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Ciencias marinas

versión impresa ISSN 0185-3880

Cienc. mar vol.47 no.3 Ensenada jul./sep. 2021  Epub 09-Dic-2022

https://doi.org/10.7773/cm.v47i3.3124 

Artículos

Metales pesados en sedimentos marinos de Venezuela: concentraciones, grado de contaminación y distribución

Ruth Ramos1  3  * 

Alejandra Verde2 

Elia M García1  3 

1Laboratorio de Comunidades Marinas. Departamento de Biología de Organismos. Universidad Simón Bolívar, Sartenejas, Caracas 1080, Venezuela.

2Laboratorio de Ecología Experimental. Departamento de Estudios Ambientales. Universidad Simón Bolívar, Sartenejas, Caracas 1080, Venezuela.

3CETOXMAR. Universidad Simón Bolívar, Sartenejas, Caracas 1080, Venezuela.


Resumen

Desde el siglo XVIII, en Venezuela, se han llevado a cabo actividades de exploración y explotación de hidrocarburos. Estas actividades de largo plazo han estado estrechamente relacionadas con la contaminación por metales pesados, debido a un incremento en la producción de sustancias contaminantes. Las variaciones en las concentraciones de estas sustancias pueden causar cambios en los patrones de distribución de metales, alteración de los ciclos biogeoquímicos e incremento en el riesgo biológico, entre otras cosas. Es imperante elaborar una línea base de metales pesados en la costa de Venezuela. En este trabajo se presentan las concentraciones, la distribución y el grado de contaminación de 9 metales pesados (bario, mercurio, cobre, níquel, cromo, cadmio, zinc, plomo y vanadio) en los sedimentos marinos de la costa de Venezuela. Se usó el factor de enriquecimiento, el índice de geoacumulación y los cocientes promedio del efecto de rango medio para evaluar el grado de contaminación y comparar áreas con y sin intervención. Nuestros resultados indican que las mayores concentraciones de metales pesados están asociados a lugares con mayor actividad antropogénica, principalmente en la costa central y la costa este de Venezuela. Solamente el cadmio mostró un severo enriquecimiento y un alto grado de contaminación. El potencial de riesgo biológico estuvo entre el 12% y el 30% y estuvo asociado principalmente a las instalaciones petroleras, lo que sugiere que estos lugares deben ser monitoreados debido al riesgo potencial que representan. Este trabajo abarca la concentración y la distribución de 9 metales pesados a lo largo de la costa venezolana y es relevante por ser una línea base de referencia de metales pesados e indicadores de contaminación en los sedimentos marinos de Venezuela y el Caribe.

Palabras clave: metales; sedimentos marinos; áreas intervenidas; indicadores de contaminación; Venezuela

Abstract

Venezuelan oil exploration and exploitation activities have been taking place since the 18th century. These long-term activities are closely related to heavy metal contamination because of the increasing input of toxic pollutants. Variations in heavy metal concentrations can cause, among other things, changes in metal distribution patterns, alterations in biogeochemical cycles, and increments in environmental and biological risks. The need for a complete baseline on heavy metal concentrations along the Venezuelan coast is critical. For this reason, we present the concentrations, distribution, and degree of contamination of 9 heavy metals (barium, mercury, copper, nickel, chromium, cadmium, zinc, lead, and vanadium) in marine sediments along the Venezuelan coast. We used the enrichment factor, the geoaccumulation index, and the mean effects range median quotients to evaluate the degree of contamination, comparing areas with and without intervention. Our results indicate that higher concentrations of these heavy metals are associated with places with greater anthropic activity, especially on the central and eastern coasts of Venezuela. Only cadmium showed extremely severe enrichment and a high degree of contamination. The biohazard potential was between 12% and 30% and was primarily associated with locations having high oil activity, which suggests that these places must be monitored, given the potential hazard they represent. This work encompasses the distribution and concentration of 9 heavy metals along the Venezuelan coast and takes relevance as a baseline for heavy metal concentrations and pollution indicators in marine sediments for Venezuela and the Caribbean.

Key words: metals; marine sediments; intervened areas; pollution indicators; Venezuela

Introducción

La contaminación por metales pesados es un problema mundial, ya que las actividades industriales han liberado y continúan liberando grandes cantidades de estos contaminantes al medio ambiente (Yuang et al. 2014, Mahu et al. 2015). Los aportes prolongados de metales pesados han provocado variaciones en su biodisponibilidad para los organismos, cambios en los patrones de distribución de metales y alteraciones en los ciclos biogeoquímicos (Valdés et al. 2005, Boyd et al. 2017). El estudio de sedimentos como registro de la contaminación en ambientes marinos ha sido ampliamente utilizado en evaluaciones ambientales, programas de monitoreo y evaluaciones de riesgo ambiental (Abrahim y Parker 2008, Muñoz-Barbosa et al. 2012, Maanan et al. 2014, Yuang et al. 2014, Birch 2017); sin embargo, requiere valores de referencia y comparaciones con los sitios de control para detectar cambios en las concentraciones de contaminantes.

En Venezuela, la exploración y la explotación de petróleo comenzó en 1878 (Lieuwen 1955), pero son las actividades petroleras mar adentro, que comenzaron hace unos 20 años, las que han incrementado rápidamente los aportes de contaminantes orgánicos e inorgánicos en los ambientes marinos (GESAMP 2007, García et al. 2011). Entre las actividades de mayor influencia en la incorporación de elementos metálicos se encuentran la descarga de grava de perforación, que suele tener altos contenidos de barita, cadmio y mercurio (Olsgard y Gray 1995, Neff 2005); el dragado de sedimentos, que remueve y expone toda la matriz sedimentaria que estaba en reposo, aumentando la biodisponibilidad de algunos elementos; y la colocación y prueba de tuberías.

Los elementos metálicos que ingresan a estos ambientes están asociados, principalmente, con material particulado y coloidal, que posteriormente promueven la formación de flóculos que precipitan en los sedimentos (Loring y Rantala 1992). De los metales acumulados en los sedimentos marinos, es difícil discernir la proporción de la carga metálica que proviene de una fuente natural y la que es antropogénica. Además, la naturaleza de los sedimentos varía espacialmente, por lo que la concentración de elementos metálicos también es variable y depende de varios factores, como el tipo y la cantidad del insumo terrígeno, los aportes de las actividades antropogénicas y las corrientes. Por estas razones, se ha requerido crear indicadores de contaminación como el factor de enriquecimiento (Sinex y Helz 1981) y el índice de geoacumulación (Müller 1969), los cuales permiten estimar el aporte adicional de metales al medio ambiente utilizando elementos de referencia como el aluminio, el hierro y otros metales que abundan en la corteza terrestre (Turekian y Wedepohl 1961, Valdés et al. 2005, Abrahim y Parker 2008).

Presentamos la línea base más actualizada y extensa de contaminación por metales en los sedimentos de Venezuela. Aquí mostramos las concentraciones de 9 metales pesados (bario, mercurio, cobre, níquel, cromo, cadmio, zinc, plomo y vanadio) y el grado de contaminación que producen en diferentes zonas costeras de Venezuela. Estos resultados pueden servir como referencia para determinar la calidad de los sedimentos marinos en Venezuela y en otras áreas del Caribe.

Materiales y métodos

Área de estudio

Venezuela tiene 4,261 km de costa, de los cuales 3,499 km corresponden a costas continentales y 762 km a costas insulares (Ramírez 2001). Los sitios de muestreo se distribuyeron a lo largo de las costas continentales de las regiones occidental (golfo de Venezuela), central (estado de Falcón) y oriental (3 bloques: estado de Anzoátegui, golfo de Paria y desembocadura del delta del río Orinoco), y a lo largo de las costas de la región insular (Parque Nacional Archipiélago Los Roques) (Fig. 1). Estas regiones se describen dentro de las ecorregiones marinas de Venezuela (Miloslavich y Klein 2008). La región oriental incluyó el delta del Orinoco y la ecorregión de surgencia oriental, las cuales son ampliamente influenciadas por la descarga de la cuenca del Orinoco y por periodos de surgencia bien marcados. La región central comprendió la ecorregión del golfo Triste y se caracteriza por una plataforma continental relativamente extensa y poco profunda, una producción secundaria moderada y predominantes playas arenosas. La región occidental incluyó las ecorregiones Golfete de Coro, golfo de Venezuela y Paraguaná. Golfete de Coro se caracteriza por aguas poco profundas, fondos lodosos con altas cargas sedimentarias debido a la resuspensión, y algunas playas arenosas y sistemas de manglar. Paraguaná se caracteriza por costas rocosas con alta cobertura de macroalgas y playas arenosas con alto contenido de carbonatos. La región insular incluyó el Parque Nacional Archipiélago Los Roques, un área caracterizada por comunidades de arrecifes de coral y praderas de pastos marinos, con alta biodiversidad y alta proporción de sedimentos calcáreos en playas arenosas (Cervigón 1995, Miloslavich y Klein 2008).

Figura 1 Mapa de los sitios de muestreo en las áreas marinas costeras de Venezuela. 

Datos

El conjunto de datos incluyó concentraciones de metales de 110 sitios agrupados en las 4 regiones de estudio. Los datos se extrajeron de 18 informes técnicos elaborados por el Instituto de Tecnología y Ciencias Marinas (INTECMAR) de la Universidad Simón Bolívar entre los años 2005 y 2014. Todos los metales analizados, excepto el mercurio, fueron medidos por métodos de espectrometría de emisión óptica con plasma acoplado inductivamente (Optima 2100 DV, Perkin Elmer; EUA), y se utilizó HNO3 para la digestión ácida en un microondas ETHOS (Advanced Microwave Labstation, Milestone; Italia). Las concentraciones se determinaron a partir de la curva de calibración construida con el estándar (AccuStandard ICP solución estándar de multielemento IV, número de catálogo MES-04-1) y se verificaron con el estándar para comprobar el rendimiento en laboratorio (Laboratory Performance Check Standard; AccuStandard LPCS-01R-1). El límite de detección fue 0.5 µg·L-1 en la solución para el bario, cadmio, cobre, níquel, cromo, zinc y vanadio, y 1.0 µg·L-1 para el plomo. Las concentraciones de mercurio se determinaron utilizando un analizador directo de mercurio (DMA-80, Millestone; Italia) con un límite de detección de 10 ppb, y se utilizó el AccudStandard PE-ICS18 HG-ASL-1 para las curvas de calibración. Se tomaron 3 réplicas por sitio y las muestras se leyeron por triplicado. Todos los datos de metales se expresaron en peso seco. Los datos se clasificaron en 4 regiones geográficas: costa occidental, costa central, costa oriental e insular. Estas categorías se clasificaron además como áreas intervenidas (IT), cuando los datos provenían de sitios de exploración y explotación, y como áreas no intervenidas (NI), cuando los datos provenían de sitios sin registro de actividad petrolera.

Factor de enriquecimiento

El factor de enriquecimiento (FE) se utilizó para medir la contribución de diferentes metales de fuentes no naturales a los ambientes marinos. Se calculó con la Ecuación (1) y utilizando el aluminio como elemento de referencia (porque su alteración diagenética es más atractiva que la del hierro) (Sinex y Helz 1981, Birch 2020):

EF=x(Sediment)/Al(Sediment)X(Earth´s crust)/Al(Earth´s crust) (1)

donde X es la concentración promedio del metal estudiado y Al es la concentración de aluminio. Las concentraciones de los metales en la corteza terrestre se obtuvieron de las tablas de sedimentos marinos de Turekian y Wedephol (1961). El aluminio fue elegido como el elemento de referencia porque su abundancia por origen natural es mayor que la de origen antropogénico (Reimann y de Caritat 2005) y es el elemento de referencia más frecuente en la matriz de datos. Un valor de FE = 1 denota que no hay enriquecimiento o que hay una reducción del metal examinado con respecto a la abundancia natural en la corteza terrestre. Este valor no se calculó para la región insular porque los sedimentos ahí son dominados por carbonato de calcio. La balanza utilizada para pesar el enriquecimiento fue la establecida por Birth (2003).

Índice de geoacumulación

El índice de geoacumulación (Igeo) de Müller (1969) se ha utilizado para determinar la contaminación por metales pesados en sedimentos terrestres, marinos y de agua dulce, y compara la concentración del metal estudiado con la concentración de este metal en la corteza terrestre. Difiere del FE porque incorpora un factor de corrección de 1.5, que corresponde a las posibles fluctuaciones de la concentración en la corteza terrestre por el efecto litológico. El Igeo se calcula de la siguiente manera:

Igeo=log2Cn1.5Bn, (2)

donde C n es la concentración del metal en el sedimento y B n es la concentración del metal en la corteza terrestre. Los valores dados en las tablas de Turekian y Wedepohl (1961), que corresponden a sedimentos marinos, se utilizaron como valores de concentración de referencia en la corteza terrestre para estimar el grado de contaminación por metales. Aunque actualmente es común el uso de núcleos sedimentarios para determinar la concentración de fondo a nivel local (e.g., el Programa Coordinado de Vigilancia Ambiental OSPAR [CEMP, por sus siglas en inglés] tiene concentraciones de fondo de metales para toda la región del Atlántico nororiental), no se han realizado estudios de este tipo en Venezuela hasta la fecha y, por lo tanto, no contábamos con una aproximación más adecuada del aporte natural de estos elementos en nuestros sedimentos (Birch 2017, Pérez-Fernández et al. 2019). La clasificación del grado de contaminación según el Igeo se describe en la Tabla 1.

Tabla 1 Categorías de contaminación según el índice de geoacumulación (Igeo), de acuerdo con Müller (1969)

Value Classification
Igeo ≤ 0 Uncontaminated
0 < Igeo < 1 Uncontaminated to moderately contaminated
1 < Igeo < 2 Moderately contaminated
2 < Igeo < 3 Moderately to strongly contaminated
3 < Igeo < 4 Strongly contaminated
4 < Igeo < 5 Strongly to extremely contaminated
5 > Igeo Extremely contaminated

Cocientes promedio del efecto de rango medio

Diferentes organizaciones en América del Norte han desarrollado pautas de calidad para los sedimentos con diferentes enfoques que se utilizan para evaluar la calidad de los sedimentos marinos, estuarinos y de agua dulce (CCME 2001). De las pautas de calidad de sedimentos, elegimos el método del cociente del efecto de rango medio (ERMQ) para calcular el grado de contaminación por metales pesados en los sedimentos, de acuerdo con la toxicidad en los organismos marinos. El cálculo se realizó utilizando las siguientes ecuaciones:

ERMQi=CiERMi (3)

mermQ=i=1nERMQI/n , (4)

donde C i es la concentración del metal estudiado, ERM i es el valor de referencia del efecto de rango medio (ERM) en sedimentos marinos para cada metal de acuerdo con las tablas de monitorización de referencia rápida (SQuiRT, por sus siglas en inglés) de la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica (NOAA, por sus siglas en inglés) (Buchman 2008), y n es el número total de metales analizados en cada sitio. La clasificación se realizó de acuerdo con la Tabla 2. Se consideró que los porcentajes de riesgo eran relativos a la probabilidad de que los valores de ERMQ fueran tóxicos en los bioensayos de supervivencia de anfípodos (Long et al. 1998).

Tabla 2 Porcentajes de riesgo de acuerdo con los valores del cociente del efecto de rango medio (ERMQ). 

ERMQ Percentage of risk
<0.1 12
0.11-0.5 30
0.5-1.5 46
>1.5 76

Resultados

Concentración

La concentración de metales varió en las diferentes localidades costeras y entre IT y NI dentro de cada región. El bario, cromo, cadmio, zinc, cobre, níquel y vanadio mostraron concentraciones más altas en IT (Fig. 2). Sin embargo, las concentraciones de los metales nunca excedieron los límites establecidos por la NOAA para el ERMQ en sedimentos marinos (Buchman 2008). Es importante señalar que los metales como el bario no tienen un límite de concentración establecido para la ERM y que las altas concentraciones (50 mg·kg-1) observadas en la costa oriental y la occidental probablemente estén asociadas con las descargas de recortes de perforación en estos lugares. Contrario a lo observado para la mayoría de los metales, las concentraciones de mercurio fueron más altas en NI en la costa occidental y la costa oriental, pero en la costa central fueron más altas en IT (Fig. 2).

Figura 2 Concentraciones medias de metales en los sedimentos superficiales de la costa de Venezuela. Los valores se expresan en peso seco (mg·kg-1). Las barras de error representan la desviación estándar. EC, región oriental; I, región insular; CC, región central; WC, región occidental. 

En la región occidental la mayoría de los metales (excepto el mercurio) mostraron fuertes correlaciones positivas con la fracción fina de los sedimentos (porcentaje de lodo), mientras que en la región oriental no hubo una asociación tan obvia entre la fracción fina y los metales evaluados, excepto para el aluminio y el hierro. Por otro lado, en la región insular hubo fuertes correlaciones positivas entre los metales, pero hubo una relación negativa entre los metales y el porcentaje de lodo y el carbono orgánico total, probablemente relacionado con la naturaleza de los sedimentos carbonatados.

Factor de enriquecimiento

Los FE indicaron claramente que hubo enriquecimiento de moderado a severo de cobre, zinc, plomo y vanadio en la costa central de Venezuela en comparación con las costas oriental y occidental (Fig. 3). De manera similar, el mercurio mostró enriquecimiento severo, pero en la costa central y la oriental (Fig. 3). Finalmente, el cadmio mostró un comportamiento particular, con enriquecimiento severo en todas las áreas de estudio (Fig. 3). Otros metales, como el bario y el níquel, mostraron bajo o ningún signo de enriquecimiento en la mayoría de las áreas de estudio (Fig. 3).

Figura 3 Factor de enriquecimiento para bario, mercurio, cadmio, níquel, cromo, plomo, cobre, vanadio, hierro y zinc, con aluminio como metal de referencia, para los sedimentos superficiales de la costa de Venezuela. 

Índice de geoacumulación

El Igeo propuesto por Müller (1969) es otra medida de los niveles de contaminación por metales pesados en la matriz sedimentaria. La mayoría de los sedimentos a lo largo de la costa de Venezuela estuvo en la categoría de no contaminado para la mayoría de los metales, excepto para el cadmio (Fig. 4). Los sedimentos estaban moderadamente contaminados con cadmio en la costa occidental y de moderada a fuertemente contaminados con cadmio en las costas central y oriental (Fig. 4). Es importante señalar que este estimador de contaminación considera la variabilidad que puede existir en la litología entre los diferentes sedimentos, por lo que los resultados fueron diferentes a lo encontrado con el FE.

Figura 4 Índice de geoacumulación de metales en los sedimentos superficiales de la costa de Venezuela. Los círculos representan la media, y las barras de error la desviación estándar. EC, región oriental; I, región insular; CC, región central; WC, región occidental. 

Porcentaje de riesgo

Tanto el FE como el Igeo muestran la concentración de metales en los sedimentos sin considerar su potencial toxicidad en los organismos. El porcentaje de riesgo proporciona una aproximación biológica del efecto de algunos metales, y utiliza como valores de referencia las ERM establecidas por la NOAA en Buchman (2008). Nuestros resultados indican que los porcentajes de riesgo variaron entre regiones. En las costas oriental y central de Venezuela, el porcentaje de riesgo para los organismos marinos por metales fue del 30%, pero fue inferior al 12% en la región insular y en la costa occidental (Fig. 5). Es importante señalar que para las regiones costeras oriental y central, donde el porcentaje de riesgo fue mayor, el riesgo también fue mayor en IT que en NI.

Figure 5. Mean effects range median quotients (ERMQ) in the superficial sediments of the Venezuelan coast. Error bars represent the standard deviation. EC, eastern region; I, insular region; CC, central region; WC, western region.

Discusión

Este análisis de elementos metálicos en los sedimentos de la costa de Venezuela destaca claramente el ingreso antropogénico de estos contaminantes a los ecosistemas marinos. En particular, los metales como el plomo, cadmio, zinc, vanadio, cromo y mercurio destacaron por sus altas concentraciones en algunas de las zonas costeras.

A nivel mundial, las concentraciones de metales pesados tienden a aumentar en los ambientes costeros marinos, pero las concentraciones de metales como el plomo han disminuido desde 2002, cuando el tetraetilo de plomo dejó de usarse como catalizador para la gasolina (Cook y Gale 2005); esta medida se implementó en Venezuela en 2005. El plomo fue considerado el quinto metal más utilizado en todo el mundo durante el siglo XX (Cheung y Cheung 2017). En 2001 se encontraron altas concentraciones de este metal en el Parque Nacional Morrocoy, en estaciones cercanas a la costa que reciben alta influencia terrígena (García et al. 2011). En estudios recientes en Venezuela, las concentraciones de plomo fueron relativamente bajas; esto es consistente con la reducción en su uso (Bone 2012).

El cadmio, a diferencia del plomo, está presente en toda la costa de Venezuela, excepto en la región insular. Las concentraciones de cadmio reportadas tanto para IT como para NI superan los estándares internacionales establecidos en los “Valores guías interinos de calidad de sedimentos (ISQG, por sus siglas en inglés) para metales totales en sedimentos marinos superficiales” (ISQG: 0.7 mg·kg-1) y el nivel umbral de efectos probables en organismos (nivel de efecto probable [PEL, por sus siglas en inglés]: 3.5 mg·kg-1) (CCME 2001). En Venezuela, existen reportes previos de altas concentraciones de cadmio para la costa occidental (García et al. 2011), los lagos en la región central (García-Miragaya y Sosa 1994), la costa central (Jaffé et al. 1998) y la costa oriental (Toledo et al. 2000, Fuentes et al. 2010). La referencia establecida para el factor de incrustación de cadmio para sedimentos marinos es relativamente baja (0.42 ppm, Turekian y Wedepohl 1961) comparada con las concentraciones que se reportan actualmente en los sedimentos marinos de diferentes áreas del mundo. Calvert y Pedersen (1993) sugirieron que las altas concentraciones de cadmio y otros elementos a lo largo de la costa se deben al gran aporte continental y al hecho de que el cadmio se acumula en los sedimentos cuando los niveles de oxígeno son bajos debido a su afinidad por los sulfuros. Este patrón de altas concentraciones de cadmio también se ha observado en lugares como el golfo de California y áreas costeras de Trinidad y Tobago (Mohammed et al. 2012), al igual que en los sedimentos marinos y estuarinos de Galicia, España, los cuales están altamente influenciados por actividades industriales, incluidos los derrames accidentales de petróleo (Monaco et al. 2017). También se han reportado altas concentraciones de cadmio en otras áreas costeras con alta actividad petrolera, como Bahréin en el golfo Arábigo (Freije 2015); sin embargo, dependiendo de la naturaleza de los hidrocarburos, la mayor toxicidad podría encontrarse en la columna de agua y no en el sedimento, como ocurrió con el derrame de petróleo del Prestige (Franco et al. 2006).

A diferencia del cadmio, el zinc es un elemento esencial y es bastante común en la corteza terrestre. Su distribución en las costas de Venezuela es homogénea excepto en la costa insular, donde las concentraciones son relativamente bajas. Si bien se observó enriquecimiento de este elemento en la costa central, las concentraciones estuvieron por debajo del límite establecido para que el zinc se considere un contaminante en los sedimentos marinos (ISQG: 121 ppm). Al igual que para el zinc, las concentraciones de níquel fueron relativamente bajas y similares en toda la costa de Venezuela, sin enriquecimiento en ninguna de las áreas de muestreo. La acumulación de zinc y níquel en sedimentos marinos también puede estar asociada con la formación de sulfuros.

El cobre mostró un patrón de distribución particular, con altas concentraciones en las IT de las costas oriental, central e insular. Este patrón no se observó en la costa occidental de Venezuela. Aunque se observó enriquecimiento en los sedimentos de la costa central, las concentraciones de cobre estuvieron por debajo del umbral establecido para que se considere un contaminante (ISQG: 18.7 ppm). El cobre normalmente se acumula porque forma complejos con ligandos orgánicos o con arcillas en los sedimentos.

El vanadio y el cromo mostraron un comportamiento similar al del cobre, con enriquecimientos de moderado a severo en algunas áreas de las costas oriental, central y occidental. Normalmente, estos metales se encuentran en el agua de mar en al menos 2 estados de oxidación y precipitan a los sedimentos en el estado menos soluble (Calvert y Pedersen 1993). Las altas concentraciones de vanadio en sedimentos marinos pueden estar asociadas a la alta presencia de petróleo crudo en las costas de Venezuela. El petróleo crudo tiene altas concentraciones de vanadio, alrededor de 100-1,000 ppm (Márquez et al. 1999), y podría ser una de las principales fuentes antropogénicas de los aportes de vanadio a los sedimentos. Por otro lado, el cromo es abundante en la naturaleza y se encuentra en altas proporciones en rocas básicas y ultrabásicas (Wright y Welbourn 2002), que se encuentran en el golfo de Paria, en la costa oriental de Venezuela (González de Juana y Muñoz 1968). Las concentraciones de cromo fueron más altas en IT que en NI, y los valores que reportamos para el este de Venezuela fueron más altos que el promedio reportado por Norville (2005) para el golfo de Paria (19.2 μg·g-1), donde las altas concentraciones de cromo se asociaron con grandes contribuciones fluviales; sin embargo, a pesar de que se observó enriquecimiento, las concentraciones reportadas no excedieron los límites de contaminación establecidos para sedimentos (ISQG: 52.3 ppm). Tanto el cromo como el vanadio pueden acumularse en los sedimentos en sus estados reducidos cuando precipitan como óxidos o hidróxidos solubles o se adsorben en la superficie de las partículas (Calvet y Pedersen 1993).

El hierro y el aluminio se encuentran en altas concentraciones en la corteza terrestre. Por lo tanto, generalmente, se utilizan como referencia para determinar la entrada de otros elementos traza en diferentes entornos. Es importante destacar las altas concentraciones de aluminio que se encuentran en la costa oriental de Venezuela, las cuales están asociadas a la gran carga de partículas de origen terrígeno que son depositadas en el sistema marino costero por el delta del Orinoco.

Se observó enriquecimiento de mercurio en las costas oriental y central y en algunas áreas de la costa occidental. El mercurio es uno de los elementos con mayor potencial de bioacumulación en organismos marinos (Braune et al. 2015), y su movilidad en la columna de agua y sedimentos es muy variable debido a la metilación a través de microorganismos (Harding et al. 2018). Las altas concentraciones de mercurio en Venezuela pueden estar asociadas tanto con insumos naturales como con la presencia de combustibles fósiles, que normalmente están muy cargados con este elemento. Cabe señalar que el aporte de este elemento se ha atribuido a las actividades de la industria petroquímica en la costa central (Ramos et al. 2009).

El bario no mostró enriquecimiento en la costa de Venezuela, pero las concentraciones fueron mayores en IT que en NI. Los valores observados en nuestro estudio son similares a los reportados para localidades con altos niveles de intervención petrolera como el golfo de México (Carriquiry y Horta-Puga 2010, Celis-Hernandez et al. 2018). El bario se ha considerado un elemento indicador de la contaminación por actividades petroleras debido al alto contenido de barita en los fluidos de perforación que la mayoría de las veces son descargados en cuerpos de agua y se acumulan en sedimentos debido a su baja solubilidad (Neff 2005). García (2011, 2014) encontró altas concentraciones de bario (500-1,000 ppm) cerca de áreas con plataformas de perforación en el golfo de Venezuela. Aunque no existen límites establecidos para que este se considere un contaminante, el bario es un elemento con concentraciones muy altas en la costa de Venezuela, y es pertinente estudiar su potencial efecto sobre la biota marina.

Las correlaciones de los metales con el porcentaje de lodo indican que la dinámica de incorporación de estos elementos al medio ambiente está asociada a esta fracción de los sedimentos. En particular, el hierro en la costa oriental de Venezuela mostró una fuerte correlación con el porcentaje de lodo, y este elemento mostró una mayor correlación con los otros metales incorporados en los sedimentos marinos. Este patrón puede explicarse por la liberación y el transporte de las partículas de rocas sedimentarias, volcánicas, plutónicas y de lutitas verdes, y de la explotación minera en las áreas aledañas al río Orinoco, que luego llegan al mar (Márquez et al. 2012). La distribución y la concentración de los metales estudiados indica claramente un alto grado de aportes antropogénicos a lo largo de las costas de Venezuela, donde una de las principales fuentes de contaminación es la industria petrolera. También hay una gran contribución de elementos metálicos por descargas terrígenas, probablemente asociadas con fuentes de agua dulce. Actualmente, las concentraciones de metales no parecen representar una amenaza alarmante para los organismos marinos, con porcentajes de riesgo inferiores al 30% para las costas central y oriental. Sin embargo, las concentraciones de metales deben ser monitoreadas permanentemente dadas las extensas actividades de exploración y explotación que ocurren en áreas mar adentro que podrían, potencialmente, cambiar los patrones y la dinámica de las concentraciones y la distribución de los metales pesados a lo largo de la costa de Venezuela.

Agradecimientos

Queremos agradecer a INTECMAR y CETOXMAR de la Universidad Simón Bolívar por proporcionarnos su conjunto de datos para este estudio. También le agradecemos a Carolina Bastidas y Luis Miguel Montilla por sus valiosos comentarios sobre el manuscrito.

REFERENCIAS

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1Traducido al español por Claudia Michel-Villalobos.

Recibido: 03 de Marzo de 2020; Aprobado: 19 de Octubre de 2020

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