 40 % en promedio se casaban entre sí).11
De hecho, Rabell apuntó en las conclusiones un tema que me parece fundamental: “Los mestizos no desdeñan el matrimonio con las castas ni, por supuesto, con los españoles. Son el grupo ‘puente’ que une a todas las calidades de la población no india”.12 Se refiere sólo al caso de mestizos, sin embargo, puede observarse en general para las castas, aunque desafortunadamente no profundizó en el tema.
Otros autores retomaron el estudio de esta dinámica a partir de considerar a los grupos de afrodescendientes como un “puente” entre las diferentes cualidades étnicas o bien como un pilar en el mestizaje.13 “La información disponible, comentó Patrick J. Carroll, indica que los ‘negros’ africanos, casi olvidados, y sus descendientes aportaron una de las más grandes -si no proporcionalmente la mayor contribución al mestizaje”.14 El ejemplo que utiliza el autor es Veracruz, particularmente Xalapa y Córdoba, en comparación con otros estudios en Cholula (Puebla),15 y concluye que los archivos parroquiales muestran que los “americanos negros y sus descendientes criollos de casta, asumieron posiciones intermedias entre las comunidades locales de hispanos blancos y los indios [...] Juntos, los americanos negros y los mestizos atrajeron a los indios y a los blancos a este ambiente social intermedio, dominado por las castas”.16
Rabell enfatizó el papel de los mestizos como “puente” para unir las diferentes calidades, y Carroll lo hizo en el mismo sentido pero con énfasis en los afrodescendientes, la primera lo refirió a Guanajuato y el segundo a Veracruz quizá por ello las diferencias. Además, el propósito de sus estudios era diferente, en un caso mostrar que la “calidad” predominaba sobre la clase en la elección de pareja, en otro, mostrar la relevancia de las aportaciones de los afrodescendientes.
Ya en el siglo XXI, la demografía histórica sobre Nueva España se ha renovado. El estudio de Castillo Palma mostró con claridad las estrategias utilizadas para cruzar la barrera de color, como la de no pagar impuestos o disminuirlos, pero sobre todo de cómo las castas se multiplicaron aceleradamente en el siglo XVII de tal manera que los matrimonios mixtos tendieron a incrementarse.17 Los estudios de Chantal Cramaussel, David Carbajal, José Gustavo González Flores, entre otros, nos han advertido sobre la existencia de “familias pluriétnicas” (con diferentes registros de calidad entre los miembros de una misma familia), estudios que muestran una sociedad plural, flexible y con altos porcentajes de heterogamia en el matrimonio propiciados particularmente por las castas.18
Otro de los debates centrales que dejó ver tempranamente las diferentes posturas sobre la sociedad novohispana y que tuvo como eje central la endogamia o exogamia de los matrimonios, fue generado por el artículo de William B. Taylor y John K. Chance sobre estamentos y clases en Oaxaca colonial.19 Su conclusión fue que Antequera a fines de la época colonial, con un fuerte crecimiento económico a partir de las reformas Borbónicas, observó la reducción de la efectividad del sistema de castas como uno de los principales determinantes de la estratificación, por lo que el estatus sociorracial fue cada vez más dependiente de consideraciones económicas.20
La crítica a este ensayo de Taylor y Chance, que además generó toda una serie de respuestas y contrarrespuestas con aportaciones cada vez más sofisticadas en términos estadísticos, fue realizada conjuntamente por Robert McCaa, Stuart B. Schwartz y Arturo Grubessich, debido a lo que consideraron errores conceptuales y metodológicos.21 Sus argumentos son dignos de recordar: los cambios en la terminología sociorracial de una fuente a otra e incluso para un mismo individuo; la necesidad de declarar para los censos o padrones el estatus de acuerdo a la normatividad, sobre todo después de la Pragmática de 1776; el uso de porcentajes en lugar de indicadores compuestos, ya que esta diferencia metodológica puede variar los resultados además de que permite la comparación. A partir de ello, proponen un índice para analizar la endogamia en los matrimonios y, a diferencia de Taylor y Chance, encontraron que la endogamia era muy fuerte para todos los grupos, por lo que los criterios sociorraciales para McCaa y compañía fueron el principal determinante de la estratificación en Oaxaca colonial.22
Como bien lo comentó Patricia Seed, la principal discusión, más allá de las ocupaciones y la estratificación, tenía que ver con la endogamia y su relación con las características de la sociedad novohispana, como sociedad de castas (cerrada) o como sociedad de clases (abierta).23 Así pues, lo que dejó esta polémica es que el análisis de los matrimonios interraciales era un indicador sensible, incluso para determinar los grados de flexibilidad de la sociedad novohispana: a mayor grado de heterogamia, mayor mestizaje y flexibilidad de la sociedad. Por ello la necesidad de construir indicadores no por ser sofisticados sino por su pertinencia para medir los grados y matices, así como las diferencias regionales, de esta flexibilidad.
La población plural de Aguascalientes
En este apartado analizaré la demografía de la parroquia de Aguascalientes en los siglos XVII y XVIII, con el fin de contextualizar el poblamiento y la pluralidad social que dio origen a esta villa. Fundada en 1575, la villa de la Asunción se estableció en el espacio de un fuerte, un “sitio y paso”, un “puesto de carretas” llamado de las Aguas calientes, en tierras que pertenecieron a la Provincia de Ávalos.24 Su origen se explica por razones de seguridad en el momento de la guerra contra los indios, pero debería su crecimiento a su ubicación para el abastecimiento de las minas de Zacatecas. Los primeros testimonios, como el de Hernando Gallegos de 1584, hablan de las dificultades para mantener la villa bajo una política de colonización “a fuego y sangre” contra los indios llamados chichimecas;25 de acuerdo con el de Mota y Escobar (ca. 1605), era la villa más pobre de todo el reino de Nueva Galicia.26 Sin embargo, el testimonio de Domingo Lázaro de Arregui (1621) nos informa que Aguascalientes ya se había separado de la Alcaldía de Lagos conformando una propia, y de algo más importante: que el Camino Real, que venía de la Ciudad de México para Zacatecas, pasaba ya por la villa de Aguascalientes: “El camino real dejamos en el pueblo de Mitic desde donde el rumbo que llevamos se endereza más al norte dejando Los Lagos a la mano derecha y Teocaltiche a la izquierda, y pasa el camino por Aguas Calientes”.27
El cambio de política imperial a favor del poblamiento junto con el paso del Camino Real por la villa,28 favoreció la cercanía con las minas zacatecanas y el crecimiento de la nueva Alcaldía de Aguascalientes. De ahí la relevancia que la visita de Gaspar de la Fuente (1608-1609)29 tuviera en la región a fin de construir el corazón de la villa, la plaza de armas, y con ello dar posibilidades de poblamiento, repartiendo solares y distribuyendo el agua de las huertas. Y al mismo tiempo, con el crecimiento de la población de los ganados, hacer posible la reorganización espacial a través de la formación de las grandes haciendas, procesos todos que permitirían el crecimiento de la villa y la región en el siglo XVII, el llamado siglo de la crisis.
El estudio de la historia demográfica en el siglo XVII muestra una gran diversidad, principalmente entre el norte y sur de la Nueva España. Los primeros trabajos sobre el centro sur de la Nueva España mostraron que la población se estancó e incluso decreció dadas las emigraciones.30 Por el contrario, en un pueblo minero del norte de la Nueva España, Marcelo Carmagnani, además de encontrar formas complejas del hibridaje como lo comentamos, señaló el crecimiento de los bautizos particularmente a partir de los años setenta del siglo XVII en Charcas, San Luis Potosí.31
En el mismo sentido, los estudios para el septentrión novohispano muestran un proceso acelerado de poblamiento, particularmente a partir de la segunda mitad del siglo XVII, quizá desde la fundación de Parral en 1631.32 El crecimiento de Aguascalientes habría que ubicarlo en este contexto de expansión y colonización hacia el norte novohispano, correlacionado con la recuperación de la minería en general de la Nueva Galicia (de Durango y Sombrerete por ejemplo), además de la propia Zacatecas.33
Fuente: Elaboración propia, con información de Family Search, “Archivos Parroquiales de Aguascalientes, Bautizos y Defunciones, siglo XVII”.
El otro aspecto por considerar en este momento de expansión es la recuperación de la población india en Tierra Adentro, de la incorporación de la población española pero también, de un alto porcentaje de crecimiento de las castas, es decir, de mestizos, mulatos y afrodescendientes en general. El crecimiento vegetativo (bautizos menos entierros) por calidades muestra esta tendencia plural en la composición de la población de Aguascalientes, con especial participación porcentual de las castas en una zona poco estudiada en este sentido, la cual se observa por ejemplo desde el primer Padrón de 1648 en donde el porcentaje de la población era de 37 % para indios, 35.6 % para castas y un 27 % para españoles.34
Para el siglo XVIII destaca el crecimiento sostenido de la población, a un ritmo del 4 % anual, uno de los más altos en comparación a la tendencia ambivalente de la población del centro sur de la Nueva España. Dentro de esta expansión hay otro dato significativo que es necesario estudiar con más profundidad: el incremento exponencial en los registros de la población india, frente a los de españoles y castas.35
Fuente: Elaboración propia, con información de Family Search, “Archivos Parroquiales de Aguascalientes, Bautizos y Defunciones, siglo XVIII”.
Como ya se ha comentado en varios estudios, los datos obtenidos de los registros parroquiales y los de los Padrones y Censos no se corresponden entre sí, quizá porque los Censos y Padrones trataban de mantener las clasificaciones a nivel normativo. Para el caso de Aguascalientes, de acuerdo a los registros parroquiales, el mayor número de registros corresponde a la población india (con un 56 % a partir del crecimiento vegetativo), con una gran diferencia con respecto a los otros grupos: españoles (23 %) y castas (20 %); sin embargo, si observamos la información del Censo General de la Intendencia integrado por Menéndez Valdés en 1791-1793, la proporción cambia para la Subdelegación de Aguascalientes: 39 % de españoles y europeos; 33.5 % de indios y 27.5 % de castas.36
Más allá de los registros, habría que explicar estas contradicciones a partir de contextos que es necesario explorar. Por ejemplo, Mörner de hecho lo sugiere, ante las grandes crisis de mortalidad la población india encontró en la mezcla una forma de resistencia incluso biológica ante las epidemias.37 Otro tema por explorar a partir del incremento de los registros de población india es el de la presión fiscal, es decir, la necesidad de ampliar la base de tributarios por parte de la Corona, pero también como estrategia de la población de castas (sobre todo mulatos y negros) de pagar menos impuestos. Y finalmente, se requiere explorar la estrategia de las castas de mezclarse con indios para tener acceso a la tierra, temas que merecen un estudio en particular.
Ciertamente existe el riesgo de no encontrar las relaciones entre registros y prácticas. No obstante, es necesario profundizar con más detalle e incluso sugerir algunos indicadores que permitan la comparación, con el fin de conocer las diferentes dinámicas del mestizaje en la Nueva España, por lo que es necesario adentrarnos en las fuentes particularmente de los matrimonios mixtos.
Los matrimonios mixtos o de la erosión de la endogamia
Toda historia incluida la serial es un artificio, sin embargo, la larga duración nos permite buscar “el espesor de lo cultural y de lo social”.38 Es decir, los registros parroquiales son representaciones sobre la clasificación social propia de la época, tanto de los párrocos como también de cómo se representaban a sí mismos los propios pobladores, por lo que más allá de los casos individuales hay regularidades, como veremos, que nos permiten acercarnos a dinámicas más amplias. En este sentido, el hallazgo que ha representado la reconstitución de familias pluriétnicas ha tenido como implicación el cuestionamiento a los registros, dada la variabilidad de las calidades para una misma persona; incluso un autor de esta nueva demografía histórica para la Nueva España ha denominado el proceso como “mestizaje de papel”, para representar que el registro de las calidades no correspondía efectivamente a los diferentes grupos de la sociedad novohispana y, más aún, que las mezclas sociales eran sólo una representación en donde los sacerdotes como mediadores jugaban un papel central.39
Si se observa un caso de manera individual, efectivamente, los registros de una persona con diferentes calidades pueden parecer arbitrarios. Sin embargo, habría que recordar que precisamente una de las características de la historia serial (de largo plazo), aceptando que todo registro es una representación o un artificio, es observar los registros en conjunto como representaciones sociales, de tal manera que se puedan encontrar algunas regularidades (ese “espesor social” del que hablara Chaunu) más allá de los criterios de un sacerdote o del propio individuo que buscaba su registro bajo diferentes calidades, probablemente como una estrategia de sobrevivencia o incluso de movilidad social.40 Esas regularidades son las que pretendo mostrar con el análisis siguiente de los matrimonios mixtos.
El análisis de los registros matrimoniales para Aguascalientes comprende de 1602 a 1800. Utilizo el indicador sugerido por Robert McCaa, a partir de David Strauss, porque ofrece mayores posibilidades en comparaciones más precisas.41 Por otra parte, sólo utilizo tres calidades, es decir españoles, indígenas y castas, dado que el comportamiento de mestizos y mulatos es muy similar, lo que hace pensar en que existe una mayor correspondencia entre estos grupos, por lo cual los he integrado en el concepto de castas.42
Novias | Novios | Matrimonios endogámicos | Total de matrimonios | |
---|---|---|---|---|
Indios | 737 | 723 | 616 | 723 |
Españoles | 416 | 430 | 381 | 430 |
Castas | 346 | 388 | 243 | 388 |
Sin calidad | 364 | 322 | 315 | 322 |
Total | 1,863 | 1,863 | 1,555 | 1,863 |
Fuente: Registros parroquiales en Family Search, “Family history library, Aguascalientes, Matrimonios, 1602-1700”.
Po | Ei | Pe | P* | K* | |
---|---|---|---|---|---|
Indios | 0.33 | 286 | 0.15 | 0.39 | 0.76 |
Españoles | 0.20 | 96 | 0.05 | 0.22 | 0.89 |
Castas | 0.13 | 72 | 0.04 | 0.19 | 0.62 |
Sin calidad | 0.17 | 63 | 0.03 | 0.17 | 0.97 |
De acuerdo con este indicador, en el siglo XVII en la parroquia de Aguascalientes, la mayor endogamia se dio entre españoles (0.89) e indios (0.76), lo que viene a corroborar que fueron las castas con 0.62 las que procuraron matrimonios fuera de su propio grupo. ¿Con quiénes tuvieron más matrimonios fuera de su grupo? Principalmente las novias de las castas se casaban con indios (77 casos para el siglo XVII); y los novios de las castas con mujeres indias (106 casos).
Si analizamos este mismo tema para el siglo XVIII esta tendencia se amplía, en este caso con más de 20 mil matrimonios considerados:
Novias | Novios | Matrimonios endogámicos | Total de matrimonios | |
---|---|---|---|---|
Indios | 7,682 | 8,487 | 6,106 | 8,487 |
Españoles | 7,586 | 6,923 | 6,119 | 6,923 |
Castas | 4,967 | 4,827 | 2,734 | 4,827 |
Sin calidad | 598 | 596 | 596 | 596 |
Total | 20,833 | 20,833 | 15,555 | 20,833 |
Fuente: Registros parroquiales en Family Search, “Family history library, Aguascalientes, Matrimonios, 1701-1800”.
Po | Ei | Pe | P* | K* | |
---|---|---|---|---|---|
Indios | 0.29 | 3,130 | 0.15 | 0.41 | 0.56 |
Españoles | 0.29 | 2,521 | 0.12 | 0.36 | 0.71 |
Castas | 0.13 | 1,151 | 0.06 | 0.24 | 0.41 |
Sin calidad | 0.03 | 17 | 0.00 | 0.03 | 1.00 |
Para este siglo XVIII, la endogamia seguía siendo mayormente entre los españoles (0.71), pero para el caso de indios el índice baja 20 puntos (de 0.76 a 0.56), acercándose cada vez más al indicador de las castas (0.41), lo que demuestra una amplia y gran interrelación entre castas e indios. Concretamente, para el siglo XVIII hubo 1,695 matrimonios entre novias de las castas e indios, y 1,310 casos entre novios de las castas e indias.
Este hibridismo propio de una interrelación profunda, también corresponderá aunque en menor escala a matrimonios entre mujeres de las castas y españoles (con 538 matrimonios), prácticamente el doble que entre mujeres indias y españoles (266 casos). Este solo dato nos habla de la proporción que existía en las mezclas entre españoles e indios, lo cual deja sin contenidos históricos prácticamente la idea tradicional del mestizaje.
Sin embargo, el caso que quizá nos hable de cómo las mezclas y, por lo tanto, la erosión de la endogamia se comportaban, tiene que ver con el matrimonio de mujeres españolas con hombres de las castas (con 781 matrimonios) para el siglo XVIII; además también vemos matrimonios de estas mujeres españolas con hombres indios (con 686 casos).
Ello nos habla de la erosión de la endogamia, a pesar del reforzamiento de la autoridad de los padres a partir de la Pragmática de 1776-1778 para impedir el casamiento entre diferentes calidades. Un análisis del índice de endogamia para los últimos 25 años del siglo XVIII, nos advierte que el impacto de esta Pragmática se observa sobre todo entre españoles e indígenas, dado que el índice de endogamia entre estos grupos se incrementa. Entre los españoles, en el último cuarto de dicho siglo el índice sube cuatro puntos en comparación al índice general para todo el siglo, y entre indios sube nueve puntos (a 0.65) en este mismo sentido. Mientras que entre las castas, el índice de endogamia baja por el contrario 5 puntos en este mismo periodo comparativo. Ante la pregunta de si la Pragmática de 1776-1778 frenó los matrimonios mixtos, habría que responder afirmativamente, particularmente entre indios y españoles, no así en el caso de las castas.
En términos generales, si la disminución de la endogamia es un indicador sensible, el caso de la parroquia de Aguascalientes en el siglo XVIII puede ayudarnos a entender los ritmos y el grado en que el mestizaje se realizaba en una sociedad ideológicamente criolla. Porque más allá de reconocer la tendencia endogámica de españoles e indígenas, lo importante es conocer la manera en que se dio la dinámica de la hibridación social. Lo que podemos observar en estos datos sobre Aguascalientes, es que en el largo plazo la endogamia se erosionó principalmente en el siglo XVIII, que las castas jugaron un papel central en esta hibridación social y, gracias a ello, pese a prohibiciones, la sociedad se flexibilizó. Más aún, dentro de las castas, el papel de las mujeres para interaccionar con otros grupos fue más activo por ejemplo en Aguascalientes que paradójicamente en Veracruz. Comparar esta información ayudaría a explicar no sólo las diferencias y el grado de interrelación entre las calidades en las distintas regiones de la Nueva España, y entre ésta y el resto de América Latina, lo cual sigue siendo una tarea pendiente.
Un primer ejercicio de comparación es el siguiente, aunque dado que los registros no son continuos ni tampoco están preparados para utilizar el mismo índice de endogamia utilizado anteriormente, los promedios simples pueden darnos una primera aproximación a un ejercicio de comparación. A diferencia también de los anteriores cuadros sobre endogamia, en este caso observo el porcentaje de heterogamia, es decir, de mayor propensión a casarse fuera del grupo o calidad al que se pertenece.
De acuerdo a lo anterior, la mayor mezcla entre diferentes calidades o heterogamia se da en regiones norteñas, villas de españoles o en pueblos mineros durante el siglo XVIII, como es el caso de Charcas, San Luis Potosí (aunque su mayor información es del siglo XVII), San Luis de la Paz, Guanajuato, León, Guanajuato y Aguascalientes. Las castas en el norte son el grupo de mayor heterogamia, lo que posibilitarían una sociedad más flexible y abierta a los cambios.
SUR | Indios | Españoles | Castas | Total |
Norma A. Castillo Palma, Pueblo de Indios, Cholula, 1674-1691 | s.d. | 25 | 49 | 37 |
Norma Castillo A. Palma, Pueblo de Indios, Cholula, 1692-1722, 1754-1779 | s.d. | 29 | 64.6 | 46.8 |
Patrick J. Carroll, Xalapa, Ver., 1645 | 3.5 | 7 | 21.5 | 10.6 |
Patrick J. Carroll, Xalapa, Ver., 1715, 1750, 1805 | 13.5 | 17.2 | 27.7 | 19.4 |
América Molina del Villar, Atlacomulco, Edo. de México, 1696-1860. | 6.5 | 48 | 17.4 | 23.9 |
José Gustavo González Flores, Pueblo de Indios, Taximaroa, Mich., 1667-1823 | 3.1 | 18.5 | 33.5 | 22.1 |
SEPTENTRIÓN | ||||
Marcelo Carmagnani, Pueblo minero de frontera, Charcas, San Luis Potosí, 1635-1723 | 28.1 | 20.8 | 63.4 | 44 |
Cecilia Rabell, San Luis de la Paz, Gto., 1720-1810 | 10.7 | 35.2 | 47.5 | 35.2 |
David Brading y Celia Wu, Villa de españoles, León, Gto., 1782-1793 | 47.8 | 24 | 44.6 | 40.2 |
VMGE, Villa y pueblos de indios, Aguascalientes, siglo XVII | 16.5 | 8.4 | 42 | 27.2 |
VMGE, Villa y pueblos de indios, Aguascalientes, siglo XVIII | 20.5 | 19.4 | 62 | 41 |
Fuentes: Norma Angélica Castillo Palma, Cholula. Sociedad mestiza en ciudad india, segunda edición (México: Plaza y Valdés, Universidad Autónoma Metropolitana, 2008), desafortunadamente no tiene completa la información de la población india, en contrapartida presenta un alto porcentaje de heterogamia en castas; Patrick J. Carroll, Población negra en el Veracruz colonial. Raza, etnicidad y desarrollo regional (Xalapa: Universidad Veracruzana, 2014), Tabla A.24, 350-351; José Gustavo González Flores, Mestizaje de papel, Dinámica demográfica y familias de calidad múltiple en Taximaroa (1667-1826) (Zamora: El Colegio de Michoacán, Universidad Autónoma de Coahuila, 2016); América Molina del Villar, “Comportamiento y distribución de la población en Santa María Guadalupe, Atlacomulco, 1686-1860”, en Problemas demográficos vistos desde la historia. Análisis de fuentes, comportamientos y distribución de la población en México, siglos XVI-XIX, coord. América Molina del Villar y David Navarrete Gómez, (Zamora: El Colegio de Michoacán, Ciesas), 2006, cuadro 3, 141, tiene un alto porcentaje de “Sin registro”: 29.4 %; David Brading y Celia Wu, “Population Growth and Crisis: León, 1720-1860”, Journal of Latin American Studies 5(1) (1973): 1-36; Marcelo Carmagnani, “Demografía y sociedad: La estructura social de los centros mineros del norte de México, 1600-1720”, Historia Mexicana XXI(3) (enero-marzo 1972): 419-459; Cecilia Rabell, “Matrimonio y raza en una parroquia rural: San Luis de la Paz, Guanajuato, 1715-1810”, Historia Mexicana XLII(1) (1992); Víctor M. González Esparza, Resignificar el mestizaje en Tierra Adentro, Aguascalientes, ss. XVII-XVIII (Aguascalientes: UAA, en prensa).
Una hipótesis que he tratado de mostrar, que requiere desde luego de más estudios comparativos, es que la expansión hacia el norte estuvo acompañada de nuevos grupos sociales, particularmente de castas, los cuales posibilitaron una de las mezclas sociales más intensas y variadas de las conocidas hasta ese momento en América. Para el siglo XVIII, si bien las castas fue el grupo con más heterogamia, españoles e indios también participarían de esta tendencia a erosionar la endogamia, no obstante algunas políticas que trataron de frenarla. Eso lo observó Humboldt, después de visitar Colombia y Perú, cuando reflexionó sobre el gran recorrido que realizaron las poblaciones de cuatro continentes para formar el gran crisol de la Nueva España, del cual surgiría la nación mexicana.43
Reflexiones finales
El caso de Aguascalientes que hemos analizado a partir fundamentalmente de los matrimonios mixtos, un indicador sensible para mostrar incluso la flexibilidad del sistema, ofrece algunas conclusiones que pueden compararse para Tierra Adentro, y en general para la Nueva España. Una primera es la importancia de las castas en Tierra Adentro, no sólo en las costas novohispanas, dado su papel como “catalizador” para la interacción social; es decir, las castas en los siglos XVII y XVIII impulsaron la “mescolanza social” al punto de que sin su presencia el mestizaje no puede explicarse. En la ensalada que pensara Sor Juana para sus villancicos, este ingrediente fue fundamental para evitar la existencia de un sistema rígido, tal y como fue pensado por las elites españolas y criollas, de ahí su carácter incluso transgresor.
Otro aspecto importante es que la tendencia endogámica de indígenas y españoles, vista en el largo plazo, se fue erosionando particularmente en el siglo XVIII, de tal manera que la interacción de los diferentes grupos fue cada vez más amplia y heterogámica. Esta tendencia a la heterogamia, en un primer ejercicio comparativo, la observamos sobre todo en los registros de villas y pueblos en el septentrión novohispano o la “Norteamérica española” como la llamara John Tutino, lo cual nos habla de diferencias importantes en la dinámica del mestizaje.
En términos amplios, me parece necesario resignificar el mestizaje, otorgarle nuevos contenidos históricos que muestren la diversidad y pluralidad en la conformación de la sociedad mexicana. Ello nos puede prevenir de identidades raciales y, desde el campo de la historia, poder contribuir a desestabilizar viejas certezas producto del nacionalismo criollo o de los esencialismos. Espero que este trabajo se inscriba en esta perspectiva de resignificar el mestizaje.