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Ciencias marinas

versão impressa ISSN 0185-3880

Cienc. mar vol.29 no.4b Ensenada Dez. 2003

 

Artículos

 

Efecto del nivel de proteína en la dieta y alimentos comerciales sobre el crecimiento y la alimentación en juveniles del robalo blanco, Centropomus undecimalis (Bloch, 1792)

 

Effect of dietary protein level and commercial feeds on growth and feeding of juvenile common snook, Centropomus undecimalis (Bloch, 1792)

 

Vicente Gracia-López1, Tsai García-Galano2, Gabriela Gaxiola-Cortés3 y Jorge Pacheco-Campos4

 

1 Centro de Investigaciones Biológicas del Noroeste, S.C. Mar Bermejo 195, Col. Playa Palo Sta. Rita La Paz, CP.23090, Baja California Sur, México. E-mail: vinny@cibnor.mx

2 Centro de Investigaciones Marinas Universidad de La Habana Calle 16 #114, entre 1era y 3era Miramar Playa Ciudad de La Habana, Cuba.

3 Grupo de Biología Marina Experimental Facultad de Ciencias, UNAM Calle 26, No. 1, Playa Norte, Apartado postal 69 Cd. del Carmen, Campeche, México.

4 Facultad de Ciencias Pesqueras Universidad Autónoma del Carmen, Calle 56 y Av. Concordia Cd. del Carmen, Campeche, México.

 

Recibido en febrero de 2003;
aceptado en julio de 2003.

 

Resumen

Mediante dos experimentos se probaron los efectos de diferentes niveles de proteína en la dieta y de tres alimentos comerciales sobre el crecimiento y la eficiencia alimentaria en juveniles de robalo blanco, Centropomus undecimalis (Bloch, 1792). En el primer experimento (60 días) se alimentaron juveniles (peso inicial = 2.9 g) mantenidos a 26.6°C con una de cuatro dietas isocalóricas que contenían diferentes porcentajes proteicos (dieta A = 28.8%, dieta B = 40.4%, dieta C = 53.4% y dieta D = 65.8%). Las fuentes de proteína fueron harinas de camarón, soja y pescado. La mayor ganancia en peso y los mayores crecimiento específico y factor de conversión del alimento se obtuvieron con las dietas B, C y D. No hubo diferencias significativas (P > 0.05) entre estos tres tratamientos. La tasa de eficiencia proteica disminuyó al aumentar el nivel de proteína en la dieta, resultando máxima en los peces alimentados con la dieta A. En el segundo experimento (65 días) se observaron los efectos de alimentos comerciales (para tilapia, bagre y trucha) y de la dieta C en juveniles de robalo blanco (peso inicial = 22.7 g) a 29.1°C. No hubo diferencias significativas entre la ganancia de peso obtenida con la dieta C y la obtenida con el alimento para trucha. La ganancia de peso fue mayor en los peces alimentados con la dieta C y el alimento para trucha, comparadas con los alimentados con pellets para tilapia y bagre (P < 0.05). La tasa de crecimiento específico y el factor de conversión del alimento fueron mayores con la dieta C, obteniéndose diferencias significativas entre todos los tratamientos. La tasa de eficiencia proteica para los peces alimentados con la dieta C, y los alimentos para trucha y tilapia no fueron significativamente diferentes. Los resultados de este estudio confirman la capacidad del robalo blanco para alimentarse de pellets, su adaptación a los alimentos secos, el potencial de los alimentos comerciales para cultivar robalo, y los requerimientos relativamente altos de proteína en su dieta.

Palabras clave: Centropomus undecimalis, nutrición, nivel de la proteína, robalo.

 

Abstract

Preliminary results of the effects of different dietary protein levels and commercial feeds on growth and feeding of juvenile common snook, Centropomus undecimalis (Bloch, 1792), were obtained under controlled laboratory conditions in two experiments. In the first experiment (60 days), juveniles (initially 2.9 g) maintained at 26.6°C were fed one of four isocaloric experimental diets containing different protein levels (diet A = 28.8%, diet B = 40.4%, diet C = 53.4%, and diet D = 65.8%). Shrimp-, soybean-, and fish-meal were used as protein sources. Best growth, specific growth rate, and feed conversion ratio were obtained with diets B, C, and D. There were no significant differences (P > 0.05) among these three treatments. Protein efficiency ratio decreased as the level of dietary protein increased and was highest for fish fed diet A. In the second experiment (65 days), the effects of three different commercial pellets (for tilapia, catfish, and trout) and diet C were determined on snook (initially 22.7 g) at 29.1°C. There was no significant difference in fish weight gain between diet C and trout pellets. Significantly higher (P < 0.05) weight gain was achieved with diet C and trout pellets compared with that of fish fed the tilapia and catfish pellets. Specific growth rate and feed conversion ratio were best with diet C, and significant differences among all treatments were obtained. Protein efficiency ratio for fish fed diet C and trout and tilapia feeds was not significantly different. The results confirm the snook's ability to feed on pellets, its capability to adapt to dry feeds, the potential of commercial feeds for raising snook, and its relatively high dietary protein requirement.

Key words: Centropomus undecimalis, nutrition, dietary protein level, commercial feeds.

 

Introducción

El robalo blanco, Centropomus undecimalis, es un pez marino carnívoro (Marshall, 1958) importante para la industria pesquera comercial y recreativa en el Golfo de México (Tucker et al., 1985). La disminución de los stocks naturales en muchas áreas (Taylor et al., 1998) y el potencial económico que existe en el desarrollo de tecnologías para cultivar el robalo y para repoblar áreas naturales ha incrementado el interés por esta especie. Se han realizado investigaciones extensas en diversos laboratorios sobre desoves, cría larval, producción de juveniles y técnicas de destete (Ager et al., 1978; Edwards y Henderson, 1987; Maciorowski et al., 1987; Roberts, 1987; Tucker, 1987); consumo de oxígeno (Peterson y Gilmore, 1991); y procesos osmorreguladores (Pérez-Pinzón y Lutz, 1991). Asimismo, se han estudiado la biología de la reproducción enfocada en los procesos ováricos y testiculares y los ritmos de desove (Grier y Taylor, 1998; Taylor et al., 1998; Grier, 2000). Sin embargo, la información sobre los requerimientos nutritivos para esta especie está incompleta.

La proteína en la dieta es considerada uno de los factores más importantes en la nutrición de peces marinos y de agua dulce, por lo que se necesita mucha información para formular dietas adecuadas a cada especie. El metabolismo de los peces es diferente al de otros vertebrados que poseen una gran eficacia en el uso de la energía bruta. Los peces requieren un porcentaje alto de proteína en su dieta debido a que éstos la usan para fines energéticos (Walton, 1987). Los requerimientos diarios de proteína están influenciados por la edad (Satia, 1974), la temperatura (Cowey y Luquet, 1983) y el estado fisiológico (National Research Council, 1993). Generalmente las especies carnívoras de agua dulce tienen requerimientos de proteína más elevados que los peces herbívoros, al igual que las especies marinas (Cowey et al., 1972). El desarrollo y rentabilidad de los cultivos intensivos de peces dependen inevitablemente de dietas comerciales que sean económicas, satisfagan las necesidades nutricionales y energéticas esenciales, y sean aceptadas por los organismos en cantidades apropiadas para asegurar un crecimiento eficiente (De la Higuera, 1987). El potencial económico y las ventajas de manejo de los alimentos balanceados comerciales por encima de los alimentos frescos son: un costo menor por animal, mayor crecimiento, una composición constante, menor riesgo de transmisión de enfermedades infecciosas y mayor estabilidad en la calidad del agua.

El objetivo de este estudio fue evaluar el crecimiento, supervivencia y eficacia de conversión de alimento en juveniles de robalo blanco, C. undecimalis, alimentados con dietas experimentales y comerciales.

 

Materiales y métodos

Este estudio se realizó en la Universidad Autónoma del Carmen, en Ciudad del Carmen, Campeche, México. Los juveniles de robalo blanco fueron recolectados a lo largo del año con atarraya en los fondos poco profundos (aproximadamente 2 m de profundidad), arenosos y fangosos de las áreas de manglar dentro de la Laguna de Términos (2100 km2). Después de la captura los peces se transportaron en recipientes plásticos (500 L) con aireación suplementaria, y se transfirieron a tanques de fibra de vidrio exteriores (2000 L) para su aclimatación. El periodo de aclimatación duró 30 días. Inicialmente, los robalos se alimentaron con juveniles de liseta, Mugil curema, vivos (10 días), posteriormente con trozos de camarón, Litopenaeus setiferus, y liseta, M. curema (10 días), y finalmente, se alimentaron con pellets comerciales para trucha (10 días). Durante la aclimatación los robalos se mantuvieron bajo condiciones naturales de fotoperiodo y temperatura, y se disminuyó la salinidad de 26 a 12%o agregando paulatinamente agua dulce a los tanques.

Antes de ser medidos los peces se anestesiaron usando 50 mg L-1 de metanosulfonato de tricaina (MS-222). El alimento total consumido fue calculado con base en el peso del alimento no consumido. Los peces muertos fueron recogidos de los tanques y su peso registrado.

El factor de conversión (FC), la tasa de eficiencia proteica (PER), el crecimiento específico (CE) y la ración diaria (R) se definieron como:

FC = PSAC/PG

PER = PG/PSPC

CE = (lnWf - lnWO /d x 100

R = 100 x PSAC/(0.5 x Wi + Wf x d)

donde PSAC es el peso seco del alimento consumido, PG es el peso ganado por los peces, PSPC es el peso seco de la proteína consumida, Wi y Wf son los pesos inicial y final de los peces, respectivamente, y d es el número de días transcurridos.

Para la comparación de medias entre los tratamientos se realizó un análisis de varianza (ANOVA), y en caso de existir diferencias, éstas se analizaron mediante el test de Newman-Keuls (P < 0.05). Los datos del porcentaje fueron transformados por el arcoseno antes de su análisis. En ambos experimentos, la temperatura del agua, la salinidad, el oxígeno disuelto y el pH se midieron diariamente. El amonio y el nitrito fueron medidos en días alternados.

Experimento 1

Para obtener los requerimientos de proteína en la dieta basados en el crecimiento, utilización alimenticia y la supervivencia, los peces aclimatados se transfirieron a 16 acuarios rectangulares de vidrio de 100 L en un laboratorio interior. Los acuarios estaban provistos con filtros externos (Fluval modelo 303) compuestos de fibra, carbón activado y arena, y filtros internos con arena de fondo. En cada acuario se colocaron 10 juveniles (2.90 ± 0.49 g a 3.02 ± 0.45 g), utilizando cuatro acuarios por tratamiento. No hubo diferencias significativas (P > 0.05) entre los pesos iniciales de los diferentes tratamientos. Los peces se pesaron y midieron al principio del experimento, y cada 15 días hasta el final del experimento.

Las cuatro dietas usadas en este experimento tenían un contenido de energía similar y fueron formuladas para lograr porcentajes de proteína del 28.8% (A), 40.4% (B), 53.4% (C) y 65.8% (D) (tabla 1). Las dietas se prepararon mezclando completamente los ingredientes secos con el aceite, y agregando el agua hasta que se alcanzó una consistencia de masa dura. Esta mezcla se pasó a través de un molinillo de carne, y los fideos resultantes se secaron con aire a 60°C. Después de secar, la dieta preparada se troceó y cribó a un tamaño conveniente.

La tabla 1 presenta la composición de ingredientes de las dietas experimentales. Se deteminaron contenido proteico (Kjeldahl), lípidos (extracto de éter), humedad y contenido de ceniza (AOAC, 1984). Los hidratos de carbono se estimaron por la diferencia. La energía bruta fue calculada a partir de los factores de conversión: proteína = 16.74 kJ g-1, lípidos = 37.67 kJ g-1, e hidratos de carbono = 16.74 kJ g-1 (Garling y Wilson, 1976). La proporción proteína/energía (mg proteína cruda kJ-1 en 1 g de dieta) fue de 38.4 a 17.1 mg kJ-1, y la proporción de energía de proteína a energía de otros componentes (tomando los valores energéticos anteriores) varió de 1.79 a 0.40, a medida que el porcentaje de proteína dietética disminuyó. Los peces se alimentaron a saciedad dos veces al día (09:00 y 19:30) durante 60 días. La temperatura del agua se mantuvo entre 25°C y 29°C (26.6 ± 0.93°C), la salinidad entre 11.1 y 13.3% (media 12.2%), el amonio y nitritos < 0.327 mg L-1, el pH fue de 7.6 a 7.8 (media 7.7), y el oxígeno disuelto de 7.2 a 7.6 mg L-1 (media 7.3 mg L-1).

Experimento 2

En este experimento se comparó la eficacia de tres alimentos comerciales con la de la dieta C (53.4% de proteína) del primer experimento (tabla 2). Los peces se capturaron y aclimataron según el protocolo descrito anteriormente y durante 3 días, antes de empezar el experimento, se alimentaron cuatro grupos de peces con las dietas de la tabla 2. Se colocaron siete peces entre 22.0 y 23.6 g, al azar, en cada uno de 12 tanques plásticos negros cilíndricos (500 L), para hacer un total de 84 peces. Se asignaron tres tanques para cada tratamiento. El experimento duró 65 días. Los peces se alimentaron a saciedad tres veces al día (08:00, 13:00 y 18:00). Los peces se pesaron a los 10, 20, 35, 50 y 65 días. Diariamente se realizaron recambios de agua a los tanques a una tasa de 300% desde un tanque de 10 m3 de agua a 0 % de salinidad. La temperatura del agua fue de 29.1 ± 0.65°C, y los niveles de amoníaco y nitrito fueron < 0.2 mg L-1.

 

Resultados

Experimento 1

Aunque la mayor ganancia de peso se obtuvo con la dieta C (CE = 1.23%), no hubo ninguna diferencia significativa (P > 0.05) entre los tratamientos de 65.8%, 53.4% y 40.4% de proteína. El ANOVA de la ganancia en peso y el CE mostraron diferencias significativas entre la dieta de 28.8% de proteina y los otros tres tratamientos. El FC fue mejor para las dietas B y C que para la dieta A. La PER disminuyó al aumentar la proteína y se observaron diferencias significativas entre las dietas de 65.8% y 53.4% de proteína, pero no entre las de 40.44% y 28.75%, que presentaron resultados similares. En la tabla 3 se presentan los resultados de CE, FC y PER. La supervivencia con la dieta A fue significativamente más alta que con las otras tres dietas.

Experimento 2

Las ganancias en peso fueron de 31 g con la dieta C, 25 g con los pellets para trucha, 18 g con los pellets para tilapia, y 11 g con los pellets para bagre (tabla 4). No hubo diferencias significativas entre las ganancias de peso obtenidas con la dieta C y los pellets para trucha, pero si las hubo con los tratamientos en los que se usaron los pellets para tilapia y bagre. En la figura 1 se muestran las diferencias en crecimiento de los peces en los diferentes tratamientos. El CE fue más alto con la dieta C, seguido por los obtenidos con los pellets para trucha, tilapia y bagre, observándose diferencias significativas entre todos los tratamientos. La PER fue para la dieta C fue la más elevada, seguida por la de los pellets para tilapia y trucha, pero no se observaron diferencias significativas. La PER en los peces alimentados con bagre fue significativamente menor. El FC fue mejor con la dieta C, seguido por el obtenido con las dietas de trucha, tilapia y bagre. Para el FC se obtuvieron diferencias significativas entre todos los tratamientos. Al final del experimento la supervivencia estuvo entre el 66.6% y el 95.2%, sin diferencias significativas entre los tratamientos.

 

Discusión

En el experimento 1 todas las dietas fueron eficaces para el crecimiento de los juveniles de robalo blanco (peso medio inicial = 2.9 g), pero el CE, el FC y la PER variaron ampliamente entre las diferentes dietas (tabla 3). Las ganancias en peso de los peces en los tres niveles más altos de proteína no fueron significativamente diferentes entre sí, pero si fueron significativamente más altas que las obtenidas con la dieta más pobre en proteína.

El robalo blanco es un pez carnívoro marino tropical que se alimenta de grandes cantidades de peces y camarones y, por consiguiente, se esperaba un requerimiento alto de proteína en la dieta. En otros peces marinos carnívoros, los niveles de proteína que han producido mayores ganancia de peso han sido de 65% para el lenguado del Atlántico (Aksnes et al., 1996) y de 43% para el salmón del Atlántico (Helland et al., 1991). En este estudio, el robalo blanco creció bien en un amplio rango de proteína dietética, de manera similar a los juveniles de mero de estuario Epinephelus salmoides que no presentaron diferencias significativas en crecimiento cuando fueron alimentados con 40% y 50% de proteína (Teng et al., 1978). Gurure et al. (1995) encontraron que la trucha de arroyo Salvelinus fontinalis no mostró ninguna diferencia significativa en ganancia de peso dentro del rango de 35-55% de proteína cruda digerible, y Ellis et al. (1996) encontró resultados similares para meros de Nassau Epinephelus striatus alimentados con alimentos comerciales que contenían 55.6% o 61.8% de proteína cruda.

Tucker (1987, 1998) reportó un crecimiento mayor con niveles de 53% de proteína dietética y 15.8% de hidratos de carbono en los juveniles de C. undecimalis cultivados en agua dulce, señalando que el alimento de menor calidad fue el que contuvo los mayores niveles de hidratos de carbono y los menores niveles de aceite de pescado.

Aunque se ha puntualizado que la digestibilidad de los hidratos de carbono en los peces marinos es generalmente más baja que para los peces de agua dulce (Steffens, 1989), estas diferencias podrían relacionarse con la cantidad relativa de actividad de la amilasa presente en el sistema digestivo de especies diferentes (Wilson, 1994). Los valores altos de hidratos de carbono (33%) de la dieta que contiene 40.4% de proteína, no parecen afectar el crecimiento de juveniles cuando se comparan con los resultados obtenidos con dietas que contienen 65.8% y 53.4% de proteína, y 8% y 21% de hidratos de carbono, respectivamente.

En este estudio, la energía total de la dieta total fue equilibrada por el incremento de hidratos de carbono en la dieta a medida que la cantidad de proteína disminuía. Wilson (1994) ha señalado que los niveles apropiados de hidratos de carbono se sitúan alrededor de 20%. El crecimiento más bajo se obtuvo con 45% de hidratos de carbono en la dieta. Esto puede relacionarse con el exceso de glucosa derivado del almidón incluido en la dieta. En los peces se ha demostrado una capacidad baja de utilización de niveles altos de glucosa en la dieta.

La PER disminuyó con un aumento de la proteína desde 28.75% a 65.75%. De la Higuera et al. (1989) encontraron una disminución en la PER para la anguila europea Anguilla anguilla relacionado con un aumento de la proteína en la dieta; Martínez-Palacios et al. (1996) reportaron el mismo modelo para el cíclido mexicano Cichlasoma urophthalmus, y Ellis et al. (1996) observaron unos resultados similares para el mero de Nassau.

El crecimiento fue máximo, el FC bueno y el CE similar en los robalos alimentados con las dietas con las proporciones de proteína/energía más altas (24 a 38.36 mg kJ-1). En un estudio, Yousif et al. (1996) observaron que el crecimiento y el FC mejoraron para Siganus caniculatus a medida que la proporción de proteína digerible/energía digerible aumenta. Para obtener un crecimiento más rápido en peces de mayor tamaño, podría necesitarse una disminución en la proporción de proteína/energía (Einen y Roem, 1997).

Una proporción de proteína/energía óptima permite al animal utilizar la cantidad máxima de proteína para estar disponible para el crecimiento minimizando la cantidad usada para la energía. La proporción de proteína/energía de alimentos con los que se obtuvieron el crecimiento mayor está en el rango de 38-24 mg kJ-1. Otros investigadores, que han estudiado a la familia Centropomidae, obtuvieron resultados similares (Tubongbanua, 1987; Tucker, 1987; Catacutan y Coloso, 1995).

En el experimento 2, todas las dietas fueron eficaces para el crecimiento de los juveniles de robalo, pero se obtuvieron diferencias en las tasas de crecimiento y en la utilización del alimento. Los peces alimentados con la dieta C y con alimento para trucha tuvieron las mayores tasas de crecimiento, pero el mejor FC se obtuvo con la dieta C. La tasa de eficiencia proteica fue mejor con la dieta C, con los pellets para trucha y los pellets para tilapia, en comparación con la obtenida con el alimento para bagre. Es difícil determinar las razones por las que se obtuvieron estas diferencias entre las dietas suministradas en el experimento, pero los alimentos con más proteína y lípidos fueron más eficaces en este estudio que los que contenían menos proteína y lípidos. Las mayores cantidades de hidratos de carbono en los alimentos para tilapia y bagre podrían ser una explicación parcial de tales diferencias. También, las diferencias en la composición del alimento podrían explicar algunas de las diferencias observadas, ya que esta especie pudiera responder a alimentarse en términos de asimilación y digestibilidad. La dieta para trucha fue la mejor entre las dietas comerciales.

Los resultados de este estudio aumentan las perspectivas para el cultivo de juveniles silvestres de robalo blanco, debido a la adaptación rápida a las dietas formuladas después de la captura. Se obtuvo un crecimiento y supervivencia alta con el alimento seco, sin alimento fresco suplementario, durante 65 días.

 

Agradecimientos

Los autores expresan su agradecimiento a muchas personas que gastaron su tiempo y dieron consejos y apoyo a lo largo del proyecto. El texto en inglés fue editado por Ira Fogel, en el CIBNOR en La Paz, BCS, México. El proyecto robalo fue financiado a través del Fideicomiso de Estudios y Proyectos de Investigación Pesquera, de la Secretaría de Pesca del Estado de Campeche, México.

 

Referencias

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