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Ciencias marinas

versión impresa ISSN 0185-3880

Cienc. mar vol.33 no.4 Ensenada dic. 2007

 

Artículos

 

Evaluación de zonas pesqueras de atún en el Pacífico oriental con un método multicriterio

 

Evaluation of tuna fishing zones in the eastern Pacific using a multicriteria method

 

JG Vaca-Rodríguez1,2*, R Carrara-Rosales1, G Montaño-Moctezuma3, E Almanza-Heredia1

 

1 Facultad de Ciencias Marinas, Universidad Autónoma de Baja California, Km. 103 Carretera Tijuana-Ensenada, Ensenada CP 22860, Baja California, México. * E-mail: juangvaca@uabc.mx, juangvaca@yahoo.com, elvigia@cicese.mx.

2 Programa Nacional de Aprovechamiento del Atún y de Protección de Delfines (PNAAPD), Km. 107 Carretera Tijuana-Ensenada, campus CICESE, Ensenada, Baja California, México.

3 Instituto de Investigaciones Oceanológicas, Universidad Autónoma de Baja California, Km. 103 Carretera Tijuana-Ensenada, Ensenada, Baja California, México.

 

Recibido en marzo de 2007;
Aceptado en septiembre de 2007.

 

Resumen

Se realizó una evaluación multicriterio de zonas pesqueras de túnidos mediante el método de función de utilidad (U), considerando tres objetivos de manejo (maximizar las capturas de túnidos, minimizar la mortalidad de delfines y minimizar la captura incidental) y siete ponderaciones entre éstos. Se utilizó como caso de estudio la pesquería de atún con redes de cerco de la flota mexicana en el Pacífico oriental, con datos de 1998 a 2003 del Programa Nacional de Aprovechamiento del Atún y de Protección de Delfines. Las zonas pesqueras se clasificaron de acuerdo a la función de utilidad por trimestre, encontrándose que 64% fueron identificadas como conflictivas (es decir que U>0.666 para la ponderación de al menos un tomador de decisiones, pero al mismo tiempo U<0.333 para la de al menos otro), por lo que en 2 de cada 3 cuadrantes trimestrales, es necesaria una negociación entre encargados de la toma de decisiones por la naturaleza conflictiva de la pesquería. Se localizaron cuadrantes con características específicas en donde, por ejemplo, algunos lances explicaban los altos valores de captura incidental, o en donde el enfoque de la pesquería hacia el atún aleta azul explicaba la clasificación del cuadrante como excelente. A pesar de que las ponderaciones utilizadas resultaron una buena aproximación, dada la gran variabilidad espaciotemporal de los recursos pelágicos, las preferencias (ponderaciones) reales deberían estar diferenciadas en espacio y tiempo para ser realmente útiles en el proceso de toma de decisiones. Un aspecto importante es que ya se han implementado estrategias y planes de manejo bien estructurados y eficientes para alcanzar dos de los objetivos de manejo (maximizar las capturas de túnidos y minimizar la mortalidad de delfines), mientras que para el tercero (minimizar la captura incidental) hasta el momento no se cuenta con un esquema parecido.

Palabras clave: multicriterio, función utilidad, captura incidental.

 

Abstract

A multicriteria assessment of fishing zones was carried out using the utility function (U) technique, considering three management objectives (maximizing tuna yield, minimizing dolphin mortality, and minimizing bycatch) and seven different weights among them. The Mexican purse-seine tuna fishery in the eastern Pacific Ocean was used as case study, based on data obtained between 1998 and 2003 by the Mexican Tuna-Dolphin Program. The fishing zones were classified by trimester according to U, and 64% were identified as conflictive (U > 0.666 for some weights, but U < 0.333 for others); hence, two of every three trimestral quadrants require negotiation among the decision makers given the complex nature of the fishery. Quadrants with specific characteristics were identified in cases where, for instance, some particular sets explained the high bycatch values, or the targeting of bluefin tuna explained their classification as excellent. Even though the weights used provided a good proxy, in view of the great variability in space and time of the pelagic resources, actual preferences (weights) should be differentiated in space and time in order to be useful in the decision-making process. Particularly noteworthy is that well-structured and efficient management schemes have already been implemented for two of the objectives (maximizing tuna yield and minimizing dolphin mortality), but not for the third (minimizing bycatch).

Key words: multicriteria, utility function, bycatch.

 

Introducción

Una de las estrategias de manejo utilizadas para regular las pesquerías es cerrar ciertas zonas a la actividad, ya sea temporal o permanentemente. Los objetivos de esta estrategia pueden ser variados, y van desde proteger al recurso durante su periodo de reproducción y crianza, hasta disminuir las tasas de captura incidental de ciertas especies (Alverson et al. 1994, Hall 1996, Hiddink et al. 2006, IATTC 2006).

Los criterios para seleccionar dichas zonas tradicionalmente se basan en los objetivos de manejo de la pesquería. Si solamente se considera un objetivo, el problema es relativamente sencillo de resolver; sin embargo, si se desea considerar más de un objetivo de manejo de manera simultánea, el problema es más complejo. Los criterios de selección tradicionalmente presentan cierto nivel de conflicto entre sí, lo que dificulta la toma de decisiones pues no siempre existe una zona que cumpla con todos los requisitos impuestos por los objetivos de manejo. Más aún, en el momento en que existen dos o más criterios de selección surge el problema de las diferentes ponderaciones que pueden otorgar a ellos los encargados de la toma de decisiones (Cohon y Marks 1975, Evans 1984, Nijkamp et al. 1990, Lai y Hwang 1994, Strager y Rosenberger 2006).

Existen algunos métodos, como los llamados multicriterio, que permiten analizar problemas en los que intervienen diferentes criterios que deben considerarse de manera simultánea (Cohon y Marks 1975, Evans 1984, Zionts 1992, Lai y Hwang 1994, Pan et al. 2001, Vaca-Rodríguez y Enríquez-Andrade 2006). El análisis multicriterio es una familia de métodos o técnicas cuyo propósito es facilitar la toma de decisiones en situaciones en donde se tiene un número finito y predeterminado de opciones o cursos de acción. La finalidad es seleccionar, priorizar o jerarquizar las opciones en función de un conjunto de criterios relevantes (Lai y Hwang 1994).

La pesquería del atún con red de cerco en el Océano Pacífico Oriental (OPO) presenta conflictos entre los criterios de selección de zonas de veda, además de que, debido a su carácter internacional, la ponderación entre ellos no es homogénea. Se trata de una pesquería multiespecífica que captura principalmente atún aleta amarilla (AAA, Thunnus albacares) y barrilete (Katsuwonus pelamis), pero también atún aleta azul (Thunnus thynnus orientalis) y otros túnidos (IATTC 2002). Como en toda pesquería, en su manejo se tienen que considerar múltiples objetivos, de los cuales tres son de especial interés: maximizar el rendimiento de todas las especies de atún (túnidos), minimizar la mortalidad de delfines y minimizar la captura incidental (captura no objetivo) (IATTC 2006, Vaca-Rodríguez y Enríquez-Andrade 2006).

Los conflictos entre los objetivos de la pesquería tradicionalmente se han manejado en la práctica mediante la regulación de los tres tipos de lances que se realizan con la red de cerco. En el OPO la pesca comercial de atún es realizada principalmente con tres tipos de artes de pesca, la red de cerco, la vara y el palangre, y entre ellas la red de cerco es la que contribuye con el mayor porcentaje de la captura total. Con redes de cerco los atunes son capturados en tres tipos de cardúmenes: asociados con delfines, asociados con objetos flotantes ya sean naturales o artificiales, y cardúmenes libres o brisas (IATTC 2006). Los lances sobre cada tipo de cardumen se conocen respectivamente como lances sobre mamíferos marinos o sobre delfines, lances sobre objetos flotantes o palos, y lances sobre brisas.

Los lances sobre mamíferos marinos capturan principalmente atunes adultos, en particular de AAA. En estos lances se registra mortalidad de delfines pero la captura incidental de otras especies es mínima. En cambio, los lances sobre objetos flotantes se caracterizan por pescar una mezcla de atunes, principalmente barrilete, juveniles de AAA y atún patudo (Thunnus obsesus), así como una elevada captura incidental. Los lances sobre brisas realizan una captura intermedia entre los dos anteriores (Joseph 1994; Hall 1996, 1998; IATTC 2006; Vaca-Rodríguez y Enríquez-Andrade 2006).

Por lo antes expuesto resulta de interés realizar una evaluación multicriterio de zonas pesqueras considerando múltiples objetivos de manejo de la pesquería (y, por lo tanto, múltiples criterios de selección), en un escenario con múltiples ponderaciones entre éstos. El propósito particular de este trabajo es analizar, como caso de estudio, el desempeño de diferentes zonas utilizadas por la pesquería mexicana del atún en el OPO con respecto a sus tres principales objetivos de manejo mediante un análisis espacio-tiempo que los considere de manera simultánea, tomando en cuenta además diferentes ponderaciones entre ellos.

 

Materiales y métodos

La zona de estudio fue el OPO, definido para los fines de este trabajo como la zona entre el litoral del continente americano (Norte, Centro y Sudamérica) y la longitud 150°O, de 40°N a 40°S (IATTC 2002).

La base de datos utilizada fue proporcionada por el Programa Nacional de Aprovechamiento del Atún y de Protección de Delfines (PNAAPD), la cual cuenta con información de los lances de la flota mexicana, incluyendo localización, fecha, tipo de lance, captura incidental, mortalidad de delfines y captura de túnidos, con datos de 1998 a 2003. Esta base de datos representa aproximadamente el 50% de los lances efectuados por la flota atunera mexicana con red de cerco en el OPO.

Se utilizó el programa informático ArcView 3.2a para generar un conjunto de 211 cuadrantes de 5° latitud × 5° de longitud en el área que corresponde al OPO. Cada uno de estos cuadrantes representa una zona pesquera identificada mediante un número único. La base de datos se subdividió por año, trimestre y zona pesquera.

Fue necesario calcular un índice para la captura incidental (Vaca-Rodríguez y Enríquez-Andrade 2006) que considerara cierto grado de equivalencia entre los diferentes niveles de la cadena trófica de manera que: 1 kg de tiburón o picudo = 10 kg de pez grande = 100 kg de pez pequeño. Posteriormente, se obtuvieron los valores acumulados, por trimestre y zona pesquera, del índice de captura incidental, de la mortalidad de delfines, de la captura de túnidos y del total de lances, así como los valores por número total de lances (sumatoria de lances sobre delfines, brisas y palos) del índice de captura incidental, de la mortalidad de delfines, y de la captura de túnidos.

Con la finalidad de determinar el número mínimo de lances que deben haberse realizado en cada zona pesquera o cuadrante para ser considerada en el análisis, se realizó una revisión preliminar de la cantidad total de lances por trimestre y cuadrante (cuadrante trimestral).

Para emplear la técnica multicriterio de la función de utilidad se definió la matriz de impacto S:

donde cada elemento Sp,k representa el desempeño respecto a cada criterio Zp (p = 1,..., P) para cada opción k (k = 1,..., K) (Nijkamp et al. 1990, Munda et al. 1994, Vaca-Rodríguez y Enríquez-Andrade 2002). Los renglones representan los criterios, y las columnas las opciones.

Los valores de la matriz de impacto fueron estandarizados utilizando e (Nijkamp et al. 1990):

en donde max (Zp) y min (Zp) indican los valores máximos y mínimos observados del p-ésimo criterio para todas las opciones. El método de estandarización empleado generó una nueva escala de las calificaciones en un intervalo del 0.0 (calificación mínima) al +1.0 (calificación máxima).

La matriz de impacto para las zonas pesqueras de atún tuvo como criterios el índice de captura incidental por lance, la mortalidad de delfines por lance y la captura de túnidos por lance. Las opciones fueron los cuadrantes de 5° × 5° o zonas pesqueras. Con la finalidad de comparar directamente la mortalidad de delfines por lance y el índice de captura incidental por lance con la captura de túnidos por lance, la matriz de impacto estandarizada se modificó para ajustarse al criterio de monotonicidad de preferencias. Este criterio establece que para cada función objetivo, una opción con un valor mayor siempre será preferida sobre otra con un valor menor en el caso de buscar la maximización, y viceversa para un problema de minimización, manteniendo todas las demás funciones objetivo constantes (Chankong y Haimes 1983). Esto es, que los valores altos de captura de túnidos son deseables, mientras que por el contrario los valores altos del índice de captura incidental o la mortalidad de delfines no lo son. Por lo tanto en la matriz de impacto estandarizada se modificó utilizando:

para p = índice de captura incidental por lance y p = mortalidad de delfines por lance, de tal manera que lo más deseable ahora sea tener valores altos de estos objetivos de manejo modificados.

La técnica multicriterio de función de utilidad requiere un vector de pesos o ponderaciones:

que contiene la importancia relativa de cada criterio de acuerdo al punto de vista de la persona que tomará decisiones. Para fines prácticos, sólo se utilizaron siete diferentes vectores de pesos de acuerdo a los objetivos de manejo de la pesquería, utilizando tres escenarios extremos ((1, 0 ,0), (0, 1, 0) y (0, 0, 1)); uno medio (0.333, 0.333, 0.333); y tres intermedios ((0.666, 0.166, 0.166), (0.166, 0.666, 0.166) y (0.166, 0.166, 0.666)).

Los vectores se obtuvieron a partir de un triángulo equilátero en el que cada vértice representa los valores extremos (Vaca-Rodríguez y Enríquez-Andrade 2002).

Se utilizó la técnica multicriterio de función de utilidad para asignar calificaciones (o valores de utilidad, U) a cada zona pesquera con respecto a los objetivos de manejo. La función de utilidad lineal se expresa de tal manera que el desempeño de la opción k es:

en donde w es el peso o ponderación correspondiente y s es el elemento de la matriz de evaluación (Nijkamp et al. 1990). Las siete funciones de utilidad obtenidas a partir de las siete ponderaciones sirvieron de base para generar mapas trimestrales.

Cada zona pesquera por trimestre (cuadrante trimestral) fue clasificada de acuerdo a la siguiente escala: excelente, si para las siete ponderaciones U > 0.666; muy buena, si para cinco o seis ponderaciones U > 0.666 y para el resto 0.333 < U < 0.666; buena, si para tres o cuatro ponderaciones U > 0.666 y para el resto 0.333 < U < 0.666; suficiente, si para una o dos ponderaciones U > 0.666 y para el resto 0.333 < U < 0.666, o si para una o dos ponderaciones U < 0.333 y para el resto 0.333 < U < 0.666; mala, si para tres o cuatro ponderaciones U < 0.333 y para el resto 0.333 < U < 0.666; muy mala, si para cinco o seis ponderaciones U < 0.333 y para el resto 0.333 < U < 0.666; pésima, si para las siete ponderaciones U < 0.333; y, finalmente, conflictiva, si en la misma zona pesquera hay por lo menos una ponderación con U > 0.666 y por lo menos una ponderación con U < 0.333.

Para analizar la variabilidad temporal de la clasificación se seleccionó una zona pesquera que hubiera tenido actividad en la mayoría de los trimestres del periodo analizado y se utilizó nuevamente la técnica multicriterio de función de utilidad. En esta ocasión las opciones, en lugar de ser diferentes zonas pesqueras, fueron los trimestres a lo largo de todo el periodo.

 

Resultados

Muy pocas zonas pesqueras presentaron actividad pesquera, y menos aún fueron las que registraron 30 lances o más por trimestre. De las 211 zonas pesqueras de 5° latitud x 5° longitud generadas en el OPO, solamente 82 llegaron a tener actividad pesquera en algún trimestre del periodo analizado. Se registraron 1340 cuadrantes trimestrales, en 70% de los cuales se realizaron menos de 30 lances. Sin embargo, del total de 46,080 lances del periodo, sólo 17.2% se realizaron en esos mismos cuadrantes trimestrales con menos de 30 lances cada uno. Es decir, hay muchas zonas pesqueras con pocos lances y pocas zonas con muchos lances.

En general, 30 lances por trimestre es un buen criterio para preseleccionar las zonas pesqueras para su análisis. El promedio de lances por cuadrante trimestral fue de 34 lances, y la distribución de número de lances por cuadrante trimestral presentó una tendencia asintótica (fig. 1). Debido a esto se tomó la decisión de considerar para el análisis solamente a aquellos cuadrantes trimestrales que tuvieran 30 lances o más (cifra ligeramente inferior al promedio). Los valores del índice de captura incidental por lance, mortalidad de delfines por lance y captura de túnidos por lance en zonas con menos de 30 lances podrían no ser representativos. En el caso particular de 2003, en ese año solamente en 21 zonas pesqueras diferentes se realizaron 30 lances o más, y solamente en uno de ellos se realizaron lances durante los cuatro trimestres del año. Por razones prácticas sólo se presentan a detalle los resultados para el primer trimestre de 2003, en el que únicamente nueve zonas pesqueras (de 27 con al menos un lance en ese trimestre) tuvieron 30 o más lances en total.

La matriz de impacto S y la matriz de impacto estandarizada Se (tabla 1) que ha sido modificada para lograr la monotonicidad de preferencias, muestran el desempeño de cada zona pesquera con respecto a los objetivos de manejo considerados. Destaca la zona con centroide en 7.5°N, 107.5°O, que presentó el valor mínimo del índice de captura incidental por lance (2.94), un valor relativamente bajo de mortalidad de delfines por lance (0.06), y uno alto de captura de túnidos por lance (32.6) en el primer trimestre de 2003. Lo anterior se ve reflejado en los valores estandarizados relativamente altos para los tres objetivos de manejo en esta zona, 1.0, 0.7 y 0.85, respectivamente. Por su parte, en el primer trimestre de 2003, la zona con centroide 12.5°N, 107.5°O presentó el valor máximo del índice de captura incidental por lance (22.57), un valor mínimo de mortalidad de delfines por lance (0.02), y un valor intermedio de captura de túnidos por lance (20.05). Lo anterior se ve reflejado en los valores estandarizados, en los que se tiene el más bajo para el índice de captura incidental por lance (0.0), un valor alto para la mortalidad de delfines por lance (0.9), y uno bajo para la captura de túnidos (0.25).

Al considerar los valores de la función de utilidad con la ponderación 1 (U1) para el primer trimestre de 2003 (primer renglón de la tabla 2), se obtuvieron cuatro zonas pesqueras con valores de U > 0.666, dos de las zonas tuvieron valores de U entre 0.333 y 0.666 y, finalmente, las otras tres zonas pesqueras tuvieron valores de U menores a 0.333 (tabla 2, fig. 2). La zona pesquera con centroide 7.5°N, 107.5°O presentó valores de U mayores a 0.666 para todas las ponderaciones (tercer columna de la tabla 2) y, por lo tanto, se clasificó como excelente para el primer trimestre de 2003. En cambio, para las zonas con coordenadas 7.5°N, 112.5°O y 22.5°N, 107.5°O (quinta y novena columnas de la tabla 2, respectivamente) se obtuvo un valor de U < 0.333 para cinco de las siete ponderaciones, por lo que se clasificaron como muy malas. Sin embargo, para la mayoría de las zonas pesqueras (seis de nueve) se obtuvieron valores de U > 0.666 en algunas ponderaciones, y U < 0.333 en otras, por lo que se clasificaron como conflictivas.

La mayoría de las zonas pesqueras por trimestre o cuadrantes trimestrales se clasificaron como conflictivas. En las figuras 3 y 4 se muestra la distribución espacial de los valores de U para las ponderaciones 2 y 3, respectivamente, para el primer trimestre de 2003. Se muestran solamente los mapas de estas tres primeras ponderaciones para ejemplificar la variabilidad espacial entre ponderaciones y visualizar espacialmente los resultados presentados en la tabla 2.

Al realizar el mismo análisis sólo para los trimestres 2, 3 y 4 de ese mismo año, se encontró un patrón similar al del primer trimestre en el que la mayoría de las zonas pesqueras resultan clasificadas como conflictivas (tablas 3, 4). Al considerar los resultados de todos los trimestres de 2003 juntos se obtuvieron 25 clasificaciones trimestrales conflictivas, tres excelentes, dos muy buenas, cuatro suficientes y dos muy malas (tabla 4). De manera general para todo el periodo analizado (1998-2003), 64.1% de las zonas pesqueras obtuvieron una clasificación trimestral conflictiva, seguidas por 13.6% clasificadas como muy buenas, y fueron muy pocas las zonas pesqueras clasificadas como buenas o pésimas, y ninguna resultó clasificada como mala.

En el análisis temporal se encontró la misma tendencia: la mayoría de las zonas pesqueras fueron clasificadas como conflictivas. Solamente en tres zonas pesqueras se registraron más de 30 lances por trimestre en más del 65% de los 24 trimestres del periodo analizado (cuatro trimestres × seis años). En una de ellas se registraron 19 trimestres, y en los otras dos, 16 en cada una. Para el análisis temporal se seleccionó a la primera de éstas, con centroide en 22.5°N, 107.5°O, localizada en la boca del Golfo de California. La clasificación de los trimestres en base al valor de U resultó conflictiva para 12 de los 19 trimestres, muy buena para tres, mala para dos, suficiente para uno y excelente para uno (tabla 5).

 

Discusión

En principio, este análisis tiene dos limitaciones importantes evidentes. La primera es considerar el trimestre como unidad temporal, en lugar de utilizar unidades como la estación del año (primavera, verano, otoño e invierno) u otras más apropiadas para la pesquería. La segunda es considerar el cuadrante de 5° de latitud × 5° de longitud como unidad espacial, en lugar de definir las zonas pesqueras en función de la oceanografía, la propia pesquería, la distribución de los organismos involucrados, criterios políticos u otros. Sin embargo, la razón de dicha consideración fue el ámbito de la toma de decisiones a nivel internacional y la administración práctica de la pesquería (IATTC 2002, 2006), en la que es más fácil definir de esta manera el año y la zona, que en temporadas de duración desigual, con traslape de años fiscales, etc., o regiones con áreas diferentes, límites variables y confusos, etc. Es decir, el objetivo principal era la evaluación multicriterio de zonas pesqueras definidas a priori, y no la definición de éstas en base al análisis. Sin embargo, debido a la dinámica y a la naturaleza altamente migratoria de esta pesquería, a futuro sería recomendable evaluar las unidades temporales y espaciales apropiadas para un análisis de este tipo.

De los 211 cuadrantes de 5° × 5° de latitud-longitud definidos para el OPO, solamente en 82 (39%) hubo algún tipo de actividad pesquera en el periodo analizado. Sin embargo, al considerar el límite mínimo de 30 lances para el análisis de las zonas pesqueras, ese número se redujo aún más. Esto significa que, a pesar de que la flota llega a realizar lances pesqueros hasta cerca de los 150°O, la cantidad de éstos no es muy elevada en comparación con los realizados dentro de la zona económica exclusiva (ZEE) mexicana y zonas aledañas. Por otra parte, los datos analizados sólo representan el 50% de los viajes realizados por la flota mexicana y, a pesar de que ésta es una de las mayores que operan en el OPO, corresponde sólo a una parte de la flota internacional, por lo que sería deseable realizar este análisis con la información de toda esta flota para verificar las tendencias encontradas.

El hecho de que la flota atunera realice una buena parte de sus actividades dentro o alrededor de la ZEE mexicana, es un reflejo de la abundancia del recurso atún en la región, lo que a su vez se debe a la dinámica oceanográfica regional (frentes, surgencias, corrientes, islas, el fenómeno ENSO, etc.), así como a la distancia entre las zonas de pesca, los puertos y los principales mercados (SEPESCA 1987, Neshyba 1987, Ingmanson y Wallace 1995, Gross y Gross 1996, Mann y Lazier 1996, Nihira 1996, Dagorn et al. 1997, Hall 1998, IATTC 1998, Torres-Orozco et al. 2005, Balance et al. 2006).

En particular, la zona localizada en la boca del Golfo de California es extremadamente productiva y rica en recursos naturales (Kahru 2004, Enríquez-Andrade et al. 2005, Torres-Orozco et al. 2005), por lo que no es de extrañar la abundancia de túnidos y, por ende, la presencia de la flota atunera. En 2003 esa zona pesquera fue la que registró la mayor cantidad de lances por cuadrante de 5° x 5°, 20% en sólo un cuadrante. Sesenta por ciento de los lances de 2003 se realizaron en solamente seis cuadrantes, incluyendo la boca del Golfo de California y las zonas adyacentes al sur y suroeste de ésta. Esta zona, además de ser altamente productiva, se encuentra muy cerca de los dos principales puertos atuneros, Mazatlán (Sinaloa) y Manzanillo (Colima). Así la flota mexicana intenta aprovechar la cercanía a los puertos para reducir su tiempo efectivo en altamar y sus costos de operación, específicamente el costo del combustible, su principal insumo.

Sin embargo, el atún no se encuentra distribuido de manera homogénea en el OPO, y son las agregaciones en tres tipos de cardúmenes y sus señales las que hacen posibles las capturas registradas (IATTC 2006). La presencia de estas agregaciones es la que realmente determina la ubicación geográfica de los lances pesqueros, así como el tipo de éstos. Y es justamente la diferencia entre los tipos de lances, sus características e impactos, así como la proporción entre ellos, lo que genera el conflicto entre los tres objetivos de manejo analizados.

A pesar de que se sabe que los lances sobre objetos flotantes traen aparejada una gran captura incidental (Hall 1996, 1998; IATTC 2006), los otros dos tipos de lances no están exentos de ésta. Un ejemplo de ello lo constituye el cuadrante localizado en la boca del Golfo de California durante 2003, en donde 70% de los lances fueron sobre mamíferos marinos y los restantes fueron sobre brisas. A pesar de que la cantidad total de organismos capturados incidentalmente fue elevada, el índice de captura incidental por lance fue relativamente bajo, debido a la gran cantidad de lances realizados. Los organismos capturados de manera incidental en tal cuadrante incluyeron picudos, dorados y tiburones (puntas negras, azul y martillo) en los lances sobre mamíferos marinos, y tiburones y rayas en los lances sobre brisas. En particular, en el segundo trimestre de 2003 se registró la captura de poco más de 1000 organismos de diferentes niveles tróficos, de los cuales 513 fueron mantarrayas capturadas en un solo lance sobre brisas. Debido a que el índice de captura incidental otorga a tiburones (y mantarrayas) un peso considerable en la ecuación, el valor se incrementó notablemente. El efecto de un lance como éste queda compensado al considerar la gran cantidad de lances en los que la captura incidental fue mínima, logrando así niveles totales por lance bajos. Sin embargo, lances como éste pueden influir de manera significativa en cuadrantes en los que se realicen relativamente pocos lances totales.

La captura incidental representa un problema para ciertas especies en peligro o con características biológicas particulares (por ejemplo, bajo potencial reproductivo), con un efecto importante en el ecosistema (Alverson et al. 1994, Hall 1996), o debido a que existe una interacción entre pesquerías importantes, comerciales o deportivas, con implicaciones políticas y/ o económicas importantes. En el caso particular de la pesquería del atún en el OPO, a nivel mundial ha quedado claro que las capturas incidentales son bajas en comparación con otras pesquerías (Alverson et al. 1994).

La variabilidad espacial y temporal en los resultados aquí obtenidos se debe en parte a la dinámica de cada especie, con ciclos de abundancia distintos para cada una de ellas, ya sea captura incidental, delfines o túnidos. Esta dinámica obedece a múltiples factores, uno de los cuales es la dinámica de los procesos oceánicos y meteorológicos de la región tales como surgencias, frentes, huracanes, corrientes, el fenómeno ENSO, variaciones interdecadales, etc.

La principal especie objetivo capturada en el OPO por la flota atunera mexicana es el AAA (IATTC 2006). Un aspecto de la dinámica de esta especie que explica la variabilidad es la presencia de cohortes más grandes de lo normal. Como ejemplo de ello se tiene la captura récord de esta especie en 2003, tras la cual los volúmenes de captura regresaron a niveles previos al paso de esta cohorte e incluso a niveles inferiores (Hoyle y Maunder 2006).

Aunque en el análisis se consideró el rendimiento de todas las especies de túnidos, la flota mexicana captura principalmente AAA, seguido de barrilete y, en mucho menor cantidad, atún aleta azul. En general, los lances sobre delfines capturan principalmente AAA y muy poco barrilete, y es en los lances sobre objetos flotantes en los que la flota mexicana obtiene la mayor proporción de barrilete de sus capturas. Finalmente, los lances sobre brisas tienen proporciones de captura intermedias. Sin embargo, esta generalización depende de la abundancia relativa temporal y espacial de cada especie, así como de muchos otros factores incluyendo la decisión de realizar los diferentes tipos de lance en una proporción específica dependiendo de las condiciones del mercado. El atún aleta azul es capturado únicamente frente a la costa del Pacífico de la Península de Baja California y prácticamente sólo por algunas embarcaciones que se enfocan a esta especie para su engorda.

Desde el punto de vista de la eficiencia, la captura de túnidos por lance en ciertos cuadrantes muestra que, a pesar de haberse realizado una gran cantidad de lances y, por lo tanto, haber acumulado un porcentaje alto de la captura total, hay otros cuadrantes con menor número de lances pero con una tasa de captura de túnidos por lance mucho mayor. Por ejemplo, en el cuadrante con coordenadas 100-110°O, 15-25°N se registró una captura de túnidos de 29,904 toneladas métricas en 2003, 39% de la captura total de dicho año. Sin embargo, no fue el cuadrante con la mayor captura de túnidos por lance. El motivo de la gran cantidad de esfuerzo pesquero en este cuadrante se debió, posiblemente, a la presencia de las señales previas al lance y a la cercanía de la zona a los principales puertos pesqueros.

Al considerar los tres objetivos de manejo de la pesquería en este proceso formal matemático, el resultado es que las negociaciones entre objetivos en conflicto son necesarias en una gran cantidad de cuadrantes o zonas pesqueras, ya que aproximadamente 65% de los cuadrantes trimestrales fueron clasificados como conflictivos (64% en el análisis temporal). Sin embargo, el hecho de que el porcentaje de cuadrantes trimestrales clasificados como excelentes, muy buenos y buenos en conjunto (aprox. 22%) fuera mucho mayor que el porcentaje de cuadrantes clasificados como pésimos, muy malos y malos en conjunto (aprox. 5%), habla de que, en general, hay más posibilidades de que cualquier cuadrante trimestral, siempre y cuando no sea conflictivo, resulte satisfactorio para la mayoría de los encargados de la toma de decisiones.

Debido a la naturaleza internacional de la pesquería existen diferentes percepciones de la importancia relativa de cada objetivo de manejo. Las ponderaciones utilizadas se ajustan en cierta medida a las preferencias reales de los múltiples encargados de la toma de decisiones en la problemática actual. Sin embargo, sería de gran utilidad poder contar con las preferencias reales (Nijkamp et al. 1990, Munda et al. 1994, Enríquez-Andrade y Vaca-Rodríguez 2004), para así calcular con mayor precisión las tasas de intercambio o negociación espaciotemporales entre los diferentes objetivos de manejo (Vaca-Rodríguez y Enríquez-Andrade 2006). De hecho, debido a la gran variabilidad espaciotemporal, las preferencias reales deberían estar diferenciadas en espacio y tiempo (Strager y Rosenberger 2006) para realmente ser útiles en el proceso de toma de decisiones.

Los diferentes valores de la función de utilidad para cada zona pesquera o cuadrante representan tasas de negociación entre los encargados de la toma de decisiones. Vaca-Rodríguez y Enríquez-Andrade (2006) encontraron que las tasas de intercambio obtenidas con un modelo multiobjetivo para esta misma pesquería no fueron lineales. Por otra parte, en este trabajo se encontró que las tasas de intercambio (valores de la función de utilidad) son variables en espacio y tiempo. Desde el punto de vista de la toma de decisiones, es importante señalar que la negociación entre los diferentes actores de la pesquería (conceptualizados como diferentes ponderaciones) no sólo depende del valor real del objetivo de manejo, sino de la zona y temporada, por lo cual la cantidad de posibilidades de negociación se incrementa y, con ello, su complejidad.

La mejor aplicación de los valores de la función de utilidad (como los dados en la tabla 2), es su uso como elementos de negociación para los encargados de toma de decisiones. Además, estos valores de utilidad evidencian la gran variabilidad por lance de la captura de túnidos, de la mortalidad de delfines y del índice de captura incidental. Los encargados de la toma de decisiones podrán ubicar su preferencia con respecto a los objetivos de manejo, seleccionar la zona pesquera que en un momento dado sea favorable a sus intereses, y darse cuenta de que al trimestre o año siguiente, la situación puede cambiar significativamente.

Es posible que en un cuadrante dado en un trimestre en particular no se realicen lances sobre mamíferos marinos y, por lo tanto, no se registre mortalidad de delfines. Esta zona sería favorable para la ponderación con mayor peso sobre este objetivo. Sin embargo, la ausencia de estos lances pudiera deberse a muchos factores, que van desde los oceanográficos hasta los de estrategia comercial y de exportación, que no necesariamente se repetirán respecto a la misma zona en el futuro.

Un ejemplo de las diversas condiciones de las zonas se encuentra en los cuadrantes localizados frente a las costas del Pacífico de la Península de Baja California. En estos cuadrantes se realiza la pesca de túnidos enfocada principalmente al atún aleta azul, en lances sobre brisas. Estos tipos de lances en esa zona no registran el mismo nivel de captura incidental como en el Golfo de California y, por sus características que no involucran a el encierro de delfines, no representan daño alguno para éstos. Un cuadrante en esta región obtuvo valores de utilidad altos para todas o casi todas las ponderaciones en 2003. Sin embargo, estas condiciones no son comparables con otras zonas pesqueras en las que opera la misma flota. En esa zona la captura de AAA es baja y, si el análisis hubiera considerado solamente la captura de AAA, en lugar de la captura de túnidos en general, no se hubiera obtenido la misma clasificación favorable.

Un aspecto importante a considerar es que no existe una homogeneidad en las medidas de manejo de los objetivos considerados. En particular, la mortalidad de delfines se encuentra limitada por las regulaciones internacionales (IATTC 2006). Si una embarcación excede el límite de mortalidad de delfines asignado cada año, además de estar sujeta a penalidades administrativas, la embarcación traslada el esfuerzo sobre mamíferos marinos a lances sobre brisas u objetos flotantes. Sin embargo, no existe ninguna regulación similar para el resto de los organismos capturados de manera incidental.

Con respecto a la regulación de la captura de túnidos, en el período analizado se manejaron diferentes vedas espaciales y/o temporales cada año (IATTC 2006, http://www.iattc.org/ResolutionsActiveSPN.htm), pero la mayoría fueron prohibiciones espaciales o temporales para ciertos tipos de lances (en particular lances sobre objetos flotantes) para proteger la captura de juveniles de atún patudo, o vedas totales una vez alcanzada la cuota máxima de AAA. Generalmente la veda comprendió, para la flota mexicana, el mes de diciembre (trimestre 4). Por otra parte, se han realizado esfuerzos importantes para regular y controlar la capacidad de la flota y el esfuerzo pesquero total; sin embargo, el efecto que pudieran tener estas regulaciones sería la reducción de la captura total de túnidos, o la reducción en el índice de captura incidental total, pero no en la captura de túnidos por lance ni en el índice de captura incidental por lance. Estos últimos dependen más bien de la variabilidad natural de los recursos y de las condiciones oceanográficas.

En general los tipos de lance realizados influyen directamente en los objetivos de manejo de la pesquería (Vaca-Rodríguez y Enríquez-Andrade 2006). Como las preferencias de los encargados de la toma de decisiones (ponderaciones) inciden directamente en la clasificación de las zonas pesqueras, no es de extrañar que de manera espacial y temporal, sean los tipos de lance, su distribución y variabilidad los que, al final, determinen en gran medida la clasificación de una zona pesquera. Afortunadamente, el tipo de lance es una unidad idónea de manejo y administración de la pesquería, a través de la cual se puede incidir directamente en sus objetivos de manejo. Sin embargo, un elemento a investigar en el futuro es la variabilidad espacial y temporal de cada uno de los elementos de la pesquería, es decir, la mortalidad de delfines, la captura incidental de diferentes grupos importantes (tiburones y rayas, picudos, dorados, etc.), así como la captura de las diferentes especies de túnidos. Para una toma de decisiones apropiada es necesario contar con elementos como los análisis aquí mostrados, además de la información de las posibles causas de la variabilidad de una pesquería tan dinámica como ésta.

 

Agradecimientos

Los autores agradecen a PROMEP por el apoyo económico para la realización de este proyecto y al PNAAPD y su personal por el uso de su base de datos.

 

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