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Salud mental

versão impressa ISSN 0185-3325

Salud Ment vol.35 no.4 México Jul./Ago. 2012

 

Conferencia magistral

 

"El que camina a mi lado": el tema de El Doble en la psiquiatría y en la cultura*

 

The Doppelgänger theme in psychiatry and culture

 

Bruno Estañol1

 

1 Miembro del Comité Editorial de SALUD MENTAL. Neurólogo y novelista.

 

Correspondencia:
Laboratorio de Neurofisiología.
Instituto Nacional de Ciencias Médicas y Nutrición Salvador Zubirán.
Vasco de Quiroga 15, Tlalpan, 14000, México, DF.
E–mail: brunoest@hotmail.com

 

Yo que anhelé ser otro...
Poema Conjetural
Jorge Luis Borges

El sueño es una segunda vida.
Aurelia
Gerard de Nerval

Considere, por esta razón es muy difícil escoger, porque a través de esta elección toda posibilidad de convertirse en alguien diferente queda cancelada.
O lo uno o lo otro
Soren Kierkegaard

¡Qué gran felicidad no ser yol
Poemas completos de Alvaro de Campos (poema 186)
Fernando Pessoa

 

EL DOBLE EN LA LITERATURA. NOVELAS SOBRE EL DOBLE

El doble evoca la soledad esencial del ser humano y nos advierte contra la certeza de nuestra identidad. El tema de El Doble, del sosias, del Doppelgänger es tan antiguo como la literatura. La palabra Doppelgänger, de acuerdo con Juan Antonio Molina Foix, quiere decir "el que camina al lado" o "el compañero de ruta". Una traducción más literal es el doble caminante ya que la palabra alemana gänger significa caminar y Doppel significa doble.

Existen muchas novelas sobre el doble: El extraño caso del doctor Jekyll y el señor Hyde, de Robert Louis Stevenson; Los elíxires del diablo, de E.T.A. Hoffmann; El retrato de Dorian Gray, de Oscar Wilde; El doble, de Fiodor Dostoievski; La esquina feliz, de Henry James, no agotan esa feliz invención y quizá ni siquiera la representan. El caso de Stevenson es de interés porque él mismo ha declarado que soñó el relato y en este caso la elaboración inconsciente es más patente y el origen del relato también más visible. En algunas ocasiones la figura del doble está velada o enmascarada por el autor de tal manera que no reconocemos su verdadero carácter. Sin embargo la mayoría de las historias sobre el doble pertenecen a las novelas cortas o cuentos cortos. De alguna manera los cuentos se prestan mejor a la figura del doble. No obstante algunas novelas memorables sobre el doble son:

1. Los elíxires del diablo (E.T.A. Hoffmann)

2. El doctor Jekyll y el señor Hyde (R.L. Stevenson)

3. El rincón feliz (H. James)

4. El retrato de Dorian Grey (O. Wilde)

5. El Doble (F. Dostoievsky)

6. El cómplice secreto (J. Conrad)

7. Aura (C. Fuentes)

8. El hombre duplicado (J. Saramago)

9. Yo no soy Stiller (Max Frisch)

10. El difunto Matías Pascal (Luigi Pirandello)

11. El estudiante de Praga (H.H. Ewers)

Todas estas novelas son obras maestras y el relato de Stevenson puede ser la gran obra maestra del género. Acaso en el futuro se pueda hacer una colección sobre las novelas de El Doble y comentar su estructura y su origen y lo que representan para la literatura. En el entretanto me gustaría comentar dos novelas sobre el doble. Aura, de Carlos Fuentes, es una novela en un universo cerrado. La acción transcurre en una casa del viejo casco histórico de la Ciudad de México, laberíntica y desolada. El narrador se presenta a la casa por un anuncio en el periódico. En ese espacio opresivo encuentra sucesivamente a dos mujeres: una joven y una vieja. Nunca las observa juntas. Aquí, el doble no es el doble del narrador sino el de las mujeres. La ambigüedad de la narración es su principal virtud, ya que las mujeres desdobladas pueden existir en la realidad o más probablemente sólo en la mente del narrador. Una novela ambigua y enigmática de Fuentes que, a pesar de su tamaño, destaca como una de sus mejores obras.

Stiller es una novela del escritor suizo Max Frisch. Ha sido traducida al castellano como Yo no soy Stiller. Con esta frase comienza la obra (Ich bin nich Stiller) y el protagonista la sigue repitiendo a lo largo de la novela. No obstante su enconada negativa lo reconocen su mujer, su hermano y sus amigos. Stiller habla perfectamente alemán y el dialecto suizo–alemán. Incansablemente alega que él no es Stiller sino Jim White, un aventurero norteamericano que ha pasado gran parte de su vida en México. A su carcelero le cuenta su vida en el desierto, en el despiadado Bowery de Nueva York, en Oaxaca, en Xochimilco, en Orizaba. A su vez su mujer le cuenta a él su vida en Zürich cuando estaba casado con ella. Dos vidas distintas, dos memorias paralelas. El hombre a quien todos reconocen como Stiller niega sinceramente ser ese evidente personaje. Stiller puede tener un trastorno disociativo de la identidad, ser un impostor, o realmente ser otro. Como es usual en las narraciones sobre el doble la incertidumbre o la solución del enigma se transfiere al lector.

 

CUENTOS SOBRE EL DOBLE

Hay escritores que han escrito varios cuentos del doble. E.T.A. Hoffmann es uno de ellos. Edgar Allan Poe, Stevenson, Hawthorne, Ambrose Bierce, Cortázar, Borges, son otros. La mayoría de los autores han escrito un sólo cuento con el tema. El tema del doble ha fatigado la narrativa y enardecido la imaginación de los lectores. Obviamente existen otros muchos cuentos, relatos, poemas y ensayos en los cuales el tema del doble aparece en forma principal o tangencial y que no han sido considerados en esta antología. Particularmente no se han incluido de manera suficiente autores españoles contemporáneos. Hemos tratado de privilegiar algunos autores latinoamericanos y también algunos otros hasta ahora no reconocidos como escritores de este género.

El doble simplemente puede ser el que encarne todo lo malo que tenemos dentro de nosotros y que no podemos aceptar. El doble puede ser también el que encarne todo lo bueno que tenemos dentro de nosotros y no podemos aceptar. Este es el tema de William Wilson y también del doctor Jekyll y el señor Hyde. Es quizá también el caso de El retrato de Dorian Gray y El Horla. El doble es terrible en su persecución. No da tregua ni respiro. El doble de Borges y yo es el reconocimiento humilde que ha ido por la vida con una máscara. El doble de Una flor amarilla es el mismo Cortázar pero más joven y pleno de posibilidades. El doble de Un rincón feliz, es el propio Henry James de joven y quien él hubiera sido si no hubiese emigrado a Inglaterra. Es el mismo narrador que se ha quedado en Nueva York y pudo haber vivido una vida diferente de la que James vivió en Inglaterra. También el doble de Rafael Pérez Gay es el mismo pero más joven. Ahí el tema se invierte: el doble de mayor edad considera su vida echada a perder por la inevitabilidad de la vida cotidiana. En otros cuentos el doble no es el doble del narrador sino el doble de otra persona. Una mujer aparece duplicada: una mujer joven y una vieja son una y la misma, como en Aura; una mujer odiada se convierte en la mujer querida como en Ligeia, un amigo que no se ha visto en mucho tiempo se ha convertido en un hombre diferente como en Visita a la tumba, de Edgar Allan Poe. En Algo pasó sobre el Río del Búho, Ambrose Bierce deja a su personaje vivir intensamente, desdoblado, unos segundos antes de morir.

He comprobado que la mayoría de los escritores que conozco recuerdan perfectamente bien los cuentos con el tema del doble y no así los cuentos con otros temas. ¿Cuál es la razón de esta preferencia? ¿Por qué el tema del doble ha sido preferido por autores y lectores a lo largo del tiempo? En última instancia me pregunto a mí mismo por qué el tema del doble me ha sido de interés infatigable. ¿Es que toca un tema universal? ¿Es el doble un verdadero fantasma de todos los seres humanos? ¿Es el doble un gran mito creado por el cerebro humano? La lectura y la relectura de estos cuentos me ha planteado diversas preguntas. Sospecho que toca el corazón de la elección del tema en la narrativa y también que toca lo más íntimo del Yo del narrador. La apabullante conclusión es que los cuentos del doble tocan una fibra sensible de todos los seres humanos; en estos cuentos siempre se encuentra algo de uno mismo. ¿Tenemos todos un doble? Si tenemos un inconsciente o tenemos un alma la respuesta a esta pregunta es indudablemente positiva.

Poe tenía razón cuando decía que un cuento debía ser calculado para causar un efecto. Este efecto puede ser de ansiedad, de terror, de extrañeza, de felicidad, a veces de perplejidad. La extrañeza es quizá el efecto más impactante que puede ocasionar una narración. Harold Bloom considera que la extrañeza es el carácter más importante que una narrativa puede tener. ¿Por qué? Los cuentos del doble no se perciben como inverosímiles. No apelan a la suspensión temporal de la incredulidad (temporal suspension of disbelief, de Coleridge) que es la principal característica que el lector asume en la lectura de los cuentos fantásticos. Creo, de hecho, que son un género propio aunque muy cercanos a los cuentos de terror.

 

POEMAS, ENSAYOS, PELÍCULAS Y COMICS SOBRE EL DOBLE

Vale la pena mencionar que existen innumerables películas sobre el doble. La novela de Stevenson ha sido filmada muchas veces. El estudiante de Praga, de Paul Wegener, es la película canónica sobre El Doble; otras películas incluyen La doble vida de Veronique, de Kieslovsky; Ese oscuro objeto del deseo, de Luis Buñuel; In a clear day you can see forever, de Barbra Streisand; El pasajero, de Michelangelo Antonioni. El profesor chiflado, de Jerry Lewis, actualiza el tema del elíxir mágico y otros muchos filmes dan fe del interés sobre el doble en la narrativa cinematográfica.

Existen también muchos Comics sobre el doble. El doble de Superman es Clark Kent; mediocre y resignado periodista enamorado de la mediocre y resignada Louisa Lane. Ella nunca sospecha, inverosímilmente, de la doble personalidad del súper. El doble de Batman es Bruno Díaz, al parecer un rico inútil aficionado a los carros extravagantes. Los grandes héroes de los comics incluyendo a la mujer maravilla y al hombre araña tienen dobles que más o menos corresponden al man next door. Esto refuerza la tesis de Otto Rank de que el doble representa también al héroe primitivo. En los comics el doble como héroe aparece en su más transparente expresión.

Los poemas sobre el doble constituyen un vasto campo inexplorado. Acuciosos lectores encontrarán seguramente otros muchos poemas sobre el doble de los que he reunido aquí. Se ha dicho que Gilgamesh, acaso el primer poema escrito por los seres humanos, es sobre un doble (su hermano gemelo Enkidu).

Los ensayos sobre el doble también han sido poco estudiados y son un campo fascinante. Existen dos textos clásicos sobre el doble: el de Otto Rank y el de Sigmund Freud. El de Otto Rank es el más antiguo y sobre el que Freud basó su artículo sobre lo siniestro. El artículo de Otto Rank fue inspirado por la película de Paul Wegener El estudiante de Praga y por la ópera de Mozart y Lorenzo Da Ponte, Don Giovanni. También existen dos ensayos de sendos connotados médicos y escritores que se han interesado profundamente sobre este tema: El hombre de los espejos, de Héctor Pérez–Rincón, y Los desposeídos, de Jesús Ramírez Bermúdez.

 

EL MITO DEL DOBLE

El texto de Otto Rank sobre el doble (El Doble y Don Juan) tiene el doble mérito de ahondar en la psicopatología del fenómeno y en su revelación como uno de los grandes mitos generados por las ilusiones humanas. Es un mito tan importante como el de Don Juan y el del Doctor Fausto. El doble sólo existe, como dijo irónicamente Cortázar, porque creemos en la inmortalidad.

Freud reconoce en el doble uno de los grandes ejemplos de lo siniestro en la vida cotidiana.

El primero que habló de la extrañeza en un texto literario fue Sigmund Freud. En su artículo sobre Lo siniestro analizó el cuento El hombre de arena, de E.T.A. Hoffmann, y declaró que en este cuento el elemento extraño era lo siniestro. Vale la pena detenerse en sus reflexiones por el valor que pueden tener para la literatura en general y para la ficción en particular. Freud astutamente arguye que lo extraño no es algo que ocurre fuera del contexto de la vida cotidiana, sino que es encontrado dentro de lo familiar, de lo común de la vida. Refuta primero a H. Henscht que compara lo siniestro o extraño con lo insólito. Freud llamó a esta sensación de extrañeza Unheimlich. Lo familiar es Heimlich. Lo Unheimlich es lo extraño que ocurre dentro de esta familiaridad. Otras lenguas como el inglés tienen un nombre para esta sensación: uncanny. Este último nombre tiene también una gran riqueza connotativa. De hecho Freud encuentra varias palabras en francés, en latín y en español que se refieren a lo extraño. La palabra castellana quizás más aproximada es "lo inquietante" o "la inquietante extrañeza". La interpretación de Freud es que la sensación de extrañeza ocurre porque despierta fantasmas inconscientes reprimidos desde la infancia. El escritor es una persona que tiene acceso momentáneo al inconsciente y puede traerlo a la conciencia. Puede quedar dañado o salir indemne de este buceo interno. Si los cuentos del doble pertenecen al género del terror es acaso porque tienen esta cualidad. Quizá uno de los fantasmas infantiles que mayor relación tienen con el tema del doble es lo que Freud llamó la novela familiar y que vinculó al complejo de Edipo. El concepto de la novela familiar implica que el niño o niña de alrededor de los seis o siete años imagina que fue abandonado y recogido; que sus verdaderos padres fueron otros y que él o ella tiene padres distintos y por lo tanto una identidad distinta. A veces piensa que sus padres fueron personas de un mayor nivel económico o cultural. Percibe a sus padres como extraños y él mismo se siente diferente. Estos pensamientos y sentimientos son reprimidos pero pueden volver en circunstancias propicias.

El tema del doble recupera estos sentimientos de la infancia largamente olvidados y bruscamente recuperados. Cuando Edgar Allan Poe fue acusado con gran injusticia de copiar a E.T.A. Hoffmann, diciéndole que el horror venía de Alemania, contestó que el horror venía del alma. Hay que recordar que Poe sí fue un niño adoptado. E.T.A. Hoffmann fue el hijo de un matrimonio desgraciado. Cuando contaba tres años, el padre se separó de su pequeña familia y jamás volvió a ella.

En su artículo Lo siniestro, de 1919, Freud analiza después del sentimiento de lo extraño y siniestro el problema del doble como el tipo de relato que produce con mayor intensidad la sensación de extrañeza. Menciona que Otto Rank escribió un texto sobre el tema. Piensa que el tema da para más y expone sus puntos de vista. Rank analizó el tema del doble partiendo del relato de H.H. Ewers y después hecho película por Paul Wegener: Der Student von Prag (El estudiante de Praga). El protagonista ha prometido a su novia que no matará a su adversario en un duelo. Dirigiéndose al lugar en el cual debe efectuarse el lance se encuentra con el doble, quien le comunica que acaba de dar cuenta de su rival y le muestra la espada ensangrentada. Este texto ha sido poco estudiado a lo largo de los años.

Freud empieza diciendo que él ha tenido pocas veces el sentimiento o sensación de lo siniestro. Sin embargo más adelante se contradice y relata que en un viaje a Italia se perdió en una parte poco recomendable de la ciudad (zona de prostitutas) y por más esfuerzos que hacía siempre regresaba al mismo lugar. Esta repetición le ocasionó un sentimiento de extrañeza muy grande. Esta recurrencia de los temas es fundamental para la comprensión de la mente humana.

El tema del doble aparece tempranamente en la psique humana. Es antes que nada una defensa contra la muerte. El tema revela la creencia generalizada dentro de la psique humana que dentro de nuestro cuerpo habita un alma inmortal. El miedo a los muertos se basa en esta creencia. Todavía están vivos en algún lado. Por eso lo siniestro aparece en relación a los muertos y a la muerte. Freud declara que otros temas siniestros son la ceguera, la omnipotencia del pensamiento, "los miembros separados, una cabeza cortada, una mano desprendida del brazo... pies que danzan solos... la epilepsia y la demencia". Tales fenómenos aparecen en los sueños. "Nada tenemos que decir de la soledad, del silencio y la oscuridad, salvo que éstos son realmente los factores con los cuales se vincula la angustia infantil. Jamás extinguida totalmente en la mayoría de los seres".

 

PSICOPATOLOGÍA DE EL DOBLE

El doble como liberación y el Yo del narrador

Uno de los grandes problemas del ser humano es su identidad. Muchos hombres y mujeres se sienten atrapados en su Yo y en su cuerpo. Algunos, como el poeta Cavafis, se han dado cuenta que uno arrastra su miserable Yo a dondequiera que vaya, los viajes son una ilusión. Así, para algunos autores la creación de un doble es una verdadera liberación, un gran acto de libertad. Es la posibilidad de regresar a la infancia, a la adolescencia o a la juventud, como en los textos de Borges, de Cortázar, de Papini. Es la posibilidad de vivir otra vida, como en la novela de Max Frisch Yo no soy Stiller. Es la posibilidad de corregir el pasado como en El regreso a la burbuja o Una flor amarilla. Es la posibilidad de volver a ser joven como El difunto señor Elvesham, de H.G. Wells. Es la posibilidad de castigarse a uno mismo por todo lo malo que piensa que ha hecho como en El extraño caso del doctor Jekyll y el señor Hyde, William Wilson o El horla. El Yo del narrador se revela en los textos de el doble. El mecanismo duplicativo la mayoría de las veces se impone al narrador. Otras veces, acaso la mayoría, el narrador sabe que su destino es inventar otros protagonistas que son hipóstasis de sí mismo. Este fenómeno psicológico acaso sea la causa de la elección de la narrativa o del arte como destino. A todos, en algún momento, se nos ha revelado que tenemos un doble. A veces lo encontramos en el supermercado, en la escuela primaria, en el autobús de la ruta 95 de París, en el hotel Hacienda, de regreso a la ciudad natal, en el exilio, en la vejez al lado del río Charles. Lo contemplamos la mayoría de las veces con odio, otras con perplejidad y pocas veces con felicidad o ternura. El otro puede ser una alimaña persecutoria a quien tratamos de enterrar o puede ser aquél que fuimos y odiamos, o el que nos gustaría haber sido, con aquellas virtudes que nadie tiene. En otras ocasiones nos damos cuenta de que el otro tiene un doble: que la persona que creíamos que era no lo es más o inclusive que ha cambiado de un modo sutil, física o mentalmente. A veces el otro es un retrato externo que se descompone por la vida crapulosa. Casi siempre el doble es malo aunque puede ser uno mismo de joven, más guapo o inteligente con las oportunidades que uno no tuvo.

Los escritores con frecuencia tienen varios dobles. La mayoría hacen cosas que no puede hacer el escritor en la vida cotidiana dedicada a trabajar, copular, hacer política y amistades. De hecho la escritura es un ejercicio de doblez; el que se sienta frente a la máquina de escribir o la computadora es otro. Vamos por la vida con un doble adentro y a veces también con uno afuera. La narración con sus diferentes puntos de vista es un magnífico ejercicio de enmascaramiento. El otro es una máscara y al mismo tiempo uno también es una máscara.

 

EL DOBLE EN LAS PSICOSIS DELIRANTES CRÓNICAS

La autoscopía es un fenómeno alucinatorio que existe en las psicosis alucinatorias crónicas. Los textos de Ramírez Bermudez y de Pérez–Rincón hablan sobre este fenómeno que fue investigado por primera vez en el cine en El estudiante de Praga. El doble punitivo y vengador es posible que sea un trastorno delirante crónico con un gran componente paranoide. En la paranoia el enfermo se convierte en perseguidor–perseguido. Sólo puede uno acabar con el implacable perseguidor matándolo y matándose a sí mismo.

Los síndromes de falsa identificación ya sean de sí mismo o de los otros (misidentification síndromes) constituyen un grupo fascinante de trastornos que han sido poco explorados en la literatura y en el cine. El delirio de grandeza y de creerse un gran personaje se observa en las psicosis paranoides y en los episodios de manía. El cuento de Gogol es la casi intolerable descripción en primera persona de uno de estos casos. El delirio de estar muerto, llamado síndrome de Cotard, es explorado de manera enigmática por Sergio Pitol en su relato Victorio Ferri cuenta un cuento. El delirio de ser un héroe reivindicativo es acaso el delirio de Don Quijote. El delirio de ser amado por una gran persona constituye la erotomania de Clérambault. Este delirio es probablemente muy común en estos tiempos, donde las llamadas celebrities por los medios norteamericanos son acosadas por individuos que las vigilan sigilosamente (stalkers) y que en ocasiones terminan matándolas. El síndrome de Capgras es la idea delirante de que el ser amado ha sido secretamente suplantado y ahora es un impostor. El síndrome de Fregoli representa la idea de que el ser amado está escondido en el alma de todos los hombres o mujeres.

La disociación de la identidad en donde cada uno tiene una personalidad perfectamente bien elaborada y distinta (dissociative identity disorder or multiple personality disorder) es acaso el tema de la novela de Max Frisch Yo no soy Stiller y de los heterónimos de Pessoa.

 

EL IMPOSTOR Y EL DOBLE

El impostor, estrictamente hablando, no es un doble; deliberadamente trata de hacerse pasar por otro. Es realmente un actor. El impostor inverosímil Tom Castro, de J.L. Borges, relata la historia de un hombre obeso y epiceno y de baja condición social que se hace pasar por el hijo perdido de una madre desolada y deseosa de ver nuevamente a su hijo. Ella inmediatamente lo reconoce a pesar de que el hijo perdido era muy diferente: delgado y de alto nivel intelectual. Existe toda una literatura sobre el impostor que es claramente diferente de la literatura de el doble. Una de las obras literarias más interesantes sobre el discreto encanto del impostor es la obra de Thomas Mann Confesiones del estafador Felix Krüll.

En esta época del Internet y de la globalización informativa los impostores son legión y representan un problema criminal que es muy probable que crezca. La simulación y el engaño son sus armas. La principal actividad del impostor es la estafa.

 

EL DOBLE Y EL YO DEL NARRADOR

Es evidente que el narrador asume consciente o inconscientemente diversas identidades. Puede narrar desde la perspectiva de un niño o niña, de una mujer, de un adolescente o de un criminal. Para narrar con sinceridad se debe convertir en ese personaje. Esta es la gran libertad del narrador. Se ha hablado mucho que el narrador es un mentiroso que dice verdades que otros no dicen o que no ven. La libertad del narrador es su imaginación y la posibilidad de ponerse en el lugar del Otro. Su instrumento de trabajo es la empatía y la posibilidad de identificarse con otras personas. El altruismo y la generosidad están tal vez en la base de la ficción. Los seres humanos siempre han querido escuchar a los narradores y a sus historias. Eso indica que a la mayoría de los seres humanos les interesa y entretiene escuchar ajenas historias y ponerse también en la piel del Otro. El Yo del narrador, del fabulador, y el intento de salir de la cárcel del Yo, es su fortuna y su condena. Y esa escasa libertad no es poca.

 

NOTA

* Conferencia Magistral dictada el 14 de octubre de 2011, dentro de la XXVI Reunión Anual de Investigación del Instituto Nacional de Psiquiatría Ramón de la Fuente.

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