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Revista mexicana de fitopatología

versão On-line ISSN 2007-8080versão impressa ISSN 0185-3309

Rev. mex. fitopatol vol.40 no.2 Texcoco Mai. 2022  Epub 03-Out-2022

https://doi.org/10.18781/r.mex.fit.2111-2 

Notas Fitopatológicas

Efectividad de desinfectantes en la transmisión del Tomato brown rugose fruit virus (ToBRFV) en plantas de tabaco

Cinthia Iraís Rodríguez-Díaz1 

Erika Janet Zamora-Macorra1  * 

Daniel Leobardo Ochoa-Martínez2 

Ramiro González-Garza3 

1 Universidad Autónoma Chapingo, Km 38.5, carretera México-Texcoco, Chapingo, Estado de México , México, C.P. 56230;

2 Fitosanidad- Fitopatología, Colegio de Postgraduados, Km 36.5 Carretera México-Texcoco, Montecillo, Texcoco, Estado de México , México, C.P. 56230;

3 BioCiencia S.A. de C.V. Agustín Melgar 2317 Norte, colonia Monterrey, Nuevo León, México Reforma, México. C.P. 64550.


Resumen.

La importancia del Tomato brown rugose fruit virus (ToBRFV) en el cultivo de jitomate y pimiento ha creado la necesidad de investigar y probar alternativas para su manejo, por lo que el objetivo del presente estudio fue evaluar la efectividad del hipoclorito de sodio, alcohol etílico, sales cuaternarias de amonio, jabón líquido y leche en polvo disuelta en agua, aplicados por aspersión e inmersión en navajas infestadas con ToBRFV e inoculadas sobre Nicotiana rustica y N. benthamiana. Se utilizó un diseño completamente al azar con cinco repeticiones y la unidad experimental fue el área de una hoja de tabaco delimitada por un rectángulo, la variable respuesta fue el número de lesiones locales/cm2 (LC/cm2). Se utilizó un análisis no paramétrico y una prueba de Kruskal Wallis de comparación de medias para evaluar los tratamientos, encontrando diferencias significativas (Ji<.0001). El hipoclorito de sodio (aspersión) y la posterior aplicación de la leche evitaron la aparición de lesiones locales y la transmisión del ToBRFV. Mientras que los peores tratamientos fueron el alcohol etílico (inmersión) con un promedio de 12 LC/cm2 y las sales cuaternarias de amonio (inmersión) con 3.22 LC/cm2. El resto de los tratamientos redujeron significativamente el número de LC/cm2 (<1), pero no evitaron la aparición de síntomas sistémicos en las plantas inoculadas.

Palabras clave: Tobamovirus; leche; hipoclorito de sodio; manejo preventivo; aspersión; inmersión

Abstract.

The importance of the Tomato brown rugose fruit virus (ToBRFV) in the tomato and pepper crops in the world has created the need to investigate and test alternatives for its management. Preventive tactics are the best option to manage a viral disease, so the objective of this study was to evaluate the effectiveness of sodium hypochlorite, ethyl alcohol, quaternary ammonium salts, liquid soap and milk powder dissolved in water, applied by spraying and immersion of razor blades infested with the virus and inoculating mechanically on Nicotiana rustica and N. benthamiana leaves. A completely randomized design with five repetitions was used and the experimental unit was the area of ​​a tobacco leaf delimited by a rectangle, and the response variable was the number of local lesions/cm2 (LL/cm2). A non-parametric analysis and a Kruskal Wallis test for comparison of means were used to evaluate the treatments, and significative differences were found (Ji<.0001). Sodium hypochlorite (spraying) and the subsequent application of milk prevented the appearance of local lesions and the transmission of ToBRFV. While the worst treatments were ethyl alcohol (immersion) with an average of 12 LL/cm2, and quaternary ammonium salts (immersion) with 3.22 LL/cm2. The rest of the treatments significantly reduced the number of LL/cm2 (<1), but did not prevent the appearance of systemic symptoms in the inoculated plants.

Key words: Tomabovirus; milk; sodium hypochlorite; preventive management; spraying; immersion

El cultivo del jitomate (Solanum lycopersicum) es una hortaliza de importancia mundial por su consumo en fresco y procesados. En 2019 se cosecharon 243 635 433 toneladas a nivel mundial (FAO, 2021; Foolad y Panthee, 2012). Sin embargo, en años recientes su producción se ha visto reducida por el Tomato brown rugose fruit virus (ToBRFV), el cual fue reportado por primera vez en 2014 en Israel en plantas de jitomate (Luria et al., 2017) y en el 2015 en Jordania (Salem et al., 2016). A partir de esa fecha, el ToBRFV se ha detectado prácticamente en todos los países productores de jitomate (Cambrón-Crisantos et al., 2018, Menzel et al., 2019; Fidan et al., 2019; Skelton et al., 2019; Yan et al., 2019; Ling et al., 2019; Panno et al., 2019; Alkowni, 2019; EPPO, 2019a,b; MAA, 2020). En 2018 se detectó también en cultivos de pimiento en México (Cambrón-Crisantos et al., 2018) y a partir de 2020 se ha reportado en invernaderos de pimiento en Italia y Jordania (Salem, 2020; Panno, 2020a).

El ToBRFV es un tobamovirus con partículas en forma de varilla rígida, su genoma es de ARN de cadena sencilla de sentido positivo (+ssARN) y se compone de cuatro marcos de lectura abiertos (ORFs). El ORF1 y ORF2 codifican la ARN polimerasa-ARN dependiente; el ORF3 codifica la proteína de movimiento y el ORF4, de menor tamaño, codifica la proteína de cubierta (Luria et al., 2017). Este virus se transmite fácilmente de forma mecánica ya que sus partículas son muy estables, por lo que las labores culturales que impliquen manipular las plantas con herramientas o las manos, son la principal forma de diseminación en los invernaderos (Levitzky et al., 2019; Panno et al., 2020b). Además, se sabe que los abejorros (Bombus terrestris) son dispersores potenciales del ToBRFV durante la polinización (Levitzky et al., 2019) y en jitomate el virus tiene una baja transmisión por semilla (Salvatore et al., 2020).

Aunque la transmisión del virus de semilla a plántula sea baja, las prácticas de injerto, trasplante de plántulas y las diferentes labores culturales en general permitirán su rápida propagación (Salem et al., 2016). En condiciones experimentales de producción de jitomate bajo invernadero, se demostró que con una incidencia del 1.45% de plantas infectadas con ToBRFV al inicio del ciclo productivo, el manejo del cultivo favoreció la dispersión y en solo 4 meses el 80% de las plantas estaban infectadas, y para el fin del ciclo el 100% (Panno et al., 2020b). El manejo eficiente del ToBRFV requiere identificar y aplicar una combinación de prácticas fitosanitarias en cultivos protegidos, como el uso de material de propagación certificado, técnicas rápidas de diagnóstico y la eliminación de plantas infectadas, entre otras (Panno et al., 2020b). Una práctica cultural preventiva, continua y eficiente es desinfectar herramientas de corte para prevenir la transmisión mecánica de virus. De manera general, se recomienda que los desinfectantes utilizados sean: económicos, de disponibilidad inmediata, efectivos, confiables, inocuos para la gente, las plantas y el ambiente, de acción rápida (menos de un minuto), estables en las condiciones ambientales del invernadero, que su uso sea legal y con un amplio espectro (Chase, 2014). Con base en lo anterior, se realizó el presente estudio con el objetivo de evaluar el efecto de cinco desinfectantes en la infectividad del Tomato brown rugose fruit virus (ToBRFV), bajo condiciones de invernadero.

Esta investigación se llevó a cabo en el laboratorio e invernadero pertenecientes al Colegio de Postgraduados Campus Montecillo, Texcoco, Estado de México, durante el 2020.

Fuente de inóculo. El inóculo se obtuvo a partir de tejido foliar de jitomate (S. lycopersicum) positivo a ToBRFV mediante RT-PCR. Con el tejido se inoculó mecánicamente una planta de Nicotiana glutinosa y se formaron lesiones locales necróticas. Una de estas lesiones locales se cortó y con ella se inoculó una segunda planta de N. glutinosa; este último proceso se repitió dos veces. Una lesión local de la cuarta planta de N. glutinosa se utilizó para inocular una planta de jitomate y 30 días después se analizó mediante RT-PCR para verificar la presencia del ToBRFV. Posteriormente, se incrementó el inóculo para lo cual se maceraron 2 g de hojas de jitomate infectadas con ToBRFV en buffer de fosfatos pH 7.0. El macerado se frotó con un hisopo sobre las primeras dos hojas verdaderas de tres plántulas de jitomate previamente espolvoreadas con carborundum 400 mallas. Posteriormente, las hojas inoculadas se enjuagaron con agua destilada estéril. Las plantas se inspeccionaron visualmente cada 24 horas hasta la aparición de síntomas sistémicos típicos del ToBRFV.

Análisis por RT-PCR de la fuente de inóculo. La infección del ToBRFV en las plantas inoculadas se verificó mediante RT-PCR. Para ello, se extrajo el ARN total a partir de 0.1 g del material vegetal. Se utilizó Trizol® siguiendo la metodología descrita por Jordon-Thaden y colaboradores (2015), usando nitrógeno líquido como disruptor de membranas. La calidad y cantidad del ARN extraído se verificó y cuantificó con un Nanodrop 2000®. El ARN total se ajustó a 300 ng µL-1 y se utilizó 1 µL para realizar RT-PCR con los oligos y protocolos descritos por Cambrón y colaboradores (2018). Los productos de RT-PCR se cargaron en un gel de agarosa al 1.5% y se realizó electroforesis. Se verificó bajo luz UV que los fragmentos estuvieran dentro del peso esperado (450 pb) y se purificaron con EXO-SAP® siguiendo las instrucciones del fabricante. Los productos purificados se enviaron a secuenciar a Macrogen, Corea. Como control positivo se utilizó ARN proveniente de plantas infectadas con ToBRFV existentes en el banco de virus del Laboratorio de diagnóstico integral fitosanitario. Como control negativo se utilizó agua destilada estéril para la reacción de RT-PCR.

Almácigos, trasplante y establecimiento de nicotianas. Se establecieron tres almácigos de N. benthamiana y N. rustica en recipientes de plástico de 1 L con vermiculita como sustrato. Se sembraron al voleo semillas de cada una de las especies y se selló la superficie con hule para emplayar. El almácigo de N. rustica se colocó en un lugar soleado, para tener mayor porcentaje de germinación, mientras que el de N. benthamiana se mantuvo en completa oscuridad hasta la emergencia de las plántulas. Cuando las plántulas presentaron dos hojas verdaderas, se trasplantaron de tres a cuatro plántulas de cada especie vegetal en vasos de unicel de 1 L de capacidad con Peat moss como sustrato, previamente esterilizado, y se colocaron en jaulas para evitar la presencia de insectos putativos vectores de otros virus. A las seis semanas se realizó el raleo, dejando sólo dos plantas vigorosas y desarrolladas.

Bioensayos

Preparación de las plantas de tabaco y fuente de inóculo. Cuando las plantas de nicotiana presentaron cinco hojas completamente desarrolladas se seleccionaron 2 o 3 hojas del estrato medio y en cada una de ellas se marcó un rectángulo con un marcador de tinta indeleble y se midió la base y altura con ayuda de una regla para obtener así el área. La unidad experimental fue el área delimitada por el rectángulo marcado y por cada tratamiento evaluado (Cuadro 1), se utilizaron cinco rectángulos. Cada hoja fue etiquetada con números progresivos. Inmediatamente después se preparó un macerado de tejido infectado de ToBRFV en buffer de fosfatos pH 7.0, y el macerado se dividió en partes iguales para inocular N. rustica y N. benthamiana, respectivamente.

Desinfección de navajas e inoculación mecánica. Las áreas marcadas de las hojas a inocular se espolvorearon con carborundum 400 mallas y la navaja estéril se sumergió durante cinco segundos en el macerado de la fuente de inóculo o en macerado vegetal sano. Posteriormente, se sumergió la navaja de bisturí en un vaso de precipitado estéril con el tratamiento correspondiente (Cuadro 1) durante 30 segundos (inmersión) o se asperjó con ayuda de un atomizador por ambas caras de la navaja (aspersión), e inmediatamente después se frotó la superficie del rectángulo marcado en la hoja con la navaja. En el caso de las hojas tratadas simultáneamente con hipoclorito de sodio y leche, primero se sumergió o asperjó con hipoclorito de sodio e inmediatamente después con la leche. Como testigo positivo, se utilizó una navaja que se sumergió o asperjó solo con agua destilada estéril después de ser sumergida en el macerado infectivo. Como testigo negativo, la navaja fue sumergida en el macerado de una planta sana y posteriormente sumergida o asperjada con agua destilada estéril. Las hojas inoculadas se enjuagaron con agua estéril para eliminar el carborundum. Para cada tratamiento evaluado, se utilizaron diferentes navajas estériles.

Cuadro 1 Tratamientos evaluados como desinfectantes para evitar la transmisión mecánica del Tomato brown rugose fruit virus en plantas de N. rustica y N. benthamiana 

Tratamiento Concentración (%) Aplicación
Hipoclorito de sodio 3a, b Aspersión
Hipoclorito de sodio 3a, b Inmersión
Leche en polvo (Svelty®) 6 a, b Aspersión
Leche en polvo (Svelty®) 6 a, b Inmersión
Alcohol etílico 70a y 96b Aspersión
Alcohol etílico 70a y 96b Inmersión
Sales cuaternarias de amonio 0.4a y 2b Aspersión
Sales cuaternarias de amonio 0.4a y 2b Inmersión
Jabón líquido comercial 18a y 7.5b Inmersión
Jabón líquido comercial 7.5 b Aspersión
Hipoclorito de sodio y leche en polvo (Svelty®). 3 y 6 a, b Aspersión
Hipoclorito de sodio y leche en polvo (Svelty®). 3 y 6 a,b Inmersión
Agua destilada estéril (Testigo positivo) No aplica Aspersión
Agua destilada estéril (Testigo positivo) No aplica Inmersión
Agua destilada estéril (Testigo negativo) No aplica Aspersión
Agua destilada estéril (Testigo negativo) No aplica Inmersión

a= Concentración probada en Nicotiana rustica.b= Concentración probada en N. benthamiana.

Evaluación y análisis de datos. Las lesiones locales cloróticas en el rectángulo delimitado en cada hoja (lesiones locales/cm2 =LC/cm2) se contabilizaron desde los cinco días después de la inoculación (ddi) y hasta los 8 ddi. Las plantas utilizadas para los tratamientos se mantuvieron en el invernadero hasta su floración para registrar la aparición de síntomas sistémicos. Con las LC/cm2 se realizó un análisis no paramétrico de comparación de medias mediante una prueba de Kruskal Wallis, se consideró un α≤0.05 para la significancia estadística. Los datos fueron analizados en el programa de JMP de SAS®.

Las plantas de jitomate utilizadas como fuente de inóculo amplificaron el fragmento esperado de 450 pb y su secuencia tuvo una similitud del 95% con Tomato brown rugose fruit virus isolate CA18-01 (Sequence ID: MT002973.1).

Bioensayos. Para N. rustica, la prueba de Kruskal Wallis mostró diferencia significativa entre los tratamientos (Ji< 0.0001). Los mejores fueron el hipoclorito de sodio al 3% seguido de la leche en polvo tanto en inmersión como asperjado. Estos dos tratamientos se comportaron igual al testigo negativo (Cuadro 2). El tratamiento con el mayor número de LC/cm2 fue el alcohol etílico al 70% en inmersión, con valores superiores a los del testigo positivo (Cuadro 2). El hipoclorito de sodio y la leche en polvo, aplicados de manera individual, tuvieron una reducción del 99 al 96% del número de lesiones locales, respectivamente, con relación al testigo positivo; mientras que el jabón líquido en inmersión y el alcohol etílico al 70% en aspersión, redujeron la aparición de lesiones locales en 85 y 83%, respectivamente. En el caso de las sales cuaternarias de amonio se tuvo una reducción en el número de lesiones locales del 30%.

Cuadro 2 Medias y desviación estándar del número de lesiones locales/cm2 obtenidas en hojas de Nicotiana rustica y N. benthamiana de cada desinfectante evaluado 

Tratamiento Concentración (%) Aplicación Nicotiana rustica Nicotiana benthamiana
Media Desviación estándar Media Desviación estándar
Agua - Testigo negativo No aplica Aspersión 0 0 0 0
Agua - Testigo negativo No aplica Inmersión 0 0 0 0
Hipoclorito de sodio y leche en polvo 3 y 6y, z Aspersión 0 0 0 0
Hipoclorito de sodio y leche en polvo 3 y 6y, z Inmersión 0 0 0.04 0.05
Leche en polvo 6y, z Inmersión 0.05 0.06 0.7 1.18
Hipoclorito de sodio 3y,z Inmersión 0.27 0.31 0.32 0.66
Hipoclorito de sodio 3y,z Aspersión 0.32 0.32 0.06 0.09
Leche en Polvo 6y,z Aspersión 0.38 0.3 0 0
Jabón líquido comercial 18y y 7.5 z Inmersión 0.73 0.63 0.48 0.32
Jabón líquido comercial 7.5z Aspersión -- -- 0.14 0.22
Alcohol etílico 70 y y 96 z Aspersión 0.79 0.4 2.04 1.52
Sales cuaternarias de amonio 0.4 y y 2 z Aspersión 2.49 2 0 0
Sales cuaternarias de amonio 0.4 y y 2 z Inmersión 3.22 2.16 0.16 0.19
Agua - Testigo positivo No aplica Inmersión 3.44 1.89 1.7 1.45
Agua - Testigo positivo No aplica Aspersión 4.78 1.46 9.64 3.16
Alcohol etílico 70 y y 96 z Inmersión 12.03 11.66 1.42 0.88

y= Concentración probada en Nicotiana rustica.z= Concentración probada en N. benthamiana.

Para N. benthamiana, la prueba de Kruskal Wallis mostró diferencias significativas entre los tratamientos (Ji< .0001). El hipoclorito de sodio al 3% seguido de la leche en polvo, la leche en polvo y las sales cuaternarias de amonio, aplicados por aspersión, fueron los tratamientos con menos lesiones locales que se comportaron igual que el testigo negativo. Caso contrario, el alcohol etílico al 96% tuvo el mayor número de lesiones locales, pero por debajo del testigo positivo (Cuadro 2).

El hipoclorito de sodio al 3% aplicado por aspersión redujo en un 99% las LC/cm2, mientras que su aplicación en inmersión redujo el 94%, comparado con el promedio del testigo positivo. El jabón líquido comercial aplicado por aspersión e inmersión redujo en 91 y 97%, respectivamente, el número de LC/cm2. La leche en polvo aplicada por inmersión redujo en 87% la aparición de LC/cm2. De manera general, se observó que la aplicación por aspersión fue más efectiva que por inmersión. Probablemente el efecto que tiene la presión con la que sale disparado el tratamiento del propio aspersor, favorezca la “limpieza” de la navaja y se eliminen más partículas virales.

En N. benthamiana y N. rustica las lesiones locales cloróticas aparecieron entre los cuatro y seis días después de la inoculación. Posteriormente, las lesiones cloróticas se necrosaron y coalescieron (Figura 1 y 2). La aparición de síntomas sistémicos (clorosis severa y mosaico) se registró a los 15 ddi en los tratamientos cuyo número de LC/cm2 fue mayor y en las plantas tratadas que tuvieron menos LC/cm2 se registró la aparición de síntomas entre los 20 y 23 ddi. Solamente en los tratamientos que tuvieron 0 LC/cm2, incluyendo los testigos negativos, no se observaron síntomas sistémicos.

Figura 1 Lesiones locales cloróticas y necróticas en hojas de Nicotiana rustica (flechas) ocasionadas por ToBRFV después de 13 días de la inoculación con navajas tratadas con diferentes desinfectantes. 

Las dosis de las sales cuaternarias de amonio aplicadas en los tratamientos de la presente investigación exceden la recomendada por el fabricante como “viricida” (0.5 L/400 L de agua =0.125%); sin embargo, no logró evitar la aparición de lesiones locales ni de síntomas sistémicos. Si bien el espectro de acción de los compuestos de amonio cuaternario es muy amplio presentando actividad desinfectante sobre bacterias y hongos, se sabe que funciona mejor en virus envueltos en una capa lipídica (Diomedi et al., 2017). Tanto las sales cuaternarias de amonio como el alcohol etílico son ampliamente recomendados para eliminar virus; sin embargo, en este estudio y en el realizado por Chanda y colaboradores (2021), los tratamientos con sales cuaternarias y alcohol no fueron efectivos para evitar la transmisión del ToBRFV, probablemente debido a la naturaleza de la cubierta proteica de los tobamovirus que carece de capa lipídica (Luria et al., 2017).

Figura 2 Lesiones locales cloróticas y necróticas en hojas de Nicotiana benthamiana (flechas) ocasionadas por ToBRFV después de 12 días de la inoculación con navajas tratadas con diferentes desinfectantes. 

Respecto al jabón, se ha documentado el efecto de detergentes en la estabilidad de los virus, y se sabe que depende ampliamente de su pH (Ward y Ashley, 1979) y de la conformación de la cubierta de la cápside. En virus con cubierta lipídica, como el SARS-CoV-2, el uso de jabones ha sido ampliamente recomendado (Welch et al., 2020). El ToBRFV carece de membrana lipídica, y aunque el jabón redujo el número de lesiones no evitó la aparición de síntomas sistémicos.

En el caso del hipoclorito de sodio al 3% es efectivo para evitar la transmisión de virus y no genera fitotoxicidad (Chanda et al., 2021). El cloro es uno de los desinfectantes de eficiencia intermedia ya que se inactiva drásticamente ante la presencia de materia orgánica (Vignoli, 2006). Por esta razón como tratamiento independiente, no es tan efectivo aplicado por inmersión de la herramienta debido a la acumulación de materia orgánica que se va generando en el recipiente y, si bien, aplicado por aspersión mostró buenos resultados, no impidió la aparición de síntomas sistémicos.

Recientemente se demostró que la lactoferrina fue efectiva para evitar la infección de ToBRFV y del Cucumber green mottle mosaic virus, ya que probablemente esta glicoproteína se una al receptor celular que utiliza el virus (Chanda et al., 2021). Es posible que las proteínas de la leche utilizadas en este trabajo tengan una función similar a la lactoferrina, la lisozima y la lactoperoxidasa, entre otras (Rodríguez et al., 2005) y, por tanto, se unan a los receptores celulares de la partícula viral, impidiendo que se adhiera a la célula hospedante y se desencadene el proceso de infección celular. Por otro lado, se ha demostrado que la aplicación de la leche sin grasa reconstituida puede ser muy efectiva para reducir la actividad del Tobacco mosaic virus sobre superficies vegetales, herramientas y ropa (Chase, 2014). Se ha visto que sumergir las herramientas en la leche no es efectivo, por lo cual debe asperjarse y que, en algunas ocasiones, el tratamiento puede funcionar hasta 10 días después de su aplicación, siempre y cuando no haya lavado (Chase, 2014). Sin embargo, el inconveniente de aplicarla directamente sobre las plantas es que puede favorecer el desarrollo de fumagina; además no existe algún lineamiento que permita o no el uso de leche para controlar virus (Chase, 2014).

Bajo las condiciones realizadas en esta investigación, el tratamiento que evitó la aparición de síntomas sistémicos en ambas especies de Nicotiana fue la combinación del hipoclorito de sodio al 3% y la posterior aplicación de leche (Svelty®) al 6%, cada uno contenido en recipientes individuales y asperjados por ambos lados de la navaja en el orden en que son mencionados. Es importante mantener en recipientes separados el hipoclorito de sodio y la leche, y aplicar primero el hipoclorito de sodio y después la leche, ya que la leche podría inactivar el efecto del hipoclorito de sodio. Es necesario estudiar si el hipoclorito al 3% actúa primero sobre los viriones y posteriormente, las proteínas de la leche inactivan las partículas virales infectivas que hayan quedado. También es importante corroborar si el hipoclorito de sodio al 3% y la leche al 6% tiene la misma efectividad sobre las herramientas de corte que se utilizan en los cultivos de chile o jitomate.

En conclusión, aunque la mayoría de los desinfectantes redujeron significativamente las lesiones locales, solo la aspersión de hipoclorito de sodio al 3% seguida de la aspersión de leche en polvo al 6% a la navaja, evitó la transmisión mecánica del Tomato brown rugose fruit virus en N. benthamiana y N. rustica.

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Recibido: 15 de Noviembre de 2021; Aprobado: 12 de Abril de 2022

* Corresponding author: erikazam@gmail.com.

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