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Ciencias marinas

versão impressa ISSN 0185-3880

Cienc. mar vol.36 no.2 Ensenada Jun. 2010

 

Efecto de sustituir el aceite de pescado dietético con aceites vegetales en la composición de ácidos grasos del tejido muscular de juveniles de lenguado de California (Paralichthys californicus)*

 

Effect of replacing dietary fish oil with vegetable oils on the fatty acid composition of muscle tissue of juvenile California halibut (Paralichthys californicus)**

 

D Badillo–Zapata1, G Correa–Reyes2, LR D'Abramo3, JP Lazo4, JF Toro–Vázquez5, MT Viana2*

 

1 Facultad de Ciencias Marinas, Universidad Autónoma de Baja California (UABC), Km 107 Carretera Tijuana–Ensenada, Ensenada, CP 22860, Baja California, México.

2 Instituto de Investigaciones Oceanológicas, UABC, A.P. 453, Ensenada, CP 22800, Baja California, México. * E–mail: viana@uabc.mx

3 Department of Wildlife, Fisheries and Aquaculture, Mississippi State University, PO Box 9690, Mississippi State, MS 39762, USA.

4 Centro de Investigación Científica y de Educación Superior de Ensenada, Km 107 Carretera Tijuana–Ensenada, Ensenada, CP 22860, Baja California, México.

5 Facultad de Ciencias Químicas, Universidad Autónoma de San Luis Potosí, Av. Dr. Manuel Nava 6, Zona Universitaria, San Luis Potosí, CP 78210, México.

 

Received August, 2009
Accepted March, 2010

 

RESUMEN

Se estudió el reemplazo total de aceite de hígado de bacalao por aceites vegetales en las dietas de juveniles de lenguado de California (Paralichthys californicus). Se formularon cinco dietas con aceites de oliva, maíz, linaza y dos combinaciones de linaza y maíz, y se compararon con una dieta testigo que contenía aceite de hígado de bacalao. Después de 12 semanas de experimentación se observó un crecimiento mayor en los ejemplares alimentados con la dieta testigo; sin embargo, no hubo diferencias significativas en crecimiento y supervivencia entre las dietas experimentales. Los ácidos grasos provenientes de los aceites de linaza, maíz y oliva fueron los más acumulados en los tejidos, incrementando en proporción al total de ácidos grasos. Una reducción de 20:5n–3 y 20:4n–6 en presencia de altos niveles dietéticos de 18:3n–3 y 18:2n–6 sugiere que, como en la mayoría de los peces, la síntesis de 18:3n–3 a 20:5n–3 y de 18:2n–6 a 20:4n–6 es muy baja o inexistente. Aun cuando el contenido de 22:6n–3 en el músculo de los ejemplares alimentados con la dieta testigo fue aproximadamente de 2.0 a 2.5 veces más alto que en el de los ejemplares alimentados con las dietas experimentales, no se observaron diferencias significativas. Un decremento proporcional de 20:5n–3 en comparación con todos los ácidos grasos y la ausencia de un incremento en el tejido sugiere que este ácido graso se utilizó en la síntesis de 22:6n–3. Las reducciones significativas en el nivel de 20:5n–3 indican que si se hubiera realizado el experimento durante un periodo de tiempo más largo, se hubiera llegado a un nivel en donde se registrarían efectos adversos en el crecimiento. Es necesario realizar más estudios, especialmente sobre los cambios proporcionales y cuantitativos de 20:5n–3 y 22:6n–3 en la composición del tejido muscular.

Palabras clave: ácidos grasos, aceite vegetal, aceite de pescado, lenguado de California, dieta.

 

ABSTRACT

Total replacement of cod liver oil by vegetable oils in the diets of juvenile California halibut (Paralichthys californicus) was analyzed. Five diets were formulated with olive oil, corn oil, linseed oil, and two combinations of linseed oil and corn oil, and compared with a control diet containing cod liver oil during a 12–week feeding experiment. Highest growth was observed in fish fed the control diet; however, no significant differences in growth and survival were observed among the dietary treatments. The fatty acids from linseed, corn, and olive oils were the most accumulated in the tissue, increasing in proportion to the total fatty acids. Reduced levels of 20:5n–3 and 20:4n–6 in the presence of high dietary levels of 18:3n–3 and 18:2n–6 suggest that, as in most marine fishes, synthesis of 18:3n–3 to 20:5n–3 and of 18:2n–6 to 20:4n–6 is either very limited or does not occur. Although the content of 22:6n–3 in the muscle of fish fed the control diet was approximately 2.0 to 2.5 times greater than that in the muscle tissue of fish fed the experimental diets, no significant differences were detected. A proportional decrease in 20:5n–3 among all fatty acids and a lack of an increase in body tissue suggest that this fatty acid was being used to synthesize 22:6n–3. The significant reductions in the level of 20:5n–3 indicate that if the experiment had been conducted over a longer period of time, a level would eventually be reached whereby the dietary deficiency would presumably be reflected by an adverse effect on growth. Additional research is needed, particularly regarding the proportional and quantitative changes of 20:5n–3 and 22:6n–3 in the composition of the muscle tissue.

Key words: fatty acids, vegetable oil, fish oil, California halibut, diet.

 

INTRODUCCIÓN

Estimaciones recientes sugieren que la industria de la acuicultura mundial utiliza aproximadamente 2.5 millones de toneladas métricas (mtm) de harina de pescado y 0.7 mtm de aceite de pescado, lo que representa 40% y 60%, respectivamente, de la producción global (Mourente y Bell 2006). Durante la próxima década, la creciente demanda por aceite de pescado, obtenido principalmente de pequeños peces pelágicos marinos, probablemente excederá los recursos disponibles (Tacon 2003, Ng et al. 2006). En los pasados diez años, la producción mundial de aceite de pescado ha permanecido estable y, aparentemente, ya no aumentará. Para satisfacer los requerimientos de ácidos grasos n–3 esenciales en peces, en particular los ácidos grasos altamente insaturados (HUFAs, por sus siglas en inglés) como son el ácido eicosapentaenoico (EPA, 20:5n–3) y el ácido docosahexaenoico (DHA, 22:6n–3), en general se alimentan los peces marinos con dietas que contienen aceites derivados de fuentes marinas (Tocher 2003). Los beneficios para la salud humana de HUFAs derivados del consumo de pescado han sido bien documentados (Schiano et al. 2008, Van Horn et al. 2008, Yusof et al. 2008) y ha incrementado la demanda de grandes cantidades de aceite de pescado rico en HUFAs n–3 en el mercado de suplementos alimenticios. Por esto y otras demandas comerciales, no es factible sostener el creciente desarrollo de la industria acuicultural a menos de que aceites de otras fuentes alternativas puedan reemplazar efectivamente los aceites marinos utilizados en los alimentos para peces (Ng et al. 2006).

El lenguado de California (Paralichthys californicus) es un pez plano que habita las aguas de la costa occidental del norte de México y Estados Unidos. Se considera una especie con alto potencial acuicultural en ambos países (Conklin et al. 2003, Herzka et al. 2003) y uno de los coautores ha logrado completar el ciclo de producción bajo condiciones de cultivo. Se han realizado pocos estudios para determinar las necesidades nutricionales del lenguado de California. Los requerimientos proteicos de juveniles son de entre 50% y 55% de proteína cruda (Galaviz et al. 2008). No obstante, como se ha observado en otras especies ícticas, los aumentos en la energía dietética digerible influyen en la utilización de la proteína al reducir el uso de ésta para la producción de energía a favor de la síntesis de tejido, como lo indica la mayor retención de proteínas y la menor excreción de amonio (Lupash y Kissil 2005).

Para establecer un cultivo sustentable del lenguado de California es necesario identificar efectivas fuentes alternativas de proteína y aceite. La evaluación de aceites alternativos en los alimentos para peces marinos requiere contar con información sobre la interacción entre el metabolismo de lípidos y la composición dietética, especialmente en el caso de dietas ricas en ácidos grasos poliinsaturados (PUFAs) (Martins et al. 2007). Por tanto, se realizó un estudio preliminar para evaluar la eficacia de sustituir el aceite de pescado (aceite de hígado de bacalao) en la dieta con aceites vegetales (linaza, maíz, oliva y mezclas de linaza y maíz) con diferentes perfiles de ácidos grasos, así como determinar el efecto sobre el crecimiento, la supervivencia y la composición de ácidos grasos del tejido muscular de esta especie.

 

MATERIALES Y MÉTODOS

Manejo de los ejemplares

Se obtuvieron juveniles de lenguado de California (P. californicus) del Centro de Investigación Científica y de Educación Superior de Ensenada (CICESE, Baja California, Mexico). Dos semanas antes de iniciar el experimento, los peces se aclimataron, al interior, en un sistema de recirculación cerrada de agua de mar (salinidad = 35, temperatura = 17 ± 1°C) con un filtro de burbuja para filtración biológica (180 L), bajo un fotoperiodo de 14:10 (luz:oscuridad). Durante este periodo, los ejemplares recibieron un alimento comercial para lenguado (Nippon Formula Feed Manufacturing Co.) a una tasa diaria de 5% de su peso corporal. Posteriormente, 540 juveniles, con un peso medio de 5.2 ± 0.2 g (±DE) y una longitud media de 8.01 ± 0.1 cm (±DE), fueron trasladados y distribuidos aleatoriamente (30 juveniles por tanque) en 18 tanques de 120 L de capacidad (70 L de volumen de agua). Se formularon cinco dietas experimentales y una dieta testigo, las cuales se asignaron, de forma aleatoria y por triplicado, a los tanques. Una vez por semana, durante las 12 semanas del experimento, se tomaron mediciones del oxígeno disuelto y la calidad del agua (amonio, nitritos y nitratos) con un equipo colorimétrico (Aquarium Pharmaceuticals Inc.). Los peces fueron alimentados diariamente con una cantidad de alimento equivalente a 5% de su peso corporal, suministrada proporcionalmente de forma manual a las 08:00, 12:00 y 20:00 h. La cantidad de alimento proporcionado se ajustó cada 15 días según el peso total correspondiente a cada tanque, el cual se determinó a partir de las mediciones de longitud y peso tomadas de cada ejemplar el día anterior. La ingesta total de alimento se calculó durante los últimos ocho días del experimento, sustrayendo la cantidad de alimento no consumido y retirado del tanque (calculada en peso seco) de la cantidad total de alimento suministrado. Después se calculó la ingesta media diaria de alimento (ocho días) para cada tratamiento, expresándose como el porcentaje de peso corporal de los juveniles. La eficiencia de conversión alimenticia (ECA) se calculó de la siguiente forma:

Al final del experimento, 10 juveniles fueron sacrificados y almacenados a –80°C para análisis futuros.

Preparación de las dietas

Se formularon cinco dietas experimentales y una dieta testigo (tabla 1) para que fueran isonitrogenadamente, isoenergéticamente y adecuadamente balanceadas para satisfacer los supuestos requerimientos nutricionales del lenguado (Daniels y Gallagher 2002). Todas las dietas experimentales contuvieron el mismo porcentaje de aceite, pero diferentes fuentes. Se utilizaron los aceites de linaza, maíz y oliva como las principales fuentes de 18:3n–3, 18:2n–6 y 18:1n–9, respectivamente. En vista de que estos aceites no contienen HUFAs en su composición de triglicéridos, también se utilizaron dos combinaciones de los aceites de linaza y maíz, a una razón de 62.5:37.5 ó 37.5:62.5, para proporcionar niveles intermedios de 18:3n–3 y 18:2n–6. La dieta testigo se formuló con aceite de pescado (tabla 1). Todos los ingredientes se mezclaron con 50% de agua (peso/volumen) hasta obtener una masa homogénea, la cual fue extruida en frío por una máquina de pastas (Rosito Bisani) para obtener pelotillas (pellets) de 3 mm que se secaron a 60°C durante 24 h. El alimento se trituró y se tamizó para obtener un tamaño adecuado (1–2 mm) y se almacenó en contenedores de plástico sellados a –25°C hasta su utilización.

Análisis proximal de las dietas y el tejido

Después de 12 semanas de experimentación, se recolectaron cinco juveniles de cada unidad (tanque) experimental. Se retiró el músculo entero de cada ejemplar y las muestras de cada tanque se combinaron y almacenaron a –80°C para su análisis proximal realizado de acuerdo con AOAC (1995). El análisis proximal de las dietas experimentales y testigo también se realizó por triplicado. El porcentaje de humedad se calculó por pérdida de peso después de secar la muestra a 60°C durante 24 h. El porcentaje de proteína cruda se determinó mediante el método micro–Kjeldahl usando un factor de 6.25. El contenido de lípido crudo se determinó después de la extracción con Soxhlet de los lípidos de las muestras secas, usando éter de petróleo como solvente. Las muestras secas se sometieron a reflujo a un punto de ebullición de 60°C durante 5 a 6 h, determinándose el lípido crudo gravimétricamente. El contenido de cenizas se determinó gravimétricamente después de calcinar la muestra a 550°C por 6 h. El extracto libre de nitrógeno, que corresponde a todos los nutrientes que no se evaluaron en la metodología anterior, tales como los carbohidratos, las vitaminas y otros ingredientes solubles libres de nitrógeno, se calculó por diferencia.

Análisis de ácidos grasos

Al terminar el experimento, se retiraron cinco ejemplares de cada unidad experimental y se extrajo la fracción lipídica del tejido muscular siguiendo el método descrito por Folch et al. (1957). Los ésteres metílicos de ácidos grasos (FAMEs) se prepararon de acuerdo con Metcalfe et al. (1966), y se analizaron por cromatografía de gases (Hewlett Packard 5890II) usando un detector de ionización de flama (260°C), una columna capilar (Supelco Omegawax 320, 30 m × 0.32 mm, película de 0.25 de espesor) y helio como gas portador. La temperatura inicial del horno fue de 140°C, pero 5 min después de la inyección de la muestra (1 µL), la temperatura se aumentó a 240°C (4°C min–1) y se mantuvo por 10 min. Los ácidos grasos se identificaron y cuantificaron mediante su comparación con los tiempos de retención de estándares comerciales (Supelco 37 Component FAME Mix; GLC 87, Nu–Chek Prep) y perfiles bien caracterizados de muestras de aceites marinos (PUFA1 y PUFA3, Supelco). La concentración de ácidos grasos se calculó con el programa de cómputo HP ChemStation rev. A.06 para Windows, expresándose como miligramos por gramo de lípidos totales. La cantidad de ácido graso se calculó como la diferencia entre los lípidos totales y no saponificables, y se expresó como gramo de tejido seco del lenguado.

Análisis estadístico

Se analizaron los datos de los tratamientos dietéticos, los índices biológicos y los contenidos de ácidos grasos mediante un análisis de varianza de una vía y la prueba a posteriori de Tukey para determinar las posibles diferencias entre los tratamientos. Los niveles de significancia se establecieron en P < 0.05. Todos los análisis estadísticos se realizaron usando el programa Sigma–Stat 3.0 para Windows.

 

RESULTADOS

El análisis proximal mostró que no hubo diferencias significativas en los contenidos de proteína cruda, lípido crudo y cenizas (tabla 1). Los niveles de proteína cruda en todas las dietas variaron de 49% a 55% (tabla 1). Los contenidos de cenizas y lípidos fueron similares entre dietas, con valores medios de 12.5% y 4.28%, respectivamente.

La composición de ácidos grasos de las dietas formuladas con aceite de oliva (O), aceite de linaza (L) y aceite de maíz (C) estuvo cercanamente asociada con el perfil de ácidos grasos de las fuentes de aceite utilizadas; por tanto, estas dietas mostraron niveles altos de 18:1n–9, 18:3n–3 y 18:2n–6, respectivamente. En contraste, las dietas preparadas con diferentes proporciones (62.5:37.5, 37.5:62.5) de los aceites de linaza y maíz (L/C, C/L) mostraron niveles intermedios de 18:3n–3 y 18:2n–6 (tabla 2). En la dieta testigo formulada con aceite de pescado, las concentraciones de 20:5n–3 y 22:6n–3 fueron significativamente mayores que los de las dietas experimentales (tabla 2).

Después de 12 semanas, la supervivencia total entre los tratamientos fue igual o mayor que 90% y la tasa específica de crecimiento varió de 0.70% a 0.84% día–1 (tabla 3). La ingesta diaria de alimento entre los tratamientos fue similar (0.013 a 0.015 g alimento por g de organismo), correspondiendo a 1.3% a 1.5% del peso corporal. La eficiencia de conversión alimenticia varió de 0.45 a 0.53, y no fue significativamente diferente entre tratamientos. Al final del experimento, la composición de macronutrientes del tejido muscular no difirió significativamente entre tratamientos (tabla 3).

La composición de ácidos grasos (g/100 g de lípido) en el músculo de los juveniles alimentados con las diferentes dietas se comparó con la composición inicial del experimento (tabla 4). En comparación con la dieta testigo, el tejido muscular de los ejemplares alimentados con las dietas L, O y C presentó proporciones significativamente mayores de 18:3n–3, 18:1n–9 y 18:2n–6, respectivamente, mientras que el de los juveniles alimentados con las dietas L/C y C/L tuvo concentraciones significativamente mayores tanto de 18:2n–6 como 18:3n–3. La cantidad de ácido araquidónico (20:4n–6) no difirió significativamente de la observada en la muestra inicial. La cantidad de 20:5n–3 en el contenido lipídico del tejido muscular de los ejemplares alimentados con todas las dietas conteniendo aceites vegetales disminuyó del porcentaje inicial (8.9%) a 3.94–5.29% (media = 4.33%) a pesar de la presencia de niveles de 20:5n–3 que oscilaron entre 1.51% y 2.31%. La proporción de 20:5n–3 en el tejido graso de los juveniles alimentados con la dieta testigo fue significativamente mayor que la encontrada en la muestra inicial, probablemente debido al nivel, comparativamente mayor, proporcionado por la dieta (8.5%). Los niveles de 22:6n–3 en las dietas formuladas con aceites vegetales variaron de 0.25% a 1.58%, mientras que los niveles de 22:6n–3 en el tejido de los ejemplares alimentados con estas dietas fueron similares a los observados en la muestra inicial. Al final del experimento, la cantidad de 22:6n–3 en el tejido de los juveniles alimentados con la dieta testigo fue mayor que al principio. Los niveles de 18:4n–3 en el músculo de los peces alimentados con las dietas conteniendo aceites vegetales fueron significativamente menores que la cantidad registrada en el perfil inicial de ácidos grasos del tejido muscular.

El cambio neto (final–inicial) en la cantidad (µg) de ácidos grasos por organismo fue notablemente mayor para 18:1n–9, 18:2n–6 y 18:3n–3 en los juveniles alimentados con las dietas formuladas con aceites que contienen niveles altos de estos ácidos grasos (tabla 5). Los ejemplares alimentados con la dieta L acumularon un total de 137.7 µg org–1 de 18:3n–3, mientras que los juveniles alimentados con la dieta O acumularon 215.2 y 163.6 org–1 de 18:1n–9 y 18:2n–6, respectivamente. El tejido muscular de los juveniles alimentados con la dieta C acumuló principalmente 18:2n–6 (241.4 µg org–1). Los ácidos grasos con mayor acumulación en el tejido muscular de los juveniles alimentados con la dieta C/L fueron 18:1n–9 y 18:2n–6 (108.8 y 244.9 µg org–1, respectivamente), mientras que en el tratamiento L/C, fue 18:2n–6 (169.0 µg org–1). En cuanto a los HUFAs n–3, se observaron incrementos netos de 22:6n–3 (0.4 a 40.3 µg org–1) en el tejido muscular de los ejemplares expuestos a las dietas formuladas con aceites vegetales. La dieta C/L presentó el menor cambio. Para los peces alimentados con la dieta testigo que contenía 9.39% de 22:6n–3, se registró un incremento neto de 169.5 µg org–1. A pesar de que el nivel de 20:5n–3 fue similar al de 22:6n–3 en las dietas con aceites vegetales (aproximadamente 1% a 2%), el cambio neto de este ácido graso fue ya sea sólo ligeramente mayor o ligeramente negativo. Para el ácido araquidónico (20:4n–6), el cual no se detectó en las dietas experimentales, el cambio neto en los ejemplares fue negativo para las dietas L, C, C/L y L/C, y sólo se observó un ligero incremento (de 0.5 µg org–1) en los ejemplares alimentados con la dieta O. El ácido docosapentaenoico (22:5n–3), el cual no se detectó ni en las dietas experimentales ni en la dieta testigo, presentó un cambio neto negativo sólo en el tratamiento C/L (–0.2 µg org–1), mientras que en los demás tratamientos se registraron cambios positivos de aproximadamente 4 a 7 µg org–1; el cambio neto para la dieta testigo fue de 17.5 µg org–1.

 

DISCUSIÓN

Bajo las condiciones de cultivo de este experimento con duración de 12 semanas, no se observaron efectos relacionados con la dieta sobre el crecimiento y la supervivencia del lenguado de California; sin embargo, el uso potencial de aceites vegetales o combinaciones de ellos en dietas formuladas para juveniles en etapa temprana de esta especie requiere de mayor investigación considerando los cambios observados en la composición de ácidos grasos del tejido muscular, especialmente de 20:5n–3 y 22:6n–3.

A pesar de los niveles bajos de 22:6n–3 en las dietas experimentales en relación con la dieta testigo, los niveles en el tejido muscular fueron, en general, similares a los registrados al inicio del experimento. Aparentemente este ácido graso es preferentemente conservado en vez de metabolizado. En contraste, la ausencia de incrementos o reducciones en los niveles de 20:5n–3, aunque se encuentra en las dietas con aceites vegetales, sugiere que este HUFA se utiliza durante el proceso de crecimiento y que la dieta no lo abastece con suficiencia.

Esencialmente no hubo cambios netos en el contenido de 20:5n–3 en los peces alimentados con las dietas formuladas con aceites vegetales a lo largo del experimento; sin embargo, se observaron cambios netos positivos en el contenido de 20:5n–3 y 22:6n–3 en los organismos alimentados con la dieta testigo formulada con aceite de pescado. Los incrementos en 22:6n–3, tanto en la proporción de ácidos grasos como de lípidos (cambio neto positivo), en el tejido muscular de los peces alimentados con las dietas experimentales sugieren que 20:5n–3, originalmente presente en el tejido y derivado de la dieta, probablemente fue convertido en 22:6n–3. Por ende, los niveles iniciales de 20:5n–3 en el tejido junto con una pequeña fuente dietética aparentemente resultó ser suficiente para mantener la supervivencia y el crecimiento comparativo entre todos los tratamientos a lo largo del experimento. Persiste el interrogante sobre cuándo, eventualmente disminuiría el contenido de 20:5n–3 en el tejido a un nivel donde ya no sería posible mantener las mismas tasas de crecimiento que las alcanzadas con la dieta testigo rica en HUFAs. El aumento general en 22:5n–3 en ausencia de algún origen dietético de este ácido graso es fuerte evidencia de la síntesis de 22:6n–3 a partir de 20:5n–3, por elongación a 22:5n–3 (el producto intermedio de la síntesis) y luego a 24:5n–3, seguido por la desaturación de A6 y el acortamiento de la cadena peroxisomal (Christensen etal. 1993).

La disminución de los niveles de 20:5n–3 y 20:4n–6 ante la presencia de niveles altos de 18:3n–3 y 18:2n–6 derivados de las dietas conteniendo aceites vegetales sugiere que, como en la mayoría de los peces, la elongación y desaturación de 18:3n–3 a 20:5n–3 y de 18:2n–6 a 20:4n–6 es muy baja o inexistente. La incapacidad biosintética de convertir efectivamente 18:3n–3 en 20:5n–3, aunado a la evidencia ya mencionada de los requerimientos para 20:5n–3, 22:6n–3 y posiblemente 20:4n–6, es una característica de varios peces marinos, y en particular de los peces planos que son consumidores terciarios en la cadena trófica (Sargent et al. 2002). La falta de acumulación de 20:5n–3 y 20:4n–6 ante la presencia de 18:3n–3 y 18:2n–6 y la aparente conservación de 22:6n–3 en el tejido sugieren que 22:6n–3, 20:5n–3 y 20:4n–6 son ácidos grasos esenciales para el lenguado de California, al igual que otros peces planos marinos (Tocher et al. 2008).

Si se supone que 20:5n–3 y 22:6n–3 son esenciales para el lenguado de California, es evidente que habría que evaluar su respuesta a una dieta experimental que no contenga estos ácidos grasos. Una evaluación comparativa de aceites dietéticos probablemente hubiera resultado en una reducción significativa en el crecimiento de los juveniles alimentados con las dietas formuladas con aceites vegetales si el experimento se hubiese realizado durante un periodo de tiempo más largo.

En este trabajo se realizó una primera evaluación de la sustitución total de aceite de pescado por aceites vegetales, individuales o combinados, para entender el efecto sobre el crecimiento, la supervivencia y la composición de ácidos grasos de juveniles de P. californicus expuestos a condiciones de cultivo normales en cuanto a calidad de agua y temperatura. En un experimento de 10 semanas con salmón, un reemplazo de 60% de aceite de pescado con una combinación de soja, nabina y aceite de pescado del hemisferio sur no afectó su crecimiento y supervivencia, pero sí resultaron afectados los perfiles de HUFAs (Pratoomyot et al. 2008).

Bowden et al. (1996) mencionan que a temperaturas comparativamente menores, los leucocitos aislados del riñón de la trucha arcoiris acumularon mayores niveles de HUFAs que de ácidos grasos saturados. Sería interesante determinar si el lenguado, sometido a menores temperaturas de agua, emplearía una estrategia metabólica particular en respuesta a los perfiles de ácidos grasos de las dietas disponibles para atender la necesidad de HUFAs para sostener la fluidez de las membranas celulares.

 

AGRADECIMIENTOS

Este trabajo fue apoyado por el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (CONACYT, proyecto CB60235). El primer autor agradece la beca otorgada por CONACYT para completar sus estudios de maestría. Agradecemos a DSM el suministro de vitaminas y minerales.

 

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NOTAS

* Traducido al español por Christine Harris.

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