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Acta poética

versión On-line ISSN 2448-735Xversión impresa ISSN 0185-3082

Acta poét vol.25 no.2 Ciudad de México sep./nov. 2004

 

Artículos/Lingüística

 

La iteración de eventos**

 

Esthela Treviño*

 

* Universidad Autónoma Metropolitana, Iztapalapa.

 

Resumen

Este artículo explora la idea de que formas como lee y lee, en expresiones semejantes a Sara está lee y lee esa carta, constituyen una forma verbal no finita adicional en el español, a la que llamo el iterativo. Este trabajo muestra que el iterativo verbal posee propiedades morfosintácticas que prueban que se trata de una categoría nuclear compleja y no de una construcción de verbos coordinados. Asimismo se muestra que el iterativo exhibe propiedades léxico-semánticas particulares que lo distinguen de otros tipos de significado de iteración, como aquellos que se desprenden de ciertos verbos léxicos y de ciertos usos del gerundio. La conclusión a la que se llega es que el iterativo constituye un núcleo verbal complejo con un contenido aspectual distintivo, aquel que subsume subeventos sucesivos con aspecto terminativo.

 

Abstract

This article explores the idea that verbal forms such as lee y lee (Lit. 'read and read'), occurring in expressions similar to Sara está lee y lee esa carta (Lit. 'Sara is read and read that letter), constitute an additional non finite verbal form in Spanish, which I call the iterative. It is shown here that the iterative forms possess certain morphosyntactic properties that prove that they yield a complex verbal head, and not a syntactic coordinate structure. In addition, it is also shown that the iterative exhibits some distinctive lexical semantic properties which distinguish it from other forms with the meaning of iteration, such as those deriving from certain lexical verbs, and certain uses of the gerund. The conclusion arrived at, is that the iterative is a complex verbal head with a distinctive aspectual content, one which subsumes succesive subevents, each with terminative aspect.

 

1. Introducción

Charles Kany 1994 reúne dentro de lo que llama locuciones verbales aquellas que expresan la continuidad de una acción "de duración persistente o hasta irritante", e incluye ejemplos como los del inciso 1, obtenidos de textos escritos mexicanos, entre otros de distinta procedencia,1 a los que añadimos el recientísimo ejemplo en 2.

1. a. ¿Qué tienen los perros que están ladra y ladra?

b. Ha estado pregunta y pregunta por usted.

c. Pos, también pa'qué'stás ai friegue y friegue.

d. Luego en la cárcel sigue dice y dice que él era inocente. (Kany 1994: 287)

2. Ahí estaban toque y toque en honor y loor de "México Posible" [los mariachis].

(G. Dehesa, Gaceta del Ángel, Periódico El Reforma, 17 de junio de 2003)

Si bien algunas expresiones como las anteriores pueden considerarse locuciones verbales, muchas otras encierran un significado aspectual distintivo al menos en el habla del español de México. Ese significado aspectual, que denominaré aspecto iterativo, reviste propiedades morfosintácticas peculiares y restricciones léxico-semánticas muy interesantes que prácticamente no han sido estudiadas en los distintos medios especializados. En efecto, en el marco de las gramáticas tradicionales, excepción hecha de Kany, como las de Andrés Bello 1921, [1860], rae 1931, 1973, Amado Alonso y Pedro Henríquez Ureña 1938, Samuel Gili Gaya 1961, Franch Alcina y José Manuel Blecua 1975, Rafael Seco 1986, Emilio Alarcos LloraclTl994, y la más reciente de Ignacio Bosque y Violeta Demonte 1999, no he encontrado referencia alguna a este tipo de expresiones. He corrido con la misma suerte en la literatura de otras persuasiones; por ejemplo, en el marco de la teoría generativa —teoría bajo la cual desarrollo mi trabajo lingüístico— tampoco he encontrado referencias en torno a este problema. De modo que, al parecer, pisamos nuevos terrenos y quisiera guardar la cautela de advertir que este trabajo sea considerado exploratorio y sus conclusiones tentativas; es, en efecto, un trabajo inicial de una investigación en proceso.

Voy a aventurar la suposición de que existe en el español mexicano una forma yerbal no finita, adicional a las existentes (el infinitivo, el gerundio y el participio) y que, como he dicho ya, denomino el iterativo. La organización del presente artículo contiene tres apartados además de esta introducción. En el apartado 2 presento argumentos de carácter morfosintáctico para mostrar que las formas como lee y lee constituyen una categoría mínima, es decir, una palabra sintáctica —un núcleo verbal (Vº)—; en el apartado 3 presento argumentos semánticos sobre las restricciones léxico-aspectuales del empleo del iterativo y llego a proponer una definición de dicho aspecto semántico. Para ello, tomaré como punto de partida la teoría presentada por Verkuyl 1993 sobre lo que llama aspecto interno. En el apartado 4 presento algunas observaciones de carácter general sobre el uso del iterativo en contextos donde esperaríamos no encontrarlo y en aquellos que predeciríamos encontrarlo pero que no sucede así. Finalmente, incluyo un brevísimo apartado quinto de conclusiones. Por último, quiero aclarar que todos los datos incluidos aquí han sido sometidos al juicio de distintos hablantes del español mexicano. Los juicios están indicados por diacríticos específicos; la ausencia de un diacrítico indica tanto que la expresión es sintácticamente gramatical como semánticamente susceptible de recibir una interpretación normal posible. La interrogación (?) indica que la oración es dudosamente gramatical; si va acompañada de una diagonal, (?/) significa que hay variación en el juicio de los hablantes: algunos consideran la expresión dudosa, otros no. En la tercera sección utilizaré diacríticos diferentes. El signo de número (#) indicará que la expresión es semánticamente extraña bajo la interpretación de iteratividad, con el significado pertinente de iteratividad que se definirá en esa sección. El asterisco (*), como ya es costumbre, señala que la oración es agramatical. La combinación de diacríticos puede indicar juicios sintácticos y semánticos.

 

2. Consideraciones morfosintácticas del iterativo

Es evidente que las formas como lee y lee carecen de morfología temporal y nominal; en otras palabras, son formas no conjugadas. En efecto, para ocurrir deben ir acompañadas de un auxiliar aspectual; de hecho, admiten los mismos auxiliares que las formas en gerundio, como se muestra en los siguientes ejemplos:

3. a. Está/sigue/anda lee y lee ese poema de Blake.

b. Está/sigue/anda leyendo ese poema de Blake.

No es difícil concluir que el morfema que marca estas formas como formas no finitas, es el morfema -e o, en algunos casos, la forma alternante -a. Para los fines de esta presentación, no voy a discutir esta aparente alternancia y voy a suponer que el morfema del iterativo es -e. Hasta donde alcanzo a discernir, no veo que esta decisión altere en nada lo que se va a discutir aquí. Por otra parte, debemos suponer también que el iterativo se forma reduplicando el verbo —o iterándolo—; la reduplicación parece seguir el patrón de ciertos compuestos que se forman mediante la coordinación, compuestos que evidencian la presencia de la conjunción copulativa y; véanse los ejemplos en 4.

4. vaivén, correveidile, rompirasga, subibaja, dormivela, chiticallando, teje y maneje.

El fenómeno de reduplicación morfológica, tal como lo exhiben lenguas como el tagalo, es más bien ajeno al español. No obstante, el español posee una manifestación de dicho fenómeno en las formas apreciativas que aparecen con los morfemas diminutivos y aumentativos; en la mayoría de los casos, la reduplicación añade un sentido de gradación o intensificación, como se ve en los ejemplos de 5.

5. a. Es un carrazazo. intensificador

b. Añádele una puntitita de sal. gradación

c. Anoche cayó un torméntonón en el D. F. ?

Por otra parte, existe un par de casos de palabras completas en el español mexicano que podrían considerarse reduplicativas en tanto que modifican el valor semántico de la base a partir de la cual se forman, me refiero a los casos que tenemos en 6.

Por último, existen algunos casos, aunque muy contados, de compuestos verbales que se forman por reduplicación, como los que vemos en 7.

7. picapica, tocatoca, chupachupa, pegapega, morremorre, bullebulle y correcorre.

(de Bustos Gisbert, 1986)

Estos compuestos, no obstante, dan lugar a un sustantivo, a la par de aquellos formados con un verbo y un sustantivo —abrelatas, guardabosques— pero a diferencia de la reduplicación verbal en formas como lee y lee que arroja una categoría verbal. Es bien sabido que en español la combinación de una categoría léxica cualquiera más un verbo no proyecta un verbo. Existe (en el dialecto mexicano) una sola excepción reconocible a esta afirmación, se trata del verbo maniatar (un compuesto nv) y, con el mismo sustantivo, otras formas menos obvias como mantener?3

2.1 Formación del iterativo. ¿Núcleo o sintagma coordinado?

A diferencia de lo que ocurre con la reduplicación de los morfemas apreciativos, el caso de las formas iterativas no es transparente en el sentido de si las formas resultantes arrojan una palabra, i.e., una categoría sintáctica que corresponde a un núcleo —una categoría de nivel Xº, semejante a los compuestos como los incluidos en los incisos 3 y 7—, o si se trata de formas coordinadas y que, por consiguiente, se construyen en la sintaxis. Hay ciertas evidencias que sugieren que la forma iterativa debe construirse antes de su posible inserción en el componente sintáctico, a semejanza de las palabras con morfemas apreciativos reduplicados y, a la par de las otras formas verbales no finitas. Ello significa que el iterativo constituye un núcleo sintáctico y no una estructura coordinada.

2.1.1 "Coordinación" obligatoria. En primer lugar, notemos que se puede coordinar el mismo verbo repetido, conjugado o no conjugado:

8. a. Llamo y llamo y nadie me contesta.

b. Por más que pienso y pienso, no le hallo.

9. a. De tanto viajar y viajar...

b. Esto no es vida, trabajar y trabajar ¿para esto?

10. a. Anda escribiendo y escribiendo...

b. Buscando y buscando me encontré esta joyita de libro.

Sin embargo, contrario al iterativo, los ejemplos de 8 a 10 pueden ocurrir sin repetirse. Véanse los contrastes entre 11 y 12.

11. a. Llamo y nadie me contesta.

b. De tanto comer...

c. Anda escribiendo y nadie sabe qué.

12. a. *Estoy llame y nadie me contesta.

b. *De tanto estar come...

c. *Siempre anda escribe y nadie sabe qué.

Los datos parecerían indicar que la forma iterativa constituye una unidad, si bien compleja, que no tiene la opción de "romperse", similar a los compuestos descritos en los incisos 4 y 7.

2.1.2 La obligatoriedad del auxiliar. En contraste con el gerundio —repetido o no— que puede ocurrir sin un auxiliar aspectual, ello no es posible en el iterativo, como puede apreciarse en la oposición de los datos de 13a frente a 13b y c.

13. a. Siempre ahorrando y ahorrando dinero pero nunca lo disfrutas.

d. *Siempre ahorre y ahorre dinero pero nunca lo disfrutas,

c. *Llame y llame y nadie me contesta.

Es más, el gerundio, el infinitivo y el participio pueden aparecer en construcciones absolutas pero el iterativo no, como se ilustra en los siguientes ejemplos.

14. a. Actuando Bichir en la obra, atraeremos más público.

b. De sugerir tú eso, nadie va a dudar de las bondades del proyecto.

c. Dichas estas palabras, el público quedó conmocionado.

d. *Actúe y actúe Bichir en la obra, atrajo mucho público.

e. *Dice y dice estas palabras, el público aplaudió.

Cabe mencionar, sin embargo, que el auxiliar puede omitirse en ciertos contextos muy restringidos, en expresiones como las que se presentan en 15.

15. a. Yo aquí trabaje y trabaje y tú sin hacer nada.

b. Mira a Mónica, hable y hable pero nadie le hace caso.

Notemos que en ejemplos como los de 15 es absolutamente necesaria la presencia de un sujeto explícito, como se aprecia en el contraste entre 15 y 16; o se hace necesaria la ubicación del mismo en un contexto particular, como se muestra en 17.

16. a. * Acomode y acomode los libros, b. *Viaje y viaje de México a Toluca.

17. a. -¿Y Susana?

b. -Ai anda, trabaje y trabaje como siempre.

2.1.3 Coordinación indivisible. Un hecho notable que distingue al iterativo de otras formas no conjugadas es que estas aceptan coordinar SSVV con el mismo verbo por distintas conjunciones, mientras que aquel no exhibe esta propiedad; véanse los contrastes entre 18 y 19.

18. a. Plácido no está cantando ni cantando ópera.

b. Sí está cantando pero cantando ópera.

c. Está cantando o cantando ópera.

19. a. *Plácido no está cante ni cante ópera.

b. *Sí está cante pero cante ópera.

c. *Está cante o cante ópera.

Las formas en iterativo sólo pueden construirse mediante la conjunción y, como se aprecia claramente en los ejemplos de 19.4

Por otra parte, el iterativo tampoco parece formar una estructura de SSVV coordinados en contextos como los de 20.

20. a. Pueden vigilar y vigilar a los estudiantes todo lo que quieran pero no van a encontrar nada.

b. Increíble que Plácido esté todavía cantando y cantando ópera.

Con cambios de entonación y un contexto adecuado, las expresiones de 20 pueden adquirir significados distintos. Uno de los significados de 20a y 20b es el de enfatizar o intensificar la misma acción: en 20a la de vigilar a los estudiantes, y en 20b la de cantar ópera. Bajo esta interpretación, sólo se repite el verbo y las oraciones no constituyen estructuras de verbos coordinados ni mucho menos de SSVV coordinados. En cambio, con una pausa entonacional como se marca en 21, las interpretaciones cambian.

21. a. Pueden vigilar [...] y vigilar a los estudiantes...

b. Increíble que Plácido esté todavía cantando [...] y cantando ópera.

La interpretación que 21a puede producir es aquella donde la primera ocurrencia de vigilar es genérica (por ejemplo, "vigilar el lugar"), mientras que la segunda especifica que lo que se vigila son los estudiantes. Ambas actividades ocurren simultáneamente. Un fenómeno parecido ocurre en 21b; por ejemplo, "Increíble que Plácido esté todavía cantando [genérico] y además cantando ópera" podría ser una paráfrasis del significado (o uno de los significados) de 21b. Esta interpretación se sigue de una estructura sintáctica distinta, la coordinación de SSVV. Esta segunda posibilidad que se logra bajo una entonación particular no es posible en el caso del iterativo:

22. a. Pueden estar vigile y vigile a los estudiantes pero no van a encontrar nada,

b. Increíble que Plácido esté todavía cante y cante ópera.

El significado de las oraciones en 22 es uno solo: la de vigilar a los estudiantes y la de sólo cantar ópera. Si, por ejemplo, a las oraciones de 21 les añadimos el adverbio también, como vemos en 23,

23. a. Pueden vigilar y vigilar a los muchachos también.

b. Increíble que Plácido esté todavía cantando y cantando ópera también.

la interpretación preferente es aquella de estructuras coordinadas; la colocación del adverbio en posición final favorece esta interpretación porque su ámbito de modificación es sobre el segundo coordinado. Si aplicamos esta misma estrategia a 22, como se ve en 24,

24. a. ?/Pueden estar vigile y vigile a los estudiantes también.

b. ?/Increíble que Plácido esté todavía cante y cante ópera también.

el adverbio no modifica a vigilar a los estudiantes o a cantar ópera (a ello obedece el diacrítico); la interpretación es que, además de otra actividad, se puede también vigilar a los estudiantes, en el caso de 24a. En el caso de 24b, la interpretación es que, además de otros cantantes, es increíble que Plácido todavía cante ópera. De hecho, uno de los hablantes consultados sugirió que las oraciones en 24 se oirían mejor si el adverbio se colocara en posición preverbal: también pueden estar vigile y vigile; increíble que también Plácido... Es evidente que el adverbio se interpreta modificando a toda la expresión y no sólo a una parte de ella. La posibilidad de coordinar SSVV se aprecia notoriamente en las siguientes oraciones donde aparecen objetos distintos; observemos el contraste entre 25 y 26.

25. a. Me estás molestando y molestando a todos.

b. Lo estoy terminando y terminando la tesis al mismo tiempo.

26. a. *Me estás moleste y moleste a todos.

(Bien si me es dativo de interés),

b. *Lo estoy termine y termine la tesis al mismo tiempo.

Si las formas iterativas formaran una estructura sintácticamente coordinada, deberíamos esperar que las oraciones de 26 corrieran en paralelo a las de 25 y 23 (bajo la interpretación pertinente); sin embargo, las expresiones en 26 son abiertamente agramaticales. Esto se hace patente también si el od se expresa mediante el clítico acusativo, como se ilustra en 27.

27. a. Estoy talle y tállela (*al mismo tiempo).

b. Está represente y represéntelo (*al mismo tiempo).

La intención de la frase adverbial temporal al mismo tiempo de modificar la segunda ocurrencia de tallar o representar no es posible. Para que dichas oraciones generen una interpretación perfectamente normal se requiere de un contexto apropiado en donde la actividad de tallar y tallar o representar y representar suceda al mismo tiempo que otra no expresada. Notemos, también, que si añadimos el complemento temporal al mismo tiempo a las oraciones como las de 28 con el verbo en gerundio, estas se tornan extrañas.

28. a. Estoy tallando y tallándola (*al mismo tiempo).

b. Está representando y representándolo (*al mismo tiempo).

Los comportamientos inesperados que se muestran indican que la posibilidad de coordinar dos SSVV con el mismo verbo está restringida. Así, la agramaticalidad de las oraciones en 28 con el complemento de modo temporal se debe, entre otras cosas, a que el od está representado por un clítico; como afirman Camacho 1999 y Bosque 19875 (citado por aquel), debido a que los clíticos son cuasi-afijos verbales, no puede, entonces, suponerse que se coordina un verbo con un clítico elidido, más otro verbo con un clítico explícito puesto que se estarían coordinando un constituyente y una subparte de un constituyente.

De toda la evidencia discutida hasta este punto, concluyo que a) las formas como lee y lee son categorías nucleares y no estructuras sintácticamente coordinadas de verbos o de SSVV; b) que los rasgos de tiempo y concordancia los expresa el auxiliar aspectual que necesariamente ha de coocurrir con el verbo iterativo; y c) que el iterativo sólo acepta la conjunción y (o, mejor expresado, una conjunción coordinante) en la formación del mismo.

 

3. Restricciones léxico-aspectuales del iterativo

Como ya lo he apuntado en la Introducción, en este trabajo quisiera desenrollar la idea de que expresiones como las de los ejemplos con el verbo iterado no son meras locuciones verbales sino que muestran el uso del aspecto iterativo. Naturalmente, la naturaleza del verbo que entra en estas expresiones es de particular relevancia; algunos verbos, efectivamente, dan lugar a una interpretación de continuidad, como lo señala Kany, sin iteración propiamente dicha, pero otros dan lugar a una interpretación de iteración en el sentido en que se definirá más adelante.

En los incisos 29 a 34 se presentan ejemplos que evidencian que el uso del aspecto iterativo tiene restricciones de carácter léxico y estructural. Estas restricciones se revelarán con más nitidez cuando se aplique la definición de iteratividad que propondremos. No obstante, la rareza de las oraciones, cuando así se señala mediante los diacríticos pertinentes, indica que está en juego alguna restricción de naturaleza semántica.

Realizaciones ('Accomplishments')

29. a. Perico estuvo arme y arme el/un rompecabezas, b. Perico estuvo arme y arme varios rompecabezas.

30. a. ?/#Su padre está fabrique y fabrique la/una/algunas/varias bicicleta(s).

b. Su padre está fabrique y fabrique muchas bicicletas.

Logros ('Achievements')

31. a. ?/ #Livingston ha estado descubre y descubre (*el)/un fósil ahí.

b. #Livingston ha estado descubre y descubre varios fósiles ahí.

32. a. *#La/una bomba ha estado explote y explote en el desierto,

b. Han estado explote y explote varias/muchas bombas en el desierto.

Actividades

33. a. #Irma estuvo trabaje y trabaje en la organización del evento.

b. */#Estuve maneje y maneje de aquí a Sonora.

Estados

34. a. #Sigue considere y considere importantes esos temas.

b. #Seguimos carece y carece de las habilidades para lograrlo.

La definición de los verbos en cuatro tipos aspectuales sigue la clasificación inicialmente propuesta por Vendler 1967 y posteriormente trabajada en más detalle por Dowty 1979. Dicha clasificación se basa en la observación sobre si los verbos en las expresiones que se construyen con ellos, implican un eje temporal continuo o no continuo y si de la expresión es posible dilucidar un evento único a partir de lindes discernibles. Así, por ejemplo, Luis corrió en el bosque denota una actividad continua en el eje del tiempo y la falta de límites discernibles impide la interpretación de la ejecución de un evento único. En cambio, Luis corrió al hospital sí denota un evento único distinguible: el de correr con una duración delimitable por el linde que establece al hospital y un punto de origen indeterminado. Los logros y las realizaciones expresan una duración no continua y permiten interpretar eventos únicos puesto que se expresan límites que posibilitan discernirlos (Luis corrió al hospital en media hora). Por su parte, las actividades y los estados expresan una duración continua y acciones repetitivas (Luis corrió por media hora). Ahora bien, estos parámetros permiten distinguir actividades y estados de logros y realizaciones. Pero ¿qué distingue a estados de actividades y a logros de realizaciones? Lo que distingue a los primeros es el hecho de que las actividades denotan procesos mientras que los estados denotan propiedades. Respecto a los segundos, lo único que los distingue, de acuerdo a Vendler y Dowty, es que algunos verbos denotan instantaneidad (explotar una bomba), los logros, frente a otros verbos que denotan un lapso (dibujar un rostro), las realizaciones.

Esta breve presentación nos ha servido para ejemplificar las posibles restricciones léxico-aspectuales y estructurales que pueden influir en la consecución de una interpretación frente a otra. Si volvemos a los ejemplos de 29 a 34, parecería que la clasificación de Vendler-Dowty puede dar cuenta de las restricciones sobre el iterativo. En general, las actividades y los estados no admiten el iterativo mientras que los logros y las realizaciones sí. No obstante, hay que dar cuenta de las restricciones que explican los efectos en las siguientes oraciones.

35. a. ?/ #Livingston ha estado descubre y descubre un fósil en ese lugar. Logro

b. *#Livingston ha estado descubre y descubre el fósil en ese lugar.

c. Livingston ha estado descubre y descubre ?algunos /muchos fósiles en ese lugar.

36. a. Perico estuvo arme y arme una bicicleta. Realización

b. Perico estuvo arme y arme la bicicleta.

37. a. ?/#Su padre está fabrique y fabrique la/una/algunas/varias bicicleta(s).

b. Su padre está fabrique y fabrique muchas bicicletas.

¿Qué es lo que permite que algunos logros y realizaciones sí puedan utilizarse en el iterativo mientras que otros no? ¿Por qué un mismo verbo —sea logro o realización— puede expresar iteratividad en un contexto pero no en otro? El contraste entre este tipo de datos se debe tanto a rasgos morfosintácticos —el uso de un determinante particular frente a otro— como a rasgos estrictamente léxicos de los verbos implicados en ellos; por ejemplo, descubrir y fabricar, como verbos de creación, son verbos semelfactivos porque denotan un evento que sólo ocurre una vez (véase Carlota Smith 1997). Si bien podría incluirse una quinta clase, la de los semelfactivos —como lo hace Smith— me parece más apropiada la clasificación que propone Verkuyl para dar cuenta del uso y de las restricciones del iterativo.

3.1 La clasificación de Verkuyl 1993

Verkuyl se interesa por lo que él llama aspecto interno: aquel que se establece a partir de las relaciones entre un verbo y sus argumentos. A diferencia de Vendler-Dowty, quienes incluyen como parte de la clasificación el criterio temporal aportado por las frases adverbiales, Verkuyl argumenta que el aspecto temporal es una cuestión semántica que debe derivarse de las propiedades del verbo y de las propiedades de sus argumentos. Las expresiones temporales externas como en x tiempo y por x tiempo componen, en todo caso, el espectro del aspecto externo. Para Verkuyl, la clasificación de los verbos en clases aspectuales se construye a partir de criterios léxicos y estructurales.

Una primera partición de las clases aspectuales de los verbos se determina partiendo de propiedades semánticas. Sólo hay dos tipos de verbos, aquellos que expresan "movimiento" —en un sentido cercano al aristotélico— y aquellos que carecen de dicha expresión. Los que expresan movimiento implican un cambio; el movimiento puede concebirse real o metafórico. Verkuyl conceptualiza ese cambio con un rasgo léxico general que designa como [AÑADIDO] ('[add to]'); de modo que habrá verbos con un valor [±AÑADIDO]. Un verbo con el rasgo [+AÑADIDO] denota un proceso y uno con el rasgo [-AÑADIDO] denota un estado. La naturaleza del "AÑADIDO" es también pertinente para la clasificación y determina estructuralmente la composición aspectual de una expresión verbal. El AÑADIDO lo constituyen los argumentos del verbo.

Los argumentos contribuyen a la clasificación aspectual en tanto que proveen la posibilidad de discernir la existencia de lindes sobre los que se elabora la interpretación temporal-aspectual (léxica, no gramatical). Verkuyl supone que los argumentos también pueden caracterizarse en términos de un rasgo general que denomina [QEA] ('[QSA]') concepto que toma y adapta de Gruber 1976 (Lexical structures in syntax and semantics, North-Holland, Amsterdam)—. Los argumentos pueden o no designar una cantidad (Q) especificada (E) de aquello que refieren (A); a un argumento se le atribuye el rasgo [+QUE] si va acompañado de un determinante (Det); la novela, una novela, tres novelas, muchas novelas. Esta particularidad no es de carácter léxico sino morfosintáctico por lo que el argumento constituye un criterio estructural que contribuye a la interpretación del aspecto interno de la estructura temporal de las frases verbales. Los argumentos que se realizan sin Det, por ejemplo, los llamados plurales escuetos ('bare plurals), o los nombres de masa, conllevan el rasgo [-QEA].

De la combinación del rasgo léxico y el rasgo estructural, Verkuyl propone una clasificación tripartita ontologica de los verbos; estados, [-AÑADIDO, ±QEA], frente a procesos [+AÑADIDO, -QEA], frente a eventos [+AÑADIDO, +QEA]. Los procesos equivalen a las actividades y los eventos incluyen los logros y las realizaciones. Verkuyl arguye, de manera convincente en mi opinión, que la distinción entre logros y realizaciones es léxica y no aspectual (véase, en particular, Verkuyl, capítulo 2). Del interjuego de los rasgos se deriva el aspecto temporal y atemporal de las estructuras verbales. Verkuyl propone sólo dos valores, durativo y terminativo.

3.1.1 Los aspectos Durativo y Terminativo

Si bien conceptual o cognitivamente suponemos que todo aquello que enunciamos —caminar, abarcar, comprar, etc.— se da en el tiempo (y en el espacio), algunos verbos implican que la ejecución o propiedad que denotan toma tiempo o se da a través del tiempo. En otras palabras, algunos verbos incluyen un eje temporal interno —toman tiempo o se dan a través del tiempo— mientras que otros no incluyen ese eje temporal interno, por lo tanto, no toman tiempo. Así, el aspecto Durativo [D] nos permite hablar de algo que sucede a través del tiempo o de algo que no ocurre a través del tiempo. Un estado como carecer de habilidades no sucede a través del tiempo, es un estado permanente, o que interpretamos como tal; abarcar una zona se da en el tiempo y en el espacio pero no toma tiempo (no se dan a través del tiempo). En cambio, procesos como trabajar o beber vino los interpretamos como acciones que toman tiempo; sin embargo, ambos tipos de verbo, los estados y los procesos, contribuyen con una interpretación de aspecto [D].

Por otra parte, el aspecto Terminativo [T] nos sirve para indicar entidades que toman tiempo; eventos como armar una bicicleta o beberse una copa de vino toman tiempo. La diferencia entre los procesos y los eventos es que los primeros carecen de un límite final por lo que la acción no es cuantificable en el tiempo, son acciones que no culminan porque carecen de una entidad que marque un límite afín para determinar la cuantificación. La expresión Bebimos buen vino en aquel restaurante, no nos permite inferir una culminación (cuánto vino y en cuánto tiempo se bebió). Por el contrario, los eventos poseen límites especificados de alguna manera; en Bebí tres copas de vino en la cena, podemos inferir que el evento culminó aunque no sepamos cuánto tiempo nos tomó beber las copas de vino. Los eventos, a diferencia de los procesos, contribuyen con una interpretación [T], nos permiten hablar de entidades temporales que pueden contarse o sobre las que puede cuantificarse.

En resumen, Verkuyl propone tres tipos de particiones que presenta de la siguiente manera:

38. Una tripartición ontologica: estados/ procesos /eventos.

Una bipartición léxica: [-AÑADIDO] (estados); [+AÑADIDO] (cambio).

Una bipartición estructural: durativo (estado/proceso); terminativo (evento), (p. 20)

Es la bipartición estructural la que determina el aspecto temporal, como puede percibirse en los siguientes ejemplos:

Como bien lo señala Verkuyl, el aspecto durativo "is rather the aspectual 'garbage can' (the more sophisticated term is default) [...]' (p. 21) mientras que el terminativo es derivativo. La bipartición léxica basada sobre el movimiento que puede denotar el verbo —y que implica un cambio— encierra la peculiaridad de incluir categorías ontológicas como Trayectoria ('Path'), Origen y Meta. (Véase también Jackendoff 1990, 2002). Sólo los procesos y eventos contienen estas categorías. Es precisamente la Trayectoria la que permite establecer un eje temporal o, más exactamente, sobre la que puede cualificarse el Tema, que es lo que transita sobre esta trayectoria; la cuantificación propiamente dicha sólo se establece si hay límites discernibles, los cuales están dados por el carácter [±QEA] de los argumentos del verbo. Así, en nuestros ejemplos previos Luis corrió en el bosque y Luis corrió al hospital, sólo en el segundo hay una Meta (límite discernible) aunque en ambos hay Trayectoria. De ahí que podemos probar que sólo la expresión Luis corrió al hospital puede cuantificarse: Luis corrió al hospital en 20 minutos*, la divergencia es patente frente a expresiones como Luis corrió en el bosque en 20 minutos que resultan semánticamente anómalas. A este tipo de expresiones sólo les es aceptable una indicación temporal durativa como en Luis corrió en el bosque por 20 minutos.

En un ejemplo un tanto más complejo como Luis bebió una copa de vino, la estructura léxico-conceptual encierra dos subeventos, uno especificado por la función causa (Luis causa que) y el otro por la función ir (donde la copa de vino transita de una locación externa a una locación interna (el sistema digestivo de Luis) —sobre las funciones y categorías ontológicas de la Semántica Conceptual véanse las obras de Jackendoff op. cit.—; el tema copa de vino ([+QEA]) es el que recorre esta Trayectoria y ese evento es igualmente cuantificable. En cambio, en la expresión Luis bebió vino no se representa una Trayectoria porque el tema, vino es [-QEA]; de ahí la extrañeza de la expresión Luis bebió vino en media hora. En este caso, lo que establece el límite discernible es el tema y no la meta.

3.2 Caracterización aspectual del iterativo

La interpretación de repetitividad o continuidad que se obtiene con el aspecto durativo en expresiones como Luis bebió vino (toda la noche), es distinta de la interpretación del aspecto iterativo que se estudia aquí. Por una parte, hay verbos como picotear, tallar y pulir que son léxicamente iterativos y pueden denotar un evento, es decir, una acción con aspecto [T].

40. a. El pájaro picoteó la pared.

b. Tallé tres camisas.

c. Pulimos la mesa.

Sin embargo, en las oraciones de 40, los verbos denotan, por su naturaleza, una acción repetitiva, continua sobre un mismo eje temporal y sobre el mismo objeto, pero no exhiben aspecto iterativo. Obsérvese la discrepancia entre esas oraciones y aquellas como la de 41.

41. La semana pasada estuve arme y arme un rompecabezas.

La oración 41 es semánticamente ambigua, al menos entre dos interpretaciones que informalmente presento en 42.

42. a. Alguien estuvo mucho tiempo armando un rompecabezas.

b. Alguien armó varias veces un rompecabezas, (iteración)

En la interpretación de 42a se hace evidente que hay un solo evento de armar un rompecabezas. El uso de la expresión estuve arme y arme un rompecabezas puede utilizarse para producir el efecto particular del tiempo que lleva o llevó el armado de este objeto singular. Debido a la naturaleza del objeto rompecabezas, un objeto compuesto de subpartes que se ensamblan entre sí, es posible dar a entender que cada pieza ensamblada constituye una acción que se repite hasta que se agotan las piezas y queda terminada la construcción del objeto deseado. Como todo aquel que ha armado un rompecabezas sabe, el armado lleva tiempo (y paciencia). Y el armado implica ensamblar una pieza tras otra. Quizás por ello es afortunado el uso de una expresión como la de 41 para generar o retratar los eventos que conforman la consecución de la meta de terminar con un rompecabezas armado.

Sin embargo, bajo la interpretación de 42a, el rompecabezas se armó una sola vez. Lo que se itera es la colocación de las piezas a lo largo de un mismo eje temporal. Ahora bien, qué pasaría si imaginamos que en vez de un rompecabezas tenemos una flauta de tres piezas que hay que ensamblar. Si proferimos la oración en 43:

43. Estuve arme y arme la flauta.

En este caso queda excluida una interpretación semejante a la de 42a y sólo parece darse la interpretación iterativa, aquella que subsume varios eventos de armar una flauta. Al parecer, los atributos pragmáticos del objeto pueden afectar la interpretación, de tal suerte que una expresión sea ambigua en el sentido ya descrito. En el caso de la expresión 41 —con la interpretación 42a— esta es semejante a la que se produce con verbos como los incluidos en las oraciones del inciso 39 (pico tear, tallar, pulir); picotear, por ejemplo, necesariamente implica la repetición de golpear con el pico un objeto determinado.

Con respecto a la interpretación en 42b de Estuve arme y arme un rompecabezas, lo que se dice es que hubo dos o más eventos de armar un (mismo) rompecabezas. Subyace la implicación de que el rompecabezas se armó y desarmó para volverse a armar. El sentido de la iteración es distinto, lo que se itera es la completud del objeto rompecabezas, no el ensamblado de cada pieza, una tras otra. Aquí la iteración no es continua sobre el mismo eje temporal sino que la acción se repite en momentos sucesivos, cada uno con su eje temporal. En términos más técnicos, cada armado del rompecabezas, i.e., cada subevento, representa un evento con aspecto [T]. En cambio, la interpretación de 42a representa un único evento con aspecto [D].

Si, por otro lado, expresamos un objeto [-QEA] y utilizamos la expresión en 44:

44. La semana pasada estuve arme y arme rompecabezas. [-QEA]

la interpretación inmediata excluye una lectura semejante a 42b, en el sentido en que una cantidad inespecífica de rompecabezas [-QEA] se armó y que esa misma cantidad de rompecabezas se volvió a armar en un proceso de momentos sucesivos. En este sentido, hubo un proceso de armar varios rompecabezas. La interpretación es muy semejante a la que se obtiene si se utiliza el gerundio La semana pasada estuve armando rompecabezas. Es decir, no cabe la interpretación de que hubo momentos en que la misma cantidad no especificada * de rompecabezas estuvo desarmada para luego volver a ser armada de nuevo. La oración en 44 subsume procesos con aspecto [D], puesto que el plural escueto rompecabezas no designa un límite discernible sobre el cual pueda cuantificarse la temporalidad de la acción denotada por el verbo.

La generalización que podemos establecer es que para poder generar él modo aspectual iterativo (42b), la expresión verbal debe denotar una acción con aspecto [T]. En otras palabras, la acción debe subsumir un evento, pues sólo los eventos pueden manifestarse con dicho aspecto. Esta restricción debe caracterizarse de alguna manera; evidentemente es una restricción de carácter semántico (en el sentido de Verkuyl), pues en la sintaxis podemos construir ejemplos como 41 o 44; sin embargo, sólo aquellos casos como 41 pueden producir una interpretación como la de 42b.

La definición que propongo del modo aspectual iterativo de las formas como lee y lee, considerando las propiedades y restricciones de índole léxica que se han venido discutiendo, la caracterizo bajo el esquema en 45.

El esquema en 45, básicamente retrata un evento compuesto de subeventos (EI_EF)í? cada uno con aspecto [T], cada uno ejecutado en un tn. Es precisamente la posibilidad de denotar una sucesión de subeventos que culminan lo que caracteriza al modo aspectual iterativo. La oración 41, con la interpretación aportada en 42b, y la oración 43 denotan subeventos (EI_EF)1 (EI_EF)o, cada uno con aspecto [T]. El rompecabezas se arma una vez en un subevento y ese mismo se vuelve a armar en subeventos (...)n sucesivos. Es interesante observar que una sucesión de eventos con aspecto [T] no provee una expresión que denota un evento con aspecto [T], como podría esperarse. Justamente en 45 se describe un evento con aspecto [D], compuesto de subeventos cada uno con aspecto [T]. Lo que sucede es que la iteración de subeventos no culmina; no sabemos cuántas veces se armó y rearmó la flauta o el rompecabezas, por ello el aspecto del evento global es [D], como se marca en 45. Esto se explica porque la iteración distribuye subeventos a través del tiempo, los cuales constituyen una pluralidad indelimitada, [-QEA], similar a la de los plurales escuetos.

 

4. Observaciones generales

Lo que hemos planteado en los apartados anteriores son las condiciones semánticas y estructurales necesarias para poder producir una interpretación iterativa de subeventos sucesivos que culminan. Sin embargo, existen otros tipos de restricciones que pueden afectar la posibilidad de producir una interpretación iterativa de subeventos sucesivos [T], Dichas restricciones provienen de particularidades pertenecientes a las categorías léxico-sintácticas que participan en una expresión dada. Pero no sólo intervienen restricciones de naturaleza léxica sino pragmática también. En particular, me refiero a los atributos léxicos del verbo mismo, a la naturaleza sintáctica y pragmática de los argumentos de este y al tipo de auxiliar que acompañe al verbo. Los verbos, por ejemplo, poseen rasgos puramente léxicos que podrían impedir una interpretación iterativa de subeventos sucesivos. Es mi intención, en este apartado, hacer notar algunas limitaciones adicionales que pueden bloquear o facilitar la interpretación deseada.

4.1 Restricciones léxicas y pragmáticas

4.1.1 Eventos desafortunados

Es necesario señalar que algunos verbos, con la forma iterativa, que denotan un evento no pueden producir una expresión cuya posible interpretación se conforme a la caracterización propuesta en 45. Los casos más claros son aquellos verbos que léxicamente denotan un evento semelfactivo, tales como descubrir, fabricar, bautizar e inventar. Quizás podamos añadir a la lista otros verbos cuya acción desemboca en la alteración permanente del objeto que conlleva tal acción, de tal suerte que ese mismo objeto no puede volver a sufrir la acción denotada por el verbo. Los ejemplos más demostrativos de esto son los verbos comer, beber, matar, morir y nacer, por mencionar sólo algunos. Si bien podemos expresar oraciones como las de 46, las de 47 son en extremo desafortunadas.

46. a. Está invente e invente cosas.

b. Estuvieron explote y explote minas enterradas durante la Guerra.

c. Estoy bebe y bebe vino.

47. a. #Está invente e invente un/el/este aparato.

b. #Están explote y explote estas minas.

c. # Me estoy bebe y bebe la/algunas copa(s) de vino.

Las oraciones de 46 no denotan eventos sino procesos; sin embargo, aquellas en 47 sí denotan eventos. Inventar un aparato, explotar una mina y beber una copa de vino, son eventos que culminan, i.e., encierran el aspecto [T]. No obstante, un objeto inventado, o consumido (comido o bebido), o explotado, o muerto no puede volver a ser inventado, consumido, explotado ni muerto. La exclusión de esta clase de verbos, con el tipo de argumentos que los acompañan, representa, de hecho, evidencia en favor de la definición propuesta en 45. Pero su exclusión se explica por condiciones de naturaleza puramente léxica y no semántico-estructural. En efecto, dada la naturaleza léxica de esos eventos, podría lograrse una expresión que produjera una interpretación repetitiva si los argumentos se cuantifican con un Det más apropiado que permita manifestar la intención de la iteración. La pluralidad del Det jugará un papel y su naturaleza también, por ejemplo, definidos, indefinidos, frente a demostrativos. Una expresión como la de 47b, con un Det definido —Están explote y explote las minas— arroja una interpretación de repetitividad: explota una mina tras otra. La interpretación es la repetición de distintos eventos (sobre distintos objetos), semejante a la que produce la interpretación 42a de la oración 41 (arme y arme un rompecabezas), en el sentido en que cada mina de un campo minado constituye "una pieza". En efecto, explotan una tras otra las minas enterradas, pero es imposible que una misma mina vuelva a explotar. Cuando escuchamos una expresión como Se está muere y muere y nada que se muere el significado no encierra ninguna culminación del evento de morir, a pesar de contener una frase nominal [+QEA], si bien implícita, que es el sujeto sintáctico de la oración. En este caso, el uso de la forma iterativa contribuye con un significado aspectual distinto; la fase preliminar de la consecución del evento morir.

4.1.2 Otros verbos, los auxiliares y los argumentos

A diferencia de los verbos semelfactivos, o que hemos tratado como tal, hay otros verbos que pueden denotar un evento pero que para arrojar una interpretación iterativa de subeventos [T] tienen que conjugarse ciertas condiciones. Los verbos de movimiento son particularmente ilustrativos. La elección del auxiliar y de los argumentos pueden inhibir o propiciar la interpretación iterativa que estudiamos aquí. Considérense los siguientes ejemplos:

48. a. ?Juan está llegue y llegue a la casa.

b. ?#Juan está llegue y llegue a la Universidad.

c. ?#Juan está llegue y llegue a China.

49. a. Juan sigue llegue y llegue a la casa.

b. ?Juan sigue llegue y llegue a la Universidad.

c. ?Juan sigue llegue y llegue a China.

50. a. El paquete *está/?sigue llegue y llegue a la oficina.

b. El barco *está/?sigue llegue y llegue a China.

c. Ese barco sigue llegue y llegue a China.

En las oraciones anteriores hemos manipulado la elección del auxiliar y de los argumentos: a) un sujeto [+animado] frente a uno [-animado]; el sujeto de las oraciones 48 y 49 frente al de las oraciones 50; b) una meta que pragmáticamente facilita o dificulta la interpretación —por ejemplo, a la casa vs. a la Universidad—-; c) la naturalaza morfosintáctica del sujeto, en especial, en las oraciones de 50; véase que la elección del determinante demostrativo en 50c vuelve aceptable la oración frente a aquella en 50b con un determinante definido. Podríamos hacer otro tipo de manipulaciones; por ejemplo, la oración en 48a causa menos extrañeza si se expresa en otro tiempo sintáctico: Juan ha estado llegue y llegue a la casa, como de hecho me fue sugerido por un hablante, le recuerdo al lector que los juicios señalados fueron obtenidos del trabajo con diversos hablantes del español mexicano. Además, la falta de contexto puede influir en dichos juicios. Por ejemplo, la oración 49c mejora considerablemente si añadimos un complemento como en Juan sigue llegue y llegue a China desde Japón. No obstante, los hablantes consultados pudieron construir contextos en donde oraciones como las de 49 fueran "perfectamente normales". Por ejemplo, con respecto a 49a, un hablante le asignó el siguiente contexto para interpretar y decidir que la oración es perfectamente aceptable: Juan vive ahora en Oaxaca y cada vez que viene a la capital llega a la casa. En relación al papel que desempeñan los auxiliares, este es un asunto bastante complejo. Por un lado, hay que caracterizar el valor semántico y aspectual de cada auxiliar y, por el otro, el efecto que producen cuando se combinan con un verbo particular, en una construcción particular, como las que hemos estado examinando ahora. Los auxiliares merecen un estudio aparte y, por ello, no los voy a tratar aquí.

Otro aspecto interesante de algunos de los verbos de movimiento tiene que ver con la naturaleza de las locaciones que describen; algunos verbos como llegar pueden expresar el origen o la meta: llegó de Oaxaca; llegó a Mérida. Asimismo, es bien conocido el hecho de que algunos de los verbos de movimiento y locación admiten la alternancia de preposiciones para expresar una locación; un ejemplo directo es el verbo entrar: entró al teatro; entró en la habitación. La elección de las preposiciones puede afectar la posibilidad de lograr una interpretación afortunada de subeventos sucesivos [t], como puede apreciarse en los siguientes casos:

51. a. *#Juan siguió llegue y llegue de la Universidad.

b. *?Estos productos siguen llegue y llegue de México.

52. a. El gendarme estuvo entre y entre al teatro.

b. */ ?E1 gendarme estuvo entre y entre en el teatro.

c. *#E1 gendarme estuvo entre y entre en el baño.

La oración 52b es un poco más aceptable —lo cual señalo con el diacrítico ?— porque la interpretación de teatro no es la de un lugar físico, sino que se interpreta como profesión. Requirió un buen esfuerzo por parte de los hablantes asignarle un contexto en donde "pudieran utilizar una oración como esa", al decir de uno de los hablantes consultados. (Un tipo de meta más apropiado para el uso de la preposición en con el verboentrar sería algo como: Me estuvo entre y entre en los ojos mucho polvo.)

4.1.3 Procesos y estados en iterativo

Si el uso del modo aspectual iterativo impone cierto tipo de restricciones semánticas y estructurales, es legítimo preguntarse por qué pueden emitirse expresiones con la forma iterativa cuando estas no contienen un verbo que denota un evento sino un proceso —trabajar, correr, nadar— o un estado —ocurrir, sufrir, envejecer—. Naturalmente, no todo verbo que expresa un proceso o un estado puede utilizarse en el iterativo como es el caso de actuar, navegar, simpatizar, confiar (y los incluidos en ejemplos anteriores (33 y 34), manejar, carecer y considerar), entre otros. Mientras que los ejemplos en 53 admiten el uso de la forma iterativa, aquellos en 54 no son tan afortunados.

53. a. Estuve nade y nade hasta que ya no pude más.

b. Está hable y hable por teléfono.

c. Han estado ocurre y ocurre muchos accidentes.

d. Ella está sufre y sufre por tu culpa.

54. a. # El Titanic estuvo navegue y navegue de maravilla hasta que chocó.

b. ?# Bichir está actúe y actúe en la maravillosa obra teatral Extras.

c. # El Verde está simpatice y simpatice con el PRI.

d. ?# Estoy confíe y confíe en ti.

Los ejemplos en los subincisos a y b de las oraciones 53 y 54 contienen verbos que denotan procesos, mientras que aquellas en los incisos c y d contienen estados. Todos los verbos en esas oraciones tienen aspecto [D]; ninguna de esas expresiones tiene el significado de subeventos sucesivos cada uno de los cuales culmina. Algunas veces el significado del uso de la forma iterativa no es el de repetición, stricto sensu, como en el ejemplo 53a; en este caso es de continuidad. Hay otros casos como El sol se está enrojece y enrojece, en donde hay una idea de gradación. No es de extrañar que un modo verbal tenga varios usos o valores aspectuales; el gerundio es uno de los modos más estudiados a este respecto. El gerundio puede significar progresión, continuidad, habitualidad, repetición, por mencionar los más conocidos valores que puede arrojar una expresión en gerundio. No obstante, el gerundio en su significado de progresión-continuidad-repetición, impone sus propias restricciones. Conocidos son los ejemplos anómalos como Estoy sabiendo la respuesta; o Están existiendo las causas, Están considerando aburrido ese libro. Habría que mirar con más detalle cuáles son los atributos de unos y otros verbos, tales que hacen posible el significado de repetición en los ejemplos de 53, pero no en 54.

 

5. Conclusión

La iteración, con el significado de subeventos sucesivos [T] se logra en el español a través de un núcleo verbal complejo, sin marcas de tiempo ni de concordancia, y con una morfología particular: la iteración de un mismo verbo con el morfema iterativo [-e] mediante la conjunción y. Los verbos que pueden utilizarse para producir la interpretación iterativa caracterizada en 45 deben denotar un evento —que conlleva el rasgo [-i-AÑADIDO]; es preciso, también, que los argumentos verbales presenten el rasgo [+QEA] tal que permita discernir el límite del evento para que pueda derivarse el aspecto [T]. Estas son las condiciones necesarias para poder arrojar un significado de iteración de subeventos culminativos. El evento debe, por otro lado, permitir por sus atributos léxicos, la posibilidad de que se itere el evento o la acción que conlleva el argumento denotado por el verbo eventivo (armar un rompecabezas, pero no comerse una manzana). Sin embargo, la forma iterativa puede emplearse con verbos que denotan procesos y estados; en este caso, no se logra la verdadera interpretación de iteratividad caracterizada en 45, sino un significado de continuidad o repetición, como ya lo ha apuntado Kany. Los datos estudiados aquí pertenecen, en su totalidad, al español mexicano. Al parecer, otros dialectos podrían exhibir otras propiedades; así, algunos hablantes nativos del español cubano me reportan que el uso de esta forma no es tan común en ese dialecto. No obstante, Kany aporta datos de distintos dialectos del español; habría que realizar un estudio más amplio sobre este fenómeno, estudio que queda pendiente por ahora.

Quisiera añadir una observación que me parece interés; Esta concierne al hecho de que el iterativo no pueda ocurrir sin el auxiliar, ni participar en construcciones absolutas; parecería indicar que la morfología de este aspecto caree los rasgos temporales que pueden sostener, sintácticamente una proyección verbal del iterativo. Ello contrasta con el gerundio y el participio que pueden proyectar una posición temporal en la sintaxis. Respecto al infinitivo, este parti en estructuras prepositivas (de/por llegar Juan al último... preposición podría indicar que juega un papel más parecido de un complementante pero, el infinitivo mismo, tiene las condiciones morfosintácticas necesarias para aparecer en este de construcciones. El iterativo no puede participar de contextos similares (*De/por arme y arme la flauta...); tiene, necesariamente, que estar apoyado por un auxiliar que es el que tribuye con rasgos de tiempo, aspecto y modo.

 

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Notas

** Quisiera agradecer a mis alumnos de la UAM, a mis colegas y a otras personas que contribuyeron con sus juicios para los diferentes datos que les fueron presentados. Muchos contribuyeron también con datos e información adicional. Asimismo, agradezco las sugerencias de dos lectores anónimos de este trabajo. Una versión provisional y mucho más breve del trabajo fue presentada en la Tercera Semana de Lingüística, en noviembre del 2003, en la UAM-Iztapalapa.

1 Kany aporta ejemplos de textos chilenos, peruanos y colombianos; sin embargo, casi todos contienen verbos intransitivos; estos, como se explicará en los apartados ¶3.2 y ¶4, no constituyen instancias genuinas del iterativo según se define en la sección ¶13.2. Será necesario determinar qué tan extensivo es el uso del iterativo en otros dialectos del español.

2 El Diccionario del español usual en México apunta el uso de luego luego y lo define como "inmediatamente después" ("Recogimos el libro y luego luego nos fuimos").

3 Hay, desde luego, algunos verbos compuestos que se forman a partir de categorías con carácter más bien funcional como las preposiciones —entrever, contradecir, traspasar—, y modificadores como mal —malacostumbrar, malvivir.

4 Sin embargo, hay ciertas expresiones utilizadas con la forma iterativa que se construyen con la conjunción que. Por ejemplo, Está habla que habla, arme que arme escándalos. Aunque, he de decir que esta conjunción sólo aparece con ciertos verbos y tengo la impresión de que la restricción es de carácter más bien morfofonológico.

5 El trabajo de Bosque que se cita es el siguiente: "Constricciones morfológicas sobre la coordinación", LEA 9, pp. 83-100.

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