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Ciencias marinas

Print version ISSN 0185-3880

Cienc. mar vol.47 n.3 Ensenada Jul./Sep. 2021  Epub Dec 09, 2022

https://doi.org/10.7773/cm.v47i3.3184 

Research notes

Identificación molecular del primer lobo fino de Galápagos ( Arctocephalus galapagoensis) registrado en la costa central de Oaxaca

Carlos Javier Tamayo-Millán1 

Miguel Ángel Ahumada-Sempoal2 

Adriana Cortés-Gómez3 

Ivon Marcela  Chacón-Romo Leroux4 

Dennis Bermúdez-Díaz4 

Valentina Islas-Villanueva5  * 

1Programa de Maestría en Ciencias-Ecología Marina, División de Estudios de Posgrado, Universidad del Mar, campus Puerto Ángel, Cd. Universitaria, s/n, 70902, Puerto Ángel, Oaxaca, Mexico.

2Instituto de Recursos, Universidad del Mar, Cd. Universitaria, s/n, 70902, Puerto Ángel, Oaxaca, Mexico.

3Laboratoire d’Écologie Systématique et Évolution, Université Paris-Saclay, 15 Rue Georges Clemenceau, Orsay, 91400, France.

3Centro Mexicano de la Tortuga, km 10 Carretera Puerto Ángel-San Antonio, Mazunte, Santa María Tonameca, 70946, Oaxaca, Mexico.

5CONACYT-Universidad del Mar, Cd. Universitaria s/n, Oaxaca, 70902, Mexico.


Resumen

Diversos avistamientos de diferentes especies de pinnípedos han sido registrados fuera de sus habituales áreas de distribución. En mayo de 2019, se avistaron, en 4 ocasiones, pinnípedos de aproximadamente un año de edad en la costa central de Oaxaca, México. Uno de los individuos se encontró herido en la localidad de La Escobilla (Oaxaca, México) y fue trasladado inmediatamente al Centro Mexicano de la Tortuga para su rehabilitación. La identificación visual de la especie fue inconclusa debido a que los individuos juveniles de diversas especies de lobo fino pueden ser muy parecidos. Por lo tanto, se realizó un análisis molecular para confirmar la especie. Se extrajo ADN del individuo y se secuenció un fragmento de la región control del ADN mitocondrial. La secuencia del ADN se alineó junto con secuencias de otras especies de lobo fino. Se realizó un análisis de parsimonia, y el árbol confirmó que el individuo era un lobo fino de Galápagos, Arctocephalus galapagoensis. Este es el primer registro de la especie en la costa central de Oaxaca. La presencia atípica de esta especie en el país podría estar relacionada con altas temperaturas superficiales del mar causadas por eventos como El Niño.

Palabras clave: avistamiento atípico; región control del ADNmt; El Niño; pinnípedos; identificación de especies

Abstract

Several sightings of different pinniped species have been recorded outside their typical areas of distribution. In May 2019, pinniped yearlings were sighted on 4 occasions on the central coast of Oaxaca, Mexico. One of them was found injured in La Escobilla (Oaxaca, Mexico) and was transported immediately to the Centro Mexicano de la Tortuga for rehabilitation. Visual identification of the species was inconclusive, as young individuals of several fur seal species can be very similar. A molecular analysis was thus performed to confirm the species. DNA was extracted from the individual, and a fragment of the mitochondrial DNA control region was sequenced and aligned with several sequences of other fur seal species. A parsimony analysis was performed, and the tree revealed that the individual was a Galapagos fur seal, Arctocephalus galapagoensis. This is the first record of this species on the central coast of Oaxaca. The atypical presence of this species in the country could be related to high sea surface temperatures associated with events such as El Niño.

Key words: atypical sighting; mtDNA control region; El Niño; pinnipeds; species identification

Introducción

A lo largo de la costa mexicana del Pacífico se pueden encontrar 4 especies de pinnípedos representadas en 2 familias, el elefante marino del norte, Mirounga angustirostris (Gill 1866), y la foca de puerto, Phoca vitulina richardsi (Gray 1864), de la familia Phocidae, y el lobo marino de California, Zalophus californianus (Lesson 1828), y el lobo fino de Guadalupe, Arctocephalus philippii townsendi (Peters 1866), de la familia Otariidae. Las poblaciones de pinnípedos están asociadas a áreas geográficas donde se presentan diferentes fuentes de recursos alimentarios, como en costas e islas (Riedman 1990). El acceso a estos recursos se ve afectado por la temperatura del océano, lo cual restringe drásticamente la distribución de las poblaciones (Trillmich et al. 1991). A pesar de las restricciones geográficas, diversos avistamientos de diferentes especies de pinnípedos han sido registrados fuera de sus áreas usuales de distribución, incluso a distancias superiores a cientos o miles de kilómetros. Algunos de estos registros atípicos en México incluyen Arctocephalus australis (Zimmerman 1783) en Oaxaca (Villegas-Zurita et al. 2016), Eumetopias jubatus (Schreber 1776) en Colima (Ceballos et al. 2010, Gallo-Reynoso et al. 2020), Zalophus wollebaeki (Sivertsen 1953) en Chiapas y Arctocephalus galapagoensis (Heller 1904) en Guerrero, Chiapas y Michoacán (Aurioles-Gamboa et al. 2004, Páez-Rosas et al. 2017).

El lobo fino de Galápagos (LFG), A. galapagoensis, es el más pequeño de los lobos finos. Presenta dimorfismo sexual muy sutil en comparación con otros otáridos. Los machos alcanzan tamaños de entre 1.5 y 1.6 m de largo y pesan entre 60.0 y 68.0 kg. Las hembras pueden alcanzar una talla de 1.3 m de largo y pesan entre 21.5 y 33.0 kg. Las crías pesan entre 3.0 y 4.0 kg, y los individuos de alrededor de un año pesan, aproximadamente, 11.3 kg (Jefferson et al. 2008). Esta especie muestra una de las distribuciones geográficas más limitadas entre los pinnípedos; es endémica del archipiélago de Galápagos (Fig. 1) y se distribuye, principalmente, en la región noroeste, donde las surgencias acarrean aguas ricas en nutrientes hacia la capa superficial del océano (Alava y Salazar 2006, Páez-Rosas et al. 2017). Las aguas altamente productivas y, consecuentemente, la disposición de las presas del LFG son fuertemente afectadas por la variabilidad interanual asociada, principalmente, al fenómeno de El Niño/Oscilación del Sur.

Figura 1 Área de distribución de Arctocephalus galapagoensis (barras inclinadas) y ubicación del individuo de A. galapagoensis varado en Oaxaca, México (triángulo). 

Durante un evento de El Niño, los vientos alisios y los patrones de la corriente subsuperficial ecuatorial cambian y se vuelven débiles (Liu et al. 2014), lo cual lleva a una disminución en la productividad primaria y, consecuentemente, en el número de peces (Chavez et al. 1999). Dicho evento afecta la supervivencia de toda la población de LFG en el Pacífico Oriental Tropical, principalmente debido a la carencia de alimento y la malnutrición (Trillmich y Limberger 1985, Páez-Rosas et al. 2012). Un ejemplo de esto fue la reducción de, aproximadamente, el 50% de la población durante 1982-1983 y 1996-1998, que fue atribuida, principalmente, a las condiciones de eventos fuertes de El Niño (Trillmich y Dellinger 1991, Bastida et al. 2007).

La influencia de El Niño en el decremento de las principales presas de LFG a lo largo de sus bien establecidas zonas de forrajeo obliga a los LFG a expandir su territorio de alimentación hacia sitios inusuales, más allá de su área de distribución normal (Trillmich et al. 1991), lo que resulta en avistamientos o varamientos de algunos individuos más allá de su distribución y zonas de alimentación habituales. La presencia del LFG ha sido reportada en las costas continentales de Ecuador, Colombia y México (Capella et al. 2002, Aurioles-Gamboa et al. 2004). Algunos de los registros atípicos de pinnípedos tienen ubicaciones de más de 3,000 km fuera de la distribución que ya se conoce e incluyen el avistamiento más norteño de A. galapagoensis, que fue registrado en Michoacán, México (Páez-Rosas et al. 2017). La mayoría de los pinnípedos observados en México fueron identificados visualmente y con datos morfométricos, pero este tipo de examinación puede ser difícil, ya que los juveniles de diversas especies son muy similares. En tales casos, el uso de marcadores moleculares permite una identificación certera de especies, especialmente durante los estadios tempranos de crecimiento, cuando aún no se han desarrollado los caracteres diagnósticos de la especie.

El 19 de mayo de 2019, habitantes de la comunidad La Escobilla en Oaxaca, México, reportaron un joven pinnípedo en el Área Natural Protegida Santuario Playa de Escobilla. El animal se encontraba herido y en mal estado, por lo que se transportó al Centro Mexicano de la Tortuga por personal veterinario para su rehabilitación, con previa autorización de la Procuraduría Federal de Protección Ambiental (PROFEPA) de Oaxaca (Fig. 2). El individuo fue atendido por el personal veterinario de este centro, quienes lo hidrataron y lo alimentaron. Aunque eventualmente recuperó fuerza y comenzó a comer por sí solo, 10 días después de su llegada, el individuo repentinamente murió de una neumonía, tal como lo confirmó la necropsia. Se llevó a cabo una inspección visual para confirmar la especie, y se buscaron los caracteres diagnósticos importantes del lobo fino, como el tamaño de la cabeza, la forma del perfil, la estructura del hocico y la coloración del pelaje. En A. galapagoensis, el hocico consta de una nariz cónica, punteada y pequeña, y las orejas son largas y prominentes; por lo general, la frente y la cara son de coloración más clara en las hembras (Shirihai 2006). Se tomaron diversas fotografías desde diferentes ángulos y revelaron un hocico puntiagudo de color claro y un cuerpo pequeño y oscuro. Aunque estos rasgos semejan a los de A. galapagoensis, debido a la corta edad del individuo y al gran parecido entre juveniles de diferentes especies de lobo fino, era necesario obtener una confirmación genética. Por tanto, el objetivo de este estudio fue amplificar un fragmento corto de la región control del ADN mitocondrial (ADNmt) con el fin de confirmar la identidad de la especie.

Figura 2 Individuo de Arctocephalus galapagoensis encontrado en la comunidad de La Escobilla, Oaxaca, México. 

Materiales y métodos

Una muestra de tejido de 12 mg de una aleta posterior se preservó en etanol al 97% en un tubo Eppendorf de 2 mL. El ADN fue extraído a partir de la muestra de tejido en el laboratorio de Genética de la Universidad del Mar con un kit Gentra PureGene de QIAGEN (Chatsworth, CA). Se amplificó un fragmento de 660 pb de la región control del ADNmt con los cebadores ZcalF (3′CCTAAGACTCAAGGAAGAAGCA5′) y ZcalR (3′TGCACCTCATGGTTGTATGA5′), los cuales fueron diseñados en este estudio a partir de una secuencia de Z. californianus (NC_008416.1). Las condiciones de la PCR fueron las siguientes: 150 µM de dNTP, 1.5 mM de MgCl2, 20 mM de Tris-HCl con pH de 8.0, 50 mM de KCl, 0.3 µM para cada cebador, 1.25 U/µL de taq polimerasa y 20 ng de ADN, con una desnaturalización inicial a 95 ºC por 4 min, seguida de 30 ciclos a 94 ºC por 45 s, a 59 ºC por 1 min, y a 72 ºC por 1 min y una extensión final a 72 ºC por 5 min. La integridad y la concentración de los productos de la PCR se revisaron en geles de agarosa al 2% teñidos con bromuro de etidio, y 5 µL del producto de la PCR restante fueron enviados para una secuenciación de Sanger en un secuenciador automático Applied Biosystems 3730xl (arreglos capilares de 50 cm) en el Core DNA Sequencing Facility de la University of Illinois Urbana-Champaign.

Las secuencias directas e inversas obtenidas se revisaron visualmente para realizar el control de calidad y se alinearon con el software Bioedit v.7.0.5 para obtener un fragmento consenso (UM71). Se obtuvieron del GenBank diversas secuencias de la región control de otras especies de lobo fino y se alinearon junto con la secuencia obtenida en este estudio (ver Fig. 3 para ver los números de acceso de las secuencias). Se construyó un árbol de parsimonia con un soporte de remuestreo de 500 repeticiones en MEGA 7 (Tamura et al. 2007), y se usó el lobo marino de California, Z. californianus, como grupo externo.

Figura 3 Árbol de parsimonia con 500 réplicas de remuestreo. El individuo secuenciado (UM71 Oaxaca) se muestra dentro del clado de A. galapagoensis. Los números de acceso a GenBank para cada secuencia se muestran en las etiquetas. 

Resultados

En la inspección del área genital del pinnípedo varado se confirmó que era una hembra. El individuo pesó 10.8 kg y midió 91 cm de largo curvilíneo total y 87 cm de largo recto total. Datos recolectados a partir de individuos de vida libre en el archipiélago de Galápagos indican que el peso medio de las hembras de un año de edad es de 9.5 kg en un año ordinario y 12.1 kg en un buen año (Trillmich 1986). Por lo cual, se puede suponer que el individuo que se varó en Oaxaca era de aproximadamente un año de edad. El árbol obtenido a partir de la región control del ADNmt agrupó la secuencia obtenida en este trabajo (UM71) (número de acceso del GenBank: MT992621) con las secuencias de los LFG, A. galapagoensis (Fig. 3).

Discusión

Los individuos varados proveen información invaluable sobre la distribución, la ecología y la salud de los mamíferos marinos, especialmente en regiones donde el estudio de estas especies está limitado. Los varamientos se han convertido en el primer esfuerzo por compilar listados regionales que podrían constituir la base de la documentación de cambios históricos en la distribución, el comportamiento y la dispersión de especies debidos al cambio en las condiciones naturales. La identificación visual de estas especies requiere de un nivel de pericia que está restringido a personal altamente calificado, lo que limita el poder de la documentación de avistamientos atípicos. Adicionalmente, los individuos jóvenes carecen de los caracteres diagnósticos de la especie, lo que ocasionalmente hace imposible la determinación de manera visual, incluso por los expertos. Esta nota documenta el primer registro de A. galapagoensis en la costa de Oaxaca, México, por medio de un análisis de ADN, que permite la determinación de especies incluso cuando los caracteres diagnósticos no son claros. Las herramientas moleculares pueden prevenir la identificación errónea de los avistamientos, especialmente durante las etapas tempranas de crecimiento de los pinnípedos. El análisis de ADN ha sido empleado en algunos casos (Aurioles-Gamboa et al. 2004); sin embargo, no se ha convertido en una herramienta estandarizada en la identificación de especies durante avistamientos extraordinarios y varamientos (Ceballos et al. 2010, Gallo-Reynoso et al. 2020), lo cual puede ser atribuido al costo y al tiempo para procesar la muestra.

El LFG identificado en este estudio por medio del análisis de ADNmt fue uno de al menos 4 avistamientos de pinnípedos juveniles ocurridos con unos cuantos días de diferencia. El primero fue reportado y fotografiado por miembros de la comunidad el Paraje Brinca Perros, El Coyul, en el municipio de San Pedro Huamelula (15º51ʹ N, 95º48ʹ W), Oaxaca, el 15 de mayo de 2019. Otro reporte ocurrió el 17 de mayo en la localidad de Cuatunalco, en el municipio de Pochutla (aproximadamente a 64 km del primer avistamiento). El individuo analizado en este estudio fue reportado el 19 de mayo en el Área Natural Protegida Santuario Playa de Escobilla (15º43ʹ N, 96º44ʹ W) (aproximadamente a 70 km del segundo avistamiento). Adicionalmente, el 23 de mayo, otro juvenil con las mismas características físicas fue observado débil y tratando de regresar al agua en el Área Natural Protegida Lagunas de Chacahua, en la localidad de Barra Quebrada (15º58ʹ N, 97º40ʹ W), El Azúfre, en el municipio de San Pedro Tututepec.

Una posible explicación de la presencia de A. galapagoensis en la costa del Pacífico del sur de México podría ser los efectos de un evento El Niño. De acuerdo con el Centro de Predicción Climática del Servicio Nacional de Meteorología de la Oficina Nacional de Administración Oceánica y Atmosférica de los Estados Unidos, un evento de El Niño inició en octubre de 2018 y continuó en el hemisferio norte hasta julio de 2019 (https://origin.cpc.ncep.noaa.gov/products/analysis_monitoring/ensostuff/ONI_v5.php). Los cambios en la temperatura superficial del mar fueron evidentes en la región del archipiélago de Galápagos (Fig. 4). Esto sugiere que durante mayo de 2019 hubo una presencia atípica de LFG de un año de edad en la costa suroriental de México, lo cual probablemente llevó al primer registro de esta especie, confirmado a través de un análisis de ADN, en las costas de Oaxaca.

Figura 4 Anomalías de la temperatura superficial del mar (SST, ºC) media para la semana centrada en cada mes (febrero, marzo, abril y mayo). Las anomalías se calculan con respecto a las medias semanales del periodo base 1981-2010. Imágenes tomadas de https://www.cpc. ncep.noaa.gov/products/expert_assessment/ENSO_DD_archive.php. El cuadro muestra la ubicación del archipiélago de Galápagos. 

En años recientes, se han reportado avistamientos de LFG fuera de su distribución habitual, la mayoría de ellos adultos en buenas condiciones (Páez-Rosas et al. 2017). En 1998, 2 LFG juveniles en mal estado fueron reportados por Aurioles-Gamboa et al. (2004) en los estados mexicanos sureños de Guerrero y Chiapas. Los LFG muestran una estrategia única de forrajeo, que consiste en cubrir grandes áreas con buceos someros y relacionados con los ciclos lunares, mientras que los lobos marinos de Galápagos muestran diversas estrategias de forrajeo (buceos someros y profundos) en un área más pequeña (Villegas-Amtmann et al. 2013). Aun cuando existe la segregación de nichos entre estas 2 especies, se ha documentado un traslapo relacionado con condiciones moderadas de El Niño, con aguas cálidas y decremento en la disponibilidad de presas (Páez-Rosas et al. 2012). Es posible que, en años más cálidos, la competencia entre las 2 especies crece y obliga a los lobos finos a realizar viajes de alimentación más lejanos para cubrir un mayor territorio, debido a su estrategia única de forrajeo, lo que puede causar que se cansen y se pierdan y sean susceptibles a ser atrapados en una corriente oceánica. Esta situación anómala podría ser mayor debido a las altas temperaturas superficiales del mar en eventos El Niño, como lo mencionó previamente Páez-Rosas et al. (2017). Considerando que los escenarios de cambio climático predicen aumentos constantes en la temperatura global, la protección de esta especie requiere de un esfuerzo coordinado entre diversos países para documentar e identificar adecuadamente la presencia atípica de esta especie vulnerable.

Agradecimientos

La muestra de tejido fue recolectada bajo el permiso de colecta SGPA/DGVS009513/18 de la División General de Vida Silvestre de laSecretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (México). La respuesta de rescate y atención del individuo herido fue coordinada por la red de varamientos del estado de Oaxaca. Estamos particularmente agradecidos con el delegado de PROFEPA en Oaxaca, Héctor Hugo Miranda, por organizar el esfuerzo. Agradecemos a los miembros de la comunidad de La Escobilla. El Centro Mexicano de la Tortuga facilitó al personal y los recursos. La Asociación Mexicana de Hábitats para la Interacción y Protección de Mamíferos Marinos (AMHAR) envió personal veterinario especializado en la atención de mamíferos marinos (Larissa Serrano y María Renée Arreola) y proporcionó cuidados médicos. También agradecemos al veterinario Henghis Serna, quien generosamente ayudó con el cuidado médico, y a todos los estudiantes de la Universidad del Mar, quienes apoyaron con cuidados y guardias nocturnas. Una mención especial a Fernando Elorriaga-Verplancken, por la guía y las recomendaciones, y a Diego Páez-Rosas de la Universidad de San Francisco de Quito, Ecuador, por la identificación de la especie a través de material fotográfico.

REFERENCIAS

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Recibido: 07 de Julio de 2020; Aprobado: 12 de Octubre de 2020

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