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Ciencias marinas

versão impressa ISSN 0185-3880

Cienc. mar vol.33 no.4 Ensenada Dez. 2007

 

Nota de investigación

 

Detrito de rodolitos capturados por la duna costera en Isla Coronados, Golfo de California

 

Rhodolith detritus impounded by a coastal dune on Isla Coronados, Gulf of California

 

AA Sewell1, ME Johnson1*, DH Backus1, J Ledesma-Vázquez2

 

1 Department of Geosciences, Williams College, Williamstown, MA 01267, USA. * E-mail: markes.e.johnson@williams.edu.

2 Facultad de Ciencias Marinas, Universidad Autónoma de Baja California, Apartado postal 453, Ensenada, CP 22800, Baja California, México.

 

Recibido en mayo de 2006;
Aceptado en febrero de 2007.

 

Resumen

Al suroeste de Isla Coronados se encontró arena de duna con un volumen estimado de 30,000 m3, formada hasta en 86.5% de fragmentos de rodolitos de carbonato de calcio. Alrededor del Golfo de California en general, las dunas de arena costeras se presentan comúnmente en la parte norte de las islas o líneas de costa y el carbonato de calcio presente se relaciona con moluscos bivalvos de las planicies arenosas adyacentes. El volumen de carbonato de calcio para la costa oeste de Isla Coronados deberá de considerar el número de rodolitos de una talla determinada necesarios para la edificación de una duna de tamaño y composición conocida. Para lo anterior, se recolectaron 135 rodolitos completos por ecnima de la línea de marea en Punta Bajo en la península al lado de la isla. Se determinó que un metro cúbico requiere 8,640 rodolitos completos con un diámetro medio de 5 cm y una esfericidad de 0.86. La edad de este tamaño de rodolitos puede ser varias décadas. En etapas, los rodolitos recolectados fueron fragmentados hasta un tamaño máximo de grano < 2.38 mm de diámetro (-1.25ø, con el material resultante se determinó la cantidad necesaria para elaborar 1 m3 de arena de carbonato de calcio pura. Considerando una merma del 2% durante el proceso, serían necesarios ~16,265 rodolitos fragmentados para producir 1 m3 de arena, de tal forma que para una duna de 30,000 m3 se requieren aproximadamente 488, 000,000 rodolitos para producir 86% del volumen de la duna. Dunas de esta naturaleza podrán ser raras, pero el cálculo se puede aplicar a cualquier duna originada por rodolitos en el Golfo de California.

Palabras clave: Deflación de playa, dunas carbonatadas, ciclo del carbón, rodolitos.

 

Abstract

Sand from a small dune on the southwest side of Isla Coronados with an estimated volume of 30,000 m3 is enriched as much as 86.5% by calcium-carbonate detritus from beached rhodoliths. Elsewhere in the Gulf of California, coastal sand dunes often occur on the north sides of islands or north-facing peninsular shores, and calcium-carbonate input is more commonly linked to bivalve mollusks from adjacent sand flats. The local calcium-carbonate budget for the west-facing shore of Isla Coronados must take into account how many rhodoliths of a given size are required to build a sand dune with a known composition and volume. To this end, 135 whole rhodoliths were collected from above the tide line at Punta El Bajo, across from Isla Coronados, on the peninsular mainland. One cubic meter is calculated to accommodate 8640 whole rhodoliths with an average diameter of 5 cm and an average sphericity of 0.86. The age of a rhodolith this size could be several decades. Through stages, the sample rhodoliths were crushed to a maximum grain size < 2.38 mm in diameter (-1.25ø equivalent), and the product was used to estimate the proportion required to generate 1 m3 of pure carbonate sand. Accounting for 2% loss throughout the reduction process, about 16,265 crushed rhodoliths are needed to produce 1 m3 of carbonate sand. Thus, a 30,000-m3 dune requires approximately 488,000,000 rhodoliths to generate 86% of the dune's volume. Dunes of this kind may be rare, but the computation is applicable to other rhodolith-derived dunes in the Gulf of California.

Key words: beach deflation, carbonate dunes, carbon cycle, rhodoliths.

 

Introducción

Con base a un estudio de 50 playas representativas de ambas costas de la Península de Baja California, Carranza-Edwards et al. (1998) reportaron que la arena en el golfo muestra una presencia significativa de carbonato de calcio en comparación con las playas más maduras del Pacifico, ricas en cuarzo. En parte, esta dicotomía se atribuye a las aguas más cálidas y con mayor transparencia en el Golfo de California, factores que promueven la fertilidad en organismos marinos con esqueletos de carbonato de calcio. La región del golfo presenta vientos dominantes del norte que pueden soplar por varios días entre Octubre y Abril. Durante el invierno, vientos hasta de 10-15 m sec-1 se concentran a lo largo de golfo (Bray y Robles 1991). Esto genera trenes de oleaje y un amplio fetch que impacta a las islas, playas y penínsulas orientadas hacia el norte. Las olas en el invierno fragmentan las conchas que se depositan sobre las playas orientadas al norte y el viento transporta la arena carbonatada resultante hacia tierra a los sistemas de duna.

Las primeras dunas con una componente significativa de carbonato de calcio en el Golfo de California fueron identificadas por primera vez en la parte norte de Isla Carmen (Anderson 1950) y en los alrededores de Puerto Peñasco en la costa de Sonora (Ives 1959). Russell y Johnson (2000) y Skudder et al. (2006) posteriormente realizaron estudios en dunas carbonatadas en Punta Chivato, Mulegé y San Nicolás, todo en Baja California Sur. Estas dunas presentan un enriquecimiento común debido a los materiales transportados por el viento de fragmentos de conchas de moluscos, principalmente bivalvos. Las concentraciones de CaCO3 exceden 70% del volumen de algunas dunas en Puerto Peñasco (Ives 1959) y Punta Chivato (Russell y Johnson 2000). El propósito de esta colaboración es resaltar un enriquecimiento diferente a las dunas costeras con carbonato de calcio procedente de rodolitos, algas calcáreas coralinas de vida libre. Los rodolitos requieren de movimiento rotatorio en el sustrato marino dentro de la zona fótica para alcanzar su forma esférica, alcanzando comúnmente tamaños de 2 a 11 cm en diámetro (Foster et al. 1997). Describimos un ejemplo de Isla Coronados en el cual la concentración de detritos de rodolitos domina al sistema de dunas de manera similar.

 

Métodos y materiales

Punta El Bajo está situada 11 km al norte de Loreto en la costa del Golfo de California, en Baja California Sur. Isla Coronados es una pequeña isla, de 7.59 km2 de área, separada de Punta El Bajo por aproximadamente 2.5 km (fig. 1) La isobata de 50 brazas define una plataforma que se proyecta hacia fuera de Punta El Bajo, que rodea la isla, y sobre la que actúan fuertes corrientes generadas por los vientos del norte en los meses de invierno. Foster et al. (1997) reportan rodolitos vivos desde el canal relativamente somero entre la Isla Coronados y la costa de la península. Rodolitos completos son arrojados a la costa por ecnima de la línea de marea cerca de Punta El Bajo (fig. 2), en ocasiones en grandes cantidades (fig. 2b). En contraste, la playa principal de la ensenada al suroeste de Isla Coronados está dominada por sedimento resultante de la fragmentación de rodolitos. Esto es fácilmente confirmado mediante el examen de la playa y su arena, la cual muestra amplias evidencias de puntas rotas provenientes de rodolitos que se caracterizan por una apariencia abultada o de costra.

Se realizaron cinco pruebas aleatorias de análisis de composición a partir de una muestra de arena de duna recolectada al suroeste de Isla Coronados. Para cada prueba se esparcieron aproximadamente 25 g de arena sobre una charola trazada con una cuadrícula para luego ser estudiada bajo un microscopio binocular. Cada corrida requirió de 400 granos individuales. Esta cifra es considerada suficiente para generar datos de composición dentro de un intervalo de confianza del 5% (Van der Plas y Tobi 1965). Los granos fueron distribuidos en diez categorías que incluyen: fragmentos de rodolitos, conchas, silicatos, minerales oscuros (en su mayoría vocanoclásticos), magnetita, fragmentos de gasterópodos, foraminíferos, esponjas y erizos, al igual que fragmentos de briozoarios.

Una población de 135 rodolitos en total fue recolectada por encima de la línea de marea alta en Punta El Bajo (figs. 1, 2). En el laboratorio, cada rodolito fue medido sobre tres ejes utilizando un vernier. El eje X es el más largo del rodolito y yace perpendicular al eje intermedio Y. El eje corto es Z y éste yace perpendicular a los planos de proyección de X y Y. La esfericidad fue calculada en base a las mediciones de los tres ejes utilizando la formula (Sneed y Folk 1958):

Cada rodolito fue pesado utilizando una balanza, mientras que su volumen se determinó mediante un cilindro graduado. La cantidad de agua desplazada fue evaluada después de permitir que las bolsas de aire emergieran del rodolito sumergido. De acuerdo con lo anterior, la densidad fue calculada con la referencia de masa por unidad de volumen. Basado en las tres dimensiones axiales, el volumen fue reevaluado para cada uno de los rodolitos como esferas sólidas de carbonato de calcio. También, la masa se calculó nuevamente utilizando el nuevo volumen y la densidad del carbonato de calcio (2.7 g mL-1). La reevaluacion de los datos obtenidos de masa permitieron la evaluación entre la masa de la esfera sólida de carbonato de calcio y el rodolito actual, que contiene numerosas cavidades.

Las mediciones experimentales del volumen de los rodolitos bajo niveles progresivos de reducción mecánica fueron logrados mediante la utilización de una caja especialmente construida con dimensiones internas de 25 cm por lado. Las cuatro paredes de esta caja se marcaron con una escala de medición en centímetros para la profundidad. Se utilizó un martillo para lograr la reducción inicial de los rodolitos para que alcanzaran el tamaño aproximado de una roseta de maíz tostado, que a su vez fueron acopiados dentro de una bolsa de lona. Este material fue transformado a tamaño arena por medio de un pulverizador Bico tipo UA. Para poder establecer un tamaño de 2.38 mm de diámetro (-1.25o), el material fue procesado por medio de un tamiz de malla 8. Durante el proceso inicial de reducción se realizó una inspección para poder identificar algas e invertebrados marinos pequeños que viviesen en las cavidades de los rodolitos. Siempre que fue posible se consultaron las guías de campo de Keen (1971), Brusca (1980) y Kerstitch (1989) para la región, para identificar a la biota a nivel de especie. Una muestra menor de arena de rodolitos resultante de la destrucción mecánica fue estudiada con un microscopio binocular para análisis comparativos de composición.

El tamaño y los límites del campo de dunas en Isla Coronados fue determinado por medio del análisis de imágenes satelitales. La máxima altura de la duna fue determinada en campo sobre la pendiente frontal de la duna.

 

Resultados

Área y volumen de la duna en Isla Coronados

Se utilizó una imagen satelital para determinar el área superficial de la duna en Isla Coronados. En una imagen ASTER de falso color la arena de carbonato de calcio resalta como de color blanco. Las dunas son fácilmente distinguibles de las rocas volcánicas adyacentes, las cuales aparecen como de color rojo a púrpura. La duna se delimitó utilizando herramientas de SIG y el área interna del perímetro se determinó en 1.5 ha o 15,000 m2. El volumen de la duna se calculó al multiplicar el área por la mitad de la altura máxima de la duna. En general, cualquier duna se puede delimitar como un rectángulo tridimensional dividido por un plano diagonal que se origina desde un punto cero en la base de la cara de sotavento hasta la altura máxima a barlovento. Así tendremos que el espesor de la duna es aproximadamente la mitad de la altura máxima de la altura de la duna. Siendo 4 m la altura máxima de la altura de la duna en Isla Coronados, se determina que ésta contiene aproximadamente 30,000 m3 de arena de duna (2 m × 15,000 m2).

Composición de la duna de Isla Coronados vs. rodolitos completos

Se recolectó una muestra de arena (~250 g) en el centro de la cara frontal, 100 m tierra dentro de la línea de costa de Isla Coronados (fig. 1b). Se recolectaron 5 submuestras para determinar la composición de la arena, analizando 400 granos (IC-1 to IC-5). La tabla 1 muestra los resultados de los análisis por conteo por punto con la generación de diez categorías. Los bioclastos predominan sobre los granos de minerales, representando el 96.5% de acuerdo con los resultados acumulativos de las submuestras. Los granos provenientes de rodolitos son los predominantes, aportando en promedio el 86.5%. Con un resultado medio de 7.5%, otros bioclastos que incluyen material fragmentario derivado de gasterópodos, foraminíferos, esponjas y espinas de erizo y briosuarios. Los granos de minerales y sílice en conjunto sólo aportan el 3.5%. Por tanto, es evidente que los rodolitos funcionan como la materia prima para el entrampamiento de arena de duna en Isla Coronados.

Se destruyó un rodolito completo de Punta El Bajo para realizar un análisis de conteo por punto de sus fragmentos para realizar una comparación con la arena de la duna. La tabla 2 muestra los resultados de cinco ejemplares aleatorios recolectados de los detritos que constan de 400 granos cada uno. Como era de esperarse, la composición es en su mayoría bioclástica, con restos de rodolito que representan 94.1% del total de la muestra. Además del material de los rodolitos, otros granos bioclásticos consisten en su mayoria de material de conchas, correspondiendo al 0.7% de la muestra. Sorprendenmente, los granos minerales son más frecuentes en la muestra de rodolitos que en la muestra de duna. En promedio, la muestra de rodolitos incluye un 4% de minerales opacos, incluyendo granos de magnetita.

Biota asociada con rodolitos

Cada uno de los 135 rodolitos fueron examinados exhaustivamente con lupa antes y durante la fragmentación, para así completar una encuesta biológica sobre asociaciones macro-faunísticas. Las hojas del talo de la alga da protección a alrededor de 20 especies directamente relacionadas con los rodolitos (tabla 3). Las asociaciones de plantas más abundantes son las pequeñas algas coralinas con una morfología particular en forma de palo. Los organismos invertebrados más abundantes pertenecen a los briozoarios incrustantes. Los que presentan zooecia con aspecto de saco (una especie no identificada A), son más numerosos que los que la presentan más aplanada y espaciada (especie no identificada B). Ambos están ubicados en la familia ascophoran cheilostomata, debido a que éstos presentan claramente un opérculo (Banta 1980). También se pueden encontrar moluscos poliplacóforos, bivalvos y gasterópodos que habitan en los rodolitos. El bivalvo arcoide, Barbatia cf. illota y el bivalvo ungulínido Phlyctiderma cf. discrepans son los moluscos comunes más representativos. Los tubos de gusanos representantes de los poliquetos también son comunes. Entre los escasos se encontraron una esponja asociada a Leucetta losangelensis, un pequeño equinodermo ofiuroideo y percebes identificados como Armatobalanus durhami. Es evidente que los rodolitos proveen refugio para un ecosistema autocontenido de pequeños invertebrados, muchos de los cuales secretan carbonato de calcio. En otra parte de este volumen, Foster et al. (2007) también reportan sobre la criptofauna asociada a los rodolitos en el Golfo de California.

Parámetros físicos del rodolito de Punta El Bajo

Los 135 rodolitos recolectados en Punta El Bajo proporcionan estadísticas para un "rodolito modelo" que representa las dimensiones en promedio, así como las mediciones cuantitativas utilizadas en este estudio. En general, el rodolito medio de esta colección tuvo un diámetro de aproximadamente 5 cm, pero la forma no siempre fue totalmente esférica. El modelo del rodolito fue computado para que tuviera ejes largos, intermedios y cortos de 5.67 cm, 4.87 cm y 4.22, respectivamente. Tiene una masa de 67.77 g, un peso de 0.66 Newtons, un volumen de 35.27 mL, una densidad de 1.92 g mL-1, y una esfericidad media (Sneed y Folk 1958) de 0.86.

La masa fue nuevamente calculada para determinar el porcententaje de pérdida ajustado para una esfera compuesta de carbonato de calcio sólido. Utilizando tres ejes para definir una esfera que representa a un rodolito sólido con una densidad de 2.7 g mL-1, la masa media debería de ser 116.52 g. Este resultado es aproximadamente una y media veces mayor que la masa del rodolito modelo, como fue determinado experimentalmente (ver metodología). Por lo tanto, hay una diferencia de 37.21% en masa entre el modelo del rodolito con ramificaciones radiales y un rodolito hipotéticamente sólido. Esta diferencia muestra que el rodolito cuenta con gran espacio para albergar a otros organismos.

Reducción mecánica del volumen de un rodolito

La abrasión mecánica desde un rodolito entero hasta restos del tamaño de partículas de arena se realizó en el laboratorio en tres etapas. Primero, se empacaron aleatoriamente rodolitos enteros en una caja de madera, con medidas de 25 cm por lado (fig. 3a) para así poder determinar como una proporción la cantidad de rodolitos enteros requeridos para llenar un espacio de 1 m3.

El siguiente paso consistió en reducir 135 rodolitos a piezas pequeñas, no mayores que una roseta de maíz (fig. 3b). No se conoce ninguna playa formada de restos de rodolitos de estas dimensiones, pero las piezas de este tamaño representan una etapa intermedia entre rodolitos vivos enteros en el lecho marino y residuos finos de rodolitos transportados por el viento de una playa a alguna duna costera. Luego, con el uso de una tapa de cartón para la caja de prueba utilizada para nivelar los rodolitos molidos, se registró el llenado respecto a una regla en centímetros grabada en una de las paredes de la caja. De esta manera se encontró que los restos con tamaño de rosetas de maíz llenaron la caja al nivel de 16.5 cm (fig 3b). Proporcionalmente, se puede calcular que se requieren 13,091 rodolitos con un diametro medio a partir de 5 cm para llenar un espacio de 1 m3 con fragmentos de ese tamaño.

La etapa final en el proceso de reducción permitió que todo el material de rodolito fragmentado pasara a un tamiz número 8. Por ende, los clastos de rodolito más grandes tenían 2.38 mm de diámetro (equivalente a -1.25ø), aunque mucho del material fuera más pequeño. El producto final llenó la caja de prueba a un nivel de 13 cm (fig. 3c). Tomando en consideración una pérdida en masa de 2.1%, los rodolitos pulverizados debieron haber alcanzado la marca de 13.28 cm en el nivel de la caja de prueba. Por lo tanto se requieren aproximádamente 16,625 rodolitos pulverizados con un diámetro medio a partir de 5 cm para llenar un espacio de 1 m3. Esto representa un incremento de 88.25% en comparación con el número de rodolitos requeridos para llenar un espacio de 1 m3.

Volumen de enriquecimiento por rodolitos en Isla Coronados

Sabiendo que se requieren 16,625 rodolitos pulverizados para llenar un espacio de 1 m3 es posible estimar el número de rodolitos enteros necesario para generar 30,000 m3 de arena carbonatada, con un 86.5% de pureza. De los 30,000 m3 calculados de arena en una duna, 25,950 m3 tienen una fuente de rodolitos. Mediante la aplicación de una relación proporcional, 487,950,000 rodolitos con un diámetro original de 5 cm integran el volumen de los rodolitos necesarios para generar el detritus pulverizado de tamaño de arena para la duna. Por ende, aproximadamente quinientos millones de rodolitos han sido almacenados en la pequeña duna del lado sudoeste de la Isla Coronados.

 

Discusión

Restringida por su geografía, la fuente para la arena de alga roja coralina en la duna en Isla Coronados está limitada a la pequeña plataforma trazada por la isobata de 50 m, entre la isla y Punta El Bajo en la península (fig. 1b). Estrictamente, y con bases locales, quinientos millones de rodolitos representan una gran cantidad de material de carbonato de calcio generado. Se sabe que los rodolitos en el Golfo de California muestran un estilo de vida rotatorio en bancos agitados por olas generalmente de 2 a 12 m de profundidad o en camas generadas por la corriente por debajo de los 12 m de profunidad (Foster et al. 1997). Algunos temas que merecen discusiones más profundas en el contexto de dunas carbonatadas tienen que ver con la longevidad de los rodolitos en su ambiente natural, comparada con el ritmo de sucesión de las ricas poblaciones de bivalvos que son fuentes de otras dunas costeras alrededor del Golfo de California.

En la mayoría de los organismos el tamaño tiene algún tipo de relación proporcional con la edad. Se sabe muy poco acerca del ritmo de crecimiento de los rodolitos, o de su edad máxima. Steller et al. (2007) mostraron que el crecimiento de los rodolitos en el Golfo de California depende estacionalmente de la temperatura del agua de mar. Mediante una técnica de tinción utilizando alizarina, Rivera et al. (2004) estudiaron el ritmo de crecimiento el rodolito Lithothamnium muelleri en el suroeste de Golfo de California, y encontraron que la taza de crecimiento para esta especie en el campo era de 0.6 mm año-1, llegando a la estimación de que los rodolitos someros vivían más de cien años. El diámetro de los rodolitos de prueba de Rivera et al. (2004) era de aproximadamente 15 cm, lo que resulta tres veces el diámetro de uno medio en nuestra muestra de 135 rodolitos de Punta El Bajo. Suponiendo que la taza de crecimiento en los rodolitos de nuestra muestra es comparable con la encontrada por Rivera et al. (2004), el modelo de rodolito considerado en nuestro estudio de dunas tomó varias decadas (de 30 a 40 años) para crecer antes de morir y disgregarse en la playa. Basado en estas estimaciones, el ritmo de producción en el suministro de carbonato de calcio a las dunas costeras es relativamente lento comparado con el generado por bivalvos.

Este estudio es análogo al de Skudder et al. (2006) acerca del secuestro del detritus de la concha de los moluscos en las dunas costeras de Baja California Sur. Hay diferencias importantes, aunque en comparación con el modelo basado en el rodolito, en las dunas y el modelo natural analizados por Skrudder et al. (2006) el bivalvo Megapitaria squalida utilizado es una especie de infauna que alcanza su tamaño adulto en 4 o 5 años y forma grandes poblaciones en las arenas sublitorales. Las costas este y oeste de islas tales como Isla Carmen o penínsulas como Punta Chivato, están expuestas a toda la fuerza de los vientos del norte durante los meses de invierno. Planicies de arena mar adentro proveen una abundante cosecha estacional de conchas son llevadas a la costa pasa ser segregadas por las olas y eventualmente transportadas tierra adentro por el viento. Las tazas de producción y crecimiento son lo suficientemente altas para que sólo se requieran unas cuantas generaciones de bivalvos para aportar toda la arena carbonatada de la dunas perfiladas al norte en El Gallo, cerca de Mulegé y de San Nicolás.

La Isla Coronados tiene una línea de costa orientada al oeste sobre la cual los restos de rodolitos atraviesan hacia el continente (fig. 1), y que está sólo parcialmente protegida de los vientos invernales del norte. Como resultado, la duna al lado sudoeste de Isla Coronados no es tan grande como las dunas estudiadas por Skudder et al. (2006) en El Gallo o San Nicolás al norte. Tampoco secuestra gran parte de los detritos originados por los moluscos. Los fragmentos de concha encontrado en Isla Coronados representan tan sólo el 7.5% (tabla 1), de los cuales algunos se derivan de moluscos presentes dentro de los rodolitos. En contraste con la arena de duna en Isla Coronados, los sedimentos volcánicos constituyen los mayores aportadores de la fracción más representativa de arena de las dunas en El Gallo y San Nicolás, siguiéndole en importancia los detritos de moluscos. La cantidad de arena de duna derivada del alga coralina en El Gallo y San Nicolás es mínima, variando entre 1-3% (Skudder et al. 2006)

Russel y Johnson (200) estudiaron las dunas en la punta oeste de Punta Chivato. Localizada al oeste de Punta Chivato, la ensenada El Muerto está definida por una costa expuesta al norte. Fragmentos de moluscos dominan la base de datos del conteo por puntos en las muestras de sedimento de la ensenada El Muerto y sus dunas asociadas, constituyendo más de 50% del monto total. Todos los demás bioclastos forman una minoría distinta, similar a los resultados en Isla Coronados, a excepción del material de rodolito. En general los fragmentos de moluscos predominan sobre las algas coralinas rojas en las dunas de Punta Chivato con relaciones de 25:1 a 50:1. Los bivalvos son capaces de persistir a pesar de la intensa exposición al oleaje en una costa perfilada a sotavento como la de la ensenada El Muerto. Las camas de rodolitos no son tan estables bajo este tipo de condiciones tumultuosas. En cambio, Libbey y Johnson (1997) aseguran, en base a evidencia fósil, que los rodolitos habitaban el lado sudeste de Punta Chivato. De la misma manera, Ledesma-Vázquez et al. (2007) describen una importante acumulación de restos de rodolitos quebrados atrapados en forma de depósitos perimetrales en una laguna del Pleistoceno en el lado sur de Isla Coronados.

Todo parece indicar que las áreas de desarrollo óptimo de rodolitos y las camas de moluscos se encuentran separadas geográficamente. Las camas de rodolitos progresan adyacentes a las líneas de costa orientadas de norte a sur, que de alguna forma están más protegidas del viento, pero que aún permiten la suficiente corriente y oleaje para promover el crecimiento esférico. De acuerdo a este patrón, es posible predecir que las camas de moluscos surgen en la plataforma estrecha de la costa norte de Isla Coronados, mientras que las camas de rodolitos aprovechan la costa este de Punta Chivato.

 

Conclusiones

La pequeña duna de la costa en la Isla Coronados es la primera en su tipo en ser descrita en el Golfo de California con una concentración elevada de bioclastos derivados de algas rojas coralinas de rodolitos. Las eoleanitas activas con un aporte significativo de carbonato tienen una distribución mundial, según se revisó recientemente por Brooke (2001). Los bioclastos en las dunas de la costa consisten comúnmente de esqueletos detríticos derivados de un amplio rango de invertebrados marinos, incluyeno a los foraminíferos, corales, moluscos y equinoideos. El aporte de esqueletos a las eoleanitas de algas rojas coralinas se ha reconocido en otros sitios (Brooke 2001), pero en general como una fracción menor del total. La alta concentracón de material de rodolito por encima del 85% en la arena de duna de Isla Coronados no se compara con ningún otro sistema de dunas previamente descrito en el Golfo de California.

Las dunas que están orientadas al norte en el Golfo de California son más propicias a contener una elevada fracción de material de moluscos, pero sólo pocos detritos de algas rojas coralinas (Rusell y Johnson 2000, Skudder et al. 2006). Las plataformas someras en los flancos este u oeste de las islas, o grandes ensenadas tales como Bahía Concepción son más propensas a desarrollar bancos de rodolitos que aún reciben oleaje moderado y energía de las corrientes pero que evitan la alta energía de una zona de rompiente. La Isla Coronados está expuesta al oeste en un canal que la separa del continente. La duna de arena en Isla Coronados ha acomodado el producto reducido de quinientos millones de rodolitos para llenar la mayor parte del volumen de las dunas, estimado en 30,000 m3. Foster et al. (1997) documentaron la presencia de rodolitos viviendo en camas agitadas por oleaje y corriente entre Punta El Bajo e Isla Coronados, pero la evidencia de material de rodolitos secuestrado por las dunas de arena de Isla Coronados enfatiza la riqueza de rodolitos en el área que continúa prosperando en intervalos de varias decadas o más. Suponiendo que la búsqueda de otras dunas de este tipo sea exitosa, el método utilizado aquí para cuantificar la contribución del carbonato para la duna de Isla Coronados puede ser empleado en otros sitio dentro del Golfo de California para predecir areas adyacentes a la producción de rodolitos.

 

Agradecimientos

Las excursiones a Isla Coronados y Punta El Bajo en Baja California Sur fueron realizadas en enero de 2005 con el apoyo del Freeman Foote Fund del Geosciences Deparment y con fondos asociados a la dirección de geología Charles L. MacMillan en Williams College. Jorge Ledesma-Vázquez reconoce el apoyo de la UABC. Se agradecemos también al director del Parque Nacional Bahía de Loreto y al Director del Centro INAH en Baja California Sur los permisos respectivos. Leon Fichman de Baja Outpost en Loreto, Baja California Sur, México, contribuyó generosamente con apoyo logístico. Ashley Sewell agradece el apoyo adicional en la investigación de laboratorio 2005 recibido del Bronfman Science Fund en Williams College. Diana L Steller (Moss Landing Marine Laboratories) dirigió amablemente nuestra atención a literatura acerca de los ritmos de crecimiento de los rodolitos.

Traducido al español por JE Ledesma-Martínez

 

Referencias

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