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Ciencias marinas

versão impressa ISSN 0185-3880

Cienc. mar vol.32 no.2 Ensenada Jun. 2006

 

Artículos

 

La geoquímica de Fe, Ti y Al como indicadora de la sedimentación volcanoclástica en la laguna costera de San Quintín, Baja California, México

 

Geochemistry of Fe, Ti and Al as an indicator of volcanoclastic sedimentation in San Quintín coastal lagoon, Baja California, Mexico

 

E Navarro1,2, LW Daesslé1*, VF Camacho-Ibar1, MC Ortiz-Hernández3, EA Gutiérrez-Galindo1

 

1 Instituto de Investigaciones Oceanológicas, Universidad Autónoma de Baja California, Apartado postal 453, Ensenada CP 22800, Baja California, México. * E-mail: walter@uabc.mx

2 Facultad de Ciencias Marinas, Universidad Autónoma de Baja California, Apartado postal 453, Ensenada CP 22800, Baja California, México.

3 Departamento de Ecología Acuática, ECOSUR-Unidad Chetumal, Avenida Centenario Km 5.5, Chetumal CP 77900, Quintana Roo, México.

 

Recibido en octubre de 2005;
Aceptado en enero de 2006.

 

Resumen

Con la finalidad de identificar mediante herramientas geoquímicas la presencia de sedimento volcanoclástico producto del intempersimo y erosión de las rocas basálticas del campo volcánico de San Quintín (CVSQ), se analizaron las concentraciones de Fe, Ti y Al, así como la distribución de tamaño de grano en 32 muestras de sedimento superficial recolectado durante 2002 y 2003 en la laguna costera de San Quintín (LCSQ), Baja California. En esta zona, las rocas del CVSQ se caracterizan por tener concentraciones altas de Ti y Fe, comparadas con la corteza continental y el batolito peninsular. Lo mismo ocurre para los sedimentos de la LCSQ, los cuales tienen concentraciones de Fe (media 3.73%, desviación estándar S ± 0.99) significativamente más altas que otros sedimentos costeros reportados en Baja California y otras localidades. Las altas concentraciones de Fe normalizado (Fenorm) con respecto al porcentaje de sedimento con <63 μm en la LCSQ, indican que el enriquecimiento de Fe en algunas muestras se atribuye en parte a la presencia de minerales pesados y/o partículas líticas, relacionados con el intemperismo y erosión del CVSQ. Las altas concentraciones de Ti (media, 0.54%, S ± 0.19) en las muestras son atípicas para sedimentos costeros y marinos. Su enriquecimiento y valores altos de Ti/Al en algunas áreas de la LCSQ, especialmente en Bahía Falsa (BFa), sustentan la hipotesis de la influencia volcanoclástica. Las muestras de sedimento que contienen la mayor proporción de oxihidróxidos de Fe amorfo (≥50% del Fe total) se localizan en BFa. Lo anterior, junto con las altas concentraciones de Fenorm, y valores elevados de Ti y Ti/Al, sugiere una asociación (al menos parcial) entre los oxihidróxidos de Fe amorfo con partículas volcanoclásticas en algunos sitios de BFa. Sin embargo, la alta variabilidad en las características geoquímicas del sedimento, sugiere una compleja interacción entre las propiedades hidrodinámicas, mineralógicas y diagenéticas en la LCSQ.

Palabras clave: sedimento, proveniencia, minerales pesados, metales, titanio, hierro.

 

Abstract

The geochemistry of Fe, Ti and Al and the grain-size distribution were studied in 32 surficial sediment samples from San Quintín coastal lagoon (SQCL) in Baja California, in order to identify the presence of volcanoclastic sediment derived from the weathering and erosion of basaltic rocks from the San Quintín volcanic field (SQVF). The composition of the SQVF rocks is characterized by high Fe and Ti concentrations in comparison with the continental crust and Peninsular Ranges batholith. Similarly, the sediments from SQCL have significantly higher Fe concentrations (mean 3.73%, standard deviation [S] ±0.99) than other coastal sediments from Baja California and other regions. The high Fe concentrations normalized relative to the percentage of the <63-μm sediment fraction (Fenorm), indicate that the enrichment of Fe in some samples may in part be due to the presence of heavy minerals and/or rock particles, which were derived from the weathering and erosion of SQVF. The high concentrations of Ti (mean, 0.54%, S ±0.19) in the sediment are atypical for coastal and marine sediments. This enrichment as well as the high Ti/Al ratios at some sites within SQCL, especially Falsa Bay (FB), support the hypothesis of a volcanogenic influence. The sediment samples that have the highest proportion of amorphous Fe oxyhydroxides (≥50% of bulk Fe) were found in FB. This fact and the high Fenorm and Ti concentrations, as well as high Ti/Al ratios, suggest an association (at least in part) between the amorphous Fe oxyhydroxides and the volcanoclastic particles in some samples from FB; however, the high variability in geochemical characteristics of the sediment suggests a complex combination of hydrodinamic, mineralogical and diagenetic properties in SQCL.

Key words: sediment, provenance, heavy minerals, metals, titanium, iron.

 

Introducción

Estudios de contaminación marina indican que el enriquecimiento de metales traza en sedimentos se debe a su asociación con las partículas de tamaños limos y arcillas, los cuales tienen mayor área superficial y sustratos geoquímicos más activos que las partículas de tamaño arenas (Jenne et al. 1980, Horowitz 1991, Lakhan et al. 2003). Por lo anterior, es práctica común corregir el efecto de dilución que tienen las arenas sobre las concentraciones de metales traza, mediante su normalización con respecto al porcentaje de lodos (<63 μm) o la normalización de las concentraciones de metales traza con respecto a la concentración de elementos que, además de reflejar el contenido de partículas finas en el sedimento, comúnmente no interactúan en procesos biogeoquímicos marinos, como el Al y Ti (Bruland et al. 1974, Förstner y Wittmann 1981, Loring 1990). El Fe también ha sido utilizado como normalizador en estudios de contaminación en sedimentos de la plataforma continental del sur de California (Schiff y Weisberg 1999).

De la información disponible sobre la geoquímica sedimentaria de LCSQ (Martínez-Magaña 1995, Morales-Ramírez 2002), se infiere que el enriquecimiento de metales (e.g., Fe, Cr y Ni) en la LCSQ es no sólo una función de la abundancia de sedimentos finos, sino que también obedece a procesos sedimentarios que aún faltan por investigar. La limitada información disponible sugiere que la composición química de los sedimentos en la LCSQ difiere notablemente de otros sedimentos costeros de la región, como por ejemplo, de los de Bahía Sebastián Vizcaíno (Daesslé et al. 2000), el norte del Golfo de California (Daesslé et al. 2004) y el margen continental de California y Baja California (Schiff y Weisberg 1999, Villaescusa-Celaya et al. 2000, Muñoz-Barbosa et al. 2004). Es probable que las características geoquímicas atípicas del sedimento en la LCSQ se deban a los aportes de partículas originadas por la erosión de rocas básicas y ultrabásicas del campo volcánico de San Quintín (CVSQ), las cuales dominan en la zona (fig. 1). Diversos autores han descrito la geoquímica y petrología de estas rocas (Basu y Murthy 1977, Rogers et al. 1985, Saunders et al. 1987, Luhr et al. 1995).

Gorsline y Stewart (1962) estudiaron las características sedimentológicas de la LCSQ, reportando que los conos volcánicos se encuentran en diversas etapas de erosión, pero en lo general con un bajo grado de intemperismo. Las observaciones sobre la uniformidad en la composición mineralógica de arcillas y la ausencia de clastos gruesos en los sedimentos de la LCSQ, llevaron a Gorsline y Stewart (1962) a concluir que los volcanes contribuyen volúmenes de sedimentos relativamente pequeños hacia la LCSQ. Sin embargo, no existen estudios publicados que sustenten esta hipótesis con base en evidencias geoquímicas. Dada la importancia que tiene la composición de los sedimentos en los procesos biogeoquímicos marinos, tanto durante la diagénesis temprana como durante la resuspensión de sedimentos de fondo hacia la columna de agua (como lo ejemplifican para la LCSQ Ortiz-Hernández et al. 2004), este estudio tuvo como objetivo identificar, mediante herramientas geoquímicas, la presencia de sedimentos volcanoclásticos (atípicos de sedimentos marinos costeros), como producto del intemperismo y la erosión de las rocas basálticas del CVSQ. Para este propósito se analiza la geoquímica del Fe, Ti y Al, elementos que presentan las siguientes características: (1) su uso como elementos conservativos es común en estudios sedimentológicos y geoquímicos (Horowitz 1991), (2) el Fe y el Ti se presentan en altas concentraciones en las rocas del CVSQ (Rogers et al. 1985, Saunders et al. 1987, Luhr et al. 1995) y (3) su uso como elementos normalizadores es también común en estudios de geoquímica y contaminación marina.

 

Área de estudio

La LCSQ (fig. 1) se subdivide en dos brazos denominados Bahía Falsa (BFa) y Bahía San Quintín (BSQ). Las dos bahías están separadas por conos volcánicos cineríticos conocidos como Monte Ceniza y Monte Kenton. Al oeste y sureste de estos conos, se encuentra otra serie de conos volcánicos con una alineación aproximada norte sur (Woodford 1928). El vulcanismo en la zona dio inicio en el Pleistoceno y continuó durante el Holoceno (Woodford 1928, Luhr et al. 1995). La mayoría de las rocas volcánicas en el CVSQ debe su origen a la actividad volcánica, principalmente del tipo estromboliano, la cual se caracteriza por formar depósitos piroclásticos distribuídos en un área de 50 a 5000 m2, formando conos de escoria con derrames simultáneos de lava (Luhr et al. 1995). El magmatismo de San Quintín es alcalino de tipo basaltos intraplaca y se caracteriza por contener xenolitos peridotíticos del manto superior y granulitas de la corteza inferior (Basu y Murthy 1977, Rogers et al. 1985, Saunders et al. 1987, Luhr et al. 1995). Los minerales estables en las rocas del CVSQ son olivino, plagioclasa, clinopiroxeno, titanomagnetita e ilmenita (Luhr et al. 1995). Hacia el oriente del CVSQ (fuera del área de estudio) afloran extensivamente rocas ígneas extrusivas félsicas y tobas riolíticas no diferenciadas correlacionables con la Formación Alisitos del Cretácico Inferior. Esta unidad está intrusionada por cuerpos graníticos (Gastil et al. 1975). La planicie costera es una antigua terraza marina formada por areniscas de playa y gravas fluviales y depósitos de aluvión que en conjunto alcanzan espesores de 50 a 250 m. La costa occidental (hacia el Océano Pacífico), es un gran tómbolo que une a dos conos volcánicos. Las características fisiográficas de los conos cineríticos en una planicie costera determinan la dominancia de materiales volcánicos en la porción central entre los brazos de BFa y BSQ (fig. 1).

 

Materiales y métodos

Se analizaron 32 muestras de sedimento distribuídas principalmente adyacentes a los canales de navegación y recolectadas en 2002 y 2003 (fig. 1). De éstas, 19 muestras fueron recolectadas mediante un muestreador de PVC de lodos someros SHAMUS (Shallow Mud Sampler, por sus siglas en inglés), diseñado y fabricado por los autores. Adicionalmente, se recolectaron 13 muestras por medio de buceo autónomo mediante un nucleador de acrílico. El análisis de distribución de tamaño de grano se llevó a cabo mediante un analizador láser de partículas marca Horiba LA910. El análisis geoquímico de Al, Fe y Ti consistió en la disolución total de las muestras de sedimento, mediante el método descrito por Thompson y Walsh (1989), utilizando una combinación de HNO3, HC1O4 y HF y la cuantificación mediante espectrometría de emisión atómica en plasma de acoplamiento inductivo (ICP-AES). Asimismo, se analizaron tres fracciones geoquímicas de Fe en 13 muestras. Para ello, se utilizaron los lixiviados producto de las extracciones secuenciales diseñadas para fósforo, de acuerdo al método descrito por Psenner et al. (1988) y modificado por Hupfer et al. (1995). Este método extrae las siguientes fracciones operacionalmente definidas como: (a) Fe intercambiable o lábil (soluble en NH4C1), (b) oxihidróxidos de Fe amorfo "sensibles a redox" (soluble en ditionito bicarbonato) y (c) el Fe asociado con las fases menos solubles del sedimento considerado en este estudio como residual o parcialmente cristalino (la suma de lixiviados con NaOH y posteriormente con HCl). Los detalles del método han sido descritos por Daesslé et al. (2004). La precisión del método de análisis de metales fue <10% y se determinó mediante el análisis de muestras aleatorias por duplicado. El sesgo analítico se determinó analizando material de referencia MAG-1 del USGS (Servicio Geológico de EUA), expresado como porcentaje de recuperación (tabla 1).

 

Resultados

Los resultados analíticos y datos estadísticos se muestran en la tabla 1. Las estaciones de muestreo se indican en la figura 1. De los elementos estudiados, el Fe presenta la mayor variación, con una concentración media de 3.73% y desviación estándar (S) de ±0.99. Las concentraciones de Fe tienden a ser más altas (máximo de 5.28%) en BSQ, especialmente en la región cercana a la desembocadura del Arroyo San Simón (fig. 2a). Las concentraciones de Fe, por lo general, son <4% en BFa, exceptuando las estaciones H, L y 22. El valor mínimo de Fe se observa en la estación A (1.50%), localizada al norte de BSQ. Es en esta estación (A, fig. 1) donde se presenta también la concentración más baja de Ti, así como una concentración relativamente alta de Al (fig. 2b, c). Las concentraciones de Al presentan una menor variación que las de Fe, con una media de 7.89% y S ±0.60. De forma similar al Fe, las concentraciones más altas de Al (máximo 8.98%) se encuentran cercanas a la desembocadura del Arroyo San Simón en BSQ (fig. 2b). En BFa las concentraciones de Al son <8.0%, excepto en las muestras 15, 23, J y L. Si bien el Fe y Al tienen mayores concentraciones en BSQ, estos elementos no se correlacionan estadísticamente (r = 0.01, n = 32) en la LCSQ. La concentración media de Ti es 0.54% y S ±0.19. Las muestras con elevadas concentraciones de Ti (0.5 < Ti < 1.04%) se localizan principalmente en BFa y en la zona intermedia entre ambas bahías (fig. 2c). Sin embargo, tres muestras al norte de BSQ (3, 4 y D, fig. 1) también tienen concentraciones de Ti >0.5%. La razón Ti/Al (fig. 2d) puede ser utilizada como indicadora de proveniencia del sedimento (Kryc et al. 2003) y sugiere un enriquecimiento de Ti (enriquecido en rocas del CVSQ) con respecto a Al (Ti/Al > 0.06) en sedimentos de BFa, la zona intermedia entre ambas bahías y las muestras 3, 4 y 6 de BSQ.

El porcentaje de lodos en el sedimento (porcentaje de la muestra < 63 μm) de la LCSQ tiene una gran variación, con una media de 45% y S = ±22 (tabla 1). Los datos de tamaño de grano son empleados para determinar si el enriquecimiento en Fe en la LCSQ puede ser atribuído a la abundancia de sedimentos finos. En la figura 3 se observa que la correlación entre %Fe y % de lodos es significativa (r = 0.59, n = 19) solamente para los sedimentos de BSQ (ver límite entre ambas bahías en la fig. 1). El análisis de varianza (ANOVA) para estas variables indica que la covarianza en los sedimentos de BSQ (F = 61) es mayor que en los de BFa (F = 43). En ambos casos F > F-crítica (Swan y Sandilands 1995), aunque hay que tener cuidado con los datos de BFa donde la relación entre Fe y % de sedimento < 63 μm (fig. 3) es "subhorizontal", lo que indica que las dos variables no están correlacionadas.

En los sedimentos de la LCSQ la asociación del Fe con las diferentes fracciones geoquímicas (i.e., lábil o intercambiable, oxihidróxidos amorfos y residual o cristalina) es variable (fig. 4). El Fe en la fracción intercambiable está prácticamente ausente en todas las muestras, excepto en las estaciones F y G. En BSQ más del 50% del total del Fe se encuentra en forma residual, mientras que en BFa existe una mayor proporción de muestras en las cuales la fracción que domina son los oxihidróxidos amorfos (exceptuando las muestras I y K).

 

Discusión

Geoquímica de rocas ígneas y sedimentos

Para determinar las posibles fuentes de sedimento a la LCSQ a partir de la geología y geoquímica de la región, se comparó la composición de Al, Fe y Ti en diferentes tipos de roca y sedimento. Los materiales geológicos utilizados para comparar fueron: (1) lavas del CVSQ; (2) corteza continental superior (CCS); (3) batolito peninsular; (4) lutitas medias; (6) sedimentos de tres bahías de la Península de Baja California; (7) sedimentos del margen continental del Pacífico en la zona fronteriza entre EUA y Baja California, México; (8) sedimentos del Golfo de Carpentaria, Australia; y (9) sedimentos del Mar Amarillo, Corea (tabla 2). De entre las rocas ígneas seleccionadas destaca el enriquecimiento de Fe (~8.5%) y Ti (~1.5%) en el CVSQ, con concentraciones medias que duplican y triplican, respectivamente, las concentraciones de estos elementos en la CCS y los granitos del batolito peninsular. Las concentraciones de Ti en la LCSQ son peculiarmente altas comparadas con las de sedimentos costeros y de mar profundo, en donde el promedio de Ti es de ~0.5% (Chester 1990). Las razones Ti/Al en el CVSQ también son altas (Ti/Al ~ 0.18) en comparación con las de la corteza continental y los granitos del batolito (Ti/Al ~ 0.07). Dado el enriquecimiento de Ti y Fe en los sedimentos de la LCSQ con respecto a las rocas de la CCS y el batolito, así como de los sedimentos costeros de Baja California (donde no se ha reportado Ti) y otros sedimentos costeros para los que se ha reportado Ti (tabla 2), es evidente la de una fuente peculiar responsable de tal enriquecimiento.

Incluso, al comparar con la composición de lutitas medias (rocas sedimentarias compuestas por limos-arcillosos ricos en Fe y Al), se observa que los sedimentos limo-arenosos de la LCSQ contienen altas concentraciones de Ti y Fe y altas razones Ti/Al. Dichas características se atribuyen a la presencia de material sedimentario producto de la erosión de rocas basálticas alcalinas del CVSQ.

 

El Fe y el efecto de tamaño de grano

Con el objetivo de establecer si las altas concentraciones de Fe en los sedimentos de la LCSQ son anómalas en relación con otras localidades, y no simplemente reflejan un efecto de tamaño de grano, se compararon las varianzas (mediante pruebas F) y las medias (mediante pruebas t) de las concentraciones de Fe, normalizadas y sin normalizar, con las de sedimentos de aquellas localidades costeras en México para las que se encontraron publicados datos detallados sobre tamaño de grano (tablas 3 y 4). Dichas localidades incluyen: la costa de Mazatlán (Osuna-López et al. 1986), el norte del Golfo de California (Daesslé et al. 2002), Bahía Sebastián Vizcaíno (Daesslé et al. 2000) y la costa de Tamaulipas (Peña-Anaya 1989). La concentración de Fe normalizada con respecto a la fracción de sedimento < 63 μm se calculó como:

Fenorm = (factor de dilución) (% Fe)

donde el factor de dilución = 100 dividido entre el porcentaje de sedimento menor a 63 μm.

Los sedimentos de la LCSQ presentan una concentración media de Fe estadísticamente más alta que la de los otros sitios, en los que las medias son claramente menores (tabla 3). En el caso del Fenorm, la concentración media de la LCSQ es significativamente mayor (por un factor de ~2) a la de las otras localidades excluyendo Mazatlán (tabla 4). En esta última, la media es ligeramente superior que en los sedimentos de la LCSQ; sin embargo, la diferencia entre medias no es significativa (tabla 4).

El enriquecimiento en Fe y Fenorm en sedimentos de la LCSQ, en relación con otros sedimentos marinos, permite confirmar que la composición de los sedimentos en esta laguna costera es atípica, como se sugiere al contrastar su composición con la geoquímica de rocas ígneas. Es probable que las medias de Fenorm sean altas y parecidas entre Mazatlán y la LCSQ por razones diferentes. En el caso de los sedimentos de Mazatlán, la concentración media es alta por el sesgo causado en su cálculo debido a la inclusión de una sola muestra (arena recolectada en la porción central del canal de navegación en el puerto), cuya concentración normalizada fue anómalamente alta. Ésto se atribuye a que las operaciones de dragado y la actividad industrial probablemente afectaron los procesos naturales de incorporación de Fe y otros metales en estos sedimentos (cf. Osuna-López et al. 1986). Para ello, sería recomendable, en el futuro, evaluar todos los datos de una determinada variable (datos univariados) para posibles valores desviados (o su normalidad), usando pruebas estadísticas apropiadas como las propuestas por Verma et al. (1998) y usadas en la evaluación de materiales internacionales de referencia geoquímica. En contraste, en el caso de la LCSQ, los valores altos de Fenorm probablemente no sólo reflejan un enriquecimiento del Fe en la fracción de sedimentos < 63 μm, sino también un artificio causado por la normalización, tal y como lo sugieren los valores más altos de Fenorm (tabla 1). Uno de los supuestos de la normalización con cualquier elemento, para corregir el efecto de tamaño de grano, es que la concentración de dicho elemento refleja el contenido de partículas finas (por ejemplo el contenido de arcillas es indicado por el contenido de Al). A su vez, esto supone que las partículas de tamaño arena contienen dichos elementos en cantidades tan pequeñas que su presencia "diluye" la concentración del elemento normalizante. En el caso de los sedimentos de la LCSQ, únicamente las muestras recolectadas en el brazo de BSQ mostraron una correlación entre la concentración de Fe y el contenido de partículas < 63 μm (fig. 3); sin embargo, la relación entre estas variables fue muy dispersa (r = 0.59) en este brazo y prácticamente nula en BFa. Ya que es poco probable que un sedimento marino (mezcla heterogénea de partículas de varias fuentes) de zonas someras contenga concentraciones tan altas de Fe como 41% en la estación H o 28% en la estación J (tabla 1), los datos probablemente indican que, al normalizar, se asignó "artificialmente" una masa de Fe a las partículas finas que realmente corresponde a partículas de tamaño arenas. Es probable que, en contraste con los sedimentos costeros "típicos", la fracción de partículas tamaño arenas en la LCSQ contenga partículas originadas del CVSQ ricas en Fe, como lo indican la presencia de piroxenos y fragmentos de roca identificados por Ortiz-Hernández et al. (2004).

Los sedimentos con concentraciones normalizadas de Fe por arriba de la media de 10.7% se ubican tanto en BFa como BSQ. Las dos muestras con mayor Fenorm (H y J) también tienen concentraciones relativamente altas de Ti (1.04% y 0.74%, respectivamente). La presencia de una alta concentración de Ti y altas razones de Ti/Al en estas muestras ubicadas en BFa, sugiere un componente volcanoclástico en ellas. El Ti, además de estar enriquecido en las rocas volcánicas y piroclastos de la zona, es considerado un elemento refractario, conservativo y, que a diferencia del Fe, no interviene en procesos diagenéticos. La diferencia en la concentración de Ti en BFa y BSQ, probablemente sea atribuible a un menor aporte de sedimento volcanoclástico en BSQ o una mayor dilución de los sedimentos volcanoclásticos en esta bahía por los aportes del Arroyo San Simón y/o playas y dunas cercanas. Sin embargo, la presencia de sedimentos ricos en Fenorm en sitios donde no se encuentran enriquecimientos de Ti y viceversa (ver figs. 3d, 4) indica que la sedimentación de fragmentos líticos y minerales provenientes del CVSQ en la LCSQ es un proceso complejo, que aún no puede ser definido con precisión con las variables y el número de muestras estudiadas. Es probable que las distintas condiciones hidrodinámicas en diversos sitios de la LCSQ sean responsables de acumular en algunas zonas minerales pesados (e.g., ilmenita y titanomagnetita) y/o fragmentos de basalto ricos en Fe y Ti derivados del CVSQ (e.g., estaciones H y J en BFa), o bien, de acumular minerales ricos en Fe (e.g., hornblenda y magnetita) de origen granítico (e.g., muestra D y E en BSQ) y/o una combinación de ambos procesos.

 

La partición geoquímica del Fe

Las muestras de sedimento que contienen la mayor proporción de oxihidróxidos de Fe amorfo (≥50% del Fe total en las muestras H, J y E14) se localizan en BFa. De estas muestras, las H y J también contienen las más altas concentraciones de Fenorm, y valores elevados de Ti y Ti/Al (tabla 1, fig. 4). Lo anterior sugiere una asociación (al menos parcial) entre la fracción operacionalmente definida como oxihidróxidos de Fe amorfo y partículas ricas en Ti en algunos sitios de BFa. Esta asociación no pudo ser comprobada estadísticamente con los datos disponibles. La alta proporción de Fe asociado a la fracción oxihidróxidos amorfos en estas muestras, probablemente se deba al intemperismo de los minerales ricos en Fe como el piroxeno y el olivino (susceptibles a intemperismo químico y comunes en el CVSQ), los fragmentos de roca volcánica y/o cenizas volcánicas. En BSQ, dos de las muestras con mayores proporciones de oxihidróxidos de Fe amorfo (~50%, muestras D y E), también coinciden con valores altos de Fenorm y Fe total. Sin embargo, como se discutió anteriormente, estas muestras no tienen concentraciones importantes de Ti, probablemente por tener una fuente y/o asociación mineralógica distinta a las muestras H y J de BFa, o incluso, distinta a la muestra F de BSQ (con alto Ti/Al = 0.94, pero bajo Fenorm = 8.6). No puede obviarse la posibilidad de que la alta proporción de oxihidróxidos de Fe amorfo en algunas muestras (e.g., E14 y MV) sea producto de la removilización y el enriquecimiento superficial diagenético del Fe.

La información disponible indica la presencia de un componente sedimentario en la LCSQ derivado de la erosión de las rocas del CVSQ. Sin embargo, la alta variabilidad en las características geoquímicas del sedimento de la LCSQ sugiere una compleja interacción entre variables hidrodinámicas, mineralógicas y diagenéticas. Esto deberá ser investigado, en el futuro, mediante herramientas geoquímicas y estadísticas más sofisticadas.

 

Agradecimientos

Agradecemos a las instituciones que a lo largo de los años han apoyado nuestros diversos proyectos de instrumentación, investigación y becas a estudiantes, incluyendo los apoyos empleados para la realización del presente trabajo: SEP-PRONSMEP, CONACYT y UABC. Gracias a V. Macias-Carranza por su ayuda durante la recolección de muestras. Estamos especialmente agradecidos con SP Verma por sus valiosos comentarios y apoyo incondicional que, junto con los comentarios de un revisor anónimo, nos ayudaron a mejorar sustancialmente una versión anterior de este escrito.

 

Referencias

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