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Relaciones. Estudios de historia y sociedad

versión On-line ISSN 2448-7554versión impresa ISSN 0185-3929

Relac. Estud. hist. soc. vol.36 no.142 Zamora jun. 2015

 

Presentación

Presentación

Víctor Gayol


Tan Lejos De Dios... La Religión Entre El Poder Y La Disidencia

Una noción que generalmente se cree característica de todo lo religioso es la de sobrenatural. Por ella, se entiende todo orden de cosas que supera el alcance de nuestro entendimiento; lo sobrenatural es el mundo del misterio, de lo incognoscible,de lo incomprensible.

Émile Durkheim, Las formas elementales de la vida religiosa.1

El aspecto sobrenatural del fenómeno religioso, y que lo define como tal según la antropología o la sociología clásicas, ha sido inseparable del fenómeno de lo político en diversas sociedades a lo largo de la historia. El establecimiento y la observación de normas morales dictadas por las doctrinas religiosas así como la práctica de los rituales se entreveran y confunden muchas veces con las estructuras de dominio y el ejercicio del poder. Los actos de religiosidad, sus discursos y su ritualidad trascienden la esfera propia de lo sagrado para convertirse en elementos de legitimación de los grupos de poder de la sociedad, de contienda entre ellos mismos o, incluso, de reivindicaciones de sectores sociales disidentes al poder hegemónico. Los ejemplos en la historia son innumerables y de una geometría con muchas variables y matices que va desde las grandes guerras de religión europeas de los siglos XVI y XVII hasta fenómenos asociados con rebeliones como el de la Virgen de Cancuc y el levantamiento tzeltal de 1712.2 El discurso religioso y su carácter sagrado quedan entonces tan lejos de Dios que terminan prisioneros de pasiones humanas como el poder o, en el mejor de los casos, como elemento de reivindicación en la acción de grupos marginados frente a las injusticias sociales. Nuestra sección temática toca algunos puntos que pueden ayudar a ampliar reflexiones sobre el asunto.

Asperjar agua bendita es un elemento ritual de sacralización de las personas, los objetos y los espacios en la religión católica que se deslizó al campo nunca totalmente profano de la política del antiguo régimen. Los ejemplos más claros se dieron en el contexto de los ceremoniales públicos de afianzamiento de los privilegios para ejercer jurisdicción y de la jerarquía que tenían las diversas corporaciones y autoridades frente a las demás. La aspersión con agua bendita sobre los representantes de la autoridad eclesiástica y secular se convirtió en parte importante del ceremonial público de la monarquía hispánica, como lo muestra David Carbajal López en su trabajo. Sin embargo, la ampliación de autoridades intermedias que introdujo el reformismo de finales del siglo XVIII en la Nueva España produjo cambios en los ceremoniales; algunos de ellos estuvieron relacionados con la extensión de la jurisdicción del patronato regio y el tema de la aspersión causó controversias que no terminaron por zanjarse la mayoría de las veces. El fenómeno es de la mayor importancia, pues, se naturaliza un elemento sagrado en el ámbito de las relaciones de poder institucionales y personales.

Cuando observamos fenómenos de deslizamiento de lo sagrado al espacio de lo profano en las sociedades -generalmente en las del pasado, pero también en las actuales-, surgen preguntas del porqué y el cómo se conforman las conciencias colectivas que permiten a los sujetos ver con naturalidad el traslape entre lo sobrenatural y lo cotidiano. No cabe duda que los procesos de interiorización del fenómeno religioso en los individuos es un elemento de gran importancia para tomar en cuenta. Y en estos procesos de interiorización colectiva es fundamental el despliegue del discurso y del imaginario religioso en objetos que están a la vista del público. Desde los propios objetos de culto hasta las grandes obras arquitectónicas, pasando por la pintura y la escultura, el arte se convierte en un vehículo de difusión, didáctica y demostración de la presencia de lo sagrado en la vida cotidiana. Javier Ayala Calderón toma el ejemplo de las gárgolas del convento agustino de Cuitzeo para referirse a los elementos de la vida religiosa expresados en el despliegue iconográfico del conjunto arquitectónico. ¿Son las gárgolas componentes de un discurso de perfeccionamiento espiritual que refleja y recuerda al mismo tiempo la finalidad que tiene la vida del monje enclaustrado? ¿Refleja su disposición arquitectónica la separación social y funcional en términos religiosos entre el sacerdote y la feligresía?

Sean cuales sean los mecanismos mediante los que se lleva a cabo la interiorización del fenómeno religioso en la sociedad y su deslizamiento hacia las cosas terrenales, la complejidad del fenómeno se expresa de manera vigorosa cuando se trata de la defensa de identidades, sobre todo, en cuestiones de índole nacional. Y la construcción de identidades -nacionales, pero también de otro tipo-, suele llevar aparejada la construcción de otredades, casi siempre de signo negativo. Jean Meyer recuerda el caso de la Rusia zarista de los tiempos de Dostoyevski cuando los avatares de la política internacional tras cien años de crisis monárquicas derivadas de la modernidad política implantada por la Revolución francesa, reavivó con virulencia el anticatolicismo de los gobernantes de la Rossiya-Matushka (madre Rusia). Con ello, a la vez, se reafirmaba el carácter tradicional y ortodoxo del imperio. El anticatolicismo ruso, su horror a la religión romana -equiparada con la de los polacos, vecinos incómodos-, se tradujo en un aggiornamiento de la ya vieja y conocida por los rusos "maquinación de los jesuitas", el complot de los soldados negros del papa.

Cierra la sección temática un texto de Nadine Béligand dedicado a las rebeliones indias en lo que podríamos llamar los márgenes interiores de la Nueva España -la Sierra Gorda y la Sierra Norte de Puebla-, en el lustro que va de 1765 a 1770. La comparación entre ambas regiones se enriquece por el nivel de detalle en el análisis y la construcción de una taxonomía tanto de los sujetos en conflicto (indios y no indios) como de los elementos presentes en la construcción de una religiosidad popular que, en este caso, adquiere el carácter de un cristianismo-catolicismo indígena rebelde.

E1 tema de la religiosidad rebasa los límites de la sección temática y trasmina otros resquicios de este número. Es el caso del documento presentado por Thomas Hillerkuss y Georgina Quiñones, pues, se trata de un testamento extendido en la ciudad de México a principios del siglo XVII. Además de otras cosas muy interesantes como es la reconstrucción de la genealogía del testador y sus estrategias de inserción y ascenso social como oficial de la Casa de moneda, el documento recuerda la íntima relación entre los hechos cotidianos de la vida terrenal y la salvación del alma. más allá, el artículo de Rodolfo Aguirre, con el que se abre la sección general, trata un aspecto fundamental para la vida religiosa en la Nueva España, pues, se centra en los mecanismos de manutención del sacerdocio a partir de los ingresos parroquiales y las modalidades de su régimen de sustento en la primera mitad del siglo XVIII.

Y para seguir con una de sus vocaciones originales, la sección general de este número cierra con dos artículos de estudios regionales. Por un lado, Pedro Loeza et al. nos presentan un trabajo sobre la Ciénaga de Chapala a lo largo del tiempo, poniendo énfasis en el juego de transformaciones y permanencias como elementos constitutivos de la región. Por su parte, Federico Reyes aborda el problema de las políticas para el desarrollo rural sustentable implantadas en el ejido Ignacio Allende, dentro del Área Natural Protegida del Cañón del Usumacinta. El autor discute, sobre todo, el impacto negativo de dichas políticas en las estrategias de subsistencia a partir de los recursos naturales que durante generaciones han desarrollado los habitantes de la región.

1Émile Durkheim, Las formas elementales de la vida religiosa, México, Colofón [s.a.]. 30.

2Juan Pedro Viqueira, María de la Candelaria, india natural de Cancuc, méxico, Fondo de Cultura económica, 1993.

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