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Acta poética

versão On-line ISSN 2448-735Xversão impressa ISSN 0185-3082

Acta poét vol.27 no.2 Ciudad de México Out./Nov. 2006

 

Reseñas

 

Memoria en construcción. Un debate por la justicia

 

Sandra Lorenzano

 

Marcelo Brodsky (coord.) El debate sobre la ESMA, Buenos Aires, La Marca Editorial, 2005.

 

1. Antes que nada. Antes que ninguna otra cosa. Antes que el título, los autores o la página legal, hay un vacío. Hay siete hojas negras que dan inicio al libro. Siete hojas negras que hablan de las ausencias, que hablan del duelo por los treinta mil desaparecidos. ¿De qué otro modo sino hablando de lo que no está podía empezar un libro sobre la Escuela Superior de Mecánica de la Armada -la ESMA-, uno de los mayores centros de detención y exterminio de la última dictadura militar argentina (1976-1983)?

A continuación, un documento desgarrador: las fotografías de algunos de los más de cinco mil detenidos que allí fueron asesinados, tomadas por los propios militares. Un documento desgarrador pero contundente. Lo irrebatible de las imágenes prueba que allí estuvieron y ya no están; que tuvieron vida y ya no la tienen. Los rostros que vemos están ya del otro lado del horror; tienen en la mirada, en el gesto, en la piel, las marcas del dolor, de la tortura, de la incertidumbre, de la tristeza.

Uno de los menos de trescientos sobrevivientes de la esma, Víctor Basterra, pudo sacar los negativos y dar así un testimonio incuestionable sobre el terrorismo de Estado. La sociedad argentina se mira, mira su propio pasado, su propio miedo, sus propias complicidades y solidaridades, sus propios errores, sus propios fantasmas, en esas miradas.

Víctor Basterra fue uno de los detenidos que trabajó, como mano de obra esclava, en el servicio de falsificación de documentos que funcionó en la esma; documentos con los que los militares llevaron a cabo parte de sus negocios sucios (compra y venta de propiedades de los desaparecidos, robo de niños nacidos en cautiverio, infiltración en organismos de derechos humanos...). Alguna vez, en una mínima conversación con algunos de los asesinados cuyas fotografías aparecen hoy en el libro, conversación de encapuchados, de engrillados, de torturados, "le preguntaron 'qué será de nosotros'. Silencio. Víctor no sabía, no podía ni quería imaginar lo que sería. [...] 'Que no se la lleven de arriba, Víctor'. Eso le dijeron, a oscuras. Que no se la lleven de arriba".1 Que paguen por lo que están haciendo. Que se haga justicia. Eso era lo que pedían. Eso fue lo que Víctor convirtió en su obligación.

Al entrar a "trabajar" en el área de fotografía supo que se estaba volviendo un testigo privilegiado del horror. En 1984, Víctor Basterra llevó al Centro de Estudios Legales y Sociales originales y copias de mucha de la documentación falsa que se había hecho en la esma, también llevó un centenar de fotografías de detenidos-desaparecidos y de los propios militares que posaban para sus nuevos documentos. "Fue un desaparecido que hizo aparecer los rostros de sus desaparecedores".2 Sabía que tenía que responder al pedido de treinta mil desaparecidos: "Que no se la lleven de arriba".

2. En este lugar le robaron la vida a mi mamá [...] Luego de muchísimos años, y sin tener elementos fuertes, le puse nombre a lo que buscaba, y dije "Soy hijo de desaparecidos". Encontré la verdad hace dos meses, soy el número 77 de los chicos que aparecieron. [...] Mi madre estuvo en este lugar detenida, seguramente fue torturada y yo nací acá adentro, en este mismo edificio. El plan siniestro de la dictadura no pudo borrar el registro de la memoria que transitaba por mis venas, y fui aceptando la verdad que hoy tengo. [...] En este lugar está la verdad de la sangre. [...] Gracias a los que piensan y luchan por una sociedad más justa, gracias a los que apuestan por la verdad y la justicia, por los 400 chicos que aún falta por recuperar...

Éstas son algunas de las frases del discurso que leyó Juan Cabandié -nacido en cautiverio en la esma y que fuera "apropiado" por los militares- el 24 de marzo de 2004, en el acto multitudinario que marcó el inicio de una nueva etapa en la lucha por la memoria y la justicia: ese día Néstor Kirchner anunció que las instalaciones de la Escuela Superior de Mecánica de la Armada serían convertidas en un "Espacio de la Memoria y la defensa y promoción de los Derechos Humanos". Por primera vez, se abrieron a la sociedad las puertas del predio en que funcionara uno de los mayores campos de tortura y exterminio de la dictadura militar. Los organismos de derechos humanos (Madres de Plaza de Mayo -Línea Fundadora-, Abuelas de Plaza de Mayo, H.I.J.O.S, entre otros)3 habían llegado temprano para poner en la reja una manta con los nombres y las fotos de miles de desaparecidos. El acto comenzó con las estrofas del Himno Nacional, pero en la versión de Charly García, de modo de alejarlo de lo militar y su manejo de los símbolos patrios.

"Cuando recién veía las manos, cuando cantaban el Himno, veía los brazos de mis compañeros, de la generación que creyó y que sigue creyendo -los que quedamos- que este país se puede cambiar". Kirchner habló como militante y como presidente.

Las cosas hay que llamarlas por su nombre y acá, si ustedes me permiten, ya no como compañero y hermano de tantos compañeros y hermanos que compartimos aquel tiempo, sino como Presidente de la Nación Argentina vengo a pedir perdón de parte del Estado Nacional por la vergüenza de haber callado durante 20 años de democracia por tantas atrocidades. Hablemos claro: no es rencor ni odio lo que nos guía, me guía la justicia y lucha contra la impunidad. Los que hicieron este hecho tenebroso y macabro de tantos campos de concentración, como fue la esma, tienen un solo nombre: son asesinos repudiados por el pueblo argentino.

Llantos y abrazos conmovidos poblaron un lado y otro de la entrada de la ESMA; la presencia de los treinta mil desaparecidos pobló un lado y otro de la entrada de la ESMA.

3. ¿Cómo se construye la memoria de una sociedad? ¿Cómo se transmite a las generaciones futuras la historia del horror? ¿Cuál es la relación entre memoria y justicia? ¿Qué historia es la que se busca transmitir? ¿Cuál es la relación entre el pasado y el presente? ¿Cómo se le da espacio a las diferentes voces, a las diversas memorias? Éstas son algunas de las preguntas que están presentes en el debate argentino, y que se actualizaron y complejizaron a partir del 24 de marzo de 2004. Las distintas respuestas o las reflexiones que generan componen un tejido dominado por la diversidad y las tensiones. Dice Pilar Calveiro:

La memoria es siempre un relato social. Se trata de un ejercicio a muchas voces donde lo que se busca no es armar un relato único, sin fisuras, sino hacer presente la contradicción, la diferencia, la tensión, de manera que todo esto, la ambivalencia, la ambigüedad, incluso el silencio, cobren una dimensión más compleja, con muchos planos...4

Una memoria que sea plural, múltiple, que sea dinámica, que no busque anquilosar ni tranquilizar, que no anule la polémica, que no cancele la discusión. La memoria como instancia de reflexión y análisis, como instancia de creación. La memoria como forma de acercarse críticamente al presente "deshabituando" y cuestionando el modo lineal y unívoco de pensamiento.

Esto es lo que, desde su espacio, propone Memoria en construcción. El debate sobre la esma. Surgido a partir de una convocatoria del artista Marcelo Brodsky, el libro se constituye con una multiplicidad de voces que desde diversos campos del conocimiento, desde distintos modos de participación social y política, desde diferentes disciplinas artísticas, se cuestionan, dialogan y discuten sobre la memoria, la historia y la posibilidad (o imposibilidad) de representar el horror.

El duelo y la presencia de los ausentes en las fotos sacadas de la esma por Víctor Basterra dan inicio al libro; el resto se estructura en tres partes -Zona de ensayos, Zona de obras y Zona abierta-, más un anexo en el que se incluyen los documentos oficiales que establecen la creación del "Espacio para la Memoria y para la promoción y defensa de los Derechos Humanos", el Acta de entrega parcial del predio de la ESMA por parte de la marina, y el Decreto de creación del Archivo Nacional de la Memoria.

Zona de ensayos reúne textos de Felipe Pigna y María Seoane quienes hacen un repaso histórico de los años de la dictadura, analizando en sendos trabajos las condiciones y características del terrorismo de Estado. "Las sombras del edificio: construcción y anticonstrucción" de Horacio González y "Museo del nunca más" de Alejandro Kaufman, por su parte, reflexionan sobre los retos que implica la creación de un museo en la esma en términos de la construcción y transmisión de la memoria de la sociedad argentina. ¿Qué contar en ese espacio? ¿Cómo hacerlo? ¿No será el vacío lo único que puede dar cuenta del horror allí perpetrado? ¿Hay representación posible? Alrededor de estas cuestiones tejen también los aportes de Maco Somigliana, del Equipo Argentino de Antropología Forense, y de Lila Pastoriza, periodista sobreviviente de la esma, quien en su artículo "La memoria como política pública: los ejes de la discusión", hace un cuidadoso análisis de los elementos que participan en el debate, contextualizando las propuestas de los organismos de derechos humanos y subrayando -desde su lugar de testigo directo- la importancia de la pluralidad y la diversidad en el uso político de la memoria, en contraposición a cualquier tipo de discurso excluyente y monológico.

En Zona de obras, espacio del libro dedicado a las artes visuales, se presenta una selección de obras de sesenta y cinco artistas y grupos de artistas argentinos contemporáneos que han trabajado sobre la violencia y la represión. Destacan la presencia de gente de la importancia de Carlos Alonso, León Ferrari, Víctor Groppo, Guillermo Kuitca, Luis Felipe Noé y el Grupo Escombros.

La introducción está a cargo de Florencia Battiti, quien escribe:

A pesar de los reparos y sospechas que se ciernen sobre él, el arte contemporáneo parece no haber abandonado su preocupación por los significados y ciertas producciones artísticas, lejos de estetizar los discursos sobre la memoria diluyendo su conflictividad, brindan la posibilidad de reflexionar críticamente sobre el terrorismo de Estado y las marcas que aún hoy perduran en nuestra sociedad. Zona de obras constituye un espacio de reflexión que dialoga con el generado por los textos de la primera parte, consciente de que las imágenes y los relatos, son tan necesarios como las elaboraciones conceptuales en la conformación de la memoria.

Por último, Zona abierta presenta una suerte de collage de textos de diversos autores que han escrito sobre el tema de la memoria. Hay allí fragmentos de Enzo Traverso, Susan Sontag, Andreas Huyssen, Nicolás Casullo y Pilar Calveiro, entre otros. La selección muestra, entre otras cosas, que la problemática analizada trasciende las fronteras argentinas, pues estamos hablando de crímenes contra la humanidad. El libro se cierra con las diversas propuestas de artistas y organismos de derechos humanos sobre la transformación de la esma en museo. El debate que se abre en estas páginas continúa en una dirección electrónica, www.lamarcaeditora.com/memoriaencontruccion, que recibe ideas y comentarios; porque no se trata de levantar paredes, de cerrar discusiones ni de imponer puntos de vista, sino de incorporar las voces de una sociedad que busca aún curar sus heridas.

Mientras se sigue trabajando para que se juzgue a los responsables de los crímenes de lesa humanidad que nuestra sociedad ha sufrido, resulta primordial transmitir la experiencia a las nuevas generaciones, preservar la memoria colectiva y la verdad, y enriquecer la defensa de otros derechos como el de la identidad, la libertad de expresión y la participación de la sociedad en las decisiones de trascendencia política y cultural.

Por los treinta mil desaparecidos, por la justicia, por una memoria que funcione como espacio de resistencia, la aparición de este libro es, sin duda, un acontecimiento para celebrar.

 

Notas

1 Marcelo Brodsky, "La camiseta", en Memoria en construcción, 32.         [ Links ]

2 Claudio Martyniuk, fragmentos de esma, Fenomenología de la desaparición, cit. en Memoria en construcción, 29.

3 Unos pocos organismos de derechos humanos, como la Asociación Madres de Plaza de Mayo, encabezada por Hebe de Bonafini, se opusieron al acto.

4 En Lila Pastoriza, "La memoria como política pública: los ejes de la discusión", en Memoria en construcción, 88.         [ Links ]

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