SciELO - Scientific Electronic Library Online

 
vol.25 issue1Traduciendo (?) la Odisea de Homero author indexsubject indexsearch form
Home Pagealphabetic serial listing  

Services on Demand

Journal

Article

Indicators

Related links

  • Have no similar articlesSimilars in SciELO

Share


Acta poética

On-line version ISSN 2448-735XPrint version ISSN 0185-3082

Acta poét vol.25 n.1 Ciudad de México Mar./May. 2004

 

Dossier: En torno a la traducción

 

Reflexiones preliminares sobre retórica y estilística en la traducción*

 

Hans J. Vermeer

 

Resumen

Cada texto y, en realidad, cada acción, tiene su propio estilo. Texto y acción tienen un objetivo determinado ("escopo"). Un modo de lograr ese objetivo es la retórica. Texto y acción, como parte esencial de una sociedad humana (es decir, de una cultura), emergen en una situación individual (environment, Umwelt). La traducción y la interpretación tienen funciones múltiples: transmitir un mensaje con la ayuda de "acciones" (textuales) a otra cultura, distinta de aquella en que el mensaje se originó; inspirar un nuevo mensaje, distinto del primero (p. ej., cuando "se traduce" poesía lírica), o simplemente estimular una nueva intertextualidad. En cada uno de estos casos, la acción va, a partir de un texto ya existente, a una "translación" del estilo y de la retórica, y, al mismo tiempo, mediante transgresiones repetidas de los límites individuales y socioculturales (cf. la secuencia autor-traductor-receptor), a una multiplicación de los factores implicados en el proceso. Estas "reflexiones preliminares" intentan esbozar esa diversidad, llamando la atención, al mismo tiempo, sobre un sistema de condiciones que ya no puede describirse según reglas definidas, pero que es indispensable para la retórica y la estilística en la práctica de la translación y en los estudios sobre ella.

 

Abstract

Each text and, in fact, each action has its own style. Text and action are intended for a definite aim ("Skopos"). One way to reach this aim is by rhetoric. Text and action as part and parcel of a human society (or culture), emerge individually in an individual situation (environment, "Umwelt"). Translation and interpretation have manifold functions: to transmit a message with the help of (textual) "actions" for a culture different from that in which the message originated; to inspire a new message different from the first one (e.g. when "translating" lyrics); or simply to stimulate a new intertextuality. In each of the above cases the action proceeds from an already existing text to a "translation" of style and rhetoric and, at the same time, by repeated transgressions of individual and social cultural boundaries (cf. the sequence author- translator-receptor), to a multiplication of the factors involved in the process. The following "preliminary considerations" try to sketch that multifarious quality, calling at the same time attention to a system of conditions no longer describable in definite rules, yet indispensable for rhetoric and stylistics in translation practice and translation studies.

 

La traducción1 se considera o como un fenómeno lingüístico o como una acción holística. En el primer caso se problematiza la relación lingüística que hay entre el texto de partida y el texto de llegada, y ante todo, la relación que hay entre la estructura de la lengua (langage) y el uso de la lengua (parole). Por cierto, cada vez más, la traducción se entiende prospectivamente, es decir, como una acción dirigida por un objetivo ("escopo"), con lo cual el textema de partida se convierte en un factor más, entre otros factores más o menos numerosos.

En el primer caso, el de la búsqueda de equivalentes lingüísticos de un texto verbal, se aspira a la cientificidad mediante la búsqueda racional de reglas estáticas; ellas culminan en la frase "tan literalmente como sea posible, y tan libremente como sea necesario", en donde "posible" y "necesario" permanecen indefinidos. A consecuencia de las dificultades —que ellos mismos se buscan (!)— para encontrar equivalencias, los traductores se quejan de las inevitables pérdidas que se dan en el texto de llegada, comparándolo con el texto de partida.

El segundo caso lleva a la acientificidad: siendo momentáneo, el pensamiento en proceso no puede asirse mediante las reglas con que la ciencia cree asirlo, porque ella es reduccionista, construye su propio paraíso ("dehesa") y excluye la vida.2 La acción surge de una multitud de procesos y acontecimientos momentáneos, infinitamente compleja;3 esos procesos se inician en un organismo que cambia constantemente en su ambiente, que se modifica sin cesar. Aquí, los conceptos pierden su sentido tradicional.4

Si se toma como base el primer caso, es decir, la búsqueda tradicional de equivalencias, entonces "sólo" se necesitan una retórica y una estilística5 comparativas, en las cuales, como sucede en un diccionario, se dan las equivalencias necesarias, junto con la indicación de sus valencias. Eso no es posible en el segundo caso, en el de la acción holística, porque la ya mencionada complejidad de los factores que entra en juego rebasa la capacidad del hombre para considerar exhaustivamente dicha complejidad y formular sus reglas. Los fenómenos retóricos y estilísticos son evaluativos, es decir, afectivos (o emotivos —la terminología vacila—), y predominantemente individuales; sirven para lograr el escopo de la acción de la mejor manera posible. Cabe suponer que en el futuro, la retórica y la estilística —al menos en la traducción especializada— se tomarán menos en cuenta y serán menos estimadas que hasta ahora. La presión de tiempo, cada vez mayor, deja menos espacio para reflexiones de ese tipo. La globalización y la consecuente concentración en pocos idiomas, sobre todo en el inglés; la invasión de términos angloamericanos, la preponderancia de textos especializados y técnicos, y el empobrecimiento de la cultura general y del interés estético, también afectan la traducción artística.6 Mecanización y rutina,7 en vez de creatividad; anonimato, en vez de individualidad. Las variantes lingüísticas de los dialectos regionales y sociales (por ejemplo, el indoinglés), se allanan en la traducción, a causa de la falta de equivalencias.8 Por otro lado, la estética —de suyo acientífica, ya que sólo en mínima parte se somete a reglas— cobra importancia dentro de un mundo técnico de hechos y de publicidad, en función de lo que hoy se llama "localización".

A continuación reúno mis observaciones acerca de esta temática. Hay que prestar particular atención a comparaciones y contrastes culturales. En primer lugar, se presenta una teoría de la acción traslativa, sobre la base de una teoría del proceso del pensamiento, que es momentáneo e individual.

Sin embargo, antes, una palabra sobre "cultura". En la extensión de su concepto hay un problema. Siguiendo consecuentemente mis reflexiones expresadas en otros lugares,9 propongo desarrollar el concepto de cultura a partir de un representante de ella, individual y momentáneo. Así, sea cultura, en primer lugar, el conjunto de las posibles convenciones de comportamiento que un individuo considera válidas para sí en un momento t (idiocultura).10 Esta descripción puede extenderse a otros momentos e individuos, en tanto que el primer individuo supone que convenciones muy similares valen, en el momento t (o t), también para otro u otros individuos: los individuos implicados de esa manera forman una diacultura, un conjunto de idioculturas que se consideran suficientemente similares desde cierta perspectiva. De acuerdo con el conjunto de convenciones consideradas como relevantes, se suponen varias diaculturas con extensiones diversas; por ejemplo, los cirujanos del hospital X, los cirujanos del país Y, los médicos en Z, etcétera. Otras generalizaciones pueden llevar a paraculturas, por ejemplo, los alemanes, los turcos, los europeos. Asumidas como siguiéndose unas a otras en el tiempo, las extensiones pueden idealizarse en reglas de comportamiento, que se suponen más o menos duraderas.

La extensión del concepto de "traducción" pierde sus contornos. La reglamentación implica una reducción a rasgos racionalmente asibles mediante la abstracción y la generalización de semejanzas; es decir, la idealización. En adelante, y provisionalmente, sea traducción en sentido holístico una acción dirigida por un escopo,11 estimulada mediante las "huellas" de un conjunto precedente de acciones.12 Vale explicar a los receptores lo que el traductor tuvo en mente: qué, cómo y con qué fin debe resultar comprensible eso que tuvo en mente. La delimitación "lo que el traductor tuvo en mente", es importante, porque también hay intrusos, que pueden expresar su opinión sin que uno se la pida.

En el momento t, un sistema vivo forma con sus partes una unidad (un organismo), en su ambiente;13 el límite entre organismo y ambiente es vago, es una construcción de perspectiva. Un aparato neurofisiológico humano —para abreviar, el cerebro—, como parte de un organismo, vale en el momento t como una compleja estructura de neuronas y de sus respectivas conexiones físicas, materiales y electroquímicas. Además, hay conexiones paralizadas —piénsese en el olvido—, y conexiones en generación. Una parte de las células y de sus conexiones es activa. El juego del conjunto de organismos entre sí y con sus ambientes condujo, en el curso de la evolución, a saltos cualitativos, hasta llegar a la conciencia afectiva y racional,14 frecuentemente denominada "espíritu", a la autoconciencia y a la suposición de una voluntad libre. Inconsciente o conscientemente, un organismo puede ser estimulado por procesos momentáneos —endógenos y/o exógenos— hasta llegar a un afecto emocional y evaluativo (en sentido amplio, un estado de ánimo, un sentimiento, una emoción, un propósito), a una representación ("escena'), a una cadena de pensamientos verbales más o menos racional, o a asociaciones. Tales eventos repercuten interdependientemente sobre el organismo y su ambiente. Raras veces la actividad cerebral se limita a una región; quizá en esto radica la causa de que aparezcan difusos también sus resultados (incluso los que, para su observación, la ciencia considera como estados fijos); por ejemplo, un movimiento del brazo, o el "significado" de una palabra.

De las múltiples actividades posibles de un organismo, las cuales se dan en diversos momentos parcialmente entrecruzadas y, por tanto, no estrictamente lineales, aquí nos interesan, entre otros, los procesos y eventos que se enlistan más abajo.15 Mediante huellas del pasado y suposiciones sobre el futuro (por ejemplo, expectativas, creencias, supersticiones, planeaciones), se esbozan detalles de la vida de un organismo, momentáneos, condicionados entre sí. El esbozo se abrevia, excluyendo otros estímulos que, eventualmente, interfieren y, bajo ciertas circunstancias, interrumpen.

1) Supóngase que en un momento ta se estimulan algunos órganos sensoriales de un organismo. Los estímulos se perciben mediante un estado del organismo en el momento tb; se evalúan, se filtran y, así, se transmiten al cerebro en el momento tc; ahí, en un momento td, en concordancia16 con el estado en que se encuentra todo el organismo en su entorno, se perciben emocional, evaluativa y, acaso, racionalmente (por ejemplo, como "lógicos", "causales"), y a veces se reelaboran hasta llegar a una apercepción consciente en el momento te: de ta a te, se trata de una elaboración compleja de pasados. El proceso puede conducir, por ejemplo, a un evento consciente, no necesariamente verbalizado, en forma de la siguiente frase: debo comunicar a mi amigo R lo que vi (este evento puede ser percibido como una decisión de la voluntad). Desde el estímulo hasta la conclusión se activan y se transforman procesos y eventos en el organismo, en concordancia con su ambiente. El resultado es un evento total, nuevo y momentáneo, del organismo (de su "vida") en un ambiente nuevo.

2) Supóngase que el que decide el evento (P = el productor), lleva a cabo su decisión en forma del conjunto de acciones que se denomina "llamada telefónica".17 El desarrollo de la llamada telefónica puede describirse como un conjunto de procesos y eventos indefinidos, en parte dirigidos intencionalmente, y en parte surgidos espontáneamente en los momentos ta' n' , en instantes ambientales que cambian constantemente.18 Los procesos y eventos llevan tanto a ajustes entre procesos y eventos —simultáneos y subsecuentes unos de otros en el organismo, en sus ambientes—, como también a las intenciones —escopos— que se inducen de allí, momentáneamente, y a las conclusiones que resultan de allí, y a su realización (parcial) en forma de acción.19

3) Supóngase que la llamada telefónica se realiza. Del lado del receptor R, el conjunto de eventos y procesos de recepción se realiza de manera análoga y, en parte, de manera inversa a los procesos arriba esbozados. A partir del estímulo acústico, finalmente se llegaría a la conclusión de levantar el auricular y escuchar. Las estructuras de P y la secuencia de los procesos y eventos en su organismo, incluyendo su estructura cerebral —en breve, la individualidad de P, su personalidad y su comportamiento—, en sus entornos individuales consecutivos, se diferencian de las estructuras y de los entornos de R.20 Cada comportamiento (y, así, cada acción y cada actividad) es fundamentalmente individual. No se da dos veces el mismo comportamiento. También cambian los tiempos y los espacios, y las situaciones. Durante un juego se modifican las constelaciones de los jugadores en el campo de juego; incluso para un jugador que de momento está de reserva, se modifican constantemente su situación y su valor en el juego. A causa de la complejidad de cada una de las condiciones de cada momento, y de la —en principio— inaccesibilidad de un organismo mediante otro, sólo es posible hacer comparaciones aproximadas, que valen como suposiciones apreciativas de los procesos y eventos de P y de R, y, en forma análoga, sólo son posibles suposiciones sobre el "estado" actual del otro, que es momentáneo. A través de las experiencias y de los recuerdos, las suposiciones se adaptan a suposiciones sobre un estado de duración temporal. Esta afirmación no excluye el hecho de que un individuo esté convencido de que conoce un estado, o una secuencia de estados, más allá de una suposición. Sin embargo, para un observador, dicha convicción sigue siendo una suposición, y esto vale, en principio, también en el caso de que alguien se observe a sí mismo. Un organismo siempre actúa en totalidad, holísticamente. Una mano o una lengua nunca actúan solas. Habla un ser humano, no solamente su laringe.

4) La realización de una acción está sujeta a la complejidad de condiciones arriba esquematizada y, quizá, de otras más. Una acción, o es proyectada por un productor (cf. supra), o es recibida e interpretada (quizá incluso conscientemente) como un estímulo, por parte de un receptor. Algunos autores suponen que un receptor puede llevar a cabo a la vez varias interpretaciones; la pluralización es innecesaria, si los procesos se definen como momentáneos. Por esto, los procesos pueden aparecer como entretejidos; por ejemplo, alguien escucha y ve un programa de televisión.

5) De acuerdo con lo dicho arriba, en sentido estricto no se da ninguna transferencia —traducción— entre dos entidades, y mucho menos entre más.21 La interacción implica tanto la estimulación hacia una reacción —la estimulación es asumida y proyectada como una cadena causal por parte del productor, y asumida como 'otra' acción por parte del receptor—,22 como también la coordinación consecuente entre P y R. Yo distingo entre la cooperación como un juego deseado, y la coordinación, entendida como una actitud de uno para con otro, que se lleva a cabo situacionalmente. A un estímulo percibido debe seguir una reacción.23 Una reacción es una acción sobre otra acción, es una acción que se da con base en un (supuesto) estímulo. La falta de reacción también es una reacción, por lo menos desde la perspectiva del agente, o de un observador. La reacción puede iniciarse desde fuera, por ejemplo, mediante un encargo, e incluso, bajo ciertas circunstancias, uno sólo se imagina a un interlocutor o alguna acción: piénsese en una revelación celestial. Siempre se actúa holísticamente. Hay acciones puramente no-verbales: por ejemplo, encender una vela; también las hay mentales: por ejemplo, imaginar a una bailarina de tango, pero no hay ninguna acción puramente verbal. Todo discurso está acompañado de afectos, emocionales y evaluativos, de acciones paralinguales y no-verbales, como gestos y mímica; cada escritura, por ejemplo, se acompaña del movimiento de los dedos sobre el teclado. No hay ninguna acción puramente racional. La retórica y el estilo se relacionan con los afectos y, en la mayoría de los casos, con asociaciones: no hay ninguna acción sin estilo. La retórica y el estilo son los elementos connotativos y asociativos de la acción-en-la-situación; al contrario, las connotaciones e implicaciones, así como las asociaciones —por ejemplo, las escenas evocadas— se convierten, mediante la acción, en elementos retóricos y estilísticos. Son específicos de la idiocultura, de la diacultura y/o de la paracultura (cf. supra).

6) Dado que cada individuo está inculturado (socializado) en una sociedad, aprende e interioriza convenciones conductuales, es decir, reglas que son necesarias en la vida social. Los conceptos son convenciones semánticas, y las reglas, como los modelos y teorías, son generalizaciones, es decir, abstracciones de procesos actuales, bajo una perspectiva. Las reglas intentan otorgar duración a la validez momentánea. Mediante la observancia de reglas, la interacción, dentro de un espacio de indeterminación variable, resulta más conforme con las expectativas y, así, es más fácilmente comprensible. Por el contrario, un comportamiento individual, es decir, un comportamiento retórico y estilístico no regido por reglas, dificulta la comprensión. A su vez, un comportamiento no convencional puede estar condicionado por convenciones, si, por ejemplo, se trata de una desviación intencional de una regla, por parte de un subgrupo que tiene sus propias convenciones de desviación. Un comportamiento no convencional se hace potencialmente comprensible mediante su inclusión en el comportamiento convencional, pero sólo potencialmente. En este contexto, piénsese tanto en las implicaciones que probablemente se proyectan en una acción, o se interpretan a partir de ella (cf. el juego de palabras), como también en la posibilidad de recibirlas (comprenderlas) y dejarlas aparecer, por ejemplo en una traducción —siempre según el escopo—, completa o parcialmente, en el texto de llegada.24

7) Para un tratamiento más completo de este tema, aún habría que distinguir entre esos fenómenos que conscientemente se proyectan como retóricos y estilísticos, y aquellos que resultan casuales, ya por parte del productor, ya por parte de un receptor, o de algún observador, por ejemplo, del científico (cf. supra). En este lugar podría discutirse una infinita lista de detalles, que es lo que se hace, reduciéndose al terreno de la lengua, en artículos sobre retórica y estilística, ya hablando de una lengua, ya haciendo comparaciones entre dos. Sin embargo, aún no se ha percibido bien el significado de retórica y estilística en la traducción. Algunos temas aún esperan su tratamiento translatológico; por ejemplo, en el caso de los intérpretes, la relación que hay entre la velocidad de la pronunciación, la capacidad de transformación lingüística y la cantidad de información, que son elementos específicos de cada lengua y de cada cultura. Las publicaciones acerca de retórica y estilística, generales o específicas, también se aplican a la traducción y, así, la problemática se multiplica.

8) El traductor y el intérprete son, antes de nada, receptores de los resultados de una acción inicial; piénsese en un texto. Ejemplo 1: un pianista, con su ejecución, interpreta una película muda durante su proyección; ejemplo 2: un intérprete interpreta el discurso de un político alemán durante una recepción en París. Si una acción alcanza a un receptor, sigue una reacción de parte de éste. Ante la recepción del texto inicial (cf. texto - textema), una posible reacción del receptor es la producción de una traducción. Es posible que, ante una recepción, la reacción sea nula, en cuanto que no se produce un texto de llegada. En este caso, el estímulo "se ignora".

Siempre se actúa desde una cosmovisión, desde una perspectiva; el hombre no conoce LA realidad, sino una representación (escena) de algo, un "fenómeno", bajo una perspectiva actual. El fenómeno se interpreta como una realidad "mesocósmica" (cf. la epistemología evolutiva),25 y se convierte en fundamento de una acción que se supone individual en un ambiente situacional. La acción está condicionada por convenciones culturalmente específicas. Las máximas de Grice son culturalmente específicas.26

Hablando del productor de una acción inicial, del traductor y de algún receptor de llegada, es válido afirmar que pertenecen a diferentes culturas y que, en intención y en interpretación, realizan distintas acciones; por ejemplo, hablan en distintos "idiomas".27 Entre las ideas de traducción e interpretación que aquí se presentan, y las tradicionales, hay un paso gradual, pero, por así decirlo, con un salto cualitativo en una escala no graduada. Sin embargo, donde se habla tradicionalmente de "la misma" cultura, lengua o situación de dos o más organismos, se subestiman diferencias heteroculturales y heterolingüísticas. En la observación científica, para describir manojos de procesos como unidades y poder formular reglas, se hacen desaparecer las diferencias (incluso la perspectiva), sea por condicionamientos de un escopo (cf. la focalización), sea por causa de los medios que se utilizan. Desde la ciencia, que abstrae y reduce, las reglas se introducen en las escuelas con mayor o menor retraso e incluso deformadas; se imponen a los pupilos y a los estudiantes y, luego, se estandarizan acciones individuales dentro de un espacio de tolerancia, y se retardan los procesos de transformación en favor de una comunicación transindividual.

9) A continuación me refiero principalmente al caso específico de la traducción lingüística, e intento presentarla de manera holística. Así, hay que tener en cuenta que, en general, una acción inicial no está dirigida al traductor como traductor, en sus ambientes momentáneos. Por supuesto, no se excluye el hecho de que un receptor lea un libro y decida traducirlo. El libro pudo haberse dirigido al traductor como receptor, pero no como traductor. Es posible que un autor o un emisor se dirija de antemano a un traductor y a un conjunto de receptores de la traducción: eso sucede cuando, por ejemplo, se calcula de antemano a un traductor en el caso de una publicidad que se hará en el extranjero.

Ahora enumero algunas peculiaridades de la acción traslativa, en vista de la retórica y de la estilística. Es inevitable la repetición de algunos factores generales.

A) Aparte de los factores ya mencionados, en la acción traslativa hay que tener en cuenta otros más, si las circunstancias lo requieren: el iniciador de la traducción; el autor o el emisor de la acción de partida; el que hace el encargo (claro que pueden darse casos en que el iniciador, el autor y el que hace el encargo sean la misma persona); los receptores que se tienen en mente, así como también los organizadores de las conferencias; los lectores, redactores, editores, etcétera; las interdependencias sociales de las personas, sus intereses, preferencias y opiniones sobre la traducción o interpretación; además, las condiciones de la producción o de la recepción de los mencionados, es decir, sus ambientes; las condiciones de la interpretación: si será simultánea o consecutiva, si el intérprete tendrá a la vista al autor, al emisor, etcétera, e igualmente, los plazos estipulados, disponibilidad de medios de trabajo, el grado de la automatización de la traducción, etcétera.28 En todos estos factores, las convenciones y las expectativas culturales que se implican, es decir, justo las retóricas y las estilísticas, y, por lo mismo, los modos de evaluar, son diferentes.

B) Al menos holísticamente, no hay ninguna garantía de que el intento de interacción tenga éxito: no hay garantía de que un productor resulte suficientemente comprensible para el receptor que tuvo en mente, en su situación, ni —mucho menos— para la mayoría (o para otros) de los receptores que, según la opinión del productor —y la de los receptores—, estaban considerados en la interacción; tampoco hay garantía de que un receptor interprete la acción del productor en el sentido en que éste la ejecuta. El traductor, como productor de un texto (textema) de llegada, introduce nolens volens sus propias ideas sobre los fenómenos de retórica y de estilo que hay en su texto de partida, junto con sus suposiciones sobre el influjo —complejo y determinado por el escopo— que dichas ideas y suposiciones tienen en su texto de llegada; además, introduce las expectativas que, al respecto, tiene el que le hizo el encargo, por una parte y, por la otra, las que supone que tendrán los destinatarios que tiene en mente (cf. las numerosas y diversas traducciones de Homero en el transcurso de la historia de la literatura).29 A su vez, la elección y consecución del escopo están sometidos a condiciones y acoplamientos retroactivos complejos.

C) Debería ser claro que la traducción debe ser emprendida pluridisciplinariamente.

D) De acuerdo con cada escopo elegido para una traducción, resultan indefinidamente muchos y diversos rasgos característicos de la retórica y estilística del texto de llegada, y así, estrategias de traducción. Doy algunos ejemplos:

a) Retrospectivamente, el textema de partida (es decir, el texto de partida en la recepción que hace el traductor) puede ser tomado como punto inicial de una búsqueda de equivalencias. Eso, dada la fundamentación correspondiente, es un posible escopo; véase, por ejemplo, la defensa que hace Venuti30 de una traducción alienante (foreignizing) con motivo de la situación actual en los Estados Unidos de América, con referencia a Schleiermacher.31 La equivalencia, como lo mostró Koller,32 puede buscarse en varios niveles; por ejemplo, en los elementos de la estructura de superficie del texto de partida (palabras, frases, etcétera). El afán de equivalencias aliena un textema de partida hacia algo que no es normal en la cultura o culturas de llegada; en este aspecto, pues, falla, entre otras cosas, precisamente la equivalencia estilística (o retórica). A la equivalencia, Lem la nombró mito que, a partir de algunas observaciones de semejanzas, concluye en la identidad.33 Por otra parte, la búsqueda de equivalencias puede llevar a una elevación poética, cuando se introducen formas heteroculturales (y en ellas, heterolingüísticas) en un texto de llegada, y la rareza de dichas formas (lo inesperado) hace que el texto resulte interesante:34 el hexámetro —introducido definitivamente por Voss35 a la poética alemana—, un verso que obtiene su ritmo de la sucesión de sílabas largas y breves, se convirtió inevitablemente en un metro que sólo cuenta las sílabas y sus acentos; a la vez, la sintaxis alemana y su selección de palabras se alienaron (también con intención historizante); sin embargo, el hexámetro adaptado en tal forma (en parte juntamente con el pentámetro), pronto se hizo valer como metro típico del clasicismo alemán.

b) Prospectivamente, el escopo de la traducción puede recibir el peso principal. El texto de partida se convierte en un factor más, entre otros.36 Se requiere una traducción adecuada al escopo. Lo que es adecuado se evalúa a fin de cuentas específicamente, en la recepción individual. Cada uno de los factores humanos que participa en una acción traslativa juzga individualmente, aunque teniendo en cuenta las convenciones que él acepta en el momento. El hallazgo de un criterio y la correspondiente elección de una estrategia por parte del traductor, así como la realización, supuestamente adecuada al caso, resultan algo muy complejo. En cada una de sus interpretaciones, el traductor y el intérprete consideran los siguientes factores: la intención del autor o emisor —tal vez explícita, o implícita, pero deducible de su texto de partida—; la intención explícita de quien le hizo el encargo; la intención implícita o explícita del textema de partida, un encargo; también, sin duda, la propia intención del traductor; las supuestas expectativas de los factores ya mencionados, o de los receptores (> 1) que el traductor o intérprete tiene en mente: es posible que el traductor, o el intérprete, trabajen conscientemente en contra de las expectativas de este factor, o de aquel otro.37 El que traduce o interpreta se convierte en parte de su traducción o interpretación. No es éste el lugar para reflexionar sobre la libertad y la responsabilidad del traductor y del intérprete.38 Otros problemas los plantea la elección del nivel (incluso el de la cultura), en el cual se actúa predominantemente cuando se traduce.39 Piénsese en el supuesto nivel emocional "normal", específico de una cultura;40 ahí, los afectos vividos por el traductor, o los que interpreta como vividos por otro, deben distinguirse de sus propias posibilidades de expresión, específicas de su cultura: intencionales o no intencionales, aparentes o presentes, descritas o suprimidas, explícitas o implícitas, accionales o verbales,41 y de sus formas de expresión individuales, o convencionales.42 A esto habría que añadir la intensidad de un afecto y, en ciertas circunstancias, la necesidad de expresarlo, así como circunstancias que efectúan o posibilitan todo ello, entre otras, el contexto.

c) Plantean problemas específicos la interpretación —simultánea o consecutiva— de conferencias y de temas especializados en el ámbito social, jurídico, médico, etcétera;43 la sincronización y subtitulación de películas, y la sub- o supra-titulación en presentaciones teatrales y operísticas.

d) En los ámbitos mencionados, también entra en juego la postura ética del traductor, o del intérprete, y sus expectativas con respecto a las posturas éticas de los receptores que el traductor tiene en mente, y el intérprete, enfrente.44

e) La elección de la estrategia, las actitudes afectivas, las asociaciones, la ponderación de cada cosa en cada caso, las valoraciones y grados de valoración (intensidad), son individuales y momentáneos. Las convenciones culturales sólo ayudan vaga y muy generalmente. Seidler señala que los valores estilísticos se evalúan en cada idioma (y en cada cultura) de diferente manera.45 Cada disciplina tiene sus propias convenciones de retórica y de estilo.46

—Una diferencia entre traducción oral y escrita se muestra en la posibilidad de expresar afectos: el discurso oral puede ir acompañado del llanto (cf., supra, a propósito de lo no-verbal); el llanto no puede yuxtaponerse en la traducción de un discurso escrito. Piénsese en el significado de la colocación de los pliegues de la toga en la antigua retórica romana y la falta de una "equivalencia" actual. ¿Cómo puede valorarse el tamaño y la estructura de la oración?47 ¿Cómo se puede valorar una traducción en prosa, a partir de un textema de partida compuesto métricamente?48 El efecto no puede compararse transculturalmente, midiendo; piénsese en el smiling británico y en la risa o carcajada española, como reacción ante una anécdota. ¿Corresponde el inglés he threw back his head and laughed,49 al mexicano "morirse de risa"?: la frase mexicana evoca la intensidad de la risa, la inglesa describe cómo se ríe la persona. Piénsese en la verbalización de las posturas corporales; piénsese en la perspectiva: ¿terrorista, o luchador por la libertad?

Ir es un medio universal de locomoción humana.50 Naturalmente, la palabra ir no se usa nunca de manera aislada (ni siquiera en un diccionario). Una ida —marcha o paseo— se connota (y eventualmente se nombra) in actu de acuerdo con cada cultura, y, así, se marca estilística y retóricamente: corrió por el pan (¡un modo de ir!); puso pies en polvorosa; se esfumó. Los modos de ir se evalúan: caminar majestuosamente. Diferentes culturas marcan y nombran de diferentes maneras los modos de ir; en general, disponen de expresiones que, estilística y retóricamente están marcadas distinta o neutralmente (por ejemplo, mediante la frecuencia de su aparición); compárese el alemán gehen :: aussteigen, etcétera, con el español ir :: andar :: bajar, etcétera.

—Por supuesto, para un receptor del texto de llegada que no domina la cultura ni la lengua de partida, son irrelevantes una comparación y una evaluación comparativas; para él cuenta el efecto del texto de llegada (con sus consecuencias).

—Las decisiones en pro de la retórica y del estilo de una acción, por ejemplo, de la producción o interpretación de algún texto o de algún elemento del texto, sólo en parte y secundariamente son decisiones racionales; más bien están condicionadas por los estados físicos del productor o del receptor en su respectivo ambiente momentáneo.51 Aquí, expresiones como estado y ambiente señalan a la vez huellas del pasado, por ejemplo, las de un momento X dentro de la incesante socialización / inculturación del individuo, y expectativas del futuro.

—Aún quedaría por indagar si los fenómenos retóricos y estilísticos que no pueden o no deben ser tomados en cuenta en un lugar de la traducción, pueden ser integrados en otro lugar,52 o sustituidos mediante otra acción; cf., el español "¡encantado!", "¡mucho gusto!", "¡a sus órdenes!" (y eventualmente hacer una reverencia), ante el inglés How do you do?, cuando uno se presenta.

f) A menudo, traducir significa sustituir una perspectiva por otra; compárese el español se llama Juan, con el inglés he answers to the name of John; el español ¿me pasa(s) la sal por favor?, con el inglés I'd thank you for the salt. ¿Cómo puede realizarse ahí una comparación, sobre todo, una evaluativa? ¿Cómo pueden encontrarse "equivalencias"? Que yo sepa, ninguna estilística ofrece una solución; las estilísticas se empeñan en su comprensión superficial de la traducción, y tienen que capitular. Ninguna ciencia que busca reglas puede dar explicación a esto (tal vez una microneurofisiología en cien años —o algo más tarde—, cuando el ser humano haya sido reemplazado por robots que se programan a sí mismos).

g) Una traducción holística debe sopesar a la vez numerosos fenómenos. La regla fundamental de la acción traslativa es el escopo, el objetivo para el cual se traduce o se interpreta. El escopo de la traducción de ninguna manera tiene que concordar con el escopo del textema de partida en la intención del autor o del emisor, o bien en la interpretación que el traductor hace del textema. El escopo y su expresión son específicos de cada cultura (por ejemplo, "la promesa" como un acto de habla). Todo lo demás es, también, una decisión específica de cada caso, una decisión que, en el mejor de los casos, está vagamente dirigida por las convenciones. La validez de las convenciones debe comprobarse de nuevo en cada caso. Los traductores e intérpretes hablan de su "libertad" y de su "responsabilidad".

h) Valga aún mencionar que, en los libros de gramática, la presentación de fenómenos lingüísticos necesita una revisión. Las comparaciones se dificultan, cuando la terminología engaña, fingiendo similitudes allí donde no las hay (piénsese, por ejemplo, en la gramática del griego antiguo, que se sobrepone y apenas si se adapta al moderno turco de Turquía).

i) Para el traductor, o intérprete, no sólo hay niveles de retórica y de estilo "verticales", desde la fonética / grafética, hasta el texto vivo y hasta la cultura en sus respectivos ambientes, sino también oposiciones "horizontales" que se combinan con varios de estos niveles. Por ejemplo: a menudo, los actores en el sur de la India declaman dirigiéndose patéticamente al público, en vez de hablar entre ellos. Otro ejemplo: ¿cómo formularía un periodista de nuestros días el prólogo de Salustio a la Guerra de Yugurta, a fin de sacudir la conciencia del lector? Por lo demás, la retórica y la estilística en una acción tienen cada una su propia función, y, por ello, en cada caso, una forma propia.

j) En relación con el efecto de la retórica y de la estilística, y sus consecuencias, debe replantearse la cuestión acerca de la ubicación que tiene el traductor. Robinson discute,53 por ejemplo, si el traductor, como tal, puede actuar performativamente. Robinson es muy complejo en el tratamiento del problema: la solución casi necesita del libro completo. Me parece que la cuestión aún no se plantea correctamente, o bien, que está velada por el pensamiento científico convencional de occidente, justamente ese que Robinson quiere superar.

—Cuando en la India se proyecta una película en un cine, y en algún momento aparece un "dios", los espectadores comienzan a rezar con los gestos correspondientes. Para ellos, la figura es su dios. El espectador ilustrado sabe que se trata de la proyección de una entrada en escena de un actor, rodada en un complejo proceso y grabada en el celuloide. Si esa figura que se ve en la pantalla alza las manos para bendecir, muchos espectadores se sienten bendecidos. Ellos experimentan que son bendecidos. Para ellos, la figura sobre la pantalla realiza un acto performativo. En el occidente ilustrado, las cosas no son muy diferentes. Cuando la imagen del Papa aparece en la pantalla de la televisión, el creyente se endereza en su sillón de espectador: allí está el Papa y lo mira. Un acto no es un acto; un fenómeno se interpreta como un acto (performativo, en el ejemplo). La recepción se da tal como es asumida, lo importante es la interpretación de un fenómeno, de la cual depende el efecto, o los efectos, y las consecuencias de la recepción. Si un traductor, como tal, incluye en su texto un acto con intenciones performativas, ese acto se convierte en un acto performativo para él. Si también los receptores interpretan el pasaje del texto en cuestión como performativo, es asunto suyo. Por otra parte, los receptores pueden interpretar un acto como pensado performativamente, en contra de la intención del autor. Es creíble aquel a quien se le cree.

k) Aún sería posible reflexionar en muchos asuntos de retórica y estilística; por ejemplo, acerca de las propiedades de pseudotraducciones (cf. la alienación); acerca del imperialismo de las lenguas (asimetría, parcialidad en la evaluación); acerca de las convenciones traductorias específicas de cada especialidad (por ejemplo, en filología, etnología, etcétera); acerca de la traducción feminista (por ejemplo, la elección de palabras, frecuencia y expresión de afecto, el uso de los géneros femenino y masculino, por ejemplo: el traductor y la traductora, cada vez que aparezca alguna de esas palabras); acerca del "poscolonialismo", y, como intento del futuro, acerca de la traducción deconstructivista.

A manera de conclusión, valga apuntar que las interpretaciones y las traducciones, a nivel mundial, se encuentran entre los más caros artículos culturales de importación y exportación; sin embargo, cualquier perico de los palotes se arroga el derecho de —sin ningún título profesional— fungir como traductor o intérprete. De lo dicho resulta claro que la formación de un traductor o intérprete debe incluir retórica y estilo (la estilística), en sus múltiples facetas, y particularmente, la de la estética específica de la cultura, y la de la evaluación de fenómenos retóricos y estilísticos. Dentro de la formación de los traductores e intérpretes debería tener un lugar fijo y obligatorio una retórica integral; así, también se les podrían abrir nuevos campos de trabajo, por ejemplo, como consejeros de cultura. Desafortunadamente aún es muy raro que las instituciones existentes y el público, como clientela, reconozcan esta necesidad.

 

Bibliografía selecta

Ammann, Margret, "Das bekannte Bild einer fremden Kultur -Ein Textvergleich (Manuel da Fonseca 'Seara de vento' und die deutsche Übersetzung 'Saat des Windes')", TEXTcon TEXT 8, 1/2, 1993, 63-79.         [ Links ]

Åsberg, Christer, "Flashback as a Rhetorical Device. A comment on some proposed cases in the Book of Jonah", TEXTconTEXT 8. 1/ 2, 1993, 3-21.         [ Links ]

Bahadir, Ôebnem, "Von natürlichen Kommunikationskrücken zu professionellen Kommunikationsbrücken", TEXTconTEXT 14. 2 = NF 4. 2, 2000, 211-229.         [ Links ]

Baker, Mona y Kirsten Malmkjœr (eds.), Routledge Encyclopedia of Translation Studies, London-New York, Routledge, 1998.

Buber, Martin y Franz Rosenzweig (trads.), Die Schrift, 4 vols., Stuttgart, Deutsche Bibelgesellschaft, 6-101992.         [ Links ]

Cronin, Michael, Translation and Globalization, London - New York, Routledge, 2003.         [ Links ]

Damasio, Antonio R., Looking for Spinoza. Joy, Sorrow, and the Feeling Brain, San Diego etc., Harcourt, 2003 [En alemán, Der Spinoza-Effekt. Wie Gefühle unser Leben bestimmen (trad. de Hainer Kober), München, List, 2003]         [ Links ].

Derrida, Jacques, De la grammatologie, Paris, Minuit, 1967.         [ Links ]

Dihle, Albrecht, "Ein Spurium unter den rhetorischen Werken Ciceros", Hermes 83, 1955, 303-314.         [ Links ]

Dizdar, Dilek, "Die Norm brechen. Möglichkeiten eines neuen Vokabulars in der Translationswissenschaft", TEXTconTEXT 11.2 = NF 1.2, 1997, 129-147.         [ Links ]

Elias, Norbert, Über den Prozess der Zivilisation. Soziogenetische und psychogenetische Untersuchungen, 2 vols., Frankfurt a. M., Suhrkamp (= stw 158f), 21969, reimpr. 1976.         [ Links ]

Erzgräber, Willi y Hans-Martin Gauger, Stilfragen, Tübingen, Narr, 1992 (= Script Oralia 38).         [ Links ]

Frank, Armin Paul, "Wer wählt denn was?: Stil als Problem bei der Analyse literarischer Übersetzungen und transferorientierte Übersetzungsanalyse als Herausforderung an die Stilistik", en Erzgräber y Gauger, 1992, pp. 287-303.         [ Links ]

Frank, Manfred, Stil in der Philosophie, Stuttgart, Reclam, 1992 (= Universal-Bibliothek 8791).         [ Links ]

Göhring, Heinz, "Deutsch als Fremdsprache und interkulturelle Kommunikation", en Alois Wierlacher (ed.), Fremdsprache Deutsch. Grundlagen und Verfahren der Germanistik als Fremdsprachenphilologie, München, Fink, 1980, pp. 70-90.         [ Links ]

Grice, Paul, "Logic and Conversation", en Peter Cole y Jerry L. Morgen (eds.), Syntax and Semantics, vol. 3 (Speech Acts), New York-San Francisco-London, University Press, 1975, pp. 41-58.         [ Links ]

Güttinger, Fritz, Zielsprache. Theorie und Technik des Übersetzens, Zürich, Manesse, 1963, 2s.a.         [ Links ]

Huxley, Aldous, Point Counterpoint, New York, Chatto & Windus, 1928.         [ Links ]

Holz-Mänttäri, Justa, Translatorisches Handeln. Theorie und Methode, Helsinki, Suomalainen Tiedeakatemia, 1984 (= Annales Academiœ Scientiarum Fennicœ B 226).

Jaeger, C. Stephen y Ingrid Kasten (eds.), Codierungen von Emotionen im Mittelalter, Berlin-New York, de Gruyter, 2003 (= Trends in Medieval Philology 1).         [ Links ]

Kaindl, Klaus, Die Oper als Textgestalt. Perspektiven einer interdisziplinären Übersetzungswissenschaft, Tübingen, Stauffenburg, 1995 (= Studien zur Translation 2).         [ Links ]

Köbele, Susanne, Bilder der unbegriffenen Wahrheit. Zur Struktur mystischer Rede im Spannungsfeld von Latein und Volkssprache, Tübingen-Basel, Francke, 1993 (= Bibliotheca Germanica 30).         [ Links ]

Koller, Werner, Einführung in die Übersetzungswissenschaft, Heidelberg-Wiesbaden, Quelle & Meyer, 51997 (= UTB 819).         [ Links ]

Kuhn, Franz (trad.), Die Räuber vom Liang schan Moor, 2 vols., s.l., 1978 (= Insel Taschenbuch 191).         [ Links ]

Kupsch-Losereit, Sigrid, "Stilistische Entscheidungen im Rahmen der Übersetzungstheorie", en Wolfgang Kühlween y Albert Raasch (eds.), Stil Komponerten-Wirkungen, Tübingen, Narr, 1982, pp. 93-98 (= Kongreβberichte der 12. Jahrestagung der Gesellschaft für Angewandte Linguistik GAL E. V., Mainz, 1981, vol. 1).         [ Links ]

Kuβmaul, Paul, "Stilistik", Snell-Hornby, 1998, 70-72.         [ Links ]

Lem, Stanislaw, Philosophie des Zufalls. Zu einer empirischen Theorie der Literatur, 2 vols., trad. de Friedrich Griese, Frankfurt a. M., Insel, 1983-1985.         [ Links ]

Malmkjær, Kirsten, "Stylistics in translation teaching", Perspectives 1, 1994, 61-68.         [ Links ]

---------- "What happened to God and the angels. An exercise in translational stylistics", Target 15.1, 2003, 37-58.         [ Links ]

---------- y Ronald Carter, "Stylistics", en Kirsten Malmkjær (ed.), The linguistics encyclopedia, London-New York, Routledge, 22002, pp. 510-520.         [ Links ]

Neumann, Robert, Vorsicht Bücher, Parodien - samt einem Lese-Leitfaden für Fortgeschrittene, München - Wien -Basel, Manesse, 1969.         [ Links ]

Noffke, Mary Suzanne, The Linguistic Analysis of Compared Stylistic Structures, Projections into a Linguistic Theory of Translation Illustrated in a Study of the Hebrew Text and Selected English Translations of lsaiah 1-5, Diss. Wisconsin, 1968.         [ Links ]

Nord, Christiane, "'Treue', 'Freiheit', 'Àquivalenz' - oder: Wozu brauchen wir den Übersetzungsauftrag?", TEXTcon TEXT 1, 1986, 30-47.         [ Links ]

---------- Textanalyse und Übersetzen. Theoretische Grundlagen, Methode und didaktische Anwendung einer übersetzungsrelevanten Textanalyse, Heidelberg, Julius Groos, 1988.         [ Links ]

---------- "Loyalität statt Treue. Vorschläge zu einer funktionalen Übersetzungstypologie", Lebende Sprachen 34, 1989, 100-105.         [ Links ]

---------- "Ausgangstextanalyse und Translatfunktion. Zur Rolle des Ausgangstextes in der funktionalen Translation", Fremdsprachen 3, 1990, 161-169.         [ Links ]

---------- "Scopos, Loyalty, and Translational Conventions", Target 3, 1991, 91-109.         [ Links ]

Pöchhacker, Franz, "Dolmetschen - ein Kinderspiel? Eine klinische Fallstudie", TEXTconTEXT 14.2 = NF 4.2, 2000,153-179.         [ Links ]

Prun ..., Erich, Einführung in die Translationswissenschaft. Orientierungsrahmen, vol. 1, Graz, Selbstverlag, 2001 (= Graz Translation Studies).         [ Links ]

Reichert, Klaus, "Stil und Übersetzung", en Erzgräber y Gauger, 1992, pp. 271-286.         [ Links ]

Riedl, Rupert y Manuela Delpos (eds.), Die Evolutionäre Erkenntnistheorie im Spiegel der Wissenschaften, Wien, WUV-Universitätsverlag, 1996.         [ Links ]

Robinson, Douglas, The Translator's Turn, Baltimore -London, The Johns Hopkins University Press (= Parallax), 1991.         [ Links ]

----------  Becoming a Translator. An introduction to the theory and practice of translation, London - New York, Routledge, 22003a.         [ Links ]

---------- Performative Linguistics. Speaking and translating as doing things with words, New York - London, Routledge, 2003b.         [ Links ]

Roth, Gerhard, Fühlen, Denken, Handeln. Wie das Gehirn unser Verhalten steuert, Frankfurt a. M., Suhrkamp, 2001.         [ Links ]

Schadewaldt, Wolfgang (trad.), Homer. Die Odyssee, Hamburg, Rowohlt, 61979 (= Rowohlts Klassiker der Literatur und Wissenschaft, Griechische Literatur 2).         [ Links ]

Schleiermacher, Friedrich, "Ueber die verschiedenen Methoden des Uebersetzens", en Sämmtliche Werke, secc. 3, vol. 2, Berlin, Reimer, 1838, pp. 207-245 [         [ Links ]Reimpr. en Hans Joachim Störig (ed.), Das Problem des Übersetzens, Darmstadt, Wissenschaftliche Buchgesellschaft, 21969, reimpr. 1973, pp. 38-70] (= Wege der Forschung 8).

Seidler, Herbert, Allgemeine Stilistik, Göttingen, Vandenhoeck & Ruprecht, 21963.         [ Links ]

Snell-Hornby, Mary et al. (eds.), Handbuch Translation, Tübingen, Stauffenburg, 1998 (= Stauffenburg Handbücher).         [ Links ]

Sousa, Ronald, de The Rationality of Emotion, Cambridge, Mass. - London, The MIT Press, 1987.         [ Links ]

Stolt, Birgit, "Die Relevanz stilistischer Faktoren für die Übersetzung", Jahrbuch für Internationale Germanistik 10.2, 1978, 34, 54.         [ Links ]

Tapia Zúñiga, Pedro C., "Cicerón y la teoría del escopo (cómo quería traducir Cicerón)", Nova Tellus 14, 1996, 229-255.         [ Links ]

Taraman, Soheir, Das "Kulturspezifische" als Übersetzungsproblem. Ein Vergleich arabischer und deutscher Phraseologismen am Beispiel von Übersetzungen aus dem Arabischen, Diss. Mainz-Germersheim, Heidelberg, Julius Groos, 1986 (= TEXTconTEXT, Beiheft 1).         [ Links ]

Venuti, Lawrence, The Translator's Invisibility, London - New York, Routledge, 1995.         [ Links ]

Vermeer, Hans J., "Ein Rahmen für eine allgemeine Translationstheorie", Lebende Sprachen 23.3, 1978, 99-102.         [ Links ]

---------- Aufsätze zur Translationstheorie, Heidelberg, Selbstverlag, 1983.         [ Links ]

---------- "Was dolmetscht der Dolmetscher, wenn er dolmetscht?", en Rehbeen Jochen (ed.), Interkulturelle Kommunikation, Tübingen, Narr, 1985, pp. 475-482 (= Kommunikation und institution 12).         [ Links ]

---------- "Die vergessene Rhetorik", en Reiner Arntz y Gisela Thome (eds.), Übersetzungswissenschaft. Ergebnisse und Perspektiven. Festschrift für Wolfram Wilss zum 65. Geburtstag, Tübingen, Narr, 1990a, pp. 112-120 (= Tübinger Beiträge zur Linguistik 354).         [ Links ]

---------- "Text und Textem", TEXTconTEXT 5.2, 1990b, 108-114.         [ Links ]

---------- "Versuch einer translatologischen Theoriebasis", en Britta Nord y Peter A. Schmitt (eds.), Traducta Navis. Festschrift zum 60. Geburtstag von Christiane Nord, Tübingen, Stauffenburg, 2003, pp. 241-258.         [ Links ]

---------- "Zeichenspiele", Festschrift für Heidemarie Salevsky (en prensa), 2004.

Vollmer, Gerhard, Evolutionäre Erkenntnistheorie. Angeborene Erkenntnisstrukturen im Kontext von Biologie, Psychologie, Linguistik, Philosophie und Wissenschafstheorie, Leipzig, Hirzel, 82000.         [ Links ]

Voss, Johann Heinrich (trad.), Homers Odyssee, Stuttgart, Reclam, [1781], 1957 (= Universal-Bibliothek 280-283).         [ Links ]

Walter, Michael, "Stilistische Probleme der Übersetzung", Erzgräber y Gauger, 1992, pp. 304-312.         [ Links ]

Whitehead, Alfred North, Process and Reality. An essay in cosmology. Gifford Lectures delivered in the University of Edinburgh during the session 1927-28, corr. y ed. por David Ray Griffin y Donald W. Sherburne, New York, Free Press, 1978.         [ Links ]

Wilss, Wolfram, Übersetzungsfertigkeit. Annäherungen an einen komplexen übersetzungspraktischen Begriff, Tübingen, Narr, 1992 (= Tübinger Beiträge zur Linguistik 376).         [ Links ]

Witte, Heidrun, Die Kulturkompetenz des Translators. Begriffliche Grundlegung und Didaktisierung, Tübingen, Stauffenburg, 2000 (= Studien zur Translation 9).         [ Links ]

Wussler, Annette, Translation - Praxis, Wissenschaft und universitäre Ausbildung, Diss. innsbruck, 2002.         [ Links ]

 

Notas

* Trad. de J. Molina Ayala y P. C. Tapia Zúñiga

1 En la traductología moderna se habla de "traslación" en sentido genérico para traducir e interpretar. Traslación también es el proceso cuyo resultado se llama "traslado" (tradicionalmente, "texto de llegada" o "texto meta"). Para ese proceso se usa también la expresión "acción traslativa" (en alemán: translatorisches Handeln). El verbo sería "trasladar". En la presente versión usamos el término tradicional "traducción", tanto en sentido genérico para traducir e interpretar, como en sentido restricto de traducción por escrito. Además, Vermeer distingue entre un "texto" en el proceso de producción o recepción, y un "textema", que se refiere al texto como puro conjunto de letras (o sonidos) fuera del proceso de producción o recepción; cf. Vermeer, Hans J., 1990b. N. del t.

2 Sobre las normas de la traducción, cf. Dizdar, 1997.

3 Cf. Vermeer 2003, siguiendo a Whitehead, 1978.

4 Cf. Vermeer, 2004.

5 Sobre "estilística", véase el ensayo de KuBmaul,"Stilistik", 1998, pp. 70-72. El Handbuch Translation, 1998, de Snell-Hornby et al., no contiene ninguna referencia a la palabra "retórica", pero la menciona de paso en algunas ocasiones. En su índice, la Encyclopedia of Translation Studies, 1998, de Baker y Malmkjœr, no muestra ni artículos pertinentes ni entradas correspondientes. Casi es absoluta la ausencia de publicaciones sobre retórica, relevante para la traducción. En cuanto a retrospectivas y lagunas, cf., por ejemplo, Vermeer, 1990a; cf., también sobre este tema, Ásberg, 1993. Las contribuciones sobre estilística están pobremente diseminadas en la literatura que se refiere a la ciencia y a la práctica de la traducción; véase, por ejemplo, Noffke, 1968; Stolt, 1978; Reichert, 1992; A. P. Frank, 1992; Malmkjœr, 1994; Malmkjœr, 2003, Malmkjœr y Carter, 2002. Es verdad que hay muchos pasajes en monografías y ensayos donde se mencionan superficialmente cuestiones y problemas estilísticos. La mayoría de las veces se discuten, contrastándolos, ejemplos literarios bilingües; cf. Kupsch-Losereit, 1982, que trata el tema más detalladamente. Sobre la diferencia de escopo que hay entre el textema de llegada y el de partida, merced a las distintas estructuras lingüísticas, cf. Ammann, 1993. Sobre "escopo", cf. Vermeer, 1978, y passim; sobre "textema", cf. Vermeer, 1990b. Por sus recomendaciones y referencias literarias, agradezco a mi amigo António Inacio de Brito Santos.

6 Cf. Cronin, 2003, especialmente, pp. 119-121.

7 Cf. Wilss, 1992.

8 Con respecto a esto, véase la literatura sobre el poscolonialismo.

9 Cf. Vermeer, 2004.

10 A propósito de los detalles en el campo de un concepto tradicional de cultura, cf. Göhring, 1980; Witte, 2000.

11 Cf. los diversos sentidos y funciones de translatio en la Edad Media.

12 Cf. Derrida, 1967.

13 Con respecto a lo que sigue, cf. Roth, 2001.

14 Afecto y razón/cognición, no son diferenciables claramente, cf. De Sousa, 1987.

15 Cabe la posibilidad de que otras acciones interrumpan un proceso, y de que éste, eventualmente, se retome más tarde en otro lugar; cf. la expresión "perder el hilo".

16 O en conveniencia, cf. Vermeer, 2003.

17 Brevemente, hablo de producción.

18 Intención no implica ipso facto volición. La espontaneidad significa, igual que la "casualidad", que las circunstancias condicionantes no se conocen suficientemente.

19 Sobre "complejidad", cf. Robinson, 2003b.

20 Cf. también las diferentes perspectivas.

21 La palabra traducción es engañosa.

22 Cf. M. Frank, 1992, 52.

23 Dejo fuera los reflejos

24 Cf. Robinson, 2003b, 145-147.

25 Cf. Vollmer, 2000; Riedl y Delpos, 1966.

26 Cf. Grice, 1975.

27 Un productor como observador de su propia acción se considera como receptor de la acción de P.

28 Cf. Holz-Manttâri, 1984; Robinson, 2003a y 2003b.

29 Cf. Robinson, 2003b, 113-115.

30 Cf. Venuti, 1995.

31 Cf. Schleiermacher, 1838.

32 Cf. Koller, 1997; sin embargo, su fundamentación de la equivalencia es obsoleta.

33 Cf. Lem, 1985, 2. 359.

34 Cf. la traducción de partes del Antiguo Testamento por Buber y Rosenzweig, 1922; cf. la parodia como artificio, p. ej., en Robert Neumann, 1969.

35 Cf. VoB, 1781.

36 Cf. Holz-Manttâri, 1984; cf. Robinson, 2003b.

37 Cf. la desafortunada discusión iniciada por Nord desde 1986 sobre "lealtad"; cf. Prune 2001; cf. WuBler, 2002, 94-104.

38 Cf. las diferentes a-, con-, di-, e-, per-, subversions de Robinson, 1991; cf. Prune, 2001; WuBler, 2002, 94-104.

39 Cf., p. ej., hexámetro > verso ramplón; cf. la presentación del maestro Eckhart de sus textos latinos vs. sus textos alemanes; cf. Köbele, 1993.

40 Cf. Vermeer, 1985, 475.

41 Cf. los mandamientos y prohibiciones.

42 Cf. De Sousa, 1987; respecto de los problemas de las traducciones de Brecht al árabe egipcio, cf. Taraman, 1986; con respecto a las abreviaciones, cambios de lugar de los párrafos, etcétera, en las traducciones de las novelas chinas al alemán, cf. Kuhn 1978; a propósito de implícito o explícito comparativo o contrastivo, cf., entre otros, Elias 1976; Jaeger y Kasten, 2003.

43 Community interpreting; cf. entre muchos otros, Pöchhacker, 2000, Bahadir, 2000.

44 Cf. Bahadir, 2000; cf. WuBler, 2002, 103-104.

45 Cf. Seidler, 1963, 258 s.; cf. ib., 339s. Sin embargo, su argumentación es obsoleta.

46 Cf. entre otros, M. Frank, 1992.

47 Cf. Vermeer (1983), sobre el tamaño del texto y de la oración alemana y antigua.

48 Cf. la traducción de Homero realizada por Schadewaldt, 1979.

49 Cf. Huxley, 1928.

50 Los paralíticos no son una excepción, no forman una especie particular. No me interesa la denominación mediante alguna palabra española.

51 Cf. Damasio, 2003.

52 Con respecto a los "equivalentes diferidos", cf. Güttinger, 1963.

53 Cf. Robinson, 2003b, passim.

Creative Commons License All the contents of this journal, except where otherwise noted, is licensed under a Creative Commons Attribution License